Más de 50.000 millones de euros en activos bajo gestión y una fuerte apuesta por la inversión temática han consolidado a Tikehau Capital como uno de los actores más activos en la inversión de capital en megatendencias en Europa como la agricultura regenerativa, la ciberseguridad, el aeroespacial y defensa, y la transición energética. A través de su estrategia de private equity en descarbonización, la firma ha realizado operaciones emblemáticas como la adquisición de EYSA, dirigida por el equipo de Iberia, y el vehículo de continuación de Egis ——empresa global de arquitectura, consultoría, ingeniería de construcción, operaciones y servicios de movilidad—, ambas orientadas a descarbonizar sectores críticos como la movilidad y las infraestructuras. David Martín, Co-Head de Iberia y Head of Private Equity, y Christian Rouquerol, Co-Head de Iberia y Head of Sales Iberia & LatAm, comparten la tesis inversora que guía esta estrategia temática y el papel clave del capital privado en este proceso.
¿Qué papel juega el private equity temático en la transformación climática, y cómo articula Tikehau Capital esta estrategia?
En Tikehau Capital concebimos el private equity como una palanca transformadora que va más allá del capital. Aporta estructura, gobernanza y visión industrial. En el contexto de la transición energética, esto es clave para escalar soluciones tecnológicas ya maduras que necesitan respaldo financiero y estratégico para consolidarse. Desde 2013, desplegamos una estrategia temática de descarbonización con doble enfoque: sectorial —movilidad, energía, construcción, industria— y de soluciones —eficiencia energética, electrificación, insumos bajos en carbono y adaptación climática—. Nos centramos en compañías mid-market con modelos operativos sólidos, entre 20 y 100 millones de EBITDA, que cuenten con liderazgo comprometido y potencial de crecimiento internacional. El objetivo es construir carteras con empresas que generan retorno y contribuyen activamente a los objetivos climáticos europeos.
¿Cómo se traduce esta tesis en operaciones concretas como la adquisición de EYSA?
EYSA es una compañía que actúa sobre uno de los principales focos de emisiones en Europa: la movilidad urbana e interurbana. Trabaja con administraciones públicas y concesionarias privadas para digitalizar y fomentar infraestructuras sostenibles, contribuyendo a la optimización del tráfico, la reducción de emisiones y a la mejora de la seguridad vial. Nos atrajo su capacidad de ejecución en entornos reguladores complejos, su enfoque tecnológico aplicado y su trayectoria de crecimiento inorgánico mediante adquisiciones como Tradesegur o Net4things. Además, su presencia en más de 30 países la convierte en una plataforma con vocación europea y proyección internacional.
Es un ejemplo representativo del tipo de compañía que buscamos: con impacto tangible, visión industrial clara y capacidad para escalar soluciones que respondan a los desafíos urbanos actuales.
¿Qué diferencial ofrece un fondo temático de descarbonización a los inversores institucionales?
Un fondo temático permite acceder a una megatendencia estructural —la transición energética— con una tesis clara, criterios de elegibilidad definidos y una cartera especializada. Frente a estrategias más generalistas, ofrece coherencia, trazabilidad y alineamiento explícito entre rentabilidad financiera y sostenibilidad. En nuestro caso, además esa especialización viene acompañada de una enorme convicción alrededor de la temática. Y esta convicción se demuestra con la coinversión de la propia firma con nuestros clientes desde el propio balance, lo cual refuerza aún más esa alineación de intereses… y es que el 78% del capital propio de nuestro balance está invertido junto a nuestros clientes. Para muchos LPs, esta combinación de retorno, impacto y transparencia representa una propuesta diferencial, especialmente en un contexto regulatorio y de mercado cada vez más exigente en materia ESG.
¿Cómo se estructura el acompañamiento estratégico a compañías como EYSA?
Nuestra implicación va más allá del capital. Acompañamos a las compañías desde un enfoque industrial, con visión a largo plazo. EYSA continuará liderada por su equipo directivo, mientras que nosotros aportamos el acompañamiento, rodeando a la compañía de los recursos, visión sectorial y la capacidad de llegada internacional a través de nuestra presencia en 17 países.
Queremos acelerar su crecimiento en dos direcciones: consolidación internacional en mercados estratégicos y desarrollo de nuevas soluciones digitales, especialmente aquellas basadas en datos e inteligencia artificial aplicadas a la movilidad urbana. Buscamos construir un líder europeo en soluciones de movilidad inteligente y sostenible, sin perder la base operativa que lo ha hecho diferencial. Egis representa una inversión de perfil diferente al de EYSA.
¿Cómo encaja en vuestra estrategia y qué valor aporta como plataforma paneuropea?
Egis actúa desde el núcleo de las infraestructuras críticas. Desde nuestra entrada en 2022 hemos acompañado su evolución liderando una estrategia de inversión que incluye, como coinversores principales, un consorcio formado por Apollo S3 y una filial propiedad al 100% de Abu Dhabi Investment Authority («ADIA»), y Neuberger Berman (fondos gestionados en nombre de clientes). Este año se ha reforzado con un continuation fund de más de 1000 millones de euros. En tres años, Egis ha duplicado su EBITDA y ha reforzado su huella internacional, lo que confirma su capacidad para crear y gestionar infraestructuras y edificios inteligentes que respondan a la emergencia climática y contribuyan a un desarrollo territorial más equilibrado, sostenible y resiliente. Para nosotros, invertir en Egis es apostar por la arquitectura operativa de la transición: una plataforma con capacidad global, visión técnica y una cultura de ejecución robusta.
¿Qué rol juegan este tipo de plataformas —como Egis o EYSA— en la ambición europea de soberanía estratégica y resiliencia industrial?
Europa necesita reforzar su soberanía energética, su resiliencia industrial y su capacidad de respuesta ante desafíos climáticos. Compañías como Egis y EYSA contribuyen directamente a esos objetivos. Egis lo hace a través de ingeniería, planificación urbana y grandes infraestructuras. EYSA desde la movilidad urbana y la digitalización del espacio público. Ambas permiten canalizar capital hacia sectores estratégicos que requieren escala, innovación y visión a largo plazo.
¿Qué aprendizajes recientes habéis incorporado en operaciones como EYSA o Egis?
El primero: que impacto y rentabilidad no solo son compatibles, sino complementarios. El segundo: que la coinversión genera niveles de implicación muy superiores. Y el tercero: que las relaciones inversoras más valiosas son las que evolucionan con el tiempo. La reinversión en Egis mediante un continuation fund es un buen ejemplo porque nos permite ampliar la exposición y, a la vez, consolidar una alianza industrial que ya ha demostrado su capacidad transformadora.
¿Cómo está evolucionando el perfil de las compañías objetivo? ¿Observáis un cambio en el mid-market europeo?
Sí, y es significativo. Las compañías mid-market están más profesionalizadas, más digitalizadas y con una cultura ESG cada vez más integrada. Ya no se trata solo de cumplir con regulaciones, sino de competir en sectores donde la sostenibilidad aporta ventaja competitiva. Esto mejora la calidad del dealflow y permite un alineamiento estratégico desde las primeras conversaciones. En ese sentido, el momento actual es muy propicio para el private equity temático: hay oportunidades reales de construir desde dentro y escalar compañías que serán clave en la transformación de sus respectivos sectores.



