La fuerte volatilidad que azota los mercados es la base para que Sonsoles Díez Abellán-García, Senior Private Banker en Santander Private Banking España, sea prudente de cara al verano y opte por una inversión en activos conservadores, con el foco en renta fija gobiernos a corto plazo, de alta calidad y preferiblemente en Europa, y crédito privado en Europa, descartando la renta variable, a la espera de correcciones. También es negativa con el crédito high yield en EE.UU. y la deuda corporativa emergente, además de con el dólar, donde espera más debilidad.
De cara a los próximos meses: ¿cuál es la idea, la mejor idea, que destacarías para invertir?
De cara a los próximos meses y con el escenario de volatilidad en los mercados provocado por la situación geopolítica y la deriva de los aranceles por parte de Trump, invertiría en renta fija gobiernos a corto plazo, de alta calidad y preferiblemente en Europa, dado que ofrecen tipos reales positivos que nos dan tranquilidad y seguridad. El BCE esta cerca de finalizar el periodo de bajadas de tipos mientras que la Fed se ha mostrado cauta: esto favorece la renta fija europea que en los recortes de tipos tiene a elevar el precio de los bonos existentes generando ganancias de capital. En EE.UU. mientras no haya claridad sobre los recortes, aunque tengan un mayor rendimiento hay un mayor riesgo de volatilidad.
Asimismo el crédito europeo puede aportar una rentabilidad adicional, con preferencia por el sector financiero. La evolución de los últimos meses indican un agotamiento del activo renta variable y la posibilidad de una corrección que, entonces sí, dé lugar a entrada a precios más atractivos.
De forma contraria, un activo con el que habría que ser cautos este verano…
En el contexto actual y, de cara a los meses de verano, no invertiría en crédito high yield americano especialmente a largo plazo por la sensibilidad a los cambios en los tipos de interés. La inflación muestra cierta “rigidez” en algunos componentes y esto provoca un ciclo de relajación por parte de la Fed incierto. Cualquier sorpresa inflacionaria o pausa en los recortes de tipos podría castigar a los bonos a largo plazo. Las ultimas emisiones no tuvieron demasiada demanda a pesar de los tipos atractivos que ofrecía, lo que sugiere que los inversores están siendo cautos con el riesgo y aún hay muchas dudas.
Tampoco invertiría en crédito corporativo emergente en un contexto global débil que puede provocar defaults en bonos de alto rendimiento. Habría que priorizar calidad sobre rendimiento.
No estaría invertida en dólar ante posible depreciación de la divisa.
También de cara al verano, ¿cuáles son los principales riesgos que podrán afrontar los inversores?
Los conflictos geopolíticos nos tendrán en jaque durante los próximos meses. Los ataques de Israel a Irán con la participación de EE.UU. ha hecho aparecer nuevos temores en el mercado. Pese a que la intervención de EE.UU. ha frenado el avance del conflicto, es un nuevo escenario que puede afectar al comercio si de nuevo se reactivan los ataques y se cerrara el estrecho de Ormuz. Además el 9 de julio y el 12 de agosto son fechas importantes pues ponen fin al periodo de negociaciones de los aranceles impuestos por Trump, veremos en qué queda todo.
También en julio comienza el periodo de presentación de resultados y veremos el impacto exacto que ha tenido en las compañías la imposición de aranceles. Estos acontecimientos pueden dar volatilidad a los mercados de cara al verano.
¿Cómo te gustaría encontrar los mercados cuando vuelvas en septiembre de vacaciones? Un deseo de verano…
Me gustaría encontrar unos mercados con algo más de visibilidad de cara a final de año, cierre de conflictos bélicos, que la tensión Israel-Irán no haya escalado. Un Trump algo más atemperado en sus formas abierto a negociar su política arancelaria. Un anuncio de la reducción o suspensión de los aranceles sería una buena noticia y un impulso para los mercados. Estas dos variables que actualmente son las que amenazan a los mercados serían un buen catalizador para un buen segundo semestre.