Optimista con respecto a la economía y el mercado de renta variable estadounidense a largo plazo, John Bailer, de The Boston Company Asset Management, cree que las elecciones y el proceso de normalización de los tipos de interés por parte de la Fed generarán una volatilidad significativa durante el año.
En tal entorno, es probable que las estrategias de renta variable que prioricen los dividendos ofrezcan ventajas, señala. En este sentido, la rentabilidad por dividendo del 2,2% que ofrece el S&P 500 le parece atractiva frente a los rendimientos de la renta fija global, y los dividendos suelen crecer con el tiempo. En el caso de las acciones con mayores rentabilidades por dividendo –explica-, este diferencial representa un colchón adicional para la rentabilidad total en un mercado plano o más débil, mientras que los dividendos también pueden potenciar las rentabilidades de inversión. “Creemos que el envejecimiento de la población en muchas economías desarrolladas se traducirá en una sólida demanda de rentas, y que las empresas responderán a ello con un flujo creciente de dividendos”, dice Bailer.
Dicho esto, no todas las estrategias de dividendos han sido creadas por igual, y la valoración también es importante, aclara. Las acciones de algunos sectores de alto rendimiento que se comportan como los bonos (como por ejemplo, servicios públicos) son caras, presentan un potencial de crecimiento del beneficio limitado, y son sensibles a las subidas de los tipos de interés. En retrospectiva, está claro que el mercado de renta variable evoluciona de modo favorable cuando suben los tipos de interés, y que son estos “bond proxies” los que suelen rezagarse.
Por otro lado, Bailer cree que los valores financieros podrían presentar oportunidades de valor. “Existe un escepticismo genuino en torno a las acciones financieras (incluso aquellas que no se ven afectadas por una retórica política negativa), pero hacía muchos años que no se hallaban en tan buena forma como ahora”, declara. Desde la crisis financiera –añade como ejemplo-, los bancos han concedido algunos de sus mejores préstamos y presentan niveles de capital muy sólidos. “A medida que transcurre el año, creemos que estos valores se beneficiarán de la subida de los tipos de interés y que podrían irse posicionando para incrementar sus dividendos en el futuro”.