Funds Society conversó con Peter Lefkin, Asuntos Gubernamentales y Exteriores en Allianz of America y consultor en temas políticos desde los ‘90, años en los que vio pasar tanto administraciones republicanas como demócratas en los Estados Unidos.
Lefkin fue Key Note Speaker en el 2025 U.S. Offshore Due Dilligence Meeting, el evento para asesores offshore de Voya Investment Management, celebrado en Key Largo a finales del mes de abril.
La charla se centró en el déficit fiscal de la economía estadounidense y sus consecuencias, aunque también abordó el impacto de las políticas regulatorias y arancelarias de la segunda presidencia de Donald Trump.
Sus conclusiones fueron que la regulación es un tema complejo, y que los esfuerzos de desregulación del presidente contrastan con el papel del Congreso de la Nación. También, que la política arancelaria es “inflacionista e ineficaz”, y tiene repercusiones mundiales, con China y otras naciones ajustando sus estrategias comerciales. Por otra parte, los recortes fiscales propuestos por Trump, aunque son populares -según su visión-, agravan el déficit anual de 2.000 billones de dólares (2 trillones, en términos americanos).
Lefkin destacó el potencial de mayores pagos de intereses sobre la deuda nacional y el impacto en las alianzas de Estados Unidos con el resto del mundo. El experto no dejó de lado tampoco los efectos de las políticas de inmigración en la escasez de mano de obra en sectores como la construcción y la sanidad.
Peter Lefkin es licenciado cum laude por la Universidad de Georgetown, con formación en el Servicio Exterior, y posee un máster en Administración Pública y un doctorado en Derecho por la Universidad de Siracusa. Es miembro de los Colegios de Abogados de Connecticut y fue contratado en 1988 para abrir la Oficina de Relaciones Gubernamentales de Fireman’s Fund en Washington. En 1996, se convirtió en jefe del departamento de Gobierno y Asuntos Externos, dirigiendo los esfuerzos de lobby estatales y federales y sirviendo de enlace con las asociaciones comerciales nacionales.
Recorte de impuestos e impacto en el déficit
Los recortes de impuestos anunciados por el presidente Trump “son muy populares, suenan muy bien -evaluó-. Nada de impuestos sobre los ingresos de la Seguridad Social para los ancianos. Suena bien para mí, en mi etapa de la vida. Nada de impuestos sobre los salarios. Son todas cosas que tienen un enorme atractivo, pero todas ellas añaden significativamente al déficit”, disparó.
Estados Unidos está en una “situación realmente difícil”. El país recauda 5 billones de dólares pero 7 billones de dólares, y 1 billón de dólares aproximadamente, los gasta el Departamento de Defensa, y probablemente necesitaremos gastar más”, indicó.
Lefkin desglosó los gastos en Defensa (1 billón), intereses de la deuda (otro billón), Seguridad Social (1,5 billones), Medicare (unos 900.000 millones) y Medicaid, que incluye a muchas personas en residencias de ancianos que podrían haberse considerado de clase media baja sólo seis meses antes de entrar allí pero perdieron todos sus ingresos, y el gobierno está pagando por ellos.
Sin embargo, “nadie está hablando de ellos. Así que realmente no hay un plan de acción para hacer frente a las cosas reales, no las pequeñas cosas que Doge está recogiendo. Por eso, el mercado de bonos se pregunta ¿a dónde va a llevar esto? Uno: ¿alguien tiene el control? Porque hay inestabilidad y a la gente le gusta la estabilidad. En segundo lugar, ¿América va a alejarse de sus aliados? Muchos de nuestros aliados han comprado nuestros bonos porque proporcionamos protección militar y seguridad. ¿Es este un país seguro?”, se preguntó.
El Senior Vice President of Government and External Affairs aseguró que el mercado está mirando el largo plazo y qué va a pasar con el pago de intereses de la deuda de Estados Unidos. “Actualmente, estamos hablando de aproximadamente 1 billón de dólares al año. Una parte significativa de eso va a ser la refinanciación. Va a ser refinanciado a tasas más altas, en números más altos. Ese número realmente llega a ser astronómico”, opinó.
Volviendo a sus arenas políticas, Lefkin dijo que en una democracia, siempre hay dos cosas que siempre hacen interesante que los grandes poderes fallan, y esto es cuando se hunden. Y enumeró las dos cosas: “uno es cuando su deuda nacional bruta supera su producto nacional bruto. Ahí estamos. Y la segunda es cuando estás gastando más en pagos de intereses que en pagos de defensa. Ese es el otro disparador. Y también estamos ahí”, advirtió.
En su opinión, eso es lo “que el mundo está viendo, y probablemente incluso los inversores. Estamos entrando en tiempos inciertos”.
El politólogo aclaró que la culpa del presente de Estados Unidos no es de Trump. “Estoy culpando a muchos que en los últimos 40 años no se ocuparon de este asunto. Pero el día se acerca”, advirtió.
Las políticas desregulatorias de Trump
Al momento de hablar de regulación, dijo que en los últimos 30 o 40 años, ha habido una enorme cantidad de deferencia hacia los reguladores en Estados Unidos. Lefkin ve las políticas de desregulación de Trump con un escepticismo matizado: consideró que las políticas desregulatorias del presidente estadounidense contrastan con el papel del Congreso.
En este sentido, explicó que a principios de año, existía la expectativa de que Trump se centraría en la desregulación y tendría como objetivo abrir la economía estadounidense proporcionando más incentivos económicos. Pero la regulación es “complicada”, describió.
Lefkin hizo referencia al abuso del uso de decretos ejecutivos para prácticamente todas las decisiones del presidente. Esos decretos son unilaterales, del Poder Ejecutivo, y no cuentan con el aval del Congreso, y además, cuando hay cambios de administración en el Gobierno, muchos de ellos se deshacen, y esto trae incertidumbre a largo plazo para inversores y para el público norteamericano, por eso habló de «inestabilidad».
El experto hizo hincapié en que una desregulación agresiva podría crear inestabilidad, especialmente al considerar lo que podría suceder bajo futuras administraciones.
“Ahora, Trump está buscando que agencias independientes, como la SEC, la Commodity Futures Training Commission o la Comisión Federal de Comercio, le respondan. Él sostiene que tiene toda la autoridad para controlarlas. Pero eso no es lo que el Congreso pretendía, y hay antecedentes para decir que no las puede controlar”, explicó. “Las comisiones independientes se supone que son independientes”, agregó.
Para Lefkin, “no es bueno para ninguna de las partes ganarlo todo. Es bueno que ambas partes participen en la solución”. Trump “exige una lealtad total” y no quiere escuchar los empujones del Congreso, describió.
Respecto a la pretensión de Trump de expulsar a Jerome Powell de la Fed, señaló que “los mercados financieros no quieren que el presidente participe en la toma de decisiones de la Reserva Federal. Se sienten frustrados con la Reserva Federal, pero fundamentalmente saben que lo peor del mundo es que haya interferencias políticas. Es entonces cuando las cosas van realmente mal”, sentenció.
Los aranceles no son una varita mágica
La tregua temporal entre Estados Unidos y China anunciada el lunes 12 de mayo puso de manifiesto que China tiene armas para negociar dentro de la guerra comercial desatada entre ambas potencias. Lefkin citó como ejemplo que el gigante asiático creó nuevas zonas agrícolas propias, por lo que ya no es tan dependiente de los productos agrícolas de EE.UU.
“Nunca se sabe lo que hay en su cerebro”, dijo el experto en alusión a Donald Trump, un presidente “diferente” a todos los demás, según su descripción. “Los aranceles tienen que ser duraderos para tener éxito, y también son inherentemente inflacionarios”, evaluó.
El presidente creyó que “los aranceles son la fuente de todo, de todo lo que es bueno para Estados Unidos”. Trump tenía intención de remodelar la industria manufacturera de EE.UU. y “recaudar ingresos de manera silenciosa”, pero por ejemplo, muchos fabricantes estadounidenses dependen de piezas extranjeras, y los países encontrarán otros lugares para hacer negocios, explicó.
“La mayoría de los presidentes, en particular éste, tienden a pensar en grandes cosas, a agitar la varita mágica y pensar que todo se arreglará. Ese no es el caso de los aranceles”, describió. No va a suceder porque los chinos ya han hecho una serie de cosas. Hace cuatro o cinco años, los chinos eran vulnerables porque compraban mucha agricultura estadounidense. Ya no lo van a hacer”, evaluó. “Las otras naciones también están despertando”, advirtió, y señaló un cambio que tiene que ver con el mundo de las inversiones: “EE. UU. es un lugar en el que puedes comprar letras del Tesoro denominadas en dólares estadounidenses y puedes estar tranquilo. Pero el mundo está empezando a cambiar de opinión”.
En su visión, el mercado de bonos ha respondido al debate sobre los aranceles diciendo que “nadie tiene el control. Nadie sabe con quién hablar. Cada día hay un mensaje diferente. Y nadie se ha molestado en explicar al pueblo americano cómo van a seguir las cosas”.
En el fondo, lo que busca Estados Unidos es “resolver nuestros problemas de déficit”, de más de 2.000 millones de dólares (trillones en términos americanos) al año. Resolver el déficit “es el fin de todo”. Y eso lo que dijo abiertamente el Gobierno.