Ni recesión ni hard landing: los escenarios más probables que contempla el grupo Mirabaud de cara a los próximos meses –y que sirven de base para su asset allocation- son los de reflación (al que asigna un 40% de probabilidad) y el de estanflación (40%), frente al 20% asignado al primero.
En un potencial escenario de reflación, la economía estadounidense se comporta relativamente bien, con un crecimiento sólido, una inflación por encima del objetivo y una Fed manteniendo una política monetaria “moderadamente restrictiva”, mientras Europa mantiene su camino desinflacionista, el BCE corta tipos por debajo del nivel neutral del 2% y muestra una recuperación gradual del crecimiento. Igualmente probable es el escenario de estanflación -marcado por un menor crecimiento en EE.UU. (más cerca del 1% que del 2%), con tasas de desempleo al alza y una reaceleración de la inflación ante una agresiva política comercial, un sólido crecimiento y las tensiones geopolíticas, advertía Valentin Bissat, Chief Economist del grupo, en el marco de una conferencia de prensa celebrada recientemente en París. “No hablamos de una estanflación como la del pasado, como la de los años 70, con fuertes picos inflacionistas debido al shock energético, sino que ahora la inflación subiría ante el tema arancelario. Pero con un impacto limitado”, matizaba, pues, aunque la presión aumentaría debido a las guerras comerciales, duraría de 10 a 12 meses, de forma que, para finales de año y 2026, la inflación volvería a bajar de nuevo, dejando a la Fed la puerta abierta para recortar tipos el año próximo.
En resumen, en Mirabaud no esperan recesión este año y trabajan con la idea de ver potenciales recortes de tipos en EE.UU. en septiembre o diciembre, que continuarán a lo largo de 2026.
Dos caminos diferentes
Frente al escenario de guerra comercial, Bissat dejó un mensaje positivo: las cadenas de oferta se adaptan más rápido de lo que están descontando los mercados, pues los países están aumentando sus exportaciones incluso en este entorno, diversificando y cambiando los países hacia los que exportan, como es el caso de Asia. De ahí que Trump esté imponiendo tarifas tan altas para, en el caso de que se produzcan esos movimientos, poder asegurar unos ingresos mínimos de forma global. Además, las condiciones financieras se han relajado tras las fuertes ventas tras el Día de la Liberación, con recuperación en los mercados, lo que podría dar soporte a la actividad económica, y lo que a su vez refuerza la postura de no recesión en 2025 ni 2026 y, además, el buen momento para la inversión en activos de riesgo.
Con todo, los expertos hablan de dos caminos diferentes entre EE.UU. y Europa: mientras el primero afronta una fase de final de ciclo o ciclo tardío, Europa está más cerca de una etapa de inicio de una recuperación, con factores que presionan la inflación a la baja como la guerra comercial –desinflacionista para Europa-, la fortaleza del euro, la debilidad de los precios de la energía, la desaceleración del crecimiento en los salarios o las exportaciones chinas (“China no podrá exportar todo su exceso de capacidad a EE.UU., sino que lo hará a Europa”, decía el experto). Así las cosas, Bissat confía en nuevos recortes de tipos por parte del BCE en septiembre y diciembre, hasta dejar las tasas en el 1%.
Un escenario positivo para los activos de riesgo
Sin recesión y con futuros recortes de tipos en el horizonte, los expertos de Mirabaud dibujaron un escenario positivo para los activos de riesgo. “Los recortes de tipos apoyan a los activos de riesgo, siempre que no haya recesión, esa es la clave”, explicaba Bissat. Un escenario en el que son clave la agilidad, la diversificación y una visión estratégica, pues siempre hay que estar preparados para la volatilidad y el riesgo, pero sin perderse las oportunidades que ofrecen los mercados alcistas.
Sobre el asset allocation, y frente a un periodo de inversión masiva en EE.UU. –con pesos del 70% en el MSCI World, algo que está cambiando-, en Mirabaud han reducido su exposición a renta variable estadounidense, buscando diversificación en otras regiones, como Europa, o en vehículos como los hedge funds. Acerca de sus posiciones en Europa, destacan el atractivo que suponen las medianas y pequeñas firmas, que tienden a batir a las grandes en este punto del ciclo, con recortes de tipos por parte del BCE, y que además se benefician de su sesgo doméstico en un entorno de relajación fiscal en el continente y de la “venganza” impositiva de EE.UU. sobre los inversores extranjeros.
Oportunidades en las small y midcaps europeas
En el evento, Hywel Franklin, Head of European Equities en Mirabaud Asset Management, habló de cuatro factores que explican el atractivo de este activo: su potencial de crecimiento (suelen mostrar crecimientos en sus beneficios más rápidos que los de las grandes compañías), la posibilidad de explotar ineficiencias (las small y midcaps son objeto de menor foco de análisis, de forma que un gestor activo puede descubrir oportunidades), la diversificación de las carteras (reduce la dependencia sobre la rentabilidad de industrias concretas y, además, ofrece acceso a un universo de oportunidades muy amplio que un inversor se pierde si solo invierte en large caps), y la innovación para impulsar la rentabilidad (en un ecosistema muy emprendedor en áreas como tecnología, energía renovable o ciencias de la vida).
Y añadió dos factores más: la actividad de fusiones y adquisiciones, pues la mayoría de operaciones –más del 90%- se producen entre grandes firmas que adquieren otras más pequeñas, buscando alguna pata o factor de crecimiento. Y las valoraciones, que en algunos casos ofrecen potenciales alcistas de incluso de triple dígito, tras tres años en los que las small caps han sufrido un peor comportamiento récord frente a las grandes firmas. “Estamos en un momento de bajas valoraciones casi récord de las small caps frente a las grandes”, decía el gestor. “Es un momento muy excitante para invertir en estas compañías”, añadía Franklin, “de forma que deben ser parte de una asignación estratégica en las carteras”.
Sobre cómo afrontan estas firmas un escenario de aranceles, el gestor se mostró optimista, convencido de las oportunidades que hay sobre la mesa: “Vemos compañías con diferentes estrategias en este escenario; algunas invierten y construyen en otros mercados –como la India- para abaratar costes a pesar de los aranceles; otras venden activos en EE.UU. , otras están en modo espera, y otras se ven incluso beneficiadas por la situación, si tienen competidores en otros mercados como Asia o si son capaces de vender en EE.UU. sin que les afecten los aranceles”.
Al atractivo de momentum también se unen otros factores como las reformas que se están llevando a cabo en Alemania, o las iniciativas europeas en materia de defensa, la mejora de las relaciones con Reino Unido o las iniciativas para crear un escenario más competitivo, dinámico y cohesionado en Europa –con medidas como la SIU-, que ahora se está haciendo realidad. “Siempre hay crisis en algún lugar del mundo y también oportunidades para nosotros. Hay demasiado excepticismo puesto en precio en el mercado actualmente y las cosas se están estabilizando o mejorando”, añadía Franklin.
El gestor matizó que son inversores bottom-up, de forma que la asignación por países es fruto de este análisis: actualmente, su cartera (la del fondo Mirabaud-Discovery Europe) infrapondera Reino Unido, mientras ve oportunidades a lo largo de todos los sectores y tipos de inversión (growth y value). Como ejemplos, Bissat habló de oportunidades en tecnología en EE.UU., en el sector de lujo francés, en farmacéuticas suizas, industriales o utilities alemanas, infraestructuras para Rusia… dejando claro que su enfoque es más temático y sectorial que por países.
En resumen, Franklin defendió una oportunidad en las small y midcaps europeas, que tienen a hacerlo mejor que las grandes –con un perfil de retorno ajustado al riesgo mejor a lo largo del tiempo- y que ahora ofrecen un atractivo punto de entrada, en un entorno de crecimiento y potencial de crecimiento de beneficios en 2025.
Fidelidad a las convicciones pero con apertura de mente
Mirabaud anunció también la renovación de su colaboración con el Centre Pompidou de París por tres años más. Iniciada en 2022, ahora apoya su última exposición, antes del cierre del histórico edificio por renovación, dedicada a Wolfgang Tillmans, a la que invitó a los periodistas asistentes.
“El grupo Mirabaud tiene una historia de más de 200 años, sustentados por siete generaciones, en los que no hemos tratado de predecir el futuro, pero nos hemos mantenido diversificados y resilientes, tratando de no cometer errores, con humildad y fieles a nuestras convicciones, valores e ideas, pero siempre con una mente abierta. Es nuestro deber mantener una visión amplia y abierta del mundo y ahí está la conexión entre la inversión y el arte contemporáneo: también los artistas mantienen diferentes perspectivas del mundo, lo observan y lo interpretan, al igual que nosotros, siempre obligados a revisitar nuestras visiones”, decía Lionel Aeschlimann, Senior Managing Partner. Una dicotomía que también se muestra en un negocio centenario pero abierto a la innovación, por ejemplo, a través de la implantación de IA en el negocio de wealth management.