Amundi ha desvelado su “Hipótesis del Mercado de Capitales” (Capital Markets Assumptions) para 2025, ofreciendo una perspectiva económica a largo plazo para 43 clases de activos durante los próximos 30 años. Estas perspectivas junto con los rendimientos previstos a largo plazo resultantes constituyen un marco para la asignación estratégica de activos de los inversores. En concreto, destacan cuatro palabras clave: sistema comercial, IA, renta variable y diversificación.
“Los cambios estructurales –como la mayor adopción de la IA– y los actuales niveles de valoración suponen un cambio en el patrón de retornos con grandes implicaciones para la asignación estratégica de activos. Los bonos han vuelto y la Renta Variable deja de centrarse en EE.UU., para hacerlo en Europa y Asia. Los rendimientos de los activos privados se normalizarán gradualmente, pero seguirán siendo un motor clave de diversificación”, afirma Vincent Mortier, director de inversiones del grupo Amundi.
En opinión de Monica Defend, directora del Amundi Investment Institute, en un mundo en constante cambio, marcado por el aumento del nacionalismo y la fragmentación geopolítica, Europa tiene potencial para impulsar su competitividad. “Asia se está convirtiendo en una potencia tecnológica mundial y Estados Unidos seguirá cosechando los beneficios de la inteligencia artificial. Aunque estas tendencias apuntan a una combinación favorable de crecimiento e inflación para la próxima década, el crecimiento a largo plazo se enfrenta a retos derivados del deterioro de la dinámica demográfica, la elevada deuda y los impactos climáticos”, añade sobre las otras regiones.
Escenario principal
En comparación con la edición del año pasado, el escenario central para 2025 de Amundi incorpora la evolución de las principales tendencias estructurales. “Tenemos en cuenta la evolución socioeconómica derivada del aumento de las tensiones geopolíticas y la rivalidad regional, la progresiva redistribución de la población mundial y los nuevos retrasos y fragmentación de la transición energética. También evaluamos el impacto de la IA en el crecimiento mundial a través de una mayor desagregación por países”.
Su primer mensaje es que esperan un reequilibrio del crecimiento mundial. “Esperamos que el crecimiento anual del PIB mundial real se sitúe en una media del 2,6%, con un crecimiento de los mercados desarrollados del 1,5% (EE.UU. 2,0%; zona Euro 1,1%) y de los mercados emergentes del 3,3%. Asia debería mantener su prima de crecimiento, impulsada por los avances tecnológicos, para crear importantes oportunidades de inversión”, señalan.
También esperan que la inflación sea más volátil, sobre todo en relación a los tipos de interés, y una mayor adopción de la IA a distintas velocidades, lo cual no compensará totalmente la reducción a largo plazo del crecimiento potencial debido al deterioro de las dinámicas demográficas y climáticas.
“Esto conducirá a un menor crecimiento a largo plazo y a una mayor compresión de la prima de crecimiento de los mercados emergentes. Para los países con mayores dificultades demográficas, los beneficios de la productividad de la IA ofrecerán cierto alivio, pero sólo los países con un dividendo demográfico positivo seguirán disfrutando de un mayor crecimiento potencial sostenible cuando el impacto de la IA sobre la productividad disminuya. A partir de los años 40, el crecimiento potencial se verá impulsado principalmente por la demografía, mientras que el coste físico del cambio climático aumentará en todas las regiones”, argumentan desde la gestora.
Asignación estratégica: 2025-2034
Según explica Amundi, los cambios en su escenario macro para 2025 tienen importantes implicaciones en los rendimientos esperados de las clases de activos. “El dinámico entorno político ha provocado una fuerte rotación de los mercados, dando lugar a la aparición de varias tendencias que destacamos en la edición de 2024. Esto subraya la importancia de la diversificación entre geografías y sectores, al tiempo que se prepara para una mayor volatilidad y posibles cambios en las preferencias regionales que puedan desencadenar cambios políticos sustanciales”, apuntan.
A pesar de las crecientes incertidumbres, consideran que el reajuste de los diferenciales de valoración implica que los rendimientos esperados a 10 años son superiores en todos los ámbitos que en las hipótesis del año pasado. Por eso, con un mayor énfasis en la diversificación, prevén que la asignación estratégica optimizada de activos 60-40 genere rendimientos de alrededor del 7% para los inversores en dólares estadounidenses y del 6% para los inversores en euros. “Los bonos siguen siendo un anclaje estable, pero algunos cambios en los activos de riesgo ofrecen oportunidades de mayores rendimientos, en particular en la renta variable y la deuda privada”, matizan.
En este sentido, consideran que los rendimientos esperados de la renta fija son ligeramente superiores, además las expectativas para los bonos soberanos mejoraron en general. “El giro fiscal en Alemania representa un cambio de panorama para los bonos europeos, y los retornos en euros están más cerca de su norma a largo plazo y mejor posicionados desde el punto de vista del rendimiento. Las perspectivas para los activos de renta fija crediticia siguen siendo positivas en general, en particular para el segmento de grado de inversión y los bonos de mercados emergentes. Los bonos de los mercados emergentes presentan las mayores expectativas de retorno de la renta fija (cerca del 6%) y unos rendimientos ajustados al riesgo más elevados”, explican.
Activos de riesgo
En cuanto a las expectativas para los activos de mayor riesgo, la gestora los ha revisado al alza, para casi un 70% de las clases de activos de riesgo cubiertas, con retornos superiores al 7% (frente al 23% en el CMA 2024). Por regiones, esperan que los mayores retornos de la renta variable procedan de Europa (retorno anualizado prevista del 7,5%) y de los mercados emergentes (7,9%) –dado que Asia se está convirtiendo rápidamente en una potencia en la carrera tecnológica mundial, más que de EE.UU. (6,1%).
También destacan a India, que presenta el mayor potencial de retorno de la renta variable, con un 8,2% para la próxima década: “Las valoraciones pueden estar ajustadas, pero el país debería beneficiarse de la rivalidad entre EE.UU. y China. A pesar de los recientes movimientos del mercado, esperamos que continúe el creciente atractivo de Europa y los mercados emergentes, debido a unas valoraciones relativamente atractivas y al crecimiento potencial derivado de las nuevas políticas industriales”.
Por sectores, añaden que los gastos de capital (Capex) serán un tema más fuerte que el consumo y los sectores financiero, sanitario, industrial y de TI (selectivamente) serán los más beneficiados en todas las regiones.
Diversificación: todavía la clave
Por último, consideran que será necesario una mayor diversificación en la asignación estratégica de activos, habida cuenta de la inflación y la volatilidad de los tipos. “Con unas hipótesis de retornos mejoradas para la renta variable, la asignación estratégica de activos favorece más a esta clase de activos, pero, al mismo tiempo, buscará el equilibrio mediante activos de volatilidad media y baja correlación tanto con la renta variable, como con la renta fija. Esto se traducirá en un desplazamiento de parte de la exposición del global aggregate a los bonos de los mercados emergentes y a los activos reales y alternativos. La deuda privada y las infraestructuras, en particular, pueden representar fuentes de ingresos estables”, concluyen.