Alegría y cautela han sido los dos sentimientos que han reinado en el mercado tras darse por terminado el cierre gubernamental de la administración estadounidense más largo del país, en total 43 días. Por un lado, en EE.UU., los operadores de Wall Street impulsaron la mayoría de las acciones al alza mientras los rendimientos de los bonos retrocedían, y, por otro lado, los inversores se movían sin olvidar que, el retorno a la normalidad tomará varias semanas y que el grueso del acuerdo durará apenas hasta principios del año que viene, en concreto, hasta el 31 de enero.
“La resolución del cierre del Gobierno estadounidense elimina parte de la incertidumbre a corto plazo y es, sin duda, un avance positivo. Sin embargo, somos conscientes de que la tregua es temporal: la próxima fecha límite llegará rápidamente. Queda por ver si esta pausa creará un margen para negociar un acuerdo más duradero. Para la renta variable mundial, la conclusión ha sido moderadamente favorable, y la reanudación de la recopilación de datos debería proporcionar a los inversores una mejor visibilidad del estado de la economía estadounidense. Dicho esto, el retraso en los datos puede generar ambigüedad en torno a la verdadera situación económica de Estados Unidos, y persisten riesgos clave, como la fortaleza del consumidor estadounidense y el debate sobre si el comercio de IA es una burbuja”, señala Paul Dalton, director de inversiones en renta variable de Federated Hermes Limited.
La alegría
Al poner el foco en la parte más positiva, Benoit Anne, Senior Managing Director del Grupo de Estrategia e Insights MFS Investment Management, reconoce que se trata de una gran noticia en muchos sentidos. “Para empezar, los analistas volverán a beneficiarse de la reanudación del flujo de datos oficiales. También significa que el impacto negativo del cierre sobre el crecimiento será bastante limitado. La pregunta clave ahora es qué panorama macroeconómico nos vamos a encontrar. Parece que los datos laborales están marcando la pauta en este momento, aunque es muy posible que sigan enviando señales contradictorias”, señala Anne.
Un dato objetivo es que el optimismo ante el fin del cierre de gobierno de EE.UU. ayudó a que la renta variable estadounidense ampliara sus ganancias el pasado martes. Históricamente, los cierres del gobierno estadounidense han tenido un impacto limitado en los mercados, por lo que este cambio rápido en el sentimiento de los inversores no debería sorprender. En opinión de Mark Haefele, CIO de UBS Global Wealth Management, “la política monetaria expansiva de la Reserva Federal, los sólidos beneficios corporativos y el fuerte gasto en inteligencia artificial (IA) han sido los principales motores del mercado y deberían seguir respaldando el rally bursátil. Creemos que las acciones estadounidenses aún tienen recorrido al alza y esperamos que el S&P 500 alcance los 7.300 puntos en junio de 2026”.
La cautela
Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, coincide en que esta reapertura ofrecerá finalmente a la Reserva Federal de EE.UU. mayor claridad sobre los datos económicos y la dirección de la política monetaria, un factor cuya ausencia ha contribuido a frenar la actividad legislativa. Pero advierte: “Aunque el impacto económico del cierre podría haber sido limitado, los importantes retrasos en los vuelos y el riesgo de suspensión de los cupones de alimentos llevaron la situación a un punto crítico. No obstante, persisten otros desafíos, como la revisión por parte de la Corte Suprema de la legalidad de los aranceles impuestos por el presidente Trump”.
Desde Banca March consideran que los mercados financieros reciben con cautela la reactivación del Gobierno, conscientes de su carácter transitorio. Además, consideran que siguen pendientes de las publicaciones macroeconómicas aplazadas, y la próxima semana se esperan los resultados de Nvidia, en medio del debate sobre la evolución de la inteligencia artificial.
“En los próximos días se actualizarán los calendarios de publicación de las agencias afectadas, y se conocerá la decisión final al respecto. Este calendario será clave, ya que dichos datos serán utilizados por el Comité de la Reserva Federal en su reunión de política monetaria prevista para el 10 de diciembre. Aunque el regreso a la normalidad será progresivo, llega justo a tiempo para el inicio del periodo navideño. El impacto económico más grave se ha evitado, y la Administración Trump presenta esta reapertura, una vez más, como una victoria frente a un problema que, en realidad, fue autoinducido”, señalan en su análisis diario.
La visión de Muzinich&Co es más dura y considera que EE.UU. está en el centro del repunte de la cautela global. “Los inversores están poniendo a prueba el muro de preocupaciones, verificando la solidez de sus ladrillos, crecimiento, geopolítica, valoraciones, liquidez y desequilibrios, en una versión inversora del juego Jenga. En otras palabras, el sentimiento se ha deteriorado. Nuestro indicador preferido, el índice VIX, superó recientemente el nivel de 20, lo que sugiere un aumento de la incertidumbre. Estados Unidos se sitúa en el centro de este repunte de incertidumbre global, comenzando por el cierre parcial del Gobierno, que ha sido el más largo de la historia y por el que se estima que ha costado a la economía unos 15.000 millones de dólares por semana”, apuntan.
Balance del impacto del cierre
Según los expertos, tras este cierre récord es probable que se recupere gran parte de la actividad económica perdida en las últimas semanas, ya que los trabajadores federales serán recontratados y recibirán el pago íntegro de sus salarios atrasados. “Se prevé que el PIB de EE.UU. del cuarto trimestre se reduzca varias décimas debido al cierre del Gobierno, aunque gran parte de ello debería compensarse con una producción más fuerte en el primer trimestre de 2026, lo que impulsará el crecimiento para el año natural 2026. En concreto, prevemos un crecimiento del 2,4% para el próximo año, frente al 2,1% estimado para este año, a pesar del aumento de las amenazas para el crecimiento económico de EE.UU..
Los cierres de corta duración suelen tener efectos económicos limitados, pero este podría dejar una huella duradera debido a su extensión récord. La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó recientemente que se podrían perder de forma permanente alrededor de 11.000 millones de dólares en actividad económica”, señala Dennis Shen, presidente del Consejo Macroeconómico de Scope Ratings.
Para Susan Hill, directora de Liquidez Gubernamental en Federated Hermes, el impacto más notable del cierre del Gobierno en los mercados de liquidez ha sido la falta de datos oficiales y el grado en que esto puede haber influido en las consideraciones de la Fed sobre futuras medidas políticas. “Acogemos con satisfacción el fin del cierre y la reanudación de los datos antes de la reunión del FOMC de diciembre. Desde un punto de vista técnico, el elevado saldo de caja operativo del Tesoro —en parte una manifestación del cierre del Gobierno que ha provocado retrasos en las salidas de fondos— ha contribuido al aumento de los tipos de financiación a un día en el tramo inicial”, concluye Hill.


Por Carlos Ruiz de Antequera
