Los fondos de inversión son el mejor producto para gestionar el ahorro de las familias españolas de cara a la jubilación. Así se recoge en el estudio ‘España: una nueva hoja de ruta para el ahorro’, presentado por el responsable del Departamento de Investigación del IEB, Miguel Ángel Bernal, y por el director del programa directivo de Inversiones Alternativas del IEB, Sergio Míguez. El estudio ha sido una de las primeras iniciativas puestas en marcha por el ‘Observatorio IEB-Inversión: Tendencias en la gestión del patrimonio y el ahorro’, y analiza la situación financiera de las familias españolas y sus hábitos de ahorro en comparación con los países anglosajones (EE.UU. y Gran Bretaña) y con los ahorradores alemanes.
La nueva situación económica surgida tras la crisis y el nuevo panorama laboral provocan que el ahorrador español, siempre enfocado a conseguir rentabilidades en el corto plazo, se vea obligado a tener en cuenta otros productos más óptimos para el largo plazo y con los que asumir un perfil menos conservador que permita rentabilidades interesantes, según consta en el estudio.
Además de los depósitos, el ahorrador español apostaba históricamente por la vivienda como la principal inversión de las familias. Una vez más, como destaca el estudio, la nueva situación del mercado laboral provoca en el mercado inmobiliario situaciones como la morosidad y, en última instancia, los desahucios y un drama, personal, social y económico. Además, según comentaron los profesores del IEB, “es previsible que haya un aumento en la imposición tributaria de la vivienda”.
Por todo ello, el ahorro “debería iniciar un cambio para tender hacia una equiparación” con los países del entorno, como Alemania o los países anglosajones y utilizar sus ejemplos como hoja de ruta, destacaron los ponentes.
Las conclusiones del informe explican que “no hay más opción que la de reforzar el ahorro privado, dado el alto nivel de endeudamiento del país, una pirámide demográfica desfavorable y el incremento de la esperanza de vida”. Esto supondría que “los individuos tendrán que asumir el control de su propio destino y empezar a planificar y ahorrar con una visión de largo plazo”, añadió.
“En lugar de preocuparse por los movimientos a corto plazo en los mercados o por la rentabilidad de instrumentos financieros con vencimiento cercano, el inversor español debería centrarse en la consecución de sus propios objetivos personal, con un nivel de riesgo adecuado para alcanzarlos y con asesoramiento financiero profesional”, reconoce el estudio.
En cuanto a los vehículos más apropiados para este nuevo tipo de ahorro, el estudio plantea “no sólo poner el foco en planes de pensiones” y apuesta por la inversión a través de fondos como la mejor manera “para un diversificación eficiente de las carteras”.
Esta nueva tendencia nos acercaría a países anglosajones como EE.UU. y Gran Bretaña, donde los ahorros de los ciudadanos se vehiculan mayoritariamente a través de fondos de inversión y de productos especialmente indicados para el ahorro, con un buen tratamiento fiscal para fomentar su uso de cara a la jubilación.
Por otro lado, el estudio también analiza la situación alemana, cuyo ahorrador se muestra más conservador que el anglosajón a la hora de gestionar su dinero. El ciudadano alemán tiene preferencia por el alquiler frente a la compra de vivienda, pero es más consciente de la necesidad del ahorro a través de productos que permitan liquidez para hacer frente a situaciones difíciles y, al mismo tiempo, se conviertan en un seguro para complementar la aportación estatal durante la jubilación.