¿Quiénes serán las compañías dominantes del futuro? Esta es una de las preguntas que gestores e inversores se planean sistemáticamente, con mayor o menor fortuna a lo largo del tiempo. Una estrategia enfocada en identificar los valores de hoy que serán los líderes del mañana es el fondo DPAM B Equities NEWGEMS Sustainable, uno de los fondos estandarte de DPAM.
La exposición a la tecnología se encuentra en el corazón de esta estrategia, aunque es necesario indicar que el enfoque de los gestores está en compañías con características muy concretas y, sobre todo, que ofrezcan visibilidad sobre su crecimiento a varios años vista.
Entre los requisitos buscados también figuran que sean compañías punteras y con una posición dominante en su sector; esta labor de stock picking se presenta especialmente fundamental considerando que los expertos de DPAM anticipan que la IA ha traído consigo el inicio de un nuevo superciclo tecnológico, “comparable a la llegada de internet”, en palabras de Víctor Asensi, country head de DPAM para España y Latam. Hablamos con Asensi sobre uno de los fondos estrella de la compañía, actualizando el posicionamiento de cara al último trimestre del año.
Como gestores activos y enfocados en el largo plazo, ¿dónde residen actualmente sus mayores convicciones?
Nuestra mayor convicción es que la innovación seguirá siendo el principal motor de rentabilidad estructural. Apostamos por compañías que lideran siete temáticas globales basadas en megatendencias: nanotecnología, ecología, wellness, Generación Z, e-society, manufacturing 4.0 y seguridad. Entre ellas, la inteligencia artificial ocupa un lugar central: creemos que no es una moda pasajera, sino el inicio de un nuevo superciclo tecnológico comparable a la llegada de internet, el cloud o el móvil.
La tecnología era la principal ponderación en cartera durante el primer trimestre, con un peso cercano al 50%. ¿Han realizado algún cambio en lo que va de año?
La tecnología sigue siendo el corazón de la estrategia (46,9% frente al 26,8% del MSCI World). Sin embargo, hemos hecho ajustes: redujimos exposición en salud y wellness tras cierta pérdida de momentum, y reforzamos posiciones en semiconductores, cloud, ciberseguridad y vehículos eléctricos. En nuestra aproximación distinguimos entre “enablers” (quienes construyen la infraestructura de IA, como fabricantes de chips o proveedores de cloud) y “adopters” (compañías de software, internet o comercio electrónico que amplían su mercado gracias a la IA).
Dentro de la megatendencia de la inteligencia artificial, ¿en qué subsegmentos ven más oportunidades?
Vemos oportunidades en varias capas del ecosistema:
- Semiconductores (20–25% de la cartera): fundamentales para el entrenamiento y despliegue de modelos de IA, con líderes como Nvidia o TSMC.
- Cloud y SaaS: el crecimiento de ingresos cloud se mantiene en tasas del 20%–25% anual.
- GenAI y copilots: hoy ya integrados en los productos de Microsoft, Meta o Adobe.
- Aplicaciones concretas: publicidad digital —el caso de uso más rentable hoy—, pero también automóviles autónomos (ya más de ¼ de los trayectos en San Francisco), automatización logística (Amazon tendrá pronto tantos robots como humanos) y descubrimiento de fármacos, donde la IA acelera plazos y reduce costes de forma drástica.
Hoy en día existe incertidumbre en torno a los aranceles y su impacto. ¿Cómo han preparado la cartera para protegerse?
La diversificación geográfica y temática es nuestra primera línea de defensa. Mantenemos 64 compañías de alta calidad, con balances sólidos y exposición global, lo que ayuda a mitigar tensiones comerciales o disrupciones en cadenas de suministro. Además, la IA está ya integrada en los presupuestos corporativos reales: no es un “side bet”, sino el centro de la hoja de ruta de producto de muchas multinacionales, lo que diversifica los riesgos y refuerza la resiliencia del conjunto.
A pesar de los buenos resultados en el primer trimestre, muchas valoraciones de compañías en cartera se contrajeron. ¿Sigue esta tendencia? ¿Cómo se comparan sus compañías con el índice?
La ejecución empresarial ha sido sólida: +14% en ventas y +23% en beneficios en el segundo trimestre. Sin embargo, las valoraciones se han ajustado: el PER a 12 meses está en 25,4 veces, en línea con su media de 5 años y lejos de una burbuja. Frente al MSCI World, nuestras compañías presentan métricas superiores: ROE del 29% frente al 14%, margen neto del 28% frente al 12% y un crecimiento de beneficios del 19% frente al 7%.
Su estrategia estaba en máximos antes del “Liberation Day”, pero todavía muestra caídas en el año. ¿Es un buen punto de entrada?
Sí. Tras el ajuste de este año (-3,8% YTD a cierre de julio), las valoraciones actuales ofrecen un punto de entrada atractivo. Seguimos en los primeros días de la IA, comparable a la fase inicial de internet o los móviles, cuando muchos subestimaban su adopción. Las megatendencias estructurales que impulsan nuestras temáticas permanecen intactas y las compañías presentan fundamentales sólidos. Para un inversor de largo plazo, creemos que este es un momento interesante.
Estamos viendo divergencias en crecimiento, política fiscal y monetaria entre regiones. ¿Cómo las aprovechan?
Las divergencias regionales generan oportunidades de alfa. Hemos incrementado peso en la eurozona y en Asia (especialmente Taiwán y China), a la vez que mantenemos una alta exposición en EE.UU., donde se concentran los líderes globales de IA y Big Tech. Creemos que las empresas dominantes con infraestructuras, datos y talento serán los grandes beneficiarios. Además, nuestras compañías presentan balances muy sólidos: la ratio de deuda neta/ebitda es de 0,2 veces frente a las 1,7 veces del índice, lo que reduce la sensibilidad a variaciones en tipos.
¿Qué horizonte de inversión recomiendan para entrar en esta estrategia?
Un horizonte mínimo de cinco años. La innovación requiere tiempo para desplegar su efecto en ingresos y beneficios. Como dice la Ley de Amara, tendemos a sobreestimar el impacto de una tecnología en el corto plazo y a subestimar en el largo. Nuestra gestión activa y basada en criterios ASG busca precisamente capturar ese valor estructural, con la convicción de que la IA será un motor clave de crecimiento en la próxima década.