El mercado de capitales global opera bajo el dominio de una única y peligrosa narrativa: la euforia por la inteligencia artificial en Estados Unidos. Según las gestoras internacionales, este auge ha impulsado los índices a nuevas alturas y ha generado rendimientos extraordinarios. Sin embargo, reconocen que esta misma euforia ha sembrado las semillas de un riesgo sistémico, creando niveles de concentración de mercado que no se veían en décadas.
La interdependencia y las altas valoraciones de este selecto grupo de compañías exigen un análisis riguroso y una respuesta estratégica. Por ello, las firmas de inversión defienden que es fundamental de cara al próximo año adoptar una estrategia proactiva de diversificación global. En este sentido, defienden que no se trata de abandonar el mercado, sino de reequilibrar la cartera para mitigar los riesgos crecientes inherentes a la concentración en la tecnología estadounidense y, al mismo tiempo, capturar oportunidades de valor significativas que están surgiendo en otras regiones y clases de activos.
Los motivos para el vértigo
Analizar en profundidad los cimientos del actual mercado alcista estadounidense es un ejercicio estratégico fundamental. Las gestoras coinciden en que la euforia que rodea a la IA, si bien justificada en parte por su potencial transformador, puede ocultar vulnerabilidades estructurales que los inversores prudentes no pueden permitirse ignorar. En este sentido, los datos muestran que, desde el lanzamiento de ChatGPT, solo 41 valores vinculados a la IA explican el 75% de las ganancias totales del índice S&P 500.
“No vemos una burbuja de IA, sino un auge continuo de la IA que podría generar importantes ganancias de productividad en los próximos años”, reconoce Benjardin Gärtner, director global de Renta Variable en DWS. Según su visión, aunque pueden surgir contratiempos en el camino, como ocurre con cualquier revolución tecnológica, la historia de crecimiento parece mantenerse intacta.
Para Raphaël Thuin, director de Estrategias de Mercados de Capitales, y Nina Majstorovic, especialista en producto, estrategias de Mercados de Capitales de Tikehau Capital, la cuestión es que durante la última década, los beneficios de las empresas tecnológicas han crecido más rápido que el mercado, gracias en particular a la publicidad online, la inteligencia artificial y la nube. Y señalan que los últimos resultados de Nvidia son un ejemplo perfecto de ello y confirman la fortaleza del ciclo de la IA.
“No obstante, siguen existiendo dudas sobre la sostenibilidad de la demanda, la visibilidad más allá de los próximos trimestres y la calidad de la cartera de pedidos. El mercado debate una posible desaceleración marginal de la innovación y un rendimiento de la inversión (ROI) aún desigual. Por último, la circularidad de la financiación, el aumento del uso de la deuda (incluida la deuda privada) y las restricciones energéticas necesarias para un despliegue masivo alimentan cierta desconfianza hacia el sector”, explican.
Sin embargo, a pesar de estos puntos de cautela, consideran que la IA sigue siendo una megatendencia estructural. “Su adopción es tangible en términos de uso, y los primeros signos de aumento de la productividad empiezan a ser evidentes. Creemos que los hiperescaladores tienen balances sólidos y el flujo de caja necesario para financiar el ciclo de inversión. Por consiguiente, parece adecuado mantener la exposición a largo plazo, al tiempo que se favorece un enfoque selectivo centrado en los sectores con visibilidad sobre la demanda, poder de fijación de precios y capacidad para generar flujo de caja que cubra las inversiones. Al mismo tiempo, será importante supervisar la transformación efectiva de las carteras de pedidos, la disciplina financiera, la trayectoria de las inversiones y el acceso y el coste de la energía”, defienden los expertos de Tikehau Capital.
Ideas para diversificar
A la hora de pensar esa diversificación, los expertos de la boutique Quality Growth (Vontobel) apuntan que que las acciones value fuera de EE.UU. han igualado el rendimiento del Nasdaq 100, considerado a menudo como el referente de las empresas tecnológicas de alto crecimiento. “Gran parte de este resurgimiento global del value se explica por la revalorización de los sectores cíclicos, en especial banca. Los inversores están incorporando en los precios un mayor potencial de beneficios, políticas de retorno de capital mejoradas y unas perspectivas fiscales y monetarias más favorables”, explican desde la firma.
Entre sus activos favoritos se encuentran los bancos europeos,que han sido beneficiarios destacados del contexto actual. “Por primera vez desde la crisis financiera global, sus ratios precio/valor en libros han superado el nivel de 1x, un cambio simbólico y relevante en el sentimiento de los inversores. Si bien existen razones para ello, observamos que desde 2024 las acciones value europeas han incrementado sus múltiplos, mientras que las compañías europeas de crecimiento y calidad no lo han hecho. Por ello, identificamos ahora oportunidades significativas en Europa entre empresas de crecimiento de alta calidad, especialmente aquellas con sólidos fundamentales y modelos de negocio resilientes”, añaden.
Desde Janus Henderson defienden que los inversores globales en renta variable deberían tener en cuenta la nueva fase que vive la renta variable europea merece ser tenida en cuenta. “Europa sin Reino Unido es el segundo mayor componente del índice MSCI All Country World, por detrás de Estados Unidos, y suele estar infraponderada en las carteras. Y, aunque las iniciativas previstas de la UE quizá no alcancen el incremento adicional del 19,6% del PIB total europeo previsto, la ambición marca claramente una ruptura con la era de austeridad, con gobiernos que ahora invierten activamente en crecimiento y seguridad”, afirman a favor del Viejo Continente.
Desde la perspectiva de la diversificación, la gestora sostiene que Europa está menos concentrada que Estados Unidos a nivel sectorial y, además, podría ofrecer una mayor oportunidad de generación de rentas. “La rentabilidad por dividendo del índice MSCI Europe es del 3,3% frente al 1,2% del índice S&P 500®. La historia muestra que una mayor rentabilidad por dividendo puede traducirse en mayores rentabilidades reales. En un periodo de cinco años, la rentabilidad mediana de las acciones con una rentabilidad por dividendo superior al 3% superó, de media, en un mínimo de 189 puntos básicos (pb) a la de las acciones con una rentabilidad inferior al 2%”, argumentan.
Por último, Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, encuentra potencial en los mercados europeos en las acciones orientadas al ámbito nacional, especialmente medianas. “Ajustado por diferencias de composición sectorial, Europa cotiza con un descuento del 25% respecto a EE.UU. en comparación con el 10% típico antes de Covid y el conflicto en Ucrania puede ser una sorpresa positiva. Las acciones europeas pueden experimentar ganancias significativas con que solo parte del gasto público alemán prometido comience a fluir. Las acciones de empresas de alta calidad, tras un periodo prolongado de baja rentabilidad, probablemente retomen su papel de proteger las carteras en fases de volatilidad del mercado, frente a sorpresas macroeconómicas o geopolíticas adversas”, afirma Paolini.
A la hora de hablar de sector, el experto de Pictet AM considera que las farmacéuticas parecen especialmente prometedoras, ya que la mayoría de malas noticias sobre precios de medicamentos han sido descontadas y el aumento de fusiones y adquisiciones y moderación del crecimiento económico facilitan desbloquear un valor significativo. “También nos gustan la tecnología, finanzas e industriales, con fuerte crecimiento de beneficios. Además el mercado británico ofrece protección contra riesgos de estanflación y atractiva rentabilidad por dividendo”, añade.



