Los expertos de las gestoras internacionales consideran que el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá los tipos sin cambios en su reunión de política monetaria de esta semana, en línea con las expectativas del mercado. Según argumentan, esta postura de “esperar y ver” tiene sentido después de que Christine Lagarde, presidenta de la institución, dejó claro en julio que se había elevado el listón para una mayor flexibilización.
“Los comentarios de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE desde esa reunión han reforzado esta opinión, y la mayoría de los miembros parecen cómodos con que el tipo de interés oficial actual sea en general neutral y no haya una necesidad apremiante de ajustar los tipos en este momento. Los datos de las últimas semanas se han mantenido relativamente bien, lo que respalda esta opinión”, apunta Niall Scanlon, gestor de Carteras de Renta Fija para MIFL (Mediolaum International Funds).
Desde Allianz GI recuerdan que durante el verano, las intervenciones públicas de los miembros del Consejo del BCE han sido escasas y esporádicas. “En la reunión del Jackson Hole, la presidenta Christine Lagarde subrayó la resiliencia del mercado laboral en la zona euro, aunque evitó referencias directas a la política monetaria. Más tarde, en el Foro Económico Mundial de Ginebra, el 20 de agosto, valoró positivamente el acuerdo arancelario alcanzado entre EE. UU. y la UE -muy por debajo del escenario más hawkish- y destacó el dinamismo del consumo y la inversión privada, así como la solidez del empleo, como pilares de la demanda interna”, destaca Michael Krautzberger, CIO Global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
En este sentido, el crecimiento en la zona euro fue superior al esperado en la primera mitad del año y el mercado laboral solo muestra signos de debilidad en unos pocos países, y la inflación se sitúa en torno al 2%. Para los gestores, lo que es más importante, es que el aumento de los precios de los servicios intensivos en mano de obra sigue ralentizándose, a medida que se debilita el crecimiento de los salarios. Para Ulrike Kastens, economista senior de DWS, estos son argumentos suficientes para afirmar que el BCE mantendrá los tipos sin cambios en septiembre.
“El panorama general de una recuperación económica moderada, con tasas de inflación en el objetivo del BCE, se mantendrá sin cambios. Dado que los riesgos para la economía se mantienen a la baja y que divergen las opiniones sobre los riesgos al alza de la inflación y la posibilidad de que esta caiga por debajo del objetivo, es probable que la rueda de prensa adopte esta vez un tono bastante neutral, sin comprometerse con una política monetaria específica. No obstante, dados los riesgos económicos existentes, mantenemos nuestra opinión de que es probable que en próximas citas se produzca una nueva bajada de los tipos de interés”, matiza Kastens.
Actualización de las proyecciones
Por ello, uno de los aspectos más relevantes de la reunión de este jueves es la actualización de las previsiones económicas de los analistas del BCE. Según destaca Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, las nuevas proyecciones del personal incorporarán el acuerdo comercial entre la UE y EE.UU. y, según el BCE, dicho acuerdo establece un arancel medio efectivo estimado entre el 12% y el 16% para las importaciones estadounidenses de productos de la zona del euro.
“Si bien la incertidumbre en materia de política comercial ha disminuido como resultado del acuerdo, persiste la incertidumbre residual sobre los aranceles, y es poco probable que desaparezca por completo bajo la actual administración estadounidense”, señala Veit..
Las proyecciones del personal del BCE de junio preveían un crecimiento medio del 0,9% en 2025, del 1,1% en 2026 y del 1,3% en 2027, y esperaban que la inflación general se situara en una media del 2,0 % en 2025, del 1,6 % en 2026 y del 2,0 % en 2027. Los datos recibidos desde entonces, incluido el acuerdo comercial entre la UE y EE.UU., no alteran significativamente esas perspectivas, por lo que PIMCO solo espera cambios marginales en comparación con junio.
“En general, creemos que el riesgo para las perspectivas de inflación a medio plazo sigue estando ampliamente equilibrado. Pensamos que el BCE querrá preservar el margen de maniobra de la política convencional y tratará de minimizar el riesgo de tener que dar marcha atrás poco después de haber alcanzado la tasa terminal. Además, su evaluación de la estrategia para 2025 proporciona al BCE un margen de maniobra adicional, lo que sugiere una tolerancia algo mayor a desviaciones modestas de la inflación con respecto al objetivo en cualquier dirección, siempre que las expectativas de inflación se mantengan ancladas”, añade el experto de PIMCO.
Según destacan desde Vanguard, el PIB del segundo trimestre creció un 0,1%,ligeramente por debajo del 0,2% previsto en junio. En su opinión, esta “debilidad es coherente” con la visión de que el adelanto de importaciones por los aranceles en el primer trimestre comenzaría a revertirse. “Se espera que la actividad global se debilite y que la elevada incertidumbre política afecte la demanda en la segunda mitad del año. Además, la tasa de desempleo bajó a 6,2% en julio, desde 6,3% en junio. Se espera que el impulso en el mercado laboral se frene, dada la perspectiva de crecimiento moderado y las señales de encuestas prospectivas”, apuntan.
Otro aspecto que también será relevante, sobre todo de cara a la rueda de prensa posterior a la reunión, es la situación política en Francia y el repunte de sus diferenciales de deuda. En opinión de Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, Lagarde tendrá que ser cauta. «No puede dar a entender ni que los diferenciales carecen de importancia y que el BCE nunca intervendría, ni que la política fiscal francesa y su prolongada laxitud presupuestaria quedan justificadas desde Fráncfort. Se trata de un equilibrio muy delicado, aunque estamos seguros de que sabrá gestionarlo. A nuestro juicio, Francia siempre ha ocupado una posición intermedia entre el núcleo y la periferia en términos de deuda. Hubo momentos en que sus bonos cotizaban cerca de los bunds alemanes; ahora, en cambio, se aproximan a Italia y España, que afrontan rendimientos similares. Lo más probable es que la presidenta Lagarde subraye que no existen motivos para activar el instrumento de protección de la transmisión en el actual entorno», comenta.
¿Nuevos recortes?
Los expertos de las gestoras también coinciden en que no es descartable que el BCE realice otro más recortes de tipos, en concreto en diciembre. “Aunque el crecimiento del PIB pueda superar ligeramente los niveles potenciales, el Consejo de Gobierno del BCE podría plantearse otro recorte de tipos si la inflación avanza hacia su objetivo, el crecimiento salarial se estabiliza y persisten los riesgos a la baja a medio plazo. No obstante, los últimos acontecimientos han reducido en cierta medida la probabilidad de que este escenario se ajuste a la hipótesis de referencia del BCE, tal y como se indica en sus previsiones de junio”, explica Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management.
Para Piazza, otra rebaja a finales de este año es un riesgo nada desdeñable, especialmente si el crecimiento sorprende a la baja en el segundo semestre de 2025, provocado por el aumento de la presión de la incertidumbre comercial, que podría traducirse en una reducción de las inversiones y un patrón de gasto más cauteloso. “Tras la reunión de septiembre, sospechamos que la dependencia en los datos seguirá siendo el factor clave para las decisiones de política monetaria, con la pequeña salvedad de que los tipos de interés oficiales son ahora más neutros que antes, lo que hace que las trabas para nuevas rebajas sean relativamente altas”, añade.