La COP30, celebrada hace apenas un mes, terminó con un mensaje claro: ni grandes avances ni retrocesos en la lucha contra el cambio climático. Para los inversores, esto significa continuidad en la transición energética, la adaptación climática y los mercados de carbono, aunque sin cambios radicales a corto plazo. El acuerdo final no incluyó medidas drásticas contra los combustibles fósiles, aunque sí se acordó aumentar la financiación para países en desarrollo de forma gradual, para que puedan pasarse a energías renovables y adaptarse a los efectos del cambio climático. La participación de Estados Unidos fue limitada y China mantuvo un perfil bajo, aunque estuvo presente en la cumbre.
«La COP30 confirmó que el multilateralismo sigue funcionando, aunque de manera fragmentada. Algunos países avanzan en reducir los combustibles fósiles, mientras otros mantienen sus compromisos previos. Esto refuerza la importancia de las políticas nacionales para que los inversores puedan aprovechar oportunidades en energía limpia», destacan desde MSCI Institute.
Conclusiones de la cumbre
Según destaca el organismo, los acuerdos sobre el Artículo 6 del Acuerdo de París buscan mejorar la transparencia y la integridad de los mercados de carbono, pero no cambian las reglas actuales. Los créditos de carbono seguirán siendo válidos según las normas existentes y los proyectos en transición desde el antiguo Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM) al nuevo mercado internacional tendrán plazos extendidos hasta 2026.
«La cumbre también reforzó la importancia de la adaptación al cambio climático. Empresas y hogares empiezan a tomar medidas frente a los riesgos físicos del clima, creando un mercado que podría alcanzar 9 billones de dólares en inversión para 2050. La resiliencia climática se convierte así en una oportunidad rentable para fondos e inversores. Por ejemplo, Brasil aprovechó la cumbre para impulsar la conservación de bosques y los créditos de carbono. Los propietarios de tierras podrían obtener hasta 37.000 millones de dólares al año vendiendo créditos de carbono en lugar de usar la tierra para agricultura o madera», añaden desde MSCI Institute.
Para estos expertos, la COP30 deja un escenario de estabilidad: «La transición energética y los mercados de carbono continúan sin grandes saltos, pero también sin retrocesos. La clave para los inversores está en seguir de cerca las políticas nacionales, las oportunidades en adaptación y resiliencia y los mercados de carbono con alta integridad, confirmando que los inversores tienen un papel central en la transición hacia una economía más limpia y resistente al cambio climático».
Implicaciones para el inversor
Para Robeco, la conclusión que deja la COP30 es que «la inversión y la titularidad activas siguen representando una oportunidad». Según su visión, este encuentro hizo avanzar el proceso multilateral sobre el clima, pero no envió una señal clara de colaboración mundial en la lucha contra el cambio climático. En cambio, reforzó el hecho de que existe una mayor fragmentación entre mercados y tecnologías. Desde la perspectiva de la gestora, este es el momento de redoblar la apuesta que reflejan nuestros principios en la hoja de ruta 2025-2030 para el clima y la naturaleza. «Cuando los gobiernos utilizan un lenguaje ambiguo o poco firme, los planes de transición de las empresas adquieren aún más importancia. Como gestores activos, vemos esta situación como una oportunidad. Nuestra investigación fundamental y los análisis propios sobre el clima y la naturaleza nos permiten distinguir a los líderes de la transición de los rezagados», señalan desde Robeco.
Para la gestora, también se ha reforzado los argumentos a favor de la titularidad activa mediante el uso de instrumentos de buen gobierno de engagement y voto por delegación. «Ayudar a las empresas a desarrollar planes de transición creíbles puede contribuir a obtener mejores resultados y a crear valor para los accionistas. Del mismo modo, la titularidad activa puede ayudar a las empresas a evitar los activos bloqueados o la erosión del valor. El panorama posterior a la COP30 es dinámico y complejo, y tiene un gran potencial. La complacencia es un riesgo, pero la inversión y la titularidad activas son una oportunidad», señalan.
En cuanto a oportunidades de inversión, la gestora considera que, en los próximos años, la transición invertible se ampliará de la energía limpia y la industria con bajas emisiones de carbono a los activos basados en la naturaleza y la financiación de la adaptación. «Prevemos oportunidades de crecimiento en renta fija, por ejemplo, bonos soberanos de adaptación; mercados privados (infraestructuras resilientes) y sectores como el de la construcción y la ingeniería, la agricultura y el farmacéutico. Al mismo tiempo, la resiliencia física será cada vez más importante para la construcción de carteras. Por definición, depende de la ubicación, por lo que conocer las diferencias regionales y locales será fundamental para captar primas por riesgos y oportunidades», afirman desde Robeco.



