¿Han jugado alguna vez a Uno, el juego de cartas? Es un juego en el que, si sale la carta del cambio del sentido, se invalidan las reglas que han regido la partida hasta ese momento. Oliver Collin, co-director del equipo de Renta Variable de Europa & UK de Invesco, considera que es una buena comparación con el momento presente: “La administración de Donald Trump ha sacado la carta del Uno reverso y ha provocado un cambio de régimen. Ya no vemos la fortaleza del dólar como un beneficio, sino como un factor negativo. Y, por tanto, hay que reevaluar todas las relaciones globales de otra manera”. Llevado a su terreno, la renta variable europea, Collin considera que el mensaje también es bastante claro: “Es improbable que comprar compañías basándose en las que habían funcionado bajo las condiciones con las que hemos operado hasta ahora sea la estrategia correcta de aquí en adelante”.
Farol o jugada maestra
Collin insiste en varios momentos de la conversación con Funds Society en lo importantes que son las bases para la inversión que se han sentado este año para la renta variable europea, particularmente todas las noticias en torno a Alemania: “La reforma fiscal en Alemania es real, una economía de cuatro billones de dólares va a gastar medio billón adicional, lo que significa que en 12 años será el equivalente a un punto porcentual de su PIB, es muy importante”. La credibilidad del impulso fiscal prometido por Alemania hace sentir al gestor “más optimista respecto a las perspectivas europeas”. También matiza que dicho estímulo al crecimiento será positivo “no para las cotizadas europeas, sino para las cotizadas europeas con exposición a la UE”.
Antes del “Día de la Liberación”, los inversores solo estaban interesados en las compañías europeas sin exposición a la Unión Europea. La carta del Uno Reverso le ha dado completamente la vuelta. Collin afirma que la manera de romper la baraja de la Administración estadounidense ha vuelto “muy difícil” para los fondos posicionarse, “porque la gama de resultados es enorme y variada”. “Lo que ha hecho la administración Trump es romper el nivel de confianza, y eso ha provocado que los inversores se preocupen por sus exposiciones. No me sorprende para nada la debilidad del dólar; los inversores están manteniendo su exposición subyacente a compañías brillantes como Meta o Google, pero están vendiendo su exposición a la divisa”, avanza el experto.
La reflexión que hace es que, de aquí en adelante, con unas perspectivas económicas más favorables para Europa y más negativas para EE.UU., inevitablemente se producirá una significativa rotación de activos entre regiones, tendencia que ya se está viendo confirmada por los flujos en lo que va de año. Dicho esto, el experto matiza que, más allá de los flujos, le resulta más interesante observar la estructura de los mercados como resultado de la acumulación de esos flujos. Así, explica que, actualmente, EE.UU. representa un 70% del índice MSCI World, mientras que Europa solo pesa un 15% y Japón, un 6%. Esto no siempre ha sido así, ya que en 2007 EE.UU. representaba un 40% del índice. “Estados Unidos no representa un 70% del PIB global. Sabemos que está sobre representado en el índice por la calidad de las empresas estadounidenses y del crecimiento que ha registrado el país en el pasado”, explica Collin, que añade: “La naturaleza sin precedentes de lo que está haciendo el régimen de Trump para recalibrar la economía global implica que ese 70% se va a reducir, y se dirigirá a otros activos”. Por tanto, el experto considera que Europa se perfila como una región receptora de parte de ese reajuste mundial hacia un menor peso de EE.UU. en las carteras.
En diciembre de 2024 la renta variable europea era el activo menos amado por los inversores y estaba fuertemente infra representada en las carteras… lo que había devuelto atractivo a las valoraciones. Collin prefiere plantear una metáfora para entender la situación: “Es como un bosque que se ha secado por completo. Lo único que necesitas es una chispa, y si la consigues y cambia la mentalidad, los flujos volverán y los múltiplos empezarán a funcionar, creando un impulso real para las bolsas”. El experto anticipa que se dan los suficientes ingredientes en la región para que siga entrando el dinero: impulso fiscal, precios de las materias primas a la baja, más recortes de los tipos de interés, más inversión en defensa, una tasa elevada de ahorro… “Todo esto está creando este asombroso telón de fondo para que la renta variable europea se revalorice en un momento en que la estadounidense parece hacer intencionadamente lo contrario”.
Transición hacia la calidad
Oliver Collin es el co-director del equipo de Renta Variable de Europa & UK, que incluye la gestión del fondo Invesco Pan European Equity, una estrategia pensada para ser un elemento “core” de una cartera bien diversificada que presenta un sesgo decididamente value, pero con un enfoque en compañías con elementos de crecimiento y calidad: “Compramos compañías que están baratas en relación con aquello en lo que se van a convertir. Somos inversores value optimistas”, resume.
Así, la estrategia dedica mucho tiempo a analizar las valoraciones de las compañías, determinar si están baratas por una razón y qué razón es esa, y finalmente evaluar si la compañía tiene capacidad para hacer cambios a mejor. Si se confirman las tesis de inversión, entonces la compañía pasa de ser percibida como “value” a ser un negocio de calidad, lo que en Invesco denominan la “transición hacia la calidad”. “Buscamos comprar negocios de alta calidad antes de que demuestren que lo son”, resume el gestor.
El enfoque es paciente, pues es necesario tiempo para que se demuestre ese cambio: “Estudiamos cómo serán las compañías de aquí a tres años”. Como la firme creencia del equipo es que los negocios en los que invierten tienen alfa subyacente, han construido una cartera con ideas de inversión que se encuentran en distintos estadios dentro de ese proceso de transición a la calidad, de diferentes sectores.
El equipo de Invesco muestra una alta convicción en que los valores que se encuentran en esa transición hacia la calidad pueden en el largo plazo ser más rentables que los conocidos como “compounders”. Según un estudio realizado internamente, las compañías que se sitúan en el primer cuartil por rentabilidad tienen un 56% de probabilidad de mantenerse en ese cuartil en los siguientes cinco años, un gran indicador de la calidad del negocio. Ese tipo de compañías pueden batir al mercado en una media del 4%. La estrategia del Invesco Pan European Equity identifica en cambio a compañías que se encuentran en los últimos cuartiles pero que tienen los elementos necesarios para mejorar. Estadísticamente, este tipo de compañías que hacen sus deberes son capaces de batir al mercado en hasta un 11%.
Collin insiste en la importancia de analizar las compañías en profundidad también como elemento de gestión del riesgo: “En un mundo complicado, cada vez se va a tratar menos de invertir en value, calidad, crecimiento o empresas cíclicas vs defensivas. Se tratará de empresas individuales”. En un contexto en el que ha salido la carta del Uno reverso, el experto apela a un cambio de mentalidad en la inversión: “No significa que todo vaya a cambiar, solo que vamos a jugar con normas diferentes. Y, por tanto, pensamos que el value, que hasta ahora había actuado como un lastre, ya no lo será de aquí en adelante”, concluye.