Las gestoras internacionales consideran que el Banco Central Europeo (BCE) ha entrado en una nueva fase de pausa. En su reunión de esta semana, la institución monetaria mantuvo los tipos sin cambios y, pese a dar pocas pistas, señaló que se tomará más tiempo para evaluar la evolución económica en un contexto internacional que reconoce que es complejo.
“La presidenta Lagarde reiteró que las decisiones de política monetaria futuras dependerán de los datos, al tiempo que destacó que los tipos actuales se encuentran dentro del rango que el BCE considera neutral. Las previsiones de crecimiento para 2025 se revisaron al alza hasta el 1,2%. En cuanto a la situación política en Francia, la presidenta Lagarde afirmó que no es un tema sobre el que el BCE deba pronunciarse, al tiempo que transmitió el mensaje de que la responsabilidad fiscal es extremadamente importante”, resume Felipe Villarroel, socio, gestor de carteras en TwentyFour AM (boutique de Vontobel).
Para Forest es relevante que se espera que la brecha de tipos de interés con la Reserva Federal se reduzca en los próximos meses. “Con señales de un mercado laboral estadounidense más débil, la Fed podría recortar tipos en dos ocasiones este año. Sin embargo, las presiones sobre los precios ligadas a los aranceles podrían reaparecer, dejando a Jerome Powell entre la presión política del presidente Trump y un margen de maniobra cada vez más reducido”, explica el CIO de Candriam.
Pese a la inestabilidad política, esta reunión de septiembre, deja la sensación de que el BCE ha cumplido su labor. “En un momento en que el libre comercio flaquea, resurgen las tensiones políticas y se cuestiona la independencia de la Reserva Federal, la zona euro puede contar con un banco central creíble. Ha sabido navegar sin sobresaltos en el entorno convulso de los últimos meses”, señala Raphaël Thuin, head of Capital Markets Strategies en Tikehau Capital.
¿Fin de su trabajo?
Para Luke Bartholomew, economista jefe adjunto de Aberdeen Investments, la cuestión más relevante es si realmente el BCE ha concluido ya su ciclo de relajación o si simplemente hace una pausa antes de aplicar nuevos recortes en el futuro. En su opinión, las previsiones económicas parecen, en términos generales, coherentes con la idea de que este ciclo de flexibilización ha llegado a su fin.
“Seguimos considerando que el próximo movimiento será probablemente una subida de tipos en lugar de una bajada, aunque esto aún podría tardar en materializarse. Por supuesto, un fuerte aumento en los costes de financiación de Francia podría aún desestabilizar la economía de la eurozona y forzar nuevas medidas de estímulo. Sin embargo, una intervención explícita del BCE en el mercado de deuda francés sigue pareciendo algo lejano”, afirma Bartholomew.
En opinión de Nicolas Forest, CIO de Candriam, con los tipos de interés ya en niveles neutrales, el Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido en gran medida su objetivo inmediato de contener la inflación. Aunque reconoce que, en el escenario actual, el BCE mantiene todas las opciones abiertas, ya que sus próximas decisiones dependerán de si los datos entrantes continúan mostrando mejoras moderadas o si, por el contrario, los aranceles de EE.UU. y el deterioro de la economía china pesan con más fuerza sobre Europa.
Irene Lauro, economista para la eurozona de Schroders, también ve claro que la decisión del BCE confirma su visión de que el ciclo de flexibilización ha terminado. “Con la disminución de la incertidumbre comercial, la recuperación de la zona euro se acelerará. Los riesgos para la eurozona han pasado de la incertidumbre comercial a la inestabilidad política, con Francia ahora en el punto de mira fiscal. Pero la resistencia de la economía y el fortalecimiento de la demanda interna significan que el BCE puede permitirse mantener sin cambios su política monetaria”, argumenta.
A la hora de hablar de recortes, Sandra Rhouma, vicepresidenta y economista europea del equipo de Renta Fija de AllianceBernstein, considera que puede haber un recorte más antes de que acabe el año, aunque la institución monetaria necesitará “pruebas convincentes”. Rhouma argumenta que el BCE se encuentra en “una buena posición”, como repite a menudo la presidenta Lagarde, lo que también significa que podrían y deberían aplicar más recortes cuando sea necesario.
“Creo que los datos de la reunión de diciembre serán lo suficientemente convincentes, pero debemos reconocer que la actual función de reacción del BCE aumenta el riesgo de que no se produzcan más recortes este año. En particular, dado que siguen ignorando los indicios de situarse por debajo de su objetivo a medio plazo que se reflejan en sus propias previsiones”, matiza.
En este sentido, Guy Stear, director de Estrategia de Mercados Desarrollados, Amundi Investment Institute, añade que al recortar la previsión de inflación para 2027 a menos del 2%, el BCE podría estar allanando el camino para una bajada de tipos antes de que finalice el año. “La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se muestra optimista respecto al crecimiento, pero nos preocupa que todos los esfuerzos por reducir los déficits fuera de Alemania terminen perjudicando la demanda de los consumidores”, explica Stear.
Implicaciones para el inversor
Los mercados interpretaron los comentarios de Lagarde como de tono restrictivo, reduciendo aún más las expectativas de un recorte adicional de tipos en el futuro; y tras estas declaraciones se produjo un modesto aplanamiento bajista de la curva del Bund. “Dada la tensión en las posiciones, no podemos descartar nuevos aplanamientos modestos en el tramo 5-30 años en el corto plazo, aunque sospechamos que, una vez descartado por completo un recorte de tipos, se reanudará el empinamiento de la curva. El equilibrio de riesgos sugiere que las curvas se mantendrán empinadas o se empinarán aún más a medio plazo”, apunta Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management.
Según Forest, este entorno apunta a un periodo de mayor volatilidad, pero también de oportunidades: el crecimiento europeo, junto con medidas fiscales de apoyo, podría sostener determinados segmentos de renta variable y crédito; mientras que la perspectiva de recortes de tipos en EE. UU. aumentaría la demanda de bonos de alta calidad.
Según David Zahn, responsable de Renta Fija europea de Franklin Templeton, tras la reunión de septiembre del BCE, el hecho de que el BCE haya mantenido los tipos en el 2%, refleja una inflación estable en un contexto de señales de menor crecimiento. “Consideramos que la política monetaria se mantiene en líneas generales neutral, lo que favorece a los bonos de corta duración y a valores defensivos de calidad en renta variable. El sector financiero podría verse presionado si las expectativas de tipos continúan contenidas, mientras que los riesgos geopolíticos y energéticos requieren un seguimiento estrecho”, apunta Zahn.
Algunas firmas consideran que los ingresos fijos se están recalibrando silenciosamente. Según Thomas Ross, director de High Yield en Janus Henderson, la confianza de los inversores debería verse reforzada, no solo por la visión benigna del BCE sobre los riesgos a la baja para la economía, sino también por la posibilidad de que se produzca un nuevo recorte para añadir más protección y consolidar un contexto de baja volatilidad. “En nuestra opinión, las estrategias de captura de rendimiento, como el crédito titulizado, el crédito corporativo y las estrategias de ingresos multisectoriales, deberían suscitar un mayor interés por parte de los inversores”, sostiene Ross.