En lo que va de 2025, el FF Global Technology Fund de Fidelity International ha logrado superar tanto a su índice de referencia como a la mayoría de los fondos comparables de su categoría. Según explica el equipo gestor, este resultado responde a un enfoque coherente de selección ascendente de valores y a una comprensión de las valoraciones de las empresas, una estrategia que, “ha demostrado ser resistente en un entorno incierto y volátil”.
Los expertos de Fidelity subrayan que una de las claves del buen comportamiento del fondo ha sido la exposición a valores tecnológicos chinos, respaldada por la mejora del sentimiento general del mercado y por unos fundamentales que, a su juicio, siguen siendo sólidos. También señalan el buen rendimiento de compañías del sector de semiconductores que habían sido castigadas por los inversores, pero que han comenzado a mostrar signos de recuperación.
El equipo gestor destaca, además, el impacto positivo de situaciones de empresas concretas, como las reestructuraciones llevadas a cabo por empresas como Ericsson y Teleperformance, o ciertas operaciones especiales puntuales, como la protagonizada por Deliveroo. No obstante, insisten en que lo más importante ha sido mantener la disciplina de inversión y “no dejarse llevar por la corriente”, especialmente en las áreas más especulativas dentro del segmento de la IA, lo que permitió proteger el fondo cuando cambió la dirección del mercado.
La evolución de los valores tecnológicos ha sido volátil en 2025. ¿Qué ha desencadenado estos bruscos movimientos del mercado?
El equipo apunta a la incertidumbre económica global como el principal motor de la volatilidad vivida en los mercados. A su juicio, el temor a una inflación persistente y la posibilidad de una “reactivación” de las tensiones comerciales y los aranceles fueron los factores que más inquietaron a los inversores. Estas preocupaciones, reconocen, generaron nerviosismo, especialmente en un sector como el tecnológico, que venía de ofrecer un rendimiento sólido. Pese a ese escenario, los expertos destacan la capacidad de resiliencia de los inversores, que “han aguantado” a pesar de los sobresaltos iniciales. Las compañías tecnológicas lograron recuperarse con rapidez tras las caídas de comienzos de año, lo que, en su opinión, “subraya la fortaleza del sector y su relevancia”.
Aunque admiten que las perspectivas a corto plazo se han visto afectadas, sostienen que “el telón de fondo no ha cambiado realmente”. Los motores a largo plazo de la tecnología, como la adopción de las tecnologías digitales, la innovación en inteligencia artificial (IA) y la transición a la nube siguen “prácticamente intactos”.
¿Cómo hemos conducido el fondo en medio de la incertidumbre mundial?
En un entorno de mercado volátil y en constante transformación como el actual, resulta clave intentar no reaccionar de forma exagerada. Según el equipo gestor, aunque los titulares cambien a diario, lo verdaderamente relevante para generar rentabilidades sostenidas en el largo plazo es la solidez subyacente de las compañías. Desde su experiencia, las buenas empresas suelen adaptarse y gestionar con eficacia retos como las disrupciones en las cadenas de suministro, los cambios en la normativa o las catástrofes naturales.
Con este enfoque, el equipo de gestión del FF Global Technology Fund ha seguido apostando por identificar empresas con modelos de negocio resistentes. Al mismo tiempo, subrayan la importancia de aprovechar las oportunidades que surgen de las valoraciones erróneas, es decir, “un escenario en el que los cambios en el estado de ánimo del mercado hacen que los precios de las acciones de algunas empresas no reflejen fielmente sus principales puntos fuertes, tanto positiva como negativamente”. Durante los periodos de mayor temor, aumentaron la exposición a algunas empresas de alta calidad “cuyas acciones se vendieron indiscriminadamente a medida que los inversores adoptaban una actitud de mayor cautela hacia el mercado”.
Sin embargo, también advierten que “sigue siendo esencial adoptar un enfoque riguroso” y añaden que se mantendrán alejados de las empresas cuyas valoraciones bursátiles sean demasiado elevadas. Se muestran tajantes en cuanto a evitar compañías con valoraciones excesivamente elevadas. Aunque reconocen que las perspectivas a largo plazo del sector tecnológico siguen siendo sólidas, recuerdan que, en términos generales, las valoraciones se encuentran muy por encima de las medias históricas. Este fenómeno es particularmente pronunciado en las áreas del mercado ligadas a la IA, donde, según señalan, los precios están “caros”.
A la vista del comportamiento relativo netamente inferior de los valores tecnológicos estadounidenses, ¿ha cambiado la visión sobre las empresas más grandes?
La visión del equipo sobre los grandes gigantes tecnológicos, los denominados “megavalores”, no ha variado de forma sustancial. A su juicio, se trata de empresas que el mercado suele entender bien, lo que reduce las posibilidades de encontrar valoraciones incoherentes. Por ese motivo, consideran que las oportunidades más interesantes suelen estar en las compañías de pequeña y mediana capitalización, donde es “más frecuente que estén incorrectamente valoradas”.
Sin embargo, también reconocen que existen momentos puntuales en los que el tono del mercado cambia, “lo que crea oportunidades, incluso entre las empresas de gran capitalización”, añaden. Un ejemplo que ilustra bien este fenómeno es el caso de Alphabet. Los expertos destacan cómo la creciente preocupación por su posición competitiva en áreas como el negocio de búsquedas de Google, sobre todo ante el auge acelerado de la inteligencia artificial, ha provocado una importante caída de su cotización en bolsa.
No obstante, desde su punto de vista, esa visión resulta algo reduccionista. El equipo gestor insiste en que su análisis de Alphabet va mucho más allá del negocio de búsqueda en Internet. En esencia, lo que define a esta compañía es su capacidad para resolver problemas mediante el uso avanzado de la informática.
Según explican, las búsquedas no son más que una de las múltiples aplicaciones de su modelo. Alphabet también gestiona plataformas fundamentales como YouTube, Maps y Google Cloud, y está desarrollando innovaciones relevantes en áreas emergentes como los vehículos autónomos. Además, señalan que uno de los elementos más infravalorados de la empresa es su enfoque “full-stack”, ya que trabaja tanto en el desarrollo de sistemas orientados al cliente como en infraestructuras de backend, modelos de inteligencia artificial y plataformas de software integradas. Aunque reconocen que mantener la posición dominante de Google en el negocio de las búsquedas no será sencillo, siguen confiando en la capacidad de Alphabet para adaptarse y generar valor sostenido en el largo plazo.
¿Hemos aprovechado las incoherencias de valoración de las acciones en otros ámbitos?
El equipo de expertos señala que, en ciertas áreas del mercado, han detectado incoherencias atractivas en las valoraciones, lo que les ha llevado a aumentar gradualmente su exposición a determinadas compañías en las que esto es así. Una de las áreas donde han identificado estas oportunidades es el sector de los semiconductores analógicos y los microcontroladores, especialmente aquellas empresas expuestas a los mercados finales de la industria y la automoción. Según exponen, este segmento ha experimentado un descenso notable en las cotizaciones bursátiles, en parte por el impacto de las preocupaciones ligadas a los aranceles, y también por un largo periodo de reducción de inventarios por parte de las empresas del sector. En su opinión, algunas de estas compañías han alcanzado niveles de valoración que se sitúan cerca de sus mínimos históricos, lo que representa un buen momento para comprarlas.
Otra de las áreas en las que están encontrando potencial es el del hardware tradicional, que incluye productos como ordenadores, servidores empresariales y sistemas de almacenamiento. Explican que “estos segmentos se han visto sometidos a presión a medida que las empresas han desplazado sus presupuestos hacia inversiones relacionadas con la IA, reduciendo de forma efectiva la demanda de infraestructuras tradicionales”. Sin embargo, consideran que esta dinámica responde más a “una evolución cíclica más que estructural”. Desde su perspectiva, llegará un momento en que las empresas volverán a evaluar sus necesidades en materia de hardware, y por eso quieren anticiparse a ese punto de inflexión.
Por último, manifiestan un enfoque optimista respecto a los componentes electrónicos, como discos duros. “El crecimiento de las aplicaciones de IA está provocando un aumento del volumen de datos de imagen y vídeo, lo que favorece la demanda de capacidad de almacenamiento”, afirman. A esto se suma, según los gestores, que la industria ha mejorado notablemente su disciplina en la gestión de la oferta, lo que ha permitido estabilizar los precios, “lo que se traducirá en márgenes más altos que en ciclos anteriores”.
¿Se han comportado bien las acciones chinas a pesar de la incertidumbre mundial? ¿Cómo ha evolucionado nuestro posicionamiento?
Desde el equipo gestor, mantienen una visión optimista sobre China, destacando que el fondo continúa con una exposición superior a la que presenta el índice de referencia. “A pesar de la incertidumbre, los negocios estratégicos de muchas empresas tecnológicas chinas son sólidos y las valoraciones siguen siendo atractivas frente a sus homólogas mundiales”.
No obstante, explican que su posicionamiento en China ha ido evolucionando. A principios de año, observaron un buen desempeño en los grandes valores de Internet, impulsado por el optimismo generado en torno a la IA, especialmente tras el anuncio de DeepSeek. “Aunque algunas de estas compañías nos siguen pareciendo atractivas, cada vez somos más conscientes de las importantes cantidades de dinero que estas firmas están destinando a la IA, lo que podría diluir sus márgenes de beneficio y afectar al flujo de efectivo”, explican.
Como resultado, han “estado reasignando la liquidez hacia empresas líderes en sus respectivas áreas, como plataformas de operaciones inmobiliarias, tiendas de ropa con descuento o mercados de automoción”. Según el equipo gestor, estas compañías requieren menos capital, cuentan con un sólido historial y a menudo son menos valoradas por los inversores. Por ello, confían en que están bien posicionadas para ofrecer un crecimiento sostenible sin la misma carga de inversión que otras firmas tecnológicas.
¿Qué tendencias clave se desprenden de la última temporada de resultados empresariales?
“Los resultados han sido bastante alentadores, sobre todo teniendo en cuenta la incertidumbre económica general”, explican y, destacan, que muchas empresas lograron cifras sólidas, lo que refleja la “resistencia subyacente” del sector tecnológico.
Entre los puntos claramente positivos, el equipo subraya la “fortaleza continuada de la publicidad digital”, donde las plataformas con grandes bases de clientes siguen registrando una demanda fuerte por parte de los anunciantes. Asimismo, observan una “potente dinámica en la informática en la nube”. La necesidad de plataformas en la nube continúa siendo elevada, y los proveedores están invirtiendo con decisión para aprovechar esta tendencia.
En cuanto al sector de los semiconductores, el tono también se ha vuelto más positivo. Varias compañías dedicadas a los semiconductores analógicos han señalado que su ciclo ha tocado fondo, coincidiendo con la opinión del equipo de que el sector está superando la fase de corrección de existencias.
Sin embargo, advierten que los patrones de gasto en las empresas de tecnologías de la información (TI), especialmente en software y servicios, “siguen siendo algo dispares”. Los presupuestos son todavía prudentes y los plazos de los proyectos se están ampliando en algunos casos. “Es un área que seguimos de cerca, pero en general, la última temporada de resultados dejó más aspectos positivos que negativos”, explican.
NVIDIA y otras empresas de semiconductores relacionadas con la IA han caído recientemente. ¿Cómo estamos abordando las oportunidades de inversión en IA?
Los expertos de Fidelity explican que el fondo mantiene una posición muy infraponderada en empresas de semiconductores vinculadas a la inteligencia artificial (IA). Aunque reconocen que “las inversiones entre los grandes proveedores de servicios en la nube se han mantenido fuertes, el nivel actual es insostenible. La relación entre inversión e ingresos se sitúa ya en niveles históricamente elevados. En algún momento, estas empresas tendrán que demostrar la rentabilidad de esa inversión, lo que podría presionar el gasto futuro”.
En lugar de seguir la corriente en las partes más concurridas del mercado de inversión relacionadas con la IA, afirman que prefieren centrarse en áreas que “se están pasando por alto”. “Un ejemplo son las infraestructuras informáticas empresariales tradicionales. A medida que se acelera la adopción de la IA, las empresas necesitarán actualizar sus sistemas para satisfacer las demandas de mayor rendimiento, más eficiencia y seguridad”. Esto abarca desde ordenadores, redes y almacenamiento hasta la gestión de datos, gobernanza y seguridad. Por ello, anticipan la aparición de un abanico más amplio de oportunidades no solo en semiconductores, sino también en segmentos de hardware, software y servicios de TI que “facilitarán el despliegue de la IA en todos los sectores”. Estas áreas, suelen atraer menos atención por parte de los inversores y presentan perfiles de riesgo-recompensa más atractivos para el fondo.
¿Estamos empezando a ver señales tangibles de adopción de la IA entre las empresas?
En la jornada Applied AI Day organizada por Fidelity International, fueron invitadas diversas empresas y expertos del sector para debatir sobre las aplicaciones actuales de la inteligencia artificial (IA). “El tono general fue bastante constructivo”, explican.
Entre las áreas que están adoptando rápidamente la IA, mencionan el desarrollo de software, concretamente la programación asistida por IA. Señalan que las herramientas usadas en este segmento “ya están aportando importantes mejoras de productividad en áreas como las pruebas de código, la documentación y la depuración”. Otro sector que el equipo de gestores señala es el jurídico, donde la IA se emplea para el análisis de documentación, una tarea que tradicionalmente consumía mucho tiempo y recursos, acelerándose ahora con esta tecnología. Además, también hablaron con “una agencia de publicidad independiente que trabaja con una marca mundial de ropa. La agencia utiliza IA para generar contenidos publicitarios en vídeo de alta calidad, lo que habría llevado mucho más tiempo y costado más sin estas herramientas”.
En conjunto, el equipo subraya que la IA se está aplicando prácticamente en un amplio abanico de sectores, “lo que abre nuevas oportunidades para las empresas que hagan posible esta transición”.
¿Qué temáticas están presentes en el fondo y cuáles son nuestras perspectivas para el resto de 2025?
Las temáticas clave del fondo se mantienen, en términos generales, sin cambios significativos. “Seguimos centrándonos en los beneficiarios infravalorados de los avances de la IA, en particular los proveedores de servicios informáticos en la nube, los desarrolladores de software de infraestructura de datos y las empresas tradicionales de hardware informático”, comentan. Según su opinión, a medida que crece el uso de la IA, “crece la necesidad de actualizar y modernizar la infraestructura informática existente para satisfacer la demanda de mayor rendimiento, eficiencia energética y gobernanza y seguridad de los datos”, lo que impulsa a los proveedores de hardware y software que están bien posicionados para respaldar esta transición. Además, señalan que mantienen exposición a “áreas que el mercado cree que la IA podría perturbar, como la atención al cliente y los proveedores tradicionales de servicios informáticos”, aunque subrayan que los riesgos a menudo son exagerados y que muchas de estas compañías están ”bien posicionadas para integrar la IA en sus ofertas de forma que mejore su propuesta de valor”, comentan.
Más allá de eso, los gestores de Fidelity manifiestan que continúan interesados en los valores relacionados con videojuegos, “que han resistido a pesar de las inciertas condiciones económicas”. También destacan las empresas de software de diseño vinculadas a sectores industriales, manufactureros y de la construcción, las cuales se benefician de la digitalización en marcha.
Desde una perspectiva geográfica, “los avances tecnológicos de China en los segmentos de Internet, software y semiconductores siguen siendo un área de interés clave. A pesar de los continuos rumores sobre aranceles y los episodios de volatilidad bursátil, nos parecen atractivas las oportunidades que ofrece China atendiendo al riesgo y la recompensa. Se trata de empresas líderes de sus sectores con negocios fuertes, balances sólidos y una gestión disciplinada” explica el equipo de gestores.
De cara al futuro, mantienen una visión positiva para el sector tecnológico en el segundo semestre de 2025. Se espera que, conforme las aplicaciones de IA se extiendan en el mundo real, las empresas de software y servicios “se hagan con una parte cada vez mayor del mercado”. También se empiezan a notar signos de recuperación en ciertos segmentos del hardware y los semiconductores. Aunque el sector tecnológico estadounidense continúa siendo protagonista en la actualidad informativa, “existen oportunidades atractivas en mercados no estadounidenses. Entre ellas, figuran empresas chinas de tecnología, así como empresas europeas de software y tecnologías financieras. Nos centramos en identificar empresas con fundamentales sólidos que están incorrectamente valoradas debido a dificultades a corto plazo y, en este sentido, una parte fundamental de nuestro enfoque de inversión es analizar de forma rigurosa las valoraciones de las empresas”, concluye el equipo gestor.