El primer semestre del año ha sido un camino de ida y vuelta para los inversores de renta variable. Hemos pasado de las grandes expectativas y oportunidades que traería la nueva Administración Trump, al impacto de la incertidumbre global generada por su política comercial y las tensiones geopolíticas. Esto se tradujo en el fuerte ajuste que de la bolsa estadounidense en los primeros días de abril y el despertar de un mayor interés de los inversores por las oportunidades que puede ofrecer la renta variable europea. Sin embargo, llegamos a julio con el S&P 500 marcando máximos y con un fuerte impulso en las bolsas, en parte gracias a que los rendimientos del Tesoro estadounidense al alza y el dólar perdiendo terreno.
¿Entramos en una etapa alcista para la renta variable? Dada la incertidumbre, las gestoras internacionales prefieren ser cautas antes de responder a esta pregunta, pero sí han mostrado en sus perspectivas para la segunda mitad de año que la renta variable tiene un lugar en las carteras de los inversores y cuáles son sus mejores propuestas.
Por ejemplo, Eurizon muestra su confianza en la renta variable global. Según su visión para el segundo semestre, esta clase de activo mantiene una tendencia positiva, lideradas por Europa y los mercados emergentes en la primera mitad del año, y con EE.UU. recuperándose ahora. Y considera que, a corto plazo, el mercado bursátil estadounidense podría recuperar el retraso acumulado en la primera mitad del año, pero la renta variable europea también sigue siendo atractiva, dado que las valoraciones resultan interesantes.
“Los activos de riesgo también continúan siendo atractivos, con un mercado alcista de renta variable que ahora está más diversificado, superando la tendencia de los últimos años de centrarse únicamente en EE.UU., y con los mercados europeos ofreciendo valoraciones razonables”, afirma Andrea Conti, responsable de Análisis Macroeconómico de Eurizon.
El atractivo de Europa
En M&G consideran que quizás las carteras de los inversores hayan estado excesivamente concentradas en activos estadounidenses últimamente y que romper con este hábito no será fácil, pero parece que los inversores han comenzado a reconocer que existen alternativas. Según su visión, Europa podría posicionarse como un fuerte candidato para los inversores que buscan diversificar sus carteras y alejarse de EE.UU.
“Aunque parte desde una base baja, Europa muestra un entorno económico en mejora, una inflación en descenso, una política monetaria relativamente favorable y medidas de estímulo. Además, los activos europeos parecen beneficiarse de valoraciones atractivas y un cambio positivo en el impulso del mercado. En nuestra opinión, las acciones europeas siguen estando atractivamente valoradas en comparación con sus homólogas estadounidenses, principalmente debido a métricas de valoración más bajas y mayores oportunidades potenciales de beneficios (una diferencia del 2 % en el rendimiento de ganancias)”, destacan.
En este sentido, su visión sobre renta variable es clara: “Actualmente, el tema principal desde la perspectiva de valoración en los mercados de renta variable gira en torno a los niveles de las acciones estadounidenses. Las valoraciones eliminaron rápidamente cualquier prima de riesgo adicional relacionada con los aranceles del «Día de la Liberación», ya que los precios de las acciones repuntaron hasta los niveles previos al anuncio. Las sólidas ganancias continuadas en Europa y China han reducido su atractivo en comparación con finales de 2024. Y desde una perspectiva a largo plazo, la compensación por riesgo sigue siendo baja en los mercados de renta variable de EE. UU., India, Taiwán y Australia”.
Sin olvidar los emergentes
En el caso de Fidelity International, la gestora apunta que la asignación de activos por regiones será más importante ahora que los activos estadounidenses sufren una mayor volatilidad. “La diversificación siempre ha sido importante, pero ahora es imperativa para unas carteras en las que los activos estadounidenses han aumentado su peso durante los últimos 25 años. Debido a las salidas de capitales y la depreciación del dólar, las ponderaciones de los índices serán muy diferentes en el futuro. Los que se adelanten a estas tendencias estructurales podrían beneficiarse de los ajustes de las cartera”, afirman.
Además, ven atractivos los mercados emergentes. “En renta variable emergente, el movimiento al alza de China encuentra más apoyo fundamental que en anteriores ocasiones. Las valoraciones son relativamente bajas. Existen áreas interesantes en China, la India y Latinoamérica”, argumentan.
Sobre las oportunidades en las regiones emergentes, Johan Van Geeteruyen, CIO de Renta Variable Fundamental de DPAM, añade que podrían beneficiarse en la segunda mitad del año si continúa la depreciación del dólar, mejorando así las condiciones financieras globales.
“China, como actor clave entre los emergentes, presenta un panorama complejo: la intervención gubernamental es crucial, pero históricamente su ejecución ha quedado por debajo de las expectativas. Aunque el consumo interno sigue siendo débil, la capacidad de reacción del país ante las dinámicas arancelarias sugiere oportunidades selectivas de inversión, especialmente en sectores tecnológicos. Los inversores occidentales, con horizontes temporales más cortos que sus homólogos asiáticos, deberían tenerlo en cuenta a la hora de definir su posicionamiento estratégico”, explica Geeteruyen.
El hueco de las small caps
Desde BNP Paribas AM sostienen que la imposición de aranceles está impulsando el dominio de los sectores con la tecnología frente al resto del mercado. Además de la renta variable estadounidense y europea, la gestora se ha fijado en las small caps. Según su análisis, han salido mejor paradas del contexto de aranceles que las de gran capitalización, gracias a que suelen exportar sus productos. Además destacan que, en Europa, la demanda de los consumidores parece mantener su solidez, y la mayoría de los principales países, con la excepción de Alemania, han mejorado su tendencia de ventas minoristas en abril y que los recortes de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo también han favorecido a estas empresas.
“Los argumentos a favor de la inversión en small caps estadounidenses se basaban en parte en el aumento de la inversión nacional tras la imposición de aranceles. Y otro de los factores que hace atractivas a las small caps estadounidenses es que permiten a los inversores aprovechar el crecimiento de la economía del país sin aumentar su exposición a las tecnológicas de megacapitalización”, señalan.
Algo diferente: inmobiliario cotizado
Por último, desde DPAM consideran que el sector inmobiliario cotizado se perfila de interés a pesar de la reciente volatilidad provocada por el aumento de los costes de endeudamiento vinculados a los tipos de interés tras el conflicto de Ucrania. Según la gestora, considerado históricamente como defensivo sorprendió por su bajo rendimiento hasta hace poco. Sin embargo, las empresas inmobiliarias han reforzado activamente sus balances desinvirtiendo en activos más débiles, reduciendo sustancialmente los costes de financiación y mejorando los ratios de deuda neta sobre EBITDA.
“Es especialmente relevante que el crecimiento de los alquileres esté superando el ritmo de la inflación, lo que indica una mejora de los fundamentales. Con valoraciones que aún reflejan un descuento significativo del 27% frente al valor neto de los activos (NAV), el inmobiliario cotizado representa una oportunidad atractiva, especialmente considerando la estabilización de las rentabilidades de los activos y unos fundamentos cada vez más sólidos”, destaca el CIO de Renta Variable Fundamental de la gestora.