Mutualidad no es una entidad aseguradora al uso: «Buscamos servicio personalizado, pero con las grandes ventajas de una inversión de gran tamaño, que permita, de hecho, acceder a todo tipo de ahorradores a carteras compuestas por activos a los que, de manera individual, tendrían muy difícil acceder». Lo explica Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, que añade que están inmersos en un plan estratégico a tres años que supondrá un importante impulso y actualización, manteniendo como base esa esencia de “club de todos” que es la Mutualidad.
Mutualidad es una entidad aseguradora sin ánimo de lucro fundada en 1948 que ofrece a los profesionales del mundo del derecho y la ingeniería y a sus familias soluciones a medida a través de planes de ahorro, jubilación y protección para cubrir todas sus necesidades de previsión e inversión. Cuenta con más de 210.000 mutualistas y alcanza un volumen de ahorro gestionado de cerca de 10.513 millones de euros a cierre de 2024. Del Pozo, que participará en el panel institucional de la primera edición del Funds Society Leaders Summit el próximo 10 de septiembre en Madrid, nos da su visión en esta entrevista exclusiva sobre la situación de los mercados. En su opinión, el mayor crecimiento esperado en el Viejo Continente y los tipos más reducidos parecen mostrar mejores oportunidades en Europa que en Norteamérica, a corto plazo, y, por activos, cree que la renta variable está cara, mientras los mercados de deuda ofrecen oportunidades en los tramos medios y largos, si bien se centra siempre en bonos de calidad, tanto en deuda pública como privada. Aunque advierte sobre la complacencia en los mercados ante ciertos riesgos. Sobre los activos privados, reconoce su carácter complementario.
No se pierdan la entrevista completa, que reproducimos a continuación.
Como entidad aseguradora que da servicio a profesionales de distintos ámbitos y a sus familias, ¿qué particularidades de vuestros mutualistas tenéis en cuenta a la hora de gestionar su ahorro a largo plazo?
En líneas generales, nuestra visión consiste en ofrecer productos de ahorro que traten de maximizar la rentabilidad, en un contexto de riesgo contenido. A largo plazo, el objetivo es batir sistemáticamente a la inflación. En los productos de corto plazo, conseguir rentabilidades más atractivas que los clásicos depósitos. Nuestros mutualistas se corresponden, por tanto, con inversores con un perfil de riesgo conservador. En ese sentido, la búsqueda de un rendimiento recurrente suele ser una demanda habitual, que tratamos de satisfacer, mediante inversiones que, mayoritariamente, se destinan a renta fija.
Mutualidad es una entidad sin ánimo de lucro. ¿Cómo se refleja este modelo en vuestra forma de operar y en vuestra filosofía de crecimiento? ¿Y qué objetivos os habéis marcado en el mercado español en los próximos años, tanto en número de mutualistas como en ahorro bajo gestión?
Mutualidad aspira a ser no solo una entidad que ofrezca una buena rentabilidad sino un referente del ahorro colaborativo. En ese sentido, es mucho lo que podemos ofrecer a la sociedad, cada vez más abiertos, en el importante ámbito del ahorro y los cuidados, con un foco claro en la sostenibilidad. Actualmente estamos inmersos en un plan estratégico a tres años que supondrá un importante impulso y actualización, manteniendo como base esa esencia de “club de todos” que es la Mutualidad.
Vas a participar en el panel institucional del Funds Society Leaders Summit. Desde vuestra posición como inversor institucional, ¿qué rasgos definen vuestra forma de invertir frente a otros modelos más vinculados a banca privada o gestión minorista individual?
Ante todo, el carácter mutual: nuestra inversión busca que todos los mutualistas participen de los rendimientos obtenidos. Buscamos la diferenciación a través de productos sólidos, solventes y rentables, aptos para perfiles de riesgo determinados. No somos una banca privada, adaptada a perfiles distintos. Buscamos servicio personalizado, pero con las grandes ventajas de una inversión de gran tamaño, que permita, de hecho, acceder a todo tipo de ahorradores a carteras compuestas por activos a los que, de manera individual, tendrían muy difícil acceder.
¿Qué papel tienen las IICs y los mercados privados en la construcción de una cartera como la de Mutualidad, orientada a largo plazo y con un enfoque prudente?
Este tipo de inversiones tienen un carácter claramente complementario de la renta fija directa. Por poner en contexto, a día de hoy, suponen aproximadamente el 4% del total de nuestras inversiones, unos 430 millones en total desembolsados. De ellos, el 0,4% a cierre de julio (42,6 millones) son fondos de renta variable y 387 millones, el 3,55% sobre la cartera total, son fondos alternativos, ya invertidos. La cifra es muy relevante y cumple una misión que aporta valor, tanto en términos de diversificación como de rentabilidad adicional, pero, como decimos, complementaria de los 8.500 millones que mantenemos en bonos.
La inversión alternativa supone un complemento muy interesante en las carteras de inversión a largo plazo. En todo caso, dada la normativa que nos aplica, el porcentaje destinado a mercados privados no puede ser muy elevado, so pena de castigar nuestra solvencia. Requieren además de un control estricto de liquidez y flujos. En ese sentido, suponen un complemento interesante, pero en un porcentaje reducido, dentro del total de activos. Muy poco que ver nuestro modelo, en Europa, con los grandes endowments de las universidades estadounidenses, por ejemplo, que dedican una parte sustancial de sus inversiones a estos mercados.
¿Observáis una mayor sofisticación en los ahorradores particulares, que se acerca a ciertas prácticas del mundo institucional, como la diversificación global o el interés por activos menos líquidos?
El mayor desarrollo de la cultura financiera lleva aparejado un incremento general de la sofisticación. Dicho eso, es mucho lo que queda por recorrer, especialmente en España, donde ladrillo y depósitos siguen siendo los reyes de la inversión. En nuestro caso, detectamos que los mutualistas demandan nuevos productos, más allá del ahorro de largo plazo, si bien, en términos generales, suelen acercarse buscando fórmulas rentables, aunque sencillas y poco sofisticadas.
En el entorno económico actual, ¿en qué clases de activo y en qué geografías veis más valor desde Mutualidad?
El entorno económico actual se define por una enorme incertidumbre, especialmente en el lado geopolítico, que enmarca crecimientos moderados e inflaciones en proceso de contención, especialmente en la Eurozona. El mayor crecimiento esperado en el Viejo Continente y los tipos más reducidos parecen mostrarnos mejores oportunidades en Europa que en Norteamérica, a corto plazo.
Desde el punto de vista de activo, la renta variable se encuentra en un momento de elevada valoración, por lo que resulta tácticamente compleja. En cuanto a la renta fija, los últimos movimientos han puesto los tramos medios y largos en una buena situación de inversión, para clientes que tengan este perfil. En todo caso, recomendamos bonos de calidad, tanto en deuda pública como privada.
¿Consideras que los mercados están siendo suficientemente realistas ante los riesgos actuales —tensiones geopolíticas, medidas arancelarias, inflación persistente— o percibís cierta complacencia?
Entendemos que, dentro de un contexto de enorme incertidumbre, los mercados comienzan a habituarse a la volatilidad que viene generada del ámbito geopolítico y, más concretamente, desde la Casa Blanca. En ese sentido, no se pueden descartar movimientos bruscos a corto plazo, pero en cierta medida el mercado también se inmuniza ante los excesos de la coyuntura, especialmente si piensa que, al final del día, las aguas volverán a su cauce y mientras la macro se mantenga razonable. La denominación TACO (Trump always chickens out) a las acciones del presidente de EE.UU. son un bue ejemplo de esta complacencia, no por entendible, menos peligrosa.
La situación del dólar y las elevadas rentabilidades en los bonos soberanos estadounidenses son foco de atención. ¿Qué implicaciones tiene este contexto en vuestras carteras? ¿Creéis que es momento de rotar hacia otros activos o geografías más defensivas?
En el contexto actual, Europa presenta oportunidades o, por decirlo de otro modo, una historia más sólida que EE.UU., al menos en un plazo razonable: mantenemos tasas de inflación más bajas, tipos más bajos y una expectativa de crecimiento al alza, fruto del mayor gasto público. Por supuesto EE.UU. sigue siendo la primera potencia y no se puede obviar. Es más, cualquier retroceso en sus índices o deuda puede ser una buena oportunidad de entrada. En todo caso, con la incertidumbre actual, su momentum es algo peor. Y, por supuesto, parece una medida aconsejable, a corto plazo, cubrir las posiciones en dólar.
La próxima campaña de resultados empresariales del segundo trimestre ¿puede actuar como catalizador para el mercado? ¿Qué esperáis tanto en términos de cifras como de orientación futura por parte de las compañías?
La campaña de presentación de resultados va a suponer un hito muy importante en el devenir de las bolsas en los próximos meses por dos razones fundamentales: primero, constatar los efectos de la incertidumbre arancelaria en las cuentas ya realizadas de las compañías. En segundo término, es muy probable que las previsiones recojan algo más de precaución con respecto al futuro, por este mismo motivo. En todo caso, la marcha de la macro en EE.UU. es favorable en datos retrasados, no tanto en expectativas, un poco al contrario que en Europa. En ese sentido, no tenemos por qué estar ante unos malos datos empresariales. Otra cosa será si conseguimos batir dichas expectativas, lo cual puede que sea posible, dada la incertidumbre general en la economía que se ha trasladado también a lo que esperamos de las empresas.