Las últimas perspectivas globales de Vanguard dibujan un escenario económico marcado por el optimismo de los mercados financieros. Pese a los desafíos que dejó 2025, como el deterioro demográfico y el avance de los aranceles, la actividad económica mostró una resistencia notable, impulsada por la solidez de los beneficios empresariales en Estados Unidos y el impulso de la inversión en inteligencia artificial.
De acuerdo con el equipo económico de la firma, el crecimiento de los beneficios empresariales y la solidez de los fundamentos en Estados Unidos actuaron como motores clave del optimismo inversor. Además, subrayan que la inversión en inteligencia artificial y otros avances tecnológicos aportó un impulso significativo.
Según el análisis, su marco de megatendencias basado en datos anticipa que las fuerzas de la oferta volverán a modificarse en 2026. Señalan que la capacidad de la inversión en inteligencia artificial para compensar impactos negativos será un factor decisivo.
Estiman que, en los próximos cinco años, existe un 80% de probabilidad de que el crecimiento económico se desvíe de las previsiones consensuadas del mercado. Estas proyecciones redefinen sus expectativas de inversión y abren la puerta a oportunidades menos convencionales en un entorno de volatilidad creciente.
Se prevé un mayor crecimiento, especialmente en Estados Unidos
Según las perspectivas de Vanguard, el crecimiento económico será más robusto en 2026, con Estados Unidos a la cabeza. La firma anticipa que la inteligencia artificial se consolidará como la megatendencia dominante, dado su potencial para transformar el mercado laboral e impulsar la productividad. Identifican la aportación de la inversión en IA al crecimiento económico como el principal factor de riesgo de cara al próximo año.
Los expertos señalan que la actual ola de inversión física vinculada a la IA podría convertirse en una fuerza económica de gran magnitud, comparable a episodios históricos de expansión de capital. Este ciclo inversor respalda su estimación de hasta un 60% de probabilidades de que la economía estadounidense registre un crecimiento real del PIB del 3% en los próximos años.
Vanguard asegura que ese escenario de fuerte aceleración aún tardará en materializarse. Para 2026, prevén un crecimiento moderado, en torno al 2,25%, impulsado por la inversión en inteligencia artificial y por el estímulo fiscal derivado de la One Big Beautiful Bill Act. No obstante, advierten que la primera mitad del año podría mostrar un tono más débil por los efectos residuales de las megatendencias estanflacionistas.
El mercado laboral estadounidense, que se enfrió en 2025, debería estabilizarse hacia finales de 2026. También anticipan que la solidez del crecimiento mantendrá la inflación algo por encima del 2%. Esta combinación de expansión e inflación persistente limitará el margen de la Reserva Federal para recortar los tipos por debajo de su tasa neutral del 3,5%.
Una estrategia de inversión diferenciada
Según las perspectivas de inversión, se anticipa un escenario diferenciado según región, clase de activo y horizonte temporal. Vanguard mantiene una visión constructiva a medio plazo para las carteras multiactivos y considera probable que las rentabilidades ajustadas a la inflación se mantengan positivas. En particular, estiman que las acciones tecnológicas estadounidenses podrían prolongar su dinamismo.
No obstante, la firma advierte que los riesgos están aumentando en un entorno de fuerte euforia. Subrayan que están surgiendo oportunidades atractivas en otros segmentos del mercado, incluso para inversores optimistas respecto al potencial de la IA.
En su análisis de largo plazo, identifican los perfiles de riesgo-rentabilidad más sólidos para los próximos cinco a diez años. Por orden, las mejores oportunidades serían: renta fija estadounidense de alta calidad, renta variable estadounidense orientada al valor y renta variable de mercados desarrollados no estadounidenses.
Reafirman su visión secular de que los bonos de alta calidad ofrecen rentabilidades reales atractivas en un entorno de tipos neutrales más elevados. Para Vanguard, este es el motivo clave por el que “los bonos han vuelto”. Además, la renta fija estadounidense debería aportar diversificación si la inteligencia artificial no cumple expectativas.
En paralelo, mantienen una postura cautelosa respecto a las acciones de crecimiento estadounidenses. Aunque reconocen su extraordinario rendimiento, insisten en que las previsiones de beneficios ya son muy elevadas y la destrucción creativa en el sector tiende a erosionar la rentabilidad agregada.
Como consecuencia, anticipan un aumento de la volatilidad en el sector tecnológico y en la bolsa estadounidense en general. Su proyección de rentabilidad media del 4%–5% para la bolsa en los próximos años se basa en la evaluación del equilibrio riesgo-rentabilidad de las grandes tecnológicas.
La historia de los ciclos tecnológicos demuestra que suelen emerger oportunidades contrarias a la intuición. Con el tiempo, tanto las acciones orientadas al valor como las de mercados desarrollados no estadounidenses deberían beneficiarse a medida que el impulso económico de la IA llegue a los consumidores.
En conjunto, estas tres oportunidades combinan un carácter ofensivo y defensivo, y mantienen su atractivo incluso si el entusiasmo actual por la inteligencia artificial acaba siendo racional o no.



Por Alicia Miguel Serrano