Los mercados siguen mostrando una importante resiliencia tras un inicio de noviembre marcado por correcciones en las principales bolsas. Según las gestoras, la fuerte revalorización de la renta variable desde abril, las valoraciones ajustadas de muchas de las compañías que han liderado el crecimiento y las dudas que se han instaurado entre algunos inversores respecto a los cientos de miles de millones que se están invirtiendo en el desarrollo de la inteligencia artificial son algunos de los factores que explican la corrección vista durante la primera semana.
Según destaca Mathieu Racheter, Head of Equity Strategy Research en Julius Baer, la reciente volatilidad del mercado refleja cambios de sentimiento en torno a las valoraciones vinculadas a la IA más que un deterioro de los fundamentales. “La dinámica de beneficios sigue siendo positiva y, mientras los beneficios mantengan su tendencia al alza, es poco probable que unas valoraciones elevadas desencadenen una corrección prolongada. Los retrocesos deben verse como oportunidades para aumentar la exposición a temáticas de renta variable a largo plazo”, apunta.
Las posibles dudas
Racheter reconoce que, tras un año en el que las compañías ligadas a la IA y los valores de semiconductores han liderado las subidas del mercado, vuelven a surgir dudas entre los inversores sobre si el volumen de gasto de capital que se está desplegando hoy se traducirá realmente en el crecimiento de beneficios que descuentan las valoraciones actuales.
“Estas dudas han dado lugar a una oleada de toma de beneficios, especialmente en las áreas más concurridas del mercado. Sin embargo, una volatilidad impulsada por el sentimiento no implica necesariamente una ruptura de la tendencia subyacente del mercado. En este contexto, el episodio actual se asemeja más a una fase de consolidación tras fuertes ganancias que al inicio de una caída cíclica”, defiende el experto de Julius Baer.
Y explica que las correcciones del 5%–10% son un rasgo habitual en mercados alcistas y a menudo sirven para reequilibrar las posiciones y ampliar la participación en el mercado. “Mientras la senda de beneficios se mantenga, unas valoraciones exigentes pueden digerirse a través de un crecimiento continuado de los beneficios, en lugar de mediante una compresión de precios. Para los inversores, el mensaje es coherente: en lugar de reaccionar a la volatilidad inducida por los titulares, conviene centrarse en las revisiones de beneficios y en hasta qué punto las inversiones relacionadas con la IA se traducen en retornos tangibles”, asegura Racheter.
Sin embargo, algunas voces del mercado piden precaución para no llevar a la IA a una burbuja. Por ejemplo, Bank of America advierte en uno de sus últimos informes que es probable que la IA todavía acabe generando una burbuja, por lo que la volatilidad de la renta variable debería tener más recorrido al alza.
“No solo el aumento de la volatilidad acompañado de subidas de precios es una característica típica de burbujas anteriores, sino que, además, las valoraciones exigentes, como las actuales, han precedido históricamente a niveles posteriores de volatilidad más elevados. Una nueva caída de la correlación, que tendría un efecto amortiguador sobre la volatilidad, parece poco probable, dado que ya se sitúa en niveles históricamente bajos. Y aunque la volatilidad de las acciones individuales podría frenar su tendencia alcista de los últimos años, sigue muy por debajo de los niveles observados durante la burbuja puntocom, con la fragilidad de los valores individuales como un factor de apoyo clave que probablemente no desaparecerá”, señala su informe.
IA: una inversión que no se puede ignorar
La lectura más positiva es que la temática de la IA ha impulsado a las acciones hasta nuevos máximos este año, por ello los inversores siguen apostando claramente por la temática de la IA, dado su potencial y su papel transformador.
“Sam Altman, cofundador de OpenAI y figura clave detrás de ChatGPT, considera que la humanidad está entrando en una nueva ‘era de la inteligencia’ tras las eras agrícola e industrial. Como siempre, el progreso tecnológico impulsa este cambio de paradigma, esta vez con el aprendizaje automático llevándolo a un nivel completamente nuevo. En los mercados de capitales, los activos vinculados al universo de la IA han sido catapultados a su propia órbita y determinan el ritmo de los mercados bursátiles, especialmente en Estados Unidos y China”, destaca Stefan Rondorf, Senior Investment Strategist, Global Economics & Strategy de Allianz Global Investors.
Según su análisis, no podemos olvidar que, desde una perspectiva económica, la tecnología se ha convertido en un motor de crecimiento decisivo. “Un análisis más detallado revela que una parte sustancial del aumento del PIB estadounidense durante la primera mitad de 2025 provino de inversiones en tecnología y software: alrededor de 1,3 puntos porcentuales del total del 1,6% de expansión. En otras palabras, el sector representó algo más del 80% del crecimiento total”, afirma Rondorf.
Thomas Mucha, estratega geopolítico en Wellington Management, coincide con esta visión y considera que la historia de la IA va más allá de la transformación de las economías y sus sectores. “En mi opinión, el aspecto más determinante de la revolución de la IA reside en la dura realidad de la seguridad nacional. Tanto estrategas militares como responsables políticos han equiparado el potencial disruptivo de la IA con la aparición de las armas nucleares hace 80 años, una comparación que nos lleva a una pregunta clave: ¿Podrán los gobiernos y las fuerzas armadas del mundo gestionar de forma pacífica un desafío titánico por el control de esta tecnología en rápida evolución? Dada la magnitud de lo que está en juego y la inestabilidad del actual contexto geopolítico, los inversores podrían beneficiarse de comprender mejor la dimensión de seguridad nacional de la IA y sus posibles repercusiones en los mercados públicos y privados”, sostiene el estratega de Wellington Management.
“En el transcurso de nuestro Foro de Perspectivas para 2026, celebrado la semana pasada, se debatió sobre el desarrollo de la IA, su dimensión y posibles limitaciones, sobre todo energéticas. Nuestros gestores de fondos también centraron su atención en el papel clave de la IA en el pulso estratégico entre Estados Unidos y China. También se habló mucho sobre el auge de las stablecoins y los límites cada vez más difusos entre lo público y lo privado, en el marco del debate sobre la rápida evolución de la megafuerza del futuro de las finanzas”, añaden desde el BlackRock Investment Institute (BII).
Gestión activa: qué puede aportar
Para abordar estas oportunidades, teniendo en cuenta el contexto actual, John Fogarty, co-CIO de Renta Variable Growth y Relative Value estadounidense, y Matthew Whitehurst, director y estratega de Inversiones de Renta Variable de AllianceBernstein, consideran que la gestión activa es lo más apropiado. “Los inversores disciplinados también deberían mirar más allá de la actual fase de ‘picos y palas’ del boom de la IA, que eventualmente terminará, como sucedió en la era puntocom. Muchos de los líderes tecnológicos actuales no compitieron directamente con los primeros ganadores de internet en el año 2000; solo se convirtieron en actores principales años después. Del mismo modo, pensamos que los verdaderos líderes del mercado de IA a largo plazo aún no han surgido. La tarea interesante ahora es identificar a los adoptantes de IA que aplicarán la tecnología para generar mejoras sostenibles de productividad y rentabilidad. Empresas de este tipo ofrecen potencial de alfa a largo plazo, independientemente de cómo evolucione la fase de construcción de infraestructura”, sostienen en favor de la gestión activa.
Además, para Forgarty y Whitehurst, es importante, en medio de la euforia por la IA, no perder de vista a las compañías de alta calidad en el resto del mercado que hoy no están siendo recompensadas. “En sectores que van desde la sanidad al consumo discrecional o los servicios financieros, encontramos valores con sólidos fundamentales, modelos de negocio resilientes y un atractivo potencial de rentabilidad a largo plazo, esperando a ser desbloqueado cuando el mercado se amplíe. En última instancia, los inversores que miran más allá de lo obvio, cuestionan las narrativas dominantes y se preparan activamente para un largo viaje de inversión estarán en una posición privilegiada para ser recompensados cuando el péndulo del mercado cambie de dirección”, concluyen los expertos de AllianceBernstein.



