Tras el pesimismo macroeconómico de los últimos años, no sorprende que las acciones europeas sigan bajo un halo de escepticismo. Este escepticismo constituye, no obstante, una oportunidad para los inversores: las valoraciones son atractivas con respecto a otros mercados y han aparecido señales alentadoras de mejoría económica, a pesar de los ampliamente documentados desafíos estructurales.
La idea más importante es que invertir en Europa es invertir en empresas, no países. Sobre esta base, existen varios argumentos atractivos para invertir en las acciones de las empresas europeas, dado que el continente alberga muchos líderes mundiales que se benefician de sólidos fundamentales, como mercados con crecimiento estructural, marcas sólidas, balances saneados y amplia exposición internacional. Apreciamos cinco factores clave que aconsejan aumentar las inversiones en renta variable europea.
«Un factor generalmente fiable a la hora de determinar la evolución bursátil es la creación de valor, y la Buena noticia es que muchas empresas europeas han sobresalido en este ámbito a pesar de las difíciles condiciones económicas de los últimos años», comenta Paras Anand, responsable derenta variable europea en Fidelity.
Cinco Factores Clave
- Las empresas europeas están avaladas por una sólida trayectoria de incremento de los beneficios a pesar de la debilidad del crecimiento económico.
- Las perspectivas de crecimiento de los beneficios y la inversión empresarial están mejorando.
- Las valoraciones relativas se encuentran actualmente en niveles atractivos.
- Varios aspectos del entorno macroeconómico están experimentando mejoras.
- El mercado está encontrando apoyo en el aumento de los flujos de inversión.
Alexandra Hartmann, gestora de carteras de renta variable europea para Fidelity, asegura que “a la vista de las valoraciones atractivas de las acciones europeas frente a otros activos y regiones, estamos viendo señales de mejora en los flujos de los fondos de renta variable europea. Este hecho probablemente apoye las rentabilidades en el futuro».
Partiendo de la base de que invertir en empresas europeas es bastante diferente de invertir en las economías europeas, existen argumentos poderosos para invertir en una cartera de empresas europeas de calidad y bien escogidas. Esta idea ha sido corroborada por los mercados, cuya evolución se ha desligado de los acontecimientos macroeconómicos y ha vuelto a conceder esa atención «normal» a los fundamentales de las empresas.
Además, la capacidad de las empresas europeas para generar un buen crecimiento de los beneficios a pesar de la debilidad económica está ampliamente contrastada. Por otra parte, destaca la mejora de las perspectivas de crecimiento de los beneficios empresariales en Europa, a medida que avanzamos por la breve fase de esperanza en dirección a la fase más prolongada de crecimiento dentro del ciclo bursátil; la presencia de valoraciones atractivas, y la ventaja añadida de mejoras en el entorno macroeconómico. Todo ello se suma para crear un entorno positivo para las acciones europeas que probablemente coincida con unos flujos de inversión favorables y duraderos. En un entorno de creciente diferenciación entre sectores y valores, los inversores no deberían dejar de considerar la inversión activa y basada en el análisis con altos niveles de dinero gestionado activamente.
«El entorno económico está mejorando en Europa. Las brechas de competitividad se han reducido considerablemente y las recesiones han provocado una rápida reducción de las importaciones y una considerable corrección de los desequilibrios del sector exterior», concluye Anas Chakra, renta variable FAST