Tras el récord de entradas registrado en 2024, los ETFs domiciliados en Europa registraron otro fuerte trimestre de entradas netas para comenzar 2025. En Europa, los ETFs captaron entradas netas por valor de 91.800 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, justo por debajo de los 94.600 millones del cuarto trimestre de 20241.
En concreto, los ETFs de renta variable siguieron recibiendo la mayor parte de los flujos de entrada, con 75.400 millones de dólares (el 82%) del total del primer trimestre, y los principales ETFs de renta variable de mercados desarrollados, global y europea registraron entradas netas a lo largo del trimestre.
Por su parte, entre los ETFs de renta fija, los inversores se decantaron en gran medida por exposiciones a vencimientos ultracortos, aprovechando los atractivos rendimientos. “La categoría de ETFs ultracortos registró entradas netas por valor de 8.000 millones de dólares en el primer trimestre, más de la mitad de los flujos totales de ETFs de renta fija, que ascendieron a 15.100 millones de dólares”, destacan los expertos de Vanguard en su último análisis.
Según explican, estos flujos se produjeron en un contexto de considerable incertidumbre política (y la evolución de los aranceles ha agitado los mercados al inicio del segundo trimestre). “El apetito de los inversores por los ETFs de renta variable estadounidense empezó a decaer a medida que avanzaba el trimestre, con salidas netas en febrero y marzo, mientras que los ETFs de renta variable global y europea registraron entradas netas relativamente más fuertes. Mientras los inversores se preparaban para la volatilidad de los mercados, los ETFs sobre materias primas reunieron 875 millones de dólares en el primer trimestre, siendo los ETFs sobre oro los que más flujos recibieron”, indican.
La renta variable en el punto de mira
Desde Vanguard consideran que Europa remonta, pero se preguntan si podrá seguir haciéndolo. Según explican, tras registrar una rentabilidad inferior a la de la renta variable estadounidense durante gran parte de la última década, la renta variable europea batió en rendimientos durante el primer trimestre, ya que el índice FTSE Developed Europe subió un 10,5%, frente al -4,3% del índice S&P 5002.
“La dinámica subyacente a la recuperación europea se debe en parte a los planes fiscales de Alemania anunciados en marzo, mientras que las valoraciones también han contribuido a que la región resulte relativamente atractiva”, indican.
Desde el punto de vista de los flujos, los ETFs de renta variable de la zona euro registraron tres meses consecutivos de entradas netas para comenzar el año. Por el contrario, los ETFs de renta variable estadounidense registraron salidas netas en febrero y marzo, rompiendo una racha de entradas netas mensuales que se remontaba a más de un año. “Entrando en el detalle de esta rotación, los ETFs de renta variable alemana han registrado entradas netas especialmente fuertes en 2025, tras las salidas netas de los dos últimos años”, matizan.
Según explican los expertos de la firma, los planes de Alemania de ampliar su gasto fiscal parecían cambiar las reglas del juego para Europa cuando se anunciaron, y la renta variable alemana se revalorizó con fuerza tras la noticia, subiendo un 11,45% en el primer trimestre del año. “De aplicarse, el plan fiscal desbloquearía un gasto de miles de millones de euros que podría ayudar a reactivar la economía alemana, que lleva más de dos años en contracción. El sector manufacturero alemán, en particular, saldría beneficiado”, apuntan.
Sin embargo, matizan que la política fiscal puede tardar años en repercutir en las economías. Además, aún está por ver cómo se desenvuelve el impulso fiscal alemán en el complicado contexto de los aranceles. “Nuestras previsiones de crecimiento revisadas sugieren que el aumento de los aranceles, si se aplica según lo previsto, pesará sobre el crecimiento. En caso de que los aranceles sigan subiendo tras la pausa de 90 días, el impacto sobre el crecimiento de la zona euro en general podría ser suficiente para contrarrestar los beneficios del programa fiscal anunciado por Alemania, el aumento del gasto en defensa y un posible alto el fuego en Ucrania. Teniendo en cuenta estas variables, es probable que las perspectivas de inversión a largo plazo tanto para Alemania como para Europa sigan evolucionando”, argumentan.
La renta fija en el punto de mira
Respecto a la renta fija apunta que el actual panorama incierto subraya la conveniencia de exposiciones globales. Lo que se observa es que, en el primer trimestre de 2025, los mercados de renta fija registraron un comportamiento divergente entre la deuda pública de los mercados desarrollados, ya que los bonos estadounidenses y británicos superaron a los mercados de renta fija europeos. Según su análisis, en EE.UU., la preocupación por los posibles aranceles y su impacto en el crecimiento económico hicieron que los mercados cotizasen con un tono de aversión al riesgo. Mientras tanto, el anuncio de un importante gasto en defensa e infraestructuras en Europa provocó un aumento de la pendiente de la curva de rendimientos.
“Los aranceles anunciados por EE.UU. el 2 de abril provocaron un aumento de la volatilidad en los mercados, incluidos los de renta fija. Inmediatamente después de los anuncios, los tipos de los bonos del Tesoro estadounidense a dos y diez años cayeron, ya que los mercados intentaron descontar un impacto negativo sobre el crecimiento y más de 100 puntos básicos de recortes de la Reserva Federal estadounidense en 2025. El mercado de renta fija ha seguido registrando una gran volatilidad en abril, ya que los mercados han intentado valorar lo que los aranceles podrían significar para la política monetaria. Las curvas de los bonos del Tesoro estadounidense y de la deuda pública británica se empinaron, ya que los inversores se decantaron por la renta fija de corta duración en lugar de las exposiciones a largo plazo”, explican.
Ahora bien, consideran que el panorama es diferente en Europa, donde los rendimientos del bund alemán cayeron en toda la curva: una de las principales conclusiones de la reciente volatilidad es que es probable que las políticas estadounidenses tengan repercusiones diversas en función del país de que se trate.
“En este contexto, es evidente la necesidad de diversificación global en las carteras de los inversores. Si bien en este contexto puede ser útil una cartera básica de renta fija, como los bonos globales agregados, los inversores preocupados por las perspectivas de crecimiento mundial y, por tanto, por los diferenciales corporativos, podrían considerar la exposición a un ETFs de deuda gubernamental global, que puede servir como cartera core defensiva de alta calidad que ofrece ventajas de diversificación global”, comentan.
La gestora considera que, en entornos en los que distintos países podrían sufrir impactos idiosincrásicos de los aranceles comerciales, la diversificación global ayuda a reducir el riesgo de eventos. “Mientras que la renta fija ayuda a diversificar las carteras (dada su baja correlación con la renta variable), la globalización permite a los inversores europeos diversificarse más allá de la parte de renta variable de sus carteras. Por ejemplo, la deuda gubernamental denominada en euros tiene una correlación de 0,16 con la renta variable estadounidense y global. Pero con la deuda gubernamental global, la correlación con la renta variable estadounidense y global se aproxima a cero (0,02)”, argumentan.
Por último, recuerdan que la “correlación es un factor importante a tener en cuenta cuando empezamos a sopesar los posibles efectos de la política comercial sobre el crecimiento económico y, por tanto, el eventual impacto sobre las distintas clases de activos. “Si vemos que la ralentización del crecimiento pasa factura a unos mercados de renta variable ya sobrevalorados, los inversores en renta fija podrían plantearse cómo maximizar la diversificación de sus carteras”, concluyen.