La variante Delta provocó un aumento en los casos de COVID-19 y frenó la recuperación de la economía de Estados Unidos, por lo que la Fed tuvo que ajustar el pronóstico de crecimiento para EE.UU. Sin embargo, los estímulos podrían eliminarse «pronto».
La economía se ha recuperado hasta el punto de que el banco central podría desacelerar el ritmo de sus compras masivas de bonos mensuales «si el progreso continúa en general como se esperaba«, dijo en un comunicado el FOMC.
Según los comunicados, la Fed se encamina a reducir sus compras mensuales de bonos y el alza de las tasas de interés podría darse antes de lo esperado.
Sin embargo, mantuvo estable la tasa de interés entre el 0% y el 0.25%, algo que se esperaba previamente.
En cuanto a los datos macroenómicos, la Fed rebajó este miércoles su proyección del crecimiento del Producto Interno Bruto de Estados Unidos del 7% previo al 5.9% para este año, según un comunicado de la autoridad monetaria.
Además, elevó el pronóstico de inflación al 4.2% este año desde un 3.4% y el rango meta del 2% será superado hasta el 2024.
Con respecto al desempleo, estima que la tasa del 2021 sea del 4.8% frente a la estimación previa de un 4.5%.
En la reunión de septiembre del FOMC, la Fed no llegó a declarar un «progreso adicional suficiente» para cambiar la política monetaria, sino que se inclinó más hacia la reducción del ritmo, tal y como esperábamos, dice un análisis de Christian Scherrmann, US Economist para DWS .
Según el experto se obtuvo el cambio de lenguaje que se buscaba, algo que se puede ver en las declaraciones de Powell.
«Si el progreso continúa en general como se espera, el Comité estima que una moderación en el ritmo de las compras de activos puede estar pronto justificada».
Para Scherrmann, el presidente de la Fed especificó en la conferencia de prensa que el inicio de la reducción podría llegar tan pronto como en la próxima reunión y que el punto final de las compras podría ser probablemente a mediados de 2022. Y, junto a esto, el Resumen de Proyecciones Económicas actualizado indica ahora un crecimiento algo menor y una inflación más alta en 2021.
Por lo tanto, el aumento «transitorio» de los precios podría ser ahora, en opinión de la Fed, más persistente de lo que se pensaba, especialmente porque las cifras de 2022 también se han incrementado ligeramente, agrega el experto de DWS.
En este contexto, Scherrmann apuntó que la reunión de septiembre resultó ser un poco más agresiva.
«Al ajustar sus perspectivas económicas a la realidad económica, la Fed abrió la puerta a un anuncio de tapering en noviembre, muy en línea con nuestras expectativas. Sin embargo, el requisito previo para ello será que la actividad de contratación en septiembre muestre el potencial alcista prometido de la extensión de los subsidios por desempleo. También sería útil que se aclarara el techo de la deuda y el posible cierre del gobierno. Si el cierre sigue amenazando o incluso se agrava, es muy probable que se reescriba el libro de jugadas de la Fed, con un giro más dovish», concluyó.