Uruguay, líder latinoamericano en teletrabajo

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Pexels (Engin Akyurt)

La libertad y flexibilidad proporcionadas por el trabajo desde casa están al alcance de muchos profesionales hoy en día. El modelo de trabajo ya era ampliamente utilizado antes de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, después de la crisis sanitaria, trabajar desde casa se ha convertido en una realidad, e incluso una opción, para profesionales de muchos sectores en todo el mundo, especialmente en el campo de la tecnología de la información.

Según datos adquiridos por Advice, en enero de 2021  el 12% de las propuestas laborales en Uruguay ofrecían la modalidad de trabajo remoto, mientras que para enero del 2022 ese porcentaje creció a 22%, en donde Tecnología acumuló el 53% de las ofertas. Los dos roles más contratados fueron ingenieros en sistemas y desarrolladores. El tercer perfil más buscado es el de estadistas o profesionales que manipulan y articulan datos, después vienen los diseñadores UI/UX y el último puesto del top cinco es para los ingenieros QA.

La flexibilidad y la calidad de vida, entre otros aspectos positivos de este modelo, han adquirido una importancia significativa en la oferta de empleo y en la elección de muchos profesionales. Desde aquellos que se reinventan para obtener más autonomía hasta aquellos que buscan un nuevo empleo y los que sueñan con ganar en dólares, pero no necesariamente quieren dejar sus países de origen. Otra razón que lleva a los profesionales a buscar puestos en empresas extranjeras es la oportunidad de desarrollar proyectos desafiantes y trabajar con las últimas tecnologías y tendencias del mercado.

Combinar la vida profesional y personal en la misma dirección, tener más tiempo para uno mismo o con la familia, no perder horas diarias en el tráfico, establecer el propio horario de trabajo y tener una mejor calidad de vida son factores que están llevando a más trabajadores y empresas a adoptar este nuevo patrón laboral.

Sin embargo, el perfil va más allá del profesional de TI. Profesionales de diversas áreas y cargos tienen hoy la posibilidad de ejercer sus funciones de forma remota. Son periodistas, ingenieros, abogados, consultores, publicistas, administradores, traductores, investigadores, entre muchos otros.

El Global Remote Work Index, publicado por la empresa de ciberseguridad NordLayer, posicionó a Uruguay en el primer puesto de mejores países para practicar el teletrabajo en comparación a otros países de Latinoamérica y, a nivel global, figura en el puesto N°43. Esto posiciona al país como un líder regional en esta modalidad laboral, brindando oportunidades tanto para empleadores como para trabajadores de diversos sectores, en especial el de servicios no tradicionales.

Las empresas tecnológicas que más buscan profesionales uruguayos para trabajar de manera remota provienen de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. La ubicación favorable y la conveniencia por la zona horaria, facilitan la comunicación y la eficiencia en el trabajo a la distancia, convirtiendo al país en uno de los más codiciados.

De acuerdo a recopilados de contratos realizados a través de Deel, el 52% de los perfiles profesionales tienen edades comprendidas entre los 25 y los 34 años, en cambio, un 34% se sitúa en el rango de 35 a 44 años. Por otro lado, según datos recopilados por Café & Negocios podemos notar un incremento del 86% en la contratación de uruguayos especializados en tecnología desde el extranjero durante el año móvil que abarca desde julio de 2022 hasta julio de 2023, indicando una creciente demanda y reconocimiento internacional del talento local en el sector tecnológico.

La consultora de trabajo flexible Scoop Technologies realizó un estudio que demostró que las empresas que adoptan el trabajo desde casa crecen más rápido. El informe registra la participación de 554 compañías de 20 sectores en los Estados Unidos, desde tecnología hasta seguros, que emplean a 26.7 millones de trabajadores. Los ingresos de estas empresas tuvieron un crecimiento cuatro veces más alto (21% entre 2020 y 2022) que los que optan por el modelo presencial (aumento del 5% en el mismo período).

Para los profesionales uruguayos de TI, en particular, trabajar en empresas extranjeras desde la comodidad de su hogar es una posibilidad cada vez más cercana, debido al crecimiento progresivo de la demanda en el sector y la búsqueda de mano de obra especializada. Sin embargo, para acceder a estos puestos, es necesario cumplir con requisitos técnicos y tener dominio del inglés o incluso de un tercer idioma. Los aspectos culturales y de comportamiento entre Uruguay y otros países también son desafíos que deben tenerse en cuenta en el proceso de integración y desarrollo de los profesionales que sueñan con trabajar de forma remota para empresas extranjeras.

Las ventas al exterior del sector software y TI de Uruguay sumaron 1.006 millones de dólares en 2022, lo que demostró un aumento del 12% con respecto al 2021. Según datos aportados por el Banco Central del Uruguay, las exportaciones de categoría informática del año móvil del tercer trimestre de 2023 fueron de 1.036 millones.

La mayoría de los trabajadores uruguayos apuestan por el modelo remoto donde, el salario, la flexibilidad y la autonomía lideran el ranking de satisfacción laboral. Conforme a los resultados de un relevamiento hecho por la consultora Mercer, el 54,1% de las empresas encuestadas no perciben un impacto negativo en los niveles de productividad de sus empleados que trabajan de manera remota. De hecho, un 16% cree que hubo un incremento en la productividad.

La realidad de los datos muestra que este es un camino sin retorno, y tanto las empresas como los profesionales deben estar preparados para un futuro cada vez más digital y dinámico, que requerirá flexibilidad en las relaciones y modelos de trabajo, ya sean presenciales, híbridos o 100% remotos.

*Giuliana Corbo es CEO de Nearsure, el aliado tecnológico estratégico que ayuda a empresas de múltiples industrias a alcanzar la excelencia digital, conectando talento IT con compañías de todo el mundo.

 

Inflación estadounidense: descifrando las tendencias en un ciclo de tipos cambiantes

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¿Qué está sucediendo con la inflación en EE.UU.? Un tercer dato alto del índice de precios al consumidor (IPC) ha retrasado aún más las expectativas de recorte de tipos, e incluso ha planteado la posibilidad de un aumento. Desde la estimación de seis o siete recortes de tipos al comienzo del año, ahora los mercados esperan solo uno o dos en 2024. Esta situación pone más presión sobre las decisiones que tome la Reserva Federal de EE.UU. de aquí a final de año. 

Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier, explica que la persistente inflación en servicios está alimentando preocupaciones de que la cifra del IPC general se haya estancado un punto porcentual por encima del objetivo. Además, la inflación en servicios «core» se aceleró nuevamente en marzo. «Algunas tendencias en las recientes cifras del IPC podrían indicar una normalización que se ha demorado debido a los impactos de la era pandémica. Los costes de la vivienda tardaron en aumentar en las medidas oficiales de inflación después de que los alquileres para nuevos inquilinos se dispararan durante la pandemia. Ahora que la inflación de los alquileres para nuevos inquilinos ha caído bruscamente, es posible que el cambio esté tardando nuevamente en reflejarse en los índices oficiales de inflación. Los precios de los automóviles también aumentaron considerablemente debido a la dificultad para obtener piezas durante y después de la pandemia. Ahora, los costes de los servicios relacionados con los automóviles, incluido el seguro, podrían estar simplemente poniéndose al día», argumenta. 

Mientras tanto, apunta que muchos otros componentes importantes de la inflación en Estados Unidos, incluidos los alimentos, están cayendo, y los precios de los bienes están firmemente en territorio deflacionario:  El IPC también se destaca entre las medidas de inflación en Estados Unidos; y el Índice de Precios al Productor (IPP) de marzo se situó ligeramente por debajo de las expectativas. Además, los datos recientes del gasto en consumo personal (PCE), que es el índice preferido por la Reserva Federal (Fed), también han estado alrededor de un punto porcentual completo por debajo del IPC, tanto en términos generales como en su núcleo.

En opinión del experto de Lombard Odier, una medida crucial que vigilan los bancos centrales de los mercados desarrollados es la inflación vinculada a los salarios. «En este ámbito se observa una normalización en curso. Aunque el mercado laboral estadounidense sigue siendo muy fuerte -con la creación de muchos nuevos puestos de trabajo y una tasa de desempleo baja-, se está reequilibrando. Los ingresos medios por hora están disminuyendo y el número de personas que abandonan su empleo se mantiene ligeramente por debajo de las medias anteriores a la pandemia. La población activa crece y la productividad aumenta. Los cuatro indicadores del crecimiento salarial en EE.UU. muestran que está cayendo a una horquilla del 3-4%. Este nivel es coherente con una inflación general en torno al objetivo del 2% de la Fed», comenta. 

¿Una segunda oleada de inflación?

Sobre si veremos o no una segunda oleada de inflación, apunta que por el lado de la demanda, esto requeriría un impulso persistente del crecimiento fiscal o salarial. «Este último se está ralentizando, y es improbable que el primero alcance las cotas de los paquetes de ayuda e iniciativas de la era de la pandemia, como la Ley de Reducción de la Inflación, la Ley de Chips y Ciencia, la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo y la Ley del Plan de Rescate Americano», matiza. 

Y por el lado de la oferta, no puede descarta otra perturbación, vinculada quizá a riesgos geopolíticos. «Más allá de un escenario de alto riesgo de una escalada militar más amplia en Oriente Medio, vemos dos canales obvios para que estos riesgos afecten a la inflación: una presión al alza sobre los precios de la energía y nuevas interrupciones o desvíos en las cadenas de suministro mundiales. En cuanto a la primera, observamos que la importante capacidad de producción de petróleo excedentaria de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, y la capacidad más limitada de Estados Unidos, podrían desplegarse para compensar cualquier perturbación a corto plazo de los precios del petróleo. Ya hemos analizado aquí escenarios de riesgo geopolítico para los precios del petróleo», argumenta.

También observa que las cadenas de suministro mundiales ya se están rediseñando de forma que reflejen los imperativos nacionales de reducir riesgos, asegurar los suministros y comerciar e invertir con los aliados. Y señala: «En Oriente Medio hay tres grandes puntos de estrangulamiento para el comercio mundial: el estrecho de Ormuz, el canal de Suez y el estrecho de Bab al-Mandeb. Aunque históricamente los conflictos en la región han tenido pocas implicaciones para los inversores mundiales, una escalada importante que atraiga a potencias de fuera de Oriente Medio sigue siendo un riesgo significativo. Sin embargo, la prolongación de los conflictos existentes y la «lógica de bloques» siguen siendo nuestra hipótesis de trabajo»

Y aunque las actuales subidas de los precios de la energía acaparan los titulares, a menos que un repunte en este sentido haga descarrilar las expectativas de inflación futura de los consumidores (que por ahora son relativamente estables), considera que la Fed  no se inclinará a reaccionar. «Aunque seguimos atentos a los indicios de una interrupción importante de la oferta o de una reaceleración del mercado laboral, ninguno de ellos constituye nuestro caso base», advierte. 

Los tipos bajarán en el segundo semestre

En su opinión, la sólida demanda de la economía estadounidense puede significar una mayor inflación de los servicios durante más tiempo. También reduce la urgencia de que la Fed recorte los tipos. «Seguimos viendo que la inflación subyacente del IPC caerá a una media del 2,7% en 2024, lo que permite cierta relajación monetaria este año. Esperamos hasta tres recortes de 25 puntos básicos (pb) en 2024, en función de los datos que vayan llegando, no sólo de la inflación, sino también de la fortaleza de los mercados laboral e inmobiliario, con la vista puesta también en cualquier indicio de tensiones en el sector financiero. En la medida de lo posible, la Fed querrá evitar recortar los tipos inmediatamente antes de las elecciones presidenciales, por temor a verse arrastrada a discusiones políticas. Esto podría abogar por un primer recorte en julio si los datos son favorables», argumenta. 

Excepcionalismo estadounidense

Mientras tanto, EE.UU. es en gran medida el caso atípico entre las tendencias inflacionistas mundiales. El experto advierte de que la inflación mundial ha sido inferior a las expectativas este año y explica que se ha normalizado gradualmente a medida que la economía mundial se recuperaba de una serie de perturbaciones, desde las interrupciones de la cadena de suministro hasta la subida de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania. Las tendencias en EE.UU. han reflejado las del resto del mundo, pero a diferencia de otros países, la inflación también ha aumentado debido a las presiones sobre los precios impulsadas por la demanda. El Gobierno estadounidense prestó más apoyo financiero a los hogares, lo que se tradujo en un mayor gasto de los consumidores.

Según su análisis, en Europa, los argumentos a favor de recortar los tipos parecen más sólidos que en Estados Unidos. En su reunión de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) preparó el terreno para una bajada de tipos en junio. En marzo, la inflación de la zona euro  se situó en el 2,4%, por debajo de las expectativas. El crecimiento está muy por debajo de la tendencia y el sector manufacturero del continente sigue luchando mientras Estados Unidos se recupera. Los bancos de la Eurozona desempeñan un papel más importante en la concesión de préstamos a las empresas que en EE.UU., y las encuestas muestran que las condiciones para la concesión de préstamos siguen siendo restrictivas y que la demanda de crédito está cayendo. 

En el Reino Unido, también espera que el Banco de Inglaterra recorte los tipos en junio. Aunque la inflación de los servicios sigue siendo superior a la de EE.UU., en parte impulsada por el endurecimiento del mercado laboral y el menor crecimiento de la productividad, está bajando, junto con la inflación general. La economía también está débil. Mientras tanto, en Suiza, que ya ha iniciado su ciclo de relajación, la inflación está cayendo rápidamente, y esperamos un segundo recorte de 50 puntos básicos en junio.

Inclinarse por el dólar

Ahora bien, qué significan los cambios en la dinámica de la inflación y los tipos para nuestro posicionamiento de inversión. «Reiteramos el argumento de que los inversores se aseguren rendimientos atractivos en bonos soberanos de alta calidad, incluidos los de EE.UU. (que subieron tras el informe del IPC), la zona del euro y el Reino Unido. Mantenemos la renta variable en niveles estratégicos, ya que sopesamos la mejora de la economía y los recortes de tipos frente al sentimiento muy positivo de los inversores, las valoraciones plenas y el riesgo de volatilidad y correcciones futuras vinculadas a los acontecimientos en Oriente Medio», afirma Chaar. 

En este sentido, su prolongada sobreponderación del dólar en las carteras se ha basado en los mejores resultados del crecimiento estadounidense y en la ventaja de rendimiento del dólar. «Esta última sólo se ampliará si la Fed se convierte en el segundo en Inter n a l mover ficha frente a los bancos centrales del otro lado del Atlántico. Entretanto, una sobreponderación del dólar también sirve como cobertura útil contra una inflación estadounidense más alta y prolongada y unos riesgos geopolíticos muy elevados», concluye. 

Las “5 C” de nuestra alfabetización financiera

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CC-BY-SA-2.0, FlickrEl profesor Daniel Kahneman en una imagen de archivo

Para lograr nuestra tan ansiada independencia financiera, es menester gestionar nuestra dependencia emocional en la toma de decisiones financieras” 

Hace muy pocos días nos llega la noticia respecto a una gran pérdida para el mundo intelectual, me refiero al profesor Daniel Kahneman (1934-27/03/2024). Sus aportes son de enorme valor y su legado nos quedará para siempre en una obra fundamental, como en el caso del libro “Pensar rápido, pensar despacio” y también en otro más pequeño y muy poco conocido: “La falsa ilusión del éxito”.

En el primero, nos expone dos sistemas de nuestra mente y los llama Sistema 1 y Sistema 2. Así lo describe textualmente:

Sistema 1 “opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario”.

Sistema 2 “centra la atención en las actividades mentales, incluidos los cálculos complejos. Las operaciones del Sistema 2 están a menudo asociadas a la experiencia subjetiva de actuar, elegir y concentrarse”.

Luego el autor es más específico al expresar que “cuando pensamos en nosotros mismos, nos identificamos con el Sistema 2, con el yo consciente, racional, que tiene creencias, hace elecciones y decide qué pensar y qué hacer. Aunque el Sistema 2 crea estar donde está la acción, el protagonista del libro es el automático Sistema 1. Describo al Sistema 1 como el que, sin esfuerzo, genera impresiones y sentimientos que son las fuentes principales de las creencias explícitas y las elecciones deliberadas del sistema 2”.

Gracias a los aportes del profesor Kahneman, podemos mejorar la base de análisis respecto la insoslayable necesidad de una amplia alfabetización financiera que nos incluya a todos, desde la niñez hasta la edad adulta, y muy significativamente en la economía plateada.

Una posible guía es aquella que denomino como las 5 C :

-Conciencia: desde un marco reflexivo, un espacio de autoconocimiento, es menester lograr explorar nuestro nivel de responsabilidad en el manejo de finanzas personales y en nuestro mecanismo de toma de decisiones. Abarcando desde los gastos, consumos y endeudamiento hasta la imperiosa necesidad de ahorrar a lo largo de toda nuestra actividad profesional hasta nuestra etapa de retiro. Ahorro para objetivos de corto plazo, también mediano y largo plazo.

-Conocimiento: lo primero es conocernos a nosotros mismos, qué motivaciones tenemos, cómo decidimos, cómo organizamos nuestras finanzas. Es fundamental lograr la mayor certeza respecto nuestro perfil de inversor. Esto es, conocer nuestra preferencia y los instrumentos de ahorro e inversión disponibles a tal fin. Sea que transitemos una etapa de construcción de capital o de conservación, poder lograr claridad respecto los instrumentos pertinentes para cada etapa, sea que hablemos de un seguro de vida, con o sin ahorro, un seguro de retiro, fondos comunes de inversión, bonos, acciones ETF, etc.

Siempre debemos conocer nuestra tolerancia al riesgo, nuestra preferencia de plazos y nuestra necesidad primaria, repito: construir un capital o conservarlo, cuando ya lo acumulamos.

-Consideración: una vez que logramos conocer nuestra necesidad de gestión de finanzas personales, nuestro perfil de inversor, si iniciamos ahorro por goteo (construcción de capital) o ahorro de capital ya acumulado (conservación de capital), seguramente con el apoyo de asesores profesionales e idóneo debemos iniciar la selección de las mejores opciones. No se trata de un “ahorro aventura”, sino de canalizar nuestro flujo de dinero hacia instrumentos que los reconozcamos relacionados con nuestro tan personal perfil de tolerancia al riesgo.

-Compromiso: es muy personal y de estricto análisis individual lograr una actitud de compromiso con uno mismo que abarque toda la temática de gestión de finanzas personales, sea considerada como responsabilidad nuestra y no dejado al factor de aleatoriedad de la suerte. En finanzas personales, podemos tomar todo tipo de decisiones, pero lo que nunca podremos evitar son las consecuencias, una vez decidido. A veces, los errores de cálculo requieren tiempo, esfuerzo y paciencia para ser superados. Qué propósito le asignamos a nuestras finanzas personales….  Es una pregunta recurrente que siempre debemos hacernos y entonces reconocer el valor de protección personal y familiar a través de seguros de vida y retiro.

-Confirmación: una vez transitada cada etapa detallada precedentemente, debemos poner en acción nuestro plan bien concreto, habida cuenta todo el análisis previo. Seguramente logremos certezas respecto que no nos da lo mismo un instrumento de inversión que otro, un asesoramiento que otro, y ya podemos decidir de acuerdo a lo que creemos mejor para nosotros, nuestra familia, nuestros objetivos y nuestras necesidades. Así como cada uno de nosotros tiene un talle determinado de indumentaria y calzado, podemos conocer nuestro talle inversor, y nunca es lo mismo cualquier talle. Tener un plan de ahorro e inversión no significa nunca revisarlo y, si es necesario, hacer correcciones.

Iniciaba mi columna de opinión con mi reconocimiento al profesor Daniel Kahneman. Justamente las 5 C analizadas reconocen el funcionamiento del Sistema 1 y Sistema 2. Seguramente bajo la apariencia de sentirnos absolutamente racionales en nuestro esquema de toma de decisiones financieras, se esconden cuestiones emocionales que tratamos de soslayar.

Cierro con esta mirada textual del experto: “La mayoría de la gente es sumamente optimista la mayor parte del tiempo. Los estudios sobre cognición humana atribuyen este exceso de optimismo a numerosos motivos. Uno de los más poderosos es la tendencia de los individuos a exagerar el propio talento, a creer que están por encima de la media en su asignación de capacidades y habilidades positivas”.

Ernesto Scardigno

Financial coach

Productor Asesor de seguros Matriculado SSN

Magister Políticas Públicas

 

Milei superó sus primeros meses en el gobierno… ¿Ahora, qué?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrEl presidente argentino, Javier Milei

Los principales problemas de Argentina siguen siendo los mismos, aunque sus percepciones van variando. La “inflación” sigue siendo el principal obstáculo y es donde se decide puntualizar la gestión. La “corrupcion” (casta política) viene teniendo una mayor ponderación, muy fogoneada por el propio speech del presidente Javier Milei. El tercer problema es la “pobreza” y la misma sigue subiendo tanto en importancia como en números reales.

La imagen de Milei se mantiene, aunque ha perdido una parte de “votantes arrepentidos” (que lo votaron por un rechazo a un triunfo del candidato opositor, Sergio Massa).

En el gobierno entienden que bajar la inflación a un dígito es los próximos meses es lo que le va a dar mayor poder político al presidente. La inflación acumulada en las ultimas cuatro semanas fue igual a 8,9%. Todo un logro desde la tendencia con la que inicio su gestión este Gobierno.

La recesión es parte del programa. La recuperación económica rápida atenta contra la recuperación de reservas internacionales y el saneamiento del Banco Central de la República Argentina.

Todavía no hay apuro para salir del “cepo cambiario”.

La licuación de gastos va a ser cada vez mas difícil, mientras que los recursos atados al Comercio Exterior (retenciones e impuesto PAIS) van a sumar cada vez menos. Esta situación también se complica con la intención del FMI de continuar con el programa vigente, pero sin fondos nuevos. El FMI no tiene la intención de aumentar exposición en la Argentina.

La tolerancia al ajuste se mantiene, porque se lo considera legítimo, y el impacto horizontal del mismo atempera las reacciones sociales previsibles en un inicio. El humor social esta muy volátil, pero –ilógicamente– todavía calmo.

Hay un 85% de consenso en que la situación económica es mala o muy mala. Pero el 48% de los mismos consultados lo toma con resignación y esperanza y cree fehacientemente que en 18 o 24 meses la situación va a ser buena o muy buena.

La figura del presidente Milei es identificada por sus adeptos con conceptos como esperanza, genialidad y coraje. Mientras tanto, sus opositores lo asocian con los conceptos de locura, demencia y desquiciado que no logra ver la realidad general de la población.

A nivel personal, el 86% tuvo que realizar recortes económicos, que se toleran si son “gustos”, pero duelen si repercuten en el ámbito familiar y mucho más en las necesidades de los hijos. Sin embargo, un casi 40% se mantiene muy resiliente y considera necesario y lógico hacer el sacrificio para lograr el esperado cambio de paradigmas.

Por el momento, no aparecen candidatos presidenciables en la oposición y, si eventualmente aparece alguno, no traccionan los votos suficientes y rápidamente quedan descartados.

 

Tribuna de Pablo Palmero, Founder & CEO de IN TRADE CAPITAL

El punto de inflexión de la inteligencia artificial

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Imagen generada por IA con Canva
CanvaImagen generada con inteligencia artificial

La inteligencia artificial (IA) incidirá de distintas maneras en las empresas del sector de semiconductores. El auge de la inteligencia artificial ha sido inesperado y ha generado un enorme interés por parte de proveedores de servicios en la nube, empresas y consumidores. Los inversores aún están tratando de discernir las implicaciones a largo plazo; el equipo del sector tecnológico mundial de MFS® está analizando qué significa la IA para los distintos modelos de negocio y cómo incidirá en las empresas; por ejemplo, si será disruptiva o positiva para los modelos de negocio de las de software.

En el sector de semiconductores, hay muchas empresas que se están beneficiando del entrenamiento de grandes modelos de lenguaje, como los fabricantes de chips, centros de datos y diseñadores de software. Confiamos en que la IA se revelará positiva a largo plazo para las empresas de semiconductores y buscamos empresas infravaloradas por el mercado. Hay un gran abanico de resultados posibles desde el punto de vista de las unidades, los precios, las cuotas de mercado y los márgenes brutos, a medida que aparezcan nuevos competidores que contiendan con los actores existentes. Centrarnos en la valoración nos ayuda a mantenernos alejados del ciclo de la euforia por la IA, y entender cada uno de estos negocios nos ayuda a identificar las oportunidades y los riesgos.

Los riesgos de desglobalización son una de las áreas a las que el equipo sectorial mundial presta más atención desde hace algunos años. Dada la cadena de suministro, la industria de semiconductores es una de las más globalizadas: las empresas que los diseñan están centralizadas en Estados Unidos, las de bienes de equipo están en EE. UU., los Países Bajos y Japón, los fabricantes son principalmente de Taiwán y los productos químicos que se usan en la fabricación provienen de todo el mundo. El motivo de esto estriba en que el sector de semiconductores se presta a orientarse a pequeños nichos, como el diseño de los equipos de fabricación o la tecnología de los procesos.

Este modelo muy especializado basado en nichos ha derivado en una cadena de suministro diversa, pero interconectada, lo que significa que resulta difícil que alguna de estas empresas salga del sistema. Como inversores, tenemos que analizar sus estados financieros y entender el impacto de las tensiones geopolíticas sobre algunas variables como las unidades vendidas y la cuota de mercado. También tenemos que saber en qué medida las empresas fabrican exclusivamente en un lugar o región, cuánto les costaría diversificar y si hay suficiente capacidad en otros lugares para diversificar adecuadamente. A las empresas que utilizan tecnología avanzada les cuesta más diversificar que las que utilizan chips más antiguos. Entablamos constante diálogo con las empresas para evaluar el posible impacto sobre las unidades, los precios, los márgenes y la inversión de capital en cada uno de los negocios, así como la exposición en nuestras carteras.

La energía cobra vital relevancia para las empresas relacionadas con los semiconductores. Por ejemplo, los proveedores de servicios en la nube que desarrollan grandes modelos de lenguaje están limitados por su uso de energía. Esto significa que el consumo de energía les importa desde el punto de la sostenibilidad, además de ser crucial para sus modelos de negocios. Un buen ejemplo del impacto es la creciente demanda de los chips de Nvidia. Las unidades de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés) de Nvidia son más potentes y eficientes que las unidades centrales de procesamiento (CPU) tradicionales, ya que sus GPU aceleran una única carga de trabajo, lo que agiliza el proceso y consume mucha menos energía que una CPU.

Se está observando cómo las empresas de semiconductores se están centrando en la energía, al tiempo que tratan de reducir su consumo y gestionan los flujos de energía de forma eficiente a través del sistema informático. Con una perspectiva de inversión, estamos evaluando la energía tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad como del modelo de negocio.

 

 

Tribuna de opinión de Vishal Hindocha, responsable global de estrategias de sostenibilidad de MFS Investment Management, y Genevieve Gilroy, analista de renta variable. 

 

 

 

Estados Unidos es causa y destino… y esta vez tampoco será diferente

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CC-BY-SA-2.0, FlickrEmilio Kuffer

Aunque muchos indicadores económicos de la economía global siguen mostrando dinamismo, un análisis más profundo de los mismos muestran una realidad diferente y que nos llevaría a otras conclusiones distintas a los que hasta ahora se podrían estar tomando. El empleo en Estado Unidos es uno de ellos: aunque mensualmente los datos lucen bien, el trasfondo es diferente. Del último reporte de empleo conocido en marzo (el próximo reporte será el del 5 de abril), hay datos que me llamaron poderosamente la atención. El principal de ellos es la diferencia entre las nóminas (que es realmente el reporte del BLS que se publica mes tras mes) y el de empleos, que es una encuesta enfocada en los hogares.

La gráfica a continuación muestra dicha realidad: por nóminas, se estiman casi 170 millones de ellas, pero por empleo se estima un número de 161 millones; es decir, una diferencia de 9 millones entre nóminas y empleos. ¿A qué podría darse esta diferencia? Bueno, quizá a que muchas personas en EE.UU. tienen dos ó tres trabajos en paralelo, así que mientras las nóminas suben, el número de empleados son los mismos.

Lo anterior se refuerza al observar que, desde febrero de 2023, el número de nóminas temporales se han incrementado en 921.000, a la vez que las nóminas permanentes (esa que sí mide la verdadera salud del empleo) han disminuido en 284.000. Esto se da, por demás, en un ambiente económico en el cual los intereses que pagan los estadounidenses por sus deudas no hipotecarias ya sobrepasan los que pagan por sus hipotecas. Esto refleja que es una sociedad que ya “desapareció” el ahorro que hizo en pandemia, que se vienen endeudando por todo y que pagan unos intereses exorbitantes.

Cuando se unen las dos variables, es decir, un empleo que se mantiene por trabajos parciales, con unas deudas crecientes (y una presión financiera producto de las mismas), se llega a la conclusión de que cualquier tipo de desequilibrio que se llegara a presentar sería una “bomba atómica” para la economía.

He dicho que la economía estadounidense vive de un respirador artificial, que es el creciente endeudamiento del gobierno federal, que ya roza los 35 trillones de dólares, y que ha crecido de manera desbordada desde que se liberó el techo de la deuda (junio de 2023).

Este respirador puede tener una fecha clave y es que el techo de la deuda se vuelve a discutir a mitad de 2025. Creo que dicha negociación va a ser mucho (muchísimo) más ardua que la vivida en 2023. Y que sí, podemos llegar a una parálisis del gobierno federal, situación que sin duda tendría un impacto significativo en los mercados financieros (y creo que, con un gobierno de Trump y un Congreso de mayoría demócrata, esto del techo de la deuda será un tire y afloja muy complejo).

Creo firmemente que no nos escaparemos de una recesión. Creo firmemente que no será nada “soft”. Me preocupa, dicho lo anterior, observar tanta relajación entre analistas e inversionistas… La historia ha mostrado que cuando todo el mundo se relaja, las cosas no salen bien. Y aunque el protagonista de este caso es Estados Unidos, ya sabemos las consecuencias plenas de este escenario: “Cuando allá estornudan, por acá nos da una neumonía”. Y este caso no será diferente: flujos de inversión saliendo, buscando refugio en bonos del Tesoro norteamericano, compra de dólar, caída de los activos emergentes (ahí la deuda y acciones de nuestros países Latam sufriendo demasiado) e inversionistas de manera desordenada buscando respuestas (cuando no pusieron atención a las preguntas). Sí, mucho migrará hacía Estados Unidos, destino por naturaleza de los capitales en esos momentos de desajuste.

Sí, me parece que es momento de ir tomando ganancias y de ir poniéndose mucho más ligero, más enfocado en inversiones líquidas y renta fija de mediano plazo (la cual, cuando empiece la bajada de tasa de interés de parte de la FED, será la más beneficiada). Puede que “perdamos” un par aún de retornos en acciones, pero no se debe ver como una pérdida, sino como un “dejar de ganar”. Sin embargo, en la medida que los acontecimientos se vayan materializando, va a ser la mejor estrategia posible. ¡Y claro, quien de nuestros países lea esto y aún no se haya convencido de que tener una mayor parte de su patrimonio dolarizado, sea esta la ocasión de hacerlo!

 

Manuel Felipe García Ospina se desempeña actualmente como vicepresidente de Inversiones Internacionales de Skandia. Las opiniones aquí expresadas son a título personal y no representan necesariamente la visión de Skandia sobre los temas tratados.  

Latinoamérica, una región tan relevante como subrepresentada en los índices

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Foto cedidaPresentación de Alfonso Duval durante el Kick Off de LATAM ConsultUs 2024

Latinoamérica es una región relevante en términos demográficos (8,4% de la población y 12% de la clase media mundial), geográficos (15% de la tierra), productivos (30% en carne de vacuno, 24% en carne aviar, y 13% en pescados y mariscos), y también es relevante en el desempeño de las empresas. Sin embargo, estas variables, y el cuánto representa Latinoamérica en un contexto mundial, no se ve reflejado en los índices del mercado bursátil.

Por ejemplo, nuestra relevancia relativa en el mundo no se ve en el índice accionario MSCI ACWI (Latinoamérica es solo cerca de un 1% de dicho índice) como tampoco se ve en la capitalización de mercado de las compañías latinoamericanas (un 3,5% de la capitalización total mundial). Hasta ahora el mercado no ha internalizado la oportunidad de Latinoamérica, y en términos de resonancia, el mundo ha percibido más el populismo y la política que los factores económicos.

Mirando hacia el futuro, vemos tres factores afectando el orden mundial:

1)      Un reordenamiento geopolítico mundial en que Latam se ve bien posicionado, beneficiándose de la ausencia de conflictos bélicos, del nearshoring y del rediseño general de las cadenas de abastecimientos en regiones más cercanas.

2)      Un mundo con inflación y tasas más altas que en el pasado, cambiando los parámetros de colocación de capital. Hay que considerar que este es un mundo en el que Latinoamérica cuenta con buena experiencia e institucionalidad: bancos centrales independientes, que han tenido que lidiar históricamente con la inflación, tasas de interés relativamente más altas que en los mercados desarrollados (que si fueron históricamente bajas, pero no cero en el pasado).

3)      Un shock de commodities que se anuncia más permanente, esta vez gatillado por un shock de oferta, más que de demanda como lo fue en super ciclo de commodities de los 2000.

Frente a estos factores, y pese a todo el ruido político, Latinoamérica luce estratégicamente bien posicionada con una perspectiva de largo plazo.

Desde 2022 y hasta el cierre de 2023 este reordenamiento se acentuó, y Latinoamérica fue el mercado líder en desempeño, medido por los índices MSCI, rentando 25% en USD (versus un -33% de China o un S&P500 casi plano).

Tendemos a asociar que un país que muestra un crecimiento económico sostenido en el tiempo debiese también derivar en un desempeño de mercado acorde con su desempeño económico, pero esto no siempre es así, y los mercados no siempre están conectados con el desempeño económico de sus economías. Por ejemplo, cuando tomamos un periodo de 30 años, podemos ver que China, que ha sido la economía líder en crecimiento en el mundo, logrando una tasa de crecimiento anual compuesto de casi 9%, vs 2,0- 2.5% para el caso de Brasil, México, o incluso USA. La economía china rentó para los inversionistas un 0,6% anual compuesto en su mercado accionario, medido por el índice de MSCI, mientras que Brasil, México y USA rentaron entre 6,5% y 9,5% anual compuesto.

En este contexto, las compañías de la región se ven muy atractivas desde un punto de vista fundamental: presentan balances más prudentes en términos de endeudamiento, mejores coberturas de intereses cuando comparamos con otras regiones, y yields atractivos, junto con exhibir tasas de default más bajas. Adicionalmente, desde la pandemia, las Utilidades por Acción (UPA o EPS en inglés) muestran una divergencia en su correlación al desempeño del mercado, habiendo mostrado desde 2000 y hasta entonces, una correlación muy alta.

Todo esto nos deja dos alternativas: o el mercado no está incorporando correctamente en la acción de las compañías de la región resultados que son muy interesantes, (a niveles del peak del super ciclo de commodities en 2007 o 2010); o que el mercado está en lo correcto, y las utilidades de estas compañías se debieran corregir abruptamente a la baja para ser consecuentes con las valorizaciones que el mercado hoy les asigna. Nosotros creemos en lo primero.

En base a un análisis fundamental, y a las valorizaciones de las compañías en la región, vemos una clara oportunidad para que portfolios de inversión globales, asignen un mayor porcentaje a Latinoamerica, buscando diversificar su exposición desde mercados desarrollados, que se ven altos en sus valorizaciones, aumentando la inversión en las clases de activo donde nos especializamos: acciones latinoamericanas, deuda corporativa High yield denominada en dólares, como deuda corporativa en monedas locales de compañías latinoamericanas, como tambien deuda privada, todo en un escenario de mayores tasas de interés, y con bancos recortando riesgo, fortaleciendo sus balances ante una mayor regulación, y restringiendo préstamos a compañías de la región.

 

Alfonso Duval ha sido CEO de Moneda Asset Management desde junio de 2019, y desde 2022, es CEO de LatAm-ex Brasil de Patria (PAX)

 

Con la renta fija en el punto de mira

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Al dar un repaso a 2023, destacan dos cosas, en mi opinión: la continua importancia de la selección de valores y la elevada volatilidad de los tipos de interés. Esta última, en teoría, tendría que haber retrocedido debido a la reducción de los escenarios posibles sobre la inflación, pero en cambio, esos escenarios han lastrado la capacidad de obtener unos rendimientos sistemáticos en renta fija, en general. No obstante, la alta volatilidad de los tipos ha generado unos grandes desajustes que permiten a los gestores activos ser ágiles con la construcción de las carteras y la gestión del riesgo. A continuación, comparto mis reflexiones sobre los temas clave para 2024.

El primer tema versa sobre la dinámica macroeconómica. Si bien la inflación sigue disminuyendo en todo el mundo, tenemos que seguir atentos a tres elementos que podrían impedir que llegue al objetivo del 2% establecido por los bancos centrales. El primero es el precio de la energía, que ayudó a frenar la inflación en 2023 debido a los efectos de base y reduciendo las expectativas de inflación. Segundo, los costes laborales unitarios que se reflejan en el crecimiento salarial siguen siendo más elevados de lo que desearían los bancos centrales, pero esto se ve realmente dificultado por la baja productividad, especialmente en Europa y el Reino Unido. Las empresas podrían tratar de repercutir nuevas alzas de precios a los consumidores para proteger sus márgenes de beneficios. Tercero, las políticas fiscales, dado el número de elecciones que se celebran en todo el mundo. No resulta probable que las tendencias fiscales cambien sustancialmente hasta después de las elecciones, por lo que este factor podría cobrar una gran importancia a medida que nos acercamos al final de este ciclo económico y nos adentramos en el próximo.

La principal dinámica en torno al crecimiento tiene que ver con el tipo de aterrizaje que habrá: uno suave, uno brusco, o ninguno. Hemos sostenido que, incluso si conseguimos aterrizar suavemente, esto ya está en gran medida descontado en los precios de mercado, en particular de los activos de riesgo como la renta variable y la deuda corporativa.

Creemos que un aterrizaje suave exigiría unas rebajas proactivas por parte de los bancos centrales y comportaría que el tramo corto de la curva obtenga una rentabilidad superior al anticiparse más rebajas. Un aterrizaje brusco, que implique un desenlace recesivo con un aumento de los impagos y de las tasas de paro, no está descontado en absoluto, y comportaría unos rendimientos bastante más bajos en toda la curva, así como una inclinación de la misma. Si no hay ningún aterrizaje en 2024, creemos que aumentaría la probabilidad de un aterrizaje muy brusco más adelante. Por lo tanto, los riesgos de cola parecen estar sesgados hacia un desenlace adverso de recesión.

En lo que se refiere a los bancos centrales, reviste cierta relevancia entender la senda de la política monetaria, no solo el desenlace final. Los mercados se están centrando en el momento en que dejarán de subirse los tipos y hasta qué nivel podrían subir, pero no está claro con qué rapidez los recortarán las autoridades monetarias. El crecimiento salarial, especialmente en el sector de servicios, seguirá en el punto de mira de los bancos centrales. Si bien se ha moderado, todavía es demasiado elevado para que los responsables monetarios confíen en que la inflación alcanzará su objetivo. En cuanto al tamaño y el calendario de los recortes de tipos, coincidimos con la magnitud de los que descuenta el mercado, si bien creemos que se anticipan rebajas demasiado pronto.

El segundo tema es que la resiliencia de las empresas y consumidores lo tendrá más difícil que en 2023. Los balances empresariales siguen siendo sólidos, pero empieza a observarse un deterioro de los parámetros de crédito. El sector corporativo resistió inesperadamente bien en 2023. En 2024, la clave estribará en cómo se mantienen los márgenes de beneficios frente a la mayor presión sobre los ingresos. Se empiezan a oír comentarios de algunas empresas orientadas al consumo sobre un descenso de los volúmenes, que por ahora se ven parcialmente compensados por las subidas de precios. Nos preocupa que una caída del crecimiento de los ingresos reales desemboque en pérdidas de empleo y un desenlace más recesivo. Conseguir un escenario de aterrizaje suave es una carrera contrarreloj.

Tendremos que constatar unas rebajas de tipos proactivas antes de que las mayores tasas de refinanciación afecten los balances empresariales, tanto en el segmento de alto rendimiento como en el de investment grade. Si sucede así, el crédito seguirá comportándose bien. Si la Reserva Federal estadounidense (Fed) o el Banco Central Europeo (BCE) optan por un ciclo de tipos más altos durante más tiempo al entrar en la segunda mitad de 2024, me inquieta mucho más cómo resistirán los balances empresariales.

En este entorno, la selección de valores y el análisis fundamental serán cruciales. Los inversores en renta fija deberían centrarse en la solidez de la generación de flujos de caja de las empresas, en sus necesidades de liquidez, en su acceso a fuentes de financiación y la diversificación de estas, en la base de activos en caso de que necesiten vender algunos, y también en su apalancamiento operativo.

En lo que se refiere a la resiliencia de los consumidores estadounidenses, su exceso de ahorro sigue menguando, aunque se muestran dispuestos a financiar sus gastos mediante tarjeta de crédito. La continuación del gasto dependerá de que se mantenga el empleo, especialmente en los segmentos de rentas más bajas. Seguiremos vigilando de cerca las cifras de solicitudes de subsidio por desempleo, así como la tasa de morosidad de los bonos de titulización de activos.

El tercer tema tiene que ver con los riesgos. En lo tocante a la fragilidad en los mercados de renta fija, el mayor riesgo es, como siempre, una reducción rápida del apalancamiento cuando se produzcan ventas forzadas de posiciones para obtener liquidez. La crisis de los fondos de pensiones en el Reino Unido fue un ejemplo reciente de lo que ocurre cuando hay ventas forzadas en un mercado poco líquido. A la hora de vigilar el desapalancamiento, se revela intrínsecamente difícil predecir dónde hay apalancamiento.

Me preocupan los tenedores de renta fija que podrían incurrir en pérdidas, si hay unas mayores pérdidas de capital hacia el final del ciclo debido a un repunte de los impagos. Este podría ser el caso de compañías aseguradoras y fondos de pensiones con desajustes entre sus activos y sus pasivos. Los inversores con unos modelos de negocio que dependan de un elevado apalancamiento y unos tipos bajos también son una fuente de fragilidad. Los hedge funds con unos costes de financiación muy elevados cuyos modelos de negocio ya no parezcan viables podrían verse expuestos a reembolsos. El crédito del sector privado no parece presentar un riesgo sistémico, pero podría desatar pérdidas de capital.

La retirada de liquidez por parte de los bancos centrales también constituye una fuente potencial de fragilidad, ya que un desplome de la oferta monetaria suele contribuir a una recesión. A medida que las condiciones financieras se endurecen, algunos bancos empiezan a aumentar sus provisiones para pérdidas por insolvencias debido a las inquietudes sobre la calidad de los activos. Además de las subidas de los tipos, el endurecimiento cuantitativo y los cambios en las operaciones de recompra inversa de la Fed también están haciendo mella en la liquidez.

Por último, la concentración de la inversión en algunas posiciones (crowded trades) también presenta unos riesgos de fragilidad y vale la pena vigilarla y evitarla en la medida de lo posible. En la actualidad, dicha concentración es elevada al posicionarse los inversores para el final del ciclo y un escenario de aterrizaje suave; por este motivo, seguimos muy de cerca los ámbitos del mercado en que invertimos.

 

Tribuna de opinión de Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija de MFS Investment Management.

Reforma de pensiones en Chile: cómo mantener el equilibrio

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En 2022, el gobierno presentó un proyecto para reformar el sistema previsional, el cual establecía una cotización obligatoria del 6% con cargo al empleador, eliminaba las AFP e introducía el concepto de solidaridad “intra” e “intergeneracional”.

Ese primer proyecto no prosperó y, posteriormente, se retomó la agenda previsional, abriendo el destino del 6% en 1% para sala cuna universal, 2% a la cuenta de capitalización individual y el 3% al fondo de reparto.

Así, el foco de la discusión se ha mantenido en el destino de la cotización adicional de cargo del empleador: si ésta debe ir a la cuenta individual o a un fondo de reparto.

Dado el envejecimiento de la población, esta última alternativa no parece sostenible, encontrándose dentro de las tendencias detectadas por la OCDE en su análisis “Perspectivas de Pensiones OCDE 2022”. En dicho estudio, el organismo señala la relevancia de contar con sistemas de pensiones sostenibles, fortaleciendo el ahorro individual, planes de ahorro voluntario y el aumento de la edad de jubilación teniendo en consideración la extensión de la esperanza de vida.

Además de ello, la propuesta del gobierno contenía la creación del Inversor de Pensiones Estatal (IPE), sin perjuicio de que podrían también participar inversores privados, que cuenten con una cuota de mercado inferior a 30%, medido como porcentaje de los activos administrados. En este punto, ya tendríamos al Estado concentrando un 30% de mercado, lo que parece atentar contra la libre competencia.

La votación en general y particular de la iniciativa dejó de manifiesto que hay muchas diferencias en cuanto a cómo perfeccionar el sistema previsional.

Independiente de las distintas posturas, hay consenso en que se debe encontrar un mecanismo para mejorar las pensiones. Es crucial que dicho método no priorice exclusivamente a los actuales jubilados en desmedro de quienes se pensionarán en un futuro ni viceversa.

Por lo pronto, también parece haber un acuerdo en que las pensiones hoy en día se han visto fortalecidas con la PGU, la cual está basada en la solidaridad, al financiarse con rentas generales.

Las pensiones futuras, ciertamente mejorarán con una cotización adicional del empleador que vaya en un 100% a la cuenta individual, ya que de esta manera la contribución del trabajador ascendería a un 16%, más cerca del promedio OCDE.

¿Cuál sería, entonces, la mejor fórmula?

Considerando el aumento de la esperanza de vida, la baja tasa de natalidad (1,3 hijos por mujer en el año 2023) y la baja tasa de formalidad (uno de cada tres trabajadores cotiza en el sistema previsional) el desafío no es menor y requerirá de propuestas dinámicas y graduales que se puedan ir adaptando a los cambios que experimentamos como sociedad.

Así, las materias que deberían abordarse en la reforma previsional serían el fortalecimiento de la formalidad laboral, el aumento de la tasa de cotización y de la edad de jubilación.

Lo anterior permitiría que cada uno contribuyera a mejorar su pensión mediante el pilar contributivo y fortalecer el pilar solidario (PGU) a través de sus impuestos.

En ese sentido, la reforma previsional que prontamente se discutirá en el Senado debe abordar de manera integral los desafíos estructurales del sistema actual para que sea sostenible en el tiempo y beneficie, tanto a los actuales, como a los futuros pensionados.

Cómo vive, sueña y se arma un asesor independiente de inversión

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Finanzas 3
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La fachada de la casa ubicada en el 2066 de Crist Drive podría ser la postal más anodina del mundo si no fuera porque es en realidad una de las imágenes más inspiradoras de California. Un modesto jardín con césped acompaña al portón del garaje familiar donde Steve Jobs se fortificó para comenzar la aventura creativa que daría forma al primer modelo Apple, en 1976. Un espacio tan simple como ese fue al que también recurrió Jeff Bezos, en Princeton, New Jersey, en 1994, para vender libros. Cadabra.com ocupaba la construcción lateral de la casa de sus padres mucho antes de convertirse en Amazon. Similar historia puede contar Bill Gates, que ocupó justamente la cochera familiar el día en que se unió a Paul Allen para terminar fundando, en 1975, lo que hoy se llama Microsoft.

El garaje es un espacio icónico de nuestros tiempos, donde se instala quien sabe que tiene una oportunidad que no ha sido explotada. Y si esto ocurre en variadas industrias, podemos reconocer que es el mismo impulso que ha guiado de manera transversal a los asesores independientes de inversión el día en que cualquiera de ellos miró la oficina bien equipada en la que trabajaba, asumió que contaba con capacidad, información, y especialmente con la confianza de sus clientes, hasta que decidió que era el momento de aventurarse en su propio garaje.

Porque junto a diversas características que lo identifican, el asesor independiente de inversiones es principalmente un emprendedor. Con una carrera lo suficientemente larga en la asesoría financiera, instalado en el escritorio de una institución gigante, ha terminado por convencerse de que hay brechas y de que hay condiciones incomparables que explotar. La primera de ellas es la oferta de productos, ya que, a diferencia de los asesores dependientes de una gran firma, puede ofrecer a sus clientes un abanico mucho más amplio, que no esté restringido al de su propia institución. Esta sola ventaja se conecta con un tema esencial, la atención personalizada, una práctica que hoy se extiende con más fuerza en todo el mundo.

Solo en Chile se ha producido una señal contundente, porque en menos de un año ya hay 140 asesores independientes que se apuraron para inscribirse bajo el marco de la Comisión de Mercado Financiero CMF, luego de la promulgación de la Ley Fintech, en febrero de 2023.

Las cifras se disparan en otros mercados. En México, de los 7.500 asesores inscritos, hay 500 independientes. En Brasil, del total de 50.000 asesores, hay 20.000. Y en Estados Unidos, de un total de 300 mil asesores, ya hay 95 mil independientes certificados bajo la RIA (Registered Investement Advisor). Precisamente un norteamericano como Peter Dougherty, célebre planificador financiero para BISSAN Wealth Management en España, agrega como dato que el asesoramiento independiente representa casi el 80% del dinero administrado en Gran Bretaña.

Pero aún con este terreno en expansión y con su impulso de emprendedor, el asesor independiente en Chile y en Sudamérica no es alguien que tenga su éxito asegurado. La suya es una historia de sacrificio. Cuenta con la experiencia y con la confianza de los clientes que lo siguen, pero una vez que deja atrás una institución financiera ya no tiene una infraestructura que le permita operar fácilmente para observar los fondos de inversión. Si mira en su garaje, o en su oficina ya más pequeña, tampoco hay un equipo de estudio. Probablemente el análisis de cartera lo tenga que hacer en un Excel para cada cliente, y eso no le permite escalar.

El asesor independiente debe afinar entonces su propia metodología, escuchar y filtrar recomendaciones de distintos lados, desde lo que lee en la prensa especializada o lo que escucha de tal o cual economista. Qué tan artesanal sea su trabajo, depende muchas veces del tamaño de su cliente, aunque a él le gustaría tratarlos a todos por igual.

Es que ese nivel de compromiso es una diferencia de valor incuantificable. Si los asesores en general se dedican a conocer las necesidades financieras de sus clientes, el independiente, dada su cercanía, llega a ser un psicólogo.

El punto es crucial cuando nos asomamos al concepto de behavorial finance, finanzas del comportamiento, una tendencia que analiza la conducta de los seres humanos en el ámbito financiero. Las influencias y sesgos psicológicos que entran en juego al momento de tomar decisiones, las expone de manera rotunda Hersh Shefrin, en su libro “Beyond greed and fear”. En esta obra se explica con amplios ejemplos el sesgo heurístico de sustituir una decisión racional por “atajos mentales” (Mental-Shorcut) o por una “regla general” (Rule of thumb).

Y de eso se encarga bien un asesor independiente, de contener sesgos y de conducir a decisiones racionales a partir del conocimiento personal que puede llegar a tener de su cliente.

Ser el doctor de cabecera es un trabajo diario y fecundo, pero para un asesor independiente no alcanza a ser una ventaja inmutable. En su condición de emprendedor sabe que debe estar alerta a lo que se mueva alrededor de su selva, y eso incluye, por supuesto, a la tecnología, donde la automatización plantea un desafío desde una orilla muy lejana.

Los robo-advisors o gestores automatizados, por ejemplo, se han sumado al escenario de la asesoría. Gracias al uso de algoritmos presentan carteras de fondos con la ventaja de ser más baratos, ya que sus comisiones son muy bajas. Justamente por esa automatización más bien parecen complementarios al trabajo personalizado del asesor independiente, quien de todas formas debiera tomar nota para armarse.

¿Qué debo tener para revisar bien mi oferta? ¿Dónde puedo hacer un buen análisis? ¿Cómo se lo comunico a mi cliente? Son tres preguntas que laten y que reflejan las necesidades del asesor independiente. Porque una cosa es la cercanía y la confianza, pero otra demanda acuciante es cómo fidelizar a sus clientes, cómo se muestra sólido en su asesoría. Cada vez más despegado del puro impulso romántico que lo llevó a dar un paso, cada vez más consciente de que necesita escalar sus procesos y contar con las herramientas más adecuadas, el asesor independiente sabe también, como Steve Jobs, como Jeff Bezos o como Bill Gates, que la luna de miel en el garaje tiene su límite.