Foto cedidaTim Stevenson, Head of European Equity at Henderson Global Investors. Don’t let politics get in the way of the economy
En La Tragedia de Wilson Cabezahueca, Mark Twain sugirió por primera vez que octubre es un mes peligroso para especular con acciones. Por supuesto, Twain añadió que cualquier mes del año resulta, de hecho, «peculiarmente peligroso». El presente mes de octubre parece estar cortado por el mismo patrón: existe cierto nerviosismo en relación con los mercados europeos, aunque debido casi exclusivamente a la incertidumbre política más que a la inminente temporada de resultados.
La política ha asomado la cabeza a los mercados e Italia se ha visto especialmente golpeada por la preocupación que han suscitado los últimos intentos del infame Berlusconi por evitar la cárcel. En los Países Bajos, la política parece un juego cada vez más volátil, mientras que en Austria el partido político Team Stronach —que hizo campaña por dividir el euro por países— ha logrado escaños en el parlamento. En Francia, el presidente Hollande sigue alcanzando nuevos récords de impopularidad, en un momento en el que la política británica sigue amenazando la estabilidad. Incluso la canciller Merkel se ha visto forzada a comprometerse con el partido de izquierdas SPD para formar un gobierno de coalición, a pesar de los excelentes resultados de su partido en las últimas elecciones.
Por si todo esto no fuera suficiente para poner nerviosos a los inversores, las luchas internas dentro de las formaciones políticas en torno a las partidas en las que aplicar los recortes presupuestarios han forzado a la administración estadounidense a cerrar durante un periodo indefinido.
Es probable que esto le suene de algo. Ocurrió lo mismo el año pasado.
Esta vez, el resultado es un incremento acentuado de la incertidumbre a corto plazo que ensombrece los últimos datos económicos y estados financieros de las empresas, que apuntan a una mejora de las condiciones. El gran flujo de fondos hacia los mercados europeos podría verse repentinamente frenado por la preocupación acerca de una próxima irrupción de una nueva crisis del euro.
En mi opinión, los próximos meses podrían ser tensos, pero estamos comenzando a ver las ventajas de haber tomado difíciles medidas de austeridad. El AfD —el único partido alemán que aboga por la salida del euro— no logró alcanzar el umbral del 5 % necesario para entrar en el Bundestag y existe un optimismo generalizado que afirma que la zona del euro ya ha pasado lo peor. El hecho de que parte del electorado quiera volver a políticas anteriormente fallidas resulta una contradicción, teniendo en cuenta que finalmente las economías de la región parecen haber pasado página.
Parte del mercado prospera en medio de la incertidumbre y los cambios de dirección generan nuevas oportunidades para aprovechar el contradictorio ánimo de los inversores, al menos por el momento. Sin duda, tras el fuerte incremento del precio de las acciones al que hemos asistido en lo que va de año, un periodo de consolidación se antoja tan recomendable como probable. Además, existen pruebas de que una gran parte del flujo de fondos que ha atraído la renta variable europea se ha canalizado a través del mercado de fondos cotizados (ETF), que ha demostrado ser un medio de «inversión» sospechoso y, en cierto modo, artificial. Estos flujos de inversión también podrían virar rápidamente en la dirección opuesta, revirtiendo una tendencia que lleva registrándose durante varios meses.
Por lo tanto, prepárense para el nerviosismo que reinará en los próximos meses y sigan muy de cerca la evolución de los acontecimientos. Podría ser difícil separar la realidad del ruido. Personalmente, sospecho que Italia estará regida por un gobierno de coalición en un futuro no muy lejano, que abordará algunas de las cuestiones de mayor urgencia. Es probable que en Alemania se forme una coalición liderada por Merkel, que seguirá presionando con medidas para reformar y reflotar la economía teutona, además de prepararse para nuevas quitas de la deuda en algunos países de la periferia europea. En el Reino Unido, continuarán las luchas sobre si el país desea formar parte de Europa o de un mundo de fantasía.
Entretanto, la administración estadounidense podría reanudar su actividad tras llegar a un acuerdo de compromiso que permita posponer un año más las decisiones difíciles.
Durante este periodo, recomiendo a los inversores que se fijen en el nivel al que cotizan las empresas de calidad y las rentabilidades que puedan ofrecer aquellos que cuenten con la paciencia necesaria durante los próximos años.
Columna de opinión de Tim Stevenson, director de Renta Variable Europea de Henderson Global Investors
Contra toda la expectativa, la época del estimulo “infinito” por parte de Bernanke no ha llegado a su fin en septiembre. En cambio, una de mis series preferidas, Breaking Bad, sí, lo que quizá es mucho más preocupante. Desde este punto de vista, la guía de televisión es más fiable que la guía de la Fed.
De todos modos, el movimiento sorpresa de Bernanke me parece magistral: anunciar el tapering en mayo, dejar que los inversores se preparen mentalmente a su inevitable llegada, y después desmentirlo en septiembre. El jefe de la Fed ha intrigado a los mercados, los cuales han pasado de estar preocupados por la retirada del estímulos, a estar inquietos por los posibles motivos de su retraso. Los economistas hacían conjeturas sobre cómo lograría Bernanke comunicar el cambio en la política monetaria sin alarmar a los mercados. Cuatro meses después de que se proclamara “el inicio del fin” del QE, las bolsas están cerca de máximos y su perspectiva no parece preocupar a nadie. No me sorprendería que cuando Bernanke se retire (en enero 2014) y escriba su autobiografía, leyéramos en ella su versión sobre cómo engañó a los mercados en 2013.
Volviendo a Breaking Bad, para los que no conocen la serie, explico la trama: a Walter White, un profesor de química, le diagnostican un cáncer de pulmón inoperable. Para pagar su tratamiento y asegurar el futuro económico de su familia después de su fallecimiento, comienza a fabricar y vender metanfetamina; así, de ser una figura respetada en la sociedad local, se convierte en un villano despreciado por todos. La traducción más adecuada del título, creo que sería “Echándose a perder”. ¿Por qué hablo de esto? Porque es exactamente lo contrario a lo que está pasando en Europa: hace un año y medio los inversores la despreciaban y ahora se apresuran a invertir. Parafraseando el título de la serie, Breaking good.
Junto con la llegada del otoño, ha empezado la temporada de eventos de la industria. Varias conferencias en las que participamos han sido dominadas por la presencia de los inversores estadounidenses, interesados en comprar renta variable europea. Llevamos un año diciendo que Europa está barata, y parece que por fin han oído nuestro mensaje. Según la encuesta de Merrill Lynch, la exposición a Europa prácticamente se ha duplicado el último mes, hasta llegar a que un 36% de los gestores está sobreponderado (Global Fund Manager Survey, 17/09/2013). Los retornos en septiembre lo confirman: Ibex 35 +11%, Euro Stoxx 50 +6,5%, Dax +6,0%, FTSE MIB (Italia) +5,0%, vs. S&P 500 solo un +3%
Estoy convencida de que el outperformance del viejo continente continuará. Una de las cosas que me hace pensar esto, es el transporte de carga aérea que pasa por Frankfurt, uno de los aeropuertos más importantes del mundo por carga registrada. Este dato sirve muy bien como indicador adelantado de los EPS europeos, y está ahora en una tendencia claramente alcista (gráfico). Breaking good, sin duda.
Foto: Hein waschefort. Bonos de mercados frontera, ¿será el futuro de la renta fija?
Buscar retorno en renta fija es cada vez es más complicado. Esto está llevando a los inversionistas a asumir posiciones más riesgosas, no por convicción sino por obligación, logrando al final mejorar ligeramente el retorno, pero a costa de una volatilidad mucho mayor. Asumiendo esto, la pregunta es, ¿cómo mejorar el retorno de la cartera sin aumentar el riesgo?
Consideramos que el mercado de deuda soberana de los países llamados “Frontier Markets” puede ser una excelente alternativa en este sentido. No solo por el alto rendimiento de estos bonos, sino por la baja volatilidad de estos instrumentos, baja correlación con los activos tradicionales y baja correlación entre ellos mismos. Repasemos estos tres principales puntos.
Que los bonos de los países denominados “Frontier Markets” ofrecen mayor retorno es más que entendido por todos, pero por qué menor riesgo. La explicación es muy sencilla, los Frontier Markets destacan por la baja participación extranjera (menos del 15%). Los grandes tenedores de estos bonos son los inversionistas institucionales locales, los cuales tienen un horizonte de inversión de largo plazo, lo que a su vez asegura la bajísima volatilidad del mercado. Estamos por tanto muy lejos de los “crowded traded” tan habituales en otros países emergentes como puede ser Brasil por ejemplo.
Una de las consecuencias de lo dicho anteriormente, es que la correlación de esta clase de activo con los activos tradicionales es muy baja. La correlación de los últimos 3 años de los bonos “Frontier Markets” con el S&P 500 fue de tan solo del 15,06%, mientras que con los bonos de los mercados emergentes (MSCI EM) fue del 34.07%. Asimismo, hay una baja correlación entre cada uno de los países frontera. Es decir, los movimientos de la deuda de Nigeria poco o nada impactan a la deuda en Ghana. Los movimientos se deben más a variables fundamentales de cada país. Escenario que no se da en los países emergentes tradicionales, donde un movimiento de los bonos soberanos brasileños afecta sensiblemente al bono colombiano y al peruano por poner un ejemplo.
Finalmente, el alto cupón y por ende el alto spread que ofrecen estos bonos, hace que tanto los movimientos del tesoro americano como el “risk sentiment” global les afecte poco, ya que, no están inmersos en el “risk in / risk off” que caracterizan a los bonos emergentes.
Escuchar la palabra “Frontier Market” puede sonar exótico en un primer momento. Pero si vemos la cartera de cualquier fondo de bonos emergentes notamos que hay posición en estos activos. La cual es cada vez mayor, porque es la parte que está dando el “pick up” al yield del portafolio. Por lo que, ¿no sería mejor tener exposición a este activo a través de un especialista?
Capital Strategies Partners es el distribuidor en exclusiva para la región de Las Americas de Global Evolution, una gestora danesa que lleva más de 10 años invirtiendo en estos mercados y es uno de los referentes en la gestión de Frontier Markets en el mundo.
Hoy he aprendido que en toda su historia el Gobierno americano ha “bajado la persiana” diecisiete veces debido al llamado techo de deuda. Por ahora no es grave y parece que Wall Street no está dando importancia a la posibilidad de una suspensión de pagos del Gobierno.
La última vez que esto pasó, Mónica Lewinsky aprovechó la oportunidad para hacerse famosa. Bill Clinton con la privacidad en la Casa Blanca hizo de las suyas. Veremos qué nos deparará este shutdown…. seguramente nada tan interesante!
Por otro lado, España parece estar superando lo peor y cual ave fénix sigue recuperando posiciones. Aunque nuestro ”café con leche en la plaza mayor” no nos ha hecho olímpicos, sí que tenemos una base real de empresarios que están trabajando y luchando contra viento y marea para superar está compleja situación.
No podemos olvidar que aunque los datos macroeconómicos en España todavía no son positivos, las bolsas siempre anticipan y el Ibex está despertando. Por algo será.
Pero más importante para los mercados es adivinar cómo se va a desactivar la bomba de la exuberante liquidez. Creo que un chiste que me contaron el otro día es significativo de la situación actual: “Doctor Bernanke soy alcohólico, ¿Qué me recomienda? Dos vodkas y un gin tonic”. El presidente de la reserva y su amigo Draghi siguen dispuestos a mantener la barra libre de liquidez abierta unas horas más.
Kathryn Rooney, estratega macro senior de Bulltick Capital Markets. La desaceleración latinoamericana – ¿una crisis?
Muchas de las estimaciones de analistas, incluyendo las nuestras en Bulltick, han sido revisadas a la baja este año, debido a la desaceleración importante que se ha visto en la región. Los activos también han reflejado una tendencia similar, con una caída general desde el 22 mayo, cuando se dio el reverso en la política monetaria de la Reserva Federal. Nosotros en Bulltick empezamos el año con un pronóstico de crecimiento económico para América Latina de un 3,6% anual, que después bajamos al 2,6% anual. Gran parte de esta disminución se debió a revisiones importantes de los mercados de Brasil y de México. Cuando iniciamos el año, la expectativa para Brasil era de un 3,8%, que se ha rebajado a un 2,2% y en México empezamos el año con un 4,0% para 2013 y ahora hemos rebajado ese crecimiento a apenas un 1,9%. Ha habido una desaceleración en la actividad económica sin duda alguna, pero no ha llegado a niveles de crisis a pesar de las caídas que hemos visto en los mercados.
Estimamos el crecimiento de América Latina en un 4,0% en el 2014
La actividad económica de EE.UU. ha desilusionado y su crecimiento para este año se estima en un 1,9%. Los precios de los productos básicos han disminuido, afectando especialmente a los grandes exportadores de la región, a la vez que el comercio mundial en este año ha sido lento. En México, por su parte, la disminución en la velocidad del crecimiento viene a consecuencia del sector manufacturero y de la construcción, con un crecimiento en la primera mitad del año de apenas un 1% anual. En Brasil, la mezcla perjudicial de malas políticas públicas junto al empeoramiento de las perspectivas mundiales, define la desaceleración continua de ese país. Esperamos que para el año 2014 se vea una cierta recuperación comparada a este año, ya que creemos que la desaceleración económica latinoamericana tocó fondo.
Vemos una probabilidad alta de un incremento de la calificación crediticia de México en el próximo año
Los próximos años deberían traer un repunte en las tasas de crecimiento de EE.UU., con el PIB real incrementándose un 2,7% anual en el año 2014; Europa debería estar oficialmente fuera de recesión; en Japón se prevé una revitalización en el crecimiento; y China mejorando un 7,5% en los próximos años, lo que implica un aumento importante de la demanda externa. Por lo tanto, el comercio mundial y los mercados emergentes deberían recuperarse de manera semejante. Estimamos el crecimiento de América Latina en un 4,0% en el 2014. Analizando las grandes economías de Latinoamérica, vemos que México está en una trayectoria positiva con su agenda de reformas agresivas que debe dar al país un aumento en las calificaciones crediticias en el próximo año y un buen crecimiento económico. Esperamos para el año 2014 un crecimiento del 4% en México, lo cual significa un repunte respecto al 1,9% esperado para este año 2013. De hecho, vemos una probabilidad alta de un incremento de su calificación crediticia en el próximo año, si se logra, como esperamos, pasar la reforma energética y fiscal en este año.
Brasil necesita desesperadamente continuidad en las políticas domésticas
Por el lado brasileño, el crecimiento es probable que sea más lento que en México en el año 2014. Prevemos una expansión económica el próximo año semejante al 2,5% anual actual, con la potencial disminución de la calificación crediticia, debido a la política fiscal expansiva, en medio de una elevada inflación y bajo crecimiento. De hecho, en nuestra opinión, será un reto para Brasil recuperar y mantener las velocidades de crecimiento de años pasados (7,5% en 2010, con un promedio del 4,3% anual entre 2008 y 2010), con más estímulo gubernamental y sin reformas estructurales.
Brasil necesita desesperadamente continuidad en las políticas domésticas, a la vez que requiere reformas por el lado de la oferta en la economía, mas no en la demanda, lo que restringe los posibles incrementos en la tasa de crecimiento interanual. Estas reformas incluyen a los difíciles mercados laborales del país, mejoras significativas en la infraestructura, cambios en el complejo código tributario y otras regulaciones diversas. De hecho, Brasil se enfrenta a un desajuste entre la oferta y la demanda, que con una baja tasa de inversión comparada con el PIB, hará más difícil mantener un ritmo continuo de crecimiento del PIB real. La Inversión sobre el PIB en Brasil es de un 18% comparado con un 25,7 % de Chile, un 22% de México 22 y un 28% de Colombia.
Foto: Maik Meid. Shhh... the Macroeconomist is About to Speak
El mundo está pendiente de cada palabra de los macroeconomistas. Aunque sus análisis de los indicadores económicos de Estados Unidos se habían vuelto prácticamente irrelevantes para los inversores -pero ahora los tiempos han cambiado.
Los economistas han sido ignorados durante el año pasado debido a que los movimientos de los mercados financieros no giraban en torno a los pilares económicos clásicos como el crecimiento del consumo, el empleo, las exportaciones y las inversiones. En lugar de esto, fueron impulsados por lo que podríamos llamar «tecnicismos» – como el impresionante programa de compra de bonos de la Reserva Federal.
De hecho fueron estas compras mensuales de 85.000 millones de dólares en bonos del gobierno y en préstamos, las que determinaron el sentimiento del mercado. De la misma manera que un director decide cómo tocará su orquesta, el banco central de EE.UU. determina el ritmo y el momento en los mercados financieros. Sin embargo, el “director” Ben Bernanke ha indicado que va a tomar un lugar menos destacado en el podio.
Vale la pena examinar las estadísticas de nuevo
Esto significa que los miembros de la orquesta tendrán que engancharse a la música una vez más. ¿Cómo se deben interpretar todas las piezas – allegro o fortissimo? ¿Cuál es el estado real de la economía de EE.UU.? ¿Qué están diciendo actualmente los indicadores acerca de la economía americana? Si la última reunión del banco central de Estados Unidos dejó algo claro es que la propia Fed está siendo influenciada, ahora más que nunca, por las estadísticas que reflejan la salud de la economía americana. Esos números son de vital importancia para la cuestión de si el banco central debería disminuir gradualmente su política de estímulo.
Enfoque excesivo en los consumidores
Así, una vez más, la historia de los macroeconomistas está ganando prestigio entre los equipos de inversión. Sin embargo, es sorprendente como en muchos casos el análisis macro se orienta hacia la parte equivocada de la economía . El énfasis está en Joe Sixpack, el lado de los consumidores de la economía americana, lo que conlleva un intenso debate sobre las cifras de desempleo. La pregunta es ¿son estas estadísticas de desempleo un reflejo exacto de la oferta de trabajo? ¿Se han vuelto los estadounidenses quizá tan sombríos sobre sus posibilidades de encontrar un trabajo que se han dado por vencidos (los llamados trabajadores desalentados)? Esta es una discusión importante e interesante, pero no llega al meollo de la cuestión.
Las empresas son la clave para la recuperación
Las cosas realmente importantes en la economía americana están en el lado corporativo. Después de todo, el consumidor medio americano volvió a sus antiguos patrones de gasto muy poco después de que estallara la crisis de crédito. Y la dramática predicción de un aumento en los niveles de ahorro no se ha materializado. Esto significa que los Estados Unidos han llegado a un punto en que el mayor crecimiento económico tendrá que venir por parte de las empresas. Sin empresas, el crecimiento económico no logrará superar el barrera del 2%. ¿Van las empresas a destinar fondos para la inversión en maquinaria y otros bienes de capital y ampliar su fuerza de trabajo? ¿Cuál es la situación actual?
El punto de partida corporativo es saludable
Si nos fijamos en el actual nivel de inversión de las empresas como porcentaje de la renta doméstica, está aumentando, pero sigue en niveles históricamente bajos. Al mismo tiempo, la rentabilidad de las corporaciones estadounidenses es francamente elevada.
Los beneficios representan en media alrededor del 12% de ese misma renta nacional. La rentabilidad no ha sido tan fuerte en los últimos cuarenta años. Las empresas estadounidenses lo están haciendo muy bien, gracias.
Con un punto de partida tan favorable, la clave es centrarse en los indicadores a futuro, incluyendo la encuesta mensual de gerentes de compras de las grandes empresas. Recientemente reportaron un crecimiento real en sus libros de pedidos. Esto combinado con el hecho de que los inventarios son bastante bajos, es una buena noticia.
Pero, ¿cuando se atreverán las empresas a empezar a tomar riesgos nuevo?
Cada fragmento de información nueva sobre el potencial corporativo en Estados Unidos, da una idea de la importancia del espíritu emprendedor para un crecimiento robusto de la economía. Y por esta razón, los inversores una vez más deben sentarse expectantes cuando se discuta sobre macroeconomía.
No, no me refiero al cierre parcial de la actividad de las Administraciones norteamericanas. Ni a la amenaza de un improbable impago de la deuda. Aunque ya que estoy aquí, aprovecharé a poner este gráfico que muestra el notable aumento del Índice de Incertidumbre de la Política Económica en Septiembre. Las razones son obvias. Podemos imaginar que si las cosas continúan tan tensionadas entre Demócratas y Republicanos como estos últimos días, el indicador continuará la escalada en su dato de octubre.
Pero en el núcleo de esta entrada me voy a referir a un indicador que creo teóricamente interesante, como es la evolución de la variación de los préstamos concedidos por los bancos comerciales de Estados Unidos. Digo que es teóricamente interesante porque la evolución del crédito es una de las (quizá la) principales claves que explican las fluctuaciones económicas y ciclos de auge y recesión, como Ray Dalio y parte de los economistas piensan, notoriamente quienes se adhieren a la teoría austriaca del ciclo económico.
Pero además de que existan teorías que asocien el ciclo de crédito con el ciclo económico, empíricamente los datos parecen ser elocuentes. Miremos este gráfico que elaboró Scott Krisiloff (inspiración de mi entrada), tomando tasas intertrimestrales del crédito de los préstamos por parte de los bancos comerciales, a partir de los datos de la Fed.
Nota: todos los datos presentados en este artículo están actualizados al 2º Trimestre 2013.
(que en el eje horizontal aparezcan algunos años repetidos no es una errata)
Los circulitos y rectángulo azules y demás son cosecha propia, para que se vea más claramente la relación con el siguiente gráfico: la variación real del PIB, también a tasas intertrimestrales, con sus respectivos circulitos rojos:
…y vemos que mantiene tasas positivas, pero la desaceleración es destacable.
Antes de extraer conclusiones, podemos sacar más jugo a estos datos, desagregándolos según tipo de préstamo: comercial e industrial por un lado (línea roja), y al consumo por otro (línea naranja). Reduzco el periodo para verlo más claro, ahora desde 2000, y son tasas anuales.
En definitiva, vemos cómo el colapso del crédito ha sido uno de los importantes componentes de la Gran Recesión (y otras recesiones del pasado). Su recuperación acompañó a la recuperación, lenta y con altibajos como el del 1er Trimestre de 2011, de la economía estadounidense. Sin embargo, recientemente, desde principios de 2012, observamos una desaceleración destacable en el ritmo de expansión de los préstamos por parte de los bancos comerciales, que viene causada por el comportamiento de los préstamos comerciales e industriales, dado que los préstamos al consumo se han acelerado (no tengo los datos, pero intuyo que aquí están los famosos student loans, cuyo crecimiento sigue «vigoroso»).
Como muestro en el segundo gráfico del post, que la tasa de variación intertrimestral de los préstamos entre en terreno negativo suele preceder a ralentización económica o incluso recesión. En estos momentos lo máximo que podemos decir es que constituye una señal de advertencia, que debemos vigilar en próximos trimestres. Pero nada más. En caso de que profundice en terreno negativo (y/o entre la tasa anual) quizá sí sería para preocuparse.
Además, éste es solo un indicador, importante y que merece la pena sacar a colación, pero uno más junto a una batería de indicadores macro — sobre cuyo análisis nos tiene bien informados Hugo Ferrer y otros miembros de inBestia. Y tengamos en cuenta que la economía (y los mercados) está en constante movimiento: las mismas (cor)relaciones que funcionaron ayer, puede que no funcionen hoy
Este artículo fue publicado originalmente en inBestia.com
Foto: Jualianrod, Flickr, Creative Commons.. El hombre que susurra a la oreja de los mercados
El presidente Obama ha anunciado el nombre de Janet Yellen como su candidata para suceder a Ben Bernanke, actual presidente de la Reserva Federal Americana (FED). Cultura económica enciclopédica, liderazgo… las competencias que se requieren del sucesor de Ben Bernanke son numerosas. Pero a la hora de elegir, Barack Obama ha debido tener en cuenta que el futuro presidente de la FED también debe ser lingüista, semiólogo, una especie de griot de la macroeconomía.
Inventar o hacer uso de las palabras inusuales es lo que hizo Alan Greespan en su época con su famoso «conundrum». Más recientemente, el tapering hacía su aparición en el vocabulario de los banqueros centrales. To taper es, según su traducción literal, reducir de manera cónica… Por lo tanto, el banco central americano va a reducir de manera cónica (se entiende, progresivamente) su programa de quantitative easing (QE), otra expresión inventada por los banqueros centrales y muy de moda desde la crisis de 2008.
La referencia a un término técnico industrial es astuta, y deja entender que las intervenciones del banco central se pilotan al milímetro, con un rigor digno de las mejores industrias de punta.
Al aplicar el tapering, el banquero central se convierte en “ingeniero de la macroeconomía”, que ajusta su actuación en función de una multitud de indicadores que van del PIB a las ventas de obra nueva.
Sin embargo, la macroeconomía no es una ciencia exacta, la ingeniería tiene sus fallos, y el banquero central tiene que encontrar sin cesar otras palabras, otras armas. Una recién llegada al vocabulario del banquero central: la forward guidance.
La guidance es una palabra central muy apreciada por los economistas y expertos bursátiles: las guidances de una empresa son las cifras estimadas que los directivos de la empresa comunican al mercado. Así pues, forward guidance suena como un pleonasmo. Como ignorantes, podríamos llegar a pensar que una guidance es, por definición, una forward guidance.
Hasta hace poco, los banqueros centrales se conformaban con dar guidances, es decir, previsiones a corto plazo, anunciando a los mercados cuales serían sus sesgos de orientación sobre los tipos hasta la siguiente reunión. Con la forward guidance, intentan influir en los mercados a más largo plazo. Con ello, reconfortan a los inversores, que pueden ajustar sus anticipaciones de manera moderada y menos brutal que antes.
Más que de un aspecto técnico, al hablar de forward guidance, el banquero central aporta la idea de visión a largo plazo: él es quien prevé más allá, quien va un paso por delante. Chamán o griot, el banquero central es “aquel que sabe”.
¿Y de dónde saca su saber? De la multitud de datos macroeconómicos arriba mencionada, pero también de la observación de los mercados. En un curioso juego de espejos, el banquero central escucha a los mercados que escuchan al banquero central. Si los tipos se tensan demasiado pronto, Ben Bernanke tranquiliza. Si, al contrario, los mercados están peligrosamente eufóricos, él los pone firmes recordándoles que el QE solo es temporal. Para mantener la armonía de este “pas de deux” entre los mercados y los bancos centrales, es indispensable que el banquero central conserve el control del discurso, del habla y de la palabra para seguir marcando el ritmo y susurrando a la oreja de los mercados.
Foto: Poco a poco. Épocas turbulentas, nada cambia en perspectiva
Se activó uno de los eventos que estaban esperando los mercados financieros para octubre: el ‘shutdown’ en USA, o parálisis de alguna parte del gobierno federal. Ahora, viene el segundo tema, el techo de la deuda el próximo 17 de octubre, que también será un interesante tema político a seguir con atención, y que generará, como no es de otra forma, turbulencia en las inversiones internacionales.
Ahora bien, hace dos semanas tuve la oportunidad de escuchar a un analista político de uno de los grandes bancos de inversión, quien explicaba que, a pesar de que USA no pudiera emitir deuda por un período de tiempo, el gobierno contaba con algunos fondos de efectivo que utilizaría en caso de ser necesario (obviamente, no son ilimitados), lo cual mitigaría el impacto. Además, la mayoría de contratos son firmados por largo plazo, y muchos de ellos ya fueron previamente fondeados, por lo cual muchas actividades no tienen el riesgo de entrar en parálisis absoluta, así los políticos, como ocurre siempre en estos casos, busquen protagonismo, defiendan intereses particulares, y no se pongan de acuerdo en detrimento de la economía como un todo.
Pregunta clave es qué estará pasando por la cabeza de los miembros de la Reserva Federal en este momento. Cuatro días de parálisis (al momento de escribir esta columna), tendrán un impacto sobre el PIB del cuarto trimestre, y si la misma persiste, su efecto podría ser, en términos relativos, lo suficientemente grande para cuestionar el crecimiento potencial de USA. Este panorama no es alentador de cara a la decisión que tiene que tomar la FED: disminuye o no disminuye los estímulos monetarios. Si le preguntan a cualquier analista, en mitad de junio, la decisión de la FED no tenía reversa: los estímulos se iban a disminuir, fuera en septiembre, octubre o diciembre.
Pero al día de hoy, la decisión de cuándo y cuánto, quizá ya no parece tan sencilla. Presiento que dependiendo de la magnitud de la parálisis y su efecto sobre algunas variables claves, los analistas empezarán a cuestionar la temporalidad para que la FED actúe, lo cual creará aún mayor incertidumbre para el mercado financiero. No será malo para algunos activos, los de riesgo; pero sí seguirá alimentando el precio de algunos activos a los que ya, estructuralmente, muchos inversionistas no les tienen confianza. Lo cual no es para nada bueno, pues nos crearía, nuevamente, algunas complicaciones el próximo año.
Ahora bien, estos eventos, puntuales y dolorosos, no deben cambiar la perspectiva de mediano y largo plazo ante un cambio estructural que se viene dando en las inversiones internacionales: los flujos de inversión han salido de emergentes, se han ido para USA, y el acumulado desde finales del año pasado, sí muestra que han alimentado el apetito por acciones norteamericanas. Esto debe seguir, así el día de hoy, la cosa no sea tan evidente.
Nuevamente, los activos que llaman la atención se centran en acciones y en dólares. Es un tema estructural, no es un tema de corto plazo, por lo cual hay que tener cuidado en diferenciar las dos cosas, pues mucha gente, informada o no informada, espera ver resultados inmediatos con una estrategia de inversión en una semana. La respuesta es que no: una cosa es el trading puro, otra cosa muy diferente es la estrategia de inversión trazada para generar frutos constantes. Muchos olvidan esto, pensando que todos los días se le debe “pegar” al activo más favorecido.
“Las opiniones aquí expresadas son a título personal y no reflejan necesariamente la posición de Skandia sobre los temas tratados”.
Photo: Flickr, Masato Ohta from Tokyo, Japan. Celebrate with Tokyo
En Tokio, muchos estallaron de satisfacción al conocer que la ciudad había sido seleccionada para albergar los Juegos Olímpicos de 2020. Tras una candidatura fallida para 2016, Tokio ha batido a Madrid y Estambul como rivales, convirtiéndose en la primera ciudad asiática que albergará los Juegos en dos ocasiones.
Cuando Tokio fue sede de los Juegos Olímpicos de 1964 el evento resultó instrumental para el desarrollo económico de Japón y su reconstrucción. También sirvió como plataforma para meter al país de nuevo en la escena global (Su tren bala se inauguró una semana antes del evento, haciendo alarde de la capacidad tecnológica del país). Casi 50 años después, el tren “Shinkansen” continúa operando al más alto nivel global de seguridad y fiabilidad.
El triunfo de Tokio llega en un momento en que la economía nipona está dando muestras del éxito de las reformas conocidas como “Abenomics”. Al día siguiente del anuncio del Comité Olímpico, se publicó una revisión al alza del PIB del segundo trimestre desde el 2,6% hasta el 3,8%—con la inversión en capital doméstico como origen de los mejores datos. Otras estadísticas muestran que la deflación se está mitigando mientras los salarios van mejorando.
La candidatura de Tokio se ha caracterizado por sus moderado presupuesto, con más planes para renovar instalaciones existentes que para construir otras completamente nuevas. Tanto las infraestructuras de transporte y hoteleras están bien establecidas en la ciudad. Por tanto, aunque pueda haber un impacto positivo en el sentimiento de la población, el impacto económico directo de las Olimpiadas parece bastante limitado. Tokio ha planteado una estimación por la que las Olimpiadas representarán una inyección de unos 30.000 millones de dólares, que suponen apenas un 0,5% del PIB. En todo caso, creo que el impacto a largo plazo de los Juegos en el turismo no debe ignorarse.
El año pasado, 8,4 millones de turistas extranjeros visitaron Japón. Si bien es una de las cifras más altas de su historia, no le llega ni a la suela de los zapatos a China, con sus 58 millones de visitantes, o a EE.UU., que sumó 67 millones. La aportación del turismo al PIB nipón fue tan solo del 2,1%, mientras en Francia la contribución alcanzó un 3,8% y en Italia un 4,1%. A pesar del atractivo turístico del país, Japón adolece de estrategias promocionales adecuadas y el visitante potencial percibe que el país es un destino caro. En realidad, la prolongada deflación que ha sufrido el país y más recientemente, la debilidad del yen, sitúan a Japón a la par en precio que otros destinos vacacionales como Hong Kong y Singapur.
A medida que va aumentando la renta de las clases medias en Asia, el turismo en la región tenderá a aumentar. La atención mediática que proporcionarán los Juegos puede servir como catalizador para promocionar Tokio y Japón como destino vacacional. Dado que la infraestructura ya existe, y que el punto de partida es muy bajo, el impulso del turismo puede tener un impacto profundo en la economía nipona. Tokio ya reina como la capital mundial de la gastronomía si medimos según sus 323 estrellas Michelin. Ahora solo hace falta que venga más gente a comer.
Columna de opinión de Kenichi Amaki, Portfolio Manager de Matthews Asia
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