Un brindis por el 2014 que se va. Por todo lo que el año fue, por lo que el próximo será. Por los obstáculos de la vida, porque al superarlos encontré la forma de aprender a no temerles más. Pero también, por los caminos planos, porque ellos permiten ver el verde del paisaje, el color de las flores, los niños corriendo, los pájaros cantando.
Por la vida que tenemos, por la que nos tocó vivir. A veces quisiéramos una vida diferente, tener algunas cosas que no tenemos, sin apreciar todo aquello que la vida nos ha dado. Tarde o temprano llega lo que el universo te tiene preparado, la ruta que debes recorrer en la vida. Brindo por la búsqueda constante de la felicidad, por el infinito deseo de agradecer todo aquello que me ha pasado. Este año quizá me volví más humano. Aprendí a rechazar un poco más el odio y la envidia; y a aceptar los buenos sentimientos.
Un año en que pude cumplir con lo que más me gusta en la vida: acostarme cada día sabiendo algo más de lo que sabía al levantarme. Espero que eso me haga cada día una mejor persona. Una que podrá hablarle a los más chicos de cosas que serán útiles para su futuro. Así, brindo porque este año le di más importancia a un libro que a un televisor. Porque me interesó mucho más una página bien escrita, llena de emociones, que conocer el ganador de algún ‘reality’.
Brindo porque este año me volví más amigo de mis amigos. Me reencontré con algunos, gané otros. Aprendí de las personas. De lo bueno y lo malo. Porque cada una muestra un lado del que siempre te queda algo. Brindo por aquellas que se convirtieron en un bello vicio: las que se meten por la piel, corren por tus venas, llegan a tu alma y te dan una felicidad infinita de la que no puedes escapar. De las que descubres la falta que te hacen con su ausencia. De las que siempre quieres más, que estén a tu lado, que no se vayan nunca.
De las que vienen en envases grandes y en envases pequeños, de las que le ponen nombre y apellido a los buenos momentos. De las que te brindan un abrazo fraterno, una sonrisa sincera, y que sin decírtelo, te expresan todo el cariño que pueden dar. A las de aquí y a las de un poco más lejos. A las que ríen y a las que callan. En fin, a las que se ganaron un espacio en una puerta de tu corazón y botaron la llave para nunca irse.
Brindo por las nuevas ilusiones, las que te llenan los ojos de brillo y te electrizan el alma. Las que te motivan a levantarte cada día, a dar lo mejor de ti. Las que justifican plenamente la palabra vida y las ganas de vivir, las que regocijan el ser. Por aquellas que te quitan el sueño. A algunas, incluso, les escogiste el nombre y llevan tu apellido.
Brindo por las lágrimas derramadas, las de rabia y tristeza, porque me demostraron que no soy inmune al dolor, y que me duelen las injusticias. Porque atormenta pelear con un ser querido, aunque emociona mucho el escuchar un sencillo “lo siento”.
Un brindis por lo que me gusta y por lo que me disgusta. Por lo que vendrá. Por lo que tendrá que suceder. Por lo que la vida nos tiene preparado, por lo inevitable, por los cambios que el destino te tiene ya escrito para ti dentro de sus libros.
Un brindis por todo aquello que dije y todo lo que tuve que callar. Por los sentimientos que expresé. Por los que tengo que guardar. Por las personas que quiero. Por las que me quieren. Por las que me querrán el próximo año. Por las de ayer. Por las que están hoy. Por las que vendrán. Por las que lastimé, aún sin quererlo.
Por la esperanza en el futuro, por la espera que quieres que termine. Porque se vuelvan realidad todos los sueños. Porque te sorprenda eso que has estado esperando. Por escuchar las palabras que quieres oír. Por la distancia, porque eso hace más bello el reencuentro. Por la decisión que no te has atrevido a tomar. Por superar el miedo al no. Por darle paso al sí.
Pero sobre todo, brindo porque al poder escribir esto, me encuentro lleno de salud, y de una vida que me permitirá, el próximo año, ser una versión mejorada de mí mismo.
Foto: Belén de Benito. Así ve Threadneedle los mercados en 2015
Hace un año decíamos que los mercados recorrerían un largo y, en ocasiones, tortuoso camino hacia la normalización. Y no cabe duda de que eso es lo que ha sucedido este año, ya que la volatilidad volvió a los mercados de renta variable en los últimos compases de 2014 por los temores a que el crecimiento económico en 2015 pudiese decepcionar. Entretanto, los rendimientos de la deuda soberana de los países centrales se han mantenido muy bajos, a pesar de las expectativas de que la retirada de la expansión cuantitativa en EE. UU. rebajaría los precios de los valores del Tesoro e incrementaría los rendimientos.
El acontecimiento principal de este año, que además podría tener repercusiones importantes para 2015, es el hecho de que casi ninguna de las principales economías desarrolladas registra presiones inflacionistas y que los datos de la inflación del IPC general han ido disminuyendo. Esta tendencia desinflacionista general implica que existe la posibilidad de que se sigan aplicando políticas acomodaticias, que favorezcan, a su vez, a los activos de riesgo. Sin embargo, es de crucial importancia evitar una deflación pura y dura, debido a los elevadísimos ratios de deuda sobre el PIB que persisten en buena parte de los países desarrollados.
Políticas divergentes
Una cuestión que los inversores deberán afrontar en 2015 es la de las políticas divergentes. Por un lado, Japón ha incrementado su programa de expansión cuantitativa y ha retrasado la aplicación de la segunda subida del impuesto al consumo, así como el BCE ha anunciado la compra de bonos cubiertos y valores de titulización de activos (ABS), y por otro lado, la Reserva Federal estadounidense (la Fed) ha puesto fin a su expansión cuantitativa. 2015 debería ser el año en el que la Fed comience a alejarse de su política de tipos de interés próximos a cero, aunque es probable que cualquier subida de los tipos que se produzca sea modesta. De forma similar, en el Reino Unido se espera que el Banco de Inglaterra comience a elevar sus tipos en algún momento durante la segunda mitad de 2015. En Europa y Japón, los tipos de interés se mantendrán muy bajos, lo que podría limitar cualquier subida de los rendimientos de los bonos, especialmente en un entorno en el que probablemente las tasas generales de crecimiento del PIB puedan seguir siendo anémicas.
Quizá el mayor desafío al que se enfrenten las autoridades de los países desarrollados esté en decidir qué hacer si el crecimiento sigue mostrando signos de flaqueza. Si obviamos a EE. UU., ha habido pocos indicios de mejora real de la economía; los mercados de renta variable han repuntado en los últimos años ante la expectativa de que se produjese una recuperación económica que dista mucho de haberse logrado. El problema de las autoridades políticas es que no pueden hacer gran cosa para estimular el crecimiento: la política monetaria convencional está agotada y la mayoría de los gobiernos no pueden adoptar una política fiscal más flexible para impulsar el crecimiento debido a la nefasta situación financiera en la que se hallan. Por consiguiente, cobra cierta importancia que el repunte registrado por EE. UU. continúe el año que viene y se extienda a otras economías; aunque EE.UU. podría «ir por libre» en 2015, no es probable que lo haga indefinidamente.
Uno de los principales riesgos para el próximo año se encuentra en si la tendencia desinflacionista que hemos visto en los últimos meses se convertirá en una deflación pura y dura. La posible «japonificación» de los países desarrollados representa un riesgo que llevamos vigilando desde hace tiempo y que seguiremos vigilando en 2015. Europa se encuentra en el centro de los temores deflacionistas y no estamos seguros de que los menores rendimientos de los bonos vayan a ayudar a que Europa se recupere si el BCE decide efectivamente aplicar algún tipo de expansión cuantitativa de la deuda soberana. Durante los últimos años, los rendimientos de los bonos han sido muy bajos y, a pesar de ello, las perspectivas de crecimiento en Europa han empeorado. No obstante, si se aplica una expansión cuantitativa en Europa, podría ejercer presión a la baja sobre el euro, lo que serviría de apoyo a los exportadores europeos y atenuaría en cierta medida los actuales temores deflacionistas.
Clases de activos
En lo que respecta a las principales clases de activos, seguimos siendo optimistas acerca de la renta variable frente a la deuda pública de los países centrales, aunque menos que antes, debido al escenario de «recuperación sin recuperación» que hemos señalado con anterioridad, pues eso nos lleva a albergar dudas sobre si las previsiones de beneficios para el próximo año son razonables. Para que incrementemos la exposición a la renta variable a los niveles actuales, deberíamos ver una ligera reducción de las valoraciones o tener algo más claras las perspectivas de los beneficios de 2015.
Por regiones, creemos que la renta variable japonesa debería seguir mostrando atractivo, ya que la depreciación del yen está ayudando a impulsar los beneficios de las empresas japonesas, especialmente las exportadoras. El volumen del programa de expansión cuantitativa en Japón (en relación con el PIB) es impresionante y pone de manifiesto el compromiso de las autoridades para calmar los temores deflacionistas. Hay otros hechos importantes, como el compromiso de varias empresas para mejorar la rentabilidad de los recursos propios y los cambios en el enorme fondo estatal de pensiones, el GPIF, que está reduciendo su asignación a la deuda pública japonesa en favor de la renta variable y otras inversiones. Se trata de factores a largo plazo que deberían servir de respaldo a la renta variable japonesa.
Nos sigue interesando la renta variable británica y creemos que el rendimiento por dividendo del 3,3% del FTSE debería seguir constituyendo una característica atractiva en un mundo en el que los bonos del Estado alemanes a diez años ofrecen un rendimiento de solo el 0,70%. Un posible obstáculo para el Reino Unido es la actual debilidad de los precios del petróleo y las materias primas, debido al sesgo del mercado hacia áreas como la energía y la minería. No obstante, creemos que con el tiempo los inversores que reinviertan sus ingresos por dividendos (para beneficiarse del efecto compuesto) deberían poder obtener rentabilidades razonables comparadas con las que ofrecen otros activos. Y lo que es más importante, somos optimistas con respecto a la renta variable estadounidense, ya que EE.UU. ha destacado por su buen crecimiento de los beneficios y es precisamente eso, más que la subida de las valoraciones, lo que ha propiciado el avance del mercado este año.
Mercado de renta fija
Las perspectivas para los mercados de renta fija en 2015 resultan mucho más difíciles de analizar. Sobre el papel, los rendimientos de la deuda soberana no ofrecen casi valor; veamos por ejemplo el gráfico que figura a continuación, en el que se compara el rendimiento del reembolso del gilt a diez años con el rendimiento por dividendo del índice FTSE All-Share durante los últimos 20 años.
Gráficos como los anteriores se han utilizado para describir a la deuda pública como «activo de riesgo sin rentabilidad» en lugar de activo «libre de riesgo». Sin embargo, aunque los rendimientos de la deuda pública se encuentran en niveles muy reducidos desde una perspectiva histórica y siguen sin resultar atractivos en lo que respecta a la rentabilidad total si se comparan con otros activos, no esperamos que el mercado de renta fija se desmorone el año próximo. Esto se debe en parte a que las expectativas de inflación son muy discretas —algunos países de Europa registran una clara deflación— y es muy improbable que alguno de los principales bancos centrales de los países desarrollados endurezca su política de forma contundente en 2015.
En términos generales, la demanda de fuentes de ingresos de excelente calidad sigue siendo fuerte, lo que quizá no sorprenda en un mundo caracterizado por los tipos de interés próximos a cero. Es improbable que esta tendencia cambie, debido al envejecimiento de la población en buena parte de los países desarrollados, e incluso en los países en desarrollo el aumento de los ingresos se está traduciendo en el incremento de las tasas de ahorro, como sucede por ejemplo en China. En mercados de renta fija como el del Reino Unido, siempre existe una sólida demanda técnica de los inversores institucionales en el tramo largo cuando los rendimientos se incrementan, ya que tratan de cubrir sus pasivos a largo plazo. Existe una limitación adicional, más fundamental, para los rendimientos de la deuda soberana y es que muchos gobiernos están tan endeudados en la actualidad que sencillamente no podrían asumir un aumento importante de su coste de financiación.
En los mercados de crédito, lo que ocurra en 2015 dependerá en cierta medida de lo que suceda en los mercados soberanos; al fin y al cabo, el precio del crédito corporativo se determina utilizando la curva de tipos soberanos como punto de referencia, de manera que los inversores son compensados por asumir riesgo crediticio mediante el rendimiento adicional o «diferencial» sobre la deuda pública de buena calidad con un vencimiento equivalente. Sin embargo, por lo general pensamos que 2015 podría ser un año en el que el crédito con calificación investment grade podría comportarse razonablemente bien, ya que es una clase de activo adecuada para un entorno de bajo crecimiento y baja rentabilidad. Además, los balances de las empresas siguen revelando fortaleza en comparación con los de muchos gobiernos, y el hecho de que no se haya producido una recuperación económica significativa (fuera de EE.UU.) ha llevado a muchas empresas a gastar e invertir con cautela, lo que es positivo para el crédito. Sí que podríamos decir que el periodo de altas rentabilidades en el crédito que hemos estado viendo ha llegado a su fin. El nivel inicial de los rendimientos hoy y los actuales niveles de los diferenciales con respecto a la deuda pública implican que el crédito sencillamente no puede seguir brindando las magníficas rentabilidades de las que hemos sido testigos en los últimos años.
De lo que hemos explicado anteriormente, esperamos que quede claro que la temática de la «búsqueda de ingresos» que hemos mencionado en los últimos años seguirá presente en 2015. En este entorno, los activos con rendimientos reales elevados seguirán siendo objeto de demanda, motivo por el que somos optimistas con respecto a las perspectivas de los inmuebles comerciales directos en 2015. Los bienes inmobiliarios también se han beneficiado por el hecho de ser un activo tangible, lo que reviste importancia para muchos inversores en el mundo posterior a la crisis financiera, y también puede ofrecer importantes ventajas de diversificación, ya que por lo general las rentabilidades no se mueven en sincronía con las de los principales mercados de renta fija y renta variable.
Columna de Mark Burgess, director de Inversiones de Threadneedle
Las algas asadas y saladas, que tradicionalmente se comen con arroz en Asia, se han convertido en un popular snack fuera dela región. Siendo de Corea, me sorprendió cuando encontré por primera vez algas con sabor a teriyaki y un montón de variedades que se mezclan con almendras en Estados Unidos, bastante diferentes de las que comía en mi niñez, que estaban simplemente tostadas con un toque de sal.
La repentina popularidad de este aperitivo, seco y envasado, ha traído consigo la exportación de algas, o gim como se le llama en Corea. Mientras que mucha gente sabe que el apellido «Kim» es un nombre bastante común en Corea (de hecho una quinta parte de la población de Corea del Sur se apellida así), no muchos extranjeros se dan cuenta que se pronuncia «gim», igual que la palabra algas. Se dice que el origen está en una familia Kim que comenzó la agricultura gim en el siglo XVII.
Nori, el nombre que estas algas reciben en Japón (o zicài en China), han sido consideradas durante siglos como un alimento de lujo. Son altas en fibra y yodo, y son usadas de forma intensiva en muchas cocinas desde que Japón inventó el método para cultivarlas en extensiones de agua en los años 20.
Hoy en día, la variedad coreana de algas comestibles es reconocida, de forma general, como un producto de calidad superior a las producidas en China, y tienden a ser más competitivas en precio que las algas nori japonesas. Corea produce más algas que Japón desde 2011, y de hecho exporta al país nipón. La mayor demanda externa de algas marinas de Corea, sin embargo, viene de Estados Unidos, que en 2013 compró aproximadamente 64 millones de dólares, unos 47 millones de dólares más que en 2009. Una cifra que no tiene nada que ver con los miles de millones de dólares que registran cada año las exportaciones de smartphones o automóviles, pero las algas encabezan la lista de las exportaciones de alimentos a Estados Unidos, superando los cigarrillos, las bebidas o el ramen.
El consumo de algas se está expandiendo gradualmente entre los consumidores fuera de Asia; este tipo de productos reciben una notable atención entre los nuevos círculos y son frecuentemente vendidas como un snack saludable para toda la familia. Los principales retailers de alimentación en Estados Unidos han empezado a lanzar hace poco su propia marca de este snack y cada vez ofrecen una variedad mayor.
Junto con Estados Unidos, Tailandia, Canadá, Rusia, Reino Unido, Brasil y los Emiratos Árabes Unidos están registrando importaciones cada vez mayores de este snack. Es interesante ver cómo un alimento que sólo comían en determinadas regiones está ganando exposición global. La forma en que la cultura alimenticia mundial evoluciona parece ser tan dinámica como el desarrollo de las economías y las industrias globales.
Columna de opinión de Soo Chang Lee, analista de Mathews Asia.
Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.
Photo: Alberto Carrasco Casado. Equities in 2015: Europe and Japan
Podemos decir que las perspectivas para la economía mundial a principios de 2014 eran bastante más atractivas de lo que lo son ahora. Habíamos previsto un ascenso de los mercados este año, pero creíamos que los sectores más cíclicos liderarían este repunte. En cambio, ha resultado ser un año en el que los mercados se han visto impulsados por las variaciones de un reducido subsegmento del mercado. De hecho nos han sorprendido enormemente las drásticas caídas en las rentabilidades del mercado de bonos del universo desarrollado (en buena parte del norte de Europa han alcanzado los niveles más bajos de los últimos dos siglos) dado que los inversores rebajaron sus expectativas en materia de inflación, empezaron a temer la deflación en Europa y, como resultado de la creciente debilidad del crecimiento mundial, optaron por posicionarse agresivamente en empresas con rentabilidades estables y visibles frente a cualquier otro factor.
En pocas palabras, ha sido un año en el que las revisiones de los beneficios no han sido indicativas del comportamiento de la cotización de los valores, tal y como se muestra en los siguientes gráficos. Por ejemplo, el gráfico de la derecha refleja que las variaciones en lo que va de año en las perspectivas de beneficios a 12 meses para los valores cíclicos y defensivos son similares en términos generales. Sin embargo, el gráfico de la izquierda muestra claramente que los precios de estos dos tipos de valores no han fluctuado en línea con sus perspectivas de beneficios, que mostraban similitud: los valores cíclicos se desmarcan notablemente a la baja. Esencialmente, los valores, sectores y áreas geográficas que ya tenían un precio elevado son ahora, en muchos casos, más caros.
No obstante, de cara al futuro, si bien las expectativas de crecimiento a principios de año eran altas —en gran parte de Europa, al menos después del marcado repunte del segundo semestre de 2013—, en este momento han bajado convenientemente. En nuestra opinión, esto propicia una posible divergencia en las expectativas sobre las valoraciones y las de crecimiento. Como tal, nuestras carteras sobreponderan Europa y también Japón, e infraponderan EE. UU. y Asia, para reflejar estas diferencias de valoraciones y la divergencia en las expectativas de crecimiento. Preferimos sectores más cíclicos en vez de los sectores más defensivos, que resultan caros.
Columna de opinión de Matt Beesley, director de Renta Variable Global de Henderson Global Investors
Foto: "Haruhiko Kuroda - World Economic Forum Annual Meeting Davos 2010", del World Economic Forum. Japón es el hogar del mejor banquero central del mundo
En la próxima década espero que la economía asiática continúe aumentando sus estándares de vida y estrechando la brecha entre sus ciudadanos y los de Estados Unidos o Europa.
¿Por qué creo eso?
Asia continúa registrando una alta tasa de ahorro. Un país no puede invertir o crecer a largo plazo sin una base de ahorro, y puede ser arriesgado depender de financiación externa para financiar el crecimiento interno. Asia cuenta actualmente con suficientes ahorros como para dar soporte a su propio desarrollo. También cuenta con una buena trayectoria de aumento de la productividad a través de mejoras en la educación. La región ha impulsado el deseo de los individuos de tener dinero, ha abierto de forma exitosa sus mercados al mundo con el fin de aprender de nuevos productos y métodos de organización industrial, y por último, tiene un historial decente de reformas políticas para apoyar el crecimiento y los mercados. Nada de esto ha sido perfecto; y de hecho, a pesar de que las cifras han cambiado rápidamente, Asia sigue siendo una parte relativamente pobre del mundo. A largo plazo, todo esto sólo significa que hay un montón de cielo azul por delante.
¿Qué pasará en los próximos años?
El contexto futuro va a depender mucho de las políticas de los banqueros centrales y todavía más dependerá del avance de las reformas de Asia. Para aquellos que piensan que es fácil centrarse en el futuro y demasiado peligroso descartar el corto plazo, voy a estar atento durante todo 2015 al progreso de Asia y su ritmo de crecimiento.
En primer lugar, Japón es el hogar del mejor banquero central del mundo, Haruhiko Kuroda. ¿Cuántas veces se puede decir eso de un Banco Central? Kuroda ha estado atento a los estudios sobre una política monetaria basada sobre los tipos de interés al cero por ciento y sabe que tiene que ser agresivo -y de hecho, tiene que ser creíblemente agresivo- en lo que a la política monetaria respecta. Parece estar dispuesto a enfrentarse a la creencia de que los banqueros deben ser conservadores, acérrimos combatientes de la inflación. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, parece apoyarlo en este tema y creo que Kuroda continuará impulsando las expectativas de inflación hasta el 2%, para mantenerlas luego allí. Recuerde, un yen más débil es el síntoma de la política, no la política misma.
Esta política inflacionista crea además incentivos para que las empresas reduzcan gradualmente los saldos de caja y aumenten los precios. No todas las empresas lo harán, pero miraremos a las que tengan voluntad y capacidad de seguir el consejo.
Sí, en un entorno de debilidad del yen, incluso las compañías centradas en el mercado nacional pueden ser atractivas, ya que un entorno de reactivación compensaría la debilidad de la moneda, en particular entre las empresas que utilizan un mayor apalancamiento operativo.
¿Cuál es la comparativa con el resto del mundo?
Con todo lo que se ha hablado del tapering, en efecto, la política monetaria de Estados Unidos se ha ido endureciendo desde mayo de 2013. El índice S&P 500 no parece preocupado, ya que sigue aumentando hacia valoraciones, de alguna manera caras teniendo en cuenta el hecho de que los márgenes empresariales ya son altos.
La mayoría de la gente espera que la economía de Estados Unidos se fortalezca y hay una probabilidad de más del 50% de que esto ocurra. Pero debería haber habido algún impacto del endurecimiento de la política monetaria y no creo que los inversores estén prestando mucha atención a los riesgos de una desaceleración. La reciente caída en el precio del petróleo es sin duda una advertencia de que no todo está bien en el crecimiento global.
Si quiere leer la columna de Robert Horrocks completa, que recoge las expectativas de Matthews Asia para el continente asiático en 2015, siga este link. Robert Horrcks es director de Inversiones de Matthews Asia.
Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.
Foto de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. . Cuento de Navidad 2014
Amigas y amigos: esta vez no les escribo por temas financieros, sino para compartirles mi cuento de navidad de este año.
Esa Navidad sería diferente a las demás. Ya su rostro dibujaría una sonrisa, una de esas que no se borran aún ni en el más profundo de los sueños. Quizá era eso, solo un sueño. No, claro que no era un sueño, era verdad, debía ser verdad, una de aquellas que cambia la vida, que cambia la existencia, de las que se espera por largo tiempo, a veces, incluso, perdiendo algo de la fe en que llegue a suceder; pero en el fondo, muy en el fondo, de las que siempre se guarda una pequeña esperanza de que pasará, por alguna fuerza (de las desconocidas aunque deliciosas fuerzas) del destino.
Y esa Navidad sería diferente, porque por vez primera, una Navidad no lo llenaba de desasosiego. No es que fuera lo que la gente llama un “grinch”; no, de ninguna manera, sus motivos tenía para que no le gustara la Navidad. No recordaba exactamente lo ocurrido ni los detalles precisos de aquella noche, pero en su mente, por esta época, siempre venían las imágenes cuando, luego de las risas que despiertan las doce campanadas que anuncian el arribo del 25 de diciembre, de la natilla, los buñuelos y los regalos que traía el Niño Dios —porque en aquel tiempo no los traía ni Papá Noel ni Santa Claus ni San Nicolás—, la tragedia tocó a su puerta: recuerda unas luces que enceguecieron sus ojos, recuerda el grito de su madre, pero sobre todo, recuerda a su padre —el que veía desde donde estaba sentado— moviendo el timón con un gesto de desesperación, tratando de evitar las luces que venían de frente a ellos.
Solo él se salvó en aquel accidente. Los noticieros reportaron que un conductor ebrio, que iba con exceso de velocidad, embistió de frente a un carro con una familia y que el pequeño hijo de la pareja había sido el único sobreviviente de esa tragedia. Reportaron, también, a las autoridades anunciando todo el peso de la ley para el borracho. Y reportaron finalmente, días después, que el niño había entrado en tratamiento para superar el trauma. Y lentamente, la noticia se fue perdiendo, hasta que desapareció por completo.
Eso no importaba, porque desde aquel momento, lo único que realmente permaneció en el tiempo fueron las pesadillas que suscitaba el recuerdo de aquel diciembre, que aparecían como almas en pena, cada noche de Navidad. Eran esas pesadillas que no lo dejaban dormir apenas la ciudad se vestía de verde y rojo, cada vez que aparecían en las vitrinas de los comercios los adornos en forma de copos de hielo o de hombres de nieve, cada vez que las pequeñas luces blancas empezaban a alumbrar las ventanas de las casas. Eran las pesadillas que lo llevaban a acostarse de lado en la cama, con las rodillas pegadas al pecho y las manos tapando sus orejas, queriendo evitarlas, queriendo callarlas, que no se repitieran en su cabeza una y otra vez. Pero eran las pesadillas que siempre volvían y que no se iban, por más que lo intentara.
Pero él tenía un secreto —como todos tenemos secretos—muy bien guardado: a pesar de no querer la Navidad, de manera oculta siempre había pedido, diciembre tras diciembre, que su alma se llenara de una nueva ilusión. Lo pedía con sus gritos internos, con su fuerza extrema, deseando que algo cambiara su destino. En el fondo no era muy diferente a cualquier otra persona, que en esta época se aferra a sus más profundos anhelos, pensando que esta temporada dará una ‘mano extra’ para que los mismos se cumplan. Aunque muchas veces perdió algo de la esperanza de que llegara a suceder —momento en el cual sus pesadillas se juntaban con la falta de fe, convirtiendo sus eneros en grises momentos de depresión—, seguía firme, año tras año, pidiendo esa ilusión para su alma.
La Navidad anterior, una estrella fugaz había aparecido en el horizonte, y él, tan dado a rehuir de las cosas más banales de la época, cerró sus ojos y con todo su ser volvió a pedir su deseo más profundo. Igual, nada se perdía intentándolo una vez más; nada se perdía con otro enero en el que las lágrimas de rabia y desazón corrieran por sus mejillas.
La mayoría diría que era una mujer común y corriente; muchos, incluso, dirían que no le encontraban gracia alguna. Para él, sin embargo, constituía el ser más hermoso que existía sobre la tierra. Ella era las flores de colores que se sobreponían a sus grises pesadillas. Era la risa de sus tristes eneros. Era el nuevo comienzo a sus años perdidos. Era el sueño de sus noches en vela. Era la prueba irrefutable de que un deseo pedido a una estrella fugaz la madrugada del 25 de diciembre, se cumple. Pero era, sobre todo, el significado que le faltaba a su Navidad.
En muchas partes del mundo pensaron que el miércoles, el día en que Obama y Castro anunciaron que retoman las relaciones diplomáticas entre los dos países, Miami se había convertido en un campo de guerra. Pero no fue así.
Como cada mañana, dejé a mis hijos en la escuela y me encaminé a la redacción en medio de un monumental atasco provocado por un accidente que nada tuvo que ver con la nueva política hacia la isla de los hermanos Castro, que ya empieza a sonar a título de película de ficción de los sesenta.
Después, la reunión donde repartimos el trabajo de los reporteros: “Llama a Iván y que nos envíe cómo se vive desde La Habana”, “Sergio está en el Versailles, los viejos anticastristas ya empiezan a llegar con sus banderas”, “yo acabo de hablar con Ileana Ros y Diaz Balart y están que trinan con Obama”…
La edición ya estaba encarrilada cuando comenzó la doble sesión de cine desde Washington y La Habana. Un presidente guapo, vestido, iluminado, y con aire a Sidney Poitier, nos hablaba de un futuro esplendoroso de amor y cordialidad desde el plasma del fondo. En la otra punta del bullicio periodístico de Diario Las Américas (el periódico en español más antiguo de Miami), otro grupo viajaba en el tiempo, quién sabe si a los setenta, sesenta o cincuenta. Esa otra película tenía como protagonista a un señor mayor, vestido con un añejo uniforme militar, leyendo unos papeles amarillentos en un despacho al que todavía no han llegado las computadoras y en el que la caoba, el cuero falso y la foto enmarcada en blanco y negro invitan a salir corriendo. Podría ser un malo de película en una película de James Bond, pero de las antiguas, las de Sean Connery o Roger Moore. En este caso, las palabras en positivo sabían a derrota, entre otras cosas porque el malo sigue en la película.
Después de 56 años podría haber sido derrotado pero parece que no hay forma. En el Versailles, el cuartel general del anticastrismo recalcitrante, no sucedió nada especial. Los mismos que pisotearon discos de Juanes con una apisonadora gritaban contra Obama mientras cadenas internacionales como CNN engañaban al mundo asegurando que eso representa a Miami o la colonia cubana que reside en el sur de la Florida.
Señores, siento decepcionarles, pero en Miami no hubo guerra. Ni se quemaron muñecos con las caras de Obama y Fidel, ni se invitó a invadir la isla de los hermanos Castro. Lo único que se sentía, a la espera de saber si intercambian presos, abren las embajadas, permiten los viajes y dan una oportunidad a la tarjeta Visa en la isla, es un dolor ambiental. El dolor de saber que, pase lo que pase, los malos han ganado y siguen en la película, mientras víctimas de tres generaciones de cubanos exiliados han perdido su historia, su pasado y el sueño de recuperar su tierra, la que hace 56 años pasó de ser la hermosa Cuba a la isla de los hermanos Castro.
Los inversores minoristas en Estados Unidos se han enamorado este año de los préstamos bancarios, pero la demanda de los emisores de los «collateralized loan obligations» (CLO) se hamantenido fuerte. Las nuevas regulaciones podrían cambiar esto. ¿Deben preocuparse los inversores? Nosotros creemos que sí.
Primero, un poco de historia. En los últimos años, grandes y pequeños inversores han invertido dinero en préstamos bancarios. La mayoría se vieron atraídos por las relativamente altas rentabilidades de los préstamos y por sus cupones a tasa variable, que proporcionaban protección contra una eventual alza en los tipos interés. En cierto momento, los fondos de préstamos se convirtieron en un buen indicador de la demanda minorista acumulando entradas de dinero durante 95 semanas consecutivas.
Esa racha terminó a principios de este año. Desde entonces, los inversores minoristas han retirado el dinero de estos activos durante 23 semanas seguidas. Este cambio de tendencia podría haber tenido algo que ver con la creciente preocupación por la calidad del crédito. Como hemos señalado antes, la alta demanda de estos activos ha permitido a las empresas con débiles perfiles de crédito obtener préstamos en condiciones favorables sin ofrecer las habituales protecciones.
Pero el principal culpable, en nuestra opinión, fue el cambio en las expectativas de los tipos de interés. Cuando se hizo evidente que la Reserva Federal probablemente mantenga los tipos de interés bajos durante más tiempo del que muchos pensaban, se hizo menos atractivo sacrificar otras rentabilidades más altas disponibles en bonos high-yield a cambio de la promesa de los préstamos de generar ingresos variables.
Los inversores en CLOs juegan un papel importante en el mercado de préstamos
Un cambio tan pronunciado en la demanda como el que han experimentado los préstamos este año normalmente provocaría una gran cantidad de volatilidad. Pero el mercado ha resistido bien. ¿La razón? Los emisores de CLOs han seguido comprando.
Ahora, la nueva regulación que requiere que los emisores de CLOs retengan un mayor porcentaje de los préstamos que empaquetan y venden a los inversores, podría cambiar eso. Los cambios, parte de las reformas regulatorias conocidas como Dodd-Frank, pretenden limitar la toma de riesgos excesivos, asegurando que los gestores de CLOs se juegan también algo.
A cambio, pueden sacar del mercado a algunos emisores de CLOs, dado que la nueva regulación provoca que sea más caro para los operadores más pequeños crear nuevos fondos. No está claro hasta qué punto afectará esto a la demanda. Pero los cambios podrían sembrar el tipo de volatilidad que el mercado de préstamos logró evitar cuando la demanda minorista se secó.
Así que, aunque en los últimos años se ha hablado mucho del comportamiento de los inversores minoristas, está claro que el mercado de préstamos apalancados depende más fuertemente de los inversores en CLOs. De hecho, estos representaron el 44% de los compradores de préstamos apalancados en junio.
Por supuesto, los emisores CLOs no van a desaparecer de la noche a la mañana. Las nuevas normas fueron aprobadas en octubre y no entrarán en vigor hasta dentro de dos años. Es probable que precisamente por esto, asistamos el próximo año a una mayor actividad en el segmento CLO dadas las prisas por emitir antes de que la regulación cambie. A largo plazo las cosas podrían ser más complicadas.
Como hemos señalado antes, creemos que los inversores ya están siendo compensados de menos por el riesgo asociado a los préstamos bancarios. En nuestra opinión, la mayoría de las ventajas percibidas en esta clase de activos no son tan buenas como parecen.
Los préstamos bancarios high-yield pueden formar parte de una cartera de renta fija bien diversificada. Pero con tanta incertidumbre en el horizonte, los inversores deben estar seguros de sopesar con cuidado los riesgos y la recompensa. En nuestra opinión, una estrategia de baja volatilidad high-yield tiene más sentido en el contexto actual.
Opinión de Gershon M. Distenfeld, director de Renta Fija High Yield y Renta Fija Multi-Sector de AllianceBernstein
. The Pacific Alliance and MILA: Forging a New Future for Latin America
La Alianza del Pacífico – una innovadora y dinámica iniciativa de integración comercial – está cobrando fuerza en América Latina. Esta Alianza entre países, creada en 2011, representa una nueva generación de cooperación económica regional.
Observadores de Latinoamérica y otras partes del mundo tal vez se preguntarán por qué este último esfuerzo de integración y libre comercio será diferente de los anteriores. Su escepticismo es justificado; otros pactos comerciales regionales no han prosperado como se esperaba, entre otras razones, porque carecieron de una base económica realista o de un verdadero compromiso con el cambio.
La Alianza del Pacífico, conformada por Chile, Colombia, México y Perú, es diferente. Representa una nueva generación de acuerdos de libre comercio que buscan alcanzar una integración económica efectiva al moverse progresivamente hacia una libre circulación de bienes, servicios, capital y personas entre las naciones. En contraste con otros esfuerzos de integración regional introspectiva, ésta mira hacia afuera y planea utilizar la energía económica y financiera de sus socios para desarrollar nuevos enlaces con el resto del mundo, en particular con la región del Asia- Pacífico.
La Alianza del Pacífico está construida con una fundación sólida, conformada por gobiernos alineados que creen que la apertura de mercados junto con el libre comercio es la mejor forma de promover el crecimiento y el desarrollo económico. Los países miembros reconocen que solamente intercambiar entre sí no es una fórmula de crecimiento sostenible a largo plazo, el objetivo es continuar atrayendo capital extranjero, no bloquearlo.
Esta estrategia de apertura que concibe la Alianza se hace particularmente crucial cuando se está atravesando por una baja de los precios de las materias primas, la economía de China se desacelera y se ha generado una necesidad urgente de promover las exportaciones y aumentar el valor agregado de productos manufacturados en América Latina.
La Alianza del Pacífico ya es considerada una fuerza económica significante. Las cuatro economías juntas se posicionan como la octava más grande en el mundo. Posee una población combinada de 212 millones de personas, un PIB de cerca de $2 trillones y representa el 36% de las exportaciones totales de Latinoamérica. Por otro lado, su crecimiento económico actual supera el promedio regional y atrae más del 40% de la inversión extranjera que ingresa a la región.
Desde que se creó la alianza hace tres años, los países miembros han mantenido un progreso constante cumpliendo los objetivos del grupo. Entre sus logros destacan la eliminación de los requisitos de visa para ciudadanos que viajen entre los cuatro países, la exclusión de las tarifas de 92% de los productos que se comercializan y la consolidación de sus oficinas diplomáticas en otras partes del mundo.
Adicionalmente Chile, Perú y Colombia dieron un paso gigantesco al integrar sus bolsas de valores estableciendo el MILA (Mercado Integrado Latinoamericano), el cual empezó a operar en el 2011. México, la economía más grande del grupo, formalizó recientemente su ingreso a este mercado.
Esta evolución representa un gran potencial para inversionistas de la región y de otras partes del mundo. Algunos vecinos ya han tocado las puertas, Costa Rica y Panamá han mostrado interés para unirse, y otros 30 países, incluyendo Canadá y Estados Unidos son observadores.
Canadá, que actualmente tiene acuerdos de libre comercio con los cuatro países aliados, sería un socio natural, especialmente por sus inversiones significativas en el sector minero y energético en estos países.
MILA – un imán que atrae capital regional e internacional
Empresas de capital privado como Bricapital miran a MILA con gran optimismo. La integración de las bolsas representa un paso gigante para compañías locales, fondos de pensiones, y otros inversionistas institucionales, tanto domésticos como internacionales. Este mercado integrado proveerá a los inversionistas y compañías un gran suministro de liquidez, valores y emisiones, además de una mayor diversificación de fuentes de financiación.
Con la inclusión de México, MILA tendrá una capitalización estimada de 1,08 billones de dólares, casi lo mismo que Bovespa, la bolsa de valores de Brasil.
La integración de mercado entre los cuatro aliados ofrecerá oportunidades significativas para diversificar los portafolios de los fondos de pensiones locales. Cada uno de los países miembros impone estrictas limitaciones sobre los fondos de pensiones respecto a sus inversiones en mercados internacionales. Sin embargo, gracias al MILA, surge la posibilidad de que cualquier inversión realizada en el marco de la integración sea considerada como una inversión doméstica.
Esto significa que empresas emergentes en estos mercados tendrán acceso a fuentes de capital mayores, cerca de $455 mil millones al sumar los fondos de pensiones de Chile, Perú, México y Colombia.
Un mercado pan-regional de valores más grande atraerá nuevas inversiones, proporcionando capital y liquidez adicional, además de mejorar la competitividad e innovación. Del mismo modo, se espera que MILA impulse el valor de los activos al permitirles a los inversionistas mayor diversificación, más oportunidades de venta y liquidez. Todo ello tendría un impacto directo en la generación de empleo y el crecimiento de la economía regional.
En Bricapital, creemos que la Alianza del Pacífico y MILA están generando nuevas e interesantes oportunidades de inversión para la región y para el mundo, y le ofrecerá a Latinoamérica un futuro mejor y más próspero.
Columna de opinión de Yrene Tamayo, directora general y vicepresidenta ejecutiva de Bricapital.
Foto: Petrobras. ART: El precio del crudo: "good sweating" y bajada de impuestos
Dado que Arabia Saudí no ha actuado como “variable de ajuste” y por tanto la OPEP no ha recortado la producción, se ha reforzado una realidad de sobra conocida en el mundo del petróleo: la oferta es abundante y el principal consumidor, Estados Unidos, sustituye importaciones en función del precio de mercado al que se negocie el crudo.
En este escenario, el goteo a la baja del precio se ha convertido en una caída en toda regla, con bajadas en lo que va de año para las principales referencias superiores al 50%. No es la primera vez que Arabia Saudí opta por una estrategia de bajada de precios para expulsar o castigar a competidores, una estrategia conocida como “good sweating” en el mundo del petróleo. Tampoco el manejo de los precios es una actividad exclusiva de la OPEP o Arabia Saudí. Fue popularizada por la Standard Oil de John D. Rockefeller cuando les provocaba a sus competidores una “buena transpiración / good sweating” recortando agresivamente los precios para obligarlos a cerrar o venderle sus negocios.
El caso es que esta caída de precios ha sido interpretada por el mercado como un signo de falta de pulso en la economía global. Además se concluye que menores precios en la energía implicarán una caída de la inflación en todo el mundo. Aunque podría parecer un razonamiento en ambos casos, probablemente sea incorrecto. Veamos por qué.
En primer lugar, ¿son de verdad unos precios más bajos del petróleo un indicador fiable sobre el estado de la economía mundial? Nosotros creemos que no. Primero, porque lo que se está produciendo es un aumento sustancial de la oferta y es probablemente este aumento, y no una caída abrupta de la demanda, la que está detrás de la debilidad del crudo. EE.UU. ha pasado a convertirse en uno de los principales productores de gas y petróleo del mundo. En concreto, el segundo productor del mundo en petróleo tras Arabia Saudí, con un crecimiento desde 2008 de casi un 50% en la producción.
Pero es que, además, no parece muy lógico observar el petróleo como proxy de la economía global. Todos los días se publican innumerables indicadores macroeconómicos y la realidad es que estos indicadores, sobre todo en el caso de EE.UU., están muy lejos de estar dibujando un escenario de catástrofe.
¿Y qué pasa con los efectos de un crudo más barato sobre la inflación, por ejemplo en EE.UU.? Es obvio que durante algunos meses la caída del precio del petróleo tenderá a bajar los precios de la energía y de los carburantes. Eso, claramente, sesgará a la baja las medidas de inflación general, que incluyen este tipo de componentes.
El efecto sobre la inflación subyacente es dudoso, e incluso podría argumentarse que podría no sólo no caer sino más bien aumentar, al menos en EE.UU. ¿Por qué? Porque unos menores precios de gasolina equivalen a una bajada de impuestos para las familias americanas; y, dado que los niveles de confianza allí son elevados y que se ha avanzado mucho en el proceso de desapalancamiento, lo más probable es que en los próximos meses asistamos a un significativo repunte en el consumo americano. Los datos de ventas minoristas y de confianza del consumidor en EE.UU. durante la semana pasada pueden ser buenos ejemplos en este sentido.
¿Cuál es la moraleja de todo esto?
Por un lado, que no se debe perder de vista que la caída del precio del crudo es un shock de oferta positivo para la economía global, que se traducirá en más crecimiento económico y más creación de empleo. Obviamente a excepción de los países productores altamente dependientes como Rusia o Venezuela. Por otro, y relacionado con lo anterior, resulta probablemente inadecuado pensar que la FED se va a volver más dovish como consecuencia de la caída del crudo. Antes al contrario, quizás esta caída del precio del petróleo sea la última disculpa que la FED necesitaba para retirar el “considerable time” de su statement.
¿El efecto de lo anterior? Un dólar todavía más fuerte y unas rentabilidades a largo plazo en EEUU repuntando a niveles más “razonables”.