Foto: Claudio AR, Flickr, Creative Commons. 2015: Una vuelta a lo simple
Empieza el año 2015 y entramos en una nueva fase donde vemos divergencias a nivel mundial: en el crecimiento económico, en las políticas monetarias y en los riesgos geopolíticos. Además, nos encontramos con valoraciones altas en varios activos de riesgo, lo que añade una alta probabilidad de correcciones.
Todos los bancos e instituciones coinciden en que la volatilidad volverá a estar presente. Por eso, ante brotes ocasionales de volatilidad que se pueden producir, hemos propuesto a nuestros clientes una vuelta a lo simple.
Por eso, recomendamos rebalancear el riesgo de las carteras. Mantener renta fija de buen dividendo, renta variable en su justa medida, evitar la divisa Euro y tener una buena reserva de liquidez.
Son buenas noticias que la Reserva Federal, al fin, empezará a subir lentamente los tipos de interés a partir del tercer trimestre del 2015 y no parará hasta mitad del 2017. También es una buena noticia la reducción de las políticas de estímulo por parte de los estados ya que sacaremos mucho capital especulativo, y volverán los inversores basados en fundamentales macroeconómicos que buscan inversiones de calidad.
A largo plazo tendremos unos mercados financieros más saneados.
Foto: Dominicus Johannes Bergsma . Tiempos interesantes para los bonos corporativos chilenos
Los bonos de empresas chilenas emitidos en el mercado de capitales han sido históricamente un activo muy noble, de baja volatilidad y con retornos bastante atractivos para los inversionistas de renta fija. Este tipo de activo entrega beneficios de diversificación, con retornos ajustados por riesgo bastante superiores a lo que se ve en el IPSA e incluso en bonos de gobierno. Durante los últimos 5 años, los bonos de compañías chilenas han tenido un retorno similar al que se puede encontrar en el índice accionario local, pero con una volatilidad cerca de seis veces menor.
Este mercado se ha desarrollado de manera importante durante la última década como una de las principales fuentes de financiamiento para las compañías locales, e incluso para compañías extranjeras que ven el mercado chileno como un lugar relevante para conseguir financiamiento ya sea para sus inversiones, operaciones o simplemente para refinanciamiento de pasivos. Más aún, dado el ambiente de bajas tasas que hemos experimentado los últimos años, hemos visto un aumento importante en el stock de deuda corporativa en el mercado local, con un crecimiento de un 29% anual compuesto desde el año 2005. Además, hemos visto un incremento significativo de emisiones de deuda de compañías chilenas en el exterior, que aprovechando el ambiente de bajas tasas en el mercado internacional incursionan fuera de Chile colocando bonos en dólares. Como ejemplo, el último trimestre tuvimos emisiones de compañías como ENAP, ECL y Codelco entre otras, acumulando este año cerca de 11.000 millones de dólares en emisiones y acercándonos al récord del 2013 con emisiones con cerca de 12.000 millones de dólares.
En este contexto, tuvimos un gran año para el mercado de deuda corporativa chilena, con retornos sobre el 12% impulsados principalmente por la inflación, una caída importante en las tasas base de gobierno y un gran apetito por parte de los inversionistas por este tipo de activo.
Ahora, ¿qué viene para adelante? Desde nuestro punto de vista, 2015 puede ser un año interesante para este tipo de activo, ya que en general la deuda corporativa se comporta bastante bien en escenarios de bajo crecimiento. Las compañías no necesitan generar utilidades ni crecer de forma importante como lo requieren los accionistas, los bonistas solo necesitan que sean capaces de generar suficiente dinero para poder pagar sus obligaciones de deuda, lo cual en este contexto de bajo crecimiento es lo más probable que suceda.
Por otro lado, desde junio de 2011 la deuda corporativa, sobre todo en los segmentos de compañías de mayor riesgo y por lo mismo con clasificaciones de riesgo menor, tiene un premio importante por riesgo y liquidez que no existía previamente. Aquí vemos que existen buenas alternativas de inversión, que al tener las capacidades para hacer un buen análisis e invertir de forma diversificada evitando las compañías que pudieran entrar en default, se puede obtener un devengo extra que algunos actores del mercado han evitado desde 2011.
Además creemos que en el escenario actual de bajas tasas —que esperamos que se prolongue por gran parte de 2015— existirá un mayor apetito por productos que entreguen un devengo extra a las tasas de gobierno. Dado esto último, sumado a que las emisiones de deuda corporativa deberían seguir su curso ascendente este año gracias a las bajas tasas, esperamos que los bonos corporativos de empresas chilenas obtengan atractivos retornos este año.
Columna de opinión de Rodrigo Barros, Portfolio Manager de LarrainVial Asset Management, para El Mercurio y recogida por Funds Society.
Foto: Alf Melin. Los esfuerzos de Europa aún esperan su recompensa
Los comentarios y análisis sobre la economía europea siguen teniendo un tono negativo. Ciertamente, las cifras no reflejan una trayectoria tranquilizadora para la economía del viejo continente. De hecho, expresiones como “deflación”, “japonización” o “década perdida” se han convertido en términos habituales. Sin embargo, para una valoración correcta de la situación actual se necesita más que simplemente tomar los datos de un día y extrapolarlos de forma vaga. En nuestra opinión esta terminología definitiva es prematura.
En primer lugar, aunque los inicios de la crisis financiera se remontan a 2008, las tensiones financieras en Europa se agudizaron a mediados de 2012 y el continente empezó a salir de la recesión en 2013. En realidad, el BCE empezó a poner en práctica políticas no convencionales a finales de 2011. Dicho de otro modo, todavía es demasiado pronto como para poder tener una valoración adecuada de su política. Después de todo, la Reserva Federal puso en práctica sus soluciones hace ya seis años y los economistas aún continúan hoy debatiendo sobre sus resultados.
Nadie duda que los últimos cinco años han puesto de relieve algunos de los peores aspectos del enfoque institucional de Europa, pero al mismo tiempo han demostrado su capacidad para superar las dificultades. Las respuestas políticas a menudo han llegado tarde o han sido insuficientes, pero la Unión Europea ha actuado con munición auténtica con el objetivo de ayudar a la zona a superar la recesión. El final de una gran crisis financiera nunca sigue un patrón ordenado y no podemos olvidar que Europa sigue siendo frágil. No obstante, combinados con una mejora en las cuentas externas, unos esfuerzos más modestos en la disciplina presupuestaria podrían proporcionar algún estímulo económico. Por ejemplo, los proyectos de inversión en infraestructuras anunciados por la Comisión tan sólo ascienden a unos modestos 315.000 millones de euros y todavía tienen que definirse.
A nivel de países, España continúa avanzando de forma gradual en un círculo virtuoso y el desempleo está empezando a reducirse incluso aunque el crecimiento sigue sin ser espectacular. La verdadera solución se encuentra todavía en el campo de los pesos pesados de la zona euro, Alemania, Francia e Italia. En este sentido, los esfuerzos para mejorar la competitividad de las empresas en Francia e Italia en un entorno en el que los márgenes presupuestarios continúan siendo limitados seguirán alimentando las tensiones deflacionistas.
En Alemania, incluso el siempre riguroso Bundesbank está dando argumentos a favor de los aumentos salariales. Con una demanda privada tan anémica, el mayor ritmo registrado en las inversiones en infraestructura, sobre todo en los Länder occidentales, sólo dará lugar a un déficit público ligeramente superior e incluso podría hacer que el ratio deuda/PIB se redujese. Este debate está cobrando fuerza en Alemania, pero el sentimiento sigue dominado por la hostilidad hacia cualquier aumento nominal de los gastos.
La acción del BCE ha ayudado al sector bancario a sanearse y a Europa a seguir con vida ante cualquier mejora en la economía de Estados Unidos. Sin embargo, el desapalancamiento del sector privado ha sido menos pronunciado que en Estados Unidos y se espera que aún continúe. Probablemente la zona euro seguirá registrando un crecimiento débil y unos bajos niveles de inflación durante algún tiempo. El auge del populismo antieuropeo se puede ver tanto a la derecha como la izquierda del espectro político y, en nuestra opinión, constituye el principal riesgo para los próximos años.
Columna de Philippe Uzan, director de Inversiones Long-only en Edmond de Rothschild Asset Management.
Foto: Alfredo, Flickr, Creative Commons. Hoja de ruta en 2015
Enfrentarse al mal del folio en blanco cuando uno tiene que dar su visión de mercado es quizás igual de complejo que empezar con el contador a cero cada comienzo de año para un gestor de fondos, y, más si cabe, si se tiene una gran flexibilidad en la toma de decisiones.
Todo invita a pensar que este año debería ser un buen año para la renta variable europea. Hasta aquí poco valor añadido ya que decir que la bolsa va a caer es poco gratificante. Si echamos la vista atrás, han sucedido cosas positivas en los últimos doce meses: progresiva intervención del BCE guardándose el enésimo as en la manga (QE de bonos soberanos), el precio del petróleo ha caído un 50% desde julio, el euro continúa depreciándose frente a la mayoría de las divisas de nuestros socios comerciales, los costes laborales no suben y los costes financieros a la baja “comienzan” a llegar a la demanda con ganas de invertir o consumir.
Sin embargo, una moneda tiene dos caras, y hay potenciales eventos y alguna matización que no debería sustentar un posicionamiento de la cartera irracionalmente alcista sin reservas. 2015 es un año de elecciones en un gran número de países europeos, con fuerzas emergentes entrando en el panorama político que proponen rupturas con el sistema tal y como lo conocemos, y eso genera incertidumbre.
Pero lo que a mí realmente me preocupa son los números, es decir, la valoración. Si excluimos al sector financiero y no vemos un repunte continuado de los beneficios empresariales en Europa, difícilmente podríamos decir que las bolsas europeas están “baratas”. Yo diría que correctamente valoradas frente a sus múltiplos históricos (siendo Alemania el país con mayor margen de seguridad).
Ahora bien, todo es susceptible de cotizar “caro” o a múltiplos elevados durante mucho tiempo: EE.UU. está sobrevalorado un 30% frente a su media tendencial y los bonos periféricos cotizan a un PER superior a 60 veces.
Javier Alfonso Rillo Sebastián es gestor del fondo Ibercaja Alpha en Ibercaja Gestión
. Vuelta a lo simple: sacar más partido a la diversificación
El contraste entre las rentabilidades en 2013 y 2014 fue muy marcado, pero los dos periodos nos han dejado una lección clara. Realizar previsiones macroeconómicas es una tarea muy difícil como para fundamentar en dichas previsiones las decisiones de inversión, por lo que las estrategias de diversificación son la mejor forma de generar rentabilidades constantes. Enfrentado a un nivel increíblemente alto de incertidumbre macroeconómica, el mercado es muy sensible a los cambios en esta dimensión, especialmente el crecimiento, los salarios y la inflación.
A finales de 2013, advertíamos sobre las consecuencias de reducir la duración, que generalmente conlleva incrementar el riesgo crediticio y la correlación con los activos de riesgo. 2014 sirvió para recordar a los inversores que las estrategias de duración corta no son en modo alguno una panacea. De hecho, hace falta acertar con los momentos de entrada y salida del mercado, ya que, de lo contrario, el sacrificio constante de renta erosiona las rentabilidades.
Conforme estrenamos 2015, vuelve a ser tentador reducir la duración con unos tipos del Tesoro a 10 años en el 2,4%, 60 puntos básicos por debajo de donde estaban a comienzos de 2014. En lugar de eso, los inversores deberían usar la diversificación como forma primaria de gestionar el riesgo de tipos de interés. Esto puede incluir mezclar las fuentes de duración en diferentes mercados para aprovechar las divergencias en el ciclo económico, lo que ayuda a preservar las ventajas tanto de renta como de diversificación. Aunque los rendimientos están en niveles bajos, también lo están las primas de inflación, por lo que usar bonos indexados a la inflación como sustituto de la duración nominal es otra forma de moderar la sensibilidad a la inflación y los tipos de interés en una cartera.
La deuda corporativa de alta calidad crediticia sigue siendo la estrella para los inversores en bonos y permite compensar los riesgos de duración y crediticios para apuntalar una rentabilidad más equilibrada. Pero en ausencia de recesión, los bonos de alto rendimiento deberían seguir sobresaliendo y la ampliación de los diferenciales de la deuda de alto rendimiento desde el verano ha traído consigo un importante cambio en las valoraciones. Aunque los fundamentales se están deteriorando, con EE.UU. a la cabeza, las ratios de cobertura de intereses son altas y no existen riesgos de refinanciación inminentes, por lo que las tasas de impago probablemente permanezcan bajas.
La búsqueda de rendimientos prosigue con toda su fuerza, por lo que los bonos de los mercados emergentes deberían estar entre los grandes beneficiados, gracias a unos rendimientos a primera vista atrayentes frente a la mayor parte de las áreas de la renta fija. Asia tiene un papel cada vez más importante que desempeñar a este respecto. De hecho, los bonos en yuanes han tenido un comportamiento destacado en 2014 y han subido más de un 3% en el año, registrando una volatilidad mucho más baja que el resto del mercado de bonos emergentes. Con unos rendimientos superiores al 4% y un riesgo investment grade, es una propuesta atractiva y un diversificador muy eficaz.
La liquidez es una inquietud de primer orden para los inversores, ya que los mercados estrechos pueden generar más volatilidad, pero esto es tanto un riesgo como una oportunidad. En lugar de eso, los inversores necesitan segmentar sus necesidades de liquidez y aprovechar las primas de iliquidez, pero sin dejar de garantizar la liquidez de la cartera para satisfacer las necesidades de efectivo. La liquidez es más baja en los segmentos de mayores rendimientos del mercado, donde los diferenciales entre los precios de compra y venta son más amplios y los tamaños de las operaciones son reducidos, por ejemplo en áreas como los bonos de alto rendimiento, la deuda de los mercados emergentes y los segmentos exóticos, como los híbridos del sector financiero. Por lo tanto, las estrategias bipolares que combinen estas clases de activos con segmentos muy líquidos pueden ser una opción sensata.
En general, los riesgos fundamentales de la renta fija en 2015 son económicos, ya que los descensos del crecimiento y la inflación probablemente den apoyo a la deuda pública, pero en detrimento de la deuda corporativa, y viceversa. No resulta, pues, sencillo imaginarse una ampliación de los diferenciales crediticios en ausencia de debilidad económica y/o un retroceso considerable de los activos de riesgo en todo el mundo. Los dos van de la mano. Afortunadamente, esperamos que la economía mundial registre otro año de avance dificultoso, lo que debería propiciar un entorno estable aunque positivo para la renta fija en 2015.
Andrew Wells es director Global de Inversiones de Renta Fija de Fidelity Worldwide Investments.
Hace una década, estando en un vuelo de Tokio a Pekín, me di cuenta de que había un montón de turistas chinos llevando ollas japonesas para cocinar arroz. Hace cuatro años, me encontré también con grupos de turistas chinos disfrutando de las aguas termales a las afueras de Tokio. El mes pasado en Ginza, un barrio de la capital nipona, un vendedor de habla china no perdió la oportunidad de recordarme las ventajas de pagar con UnionPay, una tarjeta de pago muy popular en China para comprar artículos libres de impuestos, al mismo tiempo que ayudaba a los turistas a envolver regalos para llevarse a casa. Como testamento de mi propia experiencia, desde el principio de año hasta el mes de agosto, los turistas chinos en Japón han aumentado un 84% con respecto al año anterior, según la Organización Nacional del Turismo de Japón.
Ésta es una emocionante tendencia para las grandes y pequeñas tiendas de Japón, para los hoteles y las aerolíneas, y es un amortiguador particularmente bienvenido después de que la subida de impuestos en abril provocara la caída del consumo interno a principios de este año. Varias informaciones en la prensa apuntan a que los ingresos del turismo ayudarán a compensar el déficit derivado de la disminución de la población de Japón. Según el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones, cada ciudadano japonés gasta aproximadamente 10.800 dólares (1,23 millones de yenes) por viaje, mientras que un turista extranjero en Japón gasta en torno a los 1.200 dólares (137.000 yenes). Esto significa que como mucho nueve turistas juntos consumieron lo que gasta un solo japonés. Si esto sigue siendo cierto en 2020, cuando el país espera atraer 20 millones de turistas, se traducirá en cerca de 23.500 millones de dólares (2,7 billones de yenes) o el consumo equivalente de 2,2 millones de habitantes. El PIB de Japón en 2013 fue de 4,9 billones de dólares y solo algo más de 10 millones de turistas extranjeros visitaron el país ese año.
Antes de preguntarnos si la meta de atraer 20 millones de turistas es todavía alcanzable, no puedo evitar preguntarme por qué los turistas se sienten tan atraídos por Japón. Un factor que ha ayudado a impulsar el turismo es la flexibilización de los requisitos de visado de viaje. El aumento de los ingresos disponibles también ha sido un factor.
Además, algunos productos en Japón tienden a ser más baratos que en otros países con impuestos más altos y la calidad del servicio es famosamente alta. De hecho, muchas personas que visitan Japón desde el resto de la región asiática se han sorprendido bastante al encontrar cosas como vendedores de zapatos dispuestos a arrodillarse en el suelo para ayudar a los compradores. Las «damas del ascensor» de Japón también pueden ser sorprendentes. Incluso los empleados de las estaciones de servicio paran el tráfico de la calle para que los clientes puedan incorporarse tras repostar.
Todo esto es muy prometedor para el sector del turismo, pero la pregunta que surge es si el aumento de visitantes en Japón -especialmente los turistas chinos- es realmente sostenible. En la década de 1990, hubo un auge de turistas chinos hacia lo que fue apodado «Xin Ma Tai», es decir, Singapur, Malasia y Tailandia. En aquel entonces, muchos chinos eran capaces de pagar un viaje al extranjero sólo una vez. Hoy en día, «Xin Ma Tai» es solo una de las muchas opciones disponibles, y estos destinos en el extranjero son a veces incluso más baratos que los viajes nacionales. En julio, 342.600 turistas chinos visitaron Tailandia, un 25% menos que el mismo mes del año pasado. Mientras tanto, 281.200 chinos visitaron Japón, un incremento del 101% respecto al año anterior. Este año, Corea del Sur derrotó a Tailandia y Japón, convirtiéndose en un destino más popular para los turistas chinos que cualquiera de esos países. La buena noticia es que el mercado del turismo de Asia está creciendo rápidamente, pero el desafío más grande es si Japón puede guardar el impulso actual hasta el año 2020.
Columna de opinión de Jia Zhu, analista de Matthews Asia.
Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.
Foto: Paula Pez, Flickr, Creative Commons. Los sectores con mayor potencial de inversión para el nuevo año
El potencial de la renta fija de cara a 2015 ha sido puesto en entredicho por el mercado, pero la realidad es que las oportunidades están ahí, aunque hay que ser muy selectivo y saber encontrar el valor. No obstante, siempre hay algunos sectores que entrañan mayor potencial a priori y otros que, por el contrario, no cuentan con tanta proyección.
En este sentido, el sector financiero presenta buenas perspectivas. Desde 2009, las entidades han avanzado mucho, ahora tienen una mayor recapitalización y la deuda subordinada constituye un buen activo para invertir en este sector, aunque hay que ser cuidadoso en la elección de los bancos. También las utilities son interesantes. Este tipo de compañías suelen contar con un negocio estable y una generación de flujo de caja predecible. Es un sector con visibilidad. Asimismo, el sector inmobiliario, que se encuentra en plena fase de recuperación, también ofrece oportunidades de inversión.
Por el contrario, creemos que es mejor estar infraponderados en empresas de telecomunicaciones por los mayores riesgos a los que están expuestas. Es un sector con una gran actividad en el que los movimientos corporativos tienen impactos muy significativos en los diferenciales de los bonos.
Este escenario, sin embargo, está muy condicionado en el caso de Europa a la actuación del Banco Central Europeo y las medidas que adopte en sus próximas reuniones. Si finalmente se ve forzado a poner en marcha un QE, con compras de deuda corporativa, y no se conforma solo con el programa TLTRO que está en funcionamiento, las perspectivas para los bonos corporativos serán aún mejores.
Muy distinta es la situación en Estados Unidos, donde la atención del mercado también está puesta en su banco central, aunque por motivos totalmente diferentes. En este caso, la clave estará en cuándo comenzará a subir los tipos la Reserva Federal y en el impacto que tendrá en el mercado, y no solo en el americano, los mercados globales se verán afectados por la decisión de la Fed. Nosotros creemos que dicha alza llegará en el segundo semestre del año y de esta manera, y dado que no existen presiones inflacionistas, continuará fortaleciendo el crecimiento económico.
En lo que respecta a los países emergentes, es más importante que nunca analizarlos de manera individual y no como una región homogénea, ya que sus cuadros macroeconómicos son muy diferentes entre sí y, además, se ven afectados de manera desigual por la evolución de los precios de las materias primas y también del dólar.
Columna de Nicolás Trindade, co-gestor del fondo AXA WF Global Strategic Bonds
Un brindis por el 2014 que se va. Por todo lo que el año fue, por lo que el próximo será. Por los obstáculos de la vida, porque al superarlos encontré la forma de aprender a no temerles más. Pero también, por los caminos planos, porque ellos permiten ver el verde del paisaje, el color de las flores, los niños corriendo, los pájaros cantando.
Por la vida que tenemos, por la que nos tocó vivir. A veces quisiéramos una vida diferente, tener algunas cosas que no tenemos, sin apreciar todo aquello que la vida nos ha dado. Tarde o temprano llega lo que el universo te tiene preparado, la ruta que debes recorrer en la vida. Brindo por la búsqueda constante de la felicidad, por el infinito deseo de agradecer todo aquello que me ha pasado. Este año quizá me volví más humano. Aprendí a rechazar un poco más el odio y la envidia; y a aceptar los buenos sentimientos.
Un año en que pude cumplir con lo que más me gusta en la vida: acostarme cada día sabiendo algo más de lo que sabía al levantarme. Espero que eso me haga cada día una mejor persona. Una que podrá hablarle a los más chicos de cosas que serán útiles para su futuro. Así, brindo porque este año le di más importancia a un libro que a un televisor. Porque me interesó mucho más una página bien escrita, llena de emociones, que conocer el ganador de algún ‘reality’.
Brindo porque este año me volví más amigo de mis amigos. Me reencontré con algunos, gané otros. Aprendí de las personas. De lo bueno y lo malo. Porque cada una muestra un lado del que siempre te queda algo. Brindo por aquellas que se convirtieron en un bello vicio: las que se meten por la piel, corren por tus venas, llegan a tu alma y te dan una felicidad infinita de la que no puedes escapar. De las que descubres la falta que te hacen con su ausencia. De las que siempre quieres más, que estén a tu lado, que no se vayan nunca.
De las que vienen en envases grandes y en envases pequeños, de las que le ponen nombre y apellido a los buenos momentos. De las que te brindan un abrazo fraterno, una sonrisa sincera, y que sin decírtelo, te expresan todo el cariño que pueden dar. A las de aquí y a las de un poco más lejos. A las que ríen y a las que callan. En fin, a las que se ganaron un espacio en una puerta de tu corazón y botaron la llave para nunca irse.
Brindo por las nuevas ilusiones, las que te llenan los ojos de brillo y te electrizan el alma. Las que te motivan a levantarte cada día, a dar lo mejor de ti. Las que justifican plenamente la palabra vida y las ganas de vivir, las que regocijan el ser. Por aquellas que te quitan el sueño. A algunas, incluso, les escogiste el nombre y llevan tu apellido.
Brindo por las lágrimas derramadas, las de rabia y tristeza, porque me demostraron que no soy inmune al dolor, y que me duelen las injusticias. Porque atormenta pelear con un ser querido, aunque emociona mucho el escuchar un sencillo “lo siento”.
Un brindis por lo que me gusta y por lo que me disgusta. Por lo que vendrá. Por lo que tendrá que suceder. Por lo que la vida nos tiene preparado, por lo inevitable, por los cambios que el destino te tiene ya escrito para ti dentro de sus libros.
Un brindis por todo aquello que dije y todo lo que tuve que callar. Por los sentimientos que expresé. Por los que tengo que guardar. Por las personas que quiero. Por las que me quieren. Por las que me querrán el próximo año. Por las de ayer. Por las que están hoy. Por las que vendrán. Por las que lastimé, aún sin quererlo.
Por la esperanza en el futuro, por la espera que quieres que termine. Porque se vuelvan realidad todos los sueños. Porque te sorprenda eso que has estado esperando. Por escuchar las palabras que quieres oír. Por la distancia, porque eso hace más bello el reencuentro. Por la decisión que no te has atrevido a tomar. Por superar el miedo al no. Por darle paso al sí.
Pero sobre todo, brindo porque al poder escribir esto, me encuentro lleno de salud, y de una vida que me permitirá, el próximo año, ser una versión mejorada de mí mismo.
Foto: Belén de Benito. Así ve Threadneedle los mercados en 2015
Hace un año decíamos que los mercados recorrerían un largo y, en ocasiones, tortuoso camino hacia la normalización. Y no cabe duda de que eso es lo que ha sucedido este año, ya que la volatilidad volvió a los mercados de renta variable en los últimos compases de 2014 por los temores a que el crecimiento económico en 2015 pudiese decepcionar. Entretanto, los rendimientos de la deuda soberana de los países centrales se han mantenido muy bajos, a pesar de las expectativas de que la retirada de la expansión cuantitativa en EE. UU. rebajaría los precios de los valores del Tesoro e incrementaría los rendimientos.
El acontecimiento principal de este año, que además podría tener repercusiones importantes para 2015, es el hecho de que casi ninguna de las principales economías desarrolladas registra presiones inflacionistas y que los datos de la inflación del IPC general han ido disminuyendo. Esta tendencia desinflacionista general implica que existe la posibilidad de que se sigan aplicando políticas acomodaticias, que favorezcan, a su vez, a los activos de riesgo. Sin embargo, es de crucial importancia evitar una deflación pura y dura, debido a los elevadísimos ratios de deuda sobre el PIB que persisten en buena parte de los países desarrollados.
Políticas divergentes
Una cuestión que los inversores deberán afrontar en 2015 es la de las políticas divergentes. Por un lado, Japón ha incrementado su programa de expansión cuantitativa y ha retrasado la aplicación de la segunda subida del impuesto al consumo, así como el BCE ha anunciado la compra de bonos cubiertos y valores de titulización de activos (ABS), y por otro lado, la Reserva Federal estadounidense (la Fed) ha puesto fin a su expansión cuantitativa. 2015 debería ser el año en el que la Fed comience a alejarse de su política de tipos de interés próximos a cero, aunque es probable que cualquier subida de los tipos que se produzca sea modesta. De forma similar, en el Reino Unido se espera que el Banco de Inglaterra comience a elevar sus tipos en algún momento durante la segunda mitad de 2015. En Europa y Japón, los tipos de interés se mantendrán muy bajos, lo que podría limitar cualquier subida de los rendimientos de los bonos, especialmente en un entorno en el que probablemente las tasas generales de crecimiento del PIB puedan seguir siendo anémicas.
Quizá el mayor desafío al que se enfrenten las autoridades de los países desarrollados esté en decidir qué hacer si el crecimiento sigue mostrando signos de flaqueza. Si obviamos a EE. UU., ha habido pocos indicios de mejora real de la economía; los mercados de renta variable han repuntado en los últimos años ante la expectativa de que se produjese una recuperación económica que dista mucho de haberse logrado. El problema de las autoridades políticas es que no pueden hacer gran cosa para estimular el crecimiento: la política monetaria convencional está agotada y la mayoría de los gobiernos no pueden adoptar una política fiscal más flexible para impulsar el crecimiento debido a la nefasta situación financiera en la que se hallan. Por consiguiente, cobra cierta importancia que el repunte registrado por EE. UU. continúe el año que viene y se extienda a otras economías; aunque EE.UU. podría «ir por libre» en 2015, no es probable que lo haga indefinidamente.
Uno de los principales riesgos para el próximo año se encuentra en si la tendencia desinflacionista que hemos visto en los últimos meses se convertirá en una deflación pura y dura. La posible «japonificación» de los países desarrollados representa un riesgo que llevamos vigilando desde hace tiempo y que seguiremos vigilando en 2015. Europa se encuentra en el centro de los temores deflacionistas y no estamos seguros de que los menores rendimientos de los bonos vayan a ayudar a que Europa se recupere si el BCE decide efectivamente aplicar algún tipo de expansión cuantitativa de la deuda soberana. Durante los últimos años, los rendimientos de los bonos han sido muy bajos y, a pesar de ello, las perspectivas de crecimiento en Europa han empeorado. No obstante, si se aplica una expansión cuantitativa en Europa, podría ejercer presión a la baja sobre el euro, lo que serviría de apoyo a los exportadores europeos y atenuaría en cierta medida los actuales temores deflacionistas.
Clases de activos
En lo que respecta a las principales clases de activos, seguimos siendo optimistas acerca de la renta variable frente a la deuda pública de los países centrales, aunque menos que antes, debido al escenario de «recuperación sin recuperación» que hemos señalado con anterioridad, pues eso nos lleva a albergar dudas sobre si las previsiones de beneficios para el próximo año son razonables. Para que incrementemos la exposición a la renta variable a los niveles actuales, deberíamos ver una ligera reducción de las valoraciones o tener algo más claras las perspectivas de los beneficios de 2015.
Por regiones, creemos que la renta variable japonesa debería seguir mostrando atractivo, ya que la depreciación del yen está ayudando a impulsar los beneficios de las empresas japonesas, especialmente las exportadoras. El volumen del programa de expansión cuantitativa en Japón (en relación con el PIB) es impresionante y pone de manifiesto el compromiso de las autoridades para calmar los temores deflacionistas. Hay otros hechos importantes, como el compromiso de varias empresas para mejorar la rentabilidad de los recursos propios y los cambios en el enorme fondo estatal de pensiones, el GPIF, que está reduciendo su asignación a la deuda pública japonesa en favor de la renta variable y otras inversiones. Se trata de factores a largo plazo que deberían servir de respaldo a la renta variable japonesa.
Nos sigue interesando la renta variable británica y creemos que el rendimiento por dividendo del 3,3% del FTSE debería seguir constituyendo una característica atractiva en un mundo en el que los bonos del Estado alemanes a diez años ofrecen un rendimiento de solo el 0,70%. Un posible obstáculo para el Reino Unido es la actual debilidad de los precios del petróleo y las materias primas, debido al sesgo del mercado hacia áreas como la energía y la minería. No obstante, creemos que con el tiempo los inversores que reinviertan sus ingresos por dividendos (para beneficiarse del efecto compuesto) deberían poder obtener rentabilidades razonables comparadas con las que ofrecen otros activos. Y lo que es más importante, somos optimistas con respecto a la renta variable estadounidense, ya que EE.UU. ha destacado por su buen crecimiento de los beneficios y es precisamente eso, más que la subida de las valoraciones, lo que ha propiciado el avance del mercado este año.
Mercado de renta fija
Las perspectivas para los mercados de renta fija en 2015 resultan mucho más difíciles de analizar. Sobre el papel, los rendimientos de la deuda soberana no ofrecen casi valor; veamos por ejemplo el gráfico que figura a continuación, en el que se compara el rendimiento del reembolso del gilt a diez años con el rendimiento por dividendo del índice FTSE All-Share durante los últimos 20 años.
Gráficos como los anteriores se han utilizado para describir a la deuda pública como «activo de riesgo sin rentabilidad» en lugar de activo «libre de riesgo». Sin embargo, aunque los rendimientos de la deuda pública se encuentran en niveles muy reducidos desde una perspectiva histórica y siguen sin resultar atractivos en lo que respecta a la rentabilidad total si se comparan con otros activos, no esperamos que el mercado de renta fija se desmorone el año próximo. Esto se debe en parte a que las expectativas de inflación son muy discretas —algunos países de Europa registran una clara deflación— y es muy improbable que alguno de los principales bancos centrales de los países desarrollados endurezca su política de forma contundente en 2015.
En términos generales, la demanda de fuentes de ingresos de excelente calidad sigue siendo fuerte, lo que quizá no sorprenda en un mundo caracterizado por los tipos de interés próximos a cero. Es improbable que esta tendencia cambie, debido al envejecimiento de la población en buena parte de los países desarrollados, e incluso en los países en desarrollo el aumento de los ingresos se está traduciendo en el incremento de las tasas de ahorro, como sucede por ejemplo en China. En mercados de renta fija como el del Reino Unido, siempre existe una sólida demanda técnica de los inversores institucionales en el tramo largo cuando los rendimientos se incrementan, ya que tratan de cubrir sus pasivos a largo plazo. Existe una limitación adicional, más fundamental, para los rendimientos de la deuda soberana y es que muchos gobiernos están tan endeudados en la actualidad que sencillamente no podrían asumir un aumento importante de su coste de financiación.
En los mercados de crédito, lo que ocurra en 2015 dependerá en cierta medida de lo que suceda en los mercados soberanos; al fin y al cabo, el precio del crédito corporativo se determina utilizando la curva de tipos soberanos como punto de referencia, de manera que los inversores son compensados por asumir riesgo crediticio mediante el rendimiento adicional o «diferencial» sobre la deuda pública de buena calidad con un vencimiento equivalente. Sin embargo, por lo general pensamos que 2015 podría ser un año en el que el crédito con calificación investment grade podría comportarse razonablemente bien, ya que es una clase de activo adecuada para un entorno de bajo crecimiento y baja rentabilidad. Además, los balances de las empresas siguen revelando fortaleza en comparación con los de muchos gobiernos, y el hecho de que no se haya producido una recuperación económica significativa (fuera de EE.UU.) ha llevado a muchas empresas a gastar e invertir con cautela, lo que es positivo para el crédito. Sí que podríamos decir que el periodo de altas rentabilidades en el crédito que hemos estado viendo ha llegado a su fin. El nivel inicial de los rendimientos hoy y los actuales niveles de los diferenciales con respecto a la deuda pública implican que el crédito sencillamente no puede seguir brindando las magníficas rentabilidades de las que hemos sido testigos en los últimos años.
De lo que hemos explicado anteriormente, esperamos que quede claro que la temática de la «búsqueda de ingresos» que hemos mencionado en los últimos años seguirá presente en 2015. En este entorno, los activos con rendimientos reales elevados seguirán siendo objeto de demanda, motivo por el que somos optimistas con respecto a las perspectivas de los inmuebles comerciales directos en 2015. Los bienes inmobiliarios también se han beneficiado por el hecho de ser un activo tangible, lo que reviste importancia para muchos inversores en el mundo posterior a la crisis financiera, y también puede ofrecer importantes ventajas de diversificación, ya que por lo general las rentabilidades no se mueven en sincronía con las de los principales mercados de renta fija y renta variable.
Columna de Mark Burgess, director de Inversiones de Threadneedle
Las algas asadas y saladas, que tradicionalmente se comen con arroz en Asia, se han convertido en un popular snack fuera dela región. Siendo de Corea, me sorprendió cuando encontré por primera vez algas con sabor a teriyaki y un montón de variedades que se mezclan con almendras en Estados Unidos, bastante diferentes de las que comía en mi niñez, que estaban simplemente tostadas con un toque de sal.
La repentina popularidad de este aperitivo, seco y envasado, ha traído consigo la exportación de algas, o gim como se le llama en Corea. Mientras que mucha gente sabe que el apellido «Kim» es un nombre bastante común en Corea (de hecho una quinta parte de la población de Corea del Sur se apellida así), no muchos extranjeros se dan cuenta que se pronuncia «gim», igual que la palabra algas. Se dice que el origen está en una familia Kim que comenzó la agricultura gim en el siglo XVII.
Nori, el nombre que estas algas reciben en Japón (o zicài en China), han sido consideradas durante siglos como un alimento de lujo. Son altas en fibra y yodo, y son usadas de forma intensiva en muchas cocinas desde que Japón inventó el método para cultivarlas en extensiones de agua en los años 20.
Hoy en día, la variedad coreana de algas comestibles es reconocida, de forma general, como un producto de calidad superior a las producidas en China, y tienden a ser más competitivas en precio que las algas nori japonesas. Corea produce más algas que Japón desde 2011, y de hecho exporta al país nipón. La mayor demanda externa de algas marinas de Corea, sin embargo, viene de Estados Unidos, que en 2013 compró aproximadamente 64 millones de dólares, unos 47 millones de dólares más que en 2009. Una cifra que no tiene nada que ver con los miles de millones de dólares que registran cada año las exportaciones de smartphones o automóviles, pero las algas encabezan la lista de las exportaciones de alimentos a Estados Unidos, superando los cigarrillos, las bebidas o el ramen.
El consumo de algas se está expandiendo gradualmente entre los consumidores fuera de Asia; este tipo de productos reciben una notable atención entre los nuevos círculos y son frecuentemente vendidas como un snack saludable para toda la familia. Los principales retailers de alimentación en Estados Unidos han empezado a lanzar hace poco su propia marca de este snack y cada vez ofrecen una variedad mayor.
Junto con Estados Unidos, Tailandia, Canadá, Rusia, Reino Unido, Brasil y los Emiratos Árabes Unidos están registrando importaciones cada vez mayores de este snack. Es interesante ver cómo un alimento que sólo comían en determinadas regiones está ganando exposición global. La forma en que la cultura alimenticia mundial evoluciona parece ser tan dinámica como el desarrollo de las economías y las industrias globales.
Columna de opinión de Soo Chang Lee, analista de Mathews Asia.
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