Tal y como ya comenté en un pasado post denominado Porcentaje de fondos de renta variable europeos superados por su índice correspondiente , y a pesar de todos los esfuerzos por convencernos de lo contrario por parte de la “industria”, la manera más inteligente de invertir es tener una amplia selección de fondos (por el componente fiscal) lo más globales, diversificados, indexados y baratos posibles y tan solo una pequeña parte invertirlos en fondos de gestión activa que realmente merezcan la pena. Todo ello adaptado al específico nivel de tolerancia al riesgo de cada uno de nosotros.
Así que convencido de esta máxima, que por otro lado la evidencia empírica así lo demuestra, vamos a imaginarnos a un potencial inversor que le pregunta a su asesor financiero o acude a su entidad financiera para interesarse por la oferta de fondos índice de las gestoras nacionales y esto es lo que se va a encontrar:
Creo que la tabla es lo suficientemente elocuente para comentarse por sí sola, aunque no me resisto a la tentación de añadir algunas reflexiones:
1.- Lo primero que llama la atención es la escasísima oferta, las razones no son difíciles de imaginar.
2.- Que en general los fondos índice tengan un TER (Total Expense Ratio / Gastos Totales) superior al 1% es para producir autentica “perplejidad”, que por no gestionar te cobren esas cantidades merecería un toque de atención por parte de la CNMV, pero claro hay que pagar y remunerar a las costosísimas redes comerciales. Por desgracia en España, tenemos una larga tradición de cobrar muy altas comisiones en fondos por no hacer nada, como son los fondos garantizados o fondos de rentabilidad objetivo y si incluimos en este saco a los numerosos fondos de “gestión activa” de nulo valor, el panorama no puede ser más desolador.
3.- Es más, en algunos casos el TER se sitúa por encima de los 200 puntos básicos, lo que no sé es cómo hay inversores que pagan esta enormidad y cómo hay vendedores que son capaces de enchufar estos productos sin inmutarse. Me imagino que tendrá que ver con el terrible “Síndrome de Estocolmo Bancario”.
4.- Al mismo nivel de “estupefacción” o más, se puede llegar al mirar las cantidades mínimas que se exigen para invertir en las clases de acciones, que sí tienen un coste lógico para este tipo de gestión, llegando en algunos casos de fondos del Santander a la cifra de ¡50.000.000 euros!
5.- A la vista de estos datos parece que es el momento de que surja una Vanguard Española, desde luego mas fácil no lo podría tener.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Susanne Nilsson. Get Used to Periods of Higher Volatility
En el reciente pico alcanzado por el mercado a finales de abril, los titulares de bunds alemanes a 30 años gozaban de una rentabilidad en el ejercicio hasta la fecha del 23%. La drástica reversión producida desde entonces ha borrado por completo esas ganancias, una conducta muy alejada de lo que podría esperarse de un activo europeo de primera categoría ‘libre de riesgo’.
En nuestra opinión, ese fenómeno vino provocado por una oleada masiva de transacciones de deflación/expansión cuantitativa en la eurozona y por la posterior ‘precipitación por salir’, cuando los inversores se dieron cuenta de la sobrepoblación y la sobrevaloración en la que habían caído esas transacciones. Los mercados que sufren reacciones desmesuradas no siempre necesitan un resorte fundamental para provocar una reversión, pero el aumento de la inflación en la eurozona en mayo, cuando el IPC esencial repuntó alcanzando su valor máximo en un año, sí añadió cierta urgencia a la compensación.
Revisión de principios
Nos preguntamos si los actuales inversores en bunds podrían aprender algunas lecciones del mercado de bonos públicos japoneses (JGB) de principios de los años 2000. Tras sufrir una tendencia a la baja durante más de una década, los JGB a 10 años se hundieron hasta un 0,4% en junio de 2003. Aunque desde ese momento Japón sufrió un nefasto descenso de ocho años en el producto interior bruto, cualquiera que comprase JGB con la baja rentabilidad de 2003 ganó únicamente un 1% anual durante esos ocho años y sufrió pérdidas durante los cuatro primeros años de la transacción. La moraleja del cuento es que, una vez que los precios reflejan el estancamiento económico, las rentabilidades de los bonos pueden ser bajas y volátiles, aunque la economía continúe decepcionando.
Por otra parte, si nos fijamos hoy en la eurozona, vemos una economía que se está recuperando, no estancada. Las previsiones de consenso sobre el crecimiento en 2015 llevan seis meses subiendo y las previsiones de la inflación lo hacen desde febrero. Mirando al futuro prevemos más de lo mismo a medida que se activen el impacto de la debilidad del euro, el descenso de los precios del petróleo, la mayor facilidad de las condiciones de crédito y la disminución de la austeridad fiscal. Aunque la expansión cuantitativa del Banco Central Europeo continúe ejerciendo una presión a la baja sobre la rentabilidad de los bonos de la eurozona bien entrado 2016, la recuperación económica ya está emergiendo como una fuerza que actuará en dirección opuesta.
Los problemas crecen
Aunque los bunds han sufrido las mayores oscilaciones este año, la totalidad de los principales mercados de bonos públicos ha seguido la misma pauta, perfilando el segundo trimestre como el peor trimestre para los bonos soberanos en casi 30 años. Como ocurre con los bonos de la eurozona, la reciente venta generalizada comenzó como una compensación de la euforia del primer trimestre, pero más recientemente empezó a reflejar la mejora de los datos económicos, en particular en EE.UU.
Tras un decepcionante inicio de 2015, los datos estadounidenses han mejorado de forma significativa en las últimas semanas. Algunas variables claves –ventas minoristas, nóminas, ofertas de empleo, confianza de los consumidores y estudios de constructoras– han sorprendido experimentando subidas, lo que sugiere que la economía está recuperando impulso y alejándose del bache económico del primer trimestre. Pensamos que esta tendencia continuará en los próximos meses, instando a la Reserva Federal estadounidense a subir los tipos de interés antes de que acabe el año y manteniendo la presión al alza sobre la rentabilidad de los bonos estadounidenses.
Observamos que la reciente venta generalizada de bonos públicos está corrigiendo en gran medida la reacción desmesurada del primer trimestre. Si se cumpliese nuestro escenario base de continuación de la recuperación global, no prevemos que se repitan los mínimos de rentabilidad del primer trimestre durante este ciclo, y pensamos que la rentabilidad continuará subiendo en el 2S. Una rentabilidad más alta no afectará necesariamente a los activos de riesgo si refleja la mejora de las condiciones económicas. Sin embargo, los inversores harían bien en tomar nota del reciente comentario de Mario Draghi: “Acostúmbrense a periodos de mayor volatilidad”.
Paul O’Connor, gestor del equipo de Multi-activos de Henderson Global Investors
Foto: Wendell, Flickr, Creative Commons. ¿Qué fuerzas coyunturales y estructurales mueven a la deuda pública española?
El repunte de tipos de la deuda española está asociado a varios factores, como el alejamiento del fantasma de la deflación, la mejora de perspectivas de crecimiento en Europa y la falta de acuerdo con Grecia para liberar el último pago del rescate. De estos tres factores, los dos primeros son estructurales y tiene sentido que se intensifiquen a medida que el ciclo económico se acelere.
La inflación en España ha pasado de un -1,3% interanual en enero de 2015 a un -0,2% en mayo, fundamentalmente por el componente de energía que había sido el principal causante de que el nivel de precios se hubiera situado en terreno negativo. A medio plazo es de esperar que vayamos convergiendo con la media de la eurozona que se situó en el 0,3% a finales de mayo de 2015. No está de más recordar, también, que el objetivo de inflación del Banco Central Europeo (BCE) para la eurozona es alcanzar el 2%.
En cuanto al crecimiento económico es todavía más llamativo porque España está creciendo a ritmos superiores a la media de la eurozona. La eurozona ha acelerado su crecimiento, medido por el PIB en tasa anualizada, del 0,50% en diciembre de 2014 al 1% en marzo de 2015. España por su parte ha pasado de no crecer nada a hacerlo al 2,7%. Es decir, crecemos más con menos inflación…. de momento.
El empeoramiento de la situación en Grecia tiene un componente coyuntural, alcanzar un acuerdo con la “antes llamada troika” para que a cambio de varias reformas la Eurozona desbloquee el último pago del segundo rescate y así hacer frente al vencimiento de deuda que el país tiene que afrontar a corto plazo. Y un componente estructural, la debilidad de la economía griega y la incapacidad a medio plazo para cumplir con sus obligaciones financieras. En este sentido, es de esperar que, periódicamente, surja de nuevo la cuestión griega inquietando a los inversores internacionales que cortarán posiciones en aquellos países que imaginan, por sus flaquezas, serán los siguientes en la lista.
España hoy recibe buenas críticas por parte de todos los organismos internacionales, que la ponen como un ejemplo de la bondad de llevar a cabo reformas permanentes en el mercado laboral, en el sostenimiento de las pensiones y en la recaudación fiscal. Sin embargo, estos mismos organismos continúan viendo debilidades en nuestro sistema productivo y están intensificando sus mensajes solicitando un paso más en la profundización de estas reformas si se quiere conseguir un crecimiento más sano y duradero.
Hay otro factor que actúa en sentido contrario a los mencionados más arriba: nos estamos refiriendo a las compras del BCE, derivadas del programa de expansión cuantitativa. El BCE se comprometió a comprar alrededor de 60.000 millones de euros mensuales hasta septiembre de 2016. En el anuncio de este colosal plan, los tipos de interés alcanzaron niveles anormalmente bajos, ante la ausencia de vendedores pero, a medida que empezaron a influir la evolución de la inflación y el crecimiento económico, el mercado fue recibiendo papel de inversores financieros europeos e institucionales asiáticos y el BCE permitió que las rentabilidades se deslizaran…. al alza.
Parece pues lógico que los tipos de interés repunten en España y en Europa, y que estas alzas vengan para quedarse y además sería bueno, globalmente para la economía, que las curvas de tipos se normalizaran, incluso en niveles más elevados, porque implicaría que el crecimiento económico y la inflación se estarían moviendo en la dirección correcta. Tipos de interés más elevados encarecerían el coste de la deuda pública (muy cercana ya al 100% del PIB) pero se compensaría, es de suponer, con una mayor recaudación fiscal.
¿En qué nivel se podría situar la deuda española si eliminamos los factores coyunturales? Tomando la rentabilidad del bono de gobierno español de 5 años, del 19 de junio, de 1,16% y comparándolo con el mínimo que tocó el 11 de marzo de 0,46%, el repunte ha sido de 70 puntos básicos (pb). El 11 de marzo el diferencial con Alemania estaba en 58 pb y el 19 de junio se encontraba en 104 pb. Luego se podría imputar a la falta de acuerdo con el gobierno griego un ascenso de 46 puntos básicos en la rentabilidad de la deuda española, que, en el caso de alcanzarse algún pacto, podrían revertirse. Pero los factores estructurales van a continuar impulsando al alza las rentabilidades más que compensando las posibles ganancias coyunturales.
Además, si Grecia va a continuar siendo un ingrediente volátil en la ecuación de las rentabilidades de los países periféricos y si, adicionalmente, le sumamos que España se encuentra en año electoral, habría que esperar para invertir en deuda española y europea en plazos largos. Es un año más bien para renunciar a rentabilidad preservando el capital que para arriesgar en una clase de activo con una combinación asimétrica del riesgo.
Sebastián Redondo, director de Inversiones de Bankia Fondos
Foto: uditha wickramanayaka. Planear inversiones en momentos volátiles
La mayoría de los clientes quisieran saber cuál es la mejor estrategia de inversión en momentos de volatilidad. La respuesta es relativamente sencilla, porque es exactamente igual a la que se usaría en momentos de calma de los mercados financieros, es decir, mantenga un portafolio diversificado, donde haya activos que cumplan perfectamente la teoría de pesos y contrapesos o, poniéndolo en términos levemente más sofisticados, que tengan correlaciones bajas o negativas.
Si bien es cierto que todos (incluyendo los que trabajamos en el mundo financiero), quisiéramos saber con exactitud qué activo va a ser el más rentable en determinado período de tiempo, lo cierto es que nadie lo puede conocer con certeza. Si todos los “gurús” de inversiones lo supieran, pues todo el mundo compraría al mismo tiempo y lo vendería también al mismo tiempo, haciendo imposible el buen funcionamiento del mercado. O, como suele suceder y está plenamente documentado desde el siglo XVII con los tulipanes en Holanda, todo termina en una burbuja (precios inflados) que terminará reventándose y llevando a lágrimas entre muchos entusiastas que vieron que ese (hacer énfasis en ese) era el activo que tocaba comprar.
La Planeación Financiera personal tiene seis grandes temas, uno de los cuales es la planeación de inversiones, pero aquí se hace el énfasis, de que planear las inversiones no es saber cuál activo va a ser más rentable, sino que se podría definir como cuáles son las inversiones que me hacen cumplir con los objetivos propuestos. Un ejemplo para que sea totalmente claro: si mi objetivo son las vacaciones de fin de año (para las que hacen falta 6 meses), probablemente lo mejor sea una inversión de perfil conservador y poco volátil. Si me arriesgo con inversiones en acciones asiáticas, puedo terminar dándole la vuelta al mundo (si me toca la valorización) o sentado en mi casa viendo televisión (si me toca la desvalorización).
La planeación de inversiones tiene muchas aristas, entre las cuales el equilibrio de variables como rentabilidad, riesgo, etc, son claves. Puede que un activo muy rentable sean los inmuebles, pero debe tener muy en cuenta que son ilíquidos. Puede que el activo más rentable de todos sea poner su propio negocio, pero el riesgo financiero de un nuevo emprendimiento es alto. Si sabemos combinar todas nuestras inversiones, tendremos equilibrado todo nuestro tema de inversiones, que es parte de la planeación financiera personal.
Ahora bien, muchos se estarán preguntando cuáles son los seis temas que componen la planeación financiera personal, y los mismos se pueden resumir en: planeación de ingresos, gastos y ahorro; planeación con seguros; planeación para el retiro; planeación de inversiones; planeación fiscal; y planeación para transferencia patrimonial. Estos son, a grandes rasgos, los que se encuentran en los libros de texto y que componen el universo de lo que queremos hacer con nuestros recursos y con nuestro plan financiero de vida.
Como cualquier ciencia, la planeación financiera tiene expertos que le pueden ayudar en el camino, Déjese asesorar. Digo esto, porque con nuestras finanzas personales nos sucede lo mismo que con el fútbol (soccer): todos creemos saber más que el técnico de nuestro equipo favorito. Y eso, generalmente, no es cierto.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad de su autor y no reflejan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas aquí expuestos
MANUEL FELIPE GARCIA OSPINA es Gerente Escuela de Planeación Financiera y |Old Mutual
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. Tras el nerviosismo inicial con Grecia, hay oportunidades con la vista en el medio plazo
El escenario de las negociaciones con Grecia ha cambiado el fin de semana debido a la decisión de Alexis Tsipras de convocar un referéndum el próximo 5 de julio sobre el acuerdo con los líderes europeos. La semana pasada vimos que se habían acercado posturas en las negociaciones, pero para el primer ministro griego las condiciones planteadas por los socios europeos eran muy difíciles de ‘vender’ en casa y muy complicado conseguir que el Parlamento las aprobase.
El gobierno griego ha preferido traspasar la responsabilidad de votar sí al acuerdo propuesto por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Tiene que escenificar estar en contra de las exigencias europeas, pese a que ellos mismos dan un alto grado de posibilidad al sí. Si cierras los bancos y limitas las posibilidades de retirada de efectivo es muy difícil que la mayoría vote no al acuerdo.
Por su parte, Europa no puede ablandar su postura, para evitar más países ‘díscolos’ en el futuro. Pero a nadie, ni a los socios europeos, ni a Grecia, ni al BCE les interesa una salida de Grecia del euro. Tampoco interesa un contagio y el BCE tiene las herramientas necesarias para evitarlo. Estamos viendo que los inversores distinguen a Grecia de otros países como España y aunque haya nerviosismo y volatilidad en los mercados durante los próximos días, creemos que finalmente se alcanzará un acuerdo.
Se ha dado hasta ahora mucha importancia a la irreversibilidad del euro y era la carta que estaba jugando Grecia. Pero es mucho más importante que los países que estén en el euro se atengan a las normas que nos hemos autoimpuesto. Todos tenemos que cumplir, no hacerlo sería lo que más debilitaría a la unión monetaria. La firmeza de los socios europeos en las negociaciones con Grecia constituye un buen cortafuegos contra determinadas propuestas que van en contra de las normas del euro, para evitar determinadas derivas o exigencias en otros países no asumibles por el conjunto de la Unión Europea.
No descartamos que estos días haya incertidumbre en los mercados. Es posible que se debilite el euro y que aumente la prima de riesgo, si bien pensamos que se mantendrá en niveles razonables y en todo caso muy alejada de las cotas alcanzadas en 2012, cuando la crisis afectaba a todos los periféricos. También es muy probable que caiga la bolsa, que como ya hemos visto en otras ocasiones es la válvula de escape más usada por los inversores cuando quieren reducir riesgo en sus carteras, aunque los fundamentales de las compañías no hayan cambiado.
En todo caso, de producirse estas caídas consideramos que son una buena oportunidad de compra, ya que aún después de lo sucedido este fin de semana seguimos pensando que lo más probable es que Grecia siga dentro del euro y que en el caso de producirse un accidente, éste sería negativo principalmente para los griegos pero no necesariamente para el resto de Europa.
Joaquín Casasús es director general de la gestora de Abante Asesores.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras.. Siete notas sobre Grecia
1) El pulso final en la negociación entre Grecia y la Troika se ha intensificado este fin de semana y ha entrado ahora en su fase crucial. La teoría de juegos está entrando en su fase final.
2) La acción del gobierno griego de convocar un referéndum ha sido la prevista. Se corresponde con la de un gobierno que había efectuado unas promesas a su electorado que no puede cumplir, y que traspasa la responsabilidad de la aceptación del posible acuerdo al pueblo griego.
3) La reacción de la Unión Europea, no concediendo ninguna prórroga a la fecha límite del 30 de junio, y la del Banco Central Europeo, manteniendo pero no ampliando la asistencia a la banca griega, es de una dureza relativa. Provoca, por una parte, que Grecia puede hacer un default técnico, así como fuerza un cierre temporal de los bancos griegos que podría tener efectos de cara al referéndum convocado para el próximo domingo, pero deja una puerta abierta. Por una parte la Unión Europea anuncia el cierre de negociaciones, pero por otra hace pública su última oferta, formalmente ya no en vigor, para informar directamente al pueblo griego de cara al referéndum del próximo domingo.
4) En esta ocasión, a diferencia del año 2010, existen muchos partidarios dentro de la Unión Europea, y también dentro del colectivo de gestores de fondos de inversión, de mantener una línea dura con Grecia. Se trata de una corriente de opinión que ha ido ganando adeptos según la cual la zona euro debería ser un club selecto de países que cumplan sus obligaciones, en la cual no tendrían cabida los incumplidores. Especialmente importante es en este punto el tema impositivo, talón de Aquiles histórico de Grecia. Se instalan las opiniones de que si los contribuyentes de los demás países del club pagan impuestos, los griegos también deberían hacerlo, acabando así con un problema congénito en sus finanzas públicas.
5) Una gran parte de esta posición de fortaleza que mantiene la Troika se fundamenta, no ya en el escaso peso del PIB de Grecia dentro de la zona euro, un 1,8%, sino sobre todo en el hecho de la ausencia de contagio, de la incapacidad de arrastre que la situación griega tiene en la actualidad sobre el resto de la zona euro. Se supo que se iban a efectuar elecciones en Grecia el pasado día 29 de diciembre, y su más que previsto desenlace se conoció un mes más tarde. Pese a ello y a las duras negociaciones mantenidas desde entonces, el índice Eurostoxx-50 ha subido en el año un 15,1%.
6) Curiosamente son los propios mercados, tanto de renta variable como de renta fija y de divisas, en los que se manifiesta la capacidad de arrastre del tema griego. Esperamos que el BCE, en el marco del QE aproveche esta coyuntura para comprar deuda periférica. Por ello, será la reacción que los mercados tengan a lo largo de esta semana la que marcará la debilidad o fortaleza de la posición griega. Los mercados pueden ser pues los árbitros de esta situación Esperamos que en los mercados únicamente se registre un aumento de volatilidad, pero ningún cambio sustancial.
7) Aprovechar la volatilidad de la semana para aumentar las posiciones en renta variable, disminuir las posiciones en renta fija de largo plazo, y mantener las posiciones en divisas no euro.
Jaume Puig es director general de GVC Gaesco Gestión
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Martin Fisch. La renta variable europea parece ahora menos interesante
Las negociaciones sobre la deuda griega, que parecían prolongarse tanto como el tortuoso periplo de Ulises desde Troya hasta su tierra natal, siguieron haciendo mella en los mercados mundiales de renta variable y el desenlace mantendrá alta la volatilidad en las próximas semanas. Los débiles datos económicos también sembraron el nerviosismo entre los inversores en el mes de mayo.Las perturbaciones experimentadas por los mercados chinos en los últimos compases del mes supusieron una razón más para extremar la prudencia. Por el contrario, la renta variable japonesa registró otro mes excelente, gracias a que la depreciación del yen avivó la confianza en los exportadores nipones, al tiempo que moderó las rentabilidades en libras esterlinas y dólares. La esperanza de una mayor actividad de recompras de acciones por parte de las compañías japonesas y unos beneficios empresariales mejores de lo previsto también resultaron favorables, al igual que el dato del crecimiento del PIB del país en el primer trimestre, que resultó ser superior al 0,6% previsto (posteriormente revisado hasta el 1%), lo que aupó al índice Nikkei hasta su nivel máximo de 15 años.
No hubo movimientos significativos en los mercados de renta fija durante el mes. El rendimiento de los bunds alemanes a 10 años se disparó a principios de mayo para luego situarse en el 0,49% a finales de mes, lo que supone un repunte de 12 puntos básicos en términos intermensuales. En un principio, el temor a que se produjera una burbuja en la deuda pública, junto con el encarecimiento del petróleo, ejercieron presión sobre los precios de los bonos. No obstante, la incertidumbre sobre el caso griego y la declaración del BCE de que emprendería «de inmediato» su programa de compra de activos impulsaron al alza los rendimientos.
Mientras tanto, los rendimientos de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años cerraron el mes sin apenas variación en el 2,12%. Los rendimientos de los bonos británicos a 10 años acusaron un descenso, debido a que el país registró su primer dato de inflación negativo en más de 50 años. El dólar estadounidense reanudó su trayectoria ascendente frente a las principales divisas, y se revalorizó un 0,7% con respecto a la libra esterlina, un 2,2% con respecto al euro y un 3,7% con respecto al yen.
Como ya comentamos en nuestro reciente boletín sobre asignación de activos, hemos reducido el tamaño de nuestras posiciones sobreponderadas en renta variable en el seno de nuestras carteras de asignación de activos. En concreto, hemos recortado medio punto porcentual de nuestras inversiones en renta variable europea (excluido el Reino Unido) y otro medio punto porcentual de nuestras posiciones en renta variable británica, si bien seguimos sobreponderados en ambas regiones. El producto resultante se ha asignado al componente de efectivo. Las demás posiciones permanecen invariables, y se mantiene la sobreponderación global en renta variable. Este movimiento refleja nuestra opinión de que las perspectivas de crecimiento de los beneficios a escala mundial se revelan menos positivas que antes.
Más concretamente, creemos que, tras la extraordinaria rentabilidad cosechada este año por la renta variable europea, las valoraciones y los beneficios en Europa en su conjunto resultan ahora menos interesantes. También hemos asistido a un vuelco radical de algunas tendencias, entre las que se incluyen los ínfimos precios del petróleo y el posicionamiento de los inversores profesionales, lo que nos alentó en un primer momento a adoptar posiciones sobreponderadas en el Viejo Continente. El tipo de cambio tampoco constituye un factor muy favorable.
Mientras tanto, el Reino Unido ha mostrado un comportamiento inferior al de Europa en 2015, si bien, a diferencia de esta última, las expectativas de beneficios para el Reino Unido se han ido deteriorando a lo largo del año pasado. En los últimos 12 meses, hemos sido testigos de un aumento de las valoraciones en el Reino Unido, aunque este movimiento no puede continuar indefinidamente si no viene acompañado de un crecimiento de los beneficios. Asimismo, los obstáculos para el Reino Unido derivados de la desaceleración económica china, que también han repercutido negativamente en las perspectivas de beneficios para las empresas mineras y de commodities, muestran algunos indicios de relajación.
Mark Burgess se unió a Threadneedle en noviembre de 2010 y es su director de inversiones desde enero de 2011.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Edward Dalmulder. Fresh Volatility But Renewed Confidence
La nueva volatilidad en los mercados de bonos y acciones y, en menor medida, en el mercado de divisas no es tan sorprendente. La volatilidad del mercado ha sido anormalmente baja durante meses ya que los inversores se han concentrado en las mismas estrategias dictadas por el programa de flexibilización cuantitativa masiva del BCE. Dos acontecimientos han interrumpido la calma: una inflación más alta de lo esperado en Europa, lo que marcó oficialmente una fuerte reducción en el riesgo de deflación (y, por tanto, en la visibilidad del QE del BCE) y la preocupación por el riesgo de impago en Grecia o Grexit, dado que las conversaciones se han atascado.
Nuestras convicciones en el mercado de bonos
Frente a la volatilidad del mercado de bonos, el programa de flexibilización cuantitativa del BCE había tranquilizado a los inversores tras los comentarios de Benoit Coeuré a cerca de que la entidad podría aprovechar las oscilaciones del mercado para acelerar la compra de bonos. Pero entonces, Mario Draghi señaló que los inversores tendrían que acostumbrarse a la volatilidad, reduciendo así las esperanzas de que el BCE podría tratar de frenar la presión del mercado. Como resultado, los rendimientos del Bund alemán a 10 años rebotaron 80 puntos básicos entre el 20 de abril y 9 de junio, o lo suficiente para debilitar los mercados de renta variable europeos.
A finales de abril cambiamos a una posición infraponderada en bonos europeos ya que habían llegado a estar extraordinariamente caros. No obstante, la magnitud de la caída posterior nos ha llevado a volver a una posición neutral. Incluso después de esta corrección, los bonos europeos siguen estando caros, pero parece un hecho que el BCE mantendrá su calendario de flexibilización cuantitativa hasta su fecha de finalización oficial en septiembre 2016. Esto significa que con rendimientos negativos en algunos segmentos del mercado de bonos se justifica que algunos bonos sigan estando caros.
En general, creemos que todavía es demasiado pronto para posicionar las carteras para el final del QE. Por otra parte, no nos sorprendería ver otras intervenciones del BCE si los rendimientos suben aún más, ya que el banco quiere mantener los tipos reales en territorio neutral o negativo con el objetivo de asegurar la recuperación. En este contexto creemos que tiene más sentido permanecer neutral.
En el mercado de renta variable
Si la corrección del mercado de bonos ha llegado a su fin, los mercados de renta variable deberían registrar una subida. Dado que los diferenciales de crédito se han mantenido bastante estables a medida que los rendimientos subían, pensamos que el riesgo de contaminación hacia los mercados de renta variable ha de ser puesto en perspectiva. Las expectativas de beneficios están en una tendencia al alza en la zona euro y en Japón, a la vez que hay cada vez menos revisiones a la baja en Estados Unidos, Reino Unido y los países emergentes.
Tras la debilidad registrada a comienzos de 2015, la economía de Estados Unidos probablemente coja impulso de nuevo, lo que facilitará la incipiente recuperación en Europa y Japón. Esperamos que las revisiones al alza de los beneficios continúen ayudando a los mercados de renta variable a alcanzar cotas más altas. Habíamos infraponderado la renta variable del Reino Unido antes de las elecciones, pero se ha recuperado un cierto grado de estabilidad y hemos pasado a ser neutrales en este mercado. La espinosa cuestión del referéndum sobre la conveniencia de permanecer en la Unión Europea volverá a ser el centro de atención el próximo año, pero todavía es demasiado pronto para posicionar las carteras para que reflejen este riesgo. En conjunto, estos acontecimientos nos han llevado a aumentar nuestra valoración sobre la renta variable europea así como la valoración de la renta variable en general.
Además del regreso de la tensión entre Rusia y Ucrania, el riesgo político sigue siendo importante en Grecia, donde las conversaciones se están llevando por delante una parte considerable de los pagos al FMI previstos para finales de junio. Seguimos confinando en nuestro escenario central de que se encontrará una solución favorable ya que todas las partes quieren llegar a un acuerdo.
Benjamin Melman, director de Asignación de Activos y de Deuda Soberana de Edmond de Rothschild AM.
Los datos, comentarios y análisis que figuran en este documento reflejan la opinión de Edmond de Rothschild Asset Management (France) sobre los mercados, su evolución, su reglamentación y su fiscalidad, teniendo en cuenta su conocimiento experto, los análisis económicos y las informaciones de que se dispone actualmente. Sin embargo, no constituyen ningún compromiso o garantía de parte de Edmond de Rothschild Asset Management (France).
Foto: Cobblucas, Flickr, Creative Commons. MiFID II supondrá para muchos profesionales independientes del mercado financiero el cese de su actividad
La directiva MiFID lleva en vigor desde 2007, coincidiendo con el inicio de la reciente crisis económica. Ocho años después nos encontramos con la necesidad de seguir mejorando el sistema financiero en Europa buscando la protección y seguridad de los inversores y la transparencia del sector, derivando hacia MiFID II.
Entre las distintas novedades que nos trae MIFID II, hay una que merece especial atención, la prohibición del cobro de retrocesiones que afectará de manera directa a agentes financieros y otros profesionales dedicados al asesoramiento independiente. El objetivo de esta medida es evitar el conflicto de intereses generado por la práctica de algunos profesionales, que recomiendan aquellos productos que mejores incentivos generan aun cuando no sean los más adecuados para sus clientes. Esto está muy bien, pero la eliminación de retrocesiones también tendrá consecuencias negativas para estos agentes financieros y profesionales independientes, ya que se verán obligados a ajustar su modelo de negocio y a enfrentarse, sin garantías de continuidad, a los nuevos retos.
Por un lado, será necesario segmentar a los clientes en clientes autogestionados, asesorados o gestionados, según el tipo de asesoramiento que necesiten.
La mayor parte de los clientes en España son clientes asesorados y, para poder asesorarles, será necesario firmar un contrato con ellos y cobrarles unas comisiones. A partir de aquí, ¿qué impedirá que se desate una guerra de “precios” para conquistar clientes? Seguramente nada. Cada entidad financiera o profesional independiente (EAFIs) será libre de establecer la comisión que considere oportuna y hará todo lo que esté en su mano para captar clientes.
Los márgenes de intermediación irán bajando y muchos agentes financieros y profesionales independientes (EAFIs) verán cómo sus cuentas de explotación se resienten cada vez más, obligando a muchos a abandonar el negocio.
Por otra parte, se incrementarán las exigencias de información, control y documentación, produciéndose un inevitable aumento de los costes operativos. Los diferentes profesionales independientes deberán ampliar la información que dan al cliente, ser transparentes y advertirles de los gastos y comisiones que les van a generar sus inversiones. Los profesionales del asesoramiento financiero tendrán que cumplir con más trámites administrativos, ya que deberán seguir estrictas normas para que los inversores puedan decidir, con garantías, acerca los productos más adecuados a su perfil.
Todo este panorama no va a ayudar en absoluto a que se desarrolle el asesoramiento independiente, más bien al contrario. Asistiremos a la desaparición de muchos profesionales tal y como ya ocurrió en Reino Unido.
Ahora es el mejor momento de plantearse nuevas formas de entender el negocio y prepararse ante la entrada en vigor de MiFID II. Los profesionales del asesoramiento financiero independiente tienen ahora la oportunidad de salir beneficiados de este nuevo marco legal, buscando fórmulas alternativas para poder mantenerse en el mercado con garantías. La asociación entre agentes financieros y otros profesionales del sector (EAFIs) es quizá la mejor opción, ya que permite aprovechar economías de escala, crecer rápidamente y minimizar los impactos negativos mencionados. Puede que los bancos y las empresas de gran tamaño estén mejor posicionados a priori para afrontar el nuevo marco regulatorio, pero los profesionales independientes que se asocien bajo una misma marca, compartiendo una misma plataforma de gestión, con un mismo know-how, conseguirán, sin duda alguna, alcanzar grandes metas y gestionar sus negocios con rentabilidad y éxito garantizados.
Crecer con seguridad y garantía profesional se debería convertir en el principal objetivo de cualquier profesional independiente, bien opere como agente financiero de una entidad de crédito o bajo la figura de EAFI. La unión hace la fuerza y es preferible ser cola de león que cabeza de ratón.
Antonio Castilla es socio director de Conecta Capital
Foto: Mortime, Flickr, Creative Commons. Se avecinan más subidas de rendimientos y más volatilidad en renta fija
El alza de los tipos de la deuda soberana europea ha pillado por sorpresa a los inversores. Pero es algo que ya se produjo en otras regiones, como Estados Unidos o Reino Unido, durante el periodo que estuvieron vigentes sus estímulos monetarios. Y todo parece indicar que es algo que se va a prolongar en el tiempo.
Los mercados de renta fija deberían seguir siendo bastante volátiles durante los próximos trimestres. No en vano, la volatilidad intradía está aumentando y cada vez son más frecuentes las variaciones, entre 10 y 20 puntos básicos por sesión. Y la subida de los rendimientos nominales amenaza con continuar de forma no lineal. La tendencia alcista de los tipos de la deuda pública europea responde a un ciclo de normalización tras un largo periodo de descensos que, de alguna manera, ha desajustado las valoraciones de los bonos hasta llevar a los rendimientos a territorio negativo y provocar una burbuja.
Probablemente, debemos esperar que el bono alemán supere un nuevo umbral durante los próximos meses. A diferencia del movimiento reciente experimentado por los tipos de la deuda, que se puede calificar como una corrección del valor “anómala” de los tipos reales, esta vez los datos macroeconómicos y las previsiones de inflación de la zona euro, que esperamos que mejoren de aquí a final de año, podrían ser verdaderos catalizadores.
En estas condiciones, la capacidad de los gestores de renta fija para reducir la sensibilidad de su cartera a los riesgos de tipos de interés seguirá siendo el factor que ofrece a los inversores las mejores perspectivas para conseguir rentabilidades superiores. En nuestro caso, apostamos por invertir en deuda con vencimientos que se sitúen entre tres y cinco años, que son los que mejor han resistido el movimiento de subida de la curva y a su vez también son los que han ofrecido las mejores primas de rendimiento.
Obviamente, una de las causas de este mejor comportamiento de los tipos cortos es la política que ha impuesto el Banco Central Europeo a sus tipos de interés. Respecto a la deuda corporativa, vemos valor en los títulos con calificación BBB y BB ya que, en nuestra opinión, en este segmento se pueden encontrar emisores que cuentan con una sólida posición de tesorería y reservas de liquidez tras llevar a cabo un saneamiento de sus negocios.
Artículo de Emmanuel Petit, Managing Director, responsable del Equipo de Renta Fija de Rothschild & Cie Gestion