CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Celso Flores
. Los próximos meses serán decisivos para los emergentes más débiles
El crecimiento económico en los países emergentes se ha deteriorado aún más en los últimos meses, debido principalmente a la ralentización del crecimiento del comercio mundial y a una nueva caída de los precios de las materias primas. Es evidente que está volviendo a crecer la presión. En muchos países, las autoridades se han visto obligadas a adaptar sus políticas al complicado entorno presente. El descenso de los ingresos por exportaciones debería verse compensado por un menor crecimiento de las importaciones para impedir un deterioro de la balanza por cuenta corriente, evitando así una mayor vulnerabilidad ante la inevitable primera subida de tipos de interés en EE.UU. de finales de este año.
Los países con una debilidad estructural de sus arcas públicas, como Brasil y Sudáfrica, soportan una presión aún mayor. Debido al endeble crecimiento económico, la recaudación fiscal está disminuyendo y los costes de la Seguridad Social están aumentando. El problema se ve agravado por la amenaza de rebajas de la calificación crediticia (rating). Un menor rating supone unos mayores costes de financiación y un déficit público aún mayor. Para impedir que esto suceda, los Gobiernos de Brasilia y Pretoria necesitan aplicar unas políticas fiscales más restrictivas. Ya lo están haciendo, aunque tímidamente, si bien esto basta para seguir ejerciendo presión sobre el ya discreto crecimiento económico.
Si el clima de inversión en ambos países no se hubiese deteriorado tanto como consecuencia de la política económica intervencionista de los últimos años y si se hubiera hecho más hincapié en la inversión en infraestructuras y en las reformas en el mercado de trabajo, la presión no hubiese sido tan intensa. Tanto Brasil como Sudáfrica tienen pocos sectores industriales competitivos. No tienen mucho de lo que echar mano ahora que los precios de las materias primas siguen sufriendo caídas tan pronunciadas, lo que explica por qué estos dos países han resultado especialmente afectados. Brasil ha entrado en una profunda recesión y Sudáfrica apenas crece un 2%, registrando la tasa de paro oficial una rápida subida hasta situarse en el 30%.
Ambos países atraviesan por una situación política turbulenta. Sus bancos centrales tienen que seguir subiendo los tipos de interés, puesto que continúa demostrándose que acometer reformas fiscales profundas es imposible. Por ejemplo, tras años de una rápida expansión de la Administración Pública, el 36% del presupuesto del Gobierno sudafricano se destina al pago de los sueldos de funcionarios. Y Brasil tendrá que afrontar problemas en los bancos estatales tras años de una proliferación del crédito irracional desde una óptica económica y movida por intereses políticos. Habida cuenta de estos riesgos crecientes para las arcas públicas, es necesario subir los tipos de interés para evitar una mayor crisis de confianza y otra fuga de capitales.
Afortunadamente, los bancos centrales sudafricano y brasileño reconocen la necesidad de una intervención. Saben que los tipos de interés estadounidenses subirán gradualmente en los próximos años, lo que normalmente trae consigo una repatriación de capitales hacia EE.UU. Esto afectará, sobre todo, a los países emergentes más vulnerables. Si no se resuelven a corto plazo los desequilibrios económicos, los mayores tipos de interés brindarán, al menos, cierta especie de protección. Los próximos trimestres van a ser emocionantes.
Maarten-Jan Bakkum, estratega senior de mercados emergentes de NN Investment Partners.
Foto: Daniel Zimmel. Inequidades en el retiro y planificación financiera
Interesante y preocupante un informe revelado por la senadora norteamericana Patty Murray, según el cual durante la etapa de retiro, las mujeres tienden a tener una probabilidad mucho más alta que los hombres de vivir en la pobreza en Estados Unidos. Según Murray, el ingreso anual promedio durante la etapa de jubilación de una mujer es alrededor de 16.000 dólares, el de un hombre se ubica en 30.000 dólares anuales. Y con un dato adicional: las mujeres dependen mucho más de los beneficios que otorga el seguro social.
Lógicamente esta disparidad refleja mucho lo que sucedió durante los años laborales, puesto que las mujeres tienden a ganar menos y en muchas ocasiones sus cotizaciones a fondos de jubilación son mucho más discontinuas que las de los hombres, porque las mujeres muchas veces dejan épocas sin cotización por cuidar los hijos o algún familiar enfermo, por citar las más comunes.
Si a lo anterior se le suma el hecho de que las mujeres tienden a ser más longevas (viven más años) y de que se pensionan antes, se tienen todos los ingredientes para que la conclusión a la que llegó la senadora Murray sea totalmente correcta.
En nuestros países latinoamericanos la situación puede ser peor, por las altas tasas de informalidad, que generalmente es un factor que afecta mucho más a las mujeres y, también, de que los salarios mínimos están en cabeza de mujeres mayoritariamente. Y existen otros factores como el hecho de que muchas mujeres son madres cabeza de familia, agravando aún más la situación.
Revertir una situación de este estilo pasa por varios factores, muchos corrigiendo lo de arriba: igualar salarios es una de las soluciones, y otras que no son muy populares, pero que vale la pena discutir, como igualar las edades de jubilación de hombres y mujeres. Pero también, pasa por saber que en vista de la extralongevidad femenina, los asesores financieros tenemos que enfocarnos en realizar procesos de planeación financiera durante la vida laboral para que ellas cuenten con fondos suficientes en el retiro para fondear gastos durante muchos más años.
Cambiar la ley no depende de los asesores, es algo que escapa a su alcance. Eso solo lo hace el gobierno. Pero sí, nuestra función, es proveer el conocimiento para que ellas, independientemente si están en Estados Unidos o en América Latina, no sufran por falta de recursos durante una edad donde todo debe ser disfrute.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Daniel Lobo. Greek Mattress Stash Up to 30% of GDP
El stock de dinero puesto en circulación por el Banco de Grecia aumentó en más de 5.300 millones de euros en junio hasta alcanzar la cifra récord de 50.500 millones, tal y como se observa en el gráfico. La deuda del banco central heleno con el resto del eurosistema en relación con el suministro de billetes es ahora de 22.800 millones de euros, lo que sitúa el déficit con el Sistema Europeo de Bancos Centrales en 107.700 millones de euros.
El stock de billetes es equivalente al 30% del PIB previsto para 2015 y suponían un 37% de los depósitos bancarios de los residentes de la zona euro en los bancos griegos a finales de mayo. En comparación, el stock de toda la zona euro es igual al 10% del PIB y al 9% de los depósitos bancarios.
El BCE admite un gran cambio en la preferencia por la liquidez de Grecia como consecuencia de la desconfianza del anterior ministro griego y los temores a un «Grexit» asociados. Su concesión de deliberada «asfixia de liquidez» es surrealista.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Dawn Ellner. Golpe de calor
Hace unos días con la excusa de visitar a un amigo en Alemania intenté evitar el sopor veraniego que nos azota en Zaragoza. Lejos de lograrlo, en Múnich hacía aún más calor (el aire acondicionado nunca ha estado de moda allí). En esta semana, a los ciudadanos griegos les ha debido de dar otro buen golpe de calor, pues pese a haber rechazado mayoritariamente en un referéndum un duro paquete de medidas impuestas por sus acreedores, su Gobierno ha aceptado posteriormente ajustes incluso más draconianos si cabe. Que se cumplan es “harina de otro costal”, a las pruebas me remito. Lejos de reconocer las autoridades europeas la ínfima posibilidad de recuperar el dinero invertido, el enfoque es subir impuestos reduciendo el efecto positivo en términos competitivos de la devaluación interna (caída de salarios) implementada. Nadie discute que es un problema más político que económico, pues con una deuda sobre PIB del 180% y un denominador (PIB) en caída libre, un 25% inferior al año 2008, es complicado lanzar un mensaje positivo.
Sin embargo, permítanme enfocar mis inquietudes no en Grecia, que va a ser un “enfermo” latente en el seno de Europa durante muchos años, sino en el evento del año, la posible subida de tipos de interés en EE.UU. Dos fechas hay que tener señaladas, 17 de septiembre y 28 de octubre, donde tendrán lugar sendas reuniones de la FED.
¿A favor? Racionalización de la política monetaria, tras 6 años con tipos en mínimos. Un primer paso fue la paralización del programa de compra de activos o QE. ¿En contra? Apenas existen subidas de salarios considerables ni presiones inflacionistas en materias primas, como consecuencia de la desaceleración económica en China. Realmente con un crecimiento medio del PIB del 2,2% en los últimos cinco años y una tasa de paro por debajo del 5,5% en niveles próximos al año 2007, pocos fantasmas se pueden ver a la hora de reconducir progresivamente el mayor periodo de la historia reciente de financiación a “coste cero”.
En este entorno de mercado, ¿recomendación para el verano? No creo que se haga la rentabilidad del año, por lo tanto prudencia. El mes de junio ha sido un primer aviso. Sin entrar a valorar que múltiplo se merece pagar por la recuperación en Europa, sí es interesante analizar varios catalizadores que desde la comunidad inversora se han venido defendiendo desde hace unos meses a la hora de “empujar” la renta variable europea frente al resto de mercados. Si tomamos el tipo de cambio, el dato sigue siendo favorable para nuestros intereses, pero en medida que en el primer trimestre (caídas interanuales del 12% vs. 22%).
Con el precio del petróleo ocurre de idéntica forma, pese a seguir siendo muy favorable, no hablamos de caídas interanuales del 60% sino del 35% a medida que nos acerquemos al cuarto trimestre del año. En términos de costes de financiación, aquí la realidad manda y vamos a tener tipos bajos por un largo periodo, no hay problemas. Una cifra resume estas y otras magnitudes, los márgenes empresariales medidos en términos de EBIT a nivel sectorial. Tan solo cinco sectores tienen unos márgenes sustancialmente menores frente a las métricas del año 2006-2007: petróleo, recursos básicos, telecomunicaciones y eléctricas. Ah, y bancos, lógicamente. ¿Trampas de valor o bien oportunidades de inversión?
Javier Alfonso Rillo Sebastián es gestor del fondo Ibercaja Alpha en Ibercaja Gestión.
Foto: Procsilas Moscas. Venezuela, al borde del abismo
”I guess things are gonna get much worse before they get better”. Eminem
Hay países que tienen un gran potencial y cuyos gobernantes tienen la manía de llevarlos al desastre con las políticas económicas más empobrecedoras posibles. El socialismo represor y depresor. Mientras aquí los populistas nos venden las soluciones mágicas de intervenir, devaluar, imprimir e inflacionar sin parar, allá donde se aplican solo dejan miseria. Venezuela, un país que he tenido el honor de conocer bien y que adoro, es uno de ellos.
Hace unos meses comentaba el camino hacia el precipicio llevado a cabo por el chavismo en “Venezuela y la pesadilla del petroestado”. Los resultados de la política económica no pueden ser peores: una caída estimada del PIB del 7% con una inflación usando el cálculo oficial del 168% (según HSBC y el FMI). Una inflación real del 615% si usamos la pérdida real de poder adquisitivo según el economista Steve H. Hanke. Más del 90% de las empresas expropiadas por el chavismo se encuentran en pérdidas o quiebra técnica. Todo lo que nacionalizan se pudre en una combinación de corrupción, intervencionismo y mala gestión. Y ante el desastre, Maduro amenaza a los que sobreviven.
Uno de los mayores grupos alimentarios, Polar, se ha mantenido en el país a pesar de amenazas y entorpecimiento estatal… Siempre desde una postura de colaboración con el gobierno. Pues se le culpa de todo y se amenaza con expropiarlo. Mientras las empresas alimentarias expropiadas, que controlan más del 50% del mercado de alimentos, destruían su producción, Polar se mantuvo en el país distribuyendo y creciendo a pesar de las dificultades hasta que el sabotaje interno y las amenazas la llevan al borde del cierre. El régimen chavista, como un virus, solo busca asaltar el tejido productivo, no mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. De las más de 1.500 empresas productivas expropiadas, el resultado ha sido caídas de la producción del 50% medio y pérdidas generalizadas. Muchas ya ni producen. Venezuela se sitúa entre los países más corruptos del mundo y el más corrupto de América Latina según Transparency International. Con 82 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, Venezuela tiene la segunda tasa de criminalidad más alta del mundo. A la corrupción y las expropiaciones desastrosas se añade una política monetaria de película de terror que ha hecho que el Bolivar “fuerte”, creado por Chavez irónicamente para atacar la inflación, se ha devaluado como casi ninguna moneda del mundo. Como dicen en mi querida Caracas, lo único fuerte del Bolivar es su devaluación. El tipo de cambio ha pasado de 6 bolivares por dólar a 200 bolivares por dólar en casi diez años. Imprimir para “redistribuir”… Miseria.
Las expropiaciones, inflación y la corrupción hacen que el nivel de desabastecimiento llegue a niveles extremos, hasta de un 90% en productos esenciales. El Tiempo denunciaba que los 30 millones de habitantes del país tienen asignado un día exclusivo a la semana para adquirir los productos más importantes, según anunció en enero el gobierno socialista de Nicolás Maduro.
Mientras, el gobierno tiene la desfachatez de hablar de bajada de la pobreza. Cuando se empobrece a todos, hay menos pobres en términos relativos, y cuando se desabastece a toda la población baja la desigualdad. Genial. Sin embargo la pobreza real supera el 55%. Muy por encima del 26% oficial aunque el gobierno se niega a publicar cifras oficiales recientes.
El salario mínimo interprofesional es de 29 dólares al mes. Ni un dólar al día. Descontando el impacto de la inflación, que en Venezuela supera ratios de doble dígito, el crecimiento real de Perú, Chile o Brasil en los últimos catorce años es más de tres veces superior al venezolano. Esto en un país que es de los más ricos del mundo en petróleo, que contaba con empresas líderes en sectores de todo tipo, y que ha desaprovechado la época en que disfrutó de unos precios del petróleo que se multiplicaron por diez para despilfarrar, destruir el tejido productivo y encima depender aún más del petróleo, mientras sus dirigentes populistas y los llamados boliburgueses se llevaban miles de millones de dólares.
La política “social” de devaluar, expropiar e intervenir ha llevado a la economía a una situación insostenible de escasez, empobrecimiento generalizado y represión. Imaginen lo mismo en un país sin petróleo como España. Venezuela es otro ejemplo de cómo el populismo y la política económica de las soluciones mágicas convierte el pan en piedras. Y solo deja miseria. Y, por supuesto, no olvidemos a los presos políticos y la represión. Pero hay esperanza. Venezuela es demasiado buena y su gente es mucho más grande que los opresores.
Todas las opiniones de Daniel Lacalle expresadas en sus libros, entrevistas y blog son estrictamente personales y no reflejan la estrategia o filosofía de ninguna otra entidad. Si le ha resultado de interés, puede acceder a sus publicaciones a través del siguiente link.
«Nos hemos enfrentado a adversidades en el pasado y, siempre, hemos salido más fuertes». Éstas bien podrían ser las palabras que Alexis Tsipras pronunciara en uno de sus discursos más fervorosos para movilizar al pueblo griego. Estas palabras, que pasarán a los anales de la historia, fueron articuladas por Richard Fuld el 10 de septiembre de 2008, cinco días antes de que Lehman Brothers, banco que presidía por aquel entonces, se declarara en bancarrota.
El paralelismo entre el colapso de Lehman y la situación actual del país heleno resulta tan evidente que predica lo peor para nuestro entorno económico y financiero. Hablemos directamente: el trasfondo no tiene nada que ver y, a diferencia de Lehman, que convulsionó la economía mundial de manera duradera, a la comunidad financiera le inquieta el impago de Grecia tanto como el que anunció recientemente Puerto Rico. Las interacciones en la economía mundial son limitadas, y los mercados financieros mantienen la calma ante una situación que consideran bien enmarcada por los bancos centrales.
Lo que nos resulta más sorprendente, en estos momentos de revuelo, es la constatación de hasta qué punto se han dejado de practicar virtudes como el sentido común y la visión del interés colectivo. En un mundo bien informado, educado y con experiencia en descalabros pasados, la razón debería primar y fundamentar unas decisiones que resulten aceptables para la gran mayoría.
Nada más lejos de la realidad: muchas decisiones están puramente influenciadas por la doctrina, la postura o la debilidad de aquellos que han sido designados para tomarlas.
El sistema de pensiones francés ilustra a la perfección esta tendencia a ignorar el bien colectivo. Los sistemas que vieron la luz en Europa después de la Segunda Guerra Mundial tenían como fundamento la solidaridad intergeneracional y una redistribución garantizada por los poderes públicos. Se trata de un sistema formidable en su concepción, si bien la evolución de nuestras sociedades le ha infligido un fuerte golpe: el descenso de la natalidad, la mayor esperanza de vida y la aparición del desempleo masivo han puesto rápidamente contra las cuerdas a la economía de nuestras pensiones.
Estos obstáculos han obligado a muchos Estados a acometer reformas en sus sistemas de pensiones: desde la década de 1970 en el caso de los países más previsores (Reino Unido y Chile), y a lo largo de la década de 1990 en el caso de Suecia, Alemania o Nueva Zelanda. Incluso Italia ha previsto una reforma de gran calado de su sistema de pensiones (que se remonta a los años 90), que se escalonará en diferentes etapas durante, nada más ni nada menos, 40 años.
En Francia, donde la edad de jubilación se redujo a los 60 años en 1982, no se ha emprendido ninguna reforma de envergadura. No obstante, el importe total de los gastos del sistema público de pensiones representa, en la actualidad, 294.000 millones de euros, es decir, una cifra que equivale al importe total de la recaudación tributaria bruta del Estado en 2014. Tanto los informes consecutivos, como las diferentes comisiones constituidas al respecto solo constatan, advierten y colman las lagunas de un sistema que genera, desde 2005, déficits permanentes —más de 9.000 millones de euros en 2014.
Desde hace 20 años, la reflexión en Francia se centra únicamente en el aumento del número de años y del importe de las cotizaciones a fin de pasar el testigo a los siguientes «responsables de la toma de decisiones» sin preocuparse lo más mínimo por la reforma fundamental del sistema.
La ironía de la historia es que, hoy en día, toda Europa reclama a Grecia la reforma de su sistema de pensiones, que consume el 14% de su PIB, un nivel considerado excesivo, si bien es idéntico al de Francia.
Si tuviéramos que convencer a los responsables de la toma de decisiones de la urgencia del asunto, valdría con mencionar dos cifras para reinstaurar el sentido común en la mesa de negociaciones: el 92% de la población francesa se muestra preocupada por el futuro de su sistema de pensiones y dos tercios de los jubilados manifiestan no vivir correctamente.
¿Y si, finalmente, Alexis Tsipras no estuviera completamente equivocado pidiendo la opinión de los principales afectados antes de adoptar decisiones cruciales para su futuro?
Didier Le Menestrel, presidente de La Financière de l’Echiquier
Photo: Santi Villamarin. Where Are the Most Interesting Opportunities in Equity Markets?
Hay varias razones por las que creemos que el momentum en los mercados de renta variable continuará. El crecimiento estadounidense va a continuar, Europa se está recuperando, tanto el BCE como el Banco de Japón están implementando políticas ultra acomodaticias, los grandes grupos están una vez más buscando hacer ofertas y se espera que los márgenes de las compañías europeas continúen mejorando.
Sin embargo, es probable que las ganancias de los índices sean más bajas que a principios de 2015 y el camino que tenemos por delante será complicado debido a la volatilidad persistente ocasionada por algunos factores como las negociaciones con Grecia, la política de la Fed y la crisis entre Rusia y Ucrania. Mantenemos nuestra preferencia por las acciones de los países desarrollados, especialmente de Europa y Japón, ya que las mejoras en los beneficios van a continuar y podrían sustentar los avances del mercado de valores.
Las valoraciones absolutas europeas pueden parecer caras, pero no son excesivas en términos ajustados al ciclo. Y en comparación con los mercados de bonos, las acciones todavía son atractivas. Preferimos la eurozona, los nombres cíclicos y los bancos. Las valoraciones de las acciones japonesas siguen sin estar caras y los últimos avances en materia normativa unidos al consiguiente impulso para el ROE deberían proporcionar apoyo adicional a los precios de las acciones.
En Estados Unidos, sin embargo, las valoraciones y los márgenes históricamente altos sugieren que debemos ser más cautos. Preferimos los títulos financieros y los cíclicos. Los valores financieros cotizan con valoraciones atractivas y deberían ganar con cualquier acción de la Fed, mientras que los cíclicos, especialmente en el sector de consumo, se beneficiarán de la reducción del desempleo y de los futuros aumentos salariales.
Por último, seguimos siendo selectivos en los mercados emergentes dado que se mantiene la disparidad tanto en lo que se refiere a los fundamentales como a las valoraciones.
Philippe Uzan es director de Inversiones en Edmond de Rothschild Asset Management (France).
Foto: DenP Images
. Enseñanzas del Tour de Francia para finanzas
Arrancó el Tour de Francia la semana pasada y en un país ciclístico, como Colombia, las enseñanzas que nos puede dar para nuestras finanzas personales son bastantes. Algunas personas no lo saben, el deporte nacional de Colombia es el ciclismo, no el fútbol; aunque aquí logran matarse (literalmente) por el fútbol, olvidando deportes que nos han dado mayores alegrías (de hecho, el fútbol, pocas).
Los equipos de ciclismo empiezan el recorrido con 9 hombres, de los cuales algunos no terminan. Dichos equipos tienen una mezcla de corredores que son buenos en el plano, otros buenos en montaña, unos tienen una combinación de los dos (sin ser deslumbrantes en alguna), y otros con un desempeño destacable en las contrarreloj. Como es de suponer, esta combinación lleva, a que en conjunto, se formen equipos sólidos, en los cuales unos corredores ayudan a otros, generalmente llevan al líder.
El líder tiene su talento, pero no puede con todo: si es bueno en montaña, trata de hacer un papel decoroso en el llano, jalonado por su equipo. No todos los corredores pueden estar en los primeros lugares, de hecho, muchos pierden horas respecto al líder de la competencia, sencillamente porque su función es jalar el lote cuando se necesita y retrasarse para darle la mano a un compañero cuando se requiere.
Las competencias ciclísticas, generalmente, comienzan con etapas llanas para, en la segunda y tercera semana, dar paso a la montaña. Y sucede que, los corredores que se destacaron la primera semana, se pierden durante las semanas siguientes. Por eso, no se puede dar como favorito a los sprinters que uno ve en todas las fotos de la semana uno, puesto que la alta montaña empezará a seleccionar a los más fuertes.
El símil que quiero desarrollar acá no es otro de cómo al mirar temas en finanzas personales como la planeación de inversiones, el ciclismo es un buen parámetro: tenga un equipo diversificado, con activos que respondan bien ante diferentes circunstancias y que en conjunto logre los resultados esperados. En ciclismo no se pueden cambiar los corredores del plano cuando llega la montaña, y así, en el portafolio de inversión no trate de cambiar sus activos de un momento a otro. Mantenga el equilibrio, para lograr resultados positivos.
Tenga un líder (portafolio núcleo) y deje que el resto del equipo lo ayude en lo que ese líder no es bueno: si su portafolio estrella (que lo determina su perfil de riesgo) es bueno cuando una economía está al alza, pero no tan bueno cuando el ciclo económico se afecta, rodéelo de activos defensivos, que soporten la volatilidad que le va a generar una desaceleración económica (por ejemplo). Y al igual que en los equipos ciclísticos, no espere que todos sus activos se ubiquen en los primeros lugares: algunas de sus inversiones tendrán, por finalidad, sencillamente ayudar al activo (portafolio) líder a que cumpla con el objetivo de ganar la competencia. Se quedarán rezagados, probablemente, pero ayudarán a que en el conjunto el resultado sea el esperado.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad de su autor, y no reflejan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.
Manuel Felipe García Ospina es gerente de la Escuela de Planificación Financiera en Old Mutual.
Wikimedia CommonsFoto: Stefan Krause. ¿Están preparados los gestores para aconsejar a sus clientes en este nuevo entorno de incertidumbre?
Seis años después del estallido de la gran crisis financiera, que ha sido tratada con remedios monetarios radicales, el mundo se enfrenta a un periodo de transición decisivo. Este año, hemos destacado en numerosas ocasiones las causas de este avance inexorable hacia un periodo de mayor inestabilidad.
El reciente repunte de la volatilidad en el precio de los activos financieros considerados como «sin riesgo» ha inaugurado este periodo de transición mundial. La falta de visibilidad sobre los efectos colaterales de los últimos sobresaltos de la crisis griega constituye claramente otra vicisitud. Si bien varios bancos centrales, como el BCE, siguen mostrándose muy activos, su capacidad para seguir desempeñando el papel de supresores de los riesgos en los mercados se ve ahora amenazada por la perspectiva de un repunte gradual de la inflación y su impacto en los mercados de renta fija.
Las gestoras de activos deben plantearse su preparación para gestionar, sin perjuicios para sus clientes, este nuevo periodo de incertidumbre y su capacidad para seguir aprovechando en paralelo las oportunidades a largo plazo que surjan (desde importantes innovaciones tecnológicas en ciertos sectores hasta las renovadas aspiraciones internacionales de China).
La gestión de los riesgos de mercado a todos los niveles en un periodo de transición es tan necesaria como compleja.
Es necesaria porque afecta a los elementos que determinarán quiénes son los ganadores y perdedores a largo plazo. El error sería conferir tanta importancia a reducir al máximo la volatilidad a corto plazo que nos olvidemos de los factores a largo plazo.
En lo que nos concierne, nos parece esencial, por ejemplo, seguir posicionándonos geográficamente en empresas que sepan aprovechar la amplitud de las reformas aplicadas por la economía china. Otro ejemplo, en el plano sectorial y con la lógica de que sólo hay un ganador (the winner takes it all), tan habitual en el ámbito de Internet, es aprovechar las oportunidades históricas que ofrecen algunos de los grandes ganadores del sector. Seguimos aumentando nuestros esfuerzos para identificar y captar mejor que nunca las grandes tendencias clave del futuro.
No obstante, la gestión de los riesgos también es una labor muy delicada. Requiere discernir de forma clara entre los riesgos efectivos —la posibilidad de sufrir pérdidas «permanentes»— y la volatilidad —la sucesión de fluctuaciones que ponen a prueba la sangre fría de un gestor pero que, al final, no son más que humo—. La presión que ejerce la necesidad de desendeudamiento de los Estados, el margen de actuación limitado de los bancos centrales —ya muy dilatado— y las restricciones que imponen las normativas al sector bancario han debilitado a los amortiguadores tradicionales de la volatilidad. Mientras, la coincidencia de las grandes transiciones anteriormente mencionadas refuerza la inestabilidad intrínseca de los mercados.
Por lo tanto, la nueva era a la que nos enfrentamos exigirá que soportemos un mayor nivel de volatilidad, siendo más disciplinados que nunca en la gestión de riesgos con el fin de poder aprovechar con serenidad las verdaderas fuentes potenciales de beneficios a largo plazo. La aplicación de procesos simples en teoría pero técnicos en la práctica será un factor decisivo para lograrlo: dominar la estrategia Long-Short —que permite generar alfa con poco riesgo de mercado—, los posicionamientos denominados Barbell —que abarcan, por una parte, convicciones sólidas aunque volátiles y, por otra, activos con escasa rentabilidad pero muy estables—, la selección de activos poco correlacionados, las estrategias relativas en diferentes partes de la curva de tipos de interés, el uso de estrategias de diversificación en divisas, etc.
La antropología y la historia de las crisis económicas nos muestran que los grandes periodos de transición siempre han acarreado maldiciones para algunos y grandes oportunidades para otros. La primera condición para formar parte del segundo grupo es utilizar la lucidez para evolucionar, adaptarse, fortalecerse y analizar de forma positiva, sin prejuicios, el universo de posibilidades que se abre ante nosotros.
Este consejo está dirigido tanto a los gobiernos — desde Atenas y Bruselas hasta Moscú y Pekín, pasando por Washington y Tokio —como a los inversores.
Opinión de Didier Saint-Georges, miembro del comité de Inversiones de Carmignac Gestion.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: See-Ming Lee. Bajo la volatilidad de las bolsas chinas se esconden oportunidades de inversión a largo plazo
El presidente Xi es el más fuerte que ha tenido China en muchos años; como dirigente con mentalidad reformista, sigue adelante en su exitosa cruzada contra la corrupción, lo cual favorece a las reformas pero perjudica al crecimiento económico. La economía se mantiene relativamente débil, un hecho palpable desde hace más de un año, aunque la reforma contra la corrupción es necesaria para sentar bases sólidas a largo plazo. Como dato positivo, se observa una recuperación del mercado inmobiliario físico inducida por los recortes de tipos de interés aplicados por el banco central, algo muy bien acogido por los mercados.
Acciones cotizadas en Shanghái: volatilidad extrema pero oportunidades selectivas
Volviendo a los mercados de valores, conviene especificar con claridad a qué mercados nos referimos exactamente. Comenzando con las acciones A de Shanghái, actualmente presentan una volatilidad extrema después de experimentar un fortísimo recorrido alcista; se trata de un mercado dominado por inversores minoristas locales que han ido buscando valoraciones hasta niveles muy altos en sectores «candentes» de moda, como las TI. Prevemos una incesante volatilidad, con condiciones difíciles que ocuparán los titulares de los medios.
No obstante, esto brinda una oportunidad para los seleccionadores de acciones como nosotros, dado que los inversores minoristas apenas han reparado en las empresas maduras de gran capitalización y alta calidad. En consecuencia, la corrección actual presenta interesantes puntos de entrada para incorporar a la cartera ciertas acciones A cotizadas en Shanghái, aunque siendo sumamente selectivos. Últimamente hemos estado comprando acciones que ofrecen un atractivo potencial de revalorización fundamental, y en estos momentos tenemos alrededor del 3%-6% invertido en acciones A.
Acciones cotizadas en Hong Kong: la calidad es primordial
La mayoría de nuestra cartera está invertida en acciones chinas cotizadas en Hong Kong. Dada la trayectoria alcista de las cotizaciones bursátiles, el sector financiero es, en nuestra opinión, la mejor propuesta de valor que queda, por lo que estamos explorando nuevas oportunidades allí. Hemos venido incorporando títulos inmobiliarios, por ejemplo China Overseas Land, ante los indicios de mejoría en las transacciones y precios que está mostrando el mercado inmobiliario físico.
También seguimos hallando nuevas posiciones orientadas al crecimiento, y no perdemos nuestro optimismo sobre las posiciones de crecimiento que ya mantenemos en cartera como, por ejemplo, Tencent y AIA Group (situadas entre las principales tres mayores posiciones en los fondos), así como valores como Shenzhou International y Lenovo. Nuestra estrategia sigue siendo concentrarse en los negocios de mayor calidad con sólidos flujos de efectivo. Creemos que estos criterios les permitirán prosperar y aumentar su competitividad en un duro entorno operativo caracterizado por un crecimiento más lento, además de generar mejores beneficios que las empresas más débiles.
Acciones cotizadas en EE.UU.: nuevas oportunidades
También cabe mencionar las acciones chinas cotizadas en Estados Unidos (las ADR), las cuales se incluirán en los índices MSCI en el cuarto trimestre del año. Actualmente asistimos a una oleada de privatizaciones que experimentaron un rápido aumento a lo largo de junio. Los accionistas mayoritarios, respaldados por capital privado, llevan un tiempo aprovechando las bajas valoraciones inducidas por el sentimiento negativo de Estados Unidos hacia China. Nuestra posición invertida aquí alcanza aproximadamente el 10%, pero hemos ido elevando nuestra exposición.
Una cosa es la economía y otra la bolsa
No cabe duda de que cada vez hay más noticias y titulares acerca de China, y esto suscita inquietud en muchos inversores. Nosotros mantenemos la cautela con respecto a la economía china, pero es importante no confundir la economía con las rentabilidades de la bolsa. Continuamos hallando interesantes oportunidades de inversión y muchas de nuestras participaciones, a nuestro juicio, están bien valoradas a los precios actuales.
Columna de opinión de Charlie Awdry, portfolio manager de la estrategia China Opportunities, en Henderson Global Investors.