Es imprescindible una nueva política presupuestaria

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Es imprescindible una nueva política presupuestaria
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Steve Morton. Es imprescindible una nueva política presupuestaria

El BCE, que vuelve a reunirse hoy, anunció hace semanas en su anterior meeting una ampliación de su programa de flexibilización monetaria, por segunda vez. Las medidas del programa consisten en ampliar la monetización de la deuda tanto pública como privada, en hacer descender todavía más los tipos de interés en territorio negativo y en refinanciar la banca a tipos nulos, incluso negativos, para estimular la oferta de crédito.

Tales medidas, aunque necesarias, son insuficientes. Incluso el presidente del BCE, Mario Draghi, tiene dudas, hasta el punto de no descartar una solución monetaria radical consistente en dar dinero a los ciudadanos europeos. Vemos, pues, que ha variado profundamente el tono de su discurso. Él, que antes abogaba por el rigor presupuestario, ahora ya piensa en políticas de estímulo y en la reducción de impuestos. Así, por ejemplo, en junio de 2013 manifestaba que “para inspirar confianza, los responsables políticos deben respetar fielmente sus programas de ajuste presupuestario”. En cambio, en la última conferencia de prensa de hace semanas aludía a “reformas estructurales dirigidas esencialmente a fomentar la inversión pública y reducir los impuestos”. De un modo más preocupante, Mario Draghi llegó a exponer que faltaba “claridad sobre el futuro de nuestra unión monetaria”. El presidente se muestra ahora más circunspecto que en julio de 2012, cuando dijo que haría cuanto fuese necesario para salvar el euro.

Para ello hacen falta reformas estructurales, dirigidas principalmente a incrementar el nivel de la demanda. El cambio de orientación presente, pues, va más allá de una simple nota discursiva. En efecto, la política monetaria constituye una negación de las teorías monetaristas, concebidas por Irving Fisher (1867-1947) y Milton Friedman (1912-2006). Existe, según ambos economistas, una relación casi directa entre la cantidad de moneda y la inflación. Si la cantidad de moneda aumenta, los precios deben ajustarse en la proporción del aumento, aunque la velocidad de la moneda (entendida como el número de veces que una unidad monetaria cambia de manos en un periodo determinado) permanezca estable.

Teniendo en cuenta que la moneda es al mismo tiempo un bien mantenido en reserva y un bien en circulación, constatamos que el beneficio de su creación se ve contrarrestado por otros fenómenos. El BCE crea reservas monetarias, mientras que la banca comercial crea flujo monetario mediante depósitos y créditos. Al ralentizarse el flujo monetario, el BCE debe compensar incrementando la reserva monetaria.

Un acreedor benévolo

El incremento de la reserva monetaria sirve, básicamente, para refinanciar a los Estados, ya que su deuda pública se utiliza como garantía para la creación monetaria. Sin la refinanciación del BCE, este mismo endeudamiento, que crece con fuerza, habría asfixiado la economía en detrimento del ahorro de particulares y empresas (a través de los balances de la banca y de las compañías de seguros). Así, pues, los Estados han encontrado un acreedor benévolo que les permite refinanciarse a un tipo nulo, incluso negativo. El BCE, pues, libera los balances de las instituciones financieras. De forma incidente, esta deuda pública está en el centro de toda la cosmografía financiera. Es deuda pública que es descontada por los bancos centrales. Es la misma deuda pública cuyo tipo de interés pasa a ser negativo. Es todavía esta deuda pública la que los Estados, amparándose en las prerrogativas de acuñación de moneda y de creación de impuestos, exigen que bancos y compañías de seguros les financien sin exigir la menor garantía en fondos propios. Es la misma deuda pública que los Estados emiten como garantía de la liquidez de la banca.

Coagulación

Las medidas adoptadas por el BCE han permitido aportar liquidez a los circuitos monetarios, pero la creación de moneda se muestra ineficaz por razones que los académicos empiezan a identificar. Así, este modelo de refinanciación de la deuda quizás no conduzca al resultado deseado de inyectar dinero a la economía productiva, ya que la moneda sigue un trayecto público (a través del redescuento de la deuda pública). Por otra parte, la creación monetaria queda estancada en los balances bancarios sin transmitirse con rapidez suficiente a la economía productiva en forma de créditos. Efectivamente, la economía es víctima de una crisis de la demanda: el consumo y la inversión no bastan para generar demanda de crédito. ¿Por qué es insuficiente esta demanda? No es una algo fácil de explicar. Intervienen factores diversos en proporciones difícilmente discernibles: el envejecimiento de la población, la revolución digital (que modifica profundamente el papel humano en la productividad e impide ejercer una presión al alza sobre los salarios), el adelgazamiento de la clase media y el empobrecimiento de una parte creciente de nuestras comunidades europeas, la desigualdad de las rentas, etcétera. Además, la flexibilización cuantitativa europea es, por naturaleza, menos eficaz que la puesta en marcha por la Reserva Federal de los Estados Unidos, donde organismos públicos y empresas acuden directamente a los mercados para financiarse, sin someterse a los balances de la banca. Allí, pues, el efecto de la transmisión de la flexibilización monetaria a la economía productiva es más inmediato y eficaz.

A pesar de los vientos en contra, el BCE debe continuar inyectando dinero. Podemos intuir que la institución reducirá más, si cabe, los tipos de interés y prolongará la creación de moneda de un modo decreciente hasta más allá del mes de marzo de 2017. Siendo así, no será posible para ninguna moneda sobrevivir a rendimientos negativos prolongados, sin descartar la posibilidad de entrar en una dimensión desconocida del patrón monetario; principalmente porque la deuda pública, convertida en garante del dinero y cuya sostenibilidad no es posible conseguir salvo mediante el recurso a tipos de interés negativos, constituye la base de esta inversión monetaria.

El BCE, expuesto al riesgo

Cuando el BCE llegue al final de la flexibilización cuantitativa, es poco probable que exija el reembolso de los bonos soberanos acumulados. Estos se sustituirán por otros títulos que se emitirán en aquel momento. Peor sería, sin duda, que la economía europea no se recupere y que la deuda pública continúe creciendo, inexorablemente, en proporción al PIB. Entonces, de modo ineludible, se requeriría del BCE la refinanciación de los Estados, por su incapacidad de asegurar la financiación de estos a través de las entidades financieras locales o extranjeras. El riesgo de insolvencia de los Estados se trasladaría entonces al BCE, cuyo balance serviría para consolidar una parte creciente de la deuda pública. En tanto que guardián de la moneda, el Banco Central Europeo debería responsabilizarse de la estabilidad de la deuda pública. Le correspondería absorber en su balance, de modo residual, los efectos de la crisis económica, a través de la refinanciación de los Estados. Devendría incluso la herramienta esencial para salir de la crisis de los bonos soberanos.

En tal contexto, ¿cuáles son las perspectivas económicas? Para mí, las principales son dos.

  • En primer lugar, es necesario retirar temporalmente las ataduras presupuestarias. Inevitablemente, los Estados deberán suspender la obligación de retorno al equilibrio presupuestario y del desendeudamiento estructural impuesto por el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento. Dicho pacto exige disminuir el 5% de excedente de deuda pública cada año, a fin de conseguir que la deuda pública no represente una proporción superior al 60% del PIB. La proporción del 60% no es casual: era uno de los requisitos de acceso a la zona euro en 1999. Dicho requisito se combina ahora con la denominada “regla de oro”, que exige no sobrepasar un déficit “estructural”; es decir, sin tener en cuenta riesgos coyunturales, igual al 0,5% del producto interior bruto (PIB). No siendo posible la devaluación monetaria “externa”, Europa ha impuesto la devaluación “interna”: la contracción presupuestaria y la moderación salarial, lo que se traduce en la exigencia de planes de austeridad. Pero el desendeudamiento exigido, además de imposible dada la carga creciente que representa la financiación de las pensiones, no es deseable. De hecho, el endurecimiento presupuestario de los Estados desembocaría en el abandono de una de las pocas vías de estímulo del crecimiento. Y con austeridad no saldremos de la recesión. Resulta inútil flexibilizar la política monetaria si los Estados no relajan las obligaciones presupuestarias, ya que crear dinero sin afectación resulta inútil. Así, pues, según mi parecer, los economistas que defienden la restricción del crédito a ciegas alegando que los tipos de interés son bajos están equivocados, y quizás no supieron leer correctamente la teoría económica. De hecho, los tipos negativos son un indicio inequívoco aportado por los mercados financieros y el BCE de que debe financiarse a los Estados sin transmitir la sangría del pago de intereses a las generaciones futuras. En un periodo de tipos bajos, el déficit presupuestario destinado a financiar las infraestructuras productivas es un imperativo.
  • Entonces, es posible que los años que vendrán se caractericen por una “represión financiera”: medidas coercitivas destinadas a obligar a la banca y a las compañías de seguros a financiar a los Estados a tipos extremadamente bajos. Por lo demás, esto ya sucede a través de reglamentaciones que eximen a las entidades financieras de cubrir la posesión de bonos soberanos imponiendo cargas al capital accionarial.

En resumen, el BCE acierta al sostener que la política presupuestaria debe tomar el relevo de la política monetaria. Sería recomendable suspender (o adecuar según el país) el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento, y autorizar un estímulo presupuestario más significativo, sobre todo porque los Estados se financian a tipos negativos. Sin embargo, a pesar de los dictados del BCE, los gobiernos europeos parecen mostrarse reticentes ante esta vía, porque en el momento presente las divergencias en la visión del dinero y de la deuda afloran con virulencia. Para algunos países, la monetización de la deuda es inadmisible, ya que esta debería financiarse con capital previamente constituido, y no con dinero creado de la nada. Sin salir de la crisis, habría un riesgo auténtico de cisma monetario en la zona euro. Y es aquí donde reside el peligro real de la política monetaria y presupuestaria.

Opinión de Bruno Colmant, responsable de Análisis Macro en Bank Degroof Petercam

AB: “Adaptarse correctamente a los cambios tecnológicos marcará la diferencia en la rentabilidad de las empresas”

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AB: “Adaptarse correctamente a los cambios tecnológicos marcará la diferencia en la rentabilidad de las empresas”
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Mark Strozier. Be on the Right Side of Change

Las empresas están teniendo dificultades para hacer crecer sus beneficios. Aquellas que están adecuadamente posicionadas para adaptarse a los cambios deberían estar en mejores condiciones para aumentar sus beneficios y conseguir rentabilidades en un contexto global de limitado crecimiento.

Los márgenes de beneficios de las empresas son hoy en día mucho más altos que la media desde principios de la década de 1950. Estos niveles de rentabilidad son muy altos, incluso si se tiene en cuenta que la actividad económica de Estados Unidos se ha desplazado hacia modelos de negocio más intensivos en capital (por ejemplo, servicios y tecnología), que inherentemente generan mayores márgenes.

Pero no todas las empresas o las industrias se enfrentan a la misma presión sobre el crecimiento de sus beneficios. En particular, los cambios impulsados por la tecnología, la regulación o los cambios estructurales en mercados específicos son excelentes fuentes de crecimiento potencial, incluso en un mundo con limitaciones en las ganancias. La búsqueda de empresas que se han adaptado a estos cambios es una de las varias formas en la que los inversores activos pueden capturar exceso de rentabilidad con un horizonte a largo plazo.

Usar la tecnología correctamente

Los cambios tecnológicos no se tratan sólo de Internet o las redes sociales. Solo hay que ver el sector retail, donde las nuevas tecnologías y los sistemas de información permiten a las empresas beneficiarse de grandes cantidades de datos sobre el comportamiento del cliente. Las empresas que reconocen este potencial y en consecuencia, utilizan estas herramientas para profundizar las relaciones con sus clientes, son capaces de hacerlo mejor que sus rivales.

La fabricación es otro ejemplo de esto. Las empresas que están a la vanguardia con formas innovadoras de fabricar tienen una mayor flexibilidad en la gestión de sus negocios, lo que supone una forma eficaz de aumentar la rentabilidad.

Por ejemplo, cuando analizamos Nike en 2015, descubrimos innovaciones que hacían probable que mejoraran significativamente el potencial de crecimiento de las ganancias de la compañía. Nike puede añadir sofisticados chips a algunas de sus zapatillas de deporte y esto le permite a profundizar su relación con los clientes, ofrecer productos personalizados. También está utilizando una nueva tecnología de fabricación automatizada llamada Flyknit que permite a los clientes personalizar sus pedidos con un trabajo mínimo.

¿Por qué hay tanta diferencia entre nuestro punto de vista y el del resto? Se debe a que la mayoría de los analistas no están evaluando correctamente cómo se están filtrando las nuevas tecnologías en los procesos empresariales. El beneficio potencial de esto está un par de años más allá de su horizonte. En un mundo cortoplacista, la construcción de modelos reflexivos, independientes como éstos puede marcar la diferencia a la hora de elegir las acciones que destacan entre la multitud.

El factor de la innovación

No son sólo los gigantes como Nike los que están convirtiendo la innovación en oportunidades de inversión. Cada vez es más fácil encontrar gente cambiando el mundo gracias a que las barreras tradicionales, capital y tiempo, están disminuyendo drásticamente como consecuencia de los avances tecnológicos.

Hoy en día, las nuevas ideas se puede transformar en negocios por sólo una fracción de lo que costaba antes gracias a la disminución exponencial y continuada de los costes de la informática. Por ejemplo, los gastos necesarios para una start-up tecnológica se han reducido en aproximadamente un 95% desde la era punto-com de la década de 1990. Y el potencial disruptivo es enorme. Otro ejemplo es el cambio en la publicidad de los periódicos impresos hacia el mundo digital, que ha tenido un profundo impacto sobre los beneficios tanto para las compañías tradicionales de medios de comunicación como el New York Times, como para los nuevos líderes como Google (Display, a la derecha ). Para los inversores, el reto es entender cómo se desarrollan los cambios que transforman las perspectivas de rentabilidad en una amplia variedad de empresas.

Más allá de las industrias tradicionales

Esto a menudo requiere una comprensión de temas generales que trascienden las industrias y sectores tradicionales. Por ejemplo, el aumento de la conciencia medioambiental está impulsando los esfuerzos mundiales para hacer frente a los retos como las emisiones de carbono, el agua potable, la disponibilidad de alimentos y el saneamiento. El apoyo a las políticas y los avances tecnológicos están haciendo que el sector de la energía tienda a descarbonizarse inevitable. Y los costes de la energía renovable, como la energía solar o las baterías de iones de litio, para coches eléctricos están cayendo drásticamente. Creemos que muchos inversores han subestimado el potencial disruptivo de las mejoras exponenciales de los costes.

Los cambios como estos se están abriendo grandes oportunidades de inversión. Se estima que durante los próximos 15 años, se invertirán 4 billones de dólares en nueva capacidad de energía solar y eólica. Las industrias en este sector están muy fragmentadas, y ofrecen grandes oportunidades de crecimiento para quienes sobrevivan.

Sin embargoidentificar los objetivos para una inversión requiere un esfuerzo sustancial de analisis que permita comprender la dinámica tecnológica y el negocio de muchas empresas cotizadas que operan en las industrias nacientes. Mediante la búsqueda de empresas que se encuentran en el lado correcto de estos cambios, creemos que los inversores estarán bien posicionados para hacer crecer sus ganancias, incluso cuando las condiciones de negocio en general, se encuentran paralizadas.

Frank Caruso es CIO de US Growth Equities en AB y Daniel C. Roarty es CIO de Global Growth e inversione temáticas.

Agentes financieros: visión a largo plazo

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CUNEF acogerá el XXIV Foro de Finanzas de la Asociación Española de Finanzas (AEFIN)
Foto: AlfonsoBenayas, Flickr, Creative Commons. Agentes financieros: visión a largo plazo

Las entidades financieras estamos inmersas en un profundo cambio en nuestro modelo de negocio. Una transformación sustentada en dos grandes revoluciones que se están produciendo en paralelo: tecnológica y regulatoria. Dos grandes desafíos que van a acompañar al sector financiero en los próximos años y que van a cambiar la relación entre banca y cliente.

Sin embargo, todo gran cambio lleva habitualmente aparejado cierta resistencia. En países donde la transformación digital o las medidas regulatorias se han puesto en marcha antes que en España (sobre todo el aspecto regulatorio) también se ha percibido este fenómeno. Y sin duda en el ámbito de la banca privada y sus redes internas no son una excepción.

Si nos centramos en el negocio de agentes financieros muchos de estos cambios pueden interpretarse como una opción favorable sólo para los intereses de la entidad financiera. Sin embargo, la realidad es que en el medio y largo plazo también va a favorecer la labor de los agentes a la hora de trabajar con su red de clientes.

Y es que es importante entender que se trata de un proceso complejo y que puede llevar tiempo interiorizar. Se ha producido un profundo incremento en las medidas regulatorias que todas las entidades deben adaptar en sus mecanismos internos, pero que ayudará a sentar las bases delasesoramiento y pondrá a disposición de los agentes una hoja de ruta a la hora de relacionarse con los clientes. La digitalización, por su parte, mejorará la eficiencia de los procesos internos y liberará tiempo de la actividad diaria de los asesores, además de muchas otras ventajas directas para aquellos clientes con un perfil más digital.

La clave radica, por tanto, en cambiar nuestra visión. Pasar del pensamiento a corto plazo al medio/largo. Las entidades financieras estamos en medio del proceso de implementación de todas las medidas requeridas por el regulador y ahora es el momento de reflexionar sobre cómo vamos a trasladar al cliente los resultados de esta transformación. Nuestra labor reside en ser capaces de explicar bien a cada uno de nuestros clientes que esta revolución actual repercutirá en un mejor servicio a futuro.

Conseguir este reto necesita de algo que ya era fundamental en la relación entidad – agente financiero: la confianza entre ambas partes, en la que habrá que apoyarse mucho durante los próximos meses/años. Se trata de un ambicioso cambio que precisa la combinación de esfuerzos. En el caso de la entidad a la hora de trazar correctamente el planteamiento estratégico y en el caso de los agentes financieros mediante la aportación de su experiencia y conocimiento en el cumplimiento de la estrategia.

Nos enfrentamos claramente a un momento clave en el negocio bancario. Los próximos años van a traer un buen número de desafíos que debemos afrontar con unidad e ilusión, porque nos van a permitir establecer mecanismos que mejoren la relación con el cliente y cimienten el sector financiero del futuro.

Columna de Pilar Cordón, responsable de agentes financieros de Deutsche Bank Wealth Management, que participará en el evento de Agentes Financieros organizado por iiR próximamente en Madrid.

 

Un vistazo a Corea del Norte

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Un vistazo a Corea del Norte
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: (stephan) . A Glimpse into North Korea

Durante una reciente visita a Asia, tuve la oportunidad de unirme a una visita guiada a la zona desmilitarizada que separa Corea del Norte y Corea del Sur. Esta zona abarca 4 kilómetros de ancho y ha servido como una zona de separación entre los dos estados desde el Acuerdo de Armisticio de la Guerra de Corea en 1953.

A falta de un tratado de paz que ponga fin de forma oficial a la guerra de Corea, los países permanecen técnicamente en guerra, lo que hace que el complejo industrial de Kaesong tenga difícil fabricar, pero también ofrecer cosas más interesantes para los visitantes.

El complejo, situado justo al norte de la zona desmilitarizada, ha fabricado productos para la exportación a su vecino del sur desde 2004. Según las agencias de noticias mundiales, hay 124 empresas surcoreanas que operan en esta zona y nuestro guía nos informó que algunos de los más de 50.000 trabajadores de Corea del Norte puede llegar a ganar alrededor de 100 dólares al mes por sus servicios.

Si estas cifras son exactas, estos trabajadores ganan sólo el 6% de la renta media de un hogar de Corea del Sur. Sin embargo, con una inspección más cercana, nos damos cuenta de que esta instalación está menos centrada en los márgenes de beneficio y más en la reunificación. Un concepto al que se hizo referencia en varias ocasiones a lo largo de nuestro recorrido.

A pesar de esta positividad, por desgracia mi visita coincidió con un cierre indefinido del complejo industrial de Kaesong, una respuesta por parte de Corea del Sur al lanzamiento de un cohete de largo alcance por Corea del Norte. Si bien esta no es la primera vez que el complejo ha tenido que cerrar, hay que señalar que las últimas veces lo había hecho por iniciativa de Corea del Norte. Si vamos a ver un proceso de reconciliación de cara al futuro, este frente sigue siendo objeto de debate.

Aunque no sabemos si es bueno o no que las luces están apagadas en Kaesong, mi experiencia es que el comercio no está completamente ausente en la región. A lo largo del viaje vi varios otros autobuses cargados de turistas en múltiples paradas, que como yo habrían pagado por hacer la visita. Además, ya fuera en el Área de Seguridad Conjunta, el tercer túnel de infiltración o el Observatorio Dora, encontramos tiendas de regalos que nunca estaban lejos. Esto me dio la oportunidad de comprar llaveros, figuras y licor –un destilado de arroz- que supuestamente llegaban desde el norte.

Desde mi punto de vista, es imposible saber cómo es realmente la vida en Corea del Norte, al norte de la zona desmilitarizada. Si Corea del Norte nunca verá proyectos como Kaesong, aún tiene que conocer el camino hacia el desarrollo económico. Pero me gustaría pensar que algún día voy a poder volver a esta fascinante región para poder invertir.

Colin Dishington, CA, es analista en Matthews Asia.

Los economistas están sobreestimando la inflación de la zona euro

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Los economistas están sobreestimando la inflación de la zona euro
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: JJBAS. Discounting Discounts

A menudo los bancos centrales tienen como objetivo controlar la inflación, y al hacerlo la mayoría se refiere a la inflación general. Pero si un banco central tratara realmente de controlar la inflación general, estarían cambiando los tipos de interés cada pocos meses, y es muy probable que cambiaran de dirección cada vez. Tanto los precios del petróleo como de los alimentos son muy volátiles y pueden tener un gran impacto en la cifra de inflación de un mes a otro. Basta pensar en lo que la política monetaria habría sido si los bancos centrales hubieran tratado de compensar las fluctuaciones en los precios del petróleo en el último par de años. En cualquier caso, la política monetaria tiene poco efecto en los precios de la energía.

Así que los bancos centrales deberían tener en cuenta efectivamente la inflación subyacente, ya que es una cifra mucho más estable. Por supuesto, los mercados son plenamente conscientes de esto y, por esta razón, no necesitan recibir grandes sorpresas en los datos de la inflación subyacente para desencadenar una reacción agresiva.

Los mercados son bastante buenos comprendiendo los movimientos de la inflación subyacente, que sube o baja en función del ciclo económico o de las expectativas de los consumidores. Pero hay un factor que rara vez se tiene en cuenta y que puede provocar una volatilidad en la inflación bastante significativa: la estacionalidad.

El impacto de la estacionalidad en el precio de los bienes y servicios puede ser muy importante. Por ejemplo, el precio de la ropa o los billetes de avión puede moverse hasta un 20% entre la temporada de rebajas y el ajuste de precios posterior cuando se acaban. Y esto puede tener un impacto relevante en el índice agregado de precios subyacente.

Dado que por lo general expresamos la inflación como el cambio porcentual en los precios de una cesta de bienes y servicios en relación con el año anterior, en principio los descuentos que se realizan durante las rebajas deberían tener escaso efecto sobre la inflación. Si las ventas se llevan a cabo cada año en un mes determinado debería haber poco impacto: los precios bajan este año, pero también lo hicieron el año pasado, con lo que los efectos se anulan.

A pesar de que en teoría es cierto, este argumento choca con la cruda realidad de que la estacionalidad podría no ser constante en el tiempo y que puede cambiar drásticamente a lo largo de los años. La zona euro es el mejor ejemplo de esto. De hecho, como podemos ver en el gráfico, los factores estacionales han cambiado radicalmente desde la introducción del euro. Desde hace una década y media, las ventas de enero tenían un impacto negativo en la inflación subyacente de algo más del 0,5%, mientras que las ventas de julio no tenían casi ningún efecto. Esta contribución ha aumentado con el tiempo a aproximadamente el -2% de las ventas de enero y casi el -1% para las ventas de verano.

Los factores estacionales tienen que sumar cero a lo largo de un año. Esto significa que unas ventas más agresivas en enero implican un aumento de los precios más agresivo durante los siguientes meses (por ejemplo, febrero y marzo). Esto incrementa la volatilidad de la inflación subyacente a lo largo del año.

Este drástico cambio en el patrón de estacional es mucho más visible en la zona euro que en otros países desarrollados como Estados Unidos o Reino Unido, donde la inflación tiende a tener un carácter estacional mucho más estable. Así que, ¿qué podría haber causado tal evolución en el patrón estacional de la inflación subyacente de la zona euro?

Hay pocas razones. La primera es de carácter técnico más que una razón económica y se refiere a los cambios en la metodología estadística utilizada para contar las ventas y los descuentos estacionales.

Esto significa que la mayoría de los países europeos tuvieron que modificar su metodología para realizar las estadísticas de los precios y calcular la inflación. Por otra parte, no todas las oficinas de estadística de los diferentes países decidieron introducir las nuevas mejoras metodológicas al mismo tiempo. Como resultado de ello, parece que en las rebajas en la zona euro se han vuelto más populares recientemente, mientras que puede ser que simplemente se miden ahora con mayor precisión.

Si la inflación subyacente se ha vuelto más volátil en el transcurso del año debido a los cambios de los factores estacionales, también se ha vuelto más difícil de prever dado que ni los modelos estadísticos ni la evaluación económica pueden hacer fácilmente frente a tales cambios en el patrón estacional. Esto también significa que el cambio en el patrón estacional podría haber creado una estacionalidad que sorprenda al mercado en lo que se refiere a la inflación subyacente (la lectura real en relación con las expectativas del consenso) (véase el gráfico 2).

La evidencia sugiere que éste es el caso. Desde 2004 la inflación subyacente siempre ha sorprendido a los mercados a la baja en enero, julio y noviembre. Curiosamente, parece que con el tiempo, los mercados se han acostumbrado y el grado de sorpresa ha disminuido con el tiempo. Por el contrario, los mercados han subestimado la inflación subyacente en marzo y en menor medida en septiembre.

La hipótesis de los mercados eficientes nos dice que esto no debería estar sucediendo. Si hay un sesgo estacional que persiste en los datos, el mercado debería poder capturarlo. Tal vez los economistas no son tan buenos captando patrones sistemáticos como el mercado, pero al menos parecen estar aprendiendo: los economistas están sobreestimando la inflación de la zona euro, y lo hacen por mucho más en enero de lo que lo hacían antes, a pesar del aumento de la estacionalidad. El mercado (y especialmente los economistas) pueden no ser tan rápidos como sugieren las hipótesis de los mercados eficientes, pero con el tiempo se las arreglan para descontar los patrones.

Joshua McCallum y Gianluca Moretti son economistas especializados en renta fija de UBS AM.

Dónde vemos las oportunidades en un contexto de menor crecimiento

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Dónde vemos las oportunidades en un contexto de menor crecimiento
Foto: Ana Guzzo, Flickr, Creative Commons. Dónde vemos las oportunidades en un contexto de menor crecimiento

2016 comenzó con un crecimiento anémico impulsado principalmente por varias razones: el descenso del precio del petróleo, la devaluación continuada del yuan y los temores sobre una posible recesión en Estados Unidos. Esta tendencia bajista continúa, y por ello, en Schroders nos mostramos prudentes acerca del crecimiento global. De este modo, hemos reducido nuestras previsiones de crecimiento global al 2,4%, desde el 2,6% anterior. Las previsiones para Europa son del 1,4% desde el 1,5% y en Estados Unidos del 2,4% la hemos reducido al 2,1%. Para los mercados emergentes nuestras estimaciones se han reducido del 3,9% al 3,6%. El crecimiento se mantiene, pero nuestras previsiones se centran ahora en un mundo que presenta un menor crecimiento, menos inflación y unas políticas monetarias más acomodativas.

Siendo este el contexto, mantenemos nuestra visión neutral sobre la renta variable en general, dado que la mejora de las valoraciones se ha visto empañada por la ralentización cíclica. En esta clase de activos, priorizamos los activos estadounidenses con beta reducida y revisamos al alza nuestra visión sobre los mercados emergentes a neutral, ya que los niveles de riesgo, por ahora, han disminuido. La visión positiva en Estados Unidos se debe a que el crecimiento de los beneficios se mantiene estable y la gran calidad de los mercados estadounidenses y su carácter más defensivo hace que éstos sean una opción de inversión atractiva frente a otras regiones. En cuanto a los mercados emergentes, las últimas medidas aplicadas por los responsables políticos chinos con el fin de impulsar la economía, el repunte de los precios del cobre y el mineral de hierro y la mejora del riesgo político en Brasil apuntan a que los riesgos emergentes, por ahora, se han mitigado.

En cuanto a la renta fija gubernamental, mantenemos una visión positiva en duración, aprovechando el carry positivo de los países expuestos a las materias primas, como Australia, si bien la inflación y el crecimiento se sitúan por debajo de la media. Continuamos percibiendo un incremento de la volatilidad a causa de la incertidumbre que genera la política monetaria de los bancos centrales. Dentro de este segmento, revisamos al alza nuestra visión sobre los bonos ligados a la inflación estadounidenses hasta positivo. Los rendimientos reales siguen cayendo y, actualmente, las reducidas previsiones de inflación podrían verse impulsadas por una recuperación de los precios de las materias primas.

En cuanto a la  deuda corporativa con grado de inversión, estamos positivos tanto en Estados Unidos como en Europa. El primero porque a pesar del reciente repunte, las valoraciones siguen siendo atractivas en términos históricos y la deuda de las empresas se mantiene en niveles asequibles. En cuanto a Europa, el contexto de tipos reducidos y la fase más temprana del ciclo crediticio deberían reactivar la temática del carry, dado que la confianza a corto plazo se ha estabilizado. Además el anuncio por parte del BCE de que incluye este activo dentro de su cesta, hará que la demanda aumente.

Respecto a la deuda corporativa de alto rendimiento, preferimos Estados Unidos en vista del interesante nivel que muestran los diferenciales. La recuperación de los precios de la energía ha avivado ciertos temores en los mercados sobre los sectores de energía y minería, lo que ha llevado de nuevo a los inversores a fondos de alto rendimiento, lo que ayudará a absorber las emisiones actuales en esta clase de activos.

Columna de Leonardo Fernández, director del canal intermediario de Schroders, que participará el lunes en el evento de iiR sobre agentes financieros.

 

Los márgenes empresariales se disparan en las compañías japonesas

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Los márgenes empresariales se disparan en las compañías japonesas
Photo: Moyan Brenn. Japan's "Show Me the Money" Corporate Governance

El hecho de que, gracias a las políticas puestas en marcha por la administración Abe, las compañías japonesas estén apostando con fuerza por la rentabilidad es un factor de gran importancia para los inversores en renta variable japonesa. Es «la guinda del pastel» en la mejora del gobierno corporativo que durante mucho tiempo hemos destacado en nuestros análisis sobre Japón. De hecho, aunque el aumento del número de consejeros independientes y otras cuestiones de gobernanza son muy importantes a medio plazo para Japón, creemos que es de suma importancia que los inversores entiendan que el mensaje de la rentabilidad ha calado de verdad en las corporaciones japonesas durante la última década. Así lo demuestra la divergencia en los márgenes empresariales frente a la tendencia en el crecimiento del PIB. El primer gráfico revela que, a pesar de que el crecimiento del PIB se ha mantenido bastante apagado, los márgenes se han disparado.

Desde la era Koizumi, Japón ha emprendido importantes racionalizaciones en la mayoría de las industrias, que a menudo han visto como su número de competidores se ha reducido de siete a tres. Los frutos de esta reestructuración han madurado de forma más lenta que en el mundo occidental, ya que quedaban ocultos tras una serie de crisis (la caída deLehman, las turbulencias en China, la fortaleza del yen y por supuesto, el terremoto de 2011 y el accidente nuclear de Fukushima). Pero desde que se puso en marcha ‘Abenomics’, el contexto en Japón ha sido estable y no ha habido crisis domésticas, permitiendo así que los frutos maduraran.

Los datos del segundo trimestre de 2015 sobre los beneficios corporativos en general (no sólo de las sociedades cotizadas) publicados recientemente continúan con esta tendencia al alza, revelando que la media del margen de beneficios antes de impuestos de cuatro trimestres seguidos alcanzó un nuevo récord de 5,26%. Esperamos que los márgenes se amplíen aún más en los próximos trimestres, gracias a nuevas racionalizaciones industriales y reducción de costes. También vale la pena mencionar que los beneficios relacionados con las divisas no son el único factor de esta mejora, ya que el margen de beneficio de las industrias de servicios también registró un  nuevo máximo histórico, como se muestra en el segundo gráfico.

 

Por supuesto, esta mejora de la tendencia de rentabilidad estructural se ha materializado plenamente para los inversores globales, pero sigue habiendo un número considerable de escépticos en Japón. Sin embargo, los márgenes empresariales del segundo trimestre han aumentado tanto que este grupo debería eliminar sus dudas y por lo tanto, existe una cantidad significativa de capital extranjero que todavía puede fluir hacia las bolsas japonesas.

Conclusiones:

  • Los años de progreso en las reestructuraciones corporativas han quedado ocultados por las crisis globales y domésticas.
  • La ‘guinda del pastel’ en la mejora en el gobierno corporativo: las compañías japonesas se preocupan ahora incluso más sobre los márgenes de beneficios.
  • El dividendo pagado por las compañías que forman parte del índice japonés TOPIX está aumentando y esperamos que la cifra se doble en los cinco años que van de 2013 a 2018.
  • Además de la rebaja del impuesto de sociedades puesta en marcha en abril, Abenomics está teniendo un efecto muy positivo en las ganancias debido a un yen más normalizado y una mayor desregulación, que deberían hacer subir gradualmente los márgenes empresariales.
  • La pobre demografía está ligada al crecimiento del PIB, pero en los países con una fuerte automatización y eficientes capacidades pueden compensar completamente esto. Tal y como muestran los gráficos, incluso aunque el crecimiento del PIB nominal esté prácticamente plano, los beneficios empresariales pueden aumentar de forma pronunciada en Japón gracias al incremento de la productividad y a través de la internacionalización.

Columna de opinión de John Vail, estratega jefe de Nikko AM

Cinco razones que explican por qué los beneficios empresariales de Japón van a seguir creciendo

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Cinco razones que explican por qué los beneficios empresariales de Japón van a seguir creciendo
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: L'Ubuesque Boîte à Savon . Japan's "Show Me the Money" Corporate Governance

Dada la desaceleración vista en el cuarto trimestre en la economía mundial, no es de extrañar que los márgenes de beneficio corporativos en Japón se hayan ralentizado también durante ese período. Pero antes de entrar en pánico y de decir que este dato está a punto de caer en picado, hay que darse cuenta de que probablemente sería necesaria una recesión mundial para que se produzca un retroceso de esa magnitud y que el período 2005-2007 mostró que los márgenes de beneficio pueden estabilizarse en un nivel alto durante un período prolongado de tiempo. De hecho, la media de cuatro trimestres sigue subiendo ligeramente a niveles sin precedentes, y al igual que la mayor parte del resto del mundo, mientras la actividad del sector manufacturero está disminuyendo, el sector no manufacturero se está acelerando a niveles récord. Además, las ganancias japonesas son mucho mejores que las de los Estados Unidos o Europa.

El hecho es que, en parte debido a los estímulos económicos proporcionados por Abenomics, las empresas japonesas continúan su cambio estructural para mejorar la rentabilidad. De hecho, aunque el aumento del número de consejeros independientes en las empresas y las mejoras en otros temas de gobernabilidad son muy importantes a medio plazo para Japón, lo que es realmente crucial para los inversores es entender que gran parte del mensaje de que es necesario aumentar los niveles de rentabilidad,  en realidad fue puesto en marcha por las corporaciones japonesas hace una década.

Esto se demuestra por la divergencia en los márgenes de beneficio de la tendencia en el crecimiento del PIB en el siguiente gráfico, que muestra que a pesar de que el crecimiento del PIB se ha mantenido moderado, los márgenes de beneficios se han disparado. Desde la era Junichirō Koizumi -primer ministro de 2001 a 2006-, Japón ha emprendido importantes procesos de racionalización en la mayoría de las industrias. En la mayoría de los casos el número de empresas del sector pasó de siete a tres. Los frutos de esta reestructuración han madurado más lentamente que en los ejemplos del mundo occidental, y además han estado ocultos por una serie de crisis (la caída de Lehman, las turbulencias en China, la fortaleza del yen y por supuesto, la crisis de Tohoku), pero desde que comenzó a desarrollarse Abenomics , el contexto global de Japón ha sido estable y no ha habido crisis internas, permitiendo así que los frutos maduren.

Los datos CY4Q15 sobre los beneficios globales de la empresa (no sólo de las sociedades cotizadas) han revelado recientemente, como era de esperar, algo de aplanamiento en esta tendencia al alza, con un margen de beneficio antes de impuestos de los cuarto trimestres tocando ligeramente por encima del nuevo nivel récord de 5,36%. Desde Nikko AM, esperamos que los márgenes de beneficio se aplanen en los próximos trimestres, en parte debido al proceso en marcha de racionalizaciones de la industria y a la reducción de costes, pero también impactado negativamente por la fortaleza del yen. Como ya dijimos anteriormente, el margen de beneficio de las industrias de servicios también ha marcado a un nuevo máximo histórico, tal y como podemos ver en el segundo gráfico.

También hay que destacar que las estadísticas del Ministerio de Finanzas no incluyen los ingresos después de impuestos, y debido a los recientes recortes de impuestos a las empresas, es probable que el margen de beneficio neto se amplíe significativamente.

Conclusiones

  1. No es probable que el margen de beneficio de la empresas japonesas en general vaya a darse la vuelta en base a cuatro trimestres, mientras que creemos que el sector de servicios se mantendrá fuerte.
  2. La implantación de nuevas mejoras de gobierno corporativo hace que ahora las empresas se preocupen aún más ahora por la rentabilidad y sus accionistas.
  3. El dividendo pagado por TOPIX está creciendo y se espera que se duplique en los cinco años que van desde el 2013 hasta 2018.
  4. La pobre demografía pueden estar vinculada con la falta de crecimiento del PIB, pero es probable que países como Japón, que tienen fuertes capacidades de automatización y altos ratios de eficiencia, continúen compensando completamente este factor.
  5. Tal y como muestran los gráficos, incluso si el crecimiento del PIB nominal es bastante tenue, los beneficios empresariales pueden aumentar mucho en Japón debido a los aumentos de productividad. Por lo tanto, la debilidad de las estadísticas del PIB nacional no deben preocupar mucho a los inversores. De hecho, normalmente, el sector de servicios sería el más perjudicado por un PIB débil, pero la rentabilidad del sector servicios de Japón ha sido muy fuerte a pesar las flojas cifras de crecimiento y se espera que esto continúe, lo que, en gran medida, debería disipar los temores de los inversores.

John Vail es estratega jefe de Nikko AM.

¿Podrá la Fed adoptar una política monetaria completamente diferente a la del BCE y el Banco de Japón y resistir a la presión que llega desde China?

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¿Podrá la Fed adoptar una política monetaria completamente diferente a la del BCE y el Banco de Japón y resistir a la presión que llega desde China?
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Billie Ward. China: Real or Imagined Economic Improvement?

El ambiente de ‘más bajos durante más tiempo’ que estamos experimentando ha hecho necesario que los bancos centrales pongan en marcha algunas medidas extraordinarias. Las medidas del Banco de Japón, que adoptó tipos de interés negativos, y las últimas del BCE, junto con una mejora de la rentabilidad empresarial y las crecientes señales de estabilidad en los mercados de crédito, han ayudado a proporcionar un contexto en el que los activos de riesgo se ven más favorables.

De hecho, han dado lugar a un terreno desconocido para los bancos. Nuestra opinión es que, al menos en Europa, las medidas del BCE van a tener probablemente un saldo neto positivo para los beneficios de los bancos y las presiones en el sector deberían empezar a disminuir. Sin embargo, la confianza del mercado sigue siendo ‘yendo y viniendo’ entre la creencia de que los bancos centrales tienen suficientes herramientas de política monetaria como para frenar las presiones deflacionistas y estimular el crecimiento, y los temores a que se les hayan acabado las medidas, tal y como pudimos ver tras las reacciones iniciales cuando el BCE cerró la puerta a nuevos recortes de los tipos de interés.

En Estados Unidos, un gran número de participantes del mercado estimaba que el país podría entrar en recesión este año, pero los datos económicos han empezado a cambiar, registrando buenas cifras en los datos de empleo de Estados Unidos y otras áreas, que han ayudado a aliviar las condiciones financieras. Pero llegados a este punto, hay que incorporar a China a estas expectativa.

Como observadores de China, estamos tratando de interpretar si la reciente mejora en la confianza está respaldada por una mejora económica real o imaginario. Es evidente que ninguno de los problemas estructurales que hemos identificado anteriormente parece haber sido abordado: el banco central está apuntando a una tasa de crecimiento 6-6,5% para este año y los grifos de liquidez se han encendido, pero, en última instancia, creemos que China está beneficiándose del ciclo en lugar de una mejora estructural.

Para Estados Unidos, la cuestión clave abre un camino divergente: ¿Será capaz la Fed de adoptar una política monetaria completamente diferente a la del BCE y el Banco de Japón y funcionar con independencia de la presión que llega por la desaceleración de China? Creemos que el dólar está listo para subir aún más, pero necesita un catalizador que podría llegar de la mano de una nueva subida de los tipos de interés por parte de la Fed, aunque esto no vaya a ocurrir hasta junio.

En Europa, persiste la incertidumbre por una posible salida de Reino Unido de la Unión Europea. El llamado ‘Brexit’. Las encuestas on line parecen decantarse inequívocamente a favor de quienes abogan por abandonar la UE, mientras que los resultados de las encuestas telefónicas están inequívocamente a favor de la permanencia por un amplio margen. Las figuras más relevantes de la vida política se han atrincherado en ambos lados del debate, pero esto no ha disminuido la incertidumbre, que se intensifica a medida que nos acercamos al referéndum, convocado para el 23 de junio.

La libra ha sido el principal instigador en la campaña. Las previsiones del mercado estiman que el nivel adecuado de la libra frente al dólar es de 1,50 si Reino Unido permanece en la UE y de 1,20 frente al dólar si abandona. A medida que evoluciona la intención de voto, la libra se ve cada vez más maltratado y esto se volverá un punto más interesante conforme se acerque la fecha. La incertidumbre está haciendo que cada vez sea más difícil para el Banco de Inglaterra mover los tipos de interés, a pesar de las relativamente buenas cifras del mercado de trabajo. Nuestro análisis estiman que la primera subida de tipos se produciría en abril de 2019, aunque algunos analistas la sitúan ya en el año 2020.

Mark Burgess es director de Inversiones para EMEA de Columbia Threadneedle.

 

El problema de la banca europea está más relacionado con la falta de visibilidad sobre sus beneficios que con su solvencia

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El problema de la banca europea está más relacionado con la falta de visibilidad sobre sus beneficios que con su solvencia
Foto: MegWills, Flickr, Creative Commons.. El problema de la banca europea está más relacionado con la falta de visibilidad sobre sus beneficios que con su solvencia

En el último consejo de gobierno del BCE celebrado en marzo, Mario Draghi, realizó unas declaraciones en las que mostraba su preocupación por el daño que los tipos de interés negativos estaban causando al negocio de los bancos. Por ello, en este artículo vamos a analizar cómo está realmente el sector bancario europeo.

Por un lado, parece claro que los tipos negativos han venido para quedarse, y estos tipos bajos impactan en la rentabilidad que la banca es capaz de generar para el accionista (ROE) en un doble sentido: (i) actualmente el exceso de reservas que los bancos mantienen en el BCE se remunera al tipo de la facilidad marginal de depósito que es el -0,40%, lo que tiene un impacto directo negativo en la cuenta de resultados; (ii) los márgenes de negocio se reducen, ya que los tipos a los que se retribuyen los depósitos no bajan con la misma intensidad con la que la que lo hacen los márgenes a los que se cobra por prestar.

Por otro lado, como aspectos positivos es relevante resaltar que: los bancos europeos están mejor capitalizados, ya que a día de hoy tienen 800.000 millones euros más de capital que en el inicio de la crisis en 2007, están más regulados, han sido sometidos a una revisión de la calidad de sus activos (AQR) y varios “Test de stress” y por último pero no menos importante, no hay crisis de liquidez. Lo cual se evidencia en el hecho de que los bancos han reducido la financiación que obtienen del BCE en más de la mitad (aproximadamente 700.000 millones de euros) desde sus niveles máximos en 2012 (ver gráfico 1). Además, en el caso de que la amplia liquidez del mercado se secase, existen numerosos mecanismos de cortafuegos creados por el BCE para evitarlo, incluido el recientemente anunciado TLTRO II.

A tenor de todo lo comentado se podría afirmar que el problema de la banca europea está más relacionado con la falta de visibilidad sobre sus beneficios que sobre su solvencia. Al fin y al cabo, es muy difícil que el sector bancario en su conjunto vuelva a ser igual de rentable que en el pasado, debido a que sus beneficios ya de por si presionados a la baja se tendrán que repartir entre mayor número de accionistas (los 800.000 millones de euros comentados anteriormente). No obstante, también parece razonable pensar que cuando las acciones de los bancos europeos están cotizando en media a ratios de 0,64x valor contable (ver tabla 2), existen oportunidades puntuales en el mercado que se deben aprovechar. Para ello nuestra recomendación sería hacerlo a través del fondo de renta variable europea Invesco Pan European Equity, que presenta una exposición al sector bancario cercana al 17%, contando con los bancos Intesa San Paolo y HSBC dentro de sus 10 principales posiciones.

Si bien desde el punto de vista de rentabilidad-riesgo lo más recomendable es invertir en niveles más seguros dentro de la estructura de capital de los bancos, es decir, deuda y asimilables, la cual se verá beneficiada por la mayor solvencia de la banca sin verse perjudicada por su menores beneficios. En este segmento, a nivel de producto la apuesta por excelencia es la gama de tres fondos de deuda financiera de Lazard Freres Gestion (Objectif Variable FI, Objectif Crédit FI y Objectif Capital FI) los cuales con un nivel de menor a mayor riesgo respectivamente, invierten en los diferentes tramos de deuda (senior, subordinada y CoCos) ofreciendo a día de hoy una expectativa de rentabilidad atractiva en el entorno del 3%-6%, eso sí con niveles de volatilidad algo superiores a los fondo de renta fija clásicos.

Columna de opinión de Pablo del Río Gago, socio-director de Inversiones de Orienta Capital A.V.,S.A.