La inversión en dividendos no es lo que solía ser, ¿cuál es el mejor enfoque en el mercado de hoy?

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La inversión en dividendos no es lo que solía ser, ¿cuál es el mejor enfoque en el mercado de hoy?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Moyan Brenn. La inversión en dividendos no es lo que solía ser, ¿cuál es el mejor enfoque en el mercado de hoy?

No hace mucho, invertir en acciones de altos dividendos era una forma de inversión de valor. La rentabilidad por dividendo de una acción es simplemente su dividendo anual dividido por el precio actual de la acción (rentabilidad = dividendo/precio), por lo que el inversionista orientado a la rentabilidad prefería acciones baratas, aunque el foco estuviera más en el numerador de esta ecuación. Sin embargo, desde la crisis financiera ha cambiado la composición del segmento de dividendos del mercado de valores. En general, ahora contiene más riesgo y menos valor.

Considere el gráfico 1. Ordenamos 10 sectores económicos en el índice S&P 500 según sus rentabilidades por dividendo. También incluimos las previsiones de la relación precio-beneficios (P/E) para cada sector. La primera tabla muestra datos del año 2001. La segunda muestra niveles de valoración recientes. Se produce una yuxtaposición interesante de rentabilidades y relaciones P/E en las dos tablas. En el año 2001, cuatro de los cinco sectores de alta rentabilidad por dividendo también eran baratos según los cálculos de proyecciones de P/E. Recientemente, lo contrario es válido, con cuatro de los cinco sectores de mayor rentabilidad siendo más caros que el mercado amplio según la relación P/E.

Marzo de 2001 es una fecha importante para este análisis, porque es exactamente un año después del máximo del mercado y aproximadamente dos años antes de la aprobación de la Ley de conciliación de desgravación fiscal para los puestos de trabajo y el crecimiento de 2003, que redujo las tasas de impuestos sobre los dividendos calificados al mismo nivel que los aplicados a las ganancias de capital a largo plazo. En otras palabras, en perfecta retrospectiva, 2001 era un excelente momento para preferir las rentabilidades por dividendo altas; las acciones de crecimiento todavía eran caras y el tratamiento fiscal de los dividendos estaba a punto de mejorar.

Un interesante hallazgo de la investigación es que si dividen las acciones en cinco quintiles, ordenados por rentabilidad por dividendo, el que ha tenido el mejor rendimiento en el largo plazo es el segundo quintil (tal como se muestra en el Anexo B). Intuitivamente, esto tiene sentido. Algunas de las acciones de más alta rentabilidad por dividendo llegan a ese estado porque las bases de la empresa enfrentan problemas, lo que lleva al mercado a prever un recorte de los dividendos. El segundo quintil de pagadores de dividendos generalmente se ve como más sostenible. Esto se debe en parte a los mayores niveles de deuda entre las acciones de más alta rentabilidad. El múltiplo promedio de deuda/EBITDA para el quintil de más alta rentabilidad es 3,0 veces más alto que la empresa promedio en el índice S&P 500.

En el nivel de seguridad individual, creemos que la mayoría de los inversionistas reciben un mejor servicio al no “buscar la entabilidad”. Sin embargo, en el nivel de cartera, hay diversos pasos que los inversionistas pueden dar para posiblemente aumentar la rentabilidad natural proveniente de sus acciones favoritas. Estos varían de lo mundano a lo más exótico:

  • Comprar acciones internacionales: Al asignar una parte de su exposición a los valores a acciones no estadounidenses, muchos inversionistas pueden ver una mejora en la rentabilidad. Por ejemplo, el índice MSCI EAFE Index de acciones de mercados desarrollados de Europa, Australia y el Extremo Oriente tiene una rentabilidad por dividendo del 3,5 %, aproximadamente un 1,4 % más que el índice S&P 500.
  • Capturar” dividendos: Dependiendo del período de tenencia del inversionista estadounidense, los ingresos por dividendos se pueden considerar como “calificados“ y aplicarse una tasa de impuestos más baja (actualmente la misma tasa que para las ganancias de capital a largo plazo). El inversionista luego puede “traspasar” los ingresos a otra acción que paga dividendos para repetir el proceso. Existen costos de transacción asociados con esta estrategia, y los precios de las acciones a menudo caen en la cantidad del pago de dividendos en la fecha ex-dividendo. No obstante, hay investigaciones que sugieren que esta estrategia históricamente ha producido rentabilidades superiores al mercado.
  • Incluir una asignación a deuda high yield: La deuda high yield a menudo se consideran como el primo cercano del mercado de valores debido a su mayor potencial de riesgo y recompensa. En febrero de 2016, los rendimientos de estos bonos habían alcanzado niveles altos de un solo dígito. Si corresponde, los inversionistas en acciones pueden complementar sus requisitos de rendimiento con una pequeña asignación a esta clase de activos, a la vez que conservan la propiedad de sus acciones de crecimiento favoritas de menor rentabilidad.

La inversión en dividendos ha cambiado durante los años y, como consecuencia, también debería hacerlo el enfoque de los inversionistas a ella. En nuestra opinión, los inversionistas deberían centrarse principalmente en la sostenibilidad de los dividendos de una empresa, antes que en el solo tamaño de su rentabilidad por dividendo. Más específicamente, estudie las bases subyacentes de la empresa para evaluar su capacidad de mantener, y hacer crecer, sus pagos de dividendos con el tiempo.

Eddie Perkin es director de Inversión de Capital y líder del equipo ‘value’ de Eaton Vance Management.

A vueltas con MiFID II

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A vueltas con MiFID II
Foto: anvica, Flickr, Creative Commons. A vueltas con MiFID II

Hace apenas dos meses, la Comisión Europea propuso retrasar un año la entrada en vigor de la Directiva revisada de Mercados de Instrumentos Financieros, conocida como MIFID II, con la que Europa pretende fortalecer la protección de los inversores y dotar de una mayor transparencia el sector financiero.

La decisión fue tomada después de que la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA) informara a Bruselas de que ni las autoridades nacionales ni los actores del mercado estaban preparados para asumir los requisitos técnicos que demandaba la aplicación MIFID II en enero de 2017.

El retraso de la aplicación de la directiva es, por tanto, la respuesta de Europa a la petición del sector de disponer de más tiempo para adecuar los sistemas a las exigencias técnicas que entraña la puesta en marcha de MiFID II.

Pero, ¿qué requisitos deberán cumplir los agentes financieros que conforman estos sistemas? Cuando la CNMV adapte la directiva MiFID II, cualquier profesional que trabaje con inversores, ya sea a través de entidades financieras, empresas de servicios de inversión o EAFIs, deberá acreditar unos conocimientos mínimos para cumplir con sus obligaciones.

En España contamos ahora con CISI (Chartered Institute for Securities and Investment), entidad sin ánimo de lucro y certificadora europea reconocida por el máximo organismo regulador en Europa, Financial Conduct Authority (FCA), para certificar los conocimientos, la integridad y la ética en el sector financiero, tras acreditar a más de 8000 profesionales en nuestro país.

Con oficinas representativas en los centros financieros de Dublín, Singapur, Hong Kong, Filipinas, Dubái, Bombay, Colombo y Barcelona, CISI cuenta con casi 50.000 miembros en 121 países y sus certificados están reconocidos por 40 reguladores internacionales, más allá de las fronteras de nuestro país.

La certificadora británica ofrece cualificaciones que van desde la introducción a los valores y la inversión hasta certificados de nivel superior en gestión de patrimonio e inversiones que exploran la gama de activos y productos de inversión disponibles en el mercado a nivel avanzado y, a su vez, recogen en su totalidad las directrices de ESMA del 17/12/15. Los exámenes para conseguir estos certificados CISI son globales y transparentes, se realizan en un centro examinador, y todas las preguntas están extraídas de un único temario según el modelo anglosajón, es decir, un único material en diferentes idiomas para los alumnos de todo el mundo. Destaca, asimismo, que conseguir un certificado CISI no necesita renovación y, una vez obtienes una de sus cualificaciones y entras a formar parte de su comunidad, proporciona acceso a la formación continua, según las exigencias de la FCA en el Reino Unido, y ahora también de ESMA según MiFID II.

Columna de Albert Ricart, fundador de C&R IFA EAFI, S.L., que participó en el encuentro “Agentes Financieros” de iiR España.

Japón, a punto de cerrar ‘la ofensiva de primavera’

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Japón, a punto de cerrar ‘la ofensiva de primavera’
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: PV9007. Japan's "Spring Offensive"

Japón ha entrado estas semanas en lo que se conoce como la «ofensiva de primavera» anual o en japonés «Shinto». El término se refiere a las negociaciones salariales anuales que se producen entre marzo y finales abril entre los sindicatos y las compañías. En un esfuerzo por revitalizar la economía, el primer ministro, Shinzo Abe, ha estado presionando al sector privado para aumentar los salarios de los trabajadores y tratar de reactivar el consumo. Sin embargo, los titulares de prensa han expresado gran decepción por una desaceleración en el crecimiento de los salarios y tildan la situación como un «fracaso de Abenomics» Sin embargo, para obtener una imagen real de la situación salarial de Japón, es importante tener en cuenta tanto la cifra de crecimiento en tanto los salarios base como el pago de bonos. A pesar de que el incremento del salario base puede haber perdido fuerza desde el año pasado, las perspectivas en el pago de bonos es más positiva.

En general, las subidas de los salarios base en Japón van a ser probablemente menores que el año pasado, lo que refleja la incertidumbre económica provocada por la reciente fortaleza del yen y la desaceleración de sus principales socios comerciales, entre los que se encuentra China. Por otra parte, el pago de bonos puede ser mayor gracias a unas cifras de beneficios corporativos récord. La atención de los medios se centra en la subida del salario de base a los empleados de los principales fabricantes de Japón, sobre todo en los sectores del automóvil y de la electrónica, ya que a menudo marcan la tendencia de las negociaciones salariales en el resto de sectores. Hasta el momento, los aumentos de la base salarial han sido más bajos que el año pasado y los medios han entrado en una especie de frenesí anunciando el «fracaso Abenomics». Sin embargo, parecen ignorar el hecho de que los trabajadores de algunas de esas compañías están recibiendo grandes cheques de bonificación que aumentarán su compensación total por encima del nivel de año pasado, cuando las ganancias de la base salarial fueron superiores.

Además, las presiones salariales son ahora más fuerte en las pequeñas y medianas empresas que en las grandes corporaciones. El consejo de la Unión Metalúrgica de Japón, que incluye los sectores automotriz y electrónica, informó recientemente que el aumento de la base de los salarios fue mayor en las empresas con menos de 300 empleados que en las grandes. Esto es importante ya que las pymes proporcionan la mayor parte del empleo en Japón.

Sin embargo, lo que es más importante para la economía nipona es lo que sucede en el extremo inferior de la curva de salarios: creemos que en ese punto, la remuneración a los trabajadores es demasiado baja. El salario mínimo medio nacional se incrementó un 2,3% desde octubre de 2015 (el año anterior fue del 2,1%). El primer ministro Shinzo Abe está trabajando para aumentar los salarios en el extremo inferior. Sus planes incluyen elevar el salario mínimo un 3% por año hasta alcanzar los 1.000 yenes por hora, un proceso que llevará ocho años dado que esa cifra se sitúa ahora mismo en los 798 yenes por hora.

Además, Abe intenta que imponer la regla de que ‘a igual trabajo, igual salario’ para tratar de que los empleadores no discriminen el salario de los trabajadores a tiempo completo y los que lo hacen a tiempo parcial. Más del 30% de los trabajadores de Japón son a tiempo parcial o temporal, y se les paga mucho menos que los trabajadores a tiempo completo. Los trabajadores que menores ingresos tienen, muestran una mayor propensión a gastar, por lo que un aumento salarial en el segmento inferior tendría un impacto más significativo sobre el consumo y por lo tanto la economía global.

La otra realidad evidente es que hay poca oferta para los puestos de trabajo que necesita cubrir Japón debido al descenso de la población. En 2015, por primera vez en 21 años, Japón creó más puestos a tiempo completo que temporales o de media jornada. Casi el 90% de esos puestos fueron ocupados por mujeres. La tasa de desempleo de Japón es de 3,3%, mientras que las ofertas de empleo/aplicante tiene una proporción de 1,28, el nivel más alto desde 1992. Independientemente de lo que el gobierno pueda o no pueda hacer, creemos que hay un sesgo estructural al alza sobre los salarios en Japón.

¿Qué significa esto para el consumo y la economía japonesa en conjunto? Esta es la parte difícil. A medida que la población de Japón disminuye, hay un sesgo a la baja estructural sobre el consumo y el PIB. El aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo y el aumento de salarios pueden compensar la disminución de la población, pero se desconoce hasta qué punto esto puede ser así. Por ahora, seguimos siendo cautos sobre el consumo en Japón dado que la inflación de los precios ha provocado que los hábitos de consumo sean más defensivos. Espero que Abe cancele el aumento del impuesto al consumo previsto para abril de 2017. Varios premios Nobel como Joseph Stiglitz o Paul Krugman han visitado recientemente Japón, donde argumentaron que el aumento del impuesto al consumo sería perjudicial para la economía. Creemos que Abe está pensando en este aplazamiento y es cuestión de tiempo que convenza al Ministerio de Finanzas. Por supuesto, la cancelación de la subida de impuestos por sí sola no va a levantar la economía. Se necesitan más aumentos de salarios en Japón para convencer a unas familias japonesas perennemente conservadoras en que gasten. Con suerte, los jóvenes japoneses se darán cuenta de que son un recurso cada vez más raro y que, de hecho, tienen la ventaja en términos salariales.

Kenichi Amaki es portfolio manager en Matthews Asia.

Refrescando lo básico de riesgo y retorno

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Refrescando lo básico de riesgo y retorno
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: 401(k) 2012. Refrescando lo básico de riesgo y retorno

La relación básica de riesgo-retorno establece que, a mayor nivel de riesgo, mayor debe ser el nivel de retorno. Esto quiere decir que, activos que presentan una mayor probabilidad de “impago”, deben registrar un mayor nivel de retorno. Esto ha sido aceptado muchas veces, pero en el furor de muchos momentos, lleva a los inversionistas a olvidar esta premisa básica.

Pero se debe entender que el riesgo se representa de muchas maneras, pues existen varios tipos de riesgo: el de crédito, el de mercado, el de liquidez, entre los más comunes. El primero, tiene que ver con la capacidad del emisor de un activo de repagar el capital y el rendimiento prometido.  El segundo, tiene que ver con las fluctuaciones potenciales de un activo en su precio; y el tercero, con la posibilidad de convertir el activo en efectivo rápidamente.

Algunas veces, aparecen inversiones “milagrosas”, en las cuales el retorno es alto, y el riesgo parece mínimo. El tiempo se ha encargado de demostrar que no es así. Siempre, el retorno está representando el riesgo que puede tener el activo por detrás. Tenemos ejemplos por montones, y si nos olvidamos de ellos, tenderemos a repetir los errores del pasado.

Han sido famosos desde hace mucho tiempo los esquemas de Ponzi, en los cuales los primeros inversionistas reciben retornos muy altos, provenientes de los aportes de los nuevos inversionistas, no de los retornos en sí de la inversión. Estos funcionan bien para la cima de la pirámide, pero se ha demostrado que en la medida en que la base se tiene que ir ampliando para mantener el sistema, llega un punto en que no es sostenible, y el esquema cae. Estos esquemas, que ofrecen retornos mucho más grandes que lo “normal” de cualquier inversión, han mostrado con los años que, cada vez que aparece esa inversión “milagrosa”, se debe tener cuidado con algo, sea o no sea evidente a primera vista.

Hace un par de años tuve la inmensa fortuna de escuchar a Daniel Pink, con una charla titulada “todos somos vendedores”. De las conclusiones que más me quedaron sonando, fue una según la cual el cliente de hoy sabe todos los beneficios de un producto y que lo que realmente quiere escuchar del vendedor son los riesgos que enfrenta con el producto que compra. Eso, generalmente, no lo dicen muchos vendedores, que se centran en lo bueno de su producto, y cuando se les pregunta por los riesgos omiten la respuesta, no suenan convincentes con sus argumentos o, lo que es peor, se enfadan en sí por la pregunta.

Decidí referirme al tema de los riesgos, algo básico y que ha sido tradicionalmente explicado, porque en momentos en los cuales se presentan ciertas coyunturas económicas, la gente busca respuestas que a veces aparecen en forma de “retorno fácil” y es cuando han empezado los problemas para muchos inversionistas. Recuerdo la emoción que generó en el país hace unos años unos esquemas de Ponzi, justo en un momento económico global complejo. Al mismo tiempo que caían algunos de los grandes actores financieros mundiales, que algunos bancos centrales introdujeron esquemas de expansión monetaria, entre otras cosas; en Colombia el gobierno intervenía esquemas tipo Ponzi que parecían, en el primer momento, esas inversiones “milagrosas” que no existen.

Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.

Opinión de Manuel García Ospina, vicepresidente de wealth management de Old Mutual Colombia.

 

MiFID II nos da la razón

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MiFID II nos da la razón
. MiFID II nos da la razón

A día de hoy y hasta que entre en vigor la nueva Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros o MiFID II, no todos los asesores financieros que ofrecen consejos de inversión a los ahorradores españoles cuentan con una certificación que acredite sus conocimientos. ¿Por qué? Entre otras muchas razones, porque hasta ahora no ha sido algo obligatorio.

La nueva regulación, que pretende estandarizar el asesoramiento financiero en toda la Unión Europea, impondrá la necesidad de que los asesores financieros cuenten con una cualificación mínima y una experiencia probada para poder sentarse a asesorar a un cliente, lo que servirá para proteger a los inversores particulares.

Si bien hasta la llegada de MiFID II esto no será obligatorio, en EFPA llevamos mucho tiempo insistiendo en la importancia de contar con una certificación de calidad. Sí, se puede decir que nos habíamos adelantado y ahora la nueva regulación nos da la razón: los asesores financieros deben contar con una certificación profesional que evalúe con rigor e independencia según las mejores prácticas del mercado.

Los motivos son varios. En primer lugar está la necesidad de proteger al particular y no hay mejor forma de hacerlo que garantizarle que quien le está asesorando es un profesional con experiencia y conocimientos, que está al día de los cambios que se producen en el mercado, las novedades de regulación y los nuevos productos que están a disposición del cliente, ya que con MiFID II habrá que renovar las certificaciones de forma periódica.

Por otro lado, se empezarán a delimitar con claridad las diferencias entre informar y asesorar, dos servicios de diferente complejidad que requieren por tanto conocimientos distintos. El profesional que vaya a asesorar a un ahorrador debe contar con una cualificación de mayor nivel, ha de entender y analizar el perfil de su cliente y poseer habilidades para recomendar de forma comprensible productos o estrategias de inversión. De esta manera, el ahorrador podrá conocer y comprender realmente todas las características de los productos que le recomiendan y cuáles son sus ventajas y riesgos intrínsecos.

MiFID II convierte a las entidades en responsables y a los estados en vigilantes, ya que las primeras tendrán que responder de los conocimientos y competencias de su personal, y los segundos deberán exigir a todas las empresas de inversión que demuestren a la autoridad competente que sus profesionales cumplen con estos requisitos.

EFPA se presenta como una solución para todas las entidades que aún no cuentan con sus profesionales certificados y pone a su disposición distintos niveles de cualificación para acreditar a sus profesionales. Las certificaciones de EFPA responden a estándares internacionales y derivan de programas formativos rigurosos y especializados para el ejercicio profesional. A los 13.000 asociados en España que ya disponen de una certificación de EFPA les felicitamos porque ya tienen mucho camino recorrido en esta nueva andadura que supone MiFID y, a los que aún no cuentan con una certificación, les invitamos a que asuman cuanto antes este nuevo reto y se preparen para conseguirla.

Los clientes pueden estar dispuestos a pagar por un asesoramiento de calidad. Ahora les toca a los asesores,  pieza clave en todo el proceso, aspirar a los estándares de máxima calidad en cualificación y conocimiento y poder así afrontar con solvencia el reto de sentarse con su cliente.

Columna de Sergio Míguez, director de Relaciones Institucionales de EFPA España, que participó en el evento sobre agentes financieros organizado por iiR recientemente en Madrid.

El S&P 500 en 2.250 puntos, la apuesta de Fidelity para los próximos 12 meses

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El S&P 500 en 2.250 puntos, la apuesta de Fidelity para los próximos 12 meses
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: José María Silveira Neto. El S&P 500 en 2.250 puntos, la apuesta de Fidelity para los próximos 12 meses

La tercera ola de deflación que afectó a la economía mundial durante el último año está quedando atrás y el daño producido en el mundo desarrollado ha sido limitado. La crisis de los mercados emergentes de 2015 causó tanto una recesión industrial mundial como un ajuste a la baja de las previsiones de inflación en todo el mundo, pero sus efectos se están desvaneciendo. Las economías desarrolladas han mostrado resistencia y las perspectivas apuntan a una reaceleración del crecimiento desde los niveles actuales. En marcado contraste, al mundo en desarrollo le espera un largo periodo de ajustes por el lado de la oferta.

La crisis de los mercados emergentes dio lugar a una crisis de volumen, y no solo de precios, en la economía mundial. En 2015, el comercio mundial disminuyó en términos de volumen y la industria manufacturera sufrió un castigo especialmente duro. En las últimas semanas hemos observado un modesto repunte de los índices de la industria manufacturera en EE. UU. y China. La producción industrial europea ha mostrado una resistencia sorprendente y últimamente se ha acelerado. Pero no todas las regiones se están recuperando. La producción industrial japonesa sigue débil, igual que la de la mayoría de las economías emergentes. No obstante, a medida que avance el año 2016, las comparaciones anualizadas serán progresivamente más fáciles y la incipiente recuperación de la industria manufacturera mundial devendrá mucho más visible y generalizada.

Al mismo tiempo, las pautas de consumo interno se han sostenido bastante bien en el mundo desarrollado. El consumo estadounidense goza de buena salud. El crecimiento del empleo continúa con indicios de mejora gradual de los salarios y los aumentos del salario mínimo en varios estados serán un apoyo adicional para el consumo. La tasa de ahorro personal aún es alta, ya que gran parte del beneficio del precio más bajo del petróleo se ha ahorrado hasta ahora. En Europa, el desempleo está disminuyendo de manera constante y las ventas minoristas, excluidos automóviles, se aceleran.

Las recientes revisiones a la baja del crecimiento mundial por parte del FMI y la OCDE son retrospectivas y probablemente identifiquen el punto más bajo de las previsiones de crecimiento mundial. El crecimiento en el mundo desarrollado se acelerará desde los niveles actuales y el temor a una recesión mundial quedará atrás. Los mercados financieros tampoco deben saltar a la conclusión de que la reaceleración del crecimiento tendrá consecuencias inflacionistas significativas. No será así durante algún tiempo. La tercera ola de deflación castigó duramente a las previsiones de inflación. Aunque lo peor puede haber pasado, la oferta en la mayoría de los mercados es abundante y pocos sectores o empresas muestran alguna capacidad de fijación de precios. La fuerza de trabajo de EE. UU, el mercado con más igualdad entre oferta y demanda, está creciendo al 3% gracias a un aumento bien recibido de la tasa de participación laboral. La utilización de la capacidad industrial de EE. UU. se encuentra en el 75% y el deterioro de su déficit comercial actúa como una válvula de seguridad adicional contra la inflación, al tiempo que extiende las ventajas del consumo estadounidense a todo el mundo.

En este contexto, la Reserva Federal puede adoptar un enfoque de política monetaria bastante expansivo, con posiblemente una o dos alzas de tipos este año, sospecho que a partir del verano. Este enfoque gradualista frenará la reciente debilidad del dólar sin poner en marcha un nuevo tramo de subida que sería muy perjudicial. Como sospechábamos, cuando el dólar dejó de apreciarse las condiciones de los mercados de crédito se relajaron inmediatamente, permitiendo la recuperación de todos los activos de riesgo, incluida la renta variable.

La Fed debe evitar a toda costa una apreciación significativa del dólar, un mensaje que parece haber oído. Para que la renta variable siga subiendo es necesario que el crecimiento de los beneficios sea decididamente mayor. Los beneficios del S&P 500 se han mantenido básicamente planos en los dos últimos años, ya que el sector empresarial estadounidense tuvo que lidiar con la doble dificultad de un dólar fuerte y unas materias primas débiles. Ambos vientos en contra han remitido y posiblemente fomentan unas perspectivas de crecimiento de los beneficios mucho más favorables en 2017.

En Fidelity International, actualmente estimamos que los efectos retardados de la debilidad de las materias primas y la fortaleza del dólar seguirán deprimiendo los beneficios de 2016 en EE. UU., donde estimamos que caerán un -1%. A medida que nos aproximemos a 2017, las comparaciones anualizadas serán más fáciles y, por tanto, estimamos un crecimiento de los beneficios del 12,4% en 2017, con un ROE del 17%. Estas previsiones podrían respaldar un nivel del S&P 500 de 2.250 puntos a lo largo de los próximos 12 meses. El principal riesgo es el ciclo político más que el económico.

Día Mundial de la Tierra: hay que abastecer alimentos mundialmente a precio razonable

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Día Mundial de la Tierra: hay que abastecer alimentos mundialmente a precio razonable
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Donkey Hotey . Día Mundial de la Tierra: hay que abastecer alimentos mundialmente a precio razonable

El Día Mundial de la Madre Tierra comenzó a celebrarse en EE.UU. en 1970, organizado por Earth Day Network, con la misión de ampliar y diversificar el movimiento para un medio ambiente sostenible, hacer frente al cambio climático y proteger la Tierra para generaciones futuras. De hecho los consumidores y empresas son cada vez más conscientes de los retos.

En este sentido uno de los grandes desafíos es abastecer de alimentos mundialmente y a precio razonable. En 2050 vivirán más de 9.000 millones de personas en la Tierra y 3.000 millones entrarán en clase media para 2030. Para ese año la población urbana aumentará en 1.400 millones, sobre todo en China y la India. Pero aunque el consumo humano de grano y hortalizas es independiente de los ingresos, el de proteína y aceite vegetal crece con la riqueza. Con recursos naturales, finitos, habrá escasez. Más aún, 670.000 kilómetros cuadrados de tierras se pueden perder hasta 2050. Además aproximadamente un tercio de los comestibles para consumo humano se pierde o desperdicia, 1.300 millones de toneladas anuales (FAO 2011), por valor de 750.000 millones de dólares (equivalente al PIB Suizo de 2014).

Así que los inversores, ante la creciente demanda de alimentos, pueden financiar empresas que proporcionan soluciones. De hecho la inversión en estas industrias puede contribuir a mejorar la eficiencia y estabilidad de la producción agrícola global. En concreto las inversiones para la eficiencia de la cadena de valor agrícola pueden facilitar resolver problemas de malnutrición y mejorar el nivel de vida.

Se requieren grandes inversiones a lo largo de la cadena de valor agrícola

Efectivamente, se requieren grandes inversiones en productividad a lo largo de la cadena de valor agrícola, desde la granja a la mesa: en cultivos, procesamiento y transporte. Además hay que profesionalizar la granja. La agricultura es el sector más fragmentado del mundo, con capacidad para generar grandes economías de escala y se está desarrollando una industria global de profesionalización, que puede contribuir a mejorar la eficiencia y estabilidad de la producción global. De manera que varias empresas están desarrollando tecnologías que proporcionan soluciones inteligentes para cosechar, mejorar el rendimiento y reutilizar residuos alimentarios: facilitan plantar en función de las condiciones del suelo y desarrollan fertilizantes más eficientes. Según International Food Policy Research Institute la tecnología de precisión puede aumentar el rendimiento de las cosechas mundiales en un 67% para 2050.

Además los fabricantes de equipos agrícolas están incorporando GPS, sensores remotos y análisis de datos que permiten calibrar movimientos de los tractores para minimizar uso de combustible, abonos o semillas. Es el caso del fabricante de abonos Agrium y el de tractores norteamericano John Deere, que invierten enormes cantidades en herramientas de almacenamiento y análisis de datos, de por si una incipiente industria. Otras empresas destacas incluyen la suiza Syngenta, el más grande fabricante de químicos agrícolas del mundo y Mosaic Co., segundo mayor productor de fertilizantes de Norteamérica. Incluso se están generando nuevas fuentes de proteínas, como insectos, una alternativa rica en grasas, fibra y proteínas para la alimentación animal. Además el empaquetado anti-bacterias y sensores integrados facilitan la protección de los alimentos en el transporte y mantienen los valores nutricionales para el consumo en el momento óptimo, evitando desperdicio.

Opinión de Patricia de Arriaga, subdirectora general de Pictet AM para Iberia y LatAm.

Los mercados están bailando sobre el volcán

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Los mercados están bailando sobre el volcán
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Rule Britannia1 . Los mercados están bailando sobre el volcán

El repunte del precio del petróleo, junto con el mantenimiento de la postura acomodaticia por parte de los principales bancos centrales, favorecieron un impulso de los mercados de renta variable a partir del 11 de febrero de una envergadura similar al que se registró en octubre de 2015. De entre las diferentes estadísticas económicas que se publican diariamente, los mercados decidieron quedarse con aquellas que permitían, tanto en China como en Estados Unidos, respaldar la hipótesis de un panorama económico más favorable (nunca se debe subestimar la inclinación natural del ser humano por priorizar la información que encaja con su visión). Un análisis sensato de los hechos, centrado en la distinción entre los datos esenciales y el «ruido», sigue indicando la continuidad de la nueva realidad en los mercados, iniciada el pasado verano.

El mantenimiento, pase lo que pase, de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales permite que se produzcan importantes movimientos intermedios y permite una cierta dosis de oportunismo. No obstante, la acumulación de desequilibrios en los planos económico, financiero, monetario y político provoca una asimetría de los riesgos que resulta adversa en la actual situación de los mercados. Así́, nos mantenemos al margen del baile sobre el volcán, por mucho que, por ahora, esté dormido. Mantenemos una gestión de los riesgos muy prudente y una orientación de nuestra exposición hacia los activos cuya asimetría de riesgos nos sigue pareciendo favorable.

Falsas buenas noticias

En respuesta al gran nerviosismo vivido en los mercados financieros a principios de año, los principales bancos centrales reafirmaron una vez más su apoyo. Después de que el Banco de Japón estableciera por primera vez un tipo de los depósitos negativo a finales de enero en su enésimo intento de devaluar su moneda para impulsar la economía, China rebajó en febrero las ratios de reservas obligatorias para los bancos, el BCE anunció en marzo el aumento y la diversificación de su programa de relajación cuantitativa y, por ultimo, la Fed revisó a la baja sus previsiones de subida de los tipos de referencia anunciadas el pasado diciembre.

Los mercados, tranquilizados por el repunte del precio del petróleo sobre el umbral crítico de los 30 dólares el barril, encontraron en esta abundancia de buenas noticias la justificación lógica de la recuperación de la predisposición al riesgo. No obstante, esto no representa más que un movimiento intermedio.

En primer lugar, estas posturas de los bancos centrales constituyen también una constatación del fracaso. Tanto en la zona del euro como en Japón, las tasas anuales de inflación, que siguen cercanas al 0 % —muy lejos de los objetivos oficiales—, condenan a los bancos centrales a una escalada. Además, en Estados Unidos, la fragilidad de la economía obliga a la Fed a rebajar sus previsiones de «normalización gradual» de su política monetaria, dos meses después de haberlas anunciado. En general, y esto es lo importante, los mercados siguen sin entender que estos fracasos son inevitables. Los problemas a los que se enfrenta la economía global —sobreendeudamiento y escasez de demanda— no se solucionaran sólo a través de la política monetaria, por muy heterodoxa que sea.

La enorme rebaja de los tipos de interés por parte de los bancos centrales agrava aún más la situación que se debía solucionar, puesto que fomenta la continuidad del endeudamiento de los Estados, comprime aún más el margen de beneficios de los bancos y refuerza la necesidad de que los consumidores ahorren en vez de incitarlos a gastar. En estas circunstancias, tan sólo una visión muy cortoplacista puede alegrarse de un último y vano esfuerzo de los bancos centrales. Por el contrario, está claro que los mercados no se alegrarán tanto ante la perspectiva de un endurecimiento monetario en Estados Unidos. No obstante, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, podría verse obligada a admitir pronto que el precio de los alquileres y los productos básicos en EE.UU. ha empezado a subir: un incremento de los precios todavía más incómodo si se tiene en cuenta que no sólo favorecerá el repunte de la inflación, sino que también lastrará, al mismo tiempo, el poder adquisitivo y, por tanto, las perspectivas sobre el consumo.

El crecimiento estadounidense

Claramente, el debate se centra en la resistencia de la economía estadounidense. Unos y otros extrapolan cada nuevo dato estadístico en una especie de análisis de gráficos aplicado a la economía a modo de reflexión. Esta miopía en el análisis macroeconómico contribuye a la inestabilidad de los mercados. Por nuestra parte, creemos que es más fiable examinar los fundamentales de la dinámica económica actual e intentar sacar conclusiones en forma de tendencias. Así, constatamos que los márgenes de las empresas estadounidenses cayeron un 10,6% a finales de 2011 hasta situarse en el 7,6% actual.

Resulta coherente, por tanto, observar actualmente un cambio de dirección duradero en el ciclo de inversión, principalmente impulsado por la evolución de los márgenes. Además, el consumo estadounidense lleva cinco años beneficiándose ampliamente de un doble efecto de enriquecimiento (proveniente del aumento de los precios en el sector inmobiliario y de los activos financieros) que empieza ahora a debilitarse.

Como consecuencia de ello, es natural que asistamos actualmente al inicio de la ralentización del consumo, tanto de bienes como de servicios, y a un aumento de las tasas de ahorro (5,4% actual, frente al 4,9% al cierre del año pasado). Seguimos percibiendo un riesgo importante: que el crecimiento estadounidense se ralentice drásticamente por debajo del umbral del 2% en 2016, sin que la Reserva Federal, ahora en fase de normalización monetaria, pueda intervenir flexibilizando su política; una evolución para la que los mercados no están preparados.

Así, si a los bancos centrales no les queda otra opción que seguir haciendo lo que puedan, su capacidad de acción efectiva llega a sus límites, algo que los mercados empezaron a percibir a principios de año. Al mismo tiempo, los riesgos económicos han seguido acumulándose. A éstos se suman ahora los nuevos escollos políticos en Europa, que se retroalimentan: el impacto económico de la crisis de los refugiados, la seguridad y el riesgo de Brexit. Este diagnóstico no es, ni mucho menos, incompatible con los movimientos intermedios del mercado, pero justifica que, por ahora, se mantengan nuestras inversiones basadas en conviccio- nes, protegidas por una gestión prudente.

Didier Saint-Georges es miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.

EAFIs, una alternativa para banqueros y agentes financieros

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EAFIs, una alternativa para banqueros y agentes financieros
Foto: Ennor, Flickr, Creative Commons.. EAFIs, una alternativa para banqueros y agentes financieros

En el último año y medio, desde el Área de EAFIs de Andbank se ha incrementado notablemente el número de consultas de agentes y banqueros interesados en conocer con mayor detalle las obligaciones y particularidades de la operativa de una EAFI.

Profesionales que mantienen como denominador común una visión de servicio al cliente basada en ofrecer asesoramiento personalizado y que se sienten poco identificados con la tradicional banca de producto. Los rápidos cambios regulatorios que está provocando MiFID II en sus actuales entidades hacen que se estén replanteando su modelo de futuro.

En momentos convulsos de mercado, los motivos que encontramos son muy variados: la entidad para la que trabajan ha sufrido diversas integraciones/fusiones, la línea de negocio de Banca Privada y agentes parece que cada vez tiene menos peso en su entidad o porque la arquitectura abierta es excesivamente limitada.

La nueva regulación MiFID II ha promovido el auge de los departamentos jurídicos y ha hecho que el cumplimiento normativo goce de mayor protagonismo en la entidad y se aplique con mayor rigor una regulación que nos acompaña desde hace ya siete años. Se incrementan los controles y limitaciones para agentes/banqueros, teniendo estos que ajustarse fielmente a las políticas de inversiones trazadas por la entidad de la cual dependen y perdiendo por tanto cierto grado de libertad; siendo ahora el Contrato de Asesoramiento el producto estrella, y base de nuestro futuro éxito.

El pago por asesoramiento va a resultar nuestro caballo de batalla en los próximos dos años y la gestión del cambio no será fácil entre profesionales y clientes, pero ya existe un precedente: las 154 EAFIs existentes llevan haciéndolo desde su creación y el modelo de pago ya es una realidad.

Estos banqueros y agentes buscan en la figura de la EAFI una solución a la nueva forma de relación con los clientes. Pero dar el salto a EAFI debe medirse bien y debe estar bajo el amparo y apoyo de una entidad y someterse a las imposiciones de nuestro regulador: la CNMV. El cambio no se debe tomar a la ligera.

Desde Andbank siempre tratamos de apoyar a los emprendedores que optan por esta vía, realizando la labor de consultoría para que valoren los pros y contras de tan importante decisión y que puedan dar el paso con la absoluta convicción de estar en el lugar adecuado para su modelo de negocio.

Las EAFIs no solo suponen un elemento diferenciador en el mercado. Ofrecen también una potente alternativa para aquellos modelos de gestión de clientes “libres de conflicto de interés”,  intensivos en asesoramiento, que pueden ofrecer servicios tan atractivos como la multicustodia, asesoramiento de vehículos de inversión, posibilidad de asesoramiento transfronterizo etc.. y todo ello bajo el sello de calidad que proporciona la supervisión directa del regulador español.

En el otro lado de la balanza, este nivel de autonomía tiene un precio. A la conocida limitación de no poder ejecutar las órdenes, sumamos la regulación específica a la que se ve sometida, que provoca una mayor carga de trabajo por supervisión y reporting, que puede oscilar entre los 12.000-15.000 euros anuales y unos mayores costes de funcionamiento recurrentes que aquellos que presumiblemente asume un agente o banquero, donde su entidad matriz incluso les puede dar cobijo en sus instalaciones.

Si existe esa vocación de servicio, y una vez realizado el análisis, el tipo de cliente y el volumen de su cartera (modelo de negocio, tipo de productos, margen de los mismos) determinará la viabilidad del proyecto de EAFI.

La libertad para poder asesorar a sus clientes, seleccionar activos y productos, el acceso a diferentes entidades,  “defender” una marca y proyecto propio, las garantías que supone estar regulado y supervisado por CNMV… son aspectos que pesan positivamente en la balanza a la hora de dar el paso de convertirse  en EAFIs.

Columna de Horacio Encabo, responsable de EAFIs de Andbank España, que participó recientemente en un evento de iiR sobre agentes financieros.

La industria de fondos en México crece un 9% en dólares en 5 años

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La industria de fondos en México crece un 9% en dólares en 5 años
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Antonin. Mexico's Mutual Fund Industry Grew 9% in Dollars the Last Five Years

Los activos bajo administración de la industria de las sociedades de inversión en México crecieron un 9% en dólares en los últimos 5 años, mientras que las Afores crecieron un 31% en el mismo periodo. Es importante mencionar que en el periodo la paridad peso dólar se movió un 40% lo que hizo que el aumento en los fondos de inversión visto en dólares sólo fuera de un dígito.

De acuerdo con información del regulador (CNBV) y de la industria (AMIB), hoy en día las sociedades de inversión administran 112.000 millones de dólares, a través de 567 sociedades de inversión; tienen poco más de 2 millones de contratos y existen unos 29 intermediarios donde los tres participantes más grandes concentran el 56% del mercado y los 10 participantes mas grandes tienen el 90% del mercado.

Los tres más grandes son entidades relacionadas con bancos y tienen más del 10% del mercado. Estos tres son: Banamex con el 25% de los activos en administración; BBVA Bancomer con el 19% y Santander con el 12% con cifras al cierre de 2015. En los últimos 5 años Banamex aumentó su participación de mercado en un 0,5%;  mientras que BBVA la disminuyó en un 4% y Santander también tuvo un desempeño negativo para quedar en un -1%.

Aunque prevalece el interés de locales y extranjeros por incursionar y aumentar su presencia en este negocio de administración de activos, al revisar las cifras de los últimos cinco años las variaciones más importantes son el caso de GBM quien logró aumentar un 2%, para ubicarse en el 4% de la participación de mercado y en la novena posición; y el caso ya comentado de BBVA Bancomer quien su participación de mercado pasó del 23% al 19%. El resto sus variaciones están en mas/menos un 1%.

Además de las mencionadas, las entidades que sobresalen son Banorte IXE (lugar 4 y con un 7% del mercado) con un aumento en su participación de mercado del 1,2%; Actinver (lugar 5 y un 6% del mercado) y Finaccess con un 0,8% (lugar 15 con un 1% del mercado); así como Principal (lugar 13 y un 1% del mercado) con un incremento del 0,6% en cinco años.

Aunque el número de alternativas que se ofrece es muy similar entre fondos de deuda y fondos de renta variable (280 fondos de deuda vs 287 fondos de renta variable para dar un total de 567 fondos a diciembre); la distribución de los activos no es igual ya que el 73% de los activos están en fondos de deuda mientras que el 27% son de renta variable.

Al revisar la composición en los activos entre fondos de deuda y renta variable de cada intermediario se observa en algunos casos la especialización. Los administradores con más del 90% de sus activos en fondos de deuda son: Nafinsa (98%); CI Fondos (98%); Intercam (96%); Monex (95%);  HSBC (93%); Mifel (92%); Vector (91%); Invex (90%); así como Multiva (90%). Los que tienen más del 60% de sus activos en fondos de renta variable son: Valmex (70%); GBM (65%); Inbursa (59%) y Finaccess (59%).

Se estima que las comisiones de administración promedio de toda la industria de fondos se ubican en el 1,12% donde las comisiones de los fondos de deuda se encuentran en mas/menos un 1%, mientras que las comisiones de los fondos de renta variable están en rangos entre el 1,5% y el 2% en promedio.

Al revisar las cifras de cinco años se puede ver que el negocio de fondos en México es de largo plazo y se gana participación poco a poco.