Alternativos: la volatilidad como clase de activo

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Alternativos: la volatilidad como clase de activo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Edwin Torres. Alternativos: la volatilidad como clase de activo

Cualquier decisión de inversión estratégica se centra por lo general en la diversificación del riesgo. Hoy en día, sin embargo, cada vez es más difícil diversificar en activos convencionales. Además de esto, el actual entorno de bajos tipos de interés y los caros -en algunos casos muy caros- mercados de valores están aumentando la presión para identificar fuentes de rentabilidad en instrumentos alternativos no relacionados con las clases de activos convencionales. En este contexto, cada vez más inversores están recurriendo a las primas de riesgo alternativas y con gran liquidez. En el proceso, la volatilidad está atrayendo cada vez más la atención de los inversores como una clase alternativa de activo.

Se puede invertir en volatilidad como una clase de activo…

Los inversores solían ver la volatilidad principalmente como una fuente de riesgo. En su experiencia, el riesgo de que las fluctuaciones en las valoraciones puedan poner en peligro los ingresos aumenta en relación con la brevedad del horizonte de inversión de una cartera. Este punto de vista sobre el riesgo es, sin embargo, demasiado miope. La volatilidad -el fenómeno de la fluctuación de la valoración de los activos en los mercados de capitales y de dinero- ha evolucionado mientras tanto en una clase de activo como tal, que ofrece atractivos atributos.

Para describir los elementos básicos de una estrategia de activos basada en la volatilidad, primero debemos definir lo que se entiende por volatilidad y su prima de riesgo. La volatilidad, básicamente, puede darse en diferentes formas y tamaños. Se hace una distinción, en particular, entre la volatilidad implícita y la conocida. La volatilidad conocida (“realized volatility”) se define como la desviación estándar de los retornos (logaritmizados) generados por una inversión. Las series de retorno históricas se utilizan para calcular la volatilidad conocida – por lo que también se conoce como volatilidad histórica.

La volatilidad implícita, por el contrario, es un término que se deriva de la teoría del precio de las opciones y describe la volatilidad que conduce directamente al precio de mercado de la opción cuando se utiliza en un modelo de valoración de opciones (por lo general el modelo Black-Scholes). La volatilidad implícita a menudo se entiende también como la futura volatilidad conocida que espera el mercado. Sin embargo, esta interpretación sólo es correcta si las hipótesis que sustentan el modelo Black-Scholes también prueban ser ciertas en la vida real, lo que normalmente no sucede. Porque en los mercados reales, a diferencia del universo teórico, se pagan comisiones por transacciones, los precios de las acciones no se distribuyen normalmente, los tipos de interés son estocásticos, etc. Y estas violaciones de los supuestos Black-Scholes en última instancia, conducen a las estructuras de volatilidad conocidas como sonrisa de volatilidad y estructura temporal de la volatilidad. Estos términos describen las funciones de la volatilidad implícita dictadas por el precio base (sonrisa) y el término residual (estructura temporal).

…y proporciona una oportunidad a largo plazo de prima de riesgo positiva

La diferencia entre la volatilidad conocida y la implícita se conoce generalmente como la prima de riesgo de volatilidad. La comparación de las primas de riesgo de la renta variable y la volatilidad revela que la prima de riesgo de la renta variable depende del retorno efectivo, mientras que la prima de riesgo de la volatilidad está influenciada por los rendimientos al cuadrado. Como tal, la prima de riesgo de la volatilidad (de las acciones) puede verse como la extensión lógica de la prima de riesgo de las acciones, ya que responde en igual medida tanto a los rendimientos positivos como a los rendimientos negativos de las acciones. A partir de esto, podemos empezar a concluir que la volatilidad como clase de activo ofrece ventajas potenciales de diversificación sobre las clases de activos tradicionales.

La venta de la volatilidad es clave

Incluso podemos observar una correlación fundamentalmente negativa entre el mercado de acciones y su volatilidad. En otras palabras, cuando los precios caen en la bolsa de valores, normalmente la volatilidad (implícita) aumenta significativamente. Esta correlación negativa indica que el efecto máximo de la diversificación puede lograrse mediante la compra de la volatilidad (implícita). Al hacerlo, el fuerte aumento de la volatilidad que se produciría si el mercado de valores fuera a colapsarse podría compensar las pérdidas de valor en una cartera de acciones. Los inversores no deben, sin embargo, dejarse cegar por los atributos positivos de diversificación de la volatilidad. La cuestión clave es el precio que tienen que pagar para obtener los beneficios de dicha diversificación.

Dado que este precio constituye una prima de riesgo de volatilidad negativa, la inversión directa en volatilidad puede ser muy costosa a largo plazo. Esto también se demuestra claramente en el gráfico 1, que recoge la prima de riesgo de volatilidad sistemáticamente negativa en el EuroStoxx 50 en los últimos 16 años.

Gráfico 1

La volatilidad como tipo de activo es invertible, y proporciona una prima de riesgo positiva a largo plazo

Varianza de la prima de riesgo* en Eurostoxx50 desde el 03-01-2000 al 30-06-2016

*Diferencia entre la varianza realizada, calculada a partir de los niveles diarios de los índices, y la varianza implícita, derivada de los precios de las opciones. La prima de la varianza es generalmente negativa, por lo que vender swaps de varianza (posiciones cortas) dará lugar a ganancias (en el 82% de los casos hay ganancia en el periodo observado=La prima de riesgo media para el Eurostoxx50 en este periodo fue de -3,6%).

Esta diferencia (varianza realizada menos implícita) fue de -3,6 puntos de volatilidad en media. Es por esto que hay muchos otros estudios, aparte de nuestra propia investigación, que también demuestran que, desde una perspectiva de coste/beneficio, este precio de cobertura no justifica la compra de volatilidad. Más bien, tiene más sentido desde una perspectiva de cartera el incorporar una prima de riesgo más mediante la venta de volatilidad. A este respecto, es importante hacer hincapié en que la prima de riesgo está motivada económicamente, y no se basa en los mercados ineficientes.

Precisando más, la prima de riesgo de la varianza es el resultado de un “recargo” de riesgo por estimar la futura volatilidad  aún desconocida. Este suplemento -y con él la volatilidad implícita- aumenta fuertemente para opciones put ¨out-of-the-money¨ en particular, ya que estas opciones representan una suerte de seguro contra las caídas graves en el mercado de valores. Como estas bajadas de mercado son más frecuentes de lo que sugiere la distribución normal -como lo demuestran numerosos estudios– los vendedores de estas opciones exigen una prima adicional en forma de aumento de la volatilidad. En consecuencia, la prima de riesgo total depende, no sólo del nivel de volatilidad at-the-money, sino también en gran medida de la pendiente de la curva de volatilidad.

Como resultado, el total de la prima de riesgo de volatilidad generalmente no puede obtenerse simplemente mediante la venta de opciones, sino con la venta de los llamados swaps de varianza. La función de pagos de un swap de varianza en este caso es exactamente igual a la diferencia entre la varianza realizada y la varianza implícita, es decir, las volatilidades al cuadrado, y por lo tanto constituye una definición precisa de la prima de riesgo de volatilidad. A pesar de que los swaps de varianza sólo se negocian en el mercado over the counter, son activos muy líquidos, sobre todo en los índices bursátiles con un mercado líquido de opciones subyacentes, como el S&P 500 y Eurostoxx 50.

Teniendo en cuenta las características de volatilidad …

Basándonos en los atributos de la prima de riesgo de la volatilidad, hemos desarrollado un proceso de inversión para obtener dicha prima de riesgo mediante la venta sistemática de los variance swaps sobre el índice S&P500 y EuroStoxx 50, permitiendo a los inversores tener acceso a la volatilidad como una clase de activo. Un mecanismo de control que tiene en cuenta los atributos característicos de la volatilidad y su prima de riesgo gestiona los plazos de los swaps de varianza, la elección del momento oportuno para llevar a cabo el trading y los volúmenes de las operaciones. El plazo de los swaps, por ejemplo, se mantiene muy corto, ya que la estructura del plazo residual de la prima de riesgo muestra que las primas ajustadas por el riesgo para plazos cortos son mucho más atractivas. Por el contrario, el timing y los volúmenes de las operaciones son dictadas por otros atributos de la volatilidad que son conocidos y están ampliamente documentados por la labor investigadora. Como se ilustra en el gráfico 2, tenemos en cuenta las siguientes características: la volatilidad siempre vuelve a su media a largo plazo (efecto de reversión a la media) (1); la volatilidad tiende a rebotar por un breve periodo de tiempo (por lo general cuando los mercados de valores se desploman), y luego sigue una tendencia a la baja por periodos de tiempo más largos (2); a volatilidad forma grupos de volatilidad (regímenes) (3).

Gráfico 2

Características de la Volatilidad

Rentabilidad del VSTOXX desde 01-01-2000 al 30-06-2016

Fuente: Risklab GmbH. Risklab GmbH es una subsidiaria de Allianz Global Inverstors. DJ Eurostoxx 50 para el periodo 03-01-2000 al 30-06-2016. Varianza implícita tomada de VSTOXX. Rentabilidades pasadas no implican rentabilidades futuras.

Lo que es importante, sin embargo, son los efectos de estos atributos de la prima de riesgo de la volatilidad. Si tomamos como ejemplo el comportamiento de los grupos de volatilidad, inicialmente observamos que las primas negativas prevalecen en todos los niveles de volatilidad. En promedio, sin embargo, una alta volatilidad en el mercado conlleva mayores primas de riesgo, pero también una mayor incertidumbre (distribución) sobre las primas, y viceversa. Esto se pone de manifiesto, por ejemplo, por la volatilidad de la volatilidad, que también aumenta a medida que crece la misma. Cuando se pasa de un régimen de baja volatilidad a uno de alta, el fuerte aumento de ésta reduce la prima de riesgo. Este efecto es especialmente notable cuando la volatilidad surge de repente, que es también el mayor riesgo que plantea la volatilidad como una clase de activo. En cambio, las primas de riesgo son aún mayores cuando la volatilidad vuelve a un nivel más bajo. Lo que hace que esta clase de activo sea tan atractivo en el proceso, es el efecto de la reversión a la media de la volatilidad, que hace que los ciclos de volatilidad alta y baja se alternen y por lo tanto se equilibren los efectos causados ​​por el aumento y disminución de la misma. Dado que las primas se pueden obtener en cualquier régimen, este tipo de activo puede ser muy atractivo a medio y a largo plazo.

Si tenemos en cuenta estos atributos al decidir el momento y el volumen de las operaciones, podemos esperar que el perfil riesgo/retorno de la volatilidad como una clase de activo mejore aún más mediante la aplicación de nuestro proceso de inversión. Esencialmente, la estrategia tiene como objetivo reducir la exposición en períodos caracterizados por el aumento de la volatilidad y, por otra parte, aumentarla cuando la volatilidad vuelve a niveles normales o bajos.

… dentro de un enfoque de inversión sofisticado

Esta estrategia de inversión se implementa en un fondo UCITS IV. El fondo Allianz Volatility Strategy se lanzó en 2009 y ha registrado un rendimiento atractivo para nuestros inversores desde entonces. El gráfico número 3 refleja el comportamiento del fondo, junto con el rendimiento anual, que de nuevo refleja las características de la volatilidad y de su prima de riesgo descritas anteriormente.

Fondo Allianz Volatility Strategy

Rentabilidad en distintas fases de mercado desde lanzamiento

Datos al 30/06/2016. Fuente: Allianz Global Investors. Calculado tomando en cuenta NAV acumulación

Rentabilidad del 07/04/2009* al 30/06/2016**.

La curva típica de la volatilidad como una clase de activo es fácilmente reconocible y se asemeja a la venta de pólizas de seguros: muchas pequeñas ganancias intercaladas con algunas -pero bastante graves- pérdidas cuando los mercados se desplomaron. En períodos más largos de tiempo, sin embargo, los beneficios superan claramente a las pérdidas, resultando en un atractivo perfil rentabilidad / riesgo.

Beneficios de la diversificación desde la perspectiva de la cartera

Como clase de activo, la volatilidad es también una opción prometedora desde una perspectiva de cartera, ya que ofrece ventajas adicionales de diversificación, como lo demuestra la correlación con otras clases de activos que se muestran en el gráfico 4. Sobre todo, es su inmunidad a la evolución de los tipos de interés lo que hace que este activo sea atractivo, ya que es independiente de que los tipos de interés sean bajos o aumenten.

Gráfico 4

Potencial de Diversificación: Análisis de correlación del fondo Allianz Volatility Strategy

Desde el 09/04/2009 al 30/06/2016

Fuente: Risklab GmbH. Datos mensuales para el periodo 30/12/1999 al 30/06/2016. Datos mensuales en moneda local, es decir, DAXX y Euro Stoxx 50 en EUR, MSCI World, BCI, Tremont and JPM GBI Global en USD; Nikkei en YPY. Rentabilidades pasadas no implican rentabilidades futuras.

Dadas sus atractivas características, la volatilidad como clase de activo debería ser un componente básico en todas las asignaciones estratégicas de activos. Muestra un perfil rentabilidad/ riesgo atractivo e introduce los beneficios de la diversificación en una cartera -especialmente en un entorno de bajos tipos de interés-.

Columna de Bernhard Brunner y Thiemo Krink, portfolio managers del fondo Allianz Volatility Strategy

 

 

 

 

Las Afores bajaron el plazo promedio ponderado de vencimiento de sus inversiones

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Las Afores bajaron el plazo promedio ponderado de vencimiento de sus inversiones
Foto: Alan Cleaver. Las Afores bajaron el plazo promedio ponderado de vencimiento de sus inversiones

Entre septiembre de 2012 y el mismo periodo del año en curso, las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afores) bajaron el Plazo Promedio Ponderado (PPP) del vencimiento de sus inversiones, según se desprende de cifras proporcionadas recientemente por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

De acuerdo con la fuente, en el lapso señalado el PPP pasó de 4.592 días (aproximadamente 12,5 años), a 4.160 días (11,39 años), ligando de hecho al cierre de septiembre pasado dos años consecutivos de recortes al PPP.

La volatilidad financiera nacional y global que ha caracterizado este periodo, es la causa principal del ajuste en la ponderación del vencimiento de las inversiones. Los movimientos en tasas de interés y el tipo de cambio, obligaron a las administradoras a revisar sus estrategias de inversión y orientarse más a vencimientos con menores horizontes, aunque existen diferencias también en este sentido.

En la revisión de las cifras, observamos que 7 de las 11 Afores bajaron su PPP, mientras que las restantes 4 lo incrementaron. Es notable que la tendencia a la disminución del indicador fue mayoritaria, en un contexto de volatilidad financiera, como hemos señalado.

Paradójicamente, la Afore más cortoplacista del mercado, Inbursa, incrementó en el largo plazo el PPP que maneja, lo pasó de 1.074 a 1.638 días; Coppel fue otra que subió su PPP al reportarlo en 4.738 días para este septiembre, desde un dato de 4.053 días en 2012.

PensionISSSTE junto con Azteca completan la lista de las cuatro instituciones que incrementaron el plazo promedio de sus vencimientos de inversiones (PPP). La primera de ellas lo dejó en 6.502 días desde un previo de 5.685; por su parte la segunda tenía en 2012 un indicador de 3.296 días y ahora está en 3.932 días.

Columna de Antonio Sandoval

Fondos de pensiones con rentabilidad negativa ¿Qué pasará con nuestra jubilación?

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Fondos de pensiones con rentabilidad negativa ¿Qué pasará con nuestra jubilación?
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Pixabay. Fondos de pensiones con rentabilidad negativa ¿Qué pasará con nuestra jubilación?

En los últimos meses hemos visto cómo las rentabilidades reportadas por los fondos de pensiones son negativas, nos aseguran que no debemos preocuparnos porque es una inversión a largo plazo. Pero desde Rankia Chile nos preguntamos qué pasa con nuestras pensiones y cómo afectan estos períodos de rentabilidad negativa a nuestra jubilación.

Primero vamos con los datos. Durante el mes de octubre todos los fondos de pensiones reportaron rentabilidades negativas debido a las inversiones en instrumentos de renta variable extranjera, como consecuencia de la elevada volatilidad y desconfianza presente en los mercados. Una de las razones de este nerviosismo entre los inversionistas eran las elecciones de Estados Unidos. Tendremos que esperar a ver las rentabilidades obtenidas por los fondos de pensiones en noviembre para conocer como se ha tomado el mercado la victoria de Donald Trump.

¿Solo han brindado rentabilidades negativas en octubre? No, los fondos de pensiones ya tuvieron un comportamiento negativo durante el mes de septiembre, excepto los fondos más conservadores que reportaron resultados muy flojos. En definitiva, si revisamos la rentabilidad de estos fondos en los últimos 12 meses, las noticias no son muy esperanzadoras. Aunque la mayor parte de las rentabilidades son positivas en cada uno de los fondos de pensiones, las rentabilidades se sitúan sobre el 2-3%.

¿Cómo afecta esto a nuestras pensiones? ¿Qué debemos hacer? La Superintendencia nos recuerda que los fondos de inversión tienen una perspectiva a largo plazo y por ello debemos tener en cuenta esto antes de decidir cambiar de fondo. Lo que no nos dicen es cómo va afectar la rentabilidad a nuestra pensión y si deberíamos tomar otra estrategia de inversión como el APV o cambiar de fondo de pensiones. Desgraciadamente no nos dan este tipo de información.

Otra de las dudas que nos planteamos es si nuestras pensiones y rentabilidades mejorarán con la reforma del sistema de pensiones chileno. El FMI ha sugerido a las autoridades chilenas mantener el sistema privado de pensiones, a pesar de que se pudieran dar cambios paramétricos con el objetivo de mejorar el sistema, algo necesario. El FMI opina que el modelo de pensiones «está arraigado en principios sólidos» pero opina que los bajos beneficios están relacionados con el periodo de cotización y ajustes de expectativa de vida.

¿Cuáles son las recomendaciones del FMI? Aumentar la tasa de cotización para las cuentas individuales, por encima de 10% para garantizar pensiones adecuadas». Además de incrementar gradualmente la edad de retiro, sobre todo de las mujeres (cada vez tienen una expectativa de vida más elevada). Otras de las recomendaciones es que los trabajadores independientes coticen de forma obligatoria (medida ya prevista para 2018). ¿Serán suficientes estas medidas para mejorar nuestras pensiones?

Más datos que nos interesan. En el Índice Global de Pensiones Melbourne Mercer 2016, Chile descendió una posición hasta el noveno puesto. Este índice mide el sistema de ahorro y retiro de 27 países. En este año, Chile descendió en dos de los tres grandes subíndices que se utilizan para obtener la puntuación total de cada país. En «adecuación» (considera los sistemas de pensiones por encima de la base del promedio para aliviar la pobreza) y también en «integridad» (considera elementos que influyen en la gobernabilidad del país y operaciones que afectan el nivel de confianza que los ciudadanos tienen en su sistema previsional). Solo subió en el indicador «sustentabilidad» (mide la buena cobertura del sistema). En definitiva, otro indicador que nos alerta sobre el sistema de pensiones y su efectividad.

Lo único que nos queda claro es que el sistema de pensiones necesita implantar mejoras para que los jubilados tengan acceso a una pensión digna con la que puedan disfrutar de los últimos años de vida y también es necesario implantar medidas para mejorar la confianza que los chilenos tenemos en este sistema de pensiones que todavía no nos ha proporcionado lo que prometía: una pensión digna.

Opinión de Andrea Broseta, responsable de desarrollo de negocio en Rankia Chile.

Cinco formas en las que Donald Trump podría influir en los mercados

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Cinco formas en las que Donald Trump podría influir en los mercados
. Cinco formas en las que Donald Trump podría influir en los mercados

En una histórica victoria que ha conmocionado a la política y a los mercados financieros globales por igual, Donald J. Trump se convertirá en el 45º presidente de los EE.UU. Como un extraño eco del Brexit, millones de americanos frustrados con la marcha de su país han votado en contra de lo que percibían como el status quo de la democracia más rica y poderosa del mundo. Sin embargo, la incertidumbre sobre la forma en que gobernará el presidente electo plantea riesgos y oportunidades para los inversores.

¿Cómo será la presidencia de Trump? El candidato republicano ha ganado a su oponente Hillary Clinton con un notable margen. La incertidumbre sobre sus políticas pone nerviosos a los inversores, al menos inicialmente. Los mercados de valores mundiales se desplomaron, el dólar estadounidense cayó contra las principales divisas, mientras los bonos del Tesoro y el oro rebotaron cuando los inversores huyeron de los activos de más riesgo.

Ahora los inversores y los líderes internacionales deben tomar medidas, y los americanos se adaptarán al estilo y al tono de una persona ajena a la Casa Blanca. Sin embargo, una mayoría republicana tanto en la Casa Blanca como en el Senado significa que Trump tiene una buena posibilidad de promulgar gran parte de su agenda económica. Podría hacerlo a través del llamado proceso de ajuste del presupuesto, según el cual los cambios fiscales y de gasto pueden aprobarse con una mayoría simple del Senado, no más de 60 votos. Los inversores asustados por la elección de Trump pueden verse sorprendidos el próximo verano con un estímulo económico promulgado desde Washington.

Aunque creemos que la volatilidad del mercado va a continuar, ya que los inversores se ajustan a la realidad de un nuevo equilibrio de poder en Washington, hay cinco áreas clave en las que las decisiones de política podrían tener un impacto económico. 

Infraestructuras: mucho más que un muro

El presidente electo ha hablado de un plan de infraestructuras que podría alcanzar los 500 millones de dólares, si tenemos en cuenta su promesa informal de destinar más o menos el “doble” de lo que prometía Clinton. Mientras muchos en Washington se muestran escépticos, esta partida puede también incluir alguna versión del muro fronterizo destinado a detener el flujo de inmigrantes a través de la frontera sur de los EE.UU., una pieza central de su campaña.

En teoría, EE.UU. podría incluso dar a México garantías de crédito para préstamos a tipos de interés muy bajos para ayudar en su construcción, con lo que cumpliría otra de sus promesas de hacer “pagar” a México parte del muro. Un gran proyecto de este tipo podría llegar a ser visto como un programa de empleo al más puro estilo keynesiano a ambos lados de la frontera.

Mientras tanto, el mismo impulso que llevó a Trump para poner su nombre en líneas en el horizonte de Nueva York, podría llevarle a adoptar una agenda de infraestructura que dejaría su legado impreso en carreteras, puentes, túneles, puertos marítimos, aeropuertos o sistemas de alcantarillado. El estímulo podría sumar medio punto porcentual al PIB estadounidense durante un período de cinco años.

Impuestos más bajos para empresas y trabajadores

Esos proyectos de infraestructuras podrían ser pagados en parte a través de una reforma del impuesto de sociedades. Cualquier acuerdo de este tipo probablemente incluya una disposición de repatriar los beneficios de las empresas estadounidenses en el extranjero, que se estiman en 2 billones de dólares, y a los que se aplicaría un impuesto del 10%. Esto podría ser un incentivo para que las empresas lleven el dinero de vuelta a los EE.UU.

La mayoría de los republicanos y los demócratas coinciden en que el sistema de impuestos empresariales en EE.UU. necesita una reforma. Eso hace que Trump sea un candidato ideal para un acuerdo bipartidista y una primera oportunidad para que demuestre sus habilidades de negociación. Durante su campaña, se comprometió a reducir la tasa impositiva corporativa marginal superior al 15% desde el 35%, lo que debería tener el deseable efecto secundario de frenar inversiones– transacciones que permiten a una empresa estadounidense que quiere fusionarse con una empresa extranjera pagar menos impuestos en el país de este último. Esta práctica se ha vuelto popular en los últimos años, para gran consternación de los políticos.

Trump también se ha comprometido a bajar los impuestos sobre la renta de manera que el modelo resultante -que también incluiría aumentos sustanciales en las partidas de defensa- significaría un mayor déficit presupuestario en el corto plazo.

Comercio: llegan vientos de cambio 

Un presidente tiene más poder para realizar cambios unilaterales en los acuerdos comerciales de lo que se cree. Eso significa que el presidente electo Trump podría reescribir esos acuerdos para ser más duro con sus socios comerciales – o utilizar la amenaza de la retirada de EE.UU. como una táctica de negociación para forzar cambios en las zonas que considere importantes.

Si bien el poder establecido en Washington teme que Trump nos conduzca a una guerra comercial destructiva, incluida una recesión económica, eso no está garantizado. Parece más probable que Trump mejore las condiciones comerciales en favor de los intereses de EE.UU. En particular, Trump se ha comprometido a revisar el Tratado de Libre Comercio, que fue firmado por el marido de su oponente, el presidente Bill Clinton, en 1993.

Además, acabaría con la Asociación Trans-Pacífico, lo que podría herir el prestigio de Estados Unidos en la región. Por último, Trump ha pedido normas más estrictas sobre el comercio con China, que según él se ha aprovechado de los negociadores comerciales de Estados Unidos durante años. También podría intentar de diversas maneras para acabar con las empresas de Estados Unidos que deslocalizan el trabajo, sus sedes u operaciones al extranjero.

Derogación y remodelación de la Affordable Care Act (ACA)

Aunque Trump ha sido vago sobre sus planes concretos sobre este asunto, ha hecho campaña sobre la derogación de esta ley. La mayoría de los observadores creen, sin embargo, que sería políticamente desastroso cancelar la cobertura de los 20 millones de estadounidenses que han conseguido cobertura sanitaria gracias a la norma. Así que es probable que el plan del partido republicano para «derogar y reemplazar» la ley sea implementado en última instancia como una especie de «derogación y cambio de marca», es decir, una reducción progresiva de los subsidios y regulaciones que los republicanos encuentran excesivos.

Durante la transición puede haber nerviosismo de los mercados por los planes hospitalarios y de salud que dependen de los subsidios que contempla la ley, pero, al final, deben ser capaces de recuperarse, incluso después de una renovación del partido republicano. Durante su campaña, Trump también criticó los altos precios de los medicamentos, diciendo que el gobierno tiene que ser un negociador más fuerte con las empresas farmacéuticas. Si continúa en esa línea podría significar un impulso para que el gobierno ejerza su poder de fijación de precios a través de Medicare, Medicaid y otros programas. Sin embargo, el partido republicano en un sentido más amplio, no está alineado con Trump en la idea de las negociaciones directas de precios, por lo que el resultado por el momento no está claro.

A largo plazo, la economía EE.UU. es probable que siga siendo uno de las más fuertes a nivel mundial, sin importar quién resida en la Casa Blanca. Sin embargo, el presidente tiene la facultad de ejecutar los cambios políticos que pueden mover los mercados. Si bien estas cinco áreas son algunas de las más significativos en los que el presidente electo espera hacer cambios, él y el nuevo Congreso pueden influir en la economía también de otras maneras.

Por ejemplo, Trump ha dicho que va a hacer retroceder la ley de regulación financiera Dodd-Frank de 2010 al tiempo que retiraría del Acuerdo Climático de Paris y las regulaciones ambientales para promover el fracking y la industria de la minería del carbón. Eso podría tener un impacto negativo en las empresas de energía renovables y una positiva en empresas de combustibles fósiles. Estos pasos, además, serían muy controvertidos.

Al final, una administración Trump significa un cambio significativo en la política de Washington por lo menos durante los próximos cuatro años. Esto podría preocupar a los mercados al principio, peo tendrán que esperar y ver cómo se concreta la realidad la presidencia de Donald Trump.

Columna de Matt Miller, asesor político y de comunicación en Capital Group.

 

El segmento high yield europeo todavía tiene mucho que ofrecer

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El segmento high yield europeo todavía tiene mucho que ofrecer
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Lenny K Photography. El segmento high yield europeo todavía tiene mucho que ofrecer

Los inversores se estrujan el cerebro preguntándose dónde van a encontrar rentabilidad a futuro en los mercados de renta fija. ¿Existe realmente alguna clase de activo que pueda ofrecer las rentabilidades requeridas por los inversores, o hay que perder la esperanza? Creemos que el segmento high yield europeo sigue siendo todavía un mercado atractivo donde invertir, y en muchos casos, la única alternativa.

En busca de la rentabilidad

Las compras de bonos corporativos realizadas por el BCE han cambiado la dinámica de los mercados de crédito, y no a mejor precisamente. Este año, los inversores han estado comprando títulos de crédito con rating investment grade incluidos en los listados del Banco Central Europeo, no necesariamente porque ofrecieran mayor valor, sino porque esperaban que el BCE los adquiriera a precios más altos. Este proceso de roll-down sigue siendo extremadamente intenso ya que los tipos a corto plazo se mantienen con firmeza en territorio negativo.

Creemos que los mercados de crédito siguen siendo atractivos con los diferenciales actuales, y en particular los bonos high yield europeos. Ciertamente, las bajas rentabilidades también constituyen un problema para los bonos corporativos, pero los diferenciales compensan con creces los riesgos adicionales asumidos cuando se invierte en bonos de alto rendimiento.

Si observamos el período comprendido entre 1999 y 2016, el diferencial de compañías con una calificación crediticia B sólo estuvo por debajo de niveles actuales un 30% del tiempo. Dada la búsqueda generalizada de rentabilidad y los buenos fundamentales de las empresas, prevemos que esos diferenciales atraviesen el percentil 25 durante el próximo año. Esto supondría una reducción adicional de 50 puntos básicos. Desde 1999, sólo han estado por debajo de este nivel un 10% del tiempo. El diferencial más bajo en dicho período está todavía a una distancia de 150 puntos básicos.

¿Cuáles son los riesgos?

Lo que ha resultado sorprendente durante este ciclo de crédito en Europa ha sido el escaso volumen adicional de deuda emitido por las empresas. Históricamente, en estas fases del ciclo es cuando las grandes compañías realizan grandes inversiones, adquieren algún competidor o pagan ingentes dividendos. Es el tipo de decisiones que dos años más tarde suele parecer mucho menos inteligente.

Sin embargo, en esta ocasión y por el momento, hemos asistido a muy pocas operaciones de este tipo. Por el contrario, se ha producido una reducción gradual del apalancamiento corporativo en Europa y, especialmente en el segmento high yield, habiéndose aplicado la mayor parte de la nueva deuda emitida a operaciones de refinanciación y no de expansión.

El crédito es una clase de activo cuya rentabilidad supera habitualmente a la del resto de activos, pero cuando ocurre lo contrario, lo hace a gran escala. No invertir en esas fases puede incrementar considerablemente la rentabilidad obtenida durante todo el ciclo. Eventualmente, todos los ciclos de crédito finalizan, y para determinar cuándo ocurrirá esto usamos el apalancamiento de las nuevas emisiones como principal componente del análisis.

En Europa, seguimos aún claramente por debajo de 4x (Endeudamiento Neto/ EBITDA) de apalancamiento de las nuevas emisiones este año. De acuerdo con la base de datos de Credit Suisse sobre emisores estadounidenses de deuda high yield, el actual apalancamiento en Europa está en los niveles más bajos registrados desde 1982. Esto, combinado con unos cupones sobre deuda también en mínimos históricos, implicaría que las tasas de fallidos en Europa serán muy moderadas durante los próximos años. En general, un incremento del apalancamiento de las nuevas emisiones normalmente conlleva una ampliación de los diferenciales a los 12–18 meses del repunte del apalancamiento.

FUENTE: Credit Suisse, JP Morgan, Evli

Segmento high yield europeo para seguir obteniendo rentabilidades

Tras un período de cinco años en el cual el mercado de crédito high yield europeo ha venido obteniendo rentabilidades anuales en torno a un 10%, es evidente que los tiempos dorados han quedado atrás. Creemos que los inversores pueden obtener rendimientos decentes durante los tres próximos años. Por decente entendemos una rentabilidad próxima a la T.I.R del mercado (5%). Comparada con niveles históricos no es nada extraordinario, pero si lo hacemos con el resto de mercados de renta fija en euros resulta bastante atractiva. Para aquellos que buscan rentabilidades absolutas quizá sea menos convincente, pero incluso en estos casos creemos que tendría sentido comprar deuda high yield.

Mikael Lundström es responsable de Renta Fija de Evli.

Con Trump, en el mejor escenario, para 2017 la economía mexicana crecerá un 1%

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Con Trump, en el mejor escenario, para 2017 la economía mexicana crecerá un 1%
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: DonkeyHotey. Con Trump, en el mejor escenario, para 2017 la economía mexicana crecerá un 1%

La construcción del muro en la frontera es el menor de los impactos sobre la actividad económica en México.  Realmente las implicaciones vendrán de lo que le pase al Tratado de Libre Comercio (TLC), pero los efectos negativos van a impactar en el crecimiento desde el primer trimestre de 2017.

El triunfo de Trump ha generado mucha incertidumbre respecto a cuáles de las medidas de política que estuvo hablando en la campaña (económica, diplomática, fiscal, etc.) va a instrumentar como Presidente y la forma de hacerlo.  Entre ellas, la que más afecta a México es la comercial.  Pero el crecimiento de México estará afectado de manera negativa desde antes que se defina dicha política.

La primera reacción de los mercados fue una depreciación del peso y para evitar que se vuelva más profunda vendrá un incremento en la tasa de interés nacional para aumentar competitividad frente a bonos extranjeros.  La incertidumbre sobre el futuro de las exportaciones a Estados Unidos junto con la mayor tasa de interés va a provocar que disminuya la inversión física del sector privado.  La inversión pública también va a disminuir por el contexto de austeridad presupuestal, ambas representan el 16% de la demanda agregada.

La depreciación del peso debería de aumentar las exportaciones, pero como también hay incertidumbre en cuanto al crecimiento de EU, tanto el consumo como la inversión en dicho país se quedarán, en el mejor de los casos, estancadas y por lo tanto no se presentará el incremento de las exportaciones de México.  Mientras en Estados Unidos el nuevo gobierno no anuncie claramente una política fiscal expansionista no se debe de esperar ningún aumento de las exportaciones mexicanas. En cuanto al petróleo, en tanto prevalezca la incertidumbre su precio se mantendrá estable o incluso disminuirá. Por el lado de las importaciones, estás si disminuirán como resultado de la depreciación de la moneda y la menor actividad económica.

A su vez, la depreciación del peso va a tener como consecuencia un incremento en los precios de los bienes que se importan, un aumento en los costos de producción y en los precios finales.  Esto reduce la capacidad de compra de la gente y, junto la menor confianza de los consumidores, provoca que el consumo disminuya.  La reducción del consumo sería mayor si efectivamente se establece algún impuesto a las remesas que se envían de los Estados Unidos. El consumo del gobierno también se va a reducir para lograr sus objetivos de no endeudarse para pagar intereses (ingresos mayores a gastos distintos de intereses). Ambos consumos representan el 59% de la demanda agregada.

En conclusión, en tanto no se resuelva que le va a pasar al TLC, el crecimiento de México se va a reducir, la mayoría de los elementos de la demanda agregada (consumo, inversión y exportaciones) van a crecer menos o disminuir y la producción nacional podrá aumentar porque estará reemplazando importaciones.  En el mejor escenario en 2017 la economía mexicana crecerá en 1%.

Columna de Francisco Padilla Catalán

Seguimos siendo positivos con los activos de riesgo

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Seguimos siendo positivos con los activos de riesgo
Foto: John Morgan, Flickr, Creative Commons. Seguimos siendo positivos con los activos de riesgo

Hay tres razones fundamentales por la que seguimos siendo positivos con los activos de riesgo y por las que estamos sobreponderados sobre todo en renta variable europea, pero también en renta variable emergente y japonesa:

– El escenario macroeconómico ha mejorado. Los datos muestran que el crecimiento global en términos generales ha repuntado y, lo que es más importante, está ahora más sincronizado. Las políticas de estímulo chinas están dando sus frutos muy por encima de sus límites y sin duda están jugando un papel clave en la resincronización global. Sin embargo, la recuperación económica china está lejos de ser estable dado que está financiada con crédito y los mercados inmobiliarios en las principales ciudades se están volviendo otra vez muy especulativos. Esto significa que deberíamos ser muy cautos con la actual recuperación incluso aunque, a corto plazo, tenemos que tenerla en cuenta en nuestros análisis.

– En otras partes del mundo, las estimaciones de beneficios de los analistas han empezado a estabilizarse después de un período de revisiones a la baja.

– En lo que respecta a los mercados de renta variable, el S&P acumuló más de diez sesiones seguidas a la baja, por lo que el aumento del riesgo propio del periodo previo a las elecciones estadounidenses ya ha sido parcialmente descontado.

Por otra parte, han aumentado las preocupaciones sobre el programa de flexibilización cuantitativa. Por su parte, los bonos gubernamentales tuvieron un mes complicado durante octubre, sobre todo en Europa donde el bono alemán a 10 años subió 25 puntos básicos.  Esto se debió a que las presiones deflacionarias a nivel global se debilitaron, en medio de la recuperación de la economía china, pero también tuvo su origen en determinados efectos de base más favorables para la inflación.

Las dudas sobre la sostenibilidad del programa de flexibilización cuantitativa del BCE también lastraron el sentimiento. Varios rumores de mercado desencadenaron esta nueva preocupación. Sin embargo, no creemos que el BCE vaya a empezar a reducir sus estímulos pronto. La inflación es débil y la recuperación en la eurozona está lejos de tener un reparto equitativo. Estas últimas tensiones que hemos visto en los bonos soberanos no son suficientes, según nuestro punto de vista, para que revisemos nuestra (bastante prudente) gestión de la sensibilidad y seguimos concentrando nuestras infraponderaciones en los bonos del tesoro americano.

Columna de Benjamin Melman, director de Asignación de Activos y de Deuda Soberana en Edmond de Rothschild AM (France). El gestor participará en el próximo evento «Alternatives in Fixed Income & Flexible Investing” (alternativas en renta fija e inversión flexible), que tendrá lugar en el Hotel Intercontinental de Madrid el jueves.

 

¿Puede el gasto de capital repuntar el déficit de un consumidor que se debilita?

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¿Puede el gasto de capital repuntar el déficit de un consumidor que se debilita?
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Yann Gar. Can Capital Spending Pick Up the Slack From a Weakening Consumer?

A menudo pienso que el gasto del consumidor y la producción industrial son el yin y el yang de la economía de Estados Unidos. En los años posteriores a la crisis  financiera, se sorprende la yuxtaposición de la resistencia del consumidor en comparación con la debilidad del lado industrial y de fabricación de la economía.

Sin embargo, ahora hay señales de problemas de que el consumidor está bajo presión.

«Está ocurriendo algo malo que no podemos explicar». Esta cita sobre el consumidor estadounidense nos la dijo la administración de un minorista de artículos del hogar. ¿Dramático? Sí, pero no atípico de lo que escuchamos de otras empresas de consumidor. Por ejemplo, el CEO de Starbucks, Howard Schultz, dijo que la empresa nunca ha visto en un trimestre una convergencia de la agitación social y política en el país, que debilitara la confianza del consumidor y aumentara la incertidumbre a nivel global.

Si profundizamos un poco en los números, los datos recientes no hablan tampoco de una historia optimista. Por ejemplo, la mitad de los minoristas informó un crecimiento negativo en las ventas año tras año en la misma tienda durante el segundo trimestre de 2016.

Por supuesto, el minorista tradicional se enfrenta a desafíos estructurales del comercio electrónico y el continuo aumento de Amazon. Pero algo más ocurre aquí.

¿Un consumidor decaído significa que el mercado de acciones no puede seguir subiendo? Por supuesto que no. De hecho, hay algunos motivos para esperar que el sector industrial y una recuperación en el gasto de capital (CapEx) podrían hacer repuntar el déficit del consumidor estadounidense.

Se menciona ampliamente que los gastos del consumidor representan alrededor de dos tercios de la economía de EE. UU. Sin embargo, el gasto del consumidor ha contribuido únicamente en un 20% de la variación en el crecimiento del PBI en los últimos cinco años.

Mientras tanto, la inversión privada, que representa menos del 20% de la producción, contribuyó en un 52% de la variación en el crecimiento.

Sí, el gasto del consumidor es una parte enorme de la economía, pero posiblemente no sea el lugar correcto en el cual concentrarnos en este momento. El capital productivo o el gasto de la planta y el equipo, pueden ser una parte pequeña de la economía, pero son mucho más volátiles que el gasto del consumidor.

Intuitivamente, esto tiene sentido. Por poner un ejemplo, los consumidores del supermercado podrían gastar un poco más en artículos de mayor valor si se sintieran confiados. Pero no duplicarán su consumo de alimentos.

El gasto de capital es diferente. Las empresas pueden cambiar rápidamente de manera razonable su gasto de capital si cambiar su perspectiva. Dado que el gasto comercial es más volátil, una mejora puede cambiar de manera significativa la trayectoria de la economía.

En otras palabras, la acción real para la economía está en el gasto de capital, y se está dejando de lado durante la débil recuperación. Existen muchas razones para esto.

Primero, al inicio de la crisis financiera, los inversores han recompensado a las empresas que generaron un libre flujo de efectivo, dividendos y recompra. Los inversores querían producción y no les entusiasmaba que las empresas hicieran costosas inversiones a largo plazo. También hemos visto más industrias con una cantidad relativamente menor de grandes empresa que han mantenido el suministro y la capacidad limitados, evitando así disputas en la participación de mercado.

Por último, en muchas industrias, la regulación se ha tornado un factor mucho más significativo en los últimos años. Eso ha forzado a que las empresas a desviar recursos internamente y aumentó la incertidumbre sobre la perspectiva a largo plazo de sus negocios.

En general, ha sido un esfuerzo duro para el sector de fabricación. El aumento del dólar estadounidense lastimó las exportaciones, la caída de los precios del petróleo golpeó a las empresas de energía y las ventas de autos dieron marcha atrás, a pesar de los niveles del registro del 2015. El índice de gerentes de compras (PMI) del Instituto de la Administración de suministro (ISM) ha estado rondando los 50, lo que indica un crecimiento más bien plano.

En general, las empresas han recortado sus gastos y no invirtieron en la planta y en los equipos. Si miramos los datos macro como el ISM y el envío, las cosas son laxas.

Pero podría haber motivos para tener esperanza. La elección de noviembre proporcionará claridad y políticas potenciales que respaldan el crecimiento en la economía industrial. Estas políticas pueden incluir la repatriación de una parte signi cativa de los 2.000 millones de dólares en efectivo en el extranjero, reducciones de la tasa impositiva de las corporaciones federales de EE. UU. del 35%, gasto de infraestructura y regulación reducida.

El escenario del mejor caso sería un círculo virtuoso del aumento del gasto de capital, que impulsaría la productividad y llevarían a un crecimiento económico más fuerte.

En resumen: Es más necesario un repunte en la inversión del capital productivo que un gasto del consumidor impulsado por la deuda.

Edward J. Perkin es director de Inversión de Capital Eaton Vance Management.

¿Qué significa el triunfo de Trump?

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¿Qué significa el triunfo de Trump?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gage Skidmore. ¿Qué significa el triunfo de Trump?

Donald Trump ha ganado porque, a los ojos de los electores estadounidenses, lo que representaba era mucho más importante que sus controvertidas posturas. Su victoria debe enfocarse como un acontecimiento de primera magnitud dentro del retroceso de la gran globalización económica liberal que comenzó hace años.

En todo el mundo desarrollado, la clase dirigente que ha apoyado esta globalización está siendo rechazada por una mayoría de personas que se sienten amenazadas y quieren más protección, trabajos mejor remunerados (o simplemente trabajos) y más igualdad. El referéndum británico sobre la UE ya fue un hito importante dentro de este movimiento de gran calado.

Las mayores expectativas depositadas en los gobiernos para que recuperen parte del control entregado a unos mercados globalizados darán forma al futuro de los mercados financieros. Traerán consigo políticas keynesianas, con el consiguiente aumento del déficit y la deuda pública. Bajo la presión del electorado, no se debería sobrevalorar la capacidad o voluntad de los parlamentos elegidos (en el Reino Unido y en EE.UU.) para ir contra lo expresado directamente por “el pueblo” en las urnas. Por lo tanto, las políticas presupuestarias más expansivas deberían caracterizar la coyuntura económica en 2017.

Lógicamente, las bolsas deberían enfocar este nuevo paso como algo que favorece la rotación sectorial hacia acciones cíclicas y de perfil “value” que ya lleva produciéndose varios meses. Pero la pregunta clave es cómo van los bancos centrales a acompañar este movimiento con sus políticas y cómo van a integrar los mercados de bonos los mayores riesgos para la inflación y la estabilidad financiera. Estas dos preguntas introducen los que posiblemente son los dos riesgos más subestimados de 2017: los mercados de bonos y la credibilidad de los bancos centrales.

Didier Saint-Georges es miembro del Comité de Inversión de Carmignac.

 

El día después de Trump

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El día después de Trump
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: ajpuppypal . El día después de Trump

Todos nos hemos quedado hasta muy tarde el día martes (y la madrugada del miércoles), desvelando cómo se definirían las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Particularmente, yo estaba a la expectativa de cuál sería la reacción de la bolsa: ganó Trump, y pasó justamente lo contrario a lo que todos presagiaban: subió el mercado.

Con la elección presidencial atrás en el tiempo, ya ni Donald Trump ni Hillary Clinton podrán ser la excusa para culpar por los malos rendimientos de las recomendaciones. Ellos son parte del pasado y los mercados miran al futuro.
Y ahora es tiempo de enfocarnos en estrategias de mediano plazo, al menos para aquellas tenencias del portafolio de cada uno que están más alineadas a los fundamentos económicos de las empresas.

Como inversores, cada uno de nosotros compramos empresas, no políticos. Y más allá que si una determinada política económica aplicada por el gobernante de turno (en este caso Trump) puede ser nociva en el corto plazo, si tenemos en nuestra cartera de inversiones las compañías correctas, serán lo suficientemente capaces para tener éxito aun en contextos de descalabros políticos.

En este sentido, tenemos que buscar firmas que estén baratas respecto a sus competidoras y que muestren un crecimiento de sus ganancias y ventas en el tiempo. Tan simple como eso para tener mayor probabilidad de éxito. Y esto lo podemos lograr independientemente de Trump, Hillary o cualquiera que hubiese ganado.

Adicionalmente, la buena noticia es que los mercados bursátiles suelen hacer más fácil esta tarea tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Al menos, así lo muestran las estadísticas.

Una vez descomprimida la tensión, el nerviosismo y el miedo que producen las elecciones presidenciales en la principal economía del mundo, las bolsas se encaminan. Desde 1984 a la fecha, el año posterior a las elecciones presidenciales (del 1 de enero al 31 de diciembre), el S&P 500 ha tenido un rendimiento asombroso en comparación a su historia:

Se trata de un gráfico que habla por sí solo. Durante las últimas ocho elecciones, el año siguiente a este evento el S&P 500 terminó en verde. Y el rendimiento promedio anual fue del 19,4% contra el 10% histórico. Esto implica que el principal índice bursátil casi duplicó su performance promedio anual en el año siguiente a las últimas ocho elecciones. Sólo verificó un rojo, que fue en 2001, influenciado por algo que estaba fuera de la agenda como los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de ese año.

Un dato optimista adicional es que la mejora del índice no se circunscribe a las compañías más grandes, integrantes del S&P 500, sino que también hay un efecto derrame a las tecnológicas y a las “más pequeñas” (medidas por el índice Russell 2000).

Como observamos, el tecnológico Nasdaq promedió un alza del 19,36% anual en el año posterior a las Elecciones en los últimos 8 eventos políticos de esta naturaleza, mientras que el Russell 2000 (acciones más pequeñas por capitalización bursátil) hizo lo propio en un 20,2% anual.

En el año 1993 y el 2001, las acciones más “chicas” no solo que subieron, sino que tuvieron una performance relativa superior al Nasdaq y al S&P 500. Y creo que esto puede repetirse en 2017 ya que la economía estadounidense podría recuperar dinamismo, removida la incertidumbre política, favoreciendo a este tipo de compañías. Nuevamente es necesario recordar que compramos e invertimos en compañías, no en políticos.

Opinión de Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global