¿Qué significa el triunfo de Trump?

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¿Qué significa el triunfo de Trump?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gage Skidmore. ¿Qué significa el triunfo de Trump?

Donald Trump ha ganado porque, a los ojos de los electores estadounidenses, lo que representaba era mucho más importante que sus controvertidas posturas. Su victoria debe enfocarse como un acontecimiento de primera magnitud dentro del retroceso de la gran globalización económica liberal que comenzó hace años.

En todo el mundo desarrollado, la clase dirigente que ha apoyado esta globalización está siendo rechazada por una mayoría de personas que se sienten amenazadas y quieren más protección, trabajos mejor remunerados (o simplemente trabajos) y más igualdad. El referéndum británico sobre la UE ya fue un hito importante dentro de este movimiento de gran calado.

Las mayores expectativas depositadas en los gobiernos para que recuperen parte del control entregado a unos mercados globalizados darán forma al futuro de los mercados financieros. Traerán consigo políticas keynesianas, con el consiguiente aumento del déficit y la deuda pública. Bajo la presión del electorado, no se debería sobrevalorar la capacidad o voluntad de los parlamentos elegidos (en el Reino Unido y en EE.UU.) para ir contra lo expresado directamente por “el pueblo” en las urnas. Por lo tanto, las políticas presupuestarias más expansivas deberían caracterizar la coyuntura económica en 2017.

Lógicamente, las bolsas deberían enfocar este nuevo paso como algo que favorece la rotación sectorial hacia acciones cíclicas y de perfil “value” que ya lleva produciéndose varios meses. Pero la pregunta clave es cómo van los bancos centrales a acompañar este movimiento con sus políticas y cómo van a integrar los mercados de bonos los mayores riesgos para la inflación y la estabilidad financiera. Estas dos preguntas introducen los que posiblemente son los dos riesgos más subestimados de 2017: los mercados de bonos y la credibilidad de los bancos centrales.

Didier Saint-Georges es miembro del Comité de Inversión de Carmignac.

 

El día después de Trump

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El día después de Trump
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: ajpuppypal . El día después de Trump

Todos nos hemos quedado hasta muy tarde el día martes (y la madrugada del miércoles), desvelando cómo se definirían las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Particularmente, yo estaba a la expectativa de cuál sería la reacción de la bolsa: ganó Trump, y pasó justamente lo contrario a lo que todos presagiaban: subió el mercado.

Con la elección presidencial atrás en el tiempo, ya ni Donald Trump ni Hillary Clinton podrán ser la excusa para culpar por los malos rendimientos de las recomendaciones. Ellos son parte del pasado y los mercados miran al futuro.
Y ahora es tiempo de enfocarnos en estrategias de mediano plazo, al menos para aquellas tenencias del portafolio de cada uno que están más alineadas a los fundamentos económicos de las empresas.

Como inversores, cada uno de nosotros compramos empresas, no políticos. Y más allá que si una determinada política económica aplicada por el gobernante de turno (en este caso Trump) puede ser nociva en el corto plazo, si tenemos en nuestra cartera de inversiones las compañías correctas, serán lo suficientemente capaces para tener éxito aun en contextos de descalabros políticos.

En este sentido, tenemos que buscar firmas que estén baratas respecto a sus competidoras y que muestren un crecimiento de sus ganancias y ventas en el tiempo. Tan simple como eso para tener mayor probabilidad de éxito. Y esto lo podemos lograr independientemente de Trump, Hillary o cualquiera que hubiese ganado.

Adicionalmente, la buena noticia es que los mercados bursátiles suelen hacer más fácil esta tarea tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Al menos, así lo muestran las estadísticas.

Una vez descomprimida la tensión, el nerviosismo y el miedo que producen las elecciones presidenciales en la principal economía del mundo, las bolsas se encaminan. Desde 1984 a la fecha, el año posterior a las elecciones presidenciales (del 1 de enero al 31 de diciembre), el S&P 500 ha tenido un rendimiento asombroso en comparación a su historia:

Se trata de un gráfico que habla por sí solo. Durante las últimas ocho elecciones, el año siguiente a este evento el S&P 500 terminó en verde. Y el rendimiento promedio anual fue del 19,4% contra el 10% histórico. Esto implica que el principal índice bursátil casi duplicó su performance promedio anual en el año siguiente a las últimas ocho elecciones. Sólo verificó un rojo, que fue en 2001, influenciado por algo que estaba fuera de la agenda como los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de ese año.

Un dato optimista adicional es que la mejora del índice no se circunscribe a las compañías más grandes, integrantes del S&P 500, sino que también hay un efecto derrame a las tecnológicas y a las “más pequeñas” (medidas por el índice Russell 2000).

Como observamos, el tecnológico Nasdaq promedió un alza del 19,36% anual en el año posterior a las Elecciones en los últimos 8 eventos políticos de esta naturaleza, mientras que el Russell 2000 (acciones más pequeñas por capitalización bursátil) hizo lo propio en un 20,2% anual.

En el año 1993 y el 2001, las acciones más “chicas” no solo que subieron, sino que tuvieron una performance relativa superior al Nasdaq y al S&P 500. Y creo que esto puede repetirse en 2017 ya que la economía estadounidense podría recuperar dinamismo, removida la incertidumbre política, favoreciendo a este tipo de compañías. Nuevamente es necesario recordar que compramos e invertimos en compañías, no en políticos.

Opinión de Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global

Trump: un símbolo del actual fracaso político para abordar los desafíos socioeconómicos

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Trump: un símbolo del actual fracaso político para abordar los desafíos socioeconómicos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: John Sonderman. Trump: un símbolo del actual fracaso político para abordar los desafíos socioeconómicos

Esta carrera presidencial sin precedentes ha llegado a su fin y, una vez más, el voto anti sistema ha sido subestimado en las encuestas, por los periodistas y los analistas y el ganador es Donald Trump. Lo primero que nos viene a la cabeza es “esperar lo mejor, pero prepararnos para lo peor”; ya que la campaña ha proporcionado muchas evidencias de que Trump podría no ser un buen presidente.

Hasta cierto punto, esta victoria también en un símbolo del actual fracaso político para abordar los desafíos socioeconómicos más importantes. Evidentemente, ha generado incertidumbre, al menos a corto plazo, no sólo en el contexto económico actual, sino también en términos de evolución geopolítica en el futuro. Como resultado, la elevada volatilidad en los mercados globales puede mantenerse durante los próximos días y probablemente brindará oportunidades interesantes si las valoraciones de los activos alcanzan niveles exagerados bajos en algún momento.

Mirando más allá de 2017, con una mayoría republicana en el Congreso, ¿podrá Trump calmar los temores de los inversores a cerca del proteccionismo, la inmigración y los asuntos exteriores? En otras palabras, ¿se alejará de los extremos de su campaña? Y si pudiera gestionarlo, ¿qué pasa con la reforma fiscal, el gasto en infraestructura y los déficits potencialmente más elevados? La reacción inmediata ahora es vender riesgo, especialmente los activos de mercados emergentes, y comprar activos seguros como los bonos del Tesoro estadounidenses y el oro. A medio plazo, su administración podría caracterizarse por un poderoso reajuste comercial, con unos rendimientos de bonos más elevados.

Vamos a tratar de evaluar cómo pueden reaccionar los mercados en los próximos días y las tendencias que pueden surgir en el futuro.

Renta variable

Estimamos un riesgo de caídas del 5-7% para la renta variable global en los próximos dos o tres días. Los activos estadounidenses deberían cotizar ahora con un precio significativamente más bajo, pero, como de costumbre, gracias a su naturaleza defensiva, pueden comportarse mejor en términos relativos.

El S&P 500 puede caer a 2.000 puntos y, en este caso, esperamos que otros mercados experimenten una caída de aproximadamente el 10% antes de estabilizarse. Geográficamente hablando, las acciones de los mercados emergentes (especialmente Latinoamérica y Asia) estarán entre los principales perdedores. Europa, sobre todo Suiza, y Japón también pueden experimentar severos contratiempos, especialmente si las divisas tienden apreciarse mucho frente al dólar en los próximos días.

Es probable que las grandes multinacionales sufran más que las empresas locales, dado el programa de política comercial proteccionista de Trump. Como resultado, las compañías de pequeña capitalización deberían superar a las de gran capitalización a nivel mundial.

Por sectores, los industriales (infraestructura) pueden mostrar una mayor resistencia debido a las expectativas de un gran estímulo fiscal, especialmente con una mayoría republicana en el Congreso. El consumo discrecional debe dividirse entre los temores sobre una subida de los salarios mínimos y las nuevas preocupaciones sobre el comercio.

Lo mismo para el financiero: la buena noticia es que Trump debería resultar menos oneroso en la regulación, pero el futuro de las subidas de los tipos de interés – especialmente en el caso de un escenario de risk-off muy adverso, que pondría a la Fed en modo espera hasta el próximo año – debería seguir predominando.

Por lo tanto, esperamos que los bancos se comporten relativamente bien dentro de una corrección benigna. Un rally del sector del sanitario puede ser probable también, al menos en el corto plazo, aunque las preocupaciones por los precios de los medicamentos no desaparecerán por completo. La energía –obviamente excluyendo las reservas de energía solar– parece que también puede ser un refugio seguro bajo el nuevo régimen político de Trump.

Bonos

La subida de los tipos por parte de la Fed en diciembre está ahora menos segura y, como he explicado anteriormente, debería traer al menos una pausa, o una espera temporal en el posicionamiento experimentado después del verano. Se espera que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, así como otros rendimientos de los bonos soberanos de elevada calidad, retrocedan al menos 20 puntos básicos. Se espera también que los TIPS tengan un rendimiento inferior en este entorno, así como en los mercados de crédito, ya que los diferenciales pueden ampliarse. Incluso si la ampliación de los diferenciales fuera limitada en esta etapa, el crédito en cualquier caso se comportará peor que los bonos del gobierno.

La deuda de mercados emergentes, especialmente en divisa local para Latinoamérica, se espera que sufra significativamente, erosionando la mayoría de los beneficios que se han obtenido este año.

Divisas

El entorno de elevada volatilidad debería beneficiar al yen, el franco suizo y quizá incluso al euro, aunque en menor medida. Son claramente noticias devastadoras para el peso mexicano y es un golpe duro para el dólar canadiense. El peso mexicano puede negociarse ahora por encima de 20 frente al dólar y se mantendrá bastante volátil en los próximos días. El rublo y algunas divisas asiáticas, como la rupia indonesia, deberían demostrar mayor resistencia dentro de los mercados emergentes.

México podría experimentar una bajada en la calificación soberana de crédito

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México podría experimentar una bajada en la calificación soberana de crédito
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: torbakhopper. México podría experimentar una bajada en la calificación soberana de crédito

El empresario Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos. Trump representa el voto de protesta a lo establecido, a las ventajas ofrecidas por la globalización que no llegaron, a la apertura a la inmigración que resta oportunidades de empleo y, en general, a la inequidad en la distribución del ingreso.

Este reclamo es el mismo que motivó el Brexit y ha brotado en otros lugares del mundo. Al final, dicho reclamo fue más fuerte incluso de lo que captaban las encuestas previas a la elección y finalmente llevarán a Trump a la Presidencia. El contexto en el que ocurre es más preocupante, ya que el comercio internacional está estancado, las políticas monetarias del mundo desarrollado están agotadas, y dado el reciente aplanamiento de las curvas de rendimiento, el sistema financiero aumentó su vulnerabilidad. El mensaje del electorado estadounidense del agotamiento de la tolerancia a lo establecido es una llamada de atención al resto del mundo donde están próximos a realizar elecciones presidenciales, incluido México.

Donald Trump mostró un discurso agresivo en su campaña contra México, en particular, contra el Tratado de Libre Comercio de Norte América y contra la inmigración ilegal de mexicanos en Estados Unidos, por lo que era de esperarse una reacción negativa de los mercados en caso de que ganara las elecciones presidenciales. Así, el peso mexicano fue la moneda que más se depreció de todas las emergentes contra el dólar estadounidense.

La Comisión de Cambios decidió el miércoles no intervenir en el mercado cambiario para aminorar la depreciación cambiaria. A nuestro juicio, la depreciación parece exagerada, ya que más que compensa cualquier costo asociado con un desmantelamiento de las tarifas de importación favorables a México por el TLCAN, en el caso extremo que se revirtiera dicho tratado comercial, por lo que se hubiera justificado una intervención hoy de venta de dólares en el mercado cambiario. Hemos apuntado en ocasiones previas, que la Comisión de Cambios pasó de intervenciones diarias a ninguna intervención, cuando la mejor política pudiera estar en medio de ambos extremos. Es decir, el objetivo de la Comisión debería ser el incrementar el costo de especular contra el peso mexicano, a través de la incertidumbre generada en el especulador de cuándo podría intervenir la Comisión de Cambios, ya que si se sabe que no va a intervenir (porque no ha intervenido en los momentos más críticos), entonces da lugar a estos movimientos exagerados con repercusiones para la planeación económica y la inflación, entre otros. La Comisión de Cambios parecería más preocupada de lo que han mostrado en público respecto a lo que hemos anotado en comentarios previos referente al ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente, ya que el consumo privado está creciendo más rápido que el producto interno bruto, así validando un ajuste importante en el tipo de cambio con el objeto de reducir las importaciones y alentar las exportaciones.

La depreciación del peso mexicano dará a la Secretaría de Hacienda un gran remanente de operación proveniente de Banxico por el ejercicio 2016. En 2015, el Banco de México tuvo un resultado de operación positivo de 378.236 millones de pesos, de los cuales 462.898 se explicaron por fluctuaciones cambiarias. Con dicho resultado, el Banco de México determinó dar a la Secretaria de Hacienda un remanente por el ejercicio de 239.094 millones de pesos. Para este año, dada la depreciación del tipo de cambio, el remanente de operación pudiera superar los 300.000 millones de pesos. Dicho remanente, sería de gran ayuda para las finanzas públicas al reducir el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público y compensar el impacto que tendrá en el saldo la revalorización de la deuda externa en pesos mexicanos. Sin embargo, consideramos que no será capaz de revertir la alta probabilidad de una baja en la calificación soberana de crédito, ya que la preocupación principal sigue siendo el crecimiento económico. A nuestro juicio, la retórica anti- TLCAN de Trump es responsable de una disminución de la inversión en nuestro país y ahora que ganó las elecciones la incertidumbre continuará respecto a si llevará a cabo sus amenazas de renegociar dicho Tratado, o en su caso aplicar tarifas contra algunas industrias.

El plan fiscal de Trump sugiere una Fed más agresiva en subir la tasa de lo que tenía el mercado. Recientemente, apuntábamos en “Curvas de rendimiento al alza con programa fiscal en EUA”, del pasado 26 de Octubre, que cualquiera de los dos candidatos presidenciales traía un plan fiscal agresivo que daría a la Fed la posibilidad de desmantelar la política monetaria laxa a un ritmo más acelerado de lo que traía incorporado el mercado.

En dicho comunicado apuntábamos que el plan Fiscal de Trump es más agresivo todavía que el de Clinton al considerar más gasto en infraestructura, pero menos impuestos también, aumentando el déficit fiscal. Dicho estímulo a la economía, en palabras de Stanley Fischer era lo que la economía americana necesitaba para incrementar el potencial de crecimiento económico. Además de aumentar el nivel de la tasa de equilibrio, da a la Fed espacio para llegar a dicha tasa más rápido de lo que tenía incorporado el mercado, por lo que los rendimientos de los bonos del Tesoro tenían que subir a lo largo de toda la curva de rendimiento, y es lo que estamos (y esperábamos) viendo hoy. Dicha curva de rendimiento, siendo la referencia de las tasas en todo el mundo, tendrá repercusiones en todas las curvas, incluidas la de México.

Banxico tendrá que lidiar sólo sin apoyo de la Comisión de Cambios con el impacto de la depreciación en la inflación. Muy probablemente Banxico va a tener que seguir a la Fed y subir la tasa de referencia en la próxima reunión de política monetaria a celebrase el 17 de noviembre. Previo a conocer el resultado de las elecciones anticipábamos una inflación del 3,8% para el año que entra, en particular por la tendencia al alza de la inflación subyacente, y los impactos esperados por la liberalización de los precios de la gasolina. Ahora, con la victoria de Trump, y el aval de la Comisión de Cambios para que tome el nivel que tenga que tomar, el impacto en la inflación podría ser mayor.

En suma: la victoria de Trump, después de Brexit, es un claro llamado a todos los gobiernos del resto del mundo para tomar nota del descontento contra lo establecido, la globalización y la inmigración y el riesgo del resurgimiento del populismo. El impacto que tendrá finalmente en los niveles de las tasas de interés, tipo de cambio, inflación y crecimiento económico dependerá de su plan fiscal, de su política comercial, y de la relación bilateral con México dada la cercanía y la integración económica que se ha logrado. En las próximas jornadas estaremos evaluando los discursos de Trump y la reacción de los mercados para estar en posibilidad de revisar nuestro escenario base.

Columna de FINAMEX

Trump: los pronósticos se equivocaron y eso podría provocar mayor volatilidad en los mercados

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Trump: los pronósticos se equivocaron y eso podría provocar mayor volatilidad en los mercados
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Sam Valadi. Trump Vote Wrong- Foots Forecasters

El resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, al igual que el referéndum del Reino Unido sobre la UE, contradijo las predicciones de la mayoría de los sondeos, que daban a Hillary Clinton una ligera ventaja antes de que se abrieran los colegios electorales. La vistoria de Donald Trump ha sido un desafío no sólo para los encuestadores, sino también para las expectativas de muchos inversores.

En su camino hacia la Casa Blanca, Trump ganó estados clave como Florida, Ohio y Carolina del Norte. Los pronósticos se equivocaron y eso podría provocar mayor volatilidad en los mercados mientras los inversores digieren esta nueva información y se esfuerzan por entender las implicaciones de una presidencia de Trump.

Trump es en muchos aspectos bastante desconocido, y su presidencia podría significar un período de incertidumbre para los inversores. Desde Old Mutual Global Investors seguiremos de cerca los mercados, pero sería razonable esperar, al menos a corto plazo, una oleada de ventas, no sólo en los Estados Unidos, sino también a nivel internacional. La reacción inmediata de los mercados de renta variable fue negativa, con los índices asiáticos cayendo. El dólar estadounidense también retrocedió un 3,4% frente al yen a las 5.20 de la mañana, hora de Londres.

El dólar ha estado bajo presión debido a que una subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos parece ahora menos probable, y también porque los inversores pueden colocar una prima de riesgo más alta en las inversiones en Estados Unidos. La volatilidad en muchas clases de activos podría aumentar en el corto plazo.

De cara al futuro, existen algunas promesas de Trump, por ejemplo el proteccionismo, la revisión de los acuerdos comerciales internacionales y la deportación de los inmigrantes ilegales, que van a contribuir a la volatilidad del mercado a más largo plazo. Pero otras, como sus planes de recortar los impuestos, incluyendo el impuesto de sociedades del 35% al 15%, sus planes para fomentar la repatriación de las ganancias corporativas y embarcarse en un gasto masivo en infraestructuras, podrían estimular la economía estadounidense.

Dado el intenso grado de atención que se ha prestado a estas elecciones y su indudable importancia política, puede parecer sorprendente que dentro del equipo mundial de renta variable de OMGI no hayamos intentado predecir su resultado. No estamos en el negocio de tratar de predecir eventos que son muy difíciles de predecir. Pronosticar a corto plazo un evento binario, como lo son unas elecciones, no es, en nuestra opinión, una buena forma de invertir. Hemos construido nuestro proceso de inversión en otros principios que creemos que son más sólidos.

Los eventos macro y los acontecimientos geopolíticos, como las elecciones estadounidenses, afectan implícitamente nuestro proceso de inversión en lugar de explícitamente. Son eventos que impactan en el mercado, y esta es la clave para nosotros. Estamos mucho más interesados en cómo se comporta el mercado porque eso nos da las pistas sobre cómo debemos posicionar nuestras carteras.

Un proceso estable

Nuestro proceso de inversión implica desarrollar una visión de cómo se está comportando las bolsas. Tenemos que ser muy conscientes de la dirección del mercado, la volatilidad y de las formas en que los rendimientos de las acciones individuales difieren entre sí. Eso nos lleva a las acciones que queremos comprar.

La renta variable estadounidense no está barata

En los últimos tiempos, la renta variable estadounidense no ha estado en niveles baratos en términos de valoración, aunque muchas de las compañías en este mercado son de alta calidad, por lo que uno podría esperar pagar un precio más alto. Sin embargo, algunas partes del mercado estadounidense son particularmente caras en relación con la media. Por ejemplo, las compañías de gran capitalización tienden a ser más caras que las tamaño pequeño y mediano.

Esto se debe en parte a que las primeras son internacionales, pero también porque reciben grandes entradas desde fondos de inversión que rastrean los índices. Otras áreas del mercado que se han vuelto más caras son las compañías que pagan dividendos y las que registran baja volatilidad.

En mi opinión, los managers activos tienen una gran oportunidad en este momento porque hay un montón compañías que no están adecuadamente valoradas en América del Norte. Aunque la región, en conjunto, no es barata hay áreas que pueden ser explotadas por inversores suficientemente ágiles.

Ian Heslop es responsable de renta variable global de Old Mutual Global Investors y gestor del Old Mutual North American Equity Fund.

 

El día después: ¿Qué pasará ahora en los mercados?

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El día después: ¿Qué pasará ahora en los mercados?
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Bradley Weber. The Morning After: What Now For Markets?

En un sorprendente giro de los acontecimientos que recuerdan al Brexit, Donald Trump, candidato republicano, fue elegido como el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos ayer por la noche. Además, los republicanos mantuvieron el control sobre ambas cámaras del Congreso.

La inesperada victoria de Trump trae consigo una gran incertidumbre política, dada su falta de especificidad durante la campaña presidencial. A juzgar por el tono de su campaña, uno puede suponer que el comercio exterior va a ser probablemente un foco importante de la nueva administración. Es poco probable que se ratifique el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica en el contexto actual, mientras que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría ser renegociado o incluso descartado. Es probable que a corto plazo asistamos a incertidumbre sobre las políticas de inmigración, lo que podría afectar a los mercados de trabajo.

Durante la campaña electoral, el presidente electo Trump prometió reducir los impuestos y revocar los impuestos de Medicare sobre los beneficios de las inversiones. Si se pone en marcha el plan Trump, el impuesto de sociedades se reduciría al 15% desde el 35%, y los beneficios empresariales repatriados se gravarían con una tasa única de 10%. Los economistas, sin embargo, se preguntan si este paquete estimularía un crecimiento económico suficiente para compensar la pérdida de ingresos por las menores tasas impositivas, lo que podría aumentar los déficits fiscales.

Los sectores que podrían verse favorecidos bajo la presidencia de Trump incluyen:

  • Combustibles fósiles: Trump habló repetidamente de la independencia energética de Estados Unidos durante la campaña, pidiendo el arrendamiento de tierras federales para exploración de energía, prometiendo derogar algunas regulaciones sobre el carbón y reviviendo el proyecto de tubería Keystone XL.
  • Farmacéuticas: El control de los precios será menos preocupantes para la industria de lo que hubieran sido bajo la presidencia de Clinton.
  • Finanzas: Trump ha pedido la revocación o la revisión significativa de la ley Dodd-Frank. Las cargas regulatorias podrían ser reducidas en toda la economía si nos basamos en la retórica de su campaña.

El interés de Trump en el comercio durante la campaña y el riesgo de que el Tratado de Libre Comercio de América del Nortepudiera ser revisado presionará a las divisas de dos de los mayores socios comerciales de Estados Unidos: México y Canadá. Además, es probable que las monedas de los mercados emergentes se vean presionadas, ya que cualquier barrera comercial adicional de Estados Unidos probablemente frenará aún más el crecimiento del comercio mundial, lo que podría afectar negativamente tanto a los productores de materias primas como a los de manufacturas.

Si Estados Unidos impone barreras comerciales a las importaciones, los exportadores estadounidenses podrían resultar heridos, pues los socios comerciales podrían tomar represalias contra esto. Con aproximadamente un 40% de las ganancias de las compañías del índice S&P 500 obtenidas fuera de los Estados Unidos, parece haber riesgos significativos para las multinacionales con sede en Estados Unidos.

Una guerra comercial abierta sería perjudicial para el crecimiento y el empleo, y podría tener efectos más allá de las fronteras estadounidenses. Las empresas cuyo negocio es más doméstico por naturaleza puede ir mejor en un contexto de fricción del comercio mundial. Si los mercados financieros tienen una reacción persistentemente negativa hacia la victoria de Trump en el período previo a la reunión del FOMC de diciembre, las probabilidades de una subida de los tipos de interés podrían reducirse.

Una agenda de primera línea

Teniendo en cuenta la influencia política y las corrientes de las últimas décadas, es razonable esperar que los republicanos intenten aprobar los mayores cambios políticos en los primeros dos años de una presidencia de Trump, tal y como lo hicieron los demócratas en los dos primeros años del gobierno de Obama. En 2009-2010, los demócratas controlaron la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso y aprobaron un gran paquete de estímulo económico y el Obamacare.

A menudo, cuando una de las partes controla tanto el Congreso como la Casa Blanca, los votantes perciben la influencia política y buscan el equilibrio en las elecciones de mitad de mandato. En 1994, los demócratas de la administración de Bill Clinton perdieron la Cámara y el Senado y nunca recuperaron el control del Congreso durante el resto de sus dos mandatos. Perder el control de una o ambas cámara a medio plazo limitaría la capacidad de Trump de lograr sacar adelante su agenda, lo que implica que los cambios de política podrían ser más graduales durante el resto de su mandato.

Erik Weisman es economista jefe de MFS.

 

 

 

 

Europa, a merced de la política y Estados Unidos pendiente de los tipos

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Europa, a merced de la política y Estados Unidos pendiente de los tipos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mohammed Almousawi. Europa, a merced de la política y Estados Unidos pendiente de los tipos

La confianza en la zona euro está capeando bien, de momento, las incertidumbres políticas que generan el Brexit, la dificultad de gobernar España y el referéndum sobre la reforma constitucional italiana previsto para el 4 de diciembre. Tras haberse mantenido estable en torno a 53 desde comienzos de año, el índice PMI compuesto de la zona euro ha retrocedido de 52,9 a 52,6 en septiembre. Sin embargo, y al margen de la volatilidad mensual, su media para el conjunto del tercer trimestre está muy próxima a la del segundo trimestre, lo que permite augurar un crecimiento similar, del orden del 1,5% en ritmo anualizado.

Las estadísticas sobre la actividad han sido volátiles en los últimos meses aunque, en su conjunto, son positivas. De esta forma, en agosto, la producción industrial en la zona euro ha repuntado un 1,5%, marcando una mejoría en la mayoría de los países de la zona, tras registrar un descenso del 0,5% en julio. Las ventas minoristas se han estabilizado tras haber progresado un 0,3% el mes precedente, pero la tendencia se mantiene favorable, en un contexto en que la confianza de los consumidores continúa siendo muy elevada a la par que el mercado laboral se afianza.

La inflación total comienza a acelerarse: tocó su punto más bajo en el -0,2% anual en abril y se ha establecido en el +0,4% anual en septiembre, tras el +0,2% registrado en agosto. Por el contrario, la inflación subyacente apenas ha subido y se ha establecido en el +0,8% anual.

Al término de su reunión del 8 de septiembre de 2016, el Banco Central Europeo decidió apostar por el statu quo, al considerar que no procedía adoptar nuevas medidas pero sin descartar del todo la posibilidad de adoptar nuevas medidas de relajación. Mario Draghi ha afirmado que está previsto realizar las compras mensuales de 80.000 millones de euros hasta finales de marzo de 2017 o, incluso, más allá si fuera necesario. Ha anunciado además la puesta en marcha de una comisión de trabajo encargada de evaluar las opciones que permitan asegurar una aplicación fluida del programa de compras de activos, abriendo así la vía a una modificación de los parámetros de este programa.

En España, la constitución de un gobierno en minoría por parte del Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy, ralentizará la puesta en marcha de nuevas medidas.

EE.UU.: hacia un alza de los tipos en diciembre

El crecimiento estadounidense ha decepcionado en el segundo trimestre: el PIB solo ha progresado un 1,4% en ritmo anualizado, tras un alza del 1,1% en el primer trimestre. El consumo de los hogares ha sido muy dinámico, pero la actividad se ha visto fuertemente penalizada por la disminución de inventarios y, en menor medida, por la bajada del gasto en bienes de inversión, dos factores que han lastrado la actividad a lo largo de los últimos trimestres.

Con todo, las estadísticas mensuales auguran un crecimiento más sostenido en el tercer trimestre. Cierto es que el consumo de los hogares está empezando a resentirse, pero la inversión no residencial se está recuperando a juzgar por el aumento de los pedidos de bienes de inversión en los dos últimos meses, en particular en los sectores petrolero y minero. Además, como el movimiento de reducción de inventarios ha sido particularmente violento en el segundo trimestre, su efecto debería lastrar menos el crecimiento durante el tercer trimestre.

El repunte de los índices ISM en el mes de septiembre ha sido muy tranquilizador, tras el deterioro brutal del mes de agosto que hacía temer un frenazo sobre la actividad. El índice ISM del sector manufacturero ha compensado parte de su caída, recuperando de 49,4 a 51,5, y el índice ISM no manufacturero ha aumentado de 51,4 a 57,1, alcanzando su nivel más alto desde octubre de 2015.

Las estadísticas del mercado laboral son contradictorias. La creación de empleo en el sector privado se mantiene bien, hasta 167.000 en septiembre, y el número de horas trabajadas ha repuntado. Por el contrario, la subida de la tasa de participación ha hecho que la tasa de desempleo aumente del 4,9% al 5,0%, al tiempo que la progresión mensual del salario horario ha sido más floja de lo esperado (+0,2%).

Tras su reunión del 20 y 21 de septiembre, la Reserva Federal optó por el statu quo, si bien ha dejado entrever con más fuerza una subida de tipos para este año, al tiempo que ha revisado de tres a dos las subidas para 2017. Las actas de la reunión revelan que parte de los siete miembros del FOMC que habían votado a favor del statu quo lo han hecho con poco convencimiento y consideran que sería conveniente acometer de forma más o menos rápida un alza de tipos.

De los tres miembros que votaron por una subida de tipos en septiembre, algunos han afirmado que una subida demasiado tardía de los tipos mermaría la credibilidad de la Reserva Federal. Los analistas del mercado consideran que una subida de los tipos por parte de la Reserva Federal en el mes de noviembre, a cinco días de las elecciones presidenciales, es poco probable, en torno a un 20%. Por el contrario, la probabilidad de un alza de tipos en diciembre está en torno al 66%.

Columna de Julien-Pierre Nouen, economista y estratega de Lazard Frères Gestion

 

Cambios en la transición hacia una economía baja en carbono

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Cambios en la transición hacia una economía baja en carbono
Foto: Ryya, FLickr, Creative Commons. Cambios en la transición hacia una economía baja en carbono

La conferencia intergubernamental “París Clima 2015” de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de finales de 2015 marcó un punto de inflexión en un esfuerzo de 20 años contra el calentamiento global. Por primera vez países desarrollados y en desarrollo se han comprometido a un incremento de la temperatura global menor de 2 grados centígrados respecto a la era preindustrial, con informes de progreso cada cinco años y financiación de 100.000 millones de dólares al año de los países ricos a aquellos en desarrollo hasta 2020.

De hecho el desacoplamiento de crecimiento del PIB de la demanda de energía y emisiones de CO2 comenzó en Europa hace diez años y empieza a despegar en China. Las renovables, hidroeléctrica, eólica y solar ya sumaron la mitad de instalaciones de nueva capacidad en 2015 y pueden convertirse en la mayor fuente de generación de energía hacia 2030. A ello contribuye que el coste de generación de energía renovable haya disminuido con las economías de escala, los avances tecnológicos y la financiación. Además, con la opinión pública cada vez más favorable, las empresas que proporcionen soluciones experimentarán una demanda creciente.

Ahora el acuerdo intergubernamental está ratificado y va a ponerse en marcha desde el 4 de noviembre. Del 7 al 18 de noviembre se celebra la Conferencia sobre Cambio Climático ONU COP 22 en Marrakech y es muy probable que se mantenga la dirección. Ahora hay mayor visibilidad de las políticas, con voluntad global. Si reducimos drásticamente las emisiones según lo acordado, el mayor impacto principal será en el precio de las emisiones de CO2 y el énfasis en soluciones de eficiencia energética. De todas formas hay incertidumbre respecto al resultado por las elecciones en EE.UU., que pueden cambiar los detalles de manera significativa. Si gana Clinton es previsible una continuación de las políticas establecidas por Obama. En cambio, Trump es más favorable al sector de petróleo -quiere continuar la exploración él mismo en Alaska-.

De momento, con la suma de compromisos de países firmantes seguiríamos en un escenario de calentamiento global por encima de la trayectoria de 2 grados centígrados. Pero el acuerdo indica que cada cinco años desde 2020 habrá revisiones y la posibilidad de medidas más agresivas para la reducción de emisiones, así que la reducción puede ser mucho mayor. En el escenario más favorable para 2050-2060, la emisión neta negativa global de gases de efecto invernadero sería negativa.

El caso es que del total de emisiones, el mayor volumen de gas de efecto invernadero es el CO2, tres cuartas partes. Además, los sectores de combustibles fósiles, electricidad y transporte representan dos tercios del total de emisiones de CO2. También hay que tener en cuenta que producir la misma cantidad de energía produce casi el doble de CO2 con carbón que con gas. Según la Agencia Internacional de la Energía para 2040, en el escenario de 2 grados la cuota de los combustible fósiles sería del 75% al 60% y los principales perdedores serían el carbón y petróleo.

Además la demanda total de energía bajaría con la eficiencia energética y el mayor peso de renovables.  Así que, con la presión de la tecnología, las energías alternativas, el cambio en las preferencias de los consumidores, la mejora de la eficiencia energética y la regulación e impuestos, la producción de petróleo mundial puede reducirse a 74 millones de barriles por día desde los actuales 90.

La mayor incertidumbre es la velocidad de la transición energética

De manera que nos encontramos al comienzo de una transición energética por la combinación de varios factores: escándalos empresariales, asuntos relacionados con medioambiente y salud pública, preferencias de consumo, regulación más estricta y precios. Pero la mayor incertidumbre es la velocidad a la que tendrá lugar. En energías renovables el debate ha sido por qué invertir en sectores con subsidios. Pero esto es menos cierto hoy día. Por el contrario en regiones ecuatoriales y tropicales donde se produce electricidad a partir de petróleo hay grandes subvenciones a esta materia prima. Es el caso de Indonesia, Filipinas o India. De hecho la Agencia Internacional de la Energía estima que la suma de subsidios a los sectores de petróleo y gas es de 500.000 millones de dólares por año. No tiene sentido comprometerse a reducir emisiones subsidiando a uno de los contribuidores más importantes a las emisiones de CO2. Es abrir la nevera y el horno para mantener la temperatura.

Ahora bien, en China el gasto en protección del medio ambiente y lucha contra la polución ha crecido exponencialmente los últimos 20 años, no por riesgo de revueltas sociales y agenda política. De hecho la polución puede ser un cuello de botella para su crecimiento económico. Además la inversión medioambiental puede favorecer sus exportaciones en productos, servicios e industrias de valor añadido  -China es el mayor productor de paneles solares- y facilitar una menor dependencia de combustibles fósiles -actualmente exporta carbón de Australia-. Incluso India, especialmente desde COP 21, ha anunciado el incremento de inversión en renovables y desarrollo de energía fotovoltaica y puede coger el ritmo de China rápidamente.

Además transporte más del 50% de la demanda de petróleo viene de vehículos y tras el escándalo del diésel la demanda de este combustible está decreciendo rápidamente, hasta el punto que algunos fabricantes de vehículos han llegado a anunciar que no van a fabricar más con este combustible.

A ello se añade la velocidad de adopción de nuevas tecnologías, como baterías y vehículos eléctricos. Es ilustrativo que el carbón tardó 60 años en llegar a una cuota de la producción de energía del 50%, 60 años para que el petróleo llegara al 40% y 60 años para que el gas llegase al 25%. Pero la clave del proceso es la competitividad económica de las alternativas. En este sentido el coste de la energía solar en regiones ecuatoriales es ya económicamente aceptable sin subsidios. A ello se añade que el coste de almacenamiento de energía se ha reducido un tercio en cinco años y es previsible que se reduzca otro tercio para 2030.  Es previsible que con la tendencia actual para 2030 la cuota de coches eléctricos sea del 20%, pero en Noruega y Holanda estudian imponer que sólo puedan venderse vehículos eléctricos para 2020-2025 y Volkswagen ha anunciado para 2020 un vehículo de 600 kilómetros de autonomía. Mientras Tesla ya trata de proporcionar la batería para el vehículo y el panel solar para la vivienda de la que obtener la energía. Puede ocurrir que los edificios, grandes usuarios de electricidad, a medida que instalan paneles solares compitan con las eléctricas e incluso pase a ser productores-consumidores, “prosumers”.

Hay que presentar al inversor opciones de inversión responsable

El caso es que la inversión sostenible se puede aplicar mediante diferentes estrategias. En primer lugar es posible evitar empresas “torpedos” con riesgo de reputación y financiero. Otro objetivo es además invertir en ganadores a largo plazo que integran la sostenibilidad en su negocio. Un tercer objetivo es seleccionar compañías que proporcionan soluciones específicas. Cada objetivo implica un universo de inversión. Evitar “torpedos” es prácticamente aplicable a cualquier estrategia, con una reducción de solo 5%  del universo de inversión. Centrarse en ganadores y evitar perdedores como hace Pictet European Sustainable Equities reduce el universo entre 30 y 50%. Finalmente invertir solo en compañías que proporciona soluciones limita el universo a 5% del total. Es como comprar un coche con una solución de control de polución, un híbrido o uno completamente eléctrico aunque de autonomía mucho más limitada. Cada inversor tiene preferencias y hay que presentarle las tres posibilidades.

Un 20% de sectores que contribuyen a 80% de las emisiones

Respecto a emisiones de efecto invernadero empleamos métricas antes de invertir en una compañía. Fundamentalmente nos centramos en el 20% de sectores que contribuyen al 80% de las emisiones de CO2. Así que esto implica fijarse sobre todo en productores de carbón, petróleo y gas; eléctricas y en fabricantes de vehículos en menores emisiones de CO2 por kilómetro.

En el caso de Pictet European Sustainability Equities, una vez creada la cartera, formada por 80 compañías, es posible comparar el conjunto respecto al índice de referencia. Como en cartera hay bancos, inmobiliarias y otros sectores no hay denominador común excepto ventas o inversiones. Así que utilizamos la media en de emisión de carbono respecto a ventas frente al índice. Así en el conjunto Pictet European Sustainable Equities muestra 41% menos intensidad en emisión de CO2 que el índice MSCI Europe.

La oportunidad de negocio global en medioambiente

Otras estrategias también pueden proporcionar rentabilidad superior y contribuir positivamente al medio ambiente, donde la oportunidad de negocio global crece más rápidamente que el resto de la economía, un 6%-7% hasta 2020, y puede llegar a ser de tres billones de dólares para 2020.

En concreto Pictet Environmental Megatrend Selection selecciona acciones en nueve temas: suministro y tecnología del agua, eficiencia energética, energías limpias, reciclado y gestión de desechos, control de la contaminación, servicios medioambientales, agricultura y silvicultura sostenible y “desmaterialización de la economía” (uso eficiente de recursos, como tecnologías de diseño asistido por ordenador, gestión del ciclo de vida de los productos, aplicaciones de simulación avanzadas y el “Internet de las cosas”).

Pictet AM cuenta con carteras diversificadas en inversiones socialmente responsables desde 1997 y está comprometida con el código de transparencia Europea ISR (Inversión Socialmente Responsable). Es el caso del fondo Pictet European Sustainable Equities, de gestión cuantitativa, que, a partir del índice MSCI Europe selecciona mejores acciones en su clase por sector.

Pictet es miembro de la asociación paneuropea IIGCC, cuya misión es alentar políticas públicas y prácticas de inversión que aborden riesgos a largo plazo y oportunidades asociadas con el cambio climático. Ha prestado apoyo a una declaración de 363 inversores institucionales que gestionan 24 billones de dólares en activos para acelerar la transición hacia una economía de bajo uso de combustibles fósiles.

Columna de Eric Borremans, experto global en sostenibilidad de Pictet AM, quien ha presenta los “Cambios económicos en la transición hacía una economía baja en carbono” en Madrid ante la Conferencia sobre Cambio Climático ONU COP 22 del 7 a 18 noviembre en Marrakech, tras el acuerdo global intergubernamental “París Clima 2015”.

El dólar subió un 44,25%, ¿cómo le fue a los fondos mexicanos de divisa extranjera?

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El dólar subió un 44,25%, ¿cómo le fue a los fondos mexicanos de divisa extranjera?
Foto: Carlos Marquez. El dólar subió un 44,25%, ¿cómo le fue a los fondos mexicanos de divisa extranjera?

El 30 de septiembre de 2014, el dólar se cotizaba en 13,43 pesos mexicanos. El 27 de septiembre de 2016, el tipo de cambio fue de 19,88 pesos mexicanos, un nuevo máximo histórico, y el 30 de ese mes resultó en 19,37 pesos. Su apreciación en dos años fue del 44,25%. Quienes mantuvieron inversiones en pesos resultaron afectados. ¿Cómo podrían haber conservado el valor de su dinero? Los que invirtieron de inicio en instrumentos ligados a divisas habrían evitado, compensado o moderado la pérdida cambiaria, según el monto de su inversión y el producto elegido.

Para observar su desempeño relativo al del dólar, Fitch Ratings catalogó como de divisa extranjera a 28 fondos que mantuvieron en divisas (chequeras o títulos de deuda) al menos el 55% de sus activos en los dos años íntegros, sin considerar a los de capital fijo (sin inversión del público). ¿Cómo le fue a quienes invirtieron en esos fondos?

Efectividad de los fondos de moneda extranjera en dos años

Fueron 17 los fondos que restituyeron al menos el 90% del alza del dólar; los restantes compensaron entre el 88% y el 48% de la pérdida.

  • B+UMS, BNMDOLS y VALMX32 produjeron rendimientos directos más altos que el dólar, de entre un 49,11% y un 50,79% (véanse, en todos los casos, las cifras anualizadas).
  • ST&ERUS, BNMUSLQ, BNMCOB+, +TASAUS, INTERS2, GBMUSD, VALMX30, ACTICOB, INVEXCO, BBVADOL, ST&ER-5, IXEUSD, VECTCOB, GBMDOL compensaron a plenitud o casi totalmente la devaluación del peso al generar entre un 44,69% y un 41,02%.
  • HSBCDOL, +CIUSD, FT-EMER generaron entre un 88%y un 83% del alza del dólar, equivalentes a entre un 38,98% y un 37% de rendimiento.
  • TEMGBIA, VALUEF8 y MULTIUS produjeron entre un 64% y un 61% del alza del tipo de cambio, y entre un 28,53 y un 26,99% de rendimiento.
  • INTEURO, BNMEURO, IXEEURO, BBVAEUR y ST&ER5E orientados al euro, que subió un 27,91% en el período, de 16,91 a 21,64 pesos mexicanos, reportaron entre el 28,53% y el 21,37% de rendimiento.

Desempeño en 2016

De enero a septiembre de 2016, el dólar subió un 6,51%. El desempeño de los fondos de divisa extranjera fue dispar: 13 superaron la apreciación, algunos con creces; cinco contrarrestaron menos del 80%.

  • FT-EMER casi triplicó el alza del dólar con el 17,18% de rendimiento directo.
  • B+UMS, VALMX32, BNMDOLS, GBMUSD, INTEURO y BNMEURO tuvieron rendimientos de entre 1,55 y 1,27 veces el alza cambiaria: entre el 10,13 y el 8,30% de rendimiento directo.
  • IXEEURO, BBVAEUR, ST&ERUS, VALMX30, ST&ER5E y ACTICOB también superaron el desempeño del dólar por hasta 1,19 veces, al producir entre el 7,77% y el 7,00% de rendimiento.
  • BNMCOB+, BNMUSLQ VECTCOB, VALUEF8, INVEXCO, +TASAUS, ST&ER-5, GBMDOL, y BBVADOL restituyeron entre el 92,51% y el 81,23% de la pérdida cambiaria; su rendimiento directo fue entre el 6,02% y el 5,29%.
  • INTERS2, IXEUSD, HSBCDOL, TEMGBIA y +CIUSD restituyeron entre el 79,69% y el 51,78% del alza del dólar; su rendimiento resultó entre un 5,19% y un 3,37%.
  • MULTIUS no compensó a sus ahorradores la pérdida cambiaria. Su rendimiento del 1,78% directo equivalió al 27,34% del avance del dólar.
  • INTEURO, BNMEURO, IXEEURO, BBVAEUR y ST&ER5E compensaron entre el 96% y el 79% el alza del euro, pues generaron entre el 8,62% y el 7,09% de rendimiento directo.

Entre máximo histórico y retroceso, ¿qué sigue?

Quien tenga la necesidad de cubrirse de manera permanente optaría por seguir en su fondo de divisa extranjera, aun cuando el dólar no subiera más o incluso si consolidara una baja. Quien vea la cobertura como necesidad temporal, y considere que el dólar tenderá a la baja, se inclinaría a vender y regresar su inversión a pesos. El que haya asumido el alza como oportunidad de ganancias, puede que haya tomado utilidades y esté a la espera de una nueva oportunidad o “rebote”.

Los operadores de fondos ofrecen en general la ventaja de la liquidez, de modo que tanto los que se cubren como los que buscan aprovechar las variaciones cambiarias esporádicas pueden comprar y vender en el momento en que lo deseen o consideren oportuno. Lo importante es definir las necesidades y actuar a tiempo, no cuando las variaciones ya se han dado.
 

Columna de Fitch México escrita por Arturo Rueda

Trump o Clinton: ¡da igual!

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Trump o Clinton: ¡da igual!
Foto: DanNguyen, Flickr, Creative Commons. Trump o Clinton: ¡da igual!

Estamos tan solo a unas horas de otras elecciones en Estados Unidos y se está creando un revuelo enorme entorno al ganador. Como sabéis, últimamente las bolsas ya no anticipan nada, solo reaccionan y la triste realidad es que da igual quien gane.

Si gana Trump va a ser un drama en toda regla sobre todo a corto plazo, las bolsas y el dólar se desplomarán. Algo tipo lo que pasó con el Brexit. Luego deberíamos volver a recuperar el terreno perdido para llegar al mismo punto.

Si gana Clinton, será una gran noticia y los mercados lo celebrarán con subidas. Luego se darán cuenta que es una mala gestora y casi seguro sin control en las dos cámaras, algo letal para el mercado. Volveremos al mismo punto.

Desde hace pocas semanas, vuelve a haber mucha correlación entre renta fija y renta variable, bajan a la vez. Esto es mala señal y no nos gusta. Tampoco podemos olvidar las fuertes caídas con las que empezó este año 2016.

Llevamos dos años con la bolsa americana estancada, esperando buenas noticias macroeconómicas y resultados mejores en los beneficios de las compañías para romper los máximos históricos. Pero las buenas noticias no acaban de llegar.

Si gana Trump o Clinton, creemos que la economía va a seguir igual y por lo tanto, nuestra modesta opinión sobre los mercados a medio plazo no cambia. Desde octubre del 2013, nuestras recomendaciones siempre han tenido un “bias” de fondo: “Low growth, low inflation”, que sigue intacto. Seguimos recomendando tener un sesgo conservador ante el actual mercado.

Si no hay novedades, el año acabará con más pena que gloria. Sólo los bonos a largo plazo habrán dado cierta alegría a los que han ido en contra de la corriente.

 

Columna de David Levy, fundador de la EAFI DiverInvest.