Radiografía de 2017: ciclo a corto plazo y tendencia a largo plazo

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Radiografía de 2017: ciclo a corto plazo y tendencia a largo plazo
Pixabay CC0 Public DomainPexels. Radiografía de 2017: ciclo a corto plazo y tendencia a largo plazo

Este 2017 promete ser un año emocionante, no solo por la existencia de muchas incertidumbres, sino también por el nuevo entorno de tipos de interés, en alza aunque moderada. A pesar del estado de ánimo más bien apagado de los analistas, e incluso también de los participantes de mercado, pensamos que los fundamentales cíclicos y permanentes serán más favorables para los inversores a largo plazo este año a pesar de las dificultades a corto plazo.

En cuanto al ciclo a corto plazo, la recuperación cíclica va a continuar, impulsada por las políticas monetarias persistentemente, la ausencia de desequilibrios importantes y los menores riesgos políticos, en nuestra opinión, en comparación con 2016.

En cuanto a la tendencia a largo plazo es más favorable, con la recuperación de las tendencias alcistas de crecimiento en todo el mundo, aunque a niveles inferiores a las previas a 2008. Las primas sobre los tipos de interés deberían incrementarse en consecuencia (aunque también hasta niveles inferiores a los previos a la crisis).

La actual coyuntura debería favorecer una asignación de activos centrada en la solidez de los fundamentales más que en las oportunidades derivadas de valoraciones incorrectas y, posiblemente, una gestión más activa de las asignaciones a medida que se materialice el ciclo alcista de subida de tipos. En resumen, ¡debería ser un año entretenido para los inversores!

En definitiva, nos movemos hacia el optimismo ya que la situación de estagnación secular parece cada vez más un concepto sobrevalorado. La recuperación cíclica sigue impulsando dos temáticas principales – incrementos de las tasas de inflación y de los tipos de interés.

En todo el mundo, la combinación de una política monetaria favorable aplicada de forma sostenida en el tiempo y la mejoría experimentada por las coyunturas a nivel doméstico seguirá, en ausencia de desequilibrios importantes, impulsando el crecimiento al alza. Prevemos un incremento de la tasa de crecimiento económico mundial desde el 3,1% en 2016 hasta el 3,4% en 2017.

En este contexto, creemos que las temáticas dominantes serán la vuelta de la inflación y las subidas de los tipos de interés. Con independencia de cómo abordemos el tema, la inflación está regresando al panorama actual.

En primer lugar, hay presiones del lado de la demanda: al menos dos vías a través de las cuales se canalizan hacia la inflación. En primer lugar, el incremento de utilización de la capacidad productiva presiona al alza sobre precios y salarios. La economía de Estados Unidos ha estado creciendo durante más de siete años consecutivos y la utilización de la capacidad productiva se ha incrementado considerablemente.

Además, la inflación ya casi ha vuelto a sus orígenes en el sector servicios, debido a su vez a los incrementos salariales, y la tasa de incrementos salariales se sitúa actualmente en un sólido 2,4% interanual en Estados Unidos. En la actualidad, aquellos trabajadores menos productivos que habían abandonado el mercado laboral han vuelto al mismo, lo cual supone una presión alcista sobre los salarios, y este incremento del poder adquisitivo permitirá también a ciertas compañías incrementar sus precios como consecuencia de una demanda creciente. En segundo lugar, el impulso previsto por la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, derivado de sus propuestas en materia de recortes de impuestos y de desregulación financiera, es también probable que incremente la demanda, lo cual supondría una presión alcista adicional sobre los precios.

Además, hay presiones del lado de la oferta: también existen pero son menos significativas, al margen del posible incremento de los aranceles sobre determinados bienes importados específicos anunciado por Trump. Los precios de las materias primas parecen estabilizarse y prevemos un escaso efecto alcista sobre el crecimiento derivado de las mejoras de productividad. Además, la globalización, que tuvo un efecto deflacionista en vísperas de la crisis financiera, está contribuyendo en la actualidad a la consolidación de una tasa de inflación más estable. Los salarios pagados en los mercados emergentes (EM) se están incrementando, pero la inflación de los productos manufacturados se mantiene en niveles bastante contenidos.

Analizando las distintas regiones, se confirma el incremento de la inflación, si bien moderado. Aunque la tasa de inflación en Estados Unidos parece fijarse por encima del 2%, cualquier incremento adicional debería verse limitado por la reciente apreciación del dólar. En Europa, la recuperación parece consolidarse y en Alemania podrían producirse ciertas presiones alcistas sobre los salarios, aunque en el resto de países la inflación se sitúa entre el 1 y el 2%. Japón sigue con su lucha, aunque la combinación de políticas tiene el objetivo firme de afrontar el problema de la inflación. En los mercados emergentes se registran en cierto modo mayores incrementos de precios, aunque modestos.

Las subidas de tipos van más allá del efecto Trump

Los tipos de interés se han incrementado a la estela de la victoria electoral de Trump, aunque los fundamentales ya estaban mejorando desde una perspectiva inflacionista.

En primer lugar, una mayor prima por inflación: las expectativas de inflación se han incrementado hasta el 2% en Estados Unidos, por encima del 1,3% y con mayor margen de subida en Alemania, y por encima del 3% en el Reino Unido, donde el escenario de depreciación de la libra esterlina está contribuyendo a incrementar las tensiones existentes sobre el mercado de trabajo. Analizando la evolución de los tipos de interés tras la victoria electoral de Trump (ver más adelante) apreciamos que más de la mitad del incremento de tipos en Estados Unidos y en Alemania se ha debido al cambio de las expectativas de inflación.

Los bancos centrales, aunque en general las políticas aplicadas siguen siendo muy acomodaticias, han cambiado sin embargo las pautas. La Fed está reduciendo de forma gradual sus programas de soporte y prevemos solamente dos subidas de tipos este año. En el resto del mundo, el BCE ha prolongado su programa QE más allá de las elecciones en Alemania aunque a un menor ritmo, y el Banco de Japón está fijando actualmente sus objetivos sobre toda la curva de rendimientos, reservándose el derecho a permitir incrementos muy graduales de rendimientos si la coyuntura económica así lo permitiera. Esta combinación de política monetaria expansiva flexible, sin comprometerse a la adopción de medidas expansivas adicionales, pretende favorecer un incremento progresivo de los tipos de interés, aunque a un ritmo lento y en mucha menor medida que en períodos previos a la crisis inducida por la “exuberancia irracional” de los mercados.

En los mercados emergentes, debido en parte a la depreciación de sus divisas frente al dólar, y en cierta medida a un alto en la acumulación de reservas, los bancos centrales se mantienen firmes para abordar las presiones inflacionistas y las salidas de capitales, aunque también sin adoptar medidas desproporcionadas. 

Los riesgos políticos son menos intensos que en 2016

La agenda política va a seguir siendo intensa en 2017 y los mercados seguirán buscando su próximo cisne negro, pero en nuestra opinión los riesgos políticos son mucho menos intensos en comparación con los anticipados previamente. A diferencia del Brexit, las elecciones francesas no versarán sobre Europa, y a diferencia de Trump, los partidos franceses anti-europeos están presentes desde hace tiempo en el escenario político francés contando con una cierta base social. Como consecuencia, es menos probable que se produzcan sorpresas y dadas las características específicas del sistema a dos vueltas, el resultado electoral apunta hacia la victoria en segunda ronda por una amplia mayoría de uno de los candidatos de los principales partidos.

El resultado de las elecciones en Alemania, al igual que en Holanda, es probable que implique la necesidad de formar una coalición que podría ser estable sin necesidad de incluir en la misma a partidos anti-europeos. Además, a posible anticipación de las elecciones en Italia es muy probable tras la reforma de la ley electoral, con la restauración del viejo sistema electoral proporcional, dificultando de esta forma la posible victoria del M5S.

En conjunto, la agenda electoral en Europa es probablemente menos intensa que en 2016, aunque es incuestionable su potencial para generar volatilidad.

El final de la situación de estagnación

Los fundamentales, tanto del lado de la oferta como de la demanda, deberían limitar el pesimismo. La debilidad de la demanda se está desvaneciendo, a todas las regiones, con potencial para intensificarse la tendencia en los próximos años.

El lado de la oferta está mejorando; considerando los cambios demográficos, una menor productividad y la persistencia de los niveles de desigualdad, estimamos que la tasa de crecimiento potencial se sitúe en el 1,6% en Estados Unidos, en el 1,25% en el Reino Unido y en la zona euro, y en el 0,6% en Japón, mientras que en los mercados emergentes la tendencia de crecimiento sigue siendo importante ya que deben seguir reduciendo la distancia con los países desarrollados. Incluso si la tasa de inflación se mantuviera por debajo del 2%, el crecimiento nominal se situaría próximo al 5% en términos globales, lo cual ya no sería un escenario de estagnación permanente.

Si la economía digital se comporta como en los años 1990, tal circunstancia podría también impulsar aún más la tendencia alcista de crecimiento, entre un 0,5 y un 1%ppt dependiendo de la capacidad de las economías para generar y adoptar innovaciones disruptivas. Naturalmente, esto sugiere un incremento de entre 40 y 90 puntos básicos dependiendo de la región. 

¿Qué significa esto para los inversores?

Nos equivocaríamos si pensamos que éste es el escenario más favorable para los inversores, ya que una subida de los tipos de interés en este entorno de incertidumbre complica considerablemente su vida a corto plazo. En consecuencia, nuestra asignación estratégica de activos descansa sobre dos pilares, concretamente fundamentales y acción.

Entre los fundamentales, estrategias de preservación del capital, ya que las subidas de tipos pueden en algún momento afectar negativamente las valoraciones de las acciones y en consecuencia dificultar la diversificación. Además, tenemos preferencia al crédito frente a la deuda soberana y a la renta variable. Dentro de la renta fija, favorecemos las duraciones cortas frente a las largas y el segmento “high yield” frente al “investment grade”. Dentro de la deuda soberana, favorecemos los bonos ligados a la inflación y los países “core” en detrimento de los periféricos. Con respecto a la renta variable, preferimos Estados Unidos. Aunque las valoraciones parecen ajustadas tanto en Estados Unidos como en la zona euro, las políticas económicas tienen más potencial de soporte de los beneficios empresariales en Estados Unidos.

En acción, apostamos por una gestión de inversiones más activa y por buscar valor en los fundamentales, aprovechando el ciclo alcista en la sector de la construcción y en las carteras depréstamos y edificios.

Tribuna de Laurence Boone, directora de Análisis en AXA IM y economista jefe del Grupo AXA.

Lecciones del último ciclo de subidas de tipos

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Lecciones del último ciclo de subidas de tipos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: R. Cabanilla. Lecciones del último ciclo de subidas de tipos

Durante el último ciclo de subidas de tipos de interés en 2004, la Fed no se apartó de la tendencia global de política monetaria, sino que formó parte de ella. De hecho, el Banco de Inglaterra (BOE) lideró el camino con un alza inicial de las tasas en noviembre de 2003, seguida por la Fed en junio de 2004, el Banco Central Europeo (BCE) en diciembre de 2005 y finalmente el Banco de Japón (BOJ) en julio de 2006.

En 2017, la mayor diferencia es la política monetaria de los otros bancos centrales del Grupo de los Cuatro (G4). Desde que la Fed inició su lenta normalización de la política monetaria en mayo de 2013, el BCE, el BOJ y el BOE han emprendido una mayor flexibilización de las políticas con programas de QE e incluso tasas de interés negativas. Las revisiones al alza de las estimaciones de crecimiento e inflación de Estados Unidos para el año 2017 reflejan las expectativas de un efecto positivo del esperado plan de estímulo fiscal de la administración Trump. Mientras tanto, las expectativas de crecimiento e inflación siguen siendo bajas en otros países, debido a la ineficacia de la política fiscal y la incertidumbre política. Como resultado, los diferenciales entre los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos y otros rendimientos de los bonos de los gobiernos del G4 están en máximos históricos.

La divergencia de la política monetaria estadounidense con respecto a la tendencia mundial ha apoyado un repunte del dólar estadounidense en los últimos dos años y medio. Dadas las previsiones de un crecimiento más rápido de Estados Unidos y aún más divergencia en las políticas monetarias, esperamos que el dólar se mantenga fuerte y relativamente estable frente a otras monedas.

Este no fue ciertamente el caso en 2004, cuando el dólar estaba entrando en el tercer año de una depreciación significativa impulsada por las preocupaciones sobre el comercio de EE.UU. y los déficits por cuenta corriente. A pesar de que Estados Unidos sigue teniendo déficits en ambas áreas, el saldo por cuenta corriente ha mejorado desde la crisis financiera mundial y se ha mantenido relativamente estable entre el -2% y -3% del PIB. Esta es una notable mejora con respecto a 2004, cuando el déficit por cuenta corriente comenzó el año en -4,4% y se deterioró hasta el -6% del PIB en 2006.

Las economías de los mercado emergentes con mucha deuda en en dólares estadounidenses tendrán problemas debido a la fortaleza del dólar, lo que hará bastante difícil que la deuda de los mercados emergentes coincida en 2017 con el estelar desempeño que registró en 2004. Esto puede hacer que la búsqueda global de rentabilidad se aleje de las economías vulnerables y se dirija hacia la estabilidad relativa del mercado estadounidense. Además, el auge del proteccionismo comercial también presenta un contratiempo para las economías de mercados emergentes y un riesgo para sus tenedores de bonos en 2017.

Estamos ahora en el octavo año del actual ciclo de crédito, que comenzó cuando las economías del mundo emergieron de la crisis financiera mundial de 2008. En cuanto a la duración, estamos ciertamente en las últimas etapas del ciclo del crédito, y el deterioro de los fundamentos del crédito es una preocupación. Sin embargo, excluyendo a los emisores relacionados con las materias primas, los fundamentos de crédito no son significativamente peores en el año 2017 que en 2004.

Los inversores parecen estar bastante compensados por el riesgo de invertir en el mercado crediticio avanzado de hoy, ya que los spreads de crédito comenzaron en 2017 aproximadamente con 30 puntos básicos más que en el 2004. Los ‘defaults’ entre los emisores high yield aumentaron en 2016, impulsados por los emisores relacionados con las materias primas. Sin embargo, las expectativas para 2017 son que el ratio de ‘default’ en la deuda high yield volverá a su media a largo plazo de aproximadamente el 4%.

Qué significa esto para los inversores en renta fija

Las rentabilidades de la renta fija en dólares fueron notablemente fuertes en 2003, y el sólido desempeño duró hasta 2004. Aunque la evolución también fue fuerte el año pasado, no registró la misma magnitud, dados los menores rendimientos totales.

A pesar de que nos preocupamos por la deuda de los mercados emergentes en 2017, esperamos que el crédito estadounidense, tanto investment grade como high yield, tenga una buena evolución en 2017, especialmente cuando consideramos que los diferenciales de crédito comenzaron 2017 siendo más amplios que en 2004 y que una aceleración en el crecimiento económico estadounidense beneficiaría a los fundamentos empresariales estadounidenses. Por último, dados los diferenciales de rendimiento entre los ingresos fijos en dólares estadounidenses y otros mercados, esperamos que la demanda global de bonos en dólares continúe apoyando la buena evolución.

Creemos que tiene sentido, siempre que sea posible, dar un paso atrás en el actual entorno de mercado y «ver el bosque por los árboles». Una forma de hacerlo es buscar ejemplos en el pasado reciente que puedan mejorar nuestra comprensión de lo que puede suceder este año.

Con esto en mente, nos sentimos cómodos yendo un poco en contra del consenso actual recomendando a los inversionistas que no huyan de mantener duración en sus carteras de renta fija y aprovechen lo que esperamos será otro año de rendimientos extraordinarios para los mercados de crédito en dólares.

Robert Vanden Assem es managing director y responsable de renta fija investment grade de los mercados desarrollados en PineBridge.

Jonathan Davis es especialista de producto de renta fija investment grade de los mercados desarrollados en PineBridge.

Hacia un mundo más transparente

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Hacia un mundo más transparente
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Jnittymaa0. Hacia un mundo más transparente

Las medidas que han tomado la mayoría de los países latinoamericanos en torno a la transparencia fiscal han impactado directamente en el trabajo del asesor financiero.   Anteriormente la preocupación principal era la confidencialidad de la información y mantener la relación cliente/asesor en estricta privacidad. Pero ahora las reglas de juego han cambiado y el cliente comienza a focalizarse en las inversiones, buscando obtener de su asesor profesionalismo y resultados, es decir, la atención del inversor ha vuelto a estar en el rendimiento neto de la cuenta.

En este sentido hemos notado un cambio importante de los profesionales de la industria en la región, que buscan mejorar la eficiencia fiscal para el cliente y lograr que las colocaciones se adecuen a su perfil de riesgo y objetivos de inversión. La mayoría de los asesores financieros están buscando productos para optimizar los portafolios. Cumplir con las expectativas de retorno y de volatilidad deseada por el cliente se ha vuelto la prioridad al momento de asesorar.

Nuestro trabajo técnico, da un apoyo fundamental al asesor financiero, puesto que se centra en seleccionar los mejores activos en sus respectivas clases permitiéndoles al mismo tiempo identificar de forma rápida y eficiente los riesgos. Es nuestro trabajo optimizar esas inversiones, mejorar el retorno de cara al futuro y bajar la volatilidad. Cada producto seleccionado debe agregar valor y debe mejorar la relación riesgo/retorno del portafolio en su conjunto.

Este nuevo escenario nos obliga a ser muy cuidadosos a la hora de recomendar aumentar o disminuir exposición en una determinada clase de activo y debemos ser muy eficientes en la selección del mejor activo en su clase.

Los retornos se han vuelto cada vez más escasos o magros y la búsqueda de ingresos no debe deteriorar la calidad de los portafolios. En el momento de elegir el activo para incorporar a un portafolio debemos estar seguros de que se ha elegido el mejor en su clase.   El resultado de una buena elección puede hacer una diferencia importante en el resultado final. Minimizar los efectos de las correcciones del mercado y potenciar los retornos hacen que nuestro trabajo sea valorado por los asesores.

Nuestros clientes, en la mayoría de los casos asesores financieros independientes, son cada vez más exigentes en las explicaciones técnicas de cada sugerencia. El cliente final ha aumentado su educación financiera haciendo el trabajo del asesor financiero cada vez más profesional.

No solamente apoyamos al asesor en la selección del activo adecuado, sino que ofrecemos monitoreo diario sobre los diferentes productos financieros recomendados, aspecto altamente valorado por nuestros clientes. Tener, a través de LATAM ConsultUS, un equipo con la vista permanente en el mercado detectando oportunidades o alertas para las inversiones, proponiendo cambios en busca de mejorar el retorno o disminuir el riesgo para el cliente final, ha sido la clave para el éxito de nuestra propuesta.

Opinión de María Camacho, estratega de inversión de LATAM ConsultUS

¿Cómo es el mundo sin retrocesiones?

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¿Cómo es el mundo sin retrocesiones?
Pixabay CC0 Public DomainNappiness. ¿Cómo es el mundo sin retrocesiones?

Las retrocesiones fueron unos de los mayores problemas con los que tuvieron que lidiar los reguladores europeos en el proceso de elaboración de la directiva MiFID II, que entra en vigor en 2018.

Dentro de la industria de fondos de inversión, las retrocesiones son incentivos en forma de comisiones implícitas –el cliente generalmente no es consciente de ellas- que las gestoras pagan a las redes de distribución por vender sus fondos. Era práctica habitual incentivar la comercialización de los productos que generaban más comisión/ingreso, eliminando del catálogo aquellos que no cumpliesen dicha premisa. Un ejemplo ilustrativo lo encontramos en los fondos de Bestinver que, pese a sus excelentes resultados, era muy difícil encontrarlos en las carteras de los clientes si sus bancos no tenían un provechoso acuerdo por su venta.

Qué significa ‘mejorar’

Para dimensionar de qué estamos hablando, sirva de referencia los datos que maneja la consultora Deloitte: estima que en retrocesiones por fondos domiciliados en Europa se pagan unos 33.000 millones de euros anuales (1). La consultora McKinsey calcula que en 2014 éstas representaron el 13% de los ingresos de los gestores europeos de patrimonios y su eliminación reduciría entre un 20% y un 25% los beneficios del sector. (2)

La directiva MiFID II cambia radicalmente el actual esquema. Primero, obliga a que las relaciones recurrentes con los clientes se enmarquen dentro de un contrato de asesoramiento, clasificando el mismo como independiente o no independiente. Dentro de estos contratos independientes están prohibidas las comisiones implícitas. Y segundo, aquellos asesores que se declaren no independientes podrán cobrar retrocesiones si éstas se justifican claramente por una “mejora de la calidad y la prestación del servicio”, mientras que los asesores independientes lo tienen prohibido expresamente.

En España, las entidades financieras están pendientes de conocer cómo, en la transposición a la regulación nacional, define la CNMV esa “mejora” de la calidad y la prestación del servicio con el objetivo de definir el esquema final del cobro de retrocesiones. El debate sigue abierto. Algunos sugieren una solución a la alemana: los asesores no independientes pueden cobrar retrocesiones si tienen una amplia oferta de productos de terceros y garantizan un asesoramiento con cobertura del mundo rural, algo posible gracias a la capilaridad y naturaleza jurídica de la banca alemana. En sentido contrario, hay países en Europa como Holanda y Reino Unido que optaron por suprimirlas totalmente para todos, independientes y no independientes, en la venta de productos a clientes minoritas.

Sin duda los legisladores han puesto el foco sobre el esquema comercial de la “retrocesión”, en algunos casos eliminándolas por completo y, en otros, acotándolas de forma significativa. En mi opinión, estamos claramente ante el principio del fin de las mismas. No sé los años que les quedan de vida, pero sí creo que deberíamos empezar a pensar en un mundo sin retrocesiones, que acabará llegando.

Sin retrocesiones

Pero, ¿cómo es la vida sin retrocesiones? ¿Qué consecuencias trae al mercado? Reino Unido es un buen caso de estudio: lleva cuatro años sin retrocesiones, que fueron eliminadas en 2013 por la regulación Retail Distribution Review (RDR).

Cabe precisar que el ejemplo británico no es del todo comparable a España porque allí primaban las entidades especializadas y los asesores financieros independientes (IFAs en sus siglas en inglés) frente a la mayoritariamente banca universal que tenemos en nuestro país. Sin embargo, los cambios operados pueden servir de referente. Lo cierto es que en Reino Unido hay un antes y después de la entrada en vigor de la regulación RDR. Éstos son algunos de principales cambios que apuntó hace unas semanas el periodista británico Ian Horne, de New Model Adviser Citywire, en una jornada organizada por la gestora Capital Group.

  1. El mercado hizo su propia limpieza o depuración de IFAs. Se redujo a la mitad –de unos 44.000 a los 22.000 actuales- el número de asesores independientes. Parece que no eran tan independientes como decía el adjetivo; actuaban más como vendedores/comisionistas –primando la venta de productos con más comisión- que como asesores. Y en muchos casos, no tenían la preparación requerida.
  2. Redimensionamiento del mercado. La supresión de las comisiones puso de manifiesto que no es lo mismo vender que asesorar. Los ingresos por la comercialización de productos son mayores que las tarifas que se cobran por asesoramiento, es decir, que un mismo IFA necesitaba gestionar mucho más volumen en la era post RDR que antes para seguir obteniendo los mismos ingresos. Esto llevó a la desaparición de los asesores de tamaño pequeño, los que no superaban el umbral de 77 millones de euros de negocio. Sobrevivieron los más grandes y profesionales.
  3. Se afianzó la especialización. El asesor asesora; el bróker, intermedia; el depositario, custodia… Cada uno actúa por separado y el cliente tiene ahora mayor libertad para operar entre un amplio abanico de proveedores. Sin ataduras. Sin corsés que acaben generando conflictos de intereses y optimizando las tarifas de cada uno de ellos. Curiosamente, en el asesoramiento independiente, no se produjo una guerra de precios a la baja, sino que el mercado se mantuvo bastante estabilizado.
  4. El cliente ahora valora el asesoramiento, sabe lo que paga y el resultado que obtiene y puede comparar con todos los datos en la mano. Eso sí, ahora exige calidad y aportación de valor real por parte del asesor. Ése es el factor determinante que inclina la balanza entre la elección de un asesor u otro, no el precio. Según Horne, no hay guerra de precios. Lo que se valora y se busca son asesores con formación y experiencia. Están muy cotizados. De hecho, ahora existen más contratos de asesoramiento que antes –pese a tener la mitad de IFAs- y la valoración por parte de los clientes respecto a sus asesores también ha aumentado.
  5. Reconfiguración del mercado. Los clientes con un patrimonio inferior a los 50.000 euros que antes trabajaban con IFAs o con un banco, han salido del viejo circuito para introducirse sobre todo en el mundo digital. Ese colectivo es el que está nutriendo a las 22 plataformas operativas de fondos perfilados y a los robo-advisors, que ofrecen asesoramiento tal vez de menor calidad pero también a coste sensiblemente más reducido.

No debemos cometer el error de pensar que la transición al modelo de asesoramiento en España será similar al vivido en el Reino Unido, dado que son mercados con identidades diferentes, la gran banca tiene en nuestro país un papel crítico y todavía no hemos visto como enfocará la acomodación de sus clientes al nuevo entorno relacional.

Pero sí encontramos puntos compartidos y sin duda MiFID II tendrá efectos positivos para el sector financiero. Por un lado, ayudará a poner al cliente en el centro, un cliente que dispone de mucha información para saber cuánto paga por el asesoramiento y qué rendimiento obtiene del mismo. Los clientes nos juzgarán, nos compararán y exigirán la misma transparencia y claridad que cualquiera de nosotros pedimos a un profesional que nos cobra por sus servicios. Y, por otro lado, la normativa MiFID II obligará a velar por los intereses de los clientes, anteponiéndolos a la presión cortoplacista de la cuenta de resultados que, con frecuencia, ha pesado demasiado y ha conducido a algunas malas praxis. No hace falta recordar ningún ejemplo porque todos los tenemos en la cabeza.

Estamos, por tanto, en la antesala de un proceso disruptivo que cambiará la forma de relacionarnos con los clientes y supondrá una regeneración, por supuesto positiva, del mercado. No me cabe duda. Sólo espero que aprovechemos esta oportunidad para recuperar la confianza de los clientes en los profesionales del sector financiero y sus entidades. Todos lo necesitamos.

Opinión de Emilio Andreu, director de la Red de Agentes de Diaphanum

(1). Deloitte

(2).  Financial Times

¿Cómo podría China evitar la salida de capitales?

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¿Cómo podría China evitar la salida de capitales?
CC-BY-SA-2.0, Flickrfoto: Travis Wise . ¿Cómo podría China evitar la salida de capitales?

Las reservas de cambio chinas disminuyeron 12.000 millones de dólares en enero para establecerse por debajo del umbral psicológico de los 3 billones de dólares hasta los 2,9 billones de dólares, estableciéndose de ese modo en los niveles previos a 2011, según los datos de la administración política de cambio (SAFE).

Corregida la depreciación del dólar frente a las principales divisas que incrementa el valor de las reservas no denominadas en dólares, la caída se acercaría a los 40.000 millones de dólares, es decir, una ligera aceleración con respecto al mes de diciembre.

La variación de las reservas de cambio y la cifra de balance comercial de enero permiten apreciar las salidas de capitales que parecen haberse acelerado este mes, en contra de los controles de las autoridades de China. A pesar de que el nivel de reserva sigue siendo adecuado tras las medidas tradicionales (por ejemplo cubren más de tres veces la deuda externa a corto plazo), el ritmo de bajada es rápido.

Para detener esta tendencia, una solución consistiría en dejar flotar libremente la divisa, con el riesgo de provocar un movimiento de pánico. Otra sería subir los tipos de interés para atraer capitales, lo que podría perjudicar a las empresas que ya están endeudadas.

De este modo, las autoridades chinas deberían probablemente continuar avanzando en el sentido de los contrales de capitales cuya eficacia todavía no ha sido completamente demostrada.

Julien-Pierre Nouen es economista jefe y estratega de Lazard Frères Gestion.

Por qué el alfa importa ahora más que nunca

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Por qué el alfa importa ahora más que nunca
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Dietmar Lichota. Por qué el alfa importa ahora más que nunca

El índice S&P 500 finalizó 2016 casi un 12% arriba, una proeza impresionante dada la tendencia bajista del año pasado, el creciente sentimiento populista en todo el mundo y la gran cantidad de incertidumbre. Pero aunque los mercados se mostraban resistentes en 2016, los gestores activos luchaban, en gran medida, contra este contexto. En el universo de empresas de gran capitalización de Estados Unidos, por ejemplo, el 92% de los gestores activos se quedaron rezagados respecto a su benchmark. Otros estilos de inversión también mostraron un desempeño inferior. En general, el aplha fue escurridiza de una manera histórica.

A pesar del desafío de 2016, creemos que los inversores pacientes seguirán beneficiándose de alfa a largo plazo. Y necesitarán más rendimiento que nunca, ya que muchas previsiones del mercado predicen que la rentabilidad baja de los activos está en el horizonte. Estos son algunos de los factores responsables del reciente repunte, junto con un vistazo a lo que los inversores podrían esperar para los mercados de renta variable a corto y medio plazo.

La inesperada subida del mercado

Después de un mal comienzo en 2016, el mercado de acciones de Estados Unidos se recuperó a medida que las preocupaciones sobre China se desvanecían, los datos económicos subyacentes mejoraron de forma amplia y las ganancias corporativas se recuperaron. Los titulares sobre Brexit, Italia y el ritmo lento y continuo del crecimiento económico global no pudieron atenuar el creciente optimismo. Y luego llegó Trump, lo que aumentó el sentimiento positivo del mercado llegando a rozar la euforia absoluta. El cambio de humor del mercado fue evidente por el número de vendedores cortos que estaban activos a principios de año, que retrocedieron hacia el final, cuando el triunfo de Trump ganó fuerza.

La cantidad de interés de las posiciones cortas en una acción particular es un indicador para determinar la calidad de una compañía. Los inversores, en su mayoría hedge funds, venden a corto plazo las acciones de compañías que consideran de baja calidad, sobrevaloradas y fundamentalmente defectuosas, y buscan beneficiarse de la caída de los precios. Con la ayuda de un tercero, examinamos los rendimientos de todas las compañías del índice S&P 500 que estuvieron en amplias posiciones cortas en 2016 para comprar su evolución con el resto del mercado. Estas acciones deberían, teóricamente, quedar rezagadas, pero todo el grupo superó al S&P 500 el año pasado en más de 330 puntos básicos.

Las empresas no rentables también lo hicieron bien en 2016

Si las acciones en con muchas posiciones cortas y baratas fueron las ganadoras del año pasado, ¿cómo se comportaron las acciones de las empresas no rentables? EN MFS, también hicimos una prueba con esto. Utilizando las ganancias a 12 meses, hemos desagregado el rendimiento del mercado entre empresas rentables y no rentables. Agregamos también los rendimientos de cada universo y encontramos que los ganadores negativos tuvieron una rentabilidad el año pasado del 15,5% el año pasado, unos 350 puntos básicos más que el mercado en general representado por el S&P 500. Las empresas rentables se quedaron rezagadas. Al mirar el universo por PER, el quintil de PER más bajo superó al más alto en 19 puntos porcentuales en 2016, mostrando lo fuerte que fue un solo factor en la valoración del año pasado.

¿Por qué las empresas no rentables evolucionaron tan bien? Direccionalmente, tiene sentido, dado el repentino cambio del año pasado de un sentimiento bajista a euforia. En un modelo de fijación de precios de activos, las acciones pueden considerarse baratas o caras en relación con una activo libre de riesgo, como los bonos del Tesoro de Estados Unidos. A raíz de la elección Trump, los valores de baja calidad tuvieron un impulso en la nueva narrativa: que las políticas de crecimiento y una agenda a favor de las empresas podría ayudar a los resultados futuros de las empresas más de lo que se pensaba anteriormente. Los mercados tienden a reaccionar exageradamente a corto plazo, por lo que mantener una visión a largo plazo es tan importante para los inversores.

Las condiciones para la gestión activa se ven mejor

Aunque el año 2016 fue un año difícil para la mayoría de los gestores activos, también fue un año en el que se crearon más ineficiencias en el mercado, no menos. Las correlaciones de renta variable cayeron recientemente a un mínimo de 10 años, creando mejores condiciones para los gerentes activos, como se muestra en el gráfico 3. Cuando las acciones individuales están menos correlacionadas entre sí, significa que los precios son menos sensibles a eventos macro como elecciones y movimientos de tasas de interés Y más sensible a los fundamentales básicos de la empresa, como los ingresos y el flujo de caja libre. Esperamos que los negocios con ventajas competitivas, productos y servicios diferenciados, sostenibilidad de márgenes a largo plazo y composición cruzada de flujo de efectivo libre para superar con el tiempo.

Por qué el alfa importa ahora más que nunca

Los rendimientos ajustados al riesgo como éstos nunca se volverán a ver en nuestra vida profesional. Creemos que estas condiciones son poco probable que continúen, lo que significa que identificar las compañías que van a evolucionar mejor que el mercado al tiempo que reducimos la exposición a las de bajo rendimiento será más importante. El valor de los activos, como los mercados, es cíclico. El activo tiene menos valor cuando los fondos son perdonadores y cuando los errores de las corporaciones no son castigados. En nuestra experiencia, el valor del activo aumenta dramáticamente cuando los picos de la volatilidad y los fundamentos – buenos y malos – se reafirman en los precios de los activos.

Robert M. Almeida Jr. es investment officer y gestor de carteras institucionales de MFS Investment Management.

La desregulación bancaria de la Administración Trump

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La desregulación bancaria de la Administración Trump
Pixabay CC0 Public DomainSkeeze. La desregulación bancaria de la Administración Trump

Tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, el sector financiero permanece aún expectante a conocer las medidas concretas que pueda disponer tras su anuncio preelectoral de desmantelar la denominada Ley Dodd-Frank de reforma financiera y de protección de los consumidores, una Ley que llegó a tildar de extensa y compleja legislación que ha desatado cientos de nuevas reglas y varias nuevas agencias burocráticas.

Ciertamente extensa, en materia de instrumentos financieros derivados sus más de 800 páginas supuso un profundo impacto regulatorio y, en particular, su título séptimo, modificó de forma sustancial la legislación de los derivados negociados extrabursátilmente u OTC (over the counter), con especial incidencia en los credit default swaps (CDS), señalados por una parte de la doctrina económica como uno de los causantes de la crisis.

La Ley, además, debe entenderse e interpretarse conjuntamente con las competencias asumidas por los organismos supervisores norteamericanos, especialmente la SEC (Securities and Exchange Commision) y la CFTC (Commodity Futures Trade Comission), con amplias competencias para regular los derivados OTC, armonizar la regulación de los futuros, y aumentar la supervisión de las actividades, incluida la competencia para imponer sanciones.

No obstante su marcado carácter local, la Ley Dodd-Frank expresó su sensibilidad hacia la necesidad de obtener una regulación armonizada en materia de derivados con otros entornos económicos, especialmente el de la Unión Europea. Así, ambas jurisdicciones, han perseguido con los cambios normativos buscar un mercado de negociación oficial para aquellos derivados OTC que permitan su estandarización, al tiempo, que han intentado que la compensación, entendida como una parte esencial del proceso de contratación de un derivado, se produzca en entidades de contrapartida (central), reguladas y solventes, que reduzcan los riesgos de contraparte. Por último, y no menos importante, en aras de la eficacia se dispuesto la creación —en algunos casos, solo mejorado— infraestructuras post-negociación que permitan registrar todas la operaciones en derivados OTC.

Del dicho al hecho

Sea de una u otra manera, la crisis ha evidenciado que, en un entorno caracterizado por la rápida innovación financiera y por mercados financieros internacionales altamente integrados y operados por grandes entidades de ámbito multinacional, el principio de regulación y supervisión nacional está abocado al fracaso. Los pilares de un sistema financiero internacional viable y sostenible sólo pueden asentarse en marcos de regulación y supervisión nacionales, pero internacionalmente coordinados y en los que la supervisión macroprudencial debe recibir una atención adecuada.

En contra de las evidencias, dicen los estudiosos de la carrera política del Señor Trump, que su llegada al poder supone la derrota de la globalización financiera, con una clara tendencia a un capitalismo más regulado, donde el comercio de bienes tangibles y con valor de mano de obra agregada, desplace a la “dictadura” de los derivados financieros.

Transcurridas ya varias semanas desde que Trump juró el cargo, parece afianzarse la idea de que derogar la actual Ley Dodd-Frank supondría un enorme vacío legislativo, pero también empieza a observarse que la llegada del nuevo Presidente no impide una reforma de facto y una reformulación de la regulación mediante el nombramiento de personas afines a sus ideas en ciertos organismos y agencias clave responsables de los mercados financieros que, fundamentalmente, pudieran adoptar un enfoque más relajado de la supervisión con las consecuencias en el comportamiento de los mercados que ello conllevaría.

Ahora, más que nunca, conocer, estudiar y anticiparse a los factores políticos y regulatorios, se convierten en una exigencia de los profesionales de un sector que debiera huir del arbitraje normativo, y aproximarse, en consecuencia, a las directrices marcadas desde el año 2007 por, prácticamente, todos los legisladores y los supervisores del planeta en la necesaria globalización que exige la materia.

Jesús Mardomingo, profesor del IEB y socio de Dentons 

El eterno debate del atraso cambiario en Argentina

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El eterno debate del atraso cambiario en Argentina
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Diego Torres. El eterno debate del atraso cambiario en Argentina

Una vez más se hace presente. Como si fuera un deja vú, el término “atraso cambiario” volvió a posicionarse en el centro de la escena de la economía argentina y desató un acérrimo enfrentamiento entre quienes niegan la existencia de ese fenómeno y quienes alegan que su indiscutible presencia afecta negativamente los intereses del crecimiento del país.

Por un lado, los defensores de la libertad económica señalan que el actual mercado cambiario es libre y que el precio del dólar es el que surge de la interacción de la oferta y demanda. Así, no hay nada que discutir sobre el precio de la divisa estadounidense en el país. Es el de equilibrio.

En el lado opuesto, los industriales y otros sectores productivos, que se sienten en desventaja por el ingreso de importaciones masivas que compiten con su producción ayudados por el “dólar barato”, señalan que esto es insostenible.

Si me permiten, ambas partes tienen cierta razón. Hoy en Argentina el mercado cambiario goza de una extrema libertad que brillaba por su ausencia durante la época de Cristina Fernández de Kirchner. Y eso es bueno, porque un mercado libre da certidumbre a todos los participantes de la economía argentina.

Pero también es cierto que el actual nivel no es el adecuado para que los sectores productores se sientan en una situación de confort e igualdad de oportunidades para competir con el mundo. En este sentido, los números no mienten y el gráfico siguiente, elaborado por el Banco Central de la República Argentina, es elocuente:

El tipo de cambio real multilateral muestra una clara tendencia a la apreciación, incluso aun después de la devaluación de casi 40% del peso argentino que tuvo lugar el 16 de diciembre de 2015 cuando se levantó el cepo cambiario. Claramente, el atraso cambiario es una realidad.

Este fenómeno responde a dos cuestiones fundamentales:

Político: En años electorales, como el actual que se celebran las elecciones de medio término, los gobiernos suelen utilizan al atraso cambiario como el ancla de estabilidad de precios e impulso al consumo mediante salarios en dólares más altos. El Gobierno de Mauricio Macri no es la excepción. Históricamente podemos definir a los años electorales como aquellos que están signados por el retraso (nominal y real) del tipo de cambio.                        

Económicos: Argentina está claramente de moda en el mundo financiero, habiendo recibido un fuerte flujo de ingreso de capitales externos que aumentaron la oferta de dólares en un mercado cambiario con demanda deprimida. Adicionalmente, el retorno del país a los mercados externos de deuda no hizo más que agravar esta situación de oferta de divisas tras las colocaciones varias de distintos emisores: Estado nacional, provincias y empresas.

Ambos factores coinciden para explicar por qué hay una tendencia de apreciación del tipo de cambio, tanto en términos nominales como reales.

El desafío por delante: una visión alternativa de competitividad

En Argentina siempre se pensó la competitividad en términos del valor del dólar. Y pensarlo así es un atajo que tiene un efecto positivo muy de corto plazo. Los Gobiernos se ven tentados a devaluar la moneda doméstica contra el dólar dando un salto temporal en la competitividad que se evapora en la medida que se da el famoso pass through: la devaluación se traslada a los precios aumentando la inflación y haciendo retroceder la ventaja del salto competitivo.

La visión errada de asociar la competitividad al nivel del tipo de cambio también ha sido una permanente traba para el desarrollo productivo de la Argentina. Es necesario comprender la competitividad desde una visión amplia que engloba cuestiones como la política impositiva, una política externa de apertura de nuevos mercados, el desarrollo de infraestructura, la mejora de la logística y la seguridad jurídica, entre otras cosas.

Claro está que este camino implica más esfuerzo, perseverancia y se trata de una tarea de mediano plazo. Pero en algún momento se debe abordar más allá de las urgencias políticas que acechan permanentemente en el país.

Mientras tanto, en la medida que se ponga en funcionamiento este proceso, deben buscarse alternativas ingeniosas para incentivar la demanda de dólares y dar un cierto respiro a los sectores productivos desde la óptica de la competitividad basada exclusivamente en el tipo de cambio.

Opinión de Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global y portfolio manager

El regreso de las coberturas cambiarias en México, los pros y contras

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El regreso de las coberturas cambiarias en México, los pros y contras
Foto: maxpixel. El regreso de las coberturas cambiarias en México, los pros y contras

El Banco de México (Banxico) anunció un «nuevo» esquema para disminuir los efectos de la volatilidad del tipo de cambio entre los participantes del mercado, se denomina coberturas cambiarias.

Dicho esquema no es novedoso, tuvo su apogeo al final de la década de los ochenta y primeros años de los noventa, del siglo pasado, hasta que colapsó por malos manejos del mecanismo en el mercado cambiario nacional.

Los daños y efectos nunca se conocerán bien a bien, pero fue un mercado en el que se llegó a registrar abuso y hasta fraudes por parte de algunos participantes.

El esquema de coberturas cambiarias de esa época no limitaba los montos, a diferencia del actual en el que sí se fija una cifra máxima de hasta 20.000 millones de dólares en operaciones totales.

A reserva de revisar con detenimiento las reglas de operación del esquema de coberturas cambiarías, éstos son algunos pros y contras del renacimiento de un mercado que había quedado en el olvido y que ahora se revive, no sabemos si para bien o para mal.

Puntos a favor del mercado de coberturas cambiarias.

  1. Sí garantizan una cobertura real para los beneficiarios, especialmente en periodos de fuerte volatilidad del tipo de cambio.
  2. Son esquemas que permiten la planeación financiera de las empresas, sobre todo de aquellas que, por su naturaleza, tienen necesidades de hacer transacciones en dólares y no lo hacen para especular.
  3. La certeza se elimina como factor de impacto en las finanzas empresariales.
  4. En cierta forma, se le reduce un porcentaje de especulación al mercado cambiario, aunque no en su totalidad y no es garantía de estabilidad cambiaria total.
  5. Algunos operadores del mercado de cambios nacional tiene vasta experiencia en este tipo de transacciones, lo que abona a favor del profesionalismo en el mercado.

Puntos en contra del mercado de coberturas cambiarias

  1. Aún cuando sea un mercado de coberturas cambiarías, existe la posibilidad de una ola especulativa, así sucedió en el pasado y no vemos porqué no pueda volver a suceder.
  2. Estamos en un mercado altamente volátil, por lo que las coberturas sí pueden disminuir el riesgo cambiario pero no eliminan de ninguna manera el potencial de depreciación del tipo de cambio.
  3. Existe la posibilidad de que los grandes participantes interbancarios, como siempre, acaparen este mercado por su tamaño y poder económico.
  4. Las coberturas cambiarias podrían no ser vendidas a las empresas, si así lo determinan los bancos que las obtengan, por lo tanto sus beneficios serían limitados en algunas ocasiones.
  5. Este programa de coberturas cambiarías se limita a un monto máximo de 20 mil millones de dólares, la intención es no afectar el nivel de las reservas en caso de que haya más volatilidad del tipo de cambio; pero, precisamente por esto su efecto podría limitarse en un mercado que diariamente opera cuando menos 20 veces más dicha cifra.

Columna de Antonio Sandoval

 

Comportamiento, bolsas y redes sociales

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Comportamiento, bolsas y redes sociales
Foto: Esther Vargas . Comportamiento, bolsas y redes sociales

La pugna entre las buenas noticias económicas y la creciente incertidumbre política continúa, por lo que los mercados han de estar muy atentos a la contraposición entre ambas fuerzas a fin de ponderar la evolución de los factores que pueden hacer que la coyuntura mejore o empeore. Además, el propio comportamiento del mercado podría fácilmente tener repercusiones prácticas en la realidad económica o política, lo que complica aún más las cosas a los inversores que están planteándose cómo posicionar las carteras que gestionan.

Estos inversores particulares forman parte de la multitud que compone el conjunto del mercado, lo que hace que su propio modo de pensar y actuar se integre en el ecosistema económico en constante adaptación que intentan analizar. Siendo así, los inversores no sólo se esfuerzan por comprender los fundamentos económicos y la política, sino también por evaluar el comportamiento de los otros inversores, la forma en la que la confianza inversora influye en su posicionamiento y flujos, y cómo ésta puede sesgar, o incluso anular, el contexto fundamental en lo que respecta a la evolución futura del precio de los activos financieros.

Cuando economía y política empujan en direcciones contrapuestas cobra aún más importancia entender los factores conductuales que en último término determinan la dirección del mercado. Aunque hacerse una imagen psicológica del mercado no es fácil, si se hace bien proporciona un elemento clave del rompecabezas que explica la razón por la que los mercados reales a menudo se desvían del modelo de formación de precios «eficiente».

Por ejemplo, la conducta gregaria y el contagio de rumores pueden ayudar a explicar por qué el sentimiento del mercado puede hacer que los precios efectivos difieran de aquellos que representarían una valoración ajustada de la realidad económica subyacente, así como los riesgos que ello entraña. Además, aun cuando se identificara correctamente el sentir del mercado, podría no estar claro qué curso de acción debería seguirse.

Una vez identificado, tal comportamiento debe diagnosticarse, investigarse e interpretarse en términos de cuál será su impacto más probable en el mercado. El perfil de comportamiento del mercado que componemos constituye, por lo tanto, una opinión bien fundada: capta factores de confianza y manifestaciones de conducta gregaria, y establece el posicionamiento de los inversores y la dinámica de flujos.

Tendencias

A veces la mejora del sentimiento o la dinámica del flujo de inversores pueden cumplir una importante función indicativa para las decisiones de inversión. La mayor rentabilidad de clases de activos beneficiarias de flujos previos puede inducir a los gestores de fondos a asignar recursos adicionales a esas mismas clases de activos. Por lo tanto, puede ser rentable subirse al carro de un tema de inversión que todavía esté formándose, ya que algunos de estos temas pueden durar bastante tiempo.

El recorrido alcista del mercado de bonos, prolongado durante varias décadas, probablemente fuera uno de los temas más persistentes jamás vistos, si bien más recientemente también han perdurado temas tales como la «búsqueda de rendimiento» y «acciones de baja volatilidad». Al mismo tiempo, el optimismo y el pesimismo, así como el posicionamiento inversor, pueden llegar a pecar de excesivos tras períodos de movimiento unidireccional del mercado. En consecuencia, en algún momento puede ser aconsejable posicionarse en sentido contrario.

Una manera tradicional y eficaz de aprovechar estas dinámicas consiste simplemente en fijarse en los propios precios o rentabilidades, a través de gráficos o de señales basadas en reglas aplicadas a las cotizaciones. De forma complementaria a éstas puede ser informativo analizar la evolución del sentimiento inversor, sin renunciar al rigor al distinguir momentos en que sumarse a la multitud o al identificar un exceso de confianza (o de pesimismo).

Redes sociales

Más recientemente, la tecnología de macrodatos nos ha permitido empezar a raspar Internet y las redes sociales para captar el sentimiento día a día, lo que brinda detalles y dimensiones adicionales. Permite, por ejemplo, identificar el sentimiento general en múltiples factores como el optimismo, el miedo, la alegría, la tristeza, el estrés y el enfado, y establecer qué opiniones sobre riesgos políticos o sobre la incertidumbre se expresan a través de canales digitales.

Esto nos permite crear una medida más rica, profunda y objetiva de la evolución del tipo de emociones que condicionan el estado de ánimo del mercado. Curiosamente, el riesgo político ha disminuido ligeramente desde mediados de enero, según información recopilada tanto de plataformas de noticias en Internet como de medios de comunicación social (Gráfico 1).

Resulta interesante cómo medidas de sentimiento diferentes, procedentes de distintas fuentes, pueden transmitir una información diferente. Las plataformas de noticias (noticias de agencia, diarios financieros, blogs, etc.) auguraron que la elección de Trump perjudicaría sustancialmente a los mercados, mientras que las redes sociales fueron bastante menos dramáticas al respecto. Las emociones han mejorado notablemente en las redes sociales desde el verano pasado, mientras que las plataformas de noticias no acaban de definirse y continúan un tanto deprimidas en comparación con los últimos años (gráfico 2).

Todos estos factores de comportamiento deben en último término combinarse de una manera consistente y fehaciente. Esto significa determinar el valor informativo de los distintos factores y comprender qué aportan unos a otros. Sólo una vez hecho esto con sensatez cabe diseñar un perfil de comportamiento útil, uno que potencie claramente la toma de decisiones, en contraste con un análisis que tan solo tenga en cuenta la economía y la política. Aunque incorporar el aspecto conductual de la ecuación de inversión no implica obtener predicciones blindadas ni resultados garantizados, sí que ayuda a gestionar mejor la incertidumbre y a generar una mejor relación de intercambio entre riesgo y rentabilidadde la inversión en acciones a más largo plazo.

Valentijn van Nieuwenhuijzen es director de Multiactivos de NN Investment Partners.