El estilo value, el más indicado para el entorno de reflación

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El estilo value, el más indicado para el entorno de reflación
Pixabay CC0 Public DomainFoto: haalkab. El estilo value, el más indicado para el entorno de reflación

La falta de presiones inflacionistas en Europa y Estados Unidos, a pesar de los sólidos datos macroeconómicos a ambos lados del Atlántico, ha mantenido los rendimientos de los bonos en niveles muy bajos. La consecuencia directa de este entorno de bajos rendimientos en el mercado de renta fija se ha traducido en un repunte de la renta variable desde el comienzo del año.

Esto destaca además por los buenos resultados del estilo growthde calidad; lo que significa que las acciones cotizan típicamente en múltiplos altos, tienen balances sólidos y altas expectativas de ganancias. Sectores como el de tecnologías de la información o sectores relacionados con el comercio electrónico han experimentado una importante subida desde el inicio de 2017, especialmente en Estados Unidos y dentro de los mercados emergentes, donde el sector de TI ahora representa casi un tercio del índice MSCI Emerging Markets.

Aunque no podemos ignorar los méritos individuales de esas compañías y la disrupción que podría crear, por ejemplo, el aumento del comercio electrónico y su impacto en las tiendas físicas de los minoristas, no debemos olvidar el ángulo de valoración al invertir en cualquier clase de activos.

La consecuencia directa de este sesgo hacia estrategias growth desde principios de 2017 ha sido un aumento masivo en las brechas de valoración de los mercados de acciones. Las dispersiones de valoración tanto en Europa como en EE. UU., están ahora a niveles muy inflados y no lejos de los máximos absolutos de la burbuja tecnológica de 1999 y en los niveles más altos desde el comienzo del nuevo milenio.

Esos niveles extremos en la dispersión de las valoraciones siempre han demostrado ser señales fuertes para reconsiderar la compra de acciones que cotizan en múltiplos bajos, donde las expectativas de ganancias no son tan exigentes en comparación con el mercado o sus homólogos. En otras palabras, el estilo value de inversión.

La burbuja tecnológica de marzo de 2000, el pico de la crisis de la eurozona en julio de 2012 y el referéndum del Reino Unido de junio de 2016 fueron puntos en la historia de la dispersión de valuación extrema y, por lo tanto, los mejores puntos de entrada al estilo value en los últimos 20 años. El alto nivel de dispersión actual es sin duda una señal que los inversores no deberían ignorar.

La propuesta de NN Investment Partners para incluir el estilo value en cartera es el fondo NN Euro High Dividend, que invierte en valores infravalorados de la eurozona y que ofrecen atractivos dividendos. Una estrategia que busca además, diversificar geográficamente y por sectores.

Al mismo tiempo, la recuperación global sincronizada a la que nos enfrentamos (como lo destacan los fuertes macrodatos en Europa, EE. UU. y China) es otro factor que debería respaldar el estilo de inversión de value. Sectores como el de finanzas, empresas relacionadas con la construcción y empresas de materiales probablemente se beneficiarán de un entorno macro mejorado.

Además, tienen una correlación positiva con el aumento de la rentabilidad de los bonos y el aumento de la inflación, que aunque se mantiene en niveles bajos, es posible que estemos al inicio de una nueva ola de reflación, como lo confirmó recientemente la encuesta PMI de fabricación. También destacamos el aumento en el poder de fijación de precios que tienen las empresas en EE. UU. y China, como se muestra en el gráfico. El tema de la reflación está ganando terreno y respalda un enfoque de estilo más value en los mercados de acciones en comparación con el estilo de growth.

Aunque es un proceso lento, la reducción progresiva esperada de los balances de los bancos centrales es otra señal del retorno a una política monetaria más normalizada y es un paso necesario para el retorno de los factores de valoración fundamentales en el campo de la renta variable.

Este tema de la reflación tendrá un impacto significativo en la forma en que los inversores consideran los mercados de acciones. El segmento de growth de calidad del mercado ha tenido un rendimiento superior a gran escala en comparación con el estilo value en la última década.

Pero este estilo podría volverse vulnerable en un entorno de reflación de este tipo, ya que dejará de estar respaldado por factores de valoración y se verá negativamente afectado por el aumento de las tasas y la inflación. Los inversores definitivamente deben tener un enfoque más equilibrado en su asignación de estilo y asegurarse de tener una asignación adecuada para el estilo que se beneficiará más del tema de reflación. Las estrategias value han perdido vigencia durante casi una década, pero podríamos estar en un punto de inflexión interesante.

Nicolas Simar es responable de la boutique de renta variable value de NN Investment Partner.

Deuda corporativa en un mercado de final de ciclo

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Deuda corporativa en un mercado de final de ciclo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Arjan Ritcher. Deuda corporativa en un mercado de final de ciclo

En los años posteriores a la crisis financiera mundial, los inversores en crédito se beneficiaron de un periodo de mejora en los fundamentales del crédito. Las compañías y los bancos fortalecieron sus balances y, en fechas más recientes, han cosechado unos beneficios al alza.

Pero conforme avanzamos en la segunda mitad de este año, no cabe duda de que el presente ciclo ha experimentado un vuelco. Estos puntos de inflexión suelen perjudicar a los poseedores de bonos. Se observan más casos de firmas en proceso de reapalancamiento y que están orientando los flujos de caja a favor de los accionistas en forma de dividendos o recompras de acciones, mientras que antes destinaban dichos flujos a la mejora de los balances y la reducción del endeudamiento.

Los beneficios se suelen utilizar para financiar operaciones de fusión y adquisición de carácter expansionista, y los ejemplos de ofertas especulativas están aumentando. En el último año, AT&T movió ficha por Time Warner; British American Tobacco hizo lo propio con Reynolds American, y Kraft Heinz intentó adquirir Unilever.

Aunque la última operación no llegó a completarse, obligó a la entidad objeto de adquisición a reapalancarse y destinar una mayor parte de su capital a los accionistas. Por consiguiente, el apalancamiento corporativo mundial ha tendido al alza en los últimos años pese a los sólidos beneficios, lo que se corresponde con un comportamiento típico en las postrimerías del ciclo.

La oferta de nueva deuda corporativa se ha mantenido robusta este año, lo que viene a reflejar el comportamiento empresarial mencionado más arriba. Ahora bien, esto es solo una cara de la moneda. La demanda procedente de una diversidad de inversores, tanto minoristas como institucionales, también ha seguido siendo elevada en Estados Unidos, Europa y el Reino Unido.

Las valoraciones del mercado parecen razonables

Además, hemos de tener en cuenta que los bancos centrales han bajado los tipos de interés hasta niveles próximos a cero y han emprendido políticas expansionistas, como la compra de bonos en general y bonos corporativos en particular. Por tanto, consideramos que el panorama estructural resulta propicio para el mercado.

El diferencial que percibimos por invertir en deuda corporativa se ha reducido de manera significativa desde principios del pasado año, por el que resulta tentador creer que el mercado está sobrevalorado. No obstante, en el contexto histórico del último decenio, los diferenciales corporativos se sitúan bastante cerca de la media.

Cómo gestionamos las carteras

Dentro de nuestras carteras con calificación investment grade, buscamos generar atractivas rentabilidades ajustadas al riesgo a largo plazo mediante un enfoque coherente, disciplinado y active que se centra en la selección de valores y emisores específicos. Nuestras decisiones se nutren de un análisis de crédito fundamental de tipo ascendente (bottom up), riguroso e independiente.

Un equipo de 15 analistas de deuda investment grade consagrados a este segmento del mercado emplea un enfoque desarrollado internamente y que permite obtener un profundo entendimiento de las dinámicas de los diferentes sectores y emisores.

Cada analista examina en torno a 30 emisores, lo que equivale a unas 470 compañías analizadas por el equipo en su conjunto. Así pues, ¿dónde identificamos ahora las oportunidades más atractivas y cómo estamos posicionando nuestras carteras en esta fase postrera del ciclo de crédito? Justo ahora se cumplen tres años del lanzamiento del Threadneedle (Lux) Global Corporate Bond Fund. La naturaleza cambiante del proceso de construcción de carteras desde el lanzamiento aporta una dimensión práctica a nuestro razonamiento.

No cabe duda de que el ciclo de crédito está registrando un punto de inflexión, y los diferenciales de la deuda corporativa se revelan algo menos atractivos que hace 18 meses. Sin embargo, la demanda inversora sigue gozando de fortaleza y la continua adopción de una política monetaria hiperexpansiva implica que la deuda corporativa seguirá constituyendo una pieza clave en la cartera de los inversores durante algún tiempo.

Hemos reajustado la construcción de nuestras carteras con el objeto de reflejar esta nueva realidad, si bien seguimos mostrando bastante optimismo con respecto a las perspectivas sobre la clase de activos en este último tramo del año.

Alasdair Ross es director de Crédito con calificación Investment Grade de Columbia Threadneedle.

La próxima recesión

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La próxima recesión
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Juanjo. La próxima recesión

Si bien la expansión económica estadounidense se adentra este mes en su noveno año, una recesión en nuestro horizonte cíclico de seis a doce meses parece bastante improbable. Nuestros modelos establecen una probabilidad inferior al 10%. No obstante, las recesiones son sumamente difíciles de prevenir.

E incluso si sorteamos una recesión a corto plazo, resulta más probable que la expansión actual llegue a su ocaso en algún momento de nuestro horizonte estructural. La economía mundial se halla en una situación parecida, como destacamos en nuestra recién publicada edición de Perspectivas seculares, «Cambios de dirección». Si tenemos que guiarnos por la historia, creemos que la probabilidad de que asistamos a una recesión mundial en algún momento de los cinco próximos años ronda el 70%.

Dado que las recesiones suelen ir acompañadas de periodos bajistas para los activos de riesgo y periodos alcistas para los bonos, parece conveniente explorar los factores que podrían aniquilar la expansión en EE. UU., así como determinar cuán profunda y duradera podría revelarse la próxima recesión. En gran medida, la envergadura y la duración de la recesión venidera dependerán de las condiciones de partida, así como de las fuerzas originarias.

Un entorno recesivo podría hundir sus raíces en una perturbación externa, como una implosión del euro, una grave crisis geopolítica o un repunte de los precios del petróleo atribuido a la oferta. En este caso, la recesión será probablemente superficial pero prolongada, sobre todo si la Reserva Federal no ha recorrido mucho camino en su proceso de normalización de los tipos.

Posibles escenarios

En cambio, una recesión endógena causada por un sobrecalentamiento de la economía y/o unos mercados de activos excesivamente eufóricos que alienten un considerable endurecimiento por parte de la Reserva Federal se revelaría, a buen seguro, profunda pero transitoria.

En nuestro primer escenario, la economía avanza tambaleante hasta que se ve sacudida por una perturbación externa. La recesión, provocada por el consiguiente desplome de los precios de los activos y la merma en la confianza de las empresas y los consumidores, podría revelarse relativamente superficial, si bien podría prolongarse más de lo habitual como consecuencia de unas insuficientes respuestas fiscales y monetarias.

En el segundo escenario, la economía flaquea debido a la acumulación de una serie de desequilibrios internos y un sobrecalentamiento de los mercados de bienes, de trabajo o de activos que obligaría a la Reserva Federal a acometer subidas de tipos. Sin embargo, al haber hecho acopio de suficiente «munición» en forma de tipos de interés más elevados, el banco central estadounidense podría recortar los tipos para fomentar una recuperación en forma de «V».

Reflexiones finales

Ante la incertidumbre que se cierne sobre el calendario y los rasgos de la próxima recesión, ¿qué deben hacer los inversores? La respuesta depende, sin duda alguna, de las circunstancias y los objetivos específicos de cada inversor. Sin embargo, desde PIMCO recomendamos respetar unos cuantos preceptos:

  • Hacer hincapié en la valoración: los mercados descuentan un gran número de ‘buenas noticias’.
  • Mantener el énfasis en la conservación del capital.
  • Buscar valor relativo en los tipos de interés y el crédito.
  • Considerar un abanico de oportunidades mundiales, incluidos los mercados emergentes.

Recapitulando: Disfruten de esta expansión mientras dure. Sin embargo, no esperen que EE. UU. siga la estela de Australia, donde la última recesión se dio hace un cuarto de siglo.

Joachim Fels es director general y asesor económico mundial en la oficina que PIMCO tiene en Newport Beach. Puede leer la columna entera en la web de PIMCO siguiendo este link.

¿Qué tanto participan los fondos mutuos de México en derivados?

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¿Qué tanto participan los fondos mutuos de México en derivados?
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Cezzare. ¿Qué tanto participan los fondos mutuos de México en derivados?

Según sus prospectos de información, 33% de los fondos de inversión de deuda (FID) y 61% de los de renta variable (FIRV) tienen posibilidad de negociar productos derivados. Los FID, con los dos objetivos consabidos: cobertura de riesgos y especulación, es decir, tanto la protección ante las variaciones del tipo de cambio o las tasas de interés como la toma de riesgos para buscar ganancias mediante el apalancamiento. Los FIRV contemplan que pueden hacer una u otra: 68 fondos establecen el objetivo puro de la especulación; 26 (básicamente de un solo gestor), el propósito único de cobertura, y 57 (casi todos de solo dos gestores), la finalidad dual de cobertura y especulación. 

En la práctica, las cifras de Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB), al 30 de junio de 2017, revelan que 607 fondos del total general que conforman el mercado nacional, alrededor de 7% (26 FID y 18 FIRV) tenía posiciones abiertas de futuros, opciones y swaps listados en el Mercado Mexicano de Derivados (MexDer) y Chicago Mercantil Exchange (CME), así como operaciones extrabursátiles, denominadas over the counter (OTC).

Los FID, Sustento del Futuro de Bonos M

  • Por su naturaleza, los FID tenían posiciones de futuros de bonos gubernamentales (bonos M), dólar y swaps entregables de tasas de interés, así como swaps de tasas pactados con contrapartes.
  • Su posición general de futuros del bono gubernamental específico con vencimiento en diciembre de 2024 (M24) era de 8.450 contratos, equivalentes a 39,7% del interés abierto del MexDer. 
  • Tenía 29.451 contratos de futuros del dólar, 3,0% del interés abierto. Destacaba el hecho de que esta posición era de un solo fondo, el B+PC, de BBVA.
  • Tenía 54.500 contratos de swaps entregables a diferentes plazos, que representaban casi 1% del interés abierto.
  • Su participación en swaps extrabursátiles de TIIE, a diferentes plazos, era relevante, de 70% del monto nocional de las posiciones de los FID en swaps entregables.  
  • La participación íntegra del sector en opciones sobre bonos y divisas de CME recaía en seis fondos de un solo gestor, GBM.

Los FIRV, con Peso en el Interés de los Futuros del Dólar

  • En atención a su cometido, los FIRV mantenían principalmente futuros del dólar y del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), además de una porción marginal de bonos M.
  • Su tenencia absoluta de futuros del dólar, de 49.123 contratos, llegaba a 5% del interés abierto. 
  • Era llamativo, por su orientación al mercado accionario y perfil de riesgo, que su posición en futuros del IPC fuera apenas de 1.069 contratos, 3% del interés abierto, y fuera de dos fondos: GBMCRE y GBMBLB, ambos de GBM.
  • La posición total de futuros del M24 era de 350 contratos, sin mayor representatividad en el interés abierto.
  • Tan solo SMALTA2, de BBVA, mantenía posiciones de forwards sobre el índice de precios al consumidor, INPC.
  • La participación en opciones de CME y MexDer corría por cuenta de GBMDIV2, de GBM.

Es positivo que los fondos mutuos típicos de México, como sus pares de Chile, Colombia y Brasil, hayan incursionado en derivados. No obstante, la participación del sector local es todavía baja, tanto en términos absolutos como considerando solo a los que ya lo estipulan. Fitch Ratings considera importante que un número mayoritario de fondos ejerza la posibilidad de negociarlos, para fortalecerse y desarrollar su potencial. Inclusive, hay amplio espacio para que los fondos que no los contemplan, adecúen sus prospectos para poder aprovecharlos. La utilización general, orientada a la consecución de los objetivos de cobertura y/o rendimiento, coadyuva a administrar la composición de los factores de riesgo de crédito (calificación de contrapartes y garantías) y mercado (duración y volatilidad). Además, su uso ordinario contribuiría al desarrollo y crecimiento del mercado local, MexDer.

Columna de Fitch Ratings escrita por Arturo Rueda

Argentina: 116/583

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Argentina: 116/583
Pixabay CC0 Public DomainShutterstock. Argentina: 116/583

Este no es un tema de países latinoamericanos. En el pasado, países como Australia, Bélgica, Colombia, Ecuador, España, Filipinas, Francia, Honduras, India, Irlanda, Italia y Panamá llevaron a cabo algún tipo de perdón / amnistía fiscal. Y otros como Dinamarca, Finlandia, Grecia, México, Nueva Zelanda, Noruega, Perú, Portugal y Suecia también tuvieron, en algún momento, programas de reducción o quita para regularizar las situaciones fiscales.

Argentina finalizó la exteriorización de activos sobre finales del 2016. Sobre un PIB de 583.000 millones de dólares se ha logrado un sinceramiento de activos de 116.000 millones de dólares. El perdón implica un incremento del 12% del PIB en la base imponible de la economía.

En 60 años el país ha sancionado y ejecutado 20 de estos ejercicios con diferentes resultados; cabe destacar que todos ellos fueron hechos “por única vez”.

Durante muchos años y por motivaciones políticas, económicas o de seguridad, algunos ciudadanos han buscado refugio de sus capitales fronteras afuera. Las consecuencias de esta diversificación sobre todo en países en vías de desarrollo pueden tener un cierto impacto en la economía productiva y en el incremento de los costes de financiamiento tanto privado como soberano. Los efectos de la reducción en la recaudación de impuestos tienden a ser compensados con un aumento de la presión impositiva con posibles consecuencias en el desarrollo económico del país.

Creo que existen efectos a corto, medio y largo plazo de esta repatriación de capitales. Son por ahora imperceptibles al gran público, pero terminarán siendo mucho más relevantes en el 2017 y años subsiguientes.

Los efectos inmediatos son: baja del coste argentino, aumento de la recaudación impositiva, baja del déficit fiscal y posible mejora del riesgo crediticio no solo para el soberano sino también para los privados que necesiten acceder al mercado creditico tanto local como en monedas más fuertes que el peso. Con esa masa de inversiones posibles será más fácil el armado de un mercado de capitales que permita la financiación a plazos en moneda local.

Para acceder a la exteriorización, repatriación, los individuos deberán no solo pagar un impuesto especial sino que también deberán afrontar el pago sobre las ganancias de lo ahora declarado. Por ejemplo, un 35% sobre las ganancias que generen sus inversiones (no para los activos argentinos, ni para la deuda soberana brasileña o boliviana). La alternativa para evitar ese coste es tener una cartera invertida en bonos argentinos o de los países nombrados, o provinciales argentinos, los cuales están exentos.

Existe de todas maneras un efecto secundario. Las carteras de los argentinos están sobreexpuestas a papeles locales. Las carteras no están diversificadas.

Para ser justos, este éxito se consigue en el medio de severas restricciones al movimiento de los fondos no declarados en el exterior, un gobierno local que ha logrado generar confianza en los inversores, múltiples oportunidades de negocios en la Argentina y bajísimos retornos de las carteras a nivel internacional (recordemos que 8 billones de dólares de bonos están operando a tasas negativas).

El desafío que tenemos es lograr que dichas carteras consigan un nivel de diversificación y rentabilidad para tranquilidad de los clientes, banqueras y banqueros.

Tribuna de Raúl Ponte, Senior Portfolio Manager Beta Capital Wealth Management. Crèdit Andorrà Financial Group Research.

Una máquina perfecta

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Una máquina perfecta
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Blickpixel. Una máquina perfecta

Desde la Edad Media una de las obsesiones de físicos e inventores ha sido la construcción de lo que se dio en llamar “máquinas perfectas”. Instrumentos capaces de girar y desarrollar movimiento de forma autónoma e ininterrumpida, produciendo más energía de la que consumen y sin detenerse nunca por la fricción exterior. Muchas imágenes sobre el funcionamiento de la economía moderna se parecen bastante a este concepto de “máquina de movimiento perpetuo” que podríamos esquematizar así.

Si se observa detenidamente, este esquema circular está basado en dos pilares: a) El consumo de los particulares y b) Empresas y administraciones públicas produciendo bienes y servicios que son consumidos por esos mismos particulares.

Cuando se producen fricciones que amenazan con detener el engranje, bien porque aumenta el ahorro bien porque disminuye el consumo, “engrasamos” la máquina aumentando el gasto público y facilitando el acceso al crédito. Marx llamaba a esto “la contradicción interna del capitalismo” que lo llevaría a su inevitable desaparición. Hay que reconocer que el libre mercado ha pasado por momentos más o menos difíciles, pero goza de una salud envidiable comparada con las economías de tipo “planificado”.

La zona marcada con un cuadrado azul es la que Keynes denominó “la paradoja del ahorro”. Trata de explicar cómo algo en principio beneficioso como es el ahorro, si se incrementa mucho en un período de contracción económica, hace que se ralentice más, provocando una recesión mayor. En esa paradoja se han visto atrapados (y continúan) países como Japón y, en menor medida, Alemania. Según Lord Keynes, la única manera de romper esa dinámica perversa sería la intervención del estado, incrementando el gasto público en forma de inversiones en infraestructura o incluso subsidiando empresas y sectores poco productivos o rentables. Las soluciones económicas para “make America great again” del último inquilino de la Casa Blanca son un reedición de ese mismo manual de principios del siglo pasado.

El Keynesianismo fue dominante hasta la crisis de 2007. En ese momento los gobiernos ya habían incurrido en unos gastos y niveles de deuda enormes, por lo que el incremento de gasto público quedaba descartado ante el riesgo de cometer impagos en la deuda y la factura que suponía pagar los intereses. Fue el momento de los bancos centrales y, avanzando tres casillas en el gráfico, de actuar disminuyendo drásticamente los tipos de interés, facilitando el crédito (principalmente a los bancos) para tratar de que la “máquina de movimiento perpetuo” no se detuviese. La lógica es sencilla: si un banco central inyecta o imprime nuevo dinero es de esperar que los consumidores gasten más (¿porqué no voy a consumir o pedir prestado si el dinero no me cuesta nada?), las empresas inviertan y el exceso de ahorro disminuya.

El problema es que todas las recetas y soluciones vienen con un “pero…”. En este caso, el pero es que si se estimula el crecimiento de forma artificial, aparecen burbujas porque nos endeudamos en proyectos que no son viables o sobrepagamos precios por bienes que no necesitamos y de los que prescindiremos rápidamente.

Lo ideal es que los tipos de interés bajen de forma natural y como consecuencia de un cambio en la preferencia de consumo actual hacia un consumo futuro. Si esto es así, se eleva la tasa de ahorro y lenta y progresivamente depositamos más dinero en el banco o en productos de ahorro, lo que hace que las entidades depositarias cuenten con una mayor cantidad de dinero en su balance y el tipo de remuneración disminuirá en consecuencia. La diferencia radical con el caso anterior es que aquí ahorro e inversión crecen de forma simultánea produciendo un incremento de la productividad.

El Keynesianismo ha culpado tradicionalmente a la falta de propensión al consumo de cualquier situación económica adversa, pero los estímulos para revertir dichas situaciones raramente se han basado en un incremento de la productividad o el ahorro. Estas medidas son siempre bastante más lentas, dolorosas y poco visibles a corto plazo para quien tenga una agenda política. Desgraciadamente las políticas expansivas conducen a una mala asignación de recursos, hacia proyectos que finalmente no son rentables o con un retorno sobre el capital insuficiente. Un ciclo basado en esas premisas ha sido eficaz a lo largo de la historia, pero lleva asociado en su propio esquema varias deficiencias de las que señalamos dos:

1)    El nuevo dinero en circulación trae siempre una disminución del poder adquisitivo de la unidad monetaria previa o lo que es lo mismo: inflación. El mismo café con leche que nos tomamos en el bar no cuesta lo mismo ahora que hace algunos años.

2)    Un ciclo económico basado en crecimiento crediticio implica fases de boom seguidas de pinchazos. Es una economía con síndrome “maníaco-depresivo”.

Las “máquinas de movimiento perpetuo” no existen y tampoco se pueden construir. La existencia de una de dichas máquinas supondría una violación del primer principio de la termodinámica, del segundo o de ambos a la vez. El primer principio nos dice que la energía no se crea ni se destruye sino que sólo se transforma, por lo que no es posible construir un aparato capaz de generarla de la nada. El segundo principio implica que en cualquier sistema cerrado la cantidad total de entropía y el desorden molecular dentro del sistema siempre tienden a aumentar.

Todos los artilugios que dan la sensación de movimiento continuo e independiente no son tales. Necesitan siempre un aporte de energía exterior por muy sutil e imperceptible que sea a primera vista o se terminan parando.

¿Habrán faltado a clase de física los banqueros centrales y todos los economistas?

Tribuna de Íñigo Colomo, CIO de Imantia Capital

Por qué la selectividad sigue siendo un factor clave a la hora de invertir en deuda emergente

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Por qué la selectividad sigue siendo un factor clave a la hora de invertir en deuda emergente
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Annej19. Por qué la selectividad sigue siendo un factor clave a la hora de invertir en deuda emergente

Ante la inminente retirada de la marea de estímulo monetario a escala mundial, solo unos pocos segmentos del universo de la renta fija tienen suficiente diferencial de amortiguación para absorber la transición a la era posterior a la relajación cuantitativa.

Seguimos convencidos de que la deuda emergente ofrece oportunidades interesantes, respaldada por el repunte cíclico a escala mundial, un contexto favorable para los precios de las materias primas y una mejora innegable de los fundamentales en varios países emergentes.

Si bien estamos haciendo un seguimiento de la inflación de los países desarrollados y esperamos un repunte, la mayoría de países emergentes se encuentra en una fase opuesta, en proceso de desinflación (Brasil, la India e Indonesia, entre otros), lo que permite una rebaja de tipos por parte de los bancos centrales.

Por último, estamos convencidos de que la normalización gradual de la política de los bancos centrales, siempre y cuando se comunique y se entienda correctamente y se lleve a cabo por las razones adecuadas —reducción del riesgo de caídas, mejora del crecimiento y aumento de la inflación—, no debería generar problemas para los activos de riesgo mundiales, ya que los mercados emergentes parecen ser resistentes.

Del mismo modo, mantenemos nuestra asignación a la deuda pública periférica, especialmente italiana. Se trata de uno de los pocos activos que se han revalorizado lo suficiente como para reflejar una prima de riesgo más razonable una vez finalizada la relajación cuantitativa.

De hecho, el estrechamiento de los diferenciales de la deuda italiana frente a la alemana ha quedado notablemente rezagado respecto de la compresión registrada en otras clases de activos europeos, como la renta variable y los bonos bancarios subordinados del país transalpino.

Asignación limitada a deuda corporativa

Aupado por preocupaciones políticas que consideramos pasajeras, este diferencial de amortiguación servirá para absorber la transición de las primas de riesgo a la era posterior a la relajación cuantitativa.

No obstante, en términos de la estructuración general de la cartera, mantenemos nuestro enfoque prudente a los mercados de renta fija mediante una duración modificada reducida y una asignación limitada a la deuda corporativa.

Pese a la relajación a corto plazo impulsada en gran medida por los acontecimientos políticos, seguimos convencidos de que el perfil riesgo/rentabilidad de las posiciones cortas en deuda pública del núcleo europeo (Alemania, Francia y Suiza) está orientado al alza.

En lo que a deuda corporativa se refiere, la selectividad sigue siendo clave. De hecho, los diferenciales de la deuda corporativa son demasiado bajos habida cuenta de la escasa calidad de los balances de las empresas y la previsión de un contexto de liquidez menos boyante a escala mundial.

A pesar de que recientemente recogimos beneficios en nuestra cartera de deuda corporativa, seguimos priorizando los bonos financieros, ya que la tendencia plurianual de reducción del riesgo, desapalancamiento y refuerzo de la legislación en el sector reduce el excesivo descuento por riesgo sistémico que todavía azota al sector.

Por último, en el plano de las divisas, hemos reducido de manera significativa nuestra exposición al dólar, pero hemos reforzado nuestra exposición al yen.

Charles Zerah es gestor de fondos en Carmignac.

 

 

 

 

 

 

 

Los tipos deberían seguir creciendo en Europa

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Los tipos deberían seguir creciendo en Europa
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Dave Heuts . Los tipos deberían seguir creciendo en Europa

Octubre ha sido un claro punto de inflexión en el mercado de renta fija. A comienzos del mes, y casi tres años después de haber puesto fin a su programa de compras de activos, la Reserva Federal comenzó a adelgazar su balance. La reacción de los mercados fue tibia y los inversores prefirieron concentrarse en las previsiones de tipos de los miembros del banco central, que siguen apuntando a una subida en diciembre, seguida de tres el próximo año. El mensaje de endurecimiento monetario a corto plazo transmitido por los miembros de la Reserva Federal contrastó con las previsiones de tipos de los inversores.

Desde Mirabaud Asset Management esperamos que en este cuarto trimestre se produzca un incremento de la pendiente de la curva a causa de los tipos largos. En realidad, la subida ya comenzó a materializarse a finales de septiembre a raíz de la reducción de los riesgos políticos y los avances en relación con el plan de aumento del gasto público en Estados Unidos. Prevemos un escenario en el que aumentará la prima a plazo debido a la reducción de los programas de compras de activos y a la revisión al alza de las previsiones de inflación por parte de los inversores. A esto se suma la posible designación de un nuevo presidente de la Reserva Federal, que también provocará volatilidad en los tipos a corto plazo durante el mes de octubre.

Un contexto global que nos ha llevado a continuar reduciendo en nuestras carteras en libras esterlinas, la exposición a la deuda pública británica, situándola en una infraponderación fuerte tras el cambio de tono del Banco de Inglaterra. Tras que este, prácticamente, haya telegrafiado una subida de los tipos de interés a corto plazo debido a la aceleración de la inflación, la balanza ha dejado de estar inclinada hacia una flexibilización de la política monetaria.

En cualquier caso, no esperamos un ciclo de endurecimiento monetario; sí una única subida de tipos para compensar el recorte aplicado tras el referéndum del Brexit. Por otro lado, las valoraciones están extremadamente caras debido a los tipos de interés reales negativos. En el resto de Europa, los tipos deberían seguir creciendo moderadamente, en paralelo al resto de países desarrollados.

En este escenario del mercado de renta fija, el equipo de bonos convertibles de Mirabaud Asset Management recomienda a los inversores aprovechar el ajuste post-estival para aumentar el peso de los bonos convertibles en sus carteras. Pero la aproximación ha de hacerse siempre mediante la gestión especializada en este tipo de activos. Mirabaud cuenta con un equipo destinado exclusivamente a los bonos convertibles, tango globales como europeos, manteniendo nuestros productos entre los primeros de su categoría desde el punto de vista de rentabilidad/riesgo, que es lo que realmente busca el inversor en bonos convertibles.

Actualmente, los fundamentales subyacentes al crédito no son motivo de preocupación porque las tasas de incumplimiento siguen siendo bajas; aumenta el apalancamiento pero el coste de la deuda sigue siendo leve y los niveles de beneficios aún son altos. Es probable que la selección de bonos se convierta en el principal impulsor del rendimiento y el aumento de la dispersión dentro de mercados concretos siga generando oportunidades.

Si nos atenemos a los datos históricos, contar con un 10% de bonos convertibles en una cartera equilibrada (renta variable más bonos) optimiza el retorno ajustado por el riesgo, es decir, supone para el inversor mayor rendimiento sin incrementar el riesgo. Una propuesta atractiva en un contexto en el que aumentan los tipos y la volatilidad de los mercados.

Raimundo Martín es director general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.

Oportunidades en deuda emergente con un enfoque selectivo

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Oportunidades en deuda emergente con un enfoque selectivo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Kevin Rheese. Oportunidades en deuda emergente con un enfoque selectivo

Los últimos mensajes favorables al endurecimiento monetario lanzados por los bancos centrales en septiembre apenas influyeron en la deuda emergente, una clase de activos que está aguantando bien la volatilidad de la deuda pública de los mercados desarrollados. Su sólida evolución en lo que llevamos de año y los atractivos rendimientos que sigue ofreciendo han actuado como un imán para los inversores, especialmente aquellos que buscan unas rentas que ya no pueden encontrar en otros mercados de renta fija.

Los flujos de inversión han replicado esta visión positiva, y esta clase de activo ha registrado entradas de capitales en 35 de las 36 últimas semanas. Entretanto, el crecimiento mundial sigue siendo fuerte e imprime un impulso adicional a los mercados emergentes.

Sin embargo, algunas áreas de la deuda emergente imponen cierta cautela, mientras que otras siguen ofreciendo todavía oportunidades interesantes.

Nuestra visión positiva sobre la duración de la deuda emergente en moneda nacional se mantiene, apoyada por los elevados rendimientos reales, el descenso de la inflación y la política monetaria expansiva de los bancos centrales. Dentro del universo de inversión, preferimos países donde podemos encontrar rendimientos elevados en moneda nacional,curvas con fuerte pendiente y carry atractivo, y monedas estables. Perú y Hungría son dos ejemplos de mercados donde se dan estas condiciones.

Bonos indexados a la inflación

Dentro de la deuda emergente en moneda nacional en general, los bonos indexados a la inflación están incrementando su atractivo en estos momentos. Aunque el argumento de los rendimientos reales sigue intacto en lo que respecta a la duración de la deuda emergente en moneda nacional, las tasas de inflación implícita de los países emergentes han caído considerablemente durante los últimos años a consecuencia del descenso de la inflación y la mayor fortaleza de las monedas.

Ahora que la Fed está preparándose para drenar liquidez en dólares del mercado, podríamos ver un rebote del billete verde frente a las divisas emergentes. La debilidad de las monedas, sumada a las bajas tasas de desempleo en algunas economías emergentes, podría aumentar las presiones inflacionistas y estimular las tasas de inflación implícitas de los mercados emergentes. Por lo tanto, la duración real, más que la nominal, podría ofrecer un mejor perfil de riesgo-rentabilidad durante los próximos meses y trimestres.

Del mismo modo, seguimos siendo cautos sobre las monedas emergentes frente al dólar estadounidense y mantenemos la infraponderación en monedas vinculadas al ciclo mundial de las materias primas (peso colombiano, peso chileno) y al ciclo económico de Asia (won surcoreano, nuevo dólar taiwanés). También siguen siendo atractivas algunas situaciones específicas donde el carry es lo suficientemente alto para compensar la volatilidad de los tipos de cambio, como el naira nigeriano y el peso argentino.

En cuando a la deuda emergente en divisa fuerte, la tendencia de estrechamiento de los diferenciales continúa, apoyada por unas entradas de capitales constantes en esta clase de activos. Las valoraciones imponen cierta precaución, sobre todo en deuda pública, donde los diferenciales parecen bajos. Por su parte, la deuda corporativa emergente sigue siendo atractiva gracias a su carry elevado y su menor volatilidad.

Andrea Iannelli es director de inversiones del área de Renta Fija.

La renta fija estadounidense sigue a la espera de Trump

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La renta fija estadounidense sigue a la espera de Trump
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gage Skidmore. La renta fija estadounidense sigue a la espera de Trump

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca fue un cambio de juego para los mercados de renta fija, superando todas las expectativas de lo que sucedería. Las políticas de su administración anticipan un impacto importante, de largo alcance en los mercados de deuda.

Lo que está sucediendo en la renta fija se parece al cuarto ‘taper tantrum’ en el mercado de bonos de los últimos años. El primero fue en 2010, el segundo, el más famoso, ocurrió en 2013, y el ultimo pudimos verlo en 2015, cuando el BCE puso en marcha su programa de expansión cuantitativa. Cuando se implementen las políticas para reactivar el crecimiento que han sido propuestas por Trump, el resultado debería ser una inflación más alta. ¿Pero podrá la administración Trump avanzar con estos planes?

Aunque el Partido Republicano tiene el control de la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes, el propio partido está dividido y podría no ser capaz de conciliar sus diferencias para impulsar las ambiciosas iniciativas fiscales de Trump. El presidente de Estados Unidos definitivamente necesitará usar todas sus habilidades para cerrar negocios de las que ha hecho gala siempre para conseguir que sus planes a favor del crecimiento reúnan el apoyo suficiente dentro de su propio partido.

El segundo foco de las prioridades de la campaña de Trump pasan por la des-globalización y poner límites a la inmigración. Por ejemplo, ha propuesto aranceles a las importaciones de China y México y la represión de la inmigración ilegal hacia Estados Unidos. La implementación de estas ideas daría lugar a precios más altos para los consumidores estadounidenses como resultado de una reducción en el comercio global, así como de mayores costes por trabajador para las empresas estadounidenses. Se espera que esto frene el crecimiento económico y, al mismo tiempo, aumente la inflación.

Espíritus animales

El mejor de los casos sería que las políticas de reducción de impuestos de Trump provoquen «espíritus animales» y alienten un aumento en las inversiones corporativas. Esto a su vez inspiraría confianza en la economía, lo cual es positivo para los activos de riesgo en general. Otras políticas ayudarían a invertir dinero en la construcción de más fábricas en Estados Unidos, ya que disminuiría la subcontratación a favor de la creación de nuevas empresas. Bajo este escenario, anticipamos un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de EE.UU. de entre 3% y 4%.

Sin embargo, existe un gran riesgo de que estas políticas pierdan fuerza cuando pasen por el Congreso. Si es así, no esperamos tanto crecimiento, pero las expectativas de inflación ya habrán aumentado. Si este fuera el caso, podríamos terminar con un contexto de estanflación, donde el escaso crecimiento no es suficiente para compensar la inflación. Otro posible escenario de esta situación sería que la Fed se vería obligada a actuar para combatir la inflación si supera significativamente su meta del 2%. Si la Fed endurece la política monetaria más rápidamente de lo anticipado, podría provocar un peor escenario de estanflación.

Debido al actual entorno de bajos tipos de interés, el endeudamiento de las empresas es alto. Si los tipos suben rápidamente, los costos del servicio de la deuda se dispararán y los perfiles de crédito corporativo se deteriorarán.

Respecto al ciclo de crédito, la victoria de Trump ha reducido el riesgo de recesión y podría ser positiva para la economía si arraigan las políticas favorables al crecimiento. Los fundamentos corporativos tienen una oportunidad de mejorar en estas circunstancias, y el ciclo de crédito podría prorrogarse unos cuantos años más.

Por ahora, en Aberdeen Standard Investments, tenemos una perspectiva positiva sobre el crédito estadounidense. El riesgo a la baja se ha visto mitigado por la agenda llena de medidas a favor del crecimiento de la administración Trump. Sin embargo, tendremos que revisar nuestras perspectivas para ver si el crecimiento sólido se ha mantenido o si sigue siendo lento, pero con la inflación apuntando a niveles más altos. De suceder, esto podría suponer que el ciclo de crédito se de la vuelta rápidamente y pase a ser negativo.

Debido al crecimiento extremadamente bajo y a políticas monetarias acomodaticias en otras partes del mundo desarrollado, es probable que Estados Unidos continúe atrayendo más capital. Los inversores europeos y japoneses querrán invertir allí, y Estados Unidos, que tiene vencimientos más largos, también recibirá flujos de fondos de pensiones y aseguradoras.

Por ahora, la renta fija de Estados Unidos sigue siendo atractiva, pero dependerá de Trump y su capacidad de ejecutar sus promesas de campaña.

Charles Tan es responsable de renta fija de América del Norte.

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