La lucha contra el cambio climático es una tarea de todos

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La lucha contra el cambio climático es una tarea de todos
Foto: Doug88888, Flickr, Creative Commons.. La lucha contra el cambio climático es una tarea de todos

Las temperaturas medias del planeta encadenan récords desde 2014, los eventos climáticos cada vez son más duros, las enfermedades respiratorias crónicas se multiplican, se están produciendo impactos irreversibles sobre la biodiversidad… son sólo algunos de los elementos en una lista de acontecimientos preocupantes que crecen año tras año.

El Acuerdo de París, adoptado en la Conferencia sobre el Cambio Climático de 2015, ha sido un poderoso acelerador para impulsar la concienciación sobre este asunto. Hasta la fecha, 169  países han ratificado este acuerdo, cuyo principal objetivo es mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados en 2100. Este compromiso no puede ocultar la escala del reto ya que las emisiones de CO2 aumentaron de nuevo en 2017 después de tres años estancadas.

En torno a un 40% de las compañías aseguran estar preocupadas o muy preocupadas sobre los impactos potenciales del cambio climático en su cadena de valor, ya sea en el nivel de la producción, proveedores o distribución. La consecuencia directa es que más o menos la misma proporción cree que el cambio climático ya está afectando a sus costes operativos y, en consecuencia, a su rentabilidad futura.

Un estudio reciente de la organización CDP (Carbon Disclosure Project) muestra que las compañías están abordando el problema directamente. CDP también dice que el 68% de las compañías encuestadas han establecido objetivos climáticos para 2020 o más adelante, frente al 55% en 2016. Por el contrario, sólo el 14% de los encuestados han alineado sus objetivos con las evidencias científicas que apoyan el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 2 grados en 2100.

El proceso se ha puesto en marcha y se han hecho progresos significativos. Aun así, todavía queda mucho por hacer para alinear los objetivos de todas las partes implicadas con un camino sostenible. El mundo financiero tampoco se ha quedado al margen. La crisis económica y financiera ha contribuido a la aparición de un enfoque más amplio en la creación de valor. Esto se pone de manifiesto en la tendencia hacia la integración de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en las estrategias de inversión. Esta aceleración ha sido posible gracias al fuerte compromiso de responsables políticos internacionales, creando un entorno para que el sector financiero desempeñe un papel crítico a la hora de afrontar este gran reto del siglo XXI y de apoyar la transformación hacia una economía con emisiones bajas de carbono.

La disponibilidad de datos y el marco de reporting son elementos esenciales para tener en cuenta los asuntos climáticos en las estrategias de inversión. Para moverse de la intención a la acción, compañías e inversores necesitan más que nunca un marco estructural para difundir y analizar la información sobre temas medioambientales. En Oddo BHF Asset Management formamos parte de esta búsqueda de progreso continuo, por lo que hemos incorporado un análisis cuantitativo, que va más allá de la medición del carbono, de la contribución de nuestros fondos con criterios ESG a la consecución de los objetivos climáticos.

Nicolas Jacob, responsable de Análisis ESG en ODDO BHF Asset Management

2018: turno en Europa de la normalización monetaria

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2018: turno en Europa de la normalización monetaria
Foto: Minwoo, Flickr, Creative Commons. 2018: turno en Europa de la normalización monetaria

En 2012 Mario Draghi pronunció sus famosas palabras “Haremos lo que sea necesario” y casi nadie parecía aventurar que asistiríamos a un proceso continuado de políticas monetarias expansivas que se extendería hasta 2018. Cinco años después de las palabras del gobernador del BCE y tres después del inicio de la expansión monetaria en Europa, nos encontramos con una Zona Euro que crece por encima de su potencial a largo plazo, con la tasa de desempleo cayendo de manera sostenida desde 2013 y con el sentimiento económico en máximos de los de últimos diez años. Una combinación que, a priori, debería corresponderse con políticas monetarias menos expansivas.

La necesidad de políticas monetarias menos expansivas se asocia al término, ampliamente utilizado estos días, “normalización monetaria”. Aunque algunas voces siguen defendiendo que los niveles de inflación no justifican la retirada de los estímulos, cuando miramos el cuadro macro europeo no parece que exista una correspondencia lógica que justifique unos tipos de interés en terreno negativo.

Quizás el debate debería centrarse en si los estándares de inflación que están manejando los bancos centrales se corresponden con una economía en la que la globalización, las fuentes alternativas de energía y la disrupción de la tecnología llevan los precios de bienes y salarios a la baja. En cualquier caso, inflaciones en el entorno del 1,5% difícilmente casan con tipos a cinco años en negativo.

Dando por hecho que este proceso de normalización monetaria tendrá su inicio en 2018, nos surge una importante cuestión: ¿están los mercados preparados para el inicio de este proceso?

No tiene una respuesta fácil esta pregunta. Si hablamos con una muestra de gestores/analistas/intermediarios y demás agentes del mercado, la gran mayoría apostará por el inicio de la retirada de estímulos en Europa. Sin embargo, las curvas europeas siguen moviéndose en terreno negativo.

Una de las múltiples razones que podemos encontrar es la presencia de un comprador final, el BCE, que sigue cumpliendo con su mandato de comprar 60.000 millones al mes. Pero no sólo es el BCE, la enorme liquidez existente se encuentra penalizada por las acciones del BCE (con su tipo de depósito en negativo) lo que obliga a esa liquidez a participar de la búsqueda de rentabilidad en un entorno de tipos negativos.

Otro efecto perverso del QE es la naturalidad con la que estamos asistiendo a estrechamientos de los diferenciales en los bonos de peor calidad crediticia. A la complacencia que solemos experimentar los inversores en climas como el actual tenemos que unir la búsqueda, a veces desesperada, de rentabilidad. Esto nos está llevando a minusvalorar ciertos riesgos que sólo parecen evidentes cuando el viento cambia de dirección.

Dada la asimetría existente entre los fundamentales y los tipos de interés, la vía más adecuada nos parece la de la prudencia. No nos cabe duda de que Draghi hará uso de su habilidad para dar al mercado mensajes positivos, pero cuando ocurra la normalización monetaria podemos asistir a importantes movimientos en los mercados de renta fija (lo que supondrá tipos más altos) y, quizás, el momento más adecuado para prepararnos para el futuro sea ahora. 

Tribuna de David Ardura, director de Gestión de Gesconsult

Cómo posicionarse de cara al 2018

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Cómo posicionarse de cara al 2018
Pixabay CC0 Public Domain. Cómo posicionarse de cara al 2018

Sin dudas, el 2018 va a ser un año de grandes desafíos para el asesor financiero latino, su principal competencia va a ser la economía real. El cliente de banca privada encontrará retornos muy satisfactorios en la economía real, con países como Argentina y Brasil mostrando crecimiento, incremento en la inversión privada y tasas de retornos en proyectos locales muy satisfactorias, la tarea del asesor financiero se hará más desafiante.

Una buena administración del portafolio tendrá como principal desafío conseguir para sus clientes tasas de retornos superiores a las que su cliente puede conseguir invirtiendo localmente, ya sea en el mercado financiero o en la economía real.

Por otro lado, el mundo está con un crecimiento sincronizado tanto en regiones como en sectores, que hace que la inversión offshore se encuentre saludable para el inversor con apetito por el riesgo. 

En los portafolios favorecemos las inversiones globales a las regionales, apuntamos a mandatos flexibles en renta fija con posibilidad de movimiento de sus portafolios para tomar ventajas de la volatilidad esperada para el 2018; Y haciendo movimientos tácticos entre los diferentes sectores del crédito, optimizar arbitrajes de monedas y arbitrando movimientos en las curvas de tasas de interés.  

La inversión buy and hold en renta fija no tendrá buenos resultados, se necesita ser muy selectivo en el crédito, tener estrategias tácticas para optimizar los retornos.  

En cuanto a las posiciones en renta variable, preferimos la inversión global, estamos muy positivos en Europa, Japón y países emergentes. Estos últimos se benefician de este crecimiento mundial sincronizado y un escenario inflacionario bajo. 

Si bien existen riesgos geopolíticos, el mundo corporativo mundial está muy saludable y en ese contexto creemos que hay que sobre ponderar renta variable a renta fija. 

La dispersión muestra señales de aumento, lo que favorece la administración activa.  

Algunos de los factores que tenemos que tener bajo el radar y controlar en forma sistemática es la inflación americana, la posibilidad de un enlentecimiento en la economía y la llegada del final del ciclo económico americano.  Si bien por ahora no vemos que se cristalice ninguno de los tres factores, es conveniente monitorear de cerca a Estados Unidos, dado que la economía está en la fase final del ciclo económico. 

Algún cambio en esta economía puede ocasionar correcciones en el resto del mundo y provocar movimientos en los portafolios.

Para proteger al cliente frente a escenarios de volatilidad, somos muy cautelosos con los instrumentos utilizados, el manejo que estos hacen de los drawdowns, la correlación y overlapping de los mismos.  

Analizamos cada portafolio en forma integral, porque si bien hay instrumentos que aislados parecen muy interesantes, pueden no agregan valor cuando se combina con otros.

María Camacho es investment strategist, responsable de la creación de ideas de inversión, estrategias y seguimiento de productos financieros de LATAMConsultUs.

La inversión alternativa se abre paso en España

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La inversión alternativa se abre paso en España
Foto: titoalfredo, Flickr, Creative Commons. La inversión alternativa se abre paso en España

Ya hace unos años que vienen implantándose en nuestro país una serie de modalidades de financiación e inversión como alternativa a la banca tradicional. Vienen de la mano de las nuevas tecnologías, y facilitan operaciones que la banca poco a poco ha ido haciendo más inaccesibles para inversores y empresas de nuestro país.

El crowdlending como alternativa de inversión

Esta modalidad alternativa denominada crowdlending se define como aquella actividad que pretende crear una línea de financiación basada en conectar de manera directa inversión y financiación proporcionando así oportunidades más ventajosas de inversión alternativa.

El auge de la economía colaborativa hace posible el crecimiento de este tipo de plataformas que proporciona unas rentabilidades para los inversores que antes estaban reservadas únicamente a la banca tradicional.

Beneficios de este tipo de inversión 

Hablamos de rentabilidad, pero ya no es solo esa alta rentabilidad que las inversiones generan sino que la mayoría de estas plataformas no te cobran ninguna comisión por abrirte una cuenta o, si lo hacen, es mínima.

Además, puedes ver cómo retorna tu inversión mes a mes. Conocerás la cuota mensual que recibirás y, por ende, cómo irás recuperando así tu dinero junto con los intereses.

La comodidad que arrojan las plataformas es tal que existe una herramienta para que puedas realizar de manera automática las inversiones que más se ajusten a tus preferencias.

Además, uno de los aspectos más satisfactorios de este tipo de inversión es dónde se invierte tu dinero, el cual es prestado directamente a empresas que tú mismo eliges conociendo así en todo momento en qué está siendo utilizado tu dinero.

Y, te preguntarás: ¿cómo puedes invertir a través del crowdlending?

Las operaciones de financiación de empresas se cuelgan en el marketplace o mercado de estas plataformas haciendo posible que tú mismo inviertas en ellos eligiendo qué préstamo quieres financiar y qué cantidad quieres invertir.

Existen inversiones en préstamos garantizados por SGR que son inversiones desde 36 meses en préstamos cuya inversión es asegurada por las Sociedades de Garantía Recíproca y que garantiza una rentabilidad del 2%+Euribor. A su vez, las SGR, cuentan con el respaldo de CERSA y del FEI. Este tipo de inversión es únicamente ofertado por la plataforma MytripleA.

Ahora que conoces un poco de qué va, conoce todo sobre esta rentable alternativa con esta Guía completa para invertir en crowdlending.

Tribuna de Jorge Antón, CEO de MytripleA.

Bonos convertibles: acceso a altos rendimientos con protección en momentos de subidas de tipos

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Bonos convertibles: acceso a altos rendimientos con protección en momentos de subidas de tipos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Linus Bohman. Bonos convertibles: acceso a altos rendimientos con protección en momentos de subidas de tipos

Durante los años de subidas de tipos de interés, los bonos convertibles han dado resultados positivos. Con el futuro endurecimiento de las políticas monetarias por parte del BCE y de la Fed, vemos atractivas oportunidades de inversión en estos híbridos, tanto en EE.UU., como en Europa.

En EE.UU. es un buen momento para invertir en bonos convertibles por dos razones principalmente:

  • El mercado primario está activo y permite identificar bonos convertibles que son asimétricos, convexos y defensivos. Particularmente en la cartera del fondo Lazard Convertible Global hemos cambiado parte de nuestros bonos convertibles de renta variable a valores más defensivos y convexos.
  • En el mercado estadounidense, muchos subsectores son muy atractivos y especulativos, como el juego (gaming), los contenidos “en la nube” o la inteligencia artificial. Estos sectores atraen muchos flujos de entrada e invirtiendo en ellos a través de bonos convertibles se logra acceso a un sector de alto crecimiento, protegiéndonos por el componente bono en caso de una burbuja.

En Europa, las mejores oportunidades en bonos convertibles están en empresas de pequeño y mediano tamaño. Debido a que el universo de bonos convertibles europeos es limitado en tamaño y tiene un fuerte sesgo hacia sectores como el inmobiliario, nos concentramos en el análisis de abajo hacia arriba (bottom-up), caso por caso.

Los bonos convertibles más adecuados para este momento del ciclo son aquellos que son muy convexos, tienen un fuerte bono de base, tienen una acción subyacente volátil y están emitidos por una empresa de crecimiento (growth).

El fondo Lazard Convertible Global se ha comportado mejor que el índice de referencia recurrentemente en periodos de subidas de tipos. Parte del éxito de esta estrategia reside en la selección de las empresas de crecimiento (growth), que son las que más nos gustan porque tienen los mismos intereses que los inversores de bonos convertibles: convertir el bono convertible y pagar a los inversores en acciones de nueva emisión. Para llevar a cabo esto, las acciones tienen que subir, que es precisamente lo que queremos como inversores de bonos convertibles.

Sectorialmente, prefiero la tecnología o sectores de consumo discrecional, por ejemplo. No son interesantes los bonos convertibles del sector inmobiliario, ya que dan altos dividendos a los accionistas (con los bonos convertibles tenemos cupón fijo, no dividendos), ni tampoco las compañías con calificaciones muy bajas, como los bonos calificados con CCC, ya que el componente de deuda del bono convertible se mueve con la calificación y no protege al inversor.

En nuestro fondo Lazard Convertible Global tenemos una baja exposición a los tipos de interés, no sólo en los EE.UU., sino también en Europa. En la actualidad, tenemos una duración modificada (sensibilidad de los precios del bono frente a variaciones en los tipos de interés del mercado) de 0,85, pequeña en comparación con las de los índices de referencia, que se sitúan entre 1,6 y 2,4.

Arnaud Brillois es director de inversión en convertibles de Lazard Frères Gestion.

 

¿Hay vida en Tokio?

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¿Hay vida en Tokio?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Moyan Brenn. ¿Hay vida en Tokio?

Tras la elección de Emmanuel Macron el pasado mes de mayo y su éxito en las elecciones generales que se celebraron el mes siguiente, el mercado parece haber desarrollado un gran entusiasmo por todo lo europeo. Las expectativas de recuperación económica y de un renacimiento del euro en una Unión de “dos velocidades” se han intensificado.

Los beneficios previstos para los próximos 12 meses del índice MSCI Europa ex UK han aumentado un 17% desde octubre de 2016, y la rentabilidad en el periodo fue superior al 20%. Mientras tanto, al otro lado del mundo, Japón ha experimentado una gran recuperación a nivel doméstico, en gran medida sin la participación de inversores extranjeros. Los beneficios esperados en Japón han aumentado un 18% en los últimos 12 meses, y el índice MSCI Japón acumula una subida del 25%1. Sin embargo, pese a la similitud en términos nominales, existen diferencias significativas entre las dos tendencias.

La mejora interanual de los beneficios esperados en Europa se ha visto impulsada por los sectores financiero, de consumo discrecional, industrial y de materiales, que aportan más de la mitad del crecimiento, mientras que el 90% de la mejora de los beneficios japoneses procede de los sectores industrial, de consumo discrecional y tecnológico.

Las perspectivas de los beneficios europeos dependen en gran medida, por tanto, de larecuperación cíclica de la demanda de materias primas, así́ como de las esperanzas puestas en la subida de los tipos de interés. Por otro lado, Japón se ha bene ciado de la recuperación de la demanda de sus productos, así́ como de una mejora significativa de los márgenes, apoyada por las fluctuaciones de su divisa.

Con el índice MSCI Word cotizando a 16,8 veces beneficios previstos para los próximos 12 meses y EE.UU. a 18,2 veces, resultan sin duda atractivas para los inversores globales las valoraciones de las acciones de Europa (ex Reino Unido) cotizando a 15,5 veces y las de Japón a 14,7 veces beneficios previstos.

Brecha amplia

Sin embargo, cabe destacar que la delta entre Europa y Japón se amplia todavía más si se tiene en cuenta la distribución sectorial. Con la excepción de los sectores de consumo básico y de atención sanitaria, que son mucho más pequeños en Japón, los demás segmentos cotizan en su mayoría por debajo de las valoraciones europeas, y en el caso del sector industrial muy por debajo de las mismas.

Tras la reciente reelección de Sino Abe, Japón se ha convertido en uno de los pocos países del G7 con un gobierno electo respaldado mayoritariamente por un partido tradicional. En la zona euro, Francia está gobernada por un presidente y por un partido que aun no han sido puestos a prueba, mientras que a Alemania le cuesta crear un nuevo gobierno e Italia celebra elecciones el próximo ano. Mientras tanto, Reino Unido enfrenta las dificultades del Brest y Estados Unidos está intentando encontrar un modus operandi con su nuevo presidente. Esto deja a Canadá́ como único miembro del G7 con un entorno político “tradicional”.

A menudo, nuestro equipo se ha mostrado escéptico con respecto a Japón, sobre todo porque las decisiones de asignación de capital de los equipos directivos de compañías japonesas con frecuencia han sido difíciles de entender.

La rentabilidad sobre el capital de las compañías japonesas cotizadas sigue rondando la mitad del nivel del mercado global. Hay varias razones para ello, pero estas normalmente incluyen unas adquisiciones caras —a veces compran compañías en sectores en los que tienen poca experiencia—, grandes participaciones cruzadas con poco o ningún fundamento económico, reservas de efectivo innecesariamente grandes, falta de disciplina de precios, una alta tolerancia a las ineficiencias y un gobierno corporativo débil.

Como siempre, nuestro enfoque de inversión es ascendente, centrado en identificar oportunidades a nivel compañía y basado en los fundamentales, pero seguimos muy de cerca los esfuerzos del gobierno japonés para introducir cambios, y estamos empezando a ver cierta mejora en las rentabilidades del mercado japonés. Por ahora no tenemos compañías japonesas en la cartera.

Francamente, nos parece que la calidad escasea en Japón, con solo un 12% del mercado capaz de cumplir con los per les de rentabilidad, de márgenes y de balance que buscamos. Todo esto antes de evaluar la calidad del negocio o de la gestión, que también hace que descartemos muchas otras compañías, dejando muy pocas en la lista.

Además, esta escasez tiene un precio. En Japón la calidad, cuando se encuentra, es la más cara del mundo desarrollado, cotizando en promedio a rentabilidades sobre el flujo de caja del 3,3%, cerca de un 50% más cara que nuestras carteras de calidad, que cotizan con una prima de tan solo el 10% respecto al mercado en su conjunto con una calidad significativamente más alta. Así́ que, por ahora, esperaremos pacientemente a que las valoraciones se vuelvan más atractivas, y a que los directivos de las compañías japonesas se orienten más hacia los accionistas y hacia la rentabilidad.

Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

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Elecciones en Cataluña y el mercado de renta fija: la incertidumbre política puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas

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Elecciones en Cataluña y el mercado de renta fija: la incertidumbre política puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas
Foto: Aranjez1404, Flickr, Creative Commons. Elecciones en Cataluña y el mercado de renta fija: la incertidumbre política puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas

Es increíble pensar que una región tan pequeña como Cataluña pueda atraer la atención de los inversores de renta fija en todo el mundo, pero como vivimos en un mundo de baja volatilidad histórica, los inversores buscan constantemente oportunidades que puedan mover el mercado, y Cataluña es ciertamente una de ellas.

La región ya ha asustado a los inversores varias veces en los últimos seis años. Cataluña no solo se vio afectada por la burbuja inmobiliaria española que se expandió entre 2008 y 2013, sino que también provocó crisis propias al exigir reiteradamente la independencia de España.

Bono del gobierno catalán, vencimiento 2020:

 

 

El gráfico anterior muestra el rendimiento de la deuda regional de Cataluña (vencimiento 2020) desde 2012 hasta la actualidad. Como puede observarse, hay tres momentos clave en los que el rendimiento de Cataluña aumentó: a principios de 2012, en marzo de 2016 y finalmente en octubre de este año.

A principios de 2012, el rendimiento del bono del gobierno catalán aumentó un 116% debido a una situación angustiosa en el sistema financiero español. En ese momento, España no pudo rescatar a su sector financiero y tuvo que solicitar un paquete de rescate a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Al mismo tiempo, la deuda regional de Cataluña por sí sola representaba el 38% de la deuda total de las comunidades autónomas españolas. Los inversores comenzaron a vender bonos soberanos españoles y papeles regionales porque temían enfrentar un default.

En julio del mismo año, sin embargo, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, anunció en Londres que el BCE estaba «listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro», reforzando su declaración diciendo «y créanme, será suficiente». Sólo una semana después, el BCE anunció un programa para comprar bonos del gobierno de los países europeos en dificultades, lo que redujo los rendimientos en toda la zona del euro, ya que los intercambios especulativos contra los países más débiles de la UE fueron desalentados. Después de esto, las cosas en la periferia comenzaron a estabilizarse.

En 2016, sin embargo, Cataluña sufrió otro golpe, ya que la región se enfrentó a 4.600 millones de euros en amortizaciones de bonos ese mismo año y reclamaba su independencia de España para arrancar. Como consecuencia, España amenazó con cortar el suministro financiero de Cataluña. Los inversores entraron en pánico una vez más y vendieron, tanto la deuda española, como la catalana.

Las facciones independentistas podrían sentirse decepcionadas al saber que el referéndum celebrado en octubre de este año no asustó tanto a los inversores como los eventos mencionados anteriormente. De hecho, aunque el rendimiento de los bonos de Cataluña aumentó 80 puntos básicos durante la crisis de 2017, se revirtió una vez que el gobierno español tomó el control de Cataluña, disolvió el parlamento regional y anunció nuevas elecciones.

Elecciones sin ganador

De cara a las elecciones que se celebrarán el próximo día 21, las encuestas indican que los partidos proindependentistas de Cataluña (PdeCat, ERC y CUP) no pueden obtener los 68 escaños necesarios para lograr el monopolio parlamentario, pero se mantienen mejor organizados que los partidos pro unidad. Los partidos antiindependentistas son ideológicamente muy diferentes, siendo uno izquierdista, uno liberal y el tercero conservador. Por lo tanto, es un desafío para ellos mostrar un frente unido en cualquier tema, salvo la soberanía misma.

Por lo tanto, nos enfrentamos a unas elecciones que podrían terminar sin ganador. Si los partidarios pro-independencia ganan la mayoría, continuarán con su impulso hacia la soberanía catalana; si los partidos antiindependentistas ganan, no podrán gobernar la región, y el movimiento separatista tomará el ejemplo de su incompetencia y continuará con su intento de independencia.

En este punto, ¿qué pueden esperar los inversores de tal resultado? La respuesta es que no pueden esperar nada diferente de lo que han experimentado en los últimos años: la situación se prolongará con subidas y bajadas durante más tiempo, y la volatilidad aumentará.

Se podría pensar que, en esta situación, los grandes perdedores serían los bonos de empresas con exposición a Cataluña. Sin embargo, si miramos los bonos subordinados (normalmente son los instrumentos más sensibles a los cambios de mercado) de los bancos catalanes Sabadell y CaixaBank, se observa que los rendimientos aumentaron 60 y 30 puntos básicos respectivamente tras el referéndum de octubre… pero luego rápidamente cayeron, tocando nuevos mínimos cuando el gobierno español restauró el orden.

Al mismo tiempo, los bonos subordinados de BBVA (que adquirió Catalunya Banc en 2015) no se inmutaron en absoluto mientras se intensificaba la crisis constitucional.

La razón por la cual los bonos corporativos españoles vieron una reacción marginal es porque la mayoría de los ingresos de estas empresas en realidad provienen de fuera de España. Según la Bolsa de Madrid, solo el 36% de los ingresos del Ibex de 2016 provinieron de España … BBVA, por ejemplo, emplea a más personas en México que en toda España.

Es importante señalar que la incertidumbre política en Cataluña puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas. El apoyo a los partidos independentistas en España puede interpretarse como un fortalecimiento del sentimiento nacionalista en Europa, algo que también podría influir en las elecciones italianas de mayo de 2018. Si ese es el caso, Europa tal como la conocemos, puede estar bajo amenaza.

Tribuna de Althea Spinozzi, analista de renta fija de Saxo Bank

Es esa época del año… para la cosecha de pérdidas patrimoniales

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Es esa época del año… para la cosecha de pérdidas patrimoniales
Foto cedida. It’s That Time of Year…For Tax Loss Harvesting

Diciembre ha sido históricamente un mes muy favorable para los mercados de renta variable de Estados Unidos. Aunque nunca sabremos realmente si eso se debe a que los grandes gestores de fondos institucionales están muy incentivados para ayudar a que el mercado acabe el año en positivo, o simplemente viene del empuje psicológico de las vacaciones.

Lo que sí sabemos es que las dos últimas semanas del año pueden traer presiones adicionales de venta en acciones que han tenido fuertes caídas durante el año. Muy fácil; esto viene provocado por las ventas que buscan la compensación de pérdidas y ganancias patrimoniales, un proceso en el que los inversores que están sujetos a las leyes fiscales de los Estados Unidos «cosecharán» (es decir, venderán) posiciones que tengan pérdidas para recoger así un beneficio fiscal. Para aquellos que tengan posiciones susceptibles de venta para compensar pérdidas patrimoniales esto puede ser como echarse sal en la herida, pues las posiciones que no han tenido un buen comportamiento este año son desechadas en Navidad.

Este año puede que experimentemos una versión exagerada de este efecto por varios motivos. El principal es que los inversores esperan que la reforma fiscal esté firmada, sellada y entregada en 2018. Aunque todo lo demás se quedara igual, los inversores preferirían vender una posición con pérdidas ahora en diciembre –cuando les da el máximo beneficio– antes que venderla unos meses después a cambio de una recompensa más baja.

El impacto más obvio de la reforma fiscal es la reducción del tipo marginal más elevado. Esto incentiva a los inversores para que recojan sus pérdidas en 2017 mientras éste siga todavía en el 39,6%. Las plusvalías a corto plazo (inferiores a 1 año) se gravan al propio tipo marginal y no al 20% utilizado para las plusvalías a largo plazo. La versión del Senado de la reforma fiscal dará a los más ricos un ligero beneficio al recortar ese tipo marginal máximo hasta el 38,5%. Además, una de las características de la reforma fiscal propuesta es la eliminación de la capacidad del inversor para decidir qué lote vender. Actualmente, si un inversor ha comprado una acción en diferentes momentos (creando así múltiples “lotes”) y quiere después vender una porción de su posición, puede seleccionar qué lote le es más ventajoso desde una perspectiva fiscal.

Esto suele significar la venta del lote con la mayor pérdida. La reforma fiscal propuesta incluye una provisión que eliminaría la capacidad para realizar esta práctica y forzaría a los inversores a vender el lote más antiguo primero, con el método FIFO (first in first out: primero en entrar, primero en salir), sin importar la ganancia o pérdida que se acumule, lo que en la práctica implica un aumento encubierto del impuesto de plusvalías. Aunque todavía no sabemos si esto pasará a la versión final de la reforma fiscal, es muy probable que los inversores tomen medidas y vendan las posiciones afectadas antes de 2018.

Al haber subido el S&P 500 un 18% este año, la mayoría de inversores descansan sobre ganancias considerables, y en la medida en que se recogen beneficios, la presión para contrarrestar el impacto fiscal aumenta. No obstante, las ventas puede que no se limiten a los perdedores de este año. El sector tecnológico ha tenido ganancias increíbles este año y podría llevar a algunos fondos institucionales a rebalancear sus carteras antes de que acabe el año. Esto incluso podría llevar a un cierto círculo vicioso, ya que si los inversores intentan alinear sus carteras para beneficiarse de la reforma fiscal (especialmente de la rebaja en el impuesto de sociedades), venderán las acciones de sectores con bajas tasas impositivas, como el tecnológico, y rotarán hacia sectores que suelen pagar altas tasas impositivas (financiero, consumo y telecomunicaciones). Cuantas más ventas haya de acciones tecnológicas con grandes ganancias, más demanda habrá para cosechar algunos de esos perdedores.

Muchos de esos grandes perdedores que pueden ver ventas adicionales están agrupados en los sectores de consumo discrecional y energía. Dentro del consumo discrecional, los grandes almacenes tradicionales han sido uno de los peores grupos en el mercado, pues sus negocios luchan contra el movimiento hacia el comercio electrónico. Aun con las recientes subidas de estas acciones en noviembre, muchas de ellas permanecen muy por debajo de sus niveles de 2016. Por ejemplo, JC Penney, Sears Holding y Signet Jewelers han bajado un 61%, un 54% y un 43%, respectivamente. Incluso el líder de los minoristas, Macy’s, baja un 27% este año.

Fuera del sector minorista tradicional, el distribuidor de ropa deportiva Under Armour baja un 53%. En el sector energía, bastantes compañías de servicios subieron después de la elección del presidente Trump en los dos últimos meses de 2016. No obstante, 2017 ha sido otra historia, pues US Silica ha bajado un 41% y Hi-Crush Partners ha caído un 46%. Los grupos de comercio minorista y energía no son los únicos donde podemos encontrar a candidatos potenciales para las ventas de compensación de pérdidas patrimoniales, pues el fabricante de medicamentos genéricos Teva Pharmaceuticals cayó un 55%.

Tribuna de Charles Castillo, senior portfolio manager en Beta Capital Wealth Management. Crèdit Andorrà Financial Group Research.

Tendencias globales que actúan en conjunto: ¿oportunidades? ¿Qué se espera del futuro CFO? ¿Qué habilidades son las requeridas para enfrentar los nuevos retos?

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Tendencias globales que actúan en conjunto: ¿oportunidades? ¿Qué se espera del futuro CFO? ¿Qué habilidades son las requeridas para enfrentar los nuevos retos?
Foto: Pxhere CC0. Tendencias globales que actúan en conjunto: ¿oportunidades? ¿Qué se espera del futuro CFO? ¿Qué habilidades son las requeridas para enfrentar los nuevos retos?

Es común escuchar que el mundo está cambiando aunque, para muchos el mundo ya cambió. La evolución de la tecnología, la telefonía, internet, apps, son parte de la vida de las personas y organizaciones. Todos los días aparecen nuevos participantes que están tomando el rol de intermediación en los negocios, ofreciendo servicios en una forma distinta y generando valor al usuario. El mundo está en constante transformación y los profesionales de las finanzas, no pueden estar ajenos a ellos. Deben evolucionar e incorporar las habilidades requeridas en el nuevo entorno de los negocios.

Los planteos más frecuentes involucran cambios demográficos, en el poder económico, con escasez de recursos y un avance tecnológico feroz. Y, en virtud de ello, los datos son el elemento crítico en el éxito de los negocios. 

Por un lado, los cambios demográficos que transforman a países desarrollados en los más longevos, desafían a los planes de pensiones y a sus inversiones. Por otro, desafía a las compañías en la capacitación y desarrollo de nuevas habilidades, así como a la deslocalización geográfica de recursos humanos para cubrir las nuevas necesidades en distintas posiciones. 

Se plantea una pérdida de influencia de los mercados maduros por ser menos atractivos para el talento y los negocios. La competencia generada por nuevas geografías crea distintos perfiles de competidores, que los profesionales de las finanzas deben entender. 

En esta línea, se identifica como punto crítico para los negocios y las economías, la necesidad de contar con recursos domésticos e internacionales a través de relaciones estratégicas. A su vez, asistimos al incremento en el nivel de regulación vinculada con cambios ambientales, transparencia de la información y prevención del lavado de dinero. Este impacto, nos toca en impuestos y en costos extra por cumplimiento con la regulación y/o el reporte que los reguladores imponen. Hay absoluto consenso en que el ritmo de estos cambios se acelerará con las nuevas tecnologías.

El GRI (2016) plantea que el 90% de los datos existentes se han generado en los últimos dos años y que solo el 0.5% de los datos generados son analizados. La revolución que ha generado en los negocios, y en las finanzas en particular, tienen a los datos como uno de los factores críticos del éxito en los nuevos modelos empresariales. La clave no está en el dato en sí, sino en cómo se analiza, cómo se integra en la generación de experiencias de las personas, en el uso del teléfono celular y de internet para identificar rutinas y necesidades de clientes y en función a eso, ofrecer un producto –generador de experiencias- que atienda los nuevos comportamientos de las personas.

El acceso a sistemas e información permite modelos de gestión que cambian las estructuras organizacionales, hacia modelos más horizontales. La capacidad de recolectar y analizar datos en tiempo real se ha vuelto un requerimiento para hacer negocios, más que una ventaja competitiva. 

Las organizaciones se enfrentan a los nuevos desafíos económicos mundiales y el CFO es un elemento importante en dicho cambio organizacional. Las Finanzas hoy no sólo tienen la misión de contener los costos y llevar las cuentas. Buscan cambiar el juego al darle al negocio una visión basada en los datos sobre las mejores formas de promover la innovación y el crecimiento.

Lo relevante está en entender de qué manera los CFOs están usando la tecnología para satisfacer estas nuevas demandas. Los CFOs se han convertido en una pieza estratégica para las organizaciones. Entonces, ¿Por qué son una pieza estratégica?

El primer atributo necesario es la capacidad de mitigar y gestionar riegos. Esto se traduce en poder identificar futuros riesgos, mapeándolos y generando los cómo para –en entornos complejos- liderar áreas funcionales capaces de mitigarlos. Involucra desde los centros de servicios compartidos corporativos, hasta el concepto de gobierno corporativo.

No es novedoso que las empresas compiten y se obligan a diferenciarse en segmentos y geografías para crecer. Sin embargo, es costoso y, en ocasiones, se encuentran con restricciones de capital y decisiones relacionadas a la priorización de proyectos que generen valor para las organizaciones. El CFO curioso e innovador en la diversificación de portafolios, en la innovación y diferenciación de productos, entiende y prioriza los proyectos de inversión de capital, inversión en nuevas adquisiciones, y en la identificación de necesidades de transformación.

Para la toma de decisiones con alto nivel de incertidumbre se requiere el uso de modelos predictivos o estocásticos aprovechando información en tiempo real que demanda  capacidad analítica y manejo de la tecnología para reaccionar en consecuencia.

No hay duda que las Finanzas modernas buscan cambiar el juego al darle al negocio una visión basada en los datos sobre las mejores formas de promover la innovación y el crecimiento. La tecnología permite disminuir los principales costos de los procesos realizados en las operaciones financieras, facilitando oportunidades y nuevas visiones.

Los líderes financieros se posicionan como los más aptos para ser CEOs, dada su capacidad de gestión en crisis y experiencia analítica.

En este contexto, la ética en los negocios, no es retórica. Cada profesional de las finanzas debe posicionarse y ser reconocido como un profesional íntegro. Finalmente, el CFO con visión de largo plazo es muy valorado, pues sus decisiones involucran la sostenibilidad del negocio y esta trasciende el horizonte temporal inmediato. Cada vez menos, asistimos a negocios de una sola vez, y el largo plazo predomina en operaciones constantes que requieren de una reputación ética, crítica para la toma de decisiones del mercado.

Los profesionales de las finanzas tienen grandes desafíos para el 2018 y por qué no, para los próximos 10 años en un contexto complejo y cambiante, que exige constante actualización, capacidad analítica, gestión y mitigación de riesgos, innovación y ética profesional.

Columna de Norma Pontet Ubal

 

Perspectivas para 2018: moderación del crecimiento y contracción de los márgenes de beneficios

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Alcanzar los objetivos no será precisamente fácil
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Ian D. Keating. Perspectivas para 2018: moderación del crecimiento y contracción de los márgenes de beneficios

El contexto económico para los mercados en 2018 resulta menos favorable. Las tendencias monetarias y los análisis cíclicos sugieren que la economía global perderá dinamismo a medida que avance el año. Mientras tanto, los mercados laborales en Estados Unidos y otras economías principales se han ajustado hasta niveles que tradicionalmente se asocian a un repunte en el crecimiento de los costes laborales unitarios. La aceleración del crecimiento de los costes laborales ejercería una presión alcista en la inflación subyacente y los tipos de interés y una presión bajista en los márgenes de beneficios.

En el mismo análisis de hace un año, preveíamos que 2017 sería un año positivo para la economía mundial. El crecimiento del agregado monetario real a escala mundial, que generalmente precede al crecimiento económico en un periodo de seis a doce meses, aumentó considerablemente en el último tramo de 2016. Además, el ciclo de constitución de existencias estadounidense, que tiene una duración de entre tres y cinco años, había tocado fondo a principios de 2016 y se adentraba en una fase alcista. Los anteriores mínimos de este ciclo, registrados en 2009 y 2012, dieron paso a una sólida expansión económica en el país y a escala internacional durante el siguiente año que duró 18 meses.

Las tendencias monetarias

El crecimiento anual del agregado monetario real a escala mundial se ha moderado desde finales de 2016 y, en el momento de redacción del presente artículo, volvía a situarse en torno a su nivel medio de 2014-2015, tal y como muestra el siguiente gráfico.

El repunte del ciclo de existencias estadounidense todavía tiene recorrido —los niveles de inventario son reducidos en comparación con las ventas finales—, pero podrían alcanzar su máximo en el primer semestre de 2018. Teniendo en cuenta todo esto, sería razonable esperar que el crecimiento económico mundial mantendrá su solidez en 2018, pero se moderará más tarde durante el año.

¿Podría una pérdida de impulso traducirse en una recesión? Las tendencias monetarias actuales siguen siendo coherentes con un crecimiento económico considerable, aunque un incremento de la ralentización a principios de 2018 podría suponer una señal de alarma de cara al resto del año.

Según el análisis del ciclo, es improbable que se produzca una recesión en 2018, pero es una posibilidad realista para 2019-2020. Las recesiones generalmente tienen lugar cuando se produce de forma simultánea una desaceleración en el ciclo de constitución de existencias y un debilitamiento en uno de los otros dos ciclos clave o en ambos: el ciclo de inversión empresarial de siete a once años y el ciclo inmobiliario a más largo plazo (más de 15 años). Los tres ciclos tocaron fondo en 2009, lo que explica la gravedad de la recesión en EE. UU. y el resto del mundo ese año.

El último mínimo en el ciclo de existencias se produjo en 2016, por lo que se espera que el siguiente tenga lugar en 2019-2021. El ciclo de inversión empresarial tocó fondo por última vez en 2009, por lo que se prevé que vuelva a marcar mínimos en 2020 como muy tarde. La tendencia al alza del ciclo inmobiliario a más largo plazo se mantendrá. Por tanto, la debilidad en los ciclos de inversión y de existencias podría coincidir y dar lugar a una recesión en 2019-2020. Cualquier recesión tendría una gravedad moderada, dado que contaría con el apoyo del ciclo inmobiliario y la naturaleza relativamente moderada del actual repunte de la inversión empresarial.

¿EE.UU. y Japón en vanguardia?

Las tendencias monetarias en todos los países en el momento de redacción del presente artículo sugieren que China y Europa encabezarán la moderación del crecimiento mundial en 2018, mientras que EE. UU. y Japón registrarán una evolución relativamente sólida.

El IPC subyacente mundial (es decir, excluyendo los sectores alimentario y energético) mostró un comportamiento estable en 2017 a pesar del sólido crecimiento económico. El consenso podría estar infravalorando los riesgos derivados de la inflación en 2018, al igual que sucedió con las perspectivas de crecimiento hace un año.

En EE.UU., la tasa de desempleo cayó al 4,1% en octubre de 2017, y la tasa de ofertas vacantes de empleo o disponibilidad se situó cerca del 4,0% en septiembre, tal y como muestra el gráfico siguiente.

La diferencia entre las dos tasas solo ha caído por debajo de los 0,5 puntos porcentuales en cuatro ocasiones desde principios de la década de 1950: 1955, 1965, 1972 y 1999. El crecimiento anual de los costes laborales unitarios repuntó considerablemente durante el año siguiente en las cuatro ocasiones. Los mercados laborales en Japón, Alemania y el Reino Unido también se muestran ajustados en términos históricos.

La aceleración del crecimiento de los costes laborales impulsaría la inflación subyacente y provocaría la contracción de los márgenes de beneficios. Los dos fenómenos resultarían perjudiciales para los mercados, pero el equilibrio entre ambos afectaría a la atracción relativa de la renta variable y la deuda pública. Una situación en la que los márgenes sufriesen una mayor presión, por ejemplo, conllevaría un deterioro de las perspectivas económicas y un aumento de los riesgos de recesión, lo que constituiría un apoyo para la renta fija a pesar de una inflación más elevada a corto plazo.

Una sencilla norma de inversión que habría funcionado bien en términos históricos consiste en rotar de renta variable a activos monetarios si el crecimiento del agregado monetario real del G7 se sitúa por debajo del 3% o si cae 3 puntos porcentuales o más a lo largo de seis meses. Si bien las tendencias monetarias se han moderado, ninguna de estas dos condiciones se ha cumplido todavía. Esta norma puede servir como referencia a la hora de determinar si resulta necesario adoptar una postura de inversión totalmente defensiva en 2018 y en qué momento hacerlo.

Simon Ward es economista jefe de Janus Henderson Investors.