¿»Shrinkflation» o inflación para los huevos de Pascua este año?

  |   Por  |  0 Comentarios

¿"Shrinkflation" o inflación para los huevos de Pascua este año?
Pixabay CC0 Public DomainKolleomur. ¿"Shrinkflation" o inflación para los huevos de Pascua este año?

El año pasado, los precios del chocolate cayeron en abril ­–una bendición para los consumidores que compran sus huevos de Pascua–, pero aquellos que esperan que suceda lo mismo este año podrían acabar decepcionados.

La pasada Semana Santa, vimos que el precio del cacao cayó casi un 40% interanual en abril, impulsado por un gran excedente de esta materia prima. Las buenas condiciones climáticas, los tipos de cambio favorables y la ausencia de otras perturbaciones hicieron que subieran las exportaciones de cacao de las principales regiones productoras. Sin embargo, según la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS según sus siglas en inglés) de Reino Unido, los precios del chocolate cayeron solo un 1,3% en el mismo período, una cantidad relativamente pequeña en comparación con la caída en los precios del cacao. Esto podría explicarse teniendo en cuenta los muchos otros ingredientes implicados en el chocolate: los precios del azúcar, por ejemplo, estaban aumentando en ese momento.

Mientras que la Organización Internacional del Cacao (ICCO) espera otro superávit de producción este año, es probable que sea más pequeño que el año pasado. De hecho, la ICCO realmente revisó a la baja su estimación del superávit de 2017 en su última actualización, lo que da un pequeño impulso a los precios del cacao, ya que la magnitud del exceso de existencias no es tan grande como se había supuesto anteriormente.

Otro factor a tener en cuenta es la presencia del Virus del Brote del Cacao (CSSV) en Costa de Marfil (el mayor productor mundial de cacao) que podría limitar la capacidad de producción de la región en los próximos años ya que deben implementarse programas de mantenimiento para reducir la propagación del virus. De hecho, el precio del cacao ya está reaccionando a esta circunstancia.

Mientras tanto, las condiciones climáticas parecen menos favorables para este año. Se esperaba que el fenómeno conocido como La Niña enfriara las temperaturas en el oeste de África, reduciendo el estrés por calor en los cultivos, pero en realidad las temperaturas han sido más altas de lo normal. La ausencia de fuertes vientos estacionales (conocidos como Harmattan) en la zona impulsó los cultivos el año pasado, pero dado que han regresado este año, esa característica especial se ha eliminado.

Entonces, ¿subirán los precios de los huevos de Pascua? No necesariamente. Como se mencionó anteriormente, hay muchos ingredientes en el chocolate. Los precios del azúcar están cayendo, lo que puede compensar el aumento en los precios del cacao. Además, los pasteleros tienen otros trucos en la manga, como la reducción o “shrinkflation” en la que el tamaño del paquete de producto se reduce mientras el precio sigue siendo el mismo. Según la ONS, el componente azúcar, mermelada, siropes, chocolate y productos de confitería de la cesta de bienes del índice de precios al consumidor es el que se ha visto más afectado por esta práctica en el pasado. Ya se trate de «shrinkflation» o inflación, es probable que los consumidores obtengan menos por su dinero este año.

Tribuna de Nitesh Shah, director  y estratega de Materias Primas en ETF Securities.

Política monetaria y desregulación financiera en Estados Unidos, en dos caminos

  |   Por  |  0 Comentarios

Política monetaria y desregulación financiera en Estados Unidos, en dos caminos
Wikimedia CommonsFoto: Alinaderi158. Política monetaria y desregulación financiera en Estados Unidos, en dos caminos

El 21 de marzo de 2018 la Reserva Federal de Estados Unidos incrementó la tasa de fondos federales debido a que consideran que la economía norteamericana tiene un buen desempeño, el desempleo continúa a la baja, la producción creciendo y esto podría traer presiones inflacionarias en el futuro.

El incremento de tasas de interés es el reflejo de instrumentar una política monetaria restrictiva, que busca aumentar el costo de los créditos y con ello reducir el dinamismo de la economía.  Disminuye la demanda porque incrementa los costos de las adquisiciones con créditos, como son electrodomésticos, coches, casas y reduce la cantidad de proyectos de inversión a realizarse, porque es más caro financiarlos o porque se les exigen un mayor retorno para que sean más atractivos que las inversiones financieras.

La tasa de interés de los fondos federales estaba en 0,5% al inicio de 2016, en 0,75% al inicio de 2017 y en 1,75% en marzo de 2018. Este comportamiento es reflejo del dinamismo que ha tenido la economía de Estados Unidos durante los últimos 2 años.  Se prevé que el crecimiento de la producción continúe por ese camino y por ello la Reserva Federal está pensando que se podrían presentar al menos un par de incrementos más este año y tres en 2019, para que la tasa se ubique en 3,0% al final de la década.

En otras palabras, la Reserva Federal va a continuar con su política monetaria restrictiva para evitar un sobrecalentamiento de la economía que pudiera incremente la inflación más allá de lo programado y tener un nivel de tasa que les genere espacio en caso de que tuvieran que reducirla por una recesión.

Sin embargo, la posición del gobierno del Presidente Trump va en una línea opuesta.  El Senado ya le aprobó una iniciativa de Ley que envió para desregular a instituciones financieras.  Como producto de la crisis de 2009, se establecieron reglas más estrictas de capitalización a los bancos, se les exigió que continuamente mostraran que contaban con la suficiente solidez para hacer frente a crisis y se les impidió hacer inversiones de riesgo con recursos de los clientes.  Lo que ya le aprobó el Senado al Presidente Trump deja sin efecto mucho de estas restricciones a bancos medianos y pequeños, lo que significa que tendrán mayor capacidad para dar créditos, al tener menores exigencias de capitalización y menores costos por no tener que estar demostrando continuamente su solidez financiera.  Esto se traduce en un incremento en la oferta de créditos lo cual es exactamente lo contrario a la política monetaria que está siguiendo la Reserva Federal.

El proyecto de desregulación financiera tendrá que pasar por la Cámara de Representantes y si ahí se aprueba, las modificaciones se podrían instrumentar este mismo año.  Por un lado, veremos a la Reserva Federal subiendo las tasas para encarecer el crédito y limitar el dinamismo de la economía y por la otra, la desregulación financiera incrementando la disponibilidad de créditos y por lo tanto fomentando el dinamismo de la economía. 

Si la desregulación financiera es muy agresiva, es altamente probable que veamos incrementos más elevados de lo que está previendo la Reserva Federal y con mayor frecuencia. Habrá que observar y evaluar los impactos de lo que apruebe la Cámara de Representantes.

Columna de Francisco Padilla Catalán

 

La política del BCE seguirá siendo acomodaticia

  |   Por  |  0 Comentarios

La política del BCE seguirá siendo acomodaticia
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Álvaro Millán. La política del BCE seguirá siendo acomodaticia

Las cifras de inflación del 1,1% en febrero no son suficientes para crear las expectativas para un cambio rápido y tajante en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Los comentarios de Mario Draghi y Peter Praet al final de la última semana no indican que se estén sintiendo presionados para implementar apurar algún cambio.

De hecho, la estrategia monetaria del Banco Central Europeo depende de que la inflación alcance sus objetivos a mediano plazo y la cifra del mes pasado no apunta a esta dirección.

Por eso no vemos una subida de precios fuerte y duradera como consecuencia de las tendencias en el precio del petróleo y sus expectativas. Además, la falta de aumentos en los salarios sugiere que la tasa de desempleo total es menor de lo que anteriormente comúnmente se pensaba.

Al respecto es importante señalar:

  • Primero, un análisis por sectores muestra una fuerte tendencia en la industria y construcción, donde los ajustes históricamente han sido muy fuertes. La mejora en el ciclo económico ha conllevado a una recuperación en el sector de la construcción desde principios del año mientras que la industria se ha estabilizado y aumentado en el último trimestre
  • El segundo punto que vale la pena resaltar es que el empleo formal reacciona a las tendencias en la actividad más rápidamente que el empleo en general, aunque esto no es nuevo
  • El tercer punto es que el empleo no reacciona tan rápido en Francia como en otros países socios. Tras el repunte de la actividad económica en Francia y la zona del euro a principios de 2013, podemos ver que el empleo francés despegó más tarde y creció más lentamente que los empleos en la zona del euro en su conjunto.

Estas son las razones por las que la política monetaria del BCE debería continuar siendo acomodaticia. Es crucial dar un impulso al momentum y crear puestos de trabajo para finalmente desencadenar una fuerte presión nominal en la zona euro.

Philippe Waechter es economista jefe de Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM.

Hasta la vista, NAFTA? (Continuación)

  |   Por  |  0 Comentarios

Hasta la vista, NAFTA? (Continuación)
Pixabay CC0 Public DomainFoto: AmberAvalona. Hasta la vista, NAFTA? (Continuación)

¿Cuál sería el impacto económico de una retirada del NAFTA en Estados Unidos, Canadá y México? Para la relación bilateral entre Estados Unidos y Canadá, el impacto podría ser bastante pequeño, con la esperanza -esperanza que algunos dicen que está fuera de lugar- de que, al terminar con el NAFTA, Estados Unidos y Canadá recurrirían a un acuerdo de libre comercio preexistente, pactado en 1988, aunque hay temores de que Estados Unidos también pueda retirarse de ese acuerdo.

Incluso si el pacto de 1988 se anulara, podría volver a aplicarse un pacto de 1965 que cubre automóviles. Reafirmando que Canadá, país con el cual Estados Unidos tiene un superávit comercial al incluir el sector servicios, no es el objetivo principal de la ira de la administración Trump. Sin embargo, como lo demuestra la imposición estadounidense del 20% de derechos compensatorios sobre la madera blanda canadiense en abril de 2017, junto con la reciente disputa Boeing/Bombardier, es poco probable que Canadá escape de la política comercial de «América Primero».

El foco principal de la insatisfacción de Estados Unidos es México, que goza de un sustancial superávit comercial general con Estados Unidos, lo que significa que México tiene, sin duda, más que perder si Estados Unidos se retirara del acuerdo. Pero en el peor de los casos, teniendo en cuenta que Estados Unidos arruine el NAFTA, las exportaciones de vehículos de pasajeros de México a los Estados Unidos solo incurrirían en una tasa arancelaria del 2,5%, dado el estatus comercial de México como nación más favorecida.

Si bien eso podría ser un obstáculo para los márgenes de ganancias de los fabricantes de automóviles y podría generar precios más altos para los consumidores estadounidenses, poner fin al NAFTA probablemente no sería un aliciente lo suficientemente grande como para provocar que las empresas cierren la producción mexicana y la trasladen a Estados Unidos. La imposición de aranceles claramente podría restringir la inversión futura en plantas y equipos mexicanos, tal vez beneficiando a Estados Unidos en el largo plazo, pero posiblemente podría enviar futuras inversiones a destinos con salarios más bajos en Asia o Europa del Este.

Un estudio reciente de Moody’s Analytics sugiere que ninguna de las economías de los signatarios del NAFTA entraría en recesión si el pacto se colapsara. Según Moody’s, México sería el más afectado, aunque las interrupciones potenciales en la cadena de suministro se extenderían por las tres economías.

La incertidumbre probablemente sea un viento de cara en los primeros años tras la desaparición del acuerdo, de hecho, la inversión extranjera directa en México ya se ha desacelerado como resultado de la incertidumbre, y podría desacelerarse aún más si se deshace el acuerdo. Un factor que contribuiría a la desaceleración sería la pérdida del mecanismo de arbitraje internacional integrado en el NAFTA, que actualmente protege a los inversores estadounidenses y canadienses del sistema legal mexicano en medio de preguntas sobre el compromiso de México con el estado de derecho. La incertidumbre impulsada por el NAFTA ya ha causado una desaceleración en la inversión empresarial en Canadá.

Sin duda, una retirada del NAFTA resultaría, al menos en el corto a mediano plazo, en ganadores y perdedores. El sector agrícola de Estados Unidos sería un claro perdedor, con los aranceles a las exportaciones agrícolas de Estados Unidos llegando a un 150%, según un análisis de Stratfor. Las exportaciones mexicanas de camiones pesados ​​a Estados Unidos, que representan el 7,5% de las importaciones estadounidenses desde México, enfrentarían un arancel del 45%, según el mismo informe.

Cuidado con las consecuencias involuntarias

Los inversores necesitan tener en mente las consecuencias no intencionadas de estos cambios de política y las oportunidades resultantes que se pueden presentar. De hecho, si el tratado de NAFTA se desintegra, el dólar canadiense y el peso mexicano pueden depreciarse también, y puede que pudieran caer lo suficiente como para contrarrestar las nuevas tarifas impuestas. No es difícil imaginar un escenario donde Estados Unidos tiene un déficit comercial mucho mayores, tanto a nivel bilateral como a nivel de titular, como resultado de la desaparición del NAFTA.   

La retirada de Estados Unidos podría inflamar el sentimiento antiamericano en un avance de las elecciones presidenciales mexicanas de julio. Esto podría propulsar la suerte del candidato presidencial de izquierdas Andrés Manuel Lopez Obrador, popularmente conocido como AMLO, quien lidera las primeras encuestas de opinión. La historia más recientemente ilustrada en la elección presidencial de 2016 ha mostrado que el comercio libre es raramente un factor que atrae votos. Teniendo en mente esta cuestión, AMLO, un escéptico del NAFTA, proclama que el pacto ha devastado a los granjeros mexicanos.    

Cualquiera que sea el resultado de la renegociación del NAFTA, queda claro que el camino hacia un mundo global más libre se está volviendo más desigual.

Después de décadas de derribar las barreras al comercio, una reacción en contra de la globalización ha desencadenado un movimiento hacia la reimposición de los obstáculos al comercio. La libre circulación de mano de obra y capital a través de las fronteras que hemos llegado a dar por sentado en las últimas décadas ya no es un hecho, como debería recordarnos el Brexit. De hecho, después de abandonar el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), jugar duro con Corea del Sur por un acuerdo de comercio bilateral existente (Trump favorece los acuerdos comerciales bilaterales frente a los acuerdos multilaterales, argumentando que puede negociar mejores acuerdos de esa manera) y potencialmente arruinando el NAFTA, Estados Unidos ha encontrado el camino para derribar la arquitectura global posterior a la Segunda Guerra Mundial. La combinación de políticas «América Primero» de la administración Trump es real y se está poniendo en práctica.

Sin embargo, si bien el Brexit y un repunte de las preocupaciones comerciales de Estados Unidos ilustran algunas de las fallas que han frenado el impulso de la globalización, el progreso continúa en otros lugares. China busca llenar el vacío de liderazgo dejado por la retirada del TPP de Estados Unidos, encabezando la creación de la Asociación Económica Integral Regional (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP) de 16 naciones asiáticas como contrapeso de lo que fue el TPP liderado por Estados Unidos. Y los 11 miembros restantes del TPP están trabajando para concluir las negociaciones para un acuerdo que se espera entre en vigencia en 2019. A más largo plazo, estas acciones podrían convertir a Estados Unidos en un lugar menos atractivo para el capital y la mano de obra y socavar el papel del dólar estadounidense.

Es poco probable que los mercados se sorprendan por el fracaso de las renegociaciones del NAFTA, dada la conocida antipatía del presidente Trump hacia los acuerdos multilaterales. Y los signos recientes sugieren que la administración puede estar midiéndose un poco más en su enfoque de comercio en respuesta a la presión de los republicanos del Congreso de los Estados en los que Trump ganó en 2016, pues muchos de esos Estados estarían en desventaja si Estados Unidos deja el NAFTA.

Más preocupante para muchos inversores es el futuro de la relación comercial entre Estados Unidos y China. Un choque mucho más significativo entre las dos economías más grandes del mundo se viene gestando desde hace algún tiempo y tiene el potencial de ser más profundamente desestabilizador económicamente que un estancamiento del NAFTA. El NAFTA puede convertirse en un presagio de mayores conflictos comerciales por venir, enfrentamientos que podrían tener importantes ramificaciones globales.

Columna de Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras de renta fija en MFS Investment Management. 

Trump y los aranceles

  |   Por  |  0 Comentarios

Trump y los aranceles
Courtesy photo. On Trump and Tariffs

A finales de febrero, el presidente Trump ascendió al asesor de política comercial Peter Navarro a asistente del presidente. Como asesor de política comercial, el Sr. Navarro informaba directamente al asesor económico de la Casa Blanca Gary Cohn. Es bien sabido que el Sr. Navarro (un economista formado en Harvard que escribió un libro titulado Muerte por China) tiene unas ideas muy proteccionistas sobre el comercio, mientras que el Sr. Cohn (antiguo presidente de Goldman Sachs) es un defensor del libre comercio. El Sr. Cohn hacía efectivamente de barrera entre el Sr. Navarro y el presidente Trump. Cuando se nombró al Sr. Navarro para un cargo desde el que podía asesorar al presidente directamente, creímos que se avecinaban políticas comerciales más agresivas.

En menos de un mes, la influencia del Sr. Navarro sobre el presidente Trump se ha hecho más que evidente. Además, el Sr. Cohn dimitió de su cargo por no haber logrado convencer al presidente Trump de no proseguir con los aranceles. Los mercados de renta variable sufrieron una corrección inmediata tras el anuncio de la dimisión del Sr. Cohn, pues temían que los Estados Unidos se volvieran todavía más proteccionistas sin la influencia de sus ideas más globalistas. Por suerte para los mercados, el sustituto del Sr. Cohn es el comentarista de la CNBC Larry Kudlow. Antes de embarcarse en su carrera televisiva, el Sr. Kudlow había sido economista jefe en Bear Stearns y es conocido por sus ideas muy globalistas sobre el comercio. Creemos que los mercados se sentirán reconfortados por el nombramiento del Sr. Kudlow en vez del Sr. Navarro como asesor económico.

Esto ya sucedió antes

En 2002, George W. Bush implantó unos aranceles sobre los productos de acero que iban del 15 al 30% para intentar salvar la industria del acero estadounidense. Por entonces, varios productores de acero estaban en quiebra por el auge de las importaciones de acero. El gobierno decidió que necesitaba proteger a la industria del acero durante un periodo de tres años para darle así tiempo a reestructurarse y emerger como actores más competitivos. Al igual que ahora, Canadá y México (gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte) fueron excluidos de los aranceles en 2002.

Casi al instante, la Unión Europea implementó aranceles y presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio. Otros países presentaron demandas similares y la OMC finalmente falló en contra de los Estados Unidos. Después de las reacciones internacionales y los resultados decepcionantes en la economía, el presidente Bush suprimió los aranceles solo 18 meses después de su implementación.

“No creo que hacerlo fuera una política inteligente… Los resultados no fueron los que anticipamos en términos de su impacto en la economía o el empleo.”

Andrew Card Jr., jefe de Gabinete de la Casa Blanca bajo George W. Bush

Posibles represalias

En 2002, una de las acciones que contempló la UE fue la de implantar aranceles sobre las naranjas de Florida. Para los que no estén familiarizados con la política regional estadounidense, Florida es un estado decisivo para las elecciones generales, y el presidente Bush ganó el estado (y las elecciones generales) por el más estrecho de los márgenes en el año 2000. La Unión Europea no selecciona a ciegas los productos sobre los cuales implementar aranceles, sino que astutamente propone gravar los productos que se producen en estados políticamente críticos.

Esta vez la Unión Europea ha puesto el ojo en Harley Davidson, que tiene fábricas en Pennsylvania y Wisconsin, estados relevantes para la victoria de Trump. Además, Wisconsin es el estado natal del portavoz de la Cámara Paul Ryan. Otro producto es Kentucky Bourbon, que se fabrica en el estado natal del líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell. 

El impacto económico inmediato parece leve, pero podría ser solo la punta del iceberg

Para ser justos, el acero y el aluminio representan menos del 2% de las importaciones del país. Si solo consideramos estos dos productos, el impacto en el comercio global debería ser modesto. Desafortunadamente, estos aranceles no son un hecho aislado y podrían ser solo la punta del iceberg mientras esperamos el resultado de la investigación pendiente de la Sección 301.

La investigación se centra en determinar si las acciones de China en relación con la propiedad intelectual y la trasferencia obligada de tecnología son discriminatorias para los Estados Unidos. La Casa Blanca podría realizar un anuncio al respecto en las próximas semanas. La prensa ya especula sobre la Casa Blanca barajando la posibilidad de implementar varios nuevos aranceles sobre productos chinos por un valor de 60.000 millones de dólares por derechos de propiedad intelectual.

De hecho, puede que ya se hayan iniciado acciones indirectas contra China. El presidente Trump ha ordenado recientemente que Broadcomm “abandone inmediata y permanentemente” la compra de Qualcomm por razones de seguridad nacional. El gobierno no ha publicado por qué es un asunto de seguridad nacional que Qualcomm siga siendo independiente, pero los analistas de Wall Street especulan sobre posibles temores de que Broadcom recortara el presupuesto de I+D de Qualcomm, lo que permitiría a la compañía china de equipamiento de telecomunicaciones Huawei adelantarse en el desarrollo de la tecnología inalámbrica 5G.

Tribuna de Charles Castillo, gestor senior en Beta Capital Wealth Management. Crèdit Andorrà Financial Group Research.

La economía japonesa acelera

  |   Por  |  0 Comentarios

La economía japonesa acelera
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: iMorpheus . La economía japonesa acelera

Existen numerosas razones para ser optimista en la bolsa japonesa, aunque persisten algunas inquietudes —sobre todo entre los inversores extranjeros— en torno a algunos de los retos a más largo plazo a los que se enfrenta el país.

Japón presenta una serie de factores que se mueven en una dirección positiva y dan apoyo a la bolsa nacional. Estos factores son los siguientes:

  • Marco interno estable y políticas monetarias y fiscales favorables;
  • Crecimiento económico superior a la tendencia y mercado laboral con tensiones crecientes
  • Incrementos del empleo y la renta, así como el consumo interno
  • Refuerzo de la inversión empresarial centrada en la producción eficiente, las tecnologías que ahorran personal y el turismo receptor de cara a los Juegos Olímpicos 2020 de Tokio
  • Superación gradual de la mentalidad deflacionista y una mejora del IPC; y
  • Beneficios empresariales en niveles récord, pero con valoraciones que son atractivas.

Las constantes presiones deflacionistas, el elevado nivel de deuda pública y el desfavorable perfil demográfico son algunas de las razones citadas comúnmente para adoptar una visión bajista sobre Japón. Sin embargo, nuestras observaciones sobre el terreno nos indican que las condiciones están cambiando a mejor. La evolución de la inflación, la política fiscal, el empleo y la situación política se mueven en la dirección correcta.

Inflación

Aunque el objetivo de inflación del 2% del Banco de Japón sigue lejos, estamos asistiendo a una subida gradual de los precios al consumo. Eso se produce en un entorno caracterizado por las crecientes tensiones de los mercados laborales y la reducción del exceso de capacidad en la economía. Un factor importante es que han aparecido señales de que la mentalidad deflacionista que ha aquejado al país durante tantos años va cambiando y las empresas están, por fin, subiendo los precios.

Por ejemplo, Asahi Breweries subirá el precio de la cerveza que sirve a los bares y restaurantes por primera vez en una década y Yamato Holdings está subiendo las tarifas de paquetería por primera vez en 27 años. Es un cambio de mentalidad realmente importante y tiene implicaciones positivas para la inflación.

Política presupuestaria

Aunque el primer ministro Abe ha retrasado hasta 2020 su objetivo de alcanzar el equilibrio presupuestario primario, las cuentas públicas del país han mejorado gracias a medidas como la subida del impuesto al consumo hasta el 8% en 2014 y el aumento constante de los ingresos fiscales.

Las condiciones económicas relativamente estables de Japón y su política monetaria expansiva también han ayudado a controlar el déficit y mantener los costes de financiación de la deuda en niveles bajos. Creo que un enfoque flexible de los estímulos presupuestarios permitirá al gobierno implantar políticas que favorezcan el crecimiento futuro.

Empleo

Las tasas de participación en el mercado laboral entre las mujeres y los mayores de 65 años han subido con fuerza desde 2013, cuando Abe comenzó a aplicar sus recetas económicas. Las medidas de las autoridades, como aumentar el número de guarderías, las reformas laborales y el fomento de modalidades de trabajo más flexibles, están ayudando. El flujo de trabajadores invitados con visados de estudiante/prácticas laborales también ha aumentado de forma constante.

El número de personas con empleo se acerca al máximo histórico de 65,8 millones registrado en 1997, lo que está ayudando a mitigar el efecto de los cambios demográficos. Todo ello tiene implicaciones positivas para la economía interna en forma de mayores rentas salariales totales y más confianza entre los consumidores.

Clima político

Por segunda vez en tres años, el primer ministro Abe ha conseguido una contundente victoria en las elecciones parlamentarias. Con ello se da continuidad a la política económica de Abe y podemos esperar que se produzcan más cambios dirigidos a impulsar el crecimiento.

La economía japonesa está experimentando su periodo de crecimiento más largo en más de una década, las políticas monetarias siguen siendo expansivas, los beneficios empresariales nunca habían sido tan altos y las empresas están elevando la inversión. A la vista de este entorno y las bajas valoraciones bursátiles frente a las bolsas de otras regiones, creemos que existen atractivas oportunidades de inversión en renta variable japonesa.

Conclusión

En un momento en el que las perspectivas de Japón mejoran, y esperamos que sigan haciéndolo, hay mucho margen para que se produzca un cambio positivo en las expectativas, sobre todo entre los inversores extranjeros que están menos al tanto de los cambios que está experimentando el país, con la consiguiente subida de las cotizaciones.

Takashi Maruyama es director de inversiones en Japón de Fidelity.

El improbable estallido de la burbuja de renta fija en 2018

  |   Por  |  0 Comentarios

El improbable estallido de la burbuja de renta fija en 2018
Pixabay CC0 Public DomainPositive_Images. El improbable estallido de la burbuja de renta fija en 2018

Los inversores se han acostumbrado a la política acomodaticia de los bancos centrales. Tras varios años de tipos de interés al cero por ciento y de la compra de activos, cabe preguntarse si los mercados de renta fija se desplomarán cuando la política monetaria se normalice.

En el pasado los mercados de renta fija han sufrido principalmente por dos factores: una subida súbita de la inflación o un ajuste de la política monetaria. Esta aseveración alude a los años 1995, 1999, 2004 y 2010, en los que se cumplió al menos una de ambas condiciones. En 2013 la inflación era moderada, e indudablemente fue una medida de ajuste monetario la que desencadenó la crisis.

Hoy día la inflación lucha para alcanzar el objetivo del 2 % establecido por los bancos centrales. El problema parece estructural, habida cuenta de la falta de crecimiento salarial pese a la caída de las tasas de desempleo. Sin embargo, los bancos centrales parecen decididos a ir reduciendo su política acomodaticia paulatinamente. El BCE se mantiene prudente en su intervención, al proseguir su programa de compra de activos. Por su parte, el nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, llama a la prudencia con respecto a las subidas de tipos.

Tendrá que demostrar su capacidad para congregar un consenso en torno a sí, a la manera de Janet Yellen, en un comité compuesto de cuatro nuevos miembros. Un ajuste monetario llevado a cabo con prudencia, en un contexto de inflación débil, no debería conducir a un desplome de los mercados de renta fija. No obstante, los bancos centrales reducirán la magnitud de su estímulo sin duda alguna.

En un entorno de rendimientos ya escasos, la situación resulta obviamente delicada para los mercados de renta fija. El análisis fundamental y la detección de riesgos idiosincrásicos primarán en 2018. Por tanto, en los próximos años resultará imprescindible una gestión de renta fija que sea flexible y selectiva.

Incertidumbre política en Estados Unidos

El actual ciclo de expansión figura entre los tres más largos observados tras la segunda guerra mundial y seguramente se prolongue tras la votación de la reforma tributaria. Sin embargo, los mercados no prevén más que dos subidas de tipos en 2018, mientras que nosotros prevemos al menos tres.

Así, la curva de tipos estadounidense debería seguir aplanándose. La reciente aprobación del proyecto de reforma tributaria podría marcar asimismo un cambio en las dinámicas de inflación y crecimiento. Ello haría más atractivos los valores de renta fija indexados a la inflación.

El crecimiento regresa a Europa

En Europa el riesgo político fue moderado en 2017 a raíz de la victoria electoral de partidos europeístas en Países Bajos y Francia. Más recientemente, la zona euro ha atestiguado su unidad frente a los separatistas catalanes, y la nueva coalición en Alemania debería traer consigo una garantía de estabilidad. Desde una perspectiva económica, con un crecimiento superior al 2%, la inflación debería ir recuperando terreno poco a poco.

En este contexto, el BCE reducirá a la mitad su programa de compra de activos a partir de enero, dejándolo en una cuantía de 30.000 millones de euros al mes hasta septiembre, y lo clausurará a finales del año que viene. Por consiguiente, la primera subida del tipo de referencia debería producirse en el segundo semestre de 2019.

Este entorno podría empujar los tipos alemanes hasta el 0,90% en el transcurso del próximo año, los que nos incitaría a infraponderar dicho segmento. Por su parte, los valores de deuda pública de los países periféricos cuentan con el respaldo de la mejora de los fundamentales y de unas valoraciones aún atractivas. Las valoraciones brindarán una atractiva fuente de carry en 2018.

Euro: el nuevo valor refugio

El diferencial de crecimiento entre Estados Unidos y la zona euro sumado a un déficit más favorable de la balanza por cuenta corriente nos llevan a primar el euro con respecto al dólar; su valor razonable se sitúa a nuestro parecer en 1,25.

Además, el riesgo político en Estados Unidos podría intensificarse y hacer al dólar más vulnerable. Paralelamente, la alianza entre Macron y Merkel debería inspirar más confianza en Europa y hacer del euro una divisa potencialmente atractiva en caso de mayor volatilidad.

Deuda corporativa: preferencia por la banca europea

La desaceleración del ciclo de la deuda, el estrechamiento de las primas de riesgo y la disminución del estímulo de los bancos centrales ya nos han llevado a adoptar una posición más bien prudente respecto a la deuda corporativa en este fin de año.

La deuda corporativa de alta calificación (investment grade) estadounidense muestra un alto endeudamiento, superior incluso al de las empresas europeas, por primera vez en 10 años. Además, la calidad crediticia media de este segmento seguirá deteriorándose, mientras que en Europa las calificaciones van mejorando. En términos relativos mantenemos la preferencia por la banca, que presenta unas valoraciones atractivas, así como unos fundamentales más robustos.

La mejora de la calidad de los activos y de su liquidez, aunada con el aumento de las curvas de la zona euro, contribuirá a los beneficios de los bancos. A tenor del excelente rendimiento que la deuda subordinada ha cosechado en los últimos años, resultará primordial un análisis riguroso y profundo por tramos de subordinación para seleccionar los valores más atractivos del universo de inversión y evitar los tropiezos.

Mercados emergentes: saber elegir

Tras dos años de sólido rendimiento, los mercados emergentes siguen gozando de unos fundamentales en mejoría. El crecimiento se ha acelerado en muchas economías, lo que contribuye a corregir los déficits de sus balanzas por cuenta corriente. En materia de valoración, con unos tipos del 5 % en divisas fuertes y del 6 % en divisas locales, la deuda emergente permanece relativamente atractiva.

Pese a este contexto macroeconómico favorable, los mercados emergentes entrañarán ciertos riesgos en 2018. No en vano, el calendario político viene repleto de diversas citas electorales, entre ellas la de Sudáfrica y las de una gran parte de los gobiernos de Iberoamérica. Entre la solidez de los fundamentales por un lado y los riesgos externos por otro, la selectividad será un factor clave en 2018. Por lo que respecta a las estrategias de la deuda emergente, será esencial un enfoque de inversión activo basado en la gestión de riesgos y de las estrategias de valor relativo para producir rentabilidad.

Cabe destacar que el universo de la deuda emergente está denominado principalmente en dólares y que los inversores domiciliados en Europa deberán cubrir el riesgo de cambio de divisa que ello entraña. 

Una buena corrección de mercado

  |   Por  |  0 Comentarios

Una buena corrección de mercado
Pixabay CC0 Public DomainAdinaVoicu. Una buena corrección de mercado

La baja volatilidad ha sido una constante en el mercado de renta variable estadounidense durante varios años. La ausencia de una volatilidad notoria y la revalorización del índice S&P 500 llevó el sentimiento inversor a unos niveles muy altos en 2017. El año pasado, el índice S&P 500 avanzó casi un 20% y, pese a esta espectacular cifra, en enero experimentó su mejor arranque de la historia. Los índices de renta variable alcanzaron nuestro objetivo para todo el año 2018 antes incluso de que concluyera el primer mes del año. Puede que esto siente las bases para que se produzca la corrección con retraso de la que hemos sido testigos.

Me gusta pensar en las correcciones de mercado como “buenas”, “malas” o “nefastas”. Las correcciones nefastas tienen lugar cuando se observan unos fundamentales en deterioro en los beneficios empresariales o el crecimiento económico y unos factores técnicos (como el momentum y la valoración) en horas bajas. Una corrección buena se da cuando solo los factores técnicos atraviesan una etapa complicada, mientras que los fundamentales revelan solidez o mejoría.

Este es el caso de las fluctuaciones que experimentó el mercado hace un par de semanas. El momentum y las valoraciones se hallaban en cotas elevadas, a pesar de que observamos unos beneficios empresariales al alza y una mejora en la confianza de los consumidores. Liberar parte de la exuberancia constituye un saludable ejercicio para el mercado. Reviste cierta dificultad predecir con exactitud qué magnitud tendrá la corrección en el mercado, aunque, por lo general, supongo que, si el S&P 500 cae un 5%, existen bastantes probabilidades de que ceda entre un 8% y un 12%.

Esta reciente corrección de mercado representa un buen recordatorio para centrarse en los horizontes y los objetivos de inversión. Jeff Knight, responsable del equipo de soluciones globales de inversión, aportó una buena anécdota para recordarnos la importancia de mantener una perspectiva a largo plazo: Hacia finales de 2007, Warren Buffet apostó que el índice S&P 500 despuntaría frente a una variedad de hedge funds a lo largo de un periodo de diez años. La cosa no empezó bien, porque el índice retrocedió casi un 50% el año en el que realizó la apuesta. Sin embargo, una vez completado el decenio contemplado en la apuesta, se alzó ganador. El índice S&P 500 se había recuperado de sus pérdidas y vino a experimentar una de las trayectorias alcistas más prolongadas de la historia.

¿Por qué ha sucedido esto?

Los inversores temen que la inflación (otro elemento que lleva sin aparecer bastante tiempo) repunte más rápido de lo previsto por el impacto de la debilidad del dólar en los precios de las importaciones y el aumento de los salarios, y que esto pueda traducirse en una subida más rauda de lo esperado en los tipos de interés. Llevamos algún tiempo diciendo que los tipos de interés solo pueden repuntar, aunque lo que siembra el nerviosismo entre los inversores es el ritmo al que lo harán.

A principios de febrero, se publicó un nuevo informe sobre el empleo en el que se constataba que los salarios se habían incrementado en un 2,9% interanual, lo que supone la mayor subida de los últimos años. Hasta el momento, la Fed ha aguardado pacientemente para acometer la subida de los tipos porque quería ver unos datos de empleo e inflación más robustos. Este informe sobre el empleo publicado en febrero intranquilizó a los inversores, quienes se preguntaron si esto podría constituir la señal que la Fed estaba buscando para acelerar las subidas de tipos. Recuerden la regla del “3-3-3”: algunos inversores especulan con la idea de que, si el crecimiento del PIB alcanza el 3%, el rendimiento de los títulos del Tesoro a 10 años llega al 3% y la inflación salarial se sitúa en el 3%, esto podría confirmar a la Fed que el crecimiento económico es real y, por tanto, podría incrementar los tipos más rápido de lo que el mercado habría predicho.

Esto no tiene por qué ser algo negativo. Una de las dificultades de mayor magnitud que limita el crecimiento económico en Estados Unidos, una economía dependiente del crecimiento del gasto del consumidor, ha estribado en el nulo crecimiento de los salarios. En función del ritmo, el resurgimiento del crecimiento salarial podría resultar propicio para el crecimiento económico y los beneficios empresariales. Los inversores llevan algún tiempo sin tener que lidiar con estos detalles, de ahí los últimos años de reducida volatilidad. No podemos asegurar con certeza cómo va a resolverse esta renovada incertidumbre, pero sabemos que la incertidumbre en sí misma irrita a los mercados.

Estrategias que generan volatilidad en el mercado

Las estrategias sistemáticas de reducida volatilidad acentúan la reacción del mercado. Si echamos un vistazo a los tipos de participantes del mercado que estuvieron vendiendo sus posiciones, veremos que no se trataba de inversores institucionales o profesionales. Gran parte de las ventas procedían de estrategias sistemáticas que se activaron por un pequeño repunte de la volatilidad.

El nivel objetivo de volatilidad de estas estrategias se mide con el índice VIX3, y, cuando la volatilidad se multiplicó por dos en fechas recientes (partiendo de unas cotas muy reducidas), las estrategias se vieron obligadas a vender automáticamente futuros sobre el S&P y a comprar futuros sobre bonos. Aunque esto no representa una gran parte del mercado, el movimiento magnificó la reacción del mercado ante el reciente y pequeño aumento de la volatilidad.

Nuestra previsión del mercado

Esto no cambia nuestra previsión respecto al crecimiento del mercado. Los fundamentales subyacentes de las acciones y los bonos en los que invertimos exhiben fortaleza, y no esperamos que se produzca una recesión este año. Se trató de una espiral de ventas saludable, y nuestros objetivos positivos para el mercado de renta variable permanecen inalterados. Seguimos percibiendo un sólido crecimiento mundial sincronizado, y nuestras proyecciones para el crecimiento del PIB estadounidense siguen rondando el 3%. Si bien nuestras previsiones de rentabilidad a cinco años en todas las clases de activos se encuentran por debajo de la media histórica, aún vaticinamos unas rentabilidades positivas. Creo que la actual volatilidad del mercado estuvo impulsada por el miedo de que los tipos subieran más rápido de lo esperado más que por cualquier variación fundamental en nuestras previsiones de crecimiento.

Expectativas

Consideramos que cualquier descenso adicional en los precios de la renta variable representa una oportunidad para adquirir selectivamente activos de riesgo en carteras multiactivos. El equipo mundial de asignación de activos cuenta, en la actualidad, con una sobreponderación en los mercados emergentes, las commodities y las inversiones alternativas.

Como gestores activos de renta variable que llevan a cabo un análisis fundamental de los valores en los que invierten, seguiremos adquiriendo tanto valores estadounidenses como valores de todo el mundo si sus precios descienden hasta nuestros objetivos de precio y sus fundamentales revelan solidez. Los gestores activos y las estrategias diversificadas y flexibles pueden posicionar tácticamente a los inversores ante esta oportunidad.

Tribuna de Colin Moore, director global de inversiones de Columbia Threadneedle Investments.

Los REIT son una de las pocas gangas del mercado

  |   Por  |  0 Comentarios

Los REIT son una de las pocas gangas del mercado
San Francisco. Los REIT son una de las pocas gangas del mercado

El año pasado defendí varios valores inmobiliarios y me equivoqué, o mejor dicho, como se dice entre los inversores: “se me ocurrió demasiado temprano”.

Desde mediados de 2016, los fondos de inversión inmobiliaria (REIT) han estado rezagados en un 45% en relación al retorno del S&P 500. En mi opinión, el bajo rendimiento de los REIT ha preparado el escenario para un rendimiento superior a partir de aquí.

Para defender los REIT, empecemos mostrando el caso de consenso contra el grupo. La razón por la cual la mayoría de los inversores profesionales tienen REIT infraponderados es una combinación de las siguientes afirmaciones:

1. «No los entiendo».

2. «Son representantes de bonos y las tasas están subiendo».

3. «Los fundamentos son pobres con nuevos suministros llegando al mercado».

4. «[Para los minoristas REIT], Amazon va a aplastar a todos los minoristas».

Para el primer punto, es importante recordar que la ignorancia no es una tesis de inversión.

En referencia a los puntos 2 ,3 y 4, cada uno pueden tener cierta validez, pero mi respuesta es: «Ya está en el precio».

Uno debería pensar en una inversión en un REIT como una exposición a dos activos. El primero es un libro de contratos de arrendamiento en el lugar. Dependiendo del tipo de propiedad, el vencimiento de estos arrendamientos puede variar de una noche (hoteles), a un año (apartamentos), a 5-7 años (oficinas y centros comerciales), a más de 10 años (venta minorista triple neta).

Este activo en papel es como un bono de vencimiento equivalente; existe riesgo de crédito del inquilino y riesgo de duración / tasa de interés.

El segundo activo, y la parte mucho más valiosa, es la tierra y la estructura física que posee una vez que vence el período de arrendamiento. Como un activo real, debe exhibir cualidades de cobertura de inflación. Cuanto más aumenta el costo de la tierra, los materiales de construcción y la mano de obra, mayor es el costo de reposición del activo. Esto mantendrá a raya el nuevo suministro y permitirá que los alquileres tengan un nuevo precio.

Conclusión: con los REIT cotizando con un descuento significativo en acciones y bonos con grado de inversión, y un descuento promedio del 14% sobre el valor de mercado privado de propiedades comerciales equivalentes, este activo representa una combinación atractiva de ingresos actuales y protección contra la inflación.

Edward J. Perkin, CFA, Chief Equity Investment Officer Eaton Vance

 

Hasta la vista, NAFTA

  |   Por  |  0 Comentarios

Hasta la vista, NAFTA
Pixabay CC0 Public DomainFoto: AmberAvalona. Hasta la vista, NAFTA

Estados Unidos, México y Canadá atraviesan una renegociación contenciosa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), un pacto erigido hace 24 años que eliminó la mayoría de las barreras comerciales entre los tres países. El NAFTA ha llevado a la integración de cadenas de suministro entre diferentes países y se considera por parte de los economistas que ha sido un contribuyente neto muy modesto al crecimiento de Estados Unidos. Sin embargo, el giro en la producción de Estados Unidos a México en los años siguientes ha hecho que el acuerdo político sirva de pararrayos político.

Dado que el NAFTA fue aplicado antes del amanecer de la era digital, una revisión del tratado tendría sentido, con el acuerdo del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) ya archivado y sirviendo probablemente como modelo para la modernización. Pero, desde su comienzo de las renegociaciones, en agosto de 2017, no se ha avanzado especialmente. Sin embargo, como cualquier observador de negociaciones complejas e internacionales reconocería, los acuerdos suelen cerrarse en el último minuto, y algunas veces incluso después. Entre muy pocas señales tangibles de progreso, los responsables de las tres delegaciones han extendido sus negociaciones más allá del primer trimestre de 2018, y las indicaciones recientes muestran que podrían extenderse aún más. Con elecciones presidenciales en julio en México y elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos en noviembre, los negociadores se están quedando sin tiempo. Con este telón de fondo, examinemos cuáles son los principales puntos de contención y cuál puede ser el resultado si estos tres países no consiguen llegar a un acuerdo.                    

¿Qué entra en juego?

La raíz del problema, desde la perspectiva de la administración de Trump, es una caída aproximadamente del 30% en la producción del empleo vinculado a la producción durante la existencia del NAFTA. Entre los temas que encabezan las negociaciones de la administración Trump figuran medidas para reducir los desequilibrios comerciales, en particular, el desequilibrio de bienes entre Estados Unidos y México.  

Estados Unidos también busca detener la manipulación actual de la divisa llevada a cabo por los socios comerciales. Además, Estados Unidos busca eliminar un mecanismo de disputa comercial que sostiene que es una invasión de soberanía y un incentivo para las empresas para externalizar su producción en México garantizándoles un lugar para demandar por un tratamiento injusto. Las reglas de origen, que determinan la fuente nacional de cada producto, son una cuestión adicional, y especialmente afectan al sector del automóvil, conforme Estados Unidos intenta exigir un mayor contenido de fabricación estadounidense. La administración Trump ha pedido como requisitos que los vehículos, a fin de evadir los aranceles, se ensamblen a partir de partes que tengan al menos un 85% de origen en países del NAFTA, y un 50% del contenido debe proceder de Estados Unidos. Un umbral bastante alto. Tan alto que, si no se acuerda una renegociación del NAFTA, algunos observadores esperan que los fabricantes de automóviles opten por simplemente pagar el arancel del 2,5% sobre los automóviles construidos en México. Otros en cambio, temen que la producción se traslade de América del Norte a Asia o Europa del Este.    

Entre las propuestas más controvertidas de Estados Unidos se encuentra que un acuerdo renegociado contiene una cláusula “transitoria” que exige que el pacto sea aprobado nuevamente por los tres signatarios cada cinco años. Los críticos dicen que una cláusula de extinción sería extremadamente contraproducente, ya que sería una grave fuente de incertidumbre para las empresas. Algunos incluso dicen que la propuesta es, en realidad, una “píldora venenosa” diseñada para provocar el fracaso de las conversaciones y permitir a los Estados Unidos afirmar que México y Canadá fueron socios de negociación inflexibles.

La única certeza es la incertidumbre  

Si no se alcanza la renegociación de un nuevo acuerdo entre los tres países, ¿qué pasaría después? Según el texto del acuerdo de NAFTA, “una parte puede retirarse del acuerdo seis meses después de proporcionar un aviso por escrito a las otras partes. Si una parte se retira, el acuerdo permanece en pie para el resto de las partes”. Por lo que, en teoría, el presidente Trump podría retirar a Estados Unidos del acuerdo escribiendo una carta a sus contrapartes de NAFTA. En realidad, sin embargo, una cuestión constitucional mayor seguiría en pie. Desde que NAFTA fue aprobado en el congreso bajo una ley de implementación, algunos académicos constitucionales sugieren que el presidente necesitaría pedir al Congreso que vote para retirarse del acuerdo. Otros sostienen que bajo el Artículo 125 de la Ley de Comercio de 1974, el Congreso delegó en el presidente el poder de rescindir las obligaciones derivadas de los acuerdos de libre comercio. Dado que la Constitución de Estados Unidos le otorga al Congreso y al presidente facultades para regular el comercio exterior, cualquier intento de retirarse del acuerdo casi con certeza terminará en los tribunales. Aun así, algunos observadores creen que el presidente puede sacar a Estados Unidos del acuerdo simplemente como una táctica de negociación de gran importancia, utilizando el período de notificación de seis meses para presionar a México y Canadá para que hagan concesiones.   

Pronosticar el impacto económico potencial de una retirada de los Estados Unidos del NAFTA es bastante difícil. De hecho, es difícil evaluar el impacto neto que el NAFTA ha tenido en la economía de los Estados Unidos durante sus 24 años de historia. Un estudio realizado en octubre de 2017 por el Consejo de Relaciones Exteriores atribuye el crecimiento adicional a la economía estadounidense, de 19,7 billones de dólares del NAFTA, en solo varios miles de millones de dólares anuales. Desde que se implementó el NAFTA durante un período de rápida globalización y cambio tecnológico, es casi imposible desentrañar el impacto directo del acuerdo en la economía de los Estados Unidos en su conjunto. Los críticos del acuerdo apuntan a la caída del número de empleos manufactureros en los Estados Unidos, particularmente en el sector automotriz, mientras que el empleo mexicano en ese sector se ha más que cuadruplicado. Pero, los partidarios del acuerdo apuntan a ganancias en la economía general de Estados Unidos debido a una mayor productividad y menores precios al consumidor. Además, señalan, Estados Unidos ha perdido empleos de manufactura en muchos otros países debido a que el empleo en la industria manufacturera ha caído en todos los mercados desarrollados, e incluso ha comenzado a caer en China, también.

Columna de Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras de renta fija en MFS Investment Management.