Pixabay CC0 Public DomainEfraimstochter. ¿Y ahora cómo invierto mi cartera defensiva?
Pues sí, se puede perder dinero invirtiendo en renta fija e incluso en renta fija a corto plazo. Para aquéllos a quienes el tema les resultaba raro, viniendo del entorno anterior de bajada constante de tipos de interés, la situación actual de tipos a corto plazo negativos y unos rendimientos en la parte media y larga de la curva que empiezan a subir, se están traduciendo en pérdidas en casi todas las carteras de renta fija, incluidas las de emisiones privadas, históricamente el «refugio” de muchos gestores.
Estas son, por análisis de la volatilidad histórica, o variabilidad de rendimientos, las carteras donde invierten típicamente los clientes menos proclives al riesgo. Y el escenario actual está originando, naturalmente, un malestar entre una franja importante de los ahorradores, incluidos muchos institucionales como los fondos de pensiones.
Los que nos hemos decantado en la definición de estrategias y posterior gestión, por disponer de margen suficiente para proteger el capital en los momentos más complicados, no hemos destacado en estos últimos 6 años en Europa, ya que la tendencia ha sido de subida de los mercados, tanto de renta variable como de renta fija. Los clientes han sacado su vena más “pro-riesgo”, y en muchos casos donde no ha existido una buena definición de su perfil de riesgo y/o asesoramiento, han estado asumiendo un nivel de riesgo no percibido como tal, hasta que los mercados se dan la vuelta.
Cuando hago referencia a las estrategias de protección, en buena medida podríamos decir que estamos hablando de estrategias académicamente apellidadas de alternativas.
La verdad es que entre esas estrategias caben muchas tipologías bien distintas, como las que tienen que ver con activos menos líquidos, que exigen periodos de permanencia acordes a esa dificultad en generar liquidez en caso de necesidad, como el private equity o el inmobiliario, u otras con una elevada volatilidad.
Pero lo que quiero tratar aquí son las estrategias que buscan la protección del capital del inversor (reducción de riesgo) haciendo uso de activos líquidos, y entre éstas, aquéllas que no estén muy apalancadas, puesto que ese apalancamiento puede generar resultados igualmente “incómodos”.
Las llamadas estrategias tradicionales y con sello de UCITS (habilitadas para su comercialización al cliente no sofisticado) pueden hacer uso de herramientas que les permiten defender de forma importante situaciones de tendencias negativas. Para ello tienen simplemente que reconocer que hacen uso de dichos instrumentos, sin preocuparse con la posibilidad de “perderle la cara al índice” en caso de equivocarse en el momento de asumir esa protección.
Sabiendo todos que “resultados pasados no son garantía de resultados futuros” sin embargo el análisis de la evolución del fondo deja ver claramente si ese tipo de estrategias y/o instrumentos son utilizados o no, bastando para ello con mirar el comportamiento del mismo en periodos con tendencia bajista clara en los mercados, y mostrando así si efectivamente se ha protegido el capital.
La acogida en España de los productos de bajo riesgo siempre ha sido buena; acordémonos de los monetarios dinámicos, de los garantizados, de los famosos productos estructurados de capital garantizado… pero no así la de los “alternativos”, con estrategias de retorno absoluto, posiblemente por falta de interés por parte de las grandes gestoras (de los grandes bancos), a lo que se siguió una inmerecida cruz amén de las actividades fraudulentas del señor Maddoff.
En resumen, hay gestores que nos enfocamos en aplicar herramientas para plasmar de forma adecuada su percepción de riesgo de mercado al nivel de exposición de sus carteras, lejos de la tradicional exposición estática al noventa y tantos por ciento, invariable aunque el gestor haya podido anticipar un aumento de volatilidad en los mercados.
¿Sigue siendo esto gestión alternativa? Me atrevería a sugerir que, aquellas a que me refiero (UCITS), no deberían verse como hedge funds si no como una modernización de la gestión tradicional cuya principal preocupación se centra en proteger a los inversores de las caídas sin dejar a un lado la capacidad para acumular ganancias en mercados alcistas.
Tribuna de Ricardo Seixas, consejero delegado de Fidentiis Gestión.
Wikimedia CommonsFoto: Pxhere CC0. Adapting To Markets That Change At The Speed Of Moore’s Law
Hoy los inversores se enfrentan a cambios masivos en la naturaleza de la economía, junto con incertidumbres cíclicas y políticas; darle sentido a todo esto es de importancia crítica.
La Ley de Moore, que establece que las velocidades de procesamiento de las computadoras deberían duplicarse aproximadamente cada dos años, demostró ser cierta durante una generación y ayudó a catalizar un cambio histórico, tecnológico y social, así como la notable productividad y el crecimiento económico. Hoy, sin embargo, las nuevas operaciones de procesamiento intensivo han desafiado la durabilidad de la ley. Afortunadamente, la aparición revolucionaria de chips de procesamiento paralelo ha creado una nueva dimensión de la capacidad de computación, esencialmente chips de computadora que ahora pueden realizar múltiples tareas. Por lo tanto, es posible el procesamiento simultáneo de entradas de datos masivos y diferenciados, lo que ha acelerado colosalmente la evolución de numerosas innovaciones de vanguardia, como la inteligencia artificial y la conducción autónoma, por nombrar solo un par de ejemplos de alto perfil. De manera similar, la inversión exitosa de hoy requiere la capacidad de mirar más allá de titulares hiperbólicos simples y procesar y priorizar simultáneamente numerosas influencias temáticas, muchas de las cuales son históricamente sin precedentes y es probable que sean poco apreciadas por la sabiduría convencional.
De la fabricación a los servicios; Tangible a intangible
En lo alto de nuestra lista temática se encuentra el predominio evolutivo de la «economía intangible» que ha alterado radicalmente los comportamientos de consumo e inversión globales, y que se describe de manera fascinante en el trabajo reciente de Jonathan Haskel y Stian Westlake, Capitalismo sin capital: el ascenso de la economía intangible (Princeton, 2017). La conectividad humana ubicua ha elevado dramáticamente la relevancia de los activos intangibles digitales (datos, aplicaciones, marcas, etc.) y ha dado lugar a un frenético enfoque corporativo en su agregación y monetización. A su vez, esto está generando enormes cantidades de gastos de investigación y desarrollo, e inversión en activos intangibles, como plataformas de redes sociales, aplicaciones, etc. que atienden a los consumidores y en muchos casos tienen impactos transformadores en la economía global. Al mismo tiempo, la inversión en activos tangibles ha estado en declive durante mucho tiempo (ver gráfico).
Intentar valorar el “capital social” de los activos intangibles digitales es un esfuerzo impreciso porque los impactos específicos relativos al dinero son difíciles de cuantificar. Los consumidores apenas están empezando a comprender que los datos creados a partir de su uso de productos intangibles tienen un valor intrínseco realizable. Para las empresas, el valor de los activos intangibles solo se refleja en los balances a través de adquisiciones, o retirándolos de las capitalizaciones de mercado. Pero los beneficios sociales generales de la proliferación de activos intangibles son inequívocos. Muchas corporaciones ahora generan enormes flujos de efectivo con cada vez menos activos físicamente tangibles. La gestión sistémica del inventario se ha vuelto altamente eficiente, lo que reduce la amplitud del ciclo macroeconómico. Además, la conectividad generalizada fomenta una intensa competencia de precios que ejerce una presión descendente secular sobre las tasas de inflación global, un positivo amplio y vital para el sector de los hogares.
La inflación, la Fed y el dólar estadounidense
Otro tema que vale la pena monitorear es el confuso panorama de la inflación cíclica y las posibles respuestas políticas. Específicamente, los componentes con mayor ponderación del Índice de Precios al Consumidor, como la energía y los relacionados con la vivienda, enfrentan vientos en contra asociados con los efectos de la base empinada. A la inversa, los aranceles generalizados producirían un obvio choque inflacionario cíclico, al igual que muchas industrias ya enfrentan restricciones de capacidad onerosas que corren el riesgo de convertirse en aumentos de precios del tipo de costos. En total, mientras los mercados temen acelerar la inflación, creemos que la Reserva Federal analizará el ruido cíclico en referencia a las restricciones seculares a más largo plazo.
En su lugar, creemos que los responsables de las políticas se centrarán, con razón, en las ramificaciones del aumento de tasas para la actividad de la economía real mientras buscan una neutralidad política nebulosa. Con un sólido impulso de crecimiento en los EE.UU., el riesgo de una recesión inducida por el endurecimiento es bajo en este punto, pero el daño colateral por un ajuste excesivo es muy posible. Algunos sectores financiados por la deuda, como la vivienda, están mostrando señales de actividad disminuida. Además, el prominente mercado de préstamos estará expuesto a tasas que se elevan por encima de los pisos predeterminados integrados en la mayoría de los préstamos pendientes. Finalmente, a medida que la economía de los EE.UU. se vuelve más dominada por negocios insensibles a la tasa de interés y dependientes de intangibles, los ajustes extremos de la Fed lejos de tener un efecto neutral (hacia arriba o hacia abajo) penalizarán injustamente a constituyentes económicos muy específicos, como los ahorradores y los propietarios de viviendas.
Una consecuencia subestimada al ajuste persistente de la Reserva Federal es la fortaleza del dólar estadounidense (USD), especialmente cuando dicha actitud agresiva va en contra de la política de otros bancos centrales de mercados desarrollados (DM), como es el caso hoy en día. En términos generales, un USD más fuerte puede interrumpir el sistema financiero mundial al restringir la financiación del USD y reducir de manera reflexiva el crecimiento económico no estadounidense. Y, cuando el crecimiento de la liquidez global se desacelera drásticamente, como lo ha hecho este año, la fortaleza del dólar estadounidense exacerba las consecuencias onerosas que ya tienen los prestatarios globales que dependen de la liquidez. Ese fenómeno ha sido visiblemente evidente durante 2018, con las crisis de los mercados emergentes (EM) que presentan un riesgo cada vez mayor de un contagio más amplio.
Asignación de activos en medio de la creciente incertidumbre
Las influencias divergentes de los mercados financieros son igualmente complejas. Primero, la convicción de los inversionistas se ha desplomado, disminuyendo severamente la liquidez del mercado al igual que la volatilidad de las ventas en corto, lo que lleva a la volatilidad implícita de los mercados emergentes a nuevos mínimos. Combinados, esos dos factores representan una vulnerabilidad sistémica con potencial para desenvolvimientos forzados en mercados escasamente comercializados. Al mismo tiempo, los diferenciales de crédito residen en medias cíclicas, lo que refleja sólidas métricas de apalancamiento impulsadas por el flujo de efectivo. Pero la aparición de activos intangibles significa que cualquier declive cíclico en los flujos de efectivo sistémicos puede mermar las métricas crediticias más rápido que la experiencia histórica, ya que hay menos activos tangibles que sirvan como un colchón colateral. Otra dinámica en evolución es la eficacia de la duración como una cobertura de riesgo confiable. Aunque históricamente confiable, la cobertura con la duración ha sido una herramienta contraproducente en lo que va del año, pero creemos que la reanudación de las fuerzas desinflacionarias y el precio total en el mercado de las alzas de tasas a corto plazo sugieren que la paridad de riesgo, a través de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos pueden volver a ser útiles por el resto de 2018.
En resumen, encontramos que mientras el rango de posibles escenarios a futuro se ha ampliado este trimestre, la probabilidad de un resultado negativo ha aumentado significativamente. En consecuencia, estamos explotando activos de renta fija a corto plazo altamente atractivos para contratos y duración convexa, específicamente bonos del Tesoro de los Estados Unidos, activos titulizados, crédito con grado de inversión y bonos soberanos de mercados desarrollados en dólares de los Estados Unidos. Nos mantendremos expuestos a las acciones a través de un gamma barato. Además, dada la situación experimentada durante los últimos meses en los mercados de deuda emergente, también estamos acumulando exposiciones a monedas desarrolladas y seguimos siendo el dólar estadounidense como una cobertura sistemática. Los inversores de hoy deben comprender los cambios masivos a largo plazo que tienen lugar en la economía, junto con las fluctuaciones económicas cíclicas dentro de ellos. También deben enfrentarse a un camino de política monetaria cada vez más opaco para el próximo año, por lo que creemos que es prudente mantener un cierto grado de cautela y posicionarse bien para aprovechar las oportunidades futuras.
Build on Insight, de BlackRock escrito por Rick Rieder
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Invertir implica riesgos, incluida la posible pérdida de capital. Los riesgos de ingresos fijos incluyen la tasa de interés y el riesgo de crédito. Normalmente, cuando las tasas de interés suben, hay una disminución correspondiente en los valores de los bonos. El riesgo de crédito se refiere a la posibilidad de que el emisor de bonos no pueda realizar pagos de capital e intereses. Obtenga más información acerca de cómo el rendimiento constante de la inversión y las bajas tarifas son fundamentales para lograr sus objetivos de ingresos fijos en el entorno actual.
La inversión internacional implica riesgos, incluidos los riesgos relacionados con la moneda extranjera, la liquidez limitada, la menor regulación gubernamental y la posibilidad de una volatilidad sustancial debido a acontecimientos políticos, económicos u otros adversos. Estos riesgos a menudo se incrementan para inversiones en mercados emergentes / en desarrollo y en concentraciones de países individuales.
Los valores de deuda sin grado de inversión (bonos de alto rendimiento / basura) pueden estar sujetos a mayores fluctuaciones en el mercado, riesgo de incumplimiento o pérdida de ingresos y capital que los valores de mayor calificación.
Este material no está destinado a ser utilizado como un pronóstico, investigación o asesoramiento de inversión, y no es una recomendación, oferta o solicitud para comprar o vender valores o adoptar una estrategia de inversión. Las opiniones expresadas son a partir de septiembre de 2018 y pueden cambiar a medida que varíen las condiciones posteriores. La información y las opiniones contenidas en este post se derivan de fuentes propietarias y no propietarias que BlackRock considera confiables, no son necesariamente exhaustivas y no están garantizadas en cuanto a su exactitud. Como tal, BlackRock, sus funcionarios, empleados o agentes no aceptan ninguna garantía de exactitud o confiabilidad, y BlackRock, sus funcionarios, empleados o agentes no aceptan ninguna responsabilidad derivada de cualquier otra forma por errores y omisiones (incluida la responsabilidad a cualquier persona por negligencia). Esta publicación puede contener información «prospectiva» que no es de naturaleza puramente histórica. Dicha información puede incluir, entre otras cosas, proyecciones y pronósticos. No hay garantía de que las previsiones realizadas se cumplan. La confianza en la información contenida en esta publicación queda a la entera discreción del lector.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: image007. Las cinco tendencias que impulsan a los empresarios asiáticos
En economías de rápido crecimiento, los empresarios desempeñan un papel clave en la generación de un crecimiento duradero e inclusivo. Los empresarios asiáticos se pueden encontrar al timón de start-ups de reciente creación, o liderando empresas con miles de millones de dólares en capitalización bursátil.
A menudo, se supone que las fuentes de crecimiento económico están impulsadas por factores top-down, como la geografía, la demografía, los recursos naturales o las políticas oficiales. Sin embargo, el rol de los empresarios y las empresas no puede ser obviado, ya que buscan invertir e innovar, creando crecimiento en el proceso. Para identificar a las empresas asiáticas con un verdadero espíritu emprendedor, los creadores de valor a largo plazo requieren un proceso de inversión bottom-up que se base en un conocimiento profundo de los mercados locales y una disposición a ignorar el ruido a corto plazo y el enfoque en las oportunidades a largo plazo.
Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), en particular, tienden a ser de naturaleza más empresarial, empleando un enfoque ágil para perseguir y, en ocasiones, incluso creando nuevos mercados. Las empresas que comienzan con poco pueden evolucionar hacia nombres de mega capitalización con roles dominantes en sus respectivos mercados. Las estrategias de inversión que incluyen empresas de todos los tamaños pueden capturar el potencial de crecimiento de los negocios con espíritu empresarial en Asia en cada etapa de desarrollo, desde el inicio hasta el líder del mercado.
Para prosperar, los empresarios requieren una infraestructura física básica, como carreteras, autopistas y puertos, así como un entorno regulatorio que al menos intente solucionar las fallas del mercado y aliente una competencia justa y sólida.
También requieren acceso a capital, empleados con talento y clientes con mayor poder de compra. El progreso de Asia en cada uno de estos frentes alimenta nuestra creencia de que es probable que Asia siga siendo una fuente importante de crecimiento en los próximos años. A continuación, Matthews Asia explora cinco tendencias seculares que benefician a los empresarios asiáticos, haciendo de Asia un destino atractivo para los inversores orientados al crecimiento.
El ascenso del sector privado
En toda la región, la tendencia continua hacia la desregulación es apoyar a los empresarios. La desregulación de la mano de obra brinda a las pymes la oportunidad de construir estructuras de costes más flexibles. La desregulación de las estructuras de propiedad proporciona acuerdos más flexibles para reunir capital y atraer socios de capital. La desregulación de los recursos naturales significa que los productos básicos ahora se comercializan en un mercado más abierto y se tasan según la oferta y la demanda. Y el inicio de la liberalización de los mercados financieros significa que las empresas asiáticas pueden atraer capital local e internacional. Los formuladores de políticas reconocen cada vez más que el rol del gobierno debe ser facilitar un sector privado saludable y, a veces, empujarlo en la dirección correcta.
Varios gobiernos están creando marcos de política económica diseñados para fomentar el crecimiento impulsado por la eficiencia y la innovación. Con el ritmo de la actividad empresarial mejorando en muchas partes de Asia, el sector privado continúa desempeñando un papel vital en la canalización de la actividad de inversión en la región (ver gráfico 1).
En Matthews Asia creemos que el sector privado hace un mejor trabajo ala hora de asignar capital que el sector público, por lo que nos sentimos alentados por el aumento de la contribución del sector privado a los gastos de capital. Los gastos de capital representan los gastos de una empresa para adquirir, actualizar y mantener activos físicos, que podrían incluir propiedades, edificios industriales o equipos.
El inicio de la crisis financiera mundial de 2007-2008 fue un aviso para los responsables políticos en Asia crearan mejores instituciones para gestionar los riesgos financieros. Como ejemplo, el Banco de Japón ha establecido acuerdos de garantía con muchos bancos centrales de la región para evitar problemas de liquidez.
Estos acuerdos incluyeron Tailandia en 2011, Singapur e Indonesia en 2013 y Filipinas en 2015. Se están realizando otros esfuerzos, incluido el esfuerzo de los gobiernos miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) para establecer un marco bancario regional más integrado. Tales iniciativas significan que la tendencia de la intermediación financiera, particularmente para el crédito en dólares, se está diversificando cada vez más con las instituciones asiáticas que juegan un papel más importante (ver gráfico 2)
El inicio de la crisis financiera mundial también puso de relieve la necesidad de que los responsables políticos sigan mejorando la disponibilidad de capital para las partes más productivas de la economía, incluidas las empresas privadas. Esto ha tomado la forma de alentar a los bancos a centrarse en las pymes, desregular los mercados de capital y relajar las normas de propiedad extranjera. Una consecuencia de estos esfuerzos es el aumento del capital privado en Asia en los últimos años, que está diversificando la disponibilidad de capital para las empresas, aunque sigue siendo un trabajo en progreso. El aumento inicial en las entradas de capital privado en la región fue liderado por inversiones en China. Los flujos ahora parecen tener una base más amplia en el sur de Asia y en sectores más allá de simplemente Internet y la tecnología de la información, pero queda por verse si esta tendencia se mantiene.
Más formas de ser competitivo
Los empresarios en Asia compiten cada vez más por más que por el costo. Factores como la propiedad intelectual superior, la calidad de la oferta de productos / servicios, la confianza y la conveniencia ayudan a las empresas asiáticas a mejorar la competitividad. La capacidad de atraer y retener trabajadores calificados es un factor diferenciador. Esto es evidente en el tipo de habilidades que escasean en muchas partes de Asia, especialmente en China. Una compañía de reclutamiento líder en China dijo que la mayor demanda en su sitio es para talentos gerenciales y de supervisión a medida que las organizaciones se hacen más complejas y los clientes más exigentes. El talento calificado se está volviendo más escaso que el capital en muchos aspectos, y las organizaciones que son capaces de internalizar la solución a este desafío terminan creando ventajas distintivas. Otros intangibles, como la cultura empresarial y la habilidad de los equipos de gestión, también están en primer plano.
Una base más sólida para el crecimiento liderado por la innovación
A medida que las economías de Asia avanzan hacia un mayor crecimiento en los sectores basados en servicios, están surgiendo nuevas industrias y modelos de negocios. En toda Asia, vemos ejemplos de una creciente ola de innovación en una amplia gama de categorías. En 2016, Asia superó a América del Norte en las solicitudes de patentes en más de 3 a 1 (ver gráfico 3). Esta ráfaga de actividad señala un mayor auge de la innovación en Asia. Las empresas asiáticas están desarrollando productos que satisfacen los gustos y necesidades distintivos de la región. Entre 2006 y 2016, la participación de Asia en las nuevas solicitudes de patentes aumentó a casi el 65% de todas las nuevas patentes en todo el mundo, mientras que América del Norte, Europa y América Latina registraron una disminución en su participación en las nuevas solicitudes de patentes.
La evidencia del crecimiento impulsado por la innovación es altamente visible en el sector de la salud. Durante una visita reciente a Songdo, una ciudad en Corea del Sur cerca de Seúl, descubrimos que el área se había convertido en el hogar de la instalación biomédica más grande del mundo. Curiosamente, el área alrededor de Songdo fue inicialmente designada como una zona económica para atraer inversión extranjera. Sin embargo, el inicio de la crisis financiera mundial afectó los intereses reales de los inversores extranjeros. Esto allanó el camino para que las empresas emergentes de atención médica pudieran comprar terrenos a precios atractivos al gobierno municipal en previsión de un crecimiento futuro, especialmente en el área de biomedicina. Si bien aún es una etapa temprana para los negocios relacionados con la atención médica en Corea del Sur y en otras partes de Asia, el resurgimiento de Songdo muestra cómo las empresas pueden capitalizar las tendencias emergentes y las oportunidades de mercado.
Un mayor poder de compra del consumidor
Los consumidores de todo el mundo tienen gustos diferentes, pero tienen un comportamiento notablemente consistente. A medida que crecen los ingresos, los consumidores compran productos más sofisticados. Brookings Institution estima que Asia representará la mitad del consumo mundial de clase media para 2030, ya que casi 2.000 millones de personas ingresarán en la clase media en Asia.
Estas tendencias muestran por qué es un buen momento para ser empresario en Asia. Los problemas macro globales tendrán algún impacto en Asia, pero las tendencias importantes para los empresarios exitosos se están desarrollando en la propia Asia. En el pasado, los empresarios tenían que atraer empresas y consumidores en el mundo occidental, y esto implicaba una variedad de desafíos de licencias y riesgos regulatorios. A medida que el consumo asiático es dominante en todo el mundo, los riesgos para los empresarios son cada vez menos sobre la regulación y más sobre la comprensión de las dinámicas competitivas y el mantenimiento de las aspiraciones crecientes del consumidor. Habiendo observado el comportamiento de los negocios orientados al consumidor en la región durante más de dos décadas, creemos que los conceptos como marca, calidad del producto y estándares de servicio están comenzando a importar más que factores como la fortaleza en la distribución.
Columna de Sharat Shroff, CFA, gestor de carteras en Matthews Asia.
Wikimedia CommonsCourtesy photo. High Yield: The End Of The American Dream?
A los inversores tradicionales de renta fija no les suelen gustar las subidas de los tipos de interés. A medida que éstos aumentan, los precios de sus bonos bajan y cosechan rendimientos negativos en sus carteras. Ahí es cuando el inversor poco letrado aprende que la renta fija no es fija. Tan solo los que hayan mantenido gran parte de su cartera en liquidez aplaudirán las nuevas oportunidades que surjan de invertir a tipos más altos. Pero esta angustia ante la subida de tipos ¿la comparten todas las clases de activos dentro de la renta fija? En el caso de los bonos de grado especulativo (“high yield”) puede llegar a ser positivo (si las subidas de tipos son reflejo de una economía en expansión) o bien negativo (si se teme que estos incrementos de tipos acaben provocando una recesión).
Hasta el momento, a pesar de los episodios de volatilidad de los mercados, los bonos de grado especulativo en general se han beneficiado de la fortaleza de la economía estadounidense, el crecimiento de los beneficios empresariales y el bajo número de quiebras. A pesar del descenso en lo que llevamos de octubre, los índices de renta fija de grado especulativo siguen en territorio positivo desde inicio de año frente a las pérdidas de los índices de emisiones de grado de inversión. Sin caer en una generalización simplista que difumine la variedad de subgrupos e integrantes englobados en la clase de “high yield”, de todos los sectores con un peso superior al 3% en los índices, solo el de la construcción ha sufrido una ampliación de su diferencial de crédito (cabe decir que a inicios de año cotizaba a unos niveles extremadamente estrechos).
La elevada generación interna de caja en esta clase de activo ha conducido a un crecimiento menor del volumen de deuda nueva, que también ha sido un factor determinante en el buen comportamiento de la deuda especulativa. La mayor parte del volumen de nuevas emisiones de este año se ha destinado a refinanciar deuda existente. También ha habido una mejora en la calidad crediticia de las emisiones nuevas, más sesgadas hacia los bonos “BB” y con menores emisiones dentro del espectro “CCC”. Los fundamentales de crédito se mantienen robustos. Las mejoras de calificación crediticia superan a las rebajas en el ratio más elevado desde 2011. La tasa de quiebras de compañías dentro de la clase “high yield” ronda el 2%, frente a la media histórica del 5%.
Adicionalmente, no hay que menospreciar la demanda cada vez más frecuente de inversores tradicionalmente dedicados en exclusividad a bonos de grado de inversión, como fondos de pensiones o gestores patrimoniales, que incorporan a sus carteras emisiones del tramo “BB”. Y no lo hacen como “turistas oportunistas”, sino de manera estructural y con el objetivo de mejorar la diversificación de sus carteras.
El TLCAN ya se ha difuminado como uno de los riesgos que se apuntaban para esta clase de activo. Nos queda China, el petróleo, una posible aceleración de la inflación y los déficits. Entonces, ¿se terminó el sueño americano vivido por los bonos de grado especulativo? Históricamente, los bonos “high yield” han mantenido una correlación negativa con los bonos del Tesoro. También la historia nos demuestra que los diferenciales de crédito se pueden mantener por debajo de la media por largos períodos de tiempo, en especial durante periodos con crecimiento económico positivo y bajas tasas de bancarrota.
Dadas las perspectivas actuales, no creemos que a corto plazo la situación económica empeore hacia una recesión para crear un entorno negativo para el crédito. A pesar de que los diferenciales de crédito de los índices de “high yield” están a niveles tan bajos desde el punto de vista histórico y, en nuestra opinión, del limitado potencial de apreciación del capital, el cupón que ofrecen es suficientemente atractivo en relación a otros activos, como para sentarse a esperar con una parte de la cartera invertida en bonos de grado de especulación. Sin duda, no podemos descartar alguna ampliación en el corto plazo provocada por un movimiento defensivo y de toma de beneficios en un mercado volátil dónde las bolsas corrijan, pero no fruto de un pánico vendedor por un empeoramiento continuado de los fundamentales.
Wikimedia CommonsFoto: Federal Reserve. October Spectra: Get Out Of Equities Or Probe The Entry?
Los saltos que hicieron El Dow Jones (DJI), S&P 500 (S&P), Nasdaq Compuesto (NASDAQ), Russell 2000 (RUT) los días 15 y 16, parecen más bien reacciones técnicas por haber caído a la línea del promedio móvil (PM) de 200 días, que indicios de recuperación. Los índices cayeron una media de 8,60% desde sus máximos recientes (RUT, -11,26%; NASDAQ, 9,60; S&P, -6,93%; DJI, 6,62%). El RUT prosiguió 4,7% más allá del PM, fue el único que tocó y traspasó el PM 300, y, en proporción, fue tercero en magnitud de rebote. ¿Qué podríamos entender?
Es octubre y no cabe entusiasmarse mucho. Puesto que se tienen bien claras las razones de la baja (sobreprecios, alza continua de tipos de interés, indefiniciones sobre Brexit, nubarrones económicos y políticos sobre UE, amenazas comerciales, entre otras), y suficientemente asimilado que no se resolverán en el corto ni mediano plazos, aun con el paliativo de los resultados trimestrales, es difícil aceptar sin más que las alzas de estos días signifiquen vuelta rápida a los techos históricos. Los indicadores sugieren que hay espacio para bajas adicionales pues, en su ajuste, los índices no alcanzaron la zona de sobre-venta. Los rebotes podrían tomarse como un alto en la trayectoria de baja o tal vez como síntoma de estancamiento.
A juzgar por las cifras de retorno acumulado en cinco, tres, un año (de cierre a cierre de cada septiembre) y en 2018, se supone comprensible que desde hace meses se intuyera o trazara una toma de utilidades más sustanciosa que las previas. Véanse los datos redondeados:
El IPC, que rondó en agosto y septiembre el umbral de los 50.000 puntos, bajó en esta racha un tanto menos que las referencias de Wall Street. Su reacción positiva, por tanto, ha sido tibia, precisamente hasta la línea del PM 200, sin sacudirse el sesgo bajista. Con todo, ha dejado en dos semanas la mitad de los puntos que había ganado en cuatro meses. Huelga decir que su desempeño acumulado ha sido pobre: pérdida de 1% en un año; ganancia de 1% en 2018.
Si repasásemos el comportamiento de las bolsas en anteriores ciclos de subida de tasas por parte de FED, veríamos que el patrón de vuelta al alza precisa por lo menos de un semestre, no menos. En esta ocasión, se advertiría: siempre que los resultados coadyuven y los demás elementos no encallen. Por supuesto, el patrón conlleva vaivenes y recaídas que, en esta ocasión, si se dieran, coincidirían con el traspaso hacia y de la línea del PM 300, lo que puede ser malo para algunos e interesante para otros. Si nos atenemos a las señales técnicas, supondríamos que este PM marca un piso más duro y decisivo para Wall Street: si se alcanza y valida, el rebote inyectaría confianza; si se rompe, cuidado…
En cualquier caso, sea que la baja se pronuncie o devenga lateralidad, la historia de los octubres y la subida escalonada de réditos por decisiones de política monetaria, permite desinflar precios y entrar a niveles atractivos. He ahí lo interesante.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Mih83. Rentabilidad del mercado: la historia de dos factores
La rentabilidad de los mercados financieros puede explicarse, en gran parte, en función de dos factores: el nivel prospectivo de los flujos de caja procedentes de la inversión en un activo y la tasa de descuento aplicada a dichos flujos de caja.
Por su parte, ambos factores dependen de la evolución de la economía mundial: los niveles de los flujos de caja (como los dividendos de la renta variable, las recompras de acciones o la probabilidad de que se paguen cupones en los bonos corporativos) y también las condiciones financieras. El presente año, estos factores han seguido direcciones opuestas.
La fortaleza de la economía mundial ha estado a la altura de nuestras expectativas, si bien la composición de este crecimiento nos ha sorprendido. La economía estadounidense ha superado nuestras previsiones, mientras que la recuperación europea nos ha defraudado. Este comportamiento económico superior de Estados Unidos se debe, por una parte, a los ingentes estímulos fiscales que, en nuestra opinión, acabarán considerándose inoportunos y, por otra parte, al respaldo procedente de las favorables condiciones financieras.
Si fijamos la mirada en los mercados, observamos que dicha excelente evolución económica ha venido acompañada de una rentabilidad superior de la renta variable estadounidense. No obstante, si analizamos la situación con mayor detalle, mientras que las compañías que cotizan en los mercados de Estados Unidos, Europa y Japón han realizado, en su conjunto, revisiones al alza de sus ingresos y beneficios a lo largo del año, estos aumentos se han concentrado especialmente en las firmas de atención sanitaria y tecnológicas estadounidenses. Esto sucede de manera simultánea a la adopción de un programa unilateral de proteccionismo comercial.
Europa
El impulso económico en el Viejo Continente, en comparación con otras regiones, hadeterminado nuestras continuas y favorables perspectivas sobre la renta variable europea(excl. el Reino Unido). No obstante, tras la fuerte dinámica experimentada durante todo el añopasado, la economía ha dado marcha atrás este año, debido a los acontecimientos en Italia ya la incertidumbre en torno al comercio a escala internacional. Sin embargo, las cifras debeneficios publicadas en Europa en las últimas semanas se han revelado positivas, y losanalistas están ahora realizando revisiones al alza en todos los sectores en Europa (excl. elReino Unido), con la energía liderando la mayoría de dichas revisiones de beneficios. Lasmejoras salariales han repuntado, aunque esto impulsará probablemente un círculo virtuosode recuperación económica que todavía se está materializando tras la crisis de la deudasoberana en la zona euro que hizo descarrilar la salida de Europa de la crisis financieramundial hace diez años.
Las compañías europeas están señalando una escasez de mano de obra, además de unacarencia de capital y bienes de equipo, lo que augura un entorno más favorable para lainversión y el gasto de capital.
También detectamos algunos rayos de esperanza, como el hecho de que los datos manufactureros alemanes han tocado fondo y el repunte de la demanda interna en el país germano. Nuestras carteras de renta variable europea cuentan, por lo general, con un posicionamiento neutral en Italia, aunque existen considerables dudas sobre cómo se gestionará la próxima recesión, pues la carga de la deuda del país transalpino es ahora más elevada. Las carteras europeas también infraponderan el estilo valor con respecto al crecimiento de calidad, si bien en menor grado que en los últimos años. La posición sectorial más abultada consiste en una sobreponderación de los valores industriales, en lugar de la exposición financiera, con el objeto de posicionarnos para sacar partido del crecimiento cíclico. Aunque los beneficios bancarios podrían registrar un rápido aumento en sintonía con el crecimiento económico que anticipamos, no queda claro si cada impulso a los ingresos afrontará una renovada presión regulatoria para incrementar los ratios de capital o realizar distribuciones a las partes interesadas.
Columna de opinión de Toby Nangle, director mundial de asignación de activos, director de multiactivos EMEA, y Maya Bhandari, gestora de carteras multiactivos, ambos en Columbia Threadneedle Investments.
Foto: Banxico. Utilizar las reservas internacionales para financiar el desarrollo afecta a la economía
El nuevo gobierno que está por tomar posesión tiene muchos planes de inversión y de gasto social que demandan recursos para poder sufragarlos. Ante esa situación algunos legisladores del partido que va a estar en el poder propusieron utilizar las reservas internacionales para financiarlos.
Independientemente de los aspectos legales respecto a quien le pertenecen las reservas internacionales, no hace sentido económico utilizarlas para financiar gasto público. Las reservas internacionales son para intervenir en el mercado cambiario. Cuando el tipo de cambio era fijo, como lo fue en México durante largos periodos de tiempo en el siglo pasado, se utilizaban para asegurar que no se modificara la cantidad de pesos que se tenían que pagar por un dólar. Actualmente, en que el tipo de cambio es flexible, se utilizan para evitar que un evento temporal provoque variaciones bruscas en el tipo de cambio. De esa forma, Banco de México vende dólares para que el incremento de su precio no sea desmedido o compra los dólares para que no baje de manera artificial.
Para que las reservas internacionales se utilizaran para financiar los proyectos del gobierno, el Banco de México tendría primero que salir a venderlas en el mercado cambiario, lo que implica aumentar la oferta de dólares, baja el precio del dólar, o sea que se aprecia el peso. Pero al salir a vender los dólares, va a retirar los pesos de circulación, y al haber menos dinero en la economía se va a incrementar la tasa de interés y va a escasear el crédito. Una vez que se vendieron las reservas internacionales, el Banco de México tendría que comprarle bonos al gobierno para hacerle llegar los recursos, lo que implica que la deuda del gobierno tiene que aumentar.
Por lo tanto, la ocurrencia de utilizar las reservas internacionales para financiar el desarrollo termina afectando negativamente a la economía nacional. La baja del precio del dólar impacta negativamente a los exportadores y favorablemente a los importadores, convendría más comprar en el extranjero que en México y por lo tanto la producción en el país disminuye. La menor cantidad de pesos en circulación provocaría aumento en la tasa de interés, menos créditos y más caros para consumidores y productores, afectando negativamente a las actividades que dependen del crédito como la venta de automóviles y casas. Para tener acceso a los recursos el gobierno terminaría aumentando el valor de la deuda, o sea que es equivalente a gastar más pidiéndole prestado a Banco de México. Los períodos de mayor inflación que ha vivido el país, en la década de los ochenta del siglo pasado, fue cuando el gobierno tenía un elevado nivel de gasto, sus ingresos no le alcanzaban para cubrirlo y tuvo que emitir bonos y vendérselos al Banco de México para tener financiamiento. En esas épocas una llamada del Secretario de Hacienda era suficiente para que Banco de México tuviera que comprarlos, ahora la autonomía de Banco de México evita esa situación. Por eso es muy importante que los legisladores entiendan las implicaciones económicas de sus propuestas, la importancia de la autonomía del banco central y que la mejor forma de aumentar el gasto es subiendo los ingresos.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Boss Tweed. ¿Cómo podemos responder al comportamiento irracional del mercado?
Cualquiera puede sucumbir a las emociones, lo cual sucede continuamente en los mercados financieros.
Los inversores emplean una variedad de modelos financieros para determinar el valor de los activos. Pero cuando observamos su comportamiento a la hora de invertir, está claro que el precio que están dispuestos a pagar por un activo se ve afectado por muchos otros factores.
Los acontecimientos políticos, las noticias en los medios de comunicación y el sentimiento general de los inversores pueden desencadenar movimientos significativos en los mercados. Las cotizaciones pueden subir o caer con rapidez, y los comentaristas de mercados suelen identificar una causa de forma unánime. Cuando ocurre lo anterior, deberíamos preguntarnos siempre si el valor subyacente de esos activos ha cambiado realmente, o si la evolución de los precios obedece al miedo o a la avaricia.
El entorno de inversión de los últimos años pone de relieve la naturaleza inconsistente de los mercados globales. En 2016, se caracterizaban por oscilaciones significativas de las cotizaciones, desencadenadas por la preocupación en torno al avance de los movimientos populistas en Estados Unidos y Europa. En 2017, los inversores se tomaron con calma los acontecimientos políticos. 2018 ha sido escenario de un retorno de la volatilidad, y los analistas mencionan los temores de una guerra comercial y la política de la eurozona entre las causas de las recientes caídas generalizadas.
¿Por qué respondieron los mercados de forma distinta a los acontecimientos en dichos periodos pese a la existencia de riesgos similares? Racionalizar no siempre es posible, pero el entorno general afecta de forma clara a las emociones de los inversores.
En nuestra opinión, el comportamiento irracional e inconsistente del mercado crea oportunidades para las gestoras activas. Toda decisión de inversión que tomamos parte de nuestro marco de valoración, con el que evaluamos activos en base a motores fundamentales de rentabilidad. A continuación, determinamos si los precios de los activos se han desviado de lo que consideramos su «valor justo». Si detectamos miopía en los mercados o la volatilidad parece injustificada, tratamos de sacar partido a tales situaciones, las cuales denominamos «episodios». Estos episodios pueden ser de corta duración y corregirse a corto plazo, mientras que en otros casos es probable que las cotizaciones cambien a lo largo de varios años. La historia reciente nos proporciona numerosos ejemplos.
Tras las elecciones estadounidenses de finales de 2016, los activos mexicanos sufrieron fuertes caídas al temerse los planes manifestados por Donald Trump de «construir un muro» y renegociar las condiciones con los demás países miembros del NAFTA. Esto atrajo una gran atención de los medios de comunicación, pero nosotros no recibimos información que pudiésemos emplear para reevaluar el valor fundamental de los activos mexicanos. El peso se depreció un 20% entre el anuncio de los resultados electorales y enero de 2017, pero a lo largo de los meses siguientes se recuperó hasta los niveles previos a los comicios cuando los mercados desviaron su atención a otras cuestiones.
La volatilidad del peso mexicano tras la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ilustró muy bien cómo las emociones de los inversores pueden determinar la evolución de los precios. Fuente de los datos: Bloomberg, 30 de abril de 2017. Tenga presente que las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
Sea cual sea el entorno de mercado, nosotros tratamos de ver más allá del «ruido» y concentrarnos en los fundamentales. La publicación de nuevos datos, los titulares en los medios de comunicación o incluso los movimientos de los precios pueden parecer información útil, pero no siempre nos informan sobre las rentabilidades futuras de un activo. Deberíamos resistirnos a narrativas seductoras que intenten simplificar la complejidad de una situación o predecir su desenlace; de este modo, tendremos más probabilidad de tomar mejores decisiones de inversión.
Columna de Juan Nevado, miembro del equipo Multi-Activos de M&G
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Foto: Carlescs79, Flickr, Creative Commons. Brexit: nuevo régimen temporal para las entidades financieras europeas con presencia en Reino Unido
Está previsto que Reino Unido abandone la Unión Europea (UE) el 29 de marzo de 2019 (fecha de salida). Reino Unido y la UE ya han negociado los términos de un periodo de implementación por el que, desde la fecha de salida hasta el 31 de diciembre de 2020, se seguirán aplicando normas comunes y Reino Unido seguirá implementando la nueva normativa que se publique en la UE (periodo de implementación).
Dicho lo anterior, en el caso de que este periodo de implementación no llegue a ser efectivo y exista un escenario de «no deal» (no acuerdo), Reino Unido quiere estar preparado.
Dentro del paquete de medidas de contingencia que Reino Unido está elaborando para el caso de que no exista un acuerdo con la UE en su salida, se ha publicado un borrador de reglamento que regula el uso del pasaporte de servicios financieros tras el Brexit (el borrador de reglamento).
En la fecha de salida, si no hay acuerdo, Reino Unido quedará automáticamente fuera del marco legal de la UE y, en materia de pasaportes, las entidades que actualmente prestan servicios financieros en Reino Unido deberán solicitar una autorización para poder continuar prestando dichos servicios. Ante esta situación, Reino Unido entiende que, si no concede un permiso temporal a dichas entidades, no será capaz de atender en tiempo la totalidad de solicitudes de autorización que le presenten, a la vez que quiere evitar perjuicios para el sector financiero y más aún para los clientes finales que reciben servicios de estas entidades.
Por ello, este gorrador de reglamento crea y regula un permiso temporal de tres años (que podría ampliarse doce meses más bajo ciertas circunstancias) desde la fecha de salida en el que se exige a las entidades que quieran beneficiarse del mismo, que antes de la fecha de salida, o bien soliciten la autorización relevante a la Prudential Regulation Authority (PRA) o a la Financial Conduct Auhority (FCA) dependiendo del tipo de servicios financieros que presten, o bien notifiquen su intención de solicitarla, en cuyo caso la solicitud formal deberá realizarse, en todo caso, en un plazo máximo de dos años desde la fecha de salida. La FCA/PRA comunicarán en más detalle la forma y el momento de hacerlo (permiso temporal).
Una vez tengan concedido este permiso temporal (bien porque hayan solicitado la autorización o hayan notificado que la solicitarán), las consecuencias para dichas entidades serán las siguientes:
· Serán tratadas como si estuvieran ya autorizadas en Reino Unido y la PRA/FCA tendrán sobre ellas las mismas facultades de supervisión que tienen sobre otras firmas de Reino Unido autorizadas.
· Podrán llevar a cabo exclusivamente las mismas actividades reguladas que podían realizar bajo el pasaporte antes de la fecha de salida.
· Deberán formar parte del plan de compensación financiera de Reino Unido (Financial Services Compensation Scheme) (FSCS). Las entidades que actúen en Reino unido en libre prestación de servicios no tendrán que ser miembros del FSCS salvo que abran un establecimiento permanente. Hay alguna excepción a este principio: las compañías aseguradoras europeas que, aún actuando en libre prestación de servicios sin establecimiento permanente, sí son miembros del FSCS y ciertos gestores europeos que gestionan fondos de Reino Unido que también lo son. Bajo el régimen temporal, estas entidades seguirán pagando sus cuotas al FSCS.
· Los reguladores de Reino Unido tendrán discrecionalidad para asumir que los empleados de las entidades cumplen con el régimen del Senior Managers and Certification Regime durante este periodo temporal.
· Asimismo, los reguladores de Reino Unido también tendrán discrecionalidad en este periodo para tratar las autorizaciones concedidas a entidades aseguradoras por sus reguladores de origen bajo Solvencia II como si fueran otorgadas por el regulador de Reino Unido.
Este permiso temporal terminará una vez que la entidad sea debidamente autorizada por los reguladores de Reino Unido o reciba la negativa a tal autorización.
El borrador de Reglamento llegó al Parlamento el pasado 5 de septiembre de 2018 y se espera que entre en vigor a finales de año. Como comentaba, este borrador de Reglamento se ha redactado para el caso de que no exista acuerdo entre Reino Unido y la UE; no obstante, si finalmente llegan a un acuerdo y el periodo de implementación que han negociado es efectivo, Reino Unido modificará el Reglamento para reflejar el mismo.
El Borrador de Reglamento se puede encontrar en la siguiente página web.
Tribuna de Natalia López Condado, responsable del área de Asset Management y Private Banking de Clifford Chance
Pixabay CC0 Public DomainFree-Photo. Muy atentos al potencial punto de entrada en la renta variable emergente
Intentar adelantarse al mercado (timing de mercado) se considera, con razón, una práctica poco efectiva. Sin embargo, la trayectoria que están siguiendo las divisas y los mercados presenta un punto de entrada interesante no visto desde hace años.
Desde el equipo de mercados emergentes globales (GEM) de Newton hemos identificado un punto de entrada potencialmente atractivo para los inversores basado en las divergencias que muestran los precios de los activos y las divisas de EE.UU. y los GEM.
Aunque reconocemos que intentar adelantarse al mercado no suele ser recomendable, la trayectoria de los PER, en términos de divisa local, indica que el mercado estadounidense se acerca a la sobrevaloración mientras que los mercados emergentes ofrecen una interesante oportunidad de valor tras las recientes correcciones.
Con el S&P 500 rozando un PER de 27,7 veces y el MSCI EM en 12,7 veces este año, la posición está forzada en una dirección concreta y parece que seguirá estándolo. Teniendo en cuenta que el dólar estadounidense también se está acercando a una posición forzada, creemos que el mejor enfoque consiste en aprovechar las oportunidades específicas y hacer un promedio.
Desde el punto de vista de las divisas, el discurso a favor del dólar alcanzó su punto álgido hace tres años, cuando hubiese tenido sentido apostar a la baja por el billete verde. No digo que el dólar no vaya a apreciarse más, pero hemos observado cierta debilidad entre las divisas de mercados emergentes, en algunos casos más que en otros.
Tras haber dejado atrás la manufactura y la exportación, actualmente nos decantamos por las oportunidades de crecimiento estructural en China, sobre todo en los sectores orientados al consumo nacional, la sanidad e Internet. La inversión en activos fijos viene reduciéndose desde 2009, coincidiendo con el desplome del mercado exportador chino, una tendencia exacerbada por la amenaza, cada vez más real, de una guerra comercial con EE.UU.
A medida que la manufactura y la construcción han ido perdiendo peso, creemos que la industria de servicios de consumo ofrece oportunidades mucho más interesantes que la inversión en activos fijos. En los últimos siete años, se ha producido una rotación hacia empresas tecnológicas, de Internet y financieras.
Trío de temas
La estrategia se apoya ahora mismo en tres temáticas clave, empezando por la denominada como “el planeta importa”, que se centra, por ejemplo, en los vehículos eléctricos. Este sector podría registrar rápidamente unos niveles de crecimiento elevados gracias a la fuerte presión de la regulación sobre emisiones de carbono aprobada en Europa y China, que está forzando el abandono del diésel y los motores de combustión en favor de los vehículos eléctricos, impulsa una mayor eficiencia con respecto al coste de las baterías de litio y fomenta el compromiso entre los consumidores.
La “financiarización” es otro de los temas clave de la estrategia y se relaciona con la creación de riqueza en los mercados emergentes, que continúa filtrándose al sistema financiero. El aumento de las rentas de los consumidores no solo beneficiará a sectores como el comercio electrónico y la salud, sino que una mayor confianza en el gasto inevitablemente elevará las tasas de ahorro. Cuando se alcanzan los 10.000 dólares per cápita, empiezan a despegar los sectores vinculados al ahorro, como seguros y gestión de activos.
Por otra parte, nos mantenemos reticentes respecto a los sectores sujetos al control del gobierno. En Newton, llevamos aplicando desde hace mucho tiempo el tema de la intervención estatal, según el cual evitamos estar expuestos a empresas en las que el gobierno tiene un peso demasiado relevante. El gobierno chino controla más de una quinta parte del índice y, en cuatro sectores estratégicos –comunicaciones, suministros públicos, finanzas y materias primas–, los accionistas minoritarios suelen tener un rol bastante marginal.
Los temores se han calmado
De cara al futuro, reconocemos que los bruscos movimientos son inherentes a los mercados emergentes pero el enfoque de largo plazo de nuestro equipo nos permite aprovechar esas fluctuaciones. Además, teniendo en cuenta que los emergentes mantienen ahora mismo unas cuentas corrientes sobre PIB mucho más robustas que durante el taper tantrum de 2013, estos mercados son ahora mucho menos vulnerables que en otros momentos de la historia reciente.
Aunque el porcentaje de deuda pública sobre PIB ha aumentado en la mayoría de los mercados emergentes, sigue siendo considerablemente inferior al de los mercados desarrollados. Y, pese a que los niveles de deuda privada también se han incrementado, la cifra total se ha visto influida por mercados más desarrollados como Singapur y Hong Kong. Si excluimos estos dos mercados y China, creemos que un crecimiento de la deuda privada de mercados emergentes inferior al 10% no resulta preocupante.
La proporción de deuda externa se sitúa en un punto relativamente bajo en términos históricos, lo que representa un indicador clave de la mayor resiliencia mostrada durante la crisis asiática. Por ese motivo, ahora estamos mucho más cómodos que en ocasiones anteriores con las posiciones en divisas que mantenemos en diversas áreas.
Tribuna de Rob Marshall-Lee, gestor de carteras en Newton, gestora perteneciente a BNY Mellon IM.