El dólar debería seguir perdiendo valor

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El dólar estadounidense reanudó su depreciación después de que el presidente Donald Trump anunciara que planea duplicar los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio del 25% al ​​50%. Esta decisión intensifica la guerra comercial y se produce apenas horas después de que Trump acusara a China de violar un acuerdo con EE.UU. para reducir mutuamente los aranceles y las restricciones comerciales sobre minerales críticos.

Las perspectivas a largo plazo para el dólar estadounidense se han deteriorado. Es posible que, en una etapa posterior, la formulación de políticas adopte medidas más drásticas para reducir los desequilibrios, como sugiere el artículo de Stephen Miran “Guía del usuario para la reestructuración del sistema de comercio global”. Estas podrían incluir canjes forzosos de deuda o confiscación de capital, lo que afectaría los derechos de propiedad y socavaría gravemente la función de refugio seguro de los activos estadounidenses.

Sin embargo, riesgos mayores provienen de la política fiscal, con las iniciativas de Trump prometiendo prolongar los recortes temporales de impuestos de su primer mandato y recortar aún más los impuestos corporativos, en un contexto de un déficit presupuestario abismal. Un posible escrutinio de las inversiones en activos estadounidenses, reduciendo las entradas, en particular en deuda pública estadounidense, dado el doble déficit, constituye el argumento más concreto para el debilitamiento del dólar estadounidense.

La volatilidad relacionada con las políticas probablemente seguirá siendo una característica del dólar estadounidense a corto plazo. Nuestro nuevo pronóstico para el dólar estadounidense a 12 meses, de 1,24 dólares por euro, apunta a un posible debilitamiento del dólar a largo plazo, que podría materializarse solo después del horizonte de pronóstico.

Nuestra postura negativa sobre el dólar estadounidense respalda nuestra visión positiva sobre el oro. El oro está subiendo a medida que el aumento de las tensiones geopolíticas y comerciales ha revitalizado la demanda de activos refugio. Además de reflejar la tensión comercial, los precios del lingote subieron después de que el conflicto entre Rusia y Ucrania se intensificara el fin de semana pasado.

Más allá de los riesgos geopolíticos, las tensiones comerciales y el aumento de la probabilidad de recesión, el mercado del oro ha centrado su atención últimamente en la sostenibilidad de las finanzas públicas o, dicho de otro modo, en la insostenibilidad de la deuda pública en los distintos países. El ejemplo más destacado es el debate sobre la condición del dólar y los bonos del Tesoro estadounidense como activos refugio.

Si bien no deseamos minimizar la posible importancia a largo plazo de la sostenibilidad de la deuda del oro, no la consideramos un factor impulsor del mercado a corto plazo. Mantenemos nuestra visión establecida de que los bancos centrales diversifiquen sus inversiones, dejando de lado el dólar y optando por el oro, y de que quienes buscan refugio vuelvan al mercado del oro en medio de la incertidumbre económica y política imperante.

Los retrocesos a corto plazo, reflejo del optimismo y la menor atención que se presta al mercado del oro, deberían considerarse oportunidades de compra a largo plazo.

 

Columna de opinión de Julius Baer

Incertidumbre y divergencia económica: ¿tumba u oportunidad para la gestión activa?

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La gestión pasiva ha venido ganando terreno en la última década de manera acelerada, con los inversores institucionales a la cabeza liderando la indexación de las carteras. Sin embargo, los factores que favorecieron la gestión pasiva en los últimos años han ido mutando y hoy nos encontramos ante un panorama distinto que amerita una reflexión profunda de como posicionar las carteras para los próximos años.

Los datos del auge de la gestión pasiva

Los últimos flujos son ilustrativos: en 2024 1,5 trillones de dólares se invirtieron en estrategias pasivas, con los activos bajo gestión en ETFs alcanzando los 13,8 trillones de dólares a nivel global. (1)

En parte dicha tendencia se explica por la flexibilidad, facilidad de trading y costos más bajos asociados al uso de ETFs en cartera. Sin embargo, es difícil justificar dichos flujos sin analizar los resultados de la gestión activa en los mercados más líquidos de acciones y deuda. Según el último reporte de Morningstar, al cierre de 2024, solo 43,7% de los gestores activos de acciones de alta capitalización en Estados Unidos habían batido a su índice de referencia en el último año, con 35,4% batiéndolo a tres años y un decepcionante 13,7% a diez años. Las cifras son algo mejores para los gestores de acciones globales, alrededor del 50% lo hace mejor que el índice en la última década. La gestión activa en su conjunto resulta más atractiva en los sectores de deuda corporativa con un 66% de los gestores batiendo al mercado en los últimos 12 meses.

¿Está “roto” el mercado?

Los flujos pasivos no consideran las valuaciones, las empresas con mayor capitalización en bolsa, reciben los mayores flujos, independientemente de su precio. Esto ha llevado a muchos a decir que el mercado está “roto”, es decir que se ha vuelto agnóstico a los precios y el inversor promedio esta más expuesto a cambios abruptos en el sentimiento del mercado.

Los últimos diez años han sido excepcionales desde más de un punto de vista. Si consideramos el mercado de acciones de los Estados Unidos, indudablemente el más profundo y liquido a escala mundial, la gestión activa ha rezagado a la pasiva en medio de un mercado dominado por las nuevas tecnologías. Las siete maravillosas (Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) poseen una capitalización combinada de aproximadamente 16 trillones de dólares, equivalente el producto bruto combinado de Alemania, Reino Unido, Japón e India. Esto ha llevado a un grado de concentración nunca visto – las siete empresas que representaban el 12.5% del S&P 500 en 2015, hoy constituyen más del 30% del índice. Por otra parte, las siete maravillosas han tenido un desempeño estelar multiplicando su valor en bolsa: de 2015 a fin de 2024, el S&P 500 subió un 178%, mientas que las siete magnificas combinadas subieron un 697,6% en el mismo periodo.

Este periodo coincide con un aumento sostenido de la gestión pasiva en la bolsa estadounidense. Si nos centramos en 2023, 2024, años de mayor crecimiento de las siete magnificas, los ETFs americanos captaron mas del 70% de los flujos de inversión y alcanzaron el 75% de los activos bajo gestión pasiva globales.

Para la gestión activa, caracterizada por la gestión del riesgo y el énfasis en el análisis cualitativo de las inversiones esto constituyo un entorno tóxico donde batir a los índices era casi misión imposible. Gran parte de la gestión activa se caracteriza por ‘valorar’ los activos, estimar las ganancias futuras y comprar a precios racionales. Esto explica la dificultad de la gestión activa en su conjunto en los últimos años. Los gestores activos generalmente han infra ponderado a las magníficas siete por motivos diversos dependiendo de los fondos y estilos.

Un nuevo entorno para los inversores

El desempeño de las siete magnificas ha estado sostenido en el fuerte crecimiento de sus ganancias y valoraciones. Un estudio de Man Group subraya la dificultad para estas empresas de solventar los gastos de capital que requieren para mantener su posición sin un aumento proporcional en las ganancias y márgenes. Esto indicaría una alta probabilidad de reversión a la media en los retornos, brindándole a los gestores activos una mayor chance de batir al mercado.

A nivel macro, la divergencia en política monetaria y fiscal post COVID, impacta directamente en las expectativas de inflación y tasas de interés locales. En oposición a los años precedentes a la pandemia, en la actualidad los factores domésticos han cobrado importancia permitiendo distinguir entre países. Igualmente, los países emergentes se han distanciado de los desarrollados, implementando políticas más ortodoxas y muchas veces más asertivas en el combate de la inflación. Como resultado hoy encontramos, divergencias notorias en política económica entre desarrollados y emergentes, entre emergentes en sí y dentro de los desarrollados.

La divergencia en la tasa proyectada de descuento aplicable a las inversiones (tanto acciones como deuda) impacta en las valuaciones y crea un terreno fértil para gestores enfocados en la búsqueda del valor, se crea un entorno donde la selección geográfica toma relevancia.

Adicionalmente, la tensión geopolítica y comercial ha exacerbado la incertidumbre y la volatilidad de los mercados, resaltando la importancia del análisis cualitativo de las inversiones. En un entorno donde hay claros ganadores y perdedores a nivel de país, sectores y empresas, el análisis bottom-up de las inversiones toma un rol vital y la racionalidad para el excepcionalismo americano de los últimos años pierde fuerza.

Si bien la gestión pasiva está consolidada y tiene méritos claros, la incertidumbre y divergencia en políticas a nivel global, vuelven a poner en el tapete el atractivo de centrarse en las valuaciones, analizar países y sectores en función de sus fortalezas y debilidades, capacidad de adaptación y de generar un retorno consistente para los inversores. Para esta prueba, es indudable que la gestión activa esta mejor equipada y tendrá que probar que está a la altura del desafío.

(1) Fuente: Morningstar, Global ETF Flows 2025, 31 diciembre 2024

 

Juan Reyes es el seudónimo de un profesional del sector del asset management global con más de 30 años de experiencia trabajando en los mercados internacionales, especialmente en Latinoamérica y Europa. El autor prefiere guardar el anonimato, pero es una fuente confiable y verificada por Funds Society. 

 

 

El arte de invertir: estrategias para optimizar rendimientos

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Para la gran mayoría de las personas, invertir significa obtener rendimientos, pero la concepción puede ser mucho más amplia; es una actividad que requiere determinación, recurrencia, involucra emociones y comprensión del contexto financiero. No obstante, es algo que casi todas las personas pueden hacer sin importar su nivel de ingresos o conocimiento sobre el tema; para demostrarlo quiero poner el ejemplo de dos casos citados por Morgan Housel en el libro La Psicología del Dinero.

Housel relata la historia de un conserje llamado Ronald James Read que, aunque no tenía grandes ingresos, decidió invertir una parte de su sueldo en acciones durante décadas, y cuando falleció heredó 2 millones de dólares a su familia y 6 millones al hospital y librería de su comunidad. En contraste, compara el caso de Richard Fuscone, un ejecutivo de Merrill Lynch, que incluso figuró en la revista Forbes, pero que su estrategia especulativa de inversión lo llevó a perderlo todo en la crisis financiera de 2008.

Con este ejemplo queda claro que la creencia de que necesitas mucho capital para invertir no es para nada una regla. Las inversiones pueden hacer sentido casi para cualquier persona si detrás hay una perspectiva estratégica a largo plazo y recurrente; por ello es tan importante hablar de estrategias de inversión.

Una estrategia que impulso constantemente es la inversión con propósito, la cual tiene como eje central entender que el dinero es un medio para un fin, es decir, lo importante al invertir es saber para qué, porque ello le da sentido a la inversión dentro de un marco temporal y ayuda a definir en qué instrumentos invertir.

Por ejemplo, si se desea invertir con la intención de disponer del dinero y los rendimientos en poco tiempo, no se puede apostar por algo de mucho riesgo, en su lugar lo ideal sería tenerlo en un portafolio mayoritariamente de renta fija, de bonos gubernamentales. El dinero no tendrá grandes rendimientos, pero estará muy seguro y disponible en el corto plazo.

Pero si la meta es de 30 años de inversión para planificar el momento de la jubilación o retiro, ahí sí se puede apostar por un portafolio compuesto por acciones donde, aunque se presenten bajas, el horizonte de inversión a largo plazo hace muy probable que las minusvalías se diluyan en el tiempo.

Para invertir con propósito es esencial definir objetivos que hagan sentido a tu perfil de riesgo, a la realidad familiar e incluso al contexto laboral, etc. Hay que recordar que el plan financiero diseñado bajo la metodología de invertir con propósito no es estático, las personas cambiamos y los objetivos también pueden cambiar, por ello los portafolios de inversión se pueden ajustar de la mano de un asesor financiero.

No obstante, en todo caso la clave será la recurrencia. Insistir en una inversión a largo plazo nunca es ocioso, ya que la evidencia estadística habla por sí sola: Fidelity, una empresa estadounidense especializada en gestión de activos realizó un análisis en 2023 para entender las circunstancias de sus clientes con los mejores rendimientos y encontró lo siguiente: Los mejores rendimientos provenían de cuentas que no se habían movido en mucho tiempo, y eran de personas que habían olvidado que tenían la cuenta y de personas que habían fallecido. Así, de manera no planeada, dejar el dinero trabajar en un periodo de tiempo largo resultó la mejor estrategia para tener éxito.

Ahora bien, en muchos casos es necesario tener una estrategia activa, y para ilustrar esto el mejor referente es Warren Buffett, director ejecutivo de Berkshire Hathaway, quien lleva muchas décadas invirtiendo bajo una filosofía conocida como inversión en valor, que busca apostar por acciones cuando se encuentran en un precio bajo en comparación con su valor intrínseco.

Básicamente, la estrategia de Buffett se basa en encontrar empresas subvaluadas, no muy riesgosas y apuesta por ellas por largo tiempo. Siguiendo estos principios, Buffett ha logrado mantener márgenes superiores a los del índice S&P 500 en Estados Unidos.

Finalmente, una recomendación general para los inversionistas sería tener un portafolio en función de sus diferentes propósitos. Por ejemplo, un portafolio para necesidades inmediatas, uno para un fondo de emergencia, otro que se componga de una estrategia balanceada entre deuda y acciones, uno más enfocado solo en acciones con una visión a largo plazo y uno que atienda objetivos de acuerdo con diferentes temporalidades.

 

Columna de Samuel Montañez, experto en finanzas personales de GBM

Ansiedad y volatilidad

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Intensamente 2, la exitosa película de Pixar que rompió récords de taquilla en 2024, nos presenta a una adolescente enfrentando nuevas emociones a sus 13 años, destacando especialmente la ansiedad. Esta temática la podemos ver reflejada hoy en el impacto de la incertidumbre en los mercados y en el comportamiento de los inversionistas.

En 2025, la volatilidad de los mercados globales ha alcanzado niveles extremos, impulsada principalmente por las políticas arancelarias cambiantes del presidente Donald Trump en Estados Unidos. Las tarifas anunciadas y luego postergadas han generado un ambiente de incertidumbre que ha disparado la volatilidad tanto en acciones como en renta fija. Economistas, gestoras y bancos de inversión han visto un incremento significativo de las probabilidades de una recesión global, reflejando el impacto de estas políticas erráticas en los mercados.

El comportamiento de consumidores e inversionistas no ha sido inmune a esta incertidumbre. Muchos estadounidenses, por ejemplo, se apresuraron a comprar el último iPhone ante el temor de alzas en los precios debido a los nuevos aranceles, solo para descubrir días después que las concesiones anunciadas evitarían incrementos significativos. Por su parte, los inversionistas han elevado los volúmenes de transacción bursátil, y empresas como las «Magnificent 7» (Meta, Google, Tesla, NVIDIA, Apple, Microsoft y Amazon), que parecían imparables en años recientes, han registrado pérdidas significativas en este 2025.

En este contexto, planificar el futuro se vuelve un desafío monumental. La certidumbre, tan valorada por inversionistas y el mercado, parece un lujo inalcanzable estos días. Aquellos acostumbrados a mercados con altos retornos e inusual volatilidad los años pasados han experimentado una ansiedad inusual este año.

Aquí es donde Intensamente 2 nos ofrece una lección valiosa. Sin revelar detalles para quienes aún no han visto la película, el mensaje central subraya la importancia del equilibrio emocional para mantener la salud mental. Como adultos, solemos decir que debemos aprender de los niños, pero también podemos aprender de los consejos que damos a nuestros adolescentes: no dejarnos llevar por las emociones, especialmente la ansiedad, al tomar decisiones de inversión importantes.

En el mundo de las inversiones, esto se traduce en planificar cuidadosamente, equilibrar riesgos y oportunidades, y construir portafolios diversificados. Este enfoque no sólo puede ser un antídoto contra la ansiedad, sino también una estrategia sólida para navegar en tiempos de incertidumbre.

 

Sobre el autor: Hugo Aravena es residente de CFA Society Chile

Julius Baer anuncia previsiones para Estados Unidos a la baja

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Las erráticas políticas estadounidenses en materia de aranceles, política fiscal y cambios de incentivos han dejado huella en los primeros resultados de las encuestas industriales estadounidenses. Las oficinas de la Fed de Filadelfia, Nueva York y Richmond coincidieron en reportar fuertes caídas en la actividad empresarial, los planes de negocio, las intenciones de inversión y las intenciones de contratación. Los resultados de la encuesta alcanzaron niveles normalmente asociados con las recesiones.

Dado que la economía y las empresas estadounidenses enfrentan muy pocos desequilibrios internos que justifiquen una interrupción de la contratación y la inversión, la creciente probabilidad de estancamiento económico en Estados Unidos se debe enteramente a la fuerza exógena de una política económica errática y restrictiva con aranceles arbitrarios, disrupciones en el gasto público, cambios de incentivos y una postura fiscal insostenible.

Elevamos la probabilidad de un estancamiento económico prolongado en los próximos meses, que cumple los criterios de una recesión, al 50%. Los aranceles mucho más altos sobre las importaciones estadounidenses aumentan no solo los riesgos de recesión, sino también las expectativas de inflación y la incertidumbre en ese país. Esto diferencia la crisis económica en desarrollo de las recesiones convencionales, que tienden a ser de naturaleza deflacionaria, creando un resultado de estanflación con un crecimiento desalentador y una inflación elevada.

El escenario mencionado limita la capacidad de la Reserva Federal (Fed) para responder a un menor crecimiento mediante recortes rápidos y drásticos de las tasas de interés. Prevemos que la Fed retrase su respuesta a una actividad económica más débil para evitar un mayor aumento de la inflación y las expectativas de inflación. Solo cuando la debilidad de la actividad comience a repercutir en el mercado laboral estadounidense, impulsando el desempleo, la Fed comenzará a recortar las tasas de interés, y lo hará de forma agresiva. Anticipamos que la Fed recorte las tasas en 50 puntos básicos en las reuniones del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de julio y septiembre.

Mientras tanto, Europa cuenta con amplia capacidad para contrarrestar los riesgos para el crecimiento, ya que conlleva una inflación y expectativas de inflación más bajas. Vemos un aumento del gasto público y una flexibilización de la política monetaria en Europa. El Banco Central Europeo (BCE) ya ha recortado sus tasas de interés clave en siete ocasiones, un total de 175 puntos básicos, y en su última reunión señaló que está preparado para abordar el riesgo emergente para el crecimiento con una respuesta monetaria adecuada. Interpretamos la declaración del BCE como una disposición a avanzar hacia una política monetaria expansiva y ajustan su previsión a al menos tres recortes adicionales de tasas de 25 puntos básicos cada uno en las próximas reuniones, lo que reduciría la tasa de interés clave al 1,5 % para septiembre de este año.

Es probable que la ventaja del dólar estadounidense en las tasas de interés se reduzca antes de lo previsto. Si bien la incertidumbre generada por los anuncios arancelarios parece haber alcanzado su máximo, lo que ofrece la posibilidad de noticias positivas sobre nuevas prórrogas o acuerdos comerciales, la caída de las tasas de interés en Estados Unidos, sumada a la incertidumbre persistente y la confianza empañada en el dólar, probablemente mantendrá al dólar más cerca de sus niveles actuales. Por lo tanto, tenemos un pronóstico a tres meses para el EUR/USD de en 1,15, similar a nuestro pronóstico a 12 meses. Esto quiere decir que la debilidad del dólar probablemente permanezca más de lo que el mercado había descontado.

 

Sobre el autor: Esteban Polidura, Especialista Global de Inversiones, Julius Baer

 

 

¿Comprar una Trump Gold Card? La propuesta por 5 millones de dólares que podría cambiar la migración de élite

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Pexels (Natasha Chebanoo)

Una nueva propuesta migratoria desde Estados Unidos ha captado la atención del ecosistema global de inversión por residencia: la denominada «Trump Gold Card», que ofrecería residencia permanente a cambio de una inversión de 5 millones de dólares. Aunque no se trata aún de una medida oficial ni legislada, la iniciativa ya ha despertado un intenso debate en círculos especializados.

¿Qué plantea la Trump Gold Card?

Según declaraciones del Secretario de Comercio, Howard Lutnick, la propuesta permitiría a inversionistas extranjeros obtener una Green Card mediante una inversión directa, sin la obligación de crear empleos ni participar activamente en un negocio. Lutnick mencionó que, en tan solo un día, se generaron compromisos de inversión por 5.000 millones de dólares procedentes de 1.000 inversores interesados.

Incluso se habla del desarrollo de una plataforma digital de solicitudes, posiblemente impulsada en colaboración con Elon Musk.
No obstante, la propuesta aún requiere aprobación legislativa y regulatoria antes de convertirse en realidad.

Beneficios propuestos de la Trump Gold Card:

  • Residencia permanente en Estados Unidos.
  • Exención de la obligación de crear empleos.
  • Tributación territorial (pendiente de confirmación).
  • Posibilidad de solicitar ciudadanía estadounidense tras el periodo requerido.

Comparativa con el programa EB-5: ¿Inversión o compra?

El conocido programa EB-5, vigente desde 1990, exige una inversión de 800.000 dólares (a través de centros regionales) o 1.050.000 de dólares (inversión directa), además de la creación de al menos 10 empleos a tiempo completo.
La diferencia esencial es que la Trump Gold Card se plantea como una «compra directa» de residencia, sin los requisitos empresariales y de empleo que caracterizan al EB-5.

¿Cómo se posiciona esta propuesta en el contexto global?

La «Trump Gold Card» no surge en el vacío. Existen ya programas de residencia y ciudadanía por inversión (RCBI) con umbrales aún más altos en mercados como Austria, Singapur o Hong Kong:

Análisis estratégico: migración e imagen internacional

Desde mi perspectiva como asesora internacional en programas de inversión migratoria, considero que la propuesta no es escandalosa en su contenido, sino en su presentación pública.

Comparada con programas ya existentes en Austria o Singapur —mucho más costosos y estructurados—, la diferencia radica en el estilo. Mientras otras jurisdicciones mantienen discreción y rigor institucional, el enfoque comunicacional de Trump privilegia el espectáculo.

Esta estrategia, aunque efectiva para captar titulares y fondos, corre el riesgo de politizar una herramienta migratoria que, tradicionalmente, ha sido gestionada con prudencia y estrategia geopolítica.

En el mundo de la migración por inversión, la forma en que se comunica un programa también define su legitimidad y percepción internacional.

La «Trump Gold Card», aunque todavía en fase conceptual, representa un cambio de narrativa en el universo de movilidad global para altos patrimonios. Estados Unidos, con su posible entrada formal a este espacio, podría redefinir las reglas del juego, no por el monto de inversión, sino por el impacto simbólico de su política migratoria.

Para los inversionistas globales, este nuevo escenario demandará no solo capital, sino también visión estratégica, asesoría especializada y comprensión profunda del mapa migratorio internacional. Porque en el mundo actual, la movilidad es el nuevo poder.

La autora: Juliana Cloutier es experta en migración por inversión y fundadora de Alta Invest Advisory. Con más de 17 años de experiencia internacional y formación en banca privada en HSBC (Estados Unidos, Singapur, Reino Unido y Canada), asesora a individuos y familias de alto patrimonio en estrategias de movilidad global y planificación patrimonial. Es miembro activo del Investment Migration Council (IMC) y de Invest in the USA (IIUSA).

(5) JULIANA CLOUTIER | LinkedIn

 

El poder de la diversificación para las carteras de renta variable mundial

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Seguimos viendo empresas resistentes, generadoras de ingresos, con sólidos fundamentos y potencial de crecimiento a largo plazo. Durante más de una década, la renta variable estadounidense ha dominado los rendimientos, impulsada por un panorama posterior a la crisis financiera definido por unos tipos de interés ultrabajos, la relajación cuantitativa y un dólar estadounidense en alza. Pero en 2025, la pregunta más relevante es: ¿hacia dónde vamos a partir de aquí, y cómo puede la diversificación global mejorar los ingresos y mitigar el riesgo en un mundo volátil?

Replanteamiento de la exposición fuera de EE.UU.

Aunque la rentabilidad superior de EE.UU. está bien documentada, se debió principalmente a los vientos de cola de la política monetaria y al predominio de sectores de crecimiento como la tecnología. Por el contrario, muchos mercados no estadounidenses -especialmente Europa y Japón- se enfrentaron a obstáculos estructurales como los tipos de interés negativos y una mayor exposición al sector financiero. Sin embargo, la narrativa está cambiando. Con la normalización de los tipos, hemos visto cómo el crecimiento de los beneficios fuera de EE.UU. se ponía al día y, en el caso de Japón, incluso superaba al de EE.UU. en términos de USD.

Los precios de las acciones siguen en última instancia los beneficios, y los datos recientes de Goldman Sachs muestran que desde enero de 2022 hasta febrero de 2025, los bancos europeos superaron a los «7 magníficos» estadounidenses, impulsados por unos beneficios sólidos. Esto nos dice que la oportunidad en el extranjero no es simplemente un juego de valoración; se trata de un crecimiento real y tangible de los beneficios. En un mundo en el que los ingresos y el rendimiento importan más que nunca, estas tendencias son cada vez más importantes.

Ingresos diversificados, carteras resistentes

La verdadera diversificación no consiste únicamente en poseer diferentes geografías, sino en acceder a diferentes flujos de ingresos. En la construcción de nuestra cartera, nos centramos en empresas con alcance mundial y flujos de caja diversificados. Europa es un ejemplo perfecto: más de la mitad de los ingresos de las empresas europeas proceden de fuera del continente. Los inversores suelen pensar en la renta variable europea como un juego en las economías locales, pero ofrece exposición a la demanda mundial con valoraciones a menudo más atractivas que sus homólogas estadounidenses.

La diversificación nunca ha sido tan importante. Con el aumento de las tensiones geopolíticas, las interrupciones del comercio y los cambios en las expectativas de crecimiento, la exposición concentrada en un solo mercado -especialmente en uno tan bien valorado como el estadounidense- puede aumentar el riesgo. Los mercados no estadounidenses ofrecen acceso a empresas de calidad con presencia mundial y flujos de ingresos no correlacionados con los ciclos nacionales.

La sanidad europea en el punto de mira: Innovación con ingresos

Una de las oportunidades más atractivas que vemos es la sanidad europea. Este sector se sitúa en la intersección de la innovación y la resistencia. La sanidad representa aproximadamente 10 billones de dólares anuales de gasto mundial y el 10% del PIB mundial, sustentado por una demanda no discrecional y tendencias estructurales a largo plazo. Las empresas sanitarias europeas están a la vanguardia de la innovación mundial, desarrollando tratamientos de última generación para enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las afecciones cardiovasculares.
Estas empresas ofrecen sólidos perfiles de dividendos y estabilidad del flujo de caja, y están alineadas con motores de crecimiento seculares como el envejecimiento de la población y la creciente concienciación sanitaria mundial. Por ejemplo, los fármacos GLP-1 -inicialmente para la diabetes- están revolucionando ahora el tratamiento de la obesidad, uno de los problemas de salud más acuciantes a escala mundial.

Posicionamiento para el próximo ciclo

A medida que nos adentramos en un entorno de tipos más normalizado, los argumentos a favor de la diversificación mundial -especialmente en las carteras de renta variable- nunca han sido tan sólidos. La evolución del panorama de rentabilidad, las atractivas valoraciones y las poderosas tendencias estructurales fuera de EE.UU. constituyen un argumento convincente para asignar el capital a escala mundial. Al identificar empresas de alta calidad, generadoras de rentas y con exposición global -especialmente en sectores como la sanidad-, los inversores pueden construir carteras resistentes y posicionadas para el crecimiento a largo plazo.

Tribuna de opinión escrita por Matt Burdett, Head of Equities, Thornburg

 

La necesidad de desbloquear el verdadero impacto sostenible: el elemento humano

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¿Y si el catalizador más poderoso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se esconde en la tecnología ni en las fuentes de financiación, sino en nosotros mismos? ¿Y si nuestra mente, nuestra forma de pensar, conectar y sentirnos empoderados para transformar la intención en acción, fuera el puente que falta entre los objetivos ambiciosos y el impacto transformador?

Vivimos en una era de innovación transformadora y movilización de capital, donde herramientas sofisticadas y estrategias de inversión abordan nuestros desafíos globales más urgentes. Sin embargo, el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 sigue frustrantemente obstaculizado, ya que las soluciones propuestas se ven enredadas en los ciclos políticos de todo el mundo.

Entre los muchos factores que probablemente contribuyen a esta desconexión, uno se pasa por alto dolorosamente: en el corazón de la sostenibilidad residen las personas. Los seres humanos son el corazón palpitante de las soluciones duraderas. Cuando descuidamos la dimensión humana, sacrificamos nuestra mayor influencia para un cambio significativo. Consideremos esta provocativa pregunta: ¿En qué medida una evaluación promedio de factores ESG o de riesgo climático aborda eficazmente el desarrollo interno y la psicología del cambio transformador? Si su evaluación no logra captar estos aspectos de forma significativa, podría estar pasando por alto el catalizador más poderoso para el cambio sistémico a su disposición.

En In|Flow, reconocemos que cerrar la brecha entre las buenas intenciones y los resultados transformadores requiere una introspección tanto como la evaluación de las externalidades materiales. La transformación sostenible no se basa únicamente en la mitigación y las soluciones de riesgos externos, sino en la interacción dinámica de ambos. Esta convicción guía nuestra integración de los Objetivos de Desarrollo Interno (ODI) y la Teoría Integral en nuestro marco de asesoramiento en sostenibilidad e inversión de impacto. Tanto el marco de los ODI como la Teoría Integral afirman que el cambio sostenible requiere cultivar la conciencia interna junto con la acción externa. La Teoría Integral aboga por una amplia gama de enfoques y apoya la transición hacia un enfoque matizado pero holístico. Los ODI son un aliado menos conocido, pero potente, de los ODS de la ONU. Describen las fortalezas internas que necesitamos desarrollar, tanto individual como colectivamente, para abordar eficazmente los desafíos de sostenibilidad de nuestro tiempo.

Las cinco dimensiones del desarrollo interior

El marco de los Objetivos de Desarrollo Interior* se basa en fundamentos científicos y se organiza en torno a cinco dimensiones transformadoras:

Ser (relación consigo mismo): integridad, autenticidad, apertura, autoconciencia y una mentalidad de aprendizaje que cultivan la presencia y el crecimiento personal.

Pensar (habilidades cognitivas): enfatiza la importancia de habilidades cognitivas como el pensamiento crítico, la conciencia de la complejidad y la búsqueda de sentido, lo que facilita una visión a largo plazo y una perspectiva más amplia.

Relacionarse (cuidar a los demás y al mundo): fomentar una profunda empatía, una conexión auténtica y un cuidado compasivo.

Colaborar (habilidades sociales): colaborar eficazmente y comunicarse de forma inclusiva para impulsar un cambio significativo en diversos contextos.

Actuar (favorecer el cambio): la valentía, la creatividad, el optimismo y la perseverancia son las fuerzas impulsoras que impulsan un cambio significativo.

Reimaginar el capital

Los Objetivos de Desarrollo Interior no son habilidades blandas periféricas, como a menudo se intuye. Constituyen capacidades estratégicas fundamentales que moldean la visión de los líderes, la sinergia entre equipos, el florecimiento de las alianzas y, en última instancia, la capacidad de las organizaciones para impulsar la transformación sostenible a gran escala. Es la base innegociable para lograr resultados reales y medibles.

Abordar el cambio climático y la desigualdad profundamente arraigada requiere más que una evaluación de riesgos ESG o el etiquetado de los instrumentos financieros de destino de los fondos. Requiere un profundo cambio de conciencia, una revolución en la forma en que percibimos, conectamos, creamos y expresamos nuestros valores al mundo. Así como las carteras financieras se benefician de la diversificación, debemos ampliar nuestra noción del capital. Solemos asociar el capital con el dinero o los activos financieros, pero en realidad, el capital impregna nuestras relaciones, inteligencia emocional, conocimiento, redes sociales e incluso nuestro sentido de propósito y significado. Cuando invertimos en el desarrollo de estas cualidades humanas (nuestras capacidades y potencial interno), construimos una de las formas de capital más esenciales y poderosas.

El camino por delante

Este artículo marca el inicio de una exploración más amplia. En próximos artículos, profundizaremos en cómo las perspectivas psicológicas pueden ayudar a superar las brechas críticas en las iniciativas de sostenibilidad. Al fomentar tanto el desarrollo interno como la acción externa, podemos crear soluciones que no solo sean sostenibles, sino también verdaderamente transformadoras y enriquecedoras.

¿Estás listo para liberar todo el potencial a tu disposición? ¿Estás listo para explorar las capacidades internas que pueden amplificar tu impacto en el mundo?

Te invitamos a unirte a nosotros en este replanteamiento transformador. En In|Flow, nos comprometemos a colaborar con visionarios que reconocen que liberar el potencial humano es una de las… Los catalizadores más poderosos para el cambio planetario.

Juntos, podemos acortar la distancia entre tu realidad actual y tu potencial para generar un impacto significativo. Al integrar los enfoques tradicionales de sostenibilidad e inversión de impacto con un desarrollo centrado en las personas, creamos las condiciones para un cambio duradero y significativo.

*https://innerdevelopmentgoals.org/framework/

  

Autoras: Therese Jahre, directora de Capital Relacional, y Constance de Wavrin, fundadora y directora ejecutiva de In|Flow

Los capitales argentinos ya tienen el ticket de vuelta

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Pexels (Torsten Dettlaff)

Los 12.000 millones de dólares ya desembolsados por el FMI en 2025, más otros 3.000 durante 2025, más otros 6.100 millones prometidos por organismos multilaterales y nuevas rondas de “repos con bancos internacionales”, no son señales de confianza genuina en la economía real argentina, sino el combustible que busca garantizar una salida ordenada de capitales en el momento en que los inversores decidan cerrar posiciones.

El plazo mínimo de 180 días para mantener las nuevas inversiones no es más que una pillería para despistados. La arquitectura financiera está diseñada para que las utilidades en dólares ganadas en 2024 y el primer trimestre de 2025 puedan ser giradas al exterior sin fricciones. Como en otras oportunidades, los dólares que ingresan no lo hacen para financiar desarrollo productivo, sino para asegurar liquidez ante una eventual estampida antes de las elecciones.

Mientras el mercado festeja el “nuevo régimen cambiario” anunciado por el gobierno argentino y los grandes bancos de inversión lo celebran como un paso hacia la “normalización”, detrás del humo técnico y las frases elegantes se esconde una jugada conocida. Una jugada que ya vimos demasiadas veces. En lugar de un cambio estructural, lo que se ha puesto en marcha es una estrategia de carry trade con esteroides: dólares prestados para sostener un tipo de cambio intervenido, tasas altas en pesos para retener capitales especulativos y la ilusión de una apertura que no es tal.

El corazón de la operación está a la vista. El FMI ya desembolsó 12.000 millones de dólares, con otros 3.000 millones comprometidos para junio y noviembre, y los aportes esperados por parte de organismos multilaterales. Como si eso no alcanzara, el BCRA negocia ampliar la línea de repos con bancos internacionales por 2.000 millones de dólares. Todo esto en un contexto en que las reservas netas internacionales negativas estaban en (-10.400 millones de dólares), y donde las reservas brutas apenas alcanzaban el 15% del estándar ARA del FMI. Es decir, sin esta lluvia de dólares prestados, el sistema simplemente no se sostenía más.

La pregunta no es si esta jugada estabiliza el sistema cambiario, sino para quién estabiliza. Porque mientras se promete liberalización, se mantiene el control de capitales; mientras se habla de flotación, se fija una banda rígida entre 1.000 y 1.400 pesos, con deslizamiento del 1% mensual. Se relajan las restricciones… pero sólo para distraer que los flujos financieros que entren hoy tengan garantizada su salida en 180 días. Nadie va a jugar apostando a salir luego de las elecciones, sino antes. Y ahí está la trampa; no se está preparando una economía para crecer, se está preparando el escenario para que se puedan fugar –de forma ordenada y rentable– las ganancias financieras de todo el año 2024 y el primer trimestre de 2025.

Banda cambiaria: un cepo elegante

La instauración de una banda cambiaria entre los 1.000 y 1.400 pesos por dólar, con deslizamiento mensual del 1%, se presenta como un paso hacia la flotación. Sin embargo, no debe confundirse la flexibilidad con liberalización. El cepo sigue vigente, y el BCRA mantiene el control férreo sobre la canalización de divisas y las reglas de juego. Lo que se busca no es eliminar restricciones, sino garantizar un entorno de previsibilidad para quienes especularon y especulan unos meses más en pesos, pero planifican fugar capital y ganancias en dólares.

Impacto macroeconómico: desaceleración, déficit y riesgo social

El “éxito” del esquema depende de la llegada continua de dólares prestados, de una apreciación cambiaria controlada y de una tasa de interés lo suficientemente alta como para sostener el “carry trade”. Pero esta combinación es recesiva, desacelera el crecimiento, reduce la recaudación y amplía el déficit financiero. Para compensarlo, la única vía será un mayor ajuste sobre el gasto público primario.

Esto plantea un dilema peligroso: cuanto más profundo sea el recorte del gasto público, mayor será el riesgo de conflictividad social. El gobierno, en lugar de construir una estrategia de estabilización sostenible, está simplemente “pateando la pelota hacia adelante” para llegar en pie a las elecciones. La experiencia argentina nos recuerda que esta dinámica es frágil. En 2001, el experimento de la convertibilidad terminó colapsando poco después de la derrota electoral del oficialismo en octubre, con las legislativas de medio termino.

No estamos frente a un cambio de sistema, sino frente a una sofisticación del viejo modelo de valorización financiera, sostenido por deuda externa y represión cambiaria. El entusiasmo del mercado no puede confundirse con sustentabilidad macroeconómica. Mientras tanto, la sociedad argentina sigue siendo llamada a pagar el costo de un modelo que privilegia la ganancia financiera de corto plazo por sobre la estabilidad estructural de largo plazo.

Este no es un “régimen de flotación administrada”, es una puesta en escena para contener el tipo de cambio hasta que los grandes jugadores decidan salir. Y cuando eso ocurra, los dólares ya estarán listos. No son reservas genuinas: son préstamos que transforman al Estado en garante de una fiesta financiera. El verdadero objetivo es claro: asegurar la repatriación de dividendos, cancelar deuda intraempresa y liberar la salida de capitales que, más temprano que tarde, buscarán la puerta.

Argentina no está haciendo un cambio de régimen. Está haciendo tiempo. Está comprando oxígeno para llegar a las elecciones. Pero como en 2001, cuando De la Rúa y Machinea intentaron sostener la convertibilidad con el “Blindaje”, la lógica política es más fuerte que la económica. Ya conocemos este final. Primero, se va la confianza; después, los dólares; y, finalmente, el ministro.

El costo social es el elefante en la sala. Para que esta ingeniería funcione, hay que seguir ajustando el gasto primario en un año de elecciones. ¿Cuánto más se puede recortar sin que estalle el conflicto? ¿Qué ocurre cuando el ajuste toca los huesos de la sociedad real? ¿Y qué pasará cuando los que hoy celebran estas medidas empiecen a liquidar posiciones?

El régimen no cambió. Cambiaron las palabras, los cuadros de Excel y el traje con el que se viste la próxima fuga de capitales.

Columna de opinión de Pablo Tigani, director de Fundación Esperanza. Profesor de Posgrado en UBA y universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política.

La era de la medicina 3.0 y la democratización de la salud

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Medicina 3.0 y democratización de la salud
Pixabay CC0 Public Domain

En su libro Outlive, Dr. Peter Attia define la Medicina 1.0 como la era anterior al método científico, en la que las prácticas médicas eran sólo marginalmente más avanzadas que las conjeturas primitivas. Piense: sangrías y amuletos en la Edad Media como cura para la peste bubónica. Buena suerte.

La medicina 2.0 es lo que surgió en el siglo XVII con el desarrollo del método científico, la teoría de los gérmenes y los ensayos controlados aleatorios. La Medicina 2.0 es lo que experimentamos hoy cuando vamos al médico de cabecera y, para la mayoría de los que estamos leyendo esto, la Medicina 2.0 es lo que ha definido nuestra experiencia de la atención sanitaria desde que nacimos.

Pero a pesar de los avances significativos de la Medicina 1.0 a la 2.0, Attia sostiene que el sistema actual ha alcanzado sus límites. Reflexionando sobre sus primeros años como médico, señala: “El problema es que tratábamos a ambos tipos de pacientes, víctimas de traumatismos y enfermos crónicos, con el mismo guion básico: nuestro trabajo consistía en evitar que el paciente muriera, pasara lo que pasara”.

En su libro, Attia se centra en un problema concreto. Por un lado, vivimos mucho más tiempo que antes (medicina preventiva) mientras que, por otro, estamos cada vez más plagados de enfermedades neuro degenerativas crónicas como el Alzheimer y cardiovasculares como los accidentes cerebrovasculares. Mensaje clave: sobrevivimos más que nunca, pero nuestra calidad de vida en la tercera edad sigue igual o incluso ha empeorado. Este gráfico ilustra perfectamente el mensaje.

Esperanza de vida vs esperanza de vida saludable en Medicina 2.0 vs Medicina 3.0

 

Fuente: Outlive, Dr. Peter Attia

 

Es importante comprender las limitaciones de la Medicina 2.0 y, por tanto, del sistema de salud institucionalizado actual. La verdad es que existe un gran desfase entre lo que los médicos de cabecera han aprendido durante su formación (que en algunos casos podría haber sido hace décadas) y la vanguardia de la medicina hoy en día. Por ejemplo, a la mayoría de los médicos nunca se les ha enseñado formalmente el papel del sueño, el ejercicio y la nutrición en la prevención de problemas de salud. Esto es realmente desafortunado ya que estudios recientes han demostrado que estos se encuentran entre los principales determinantes absolutos de nuestro estado general de salud y la longevidad.

Aquí es donde entra en juego la Medicina 3.0. En esencia, la Medicina 3.0 es la siguiente fase de la evolución de la asistencia sanitaria: esta vez se hace hincapié en la medicina preventiva, personalizada y participativa. Como explica Attia, “la diferencia clave entre la Medicina 2.0 y la 3.0 tiene que ver con cómo y cuándo aplicamos nuestras tácticas. Normalmente, la medicina 2.0 interviene sólo cuando algo va mal de forma aguda, como una infección o un hueso roto, con soluciones a corto plazo para el problema inmediato. En la medicina 3.0, nuestras tácticas deben estar imbricadas en nuestra vida cotidiana. Las comemos, respiramos y dormimos, literalmente”. La medicina 3.0 se logra mediante una combinación de atención sanitaria preventiva (detección e intervención tempranas), así como medicina de precisión y toma de decisiones basada en datos (salud digital, IA y biomarcadores). “En resumen, la medicina 3.0 pone mucho más énfasis en la prevención que en el tratamiento… y considera al paciente como un individuo único”.

Del 2.0 al 3.0

Pasar de la 2.0 a la 3.0 significa, por definición, que cada persona tomará el control de su propia salud. A primera vista, esto puede asustar un poco. Otra forma de verlo es la democratización (o descentralización) de la asistencia sanitaria, que quizá suene un poco más atractiva. Este proceso de mayor responsabilidad por parte de las personas para sus propios resultados sanitarios sólo es posible ahora gracias a una confluencia de factores que, juntos, han hecho que la Medicina 3.0 sea por fin viable.

El primer pilar es la educación: libros como Outlive, del Dr. Peter Attia, adoptan un enfoque basado en los primeros principios de la salud y bienestar y empaquetan la ciencia de vanguardia en bocados digeribles que pueden ser consumidos (y puestos en práctica) por cualquier persona de la calle. 

Del mismo modo, la proliferación de “influyentes de la salud y el bienestar” como Dr. Andrew Huberman (profesor asociado de neurobiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford) logra el mismo objetivo, pero a través del audio. Dr. Huberman produce un podcast semanal sobre un tema determinado relacionado con la salud, desde la higiene dental hasta cómo aprovechar la dopamina para superar la procrastinación. Muy recomendable.

Un segundo componente importante es la aparición de dispositivos sanitarios y pruebas de diagnóstico caseras. Uno de ellos es el anillo Oura, que recoge continuamente datos de más de 20 parámetros biométricos. Está diseñado para que parezca y se lleve como un anillo normal, pero lo mide todo: patrones de sueño, salud cardiovascular, temperatura corporal e indicadores de estrés. Mediante la recopilación de los datos del usuario, la aplicación Oura proporciona información y recomendaciones personalizadas para el usuario. Está claro que hay mercado para esto: Oura acaba de recaudar 200 millones de dólares con una valoración de 5.200 millones.

Pero la realidad es que para muchos de nosotros la medicina 2.0 seguirá dominando nuestras vidas durante algún tiempo. Y es importante señalar que la medicina 3.0 no es una condena total de la medicina institucionalizada. Por mi parte desde luego sé que, si me rompo la muñeca o tengo palpitaciones, lo primero a lo que acudiría sería a mi médico de cabecera, no a Spotify ni a mi estantería…

Tribuna de Faris Hamadeh, asesor en impacto en Portocolom AV.