El impacto de lo “verde”

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El impacto de lo “verde”
Pixabay CC0 Public DomainJeonsango. El impacto de lo “verde”

Los bonos verdes siguen siendo objeto de un gran debate, pero ahora las oportunidades permiten que los inversores se muestren más activos que nunca. Aunque el mercado de los bonos verdes ya cuenta con más de 10 años de existencia, sigue generando un gran debate. Algunas de las preguntas están totalmente justificadas, mientras que otras parece que ya han encontrado respuesta.

Este es el caso de la definición de los bonos verdes y, de un modo más amplio, qué es lo que define a un proyecto o empresa “verde”. Como cabía esperar, actualmente se está creando una definición de carácter normativo. Se espera que la definición final se acerque mucho a las prácticas actuales de los mercados, es decir, que incluya los productos que cumplan los principios de los bonos verdes y que se consideren elegibles basándose en una clasificación relativamente consensuada similar a las existentes en la actualidad.

La nueva definición normativa dará respuesta a varias preguntas y debería, por encima de cualquier otra consideración, abrir nuevas oportunidades de desarrollo en este mercado. En primer lugar, habrá oportunidades para los inversores, que verán cómo las posibilidades de asignación de sus inversiones se amplían para incluir las soluciones verdes. En segundo lugar, las autoridades tendrán un instrumento financiero claramente definido a su disposición, que podrán asociar a los mecanismos diseñados para incentivar a los emisores.

Por último, y lo más importante, será más fácil para los emisores identificar proyectos adecuados para una financiación de naturaleza ecológica. Esto ayudará a las empresas y, de forma más específica, a los grupos industriales, que se muestran menos activos en este sentido. Esto les permitirá acceder a este mercado de un modo más sencillo, sin el miedo a una reacción negativa debido a la selección de un proyecto sin el consenso del mercado. Debido al gran impacto medioambiental de las industrias en general, esto permitirá dar un paso clave hacia el cumplimiento del objetivo de que la temperatura del planeta no suba otros dos grados centígrados.

Este punto genera preguntas: ¿qué emisores estarán legitimados para utilizar el mercado de bonos verdes para obtener financiación? ¿Hay industrias o sectores que quedarán excluidos de forma automática? ¿Solo las empresas con los mejores historiales medioambientales podrán emitir bonos verdes?

Si el objetivo es recompensar las mejores prácticas, sí, no hay duda de que se dará esta situación. Sin embargo, si el objetivo es promover una transición hacia modelos con menos emisiones de carbono, el acceso a este mercado debería estar abierto al mayor número posible de emisores. Aunque el acceso no se debe otorgar a cualquier precio o sin condiciones, si una empresa con una fuerte huella medioambiental se está esforzando por seguir una estrategia de transición creíble y ambiciosa para reducir su impacto ambiental debe recibir ánimos y apoyo.

Tener fe en una empresa que muestra este tipo de ambición no es diferente a aceptar la palabra de un equipo de dirección en relación con su trabajo en términos de crecimiento de ingresos, desapalancamiento u objetivos de mejora de márgenes. La observación a lo largo del tiempo permitirá distinguir a los emisores fiables de aquellos que no lo son. La exclusión automática de una serie de industrias en función de su impacto negativo actual, sin aceptar que pueden ser capaces de reducir de forma significativa dicho impacto, elimina cualquier posibilidad de transición hacia una economía con menores emisiones de carbono.

Medir el impacto medioambiental es otra área clave que se debe desarrollar partiendo prácticamente de cero. Afirmar que una inversión determinada tendrá un impacto positivo en la transición energética y climática no es suficiente. El impacto se debe demostrar, o mejor aún, cuantificar. Aunque existe un amplio consenso acerca de los indicadores más relevantes, especialmente el cálculo de las emisiones de CO₂ evitadas, no parece haber un indicador único aplicable a todos los tipos de proyectos y en todos los contextos.

Por lo tanto, se requiere una evaluación de impacto multidimensional, lo cual no resulta tan complicado. No obstante, aunque se requieren indicadores detallados, el hecho de centrarse en los datos no debe eclipsar el fundamento básico de la inversión, es decir, la participación en la financiación de la transición hacia modelos con menores emisiones de carbono. Por lo tanto, en algunos casos, la evaluación cualitativa de una inversión puede que sea más relevante que la definición de un indicador estandarizado. La importancia de una inversión que busca preservar y restaurar la biosfera de los océanos, que son sumideros de carbono, o el valor de un proyecto de reforestación en una región sobreexplotada, no se puede negar. ¿Cuántas toneladas de emisiones de CO₂ se han evitado? ¿Es eso realmente lo que cuenta?

No todos los ejemplos son tan fáciles de medir y, aunque el impacto de algunas industrias se puede determinar de forma sencilla, es necesario utilizar un razonamiento diferente para analizar las elecciones de inversión necesarias cuyo impacto puede que no sea cuantificable. Las inversiones en soluciones de desarrollo, especialmente en proyectos industriales, son un buen ejemplo. Algunos proyectos, sin que necesariamente tengan un impacto positivo directo, o incluso negativo, fomentan la transición hacia un modelo con menos emisiones de carbono y, por lo tanto, no se deben ignorar. No debemos perder de vista nuestro objetivo inicial: promover un futuro sostenible para nuestra economía.

Tribuna de Julien Bras, gestor del fondo Allianz Green Bond de Allianz Global Investors.

El fin de año marca grandes esperanzas para Brasil en 2019

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El fin de año marca grandes esperanzas para Brasil en 2019
Congreso de Brasil. El fin de año marca grandes esperanzas para Brasil en 2019

La recuperación económica de Brasil no se materializó en 2018, pero el año termina con un brillo optimista posterior a las elecciones. Los crecientes indicadores de confianza y el estímulo monetario continuo señalan una recuperación más rápida, pero la fuerte aceleración que algunos esperan para 2019 sigue condicionada a la aprobación de las reformas fiscales por parte del Congreso.

2018: un año de expectativas de recuperación frustradas

Los últimos datos han confirmado que la recuperación de Brasil ha persistido pero sigue siendo frustrantemente lenta. Es probable que el PIB crezca en solo un 1,2% en 2018, un dato que palidece cuando se compara con las expectativas del mercado a principios de año, que se acercaron al 3%.

El PIB sigue siendo cinco puntos porcentuales por debajo de los niveles vistos en 2013, en términos reales.

Perspectivas de crecimiento para 2019

Las expectativas de crecimiento para 2019 han comenzado a subir, después de permanecer en un 2,5% durante un período prolongado y el aumento postelectoral en algunos indicadores de confianza del consumidor y de negocios sugiere que las perspectivas de crecimiento a corto plazo sí han mejorado. Sin embargo, aunque estamos de acuerdo en que los resultados de las elecciones han sido positivos para la actividad económica, ya que mejoraron las perspectivas para la consolidación fiscal, la pregunta crucial sobre el éxito del esfuerzo fiscal continúa.

A pesar de la recuperación de la confianza, es probable que las incertidumbres fiscales mantengan a los inversionistas y consumidores relativamente cautelosos en 2019. En particular, una recuperación sólida depende del apetito de los bancos y prestatarios y del progreso de la inversión de capital, especialmente de la infraestructura, donde prevalecen los cuellos de botella. En nuestra opinión, esto solo puede suceder después de que haya más claridad acerca de la trayectoria fiscal. La aprobación de la agenda de consolidación fiscal, por ejemplo, la reforma de la seguridad social sigue siendo una condición previa para una recuperación sostenida del sentimiento empresarial a largo plazo.

El Congreso recientemente elegido se inaugurará el 1 de febrero, pero la estrategia de la nueva administración con respecto a la reforma de la seguridad social aún no está clara. Todavía no sabemos si los votos cruciales se llevarán a cabo de inmediato (es decir, febrero / marzo) en caso de que el Congreso simplemente reanude el debate sobre la reforma introducida por el Presidente Temer, o más adelante en el año, probablemente en el 3T, si es necesario un nuevo proyecto de reforma presentado al Congreso.

En nuestro escenario base, la aprobación de la reforma es más probable durante el 3T, lo que sería más consistente con el crecimiento del PIB cerca del 2.5% el próximo año. Sin embargo, una aprobación temprana (para el final del primer trimestre) agregaría material al alza a nuestro pronóstico, posiblemente hacia el 3-3.5%. Alternativamente, el hecho de no aprobar la reforma en 2019 probablemente provocaría una gran inestabilidad en los mercados locales y podría aplastar las esperanzas de una recuperación.

La política monetaria 

El banco central de Brasil se reúne esta semana y, una vez más, debería mantener la tasa de la política en un 6,5%. Y lo que es más importante, la orientación hacia adelante debería cambiar de cauteloso y agresivo a firmemente neutral.

Esperamos que la guía refuerce la naturaleza dependiente de los datos de las decisiones de políticas futuras y la mayor flexibilidad de políticas requerida en vista de las mayores incertidumbres (internas y externas). Pero los formuladores de políticas también deben indicar que el balance de riesgos para la inflación se ha vuelto más equilibrado y ya no es «asimétrico», sesgado al alza.

Este cambio sería consistente con la inflación menor a la esperada desde la última reunión del Banco. En el último mes, esto se ha ayudado con precios más bajos de electricidad / combustible y las expectativas de consenso para 2018 se han reducido en 70 pb, a 3.7% ahora.

Esto está en línea con nuestro pronóstico del 3.8% y se compara con el objetivo del 4.5% para el año.

Para 2019, nuestro pronóstico inicial es de 3.7%, inferior al consenso de mercado de 4.1%. Las propias previsiones de inflación del banco también deberían caer, especialmente para los horizontes a corto plazo. Esos pronósticos deben permanecer en línea con los objetivos 2019-20 (4,25% y 4,0% respectivamente), incluso en el escenario de referencia, en el que la tasa de la política se mantiene sin cambios en el 6,5% en el horizonte relevante para la política.

Expectativas de inflación de brasil

Desde nuestro punto de vista, mientras las reformas de la seguridad social sigan en camino de ser aprobadas en 2019, el real brasileño debería mantenerse relativamente bien y el banco central debería mantener la tasa de política sin cambios. 

A pesar del repunte de los bonos locales desde octubre, la curva local aún incorpora aumentos de tasas de 125 pb el próximo año, junto con 200 pb en 2020. Si la reforma de la seguridad social no avanza en el Congreso de manera oportuna (es decir, aún no hay aprobación para el final) los activos locales están destinados a sufrir, con el USD / BRL probablemente subiendo por encima de 4.0, empeorando las expectativas de inflación y provocando un cambio de política monetaria hakkish, con el banco central posiblemente lanzando un ciclo gradual de aumento de tasas.

Alternativamente, si se aprueba la reforma, es probable que el USD / BRL se consolide en el rango de 3.7-3.6, luego de superar inicialmente a 3.5. En este escenario, el mercado podría esperar que el banco central tenga espacio para relanzar el ciclo de flexibilización monetaria. En nuestra opinión, los recortes de tasas podrían considerarse, a fines de 2019 / principios de 2020, dependiendo de la profundidad del ajuste fiscal establecido en 2019.

Una postura de política monetaria moderada también sería consistente con la amplia capacidad de reserva, el alto desempleo, las expectativas de inflación totalmente ancladas y los cambios estructurales que se están produciendo en el mercado crediticio local, con una presencia reducida de bancos estatales. En última instancia, un ajuste duradero de la política fiscal podría allanar el camino para que la política monetaria permanezca expansiva durante al menos unos pocos años, sin correr el riesgo de hacer que la combinación de políticas sea excesivamente expansiva.

Una incógnita de 2019: ¿Se aprobarán finalmente las reformas fiscales?

Políticamente, el período de transición ha sido menos fructífero de lo que se pensaba inicialmente. Las expectativas de que el Congreso aprobaría una legislación importante antes de fin de año no se han materializado hasta el momento. Ninguna de las iniciativas legislativas consideradas inicialmente, como la transferencia de los derechos de exploración petrolera, la independencia del banco central o la reforma de la seguridad social propuesta por el presidente Temer, avanzaron mucho.

Los miembros del Congreso han promovido iniciativas que chocan directamente con la agenda pro mercado del presidente electo Jair Bolsonaro. Esto incluye un proyecto de ley para aumentar la interferencia política en las agencias reguladoras, y eso facilita las restricciones fiscales para los municipios, junto con otras medidas que exigen el perdón de impuestos. 

La ineficaz coordinación política de la nueva administración, que asumirá el 1 de enero, ayuda a explicar los resultados decepcionantes. Esto puede reflejar, entre otras cosas, una combinación de falta de preparación y el pequeño tamaño del partido de Bolsonaro (PSL) en el Congreso actual. Pero también podría reflejar problemas mayores, como el déficit de negociadores políticos inteligentes en su equipo y los desafíos que enfrentará en su objetivo de cambiar la forma en que el ejecutivo negocia con el Congreso.

En una nota positiva, los nombramientos de gabinete de alto nivel anunciados en las últimas semanas han sido muy bien recibidos. Particularmente alentadora ha sido la visión cohesiva sugerida por el equipo económico, dirigida por Paulo Guedes como ministro de Economía. Esto incluye nuevos jefes para el banco central (Roberto Campos Neto), bancos estatales, incluyendo BNDES, Caixa y Banco do Brasil y Petrobras. 

La reelección de Mansueto de Almeida como jefe del Tesoro Nacional es también un avance favorable. Las funciones recién creadas de un Secretario de Privatización y un Secretario de Seguridad Social son nuevas iniciativas dignas de mención, destacando la importancia de las dos áreas para la administración entrante.

 

Ver para creer sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China

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Ver para creer sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China
Pixabay CC0 Public DomainArtisticOperations. Ver para creer sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China

Cuando uno entra en una multinacional, y se pone a leer los cargos de las tarjetas de visita del personal, es habitual tener verdaderos problemas para encontrar a alguien que no sea jefe. Hay mercados importantísimos en los que están involucrados un Global Head y un Continental Head, dos Regional Heads y una amplia gama de Co-Heads, Country Heads y Deputy Heads. Cuando preguntas por el que se encarga del duro día a día, aparece alguien con la tarjeta de Director, que en muchos casos tiene un único asistente a su cargo y no es nada descartable que este último a su vez sea compartido con otros Directors.

Una manera práctica de saber quién es el que realmente manda en una organización es averiguar quién no tienen tarjetas de fidelización de compañías aéreas. Es de sentido común darse cuenta de algo obvio. Si eres el verdadero “jefe”, la gente viene a verte a ti y no al revés. Cuando quieres reunirte con alguien, pides que se presente en tu despacho o donde convenga, y no te pasas las horas en aeropuertos.  Por ello, siempre he pensado que tener tarjeta plata, oro, platino o las tres, lejos de ser una condecoración de honor para ir presumiendo como quien no quiere la cosa desde el nanosegundo siguiente a haberlas recibido, debería ser algo celosamente ocultado. Un tema  propio del ámbito más íntimo del trabajador, que incluyera entre sus privilegios varias invitaciones para ser más humilde cada día. Alardear de ser el que tiene que ir a ver a todo el mundo,  acumulando millas como un loco, es reconocer que nadie viene a verte a tu oficina y por lo tanto, que eres más  “suela de zapatos” que “cabeza” o “head” (si se prefiere el término inglés).

A lo que voy con todo lo anterior es que los titulitos y los titulares, la “titulitis” y la nueva pandemia financiera que podemos llamar “titularitis” o postverdad, condicionan tremendamente el comportamiento de los mercados financieros. Lo saben los políticos de grandes naciones y especialmente también los especialistas en “smart” ETFs, factor investing, departamentos de control de riesgo o estudiosos del Behavioral Finance.  Basta ver las cestas tematizadas con posiciones cortas sobre compañías que tienen fama de sufrir durante las ampliaciones de spreads, o con momentum  negativo, para ilustrarlo. Son cada vez más los que ante un titular como la posible subida de aranceles de Estados Unidos a las importaciones chinas del 10% al 25%, primero disparan, luego preguntan y últimamente ni eso. Tras muchos titulares de apocalípticas guerras comerciales entre Estados Unidos-China cuesta leer que la base sobre la que se aplica esa subida son 200.000 millones de dólares y que por lo tanto de lo que se está hablando es de un 15% de dicha cantidad (30.000 millones de dólares), que es el equivalente a lo que el BCE ha estado inyectando cada 15 días a la economía durante años.

Si hay algo que comparte todo el mundo en Wall Street y en la City, de San Diego a Miami, de Montevideo a Ciudad de México y desde ahí a Madrid o Lisboa pasando por Zurich (entiéndase ahora el fundamento del segundo párrafo), es la preocupación por la “Guerra Comercial Estados Unidos-China”. A juzgar por los titulares, y por las volatilidades que estos generan en los mercados, la batalla está siendo cruenta y Estados Unidos está poniendo toda la carne en el asador.

Pero cuando uno se para, y mira la gráfica de la evolución de las importaciones de uno al otro respectivamente, se produce el siguiente milagro (gentileza de mi compañero y profesor Mike Biggs).  Meses y meses de lucha, cientos de mensajes en Twitter vertidos durante 2018 unidos a declaraciones  grandilocuentes, y las importaciones de Estados Unidos provenientes de China no han dejado de crecer. El gráfico, aunque tiene algún pequeño truco, es como para frotarse los ojos y volver a verlo para creerlo.

Como bien me apuntaba el maestro Biggs, las escalas de cada gráfico son distintas. La línea azul, que ilustra la robustez de las importaciones de Estados Unidos provenientes de China, sigue la escala de la izquierda en la que pequeñas variaciones son mayores en la realidad. La de la izquierda son las importaciones de China  originarias de Estados Unidos, que presentan una llamativa reducción fruto de la facilidad asiática para cambiar de proveedores estadounidenses a brasileños a la hora de adquirir soja como se muestra a continuación. Y por lo tanto, la variación de 4.000 millones es mucho menos dramática de lo que aparenta además de cambiante a futuro, si se midieran ambas tendencias respecto al mismo eje.

Pero puestos a comparar ponderadamente por lo que las importaciones chinas y estadounidenses  han representado en la última década, y sobre todo para ilustrar que la realidad es infinitamente menos apocalíptica de lo que los titulares reflejan, es increíble que a octubre de 2018  la tendencia importadora de Estados Unidos con China siga una sólida tendencia alcista que apenas se ha resentido. Y lo cierto es que cualquiera aficionado a leer prensa más allá de las letras gordas lo comprueba a diario. Más de 246 compañías proveedoras de la industria automovilística estadounidense rellenando miles de peticiones para estar exentas de restricciones a la importación, jefes (de los de verdad) avisando que costaría miles de millones dejar de importar acero de China, que se destruirán muchos puestos de trabajo y que cuesta muchísimo encontrar proveedores alternativos.

Nadie le quita importancia a que la primera y segunda economía tengan problemas comerciales, a que haya empresas textiles que están deslocalizando la producción a India (haciendo un voto de confianza en temas de infraestructuras, logísticos y sobre la independencia del futuro Gobernador del Banco Central). Pero ignorar algo tan básico en economía como la elasticidad del efecto sustitución (infravalorando que no haya una alternativa fácil a China en productos manufactureros sofisticados), y olivar que el gigante asiático es hoy en día una economía infinitamente más doméstica que exportadora, es un error tan grande como construir opiniones a base de titulares.

Los titulares tremendistas por respetable que sea la fuente, y dejarse llevar por lecturas rápidas guiadas por el sesgo de manual de Behavioral Finance conocido como confirmatory bias (en el que encontramos lo que queremos encontrar), están llevando a los mercados a sobre reaccionar a nivel macro y corporativo. Y lejos de ser este un motivo de preocupación, estamos ante todo un catalizador de oportunidades de inversión. Asia, sectores como el del lujo o el mercado residencial estadounidense y deuda latinoamericana, son ejemplos tan útiles como encontrar en una empresa a la gente que verdaderamente aporta con independencia del cargo que tengan o la tarjeta de fidelización que usen.

Tribuna de Juan Ramón Caridad, CAIA, MFIA. Profesor del Master de Finanzas e Inversiones Alternativas, MFIA.

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Los “astros” de las materias primas se moverán en 2019

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Los “astros” de las materias primas se moverán en 2019
Pixabay CC0 Public DomainFoto: skeeze. Los “astros” de las materias primas se moverán en 2019

Deje que Taurus (el toro), una constelación visible en el cielo invernal del norte dirija los principios de nuestra previsión para las materias primas en 2019. Nuestra visión taurina se mueve en torno al petróleo. La OPEP ha acordado un recorte de la producción y tanto China como Estados Unidos han dejado de golpearse en el ring comercial. Estos dos factores apoyan la evolución del precio del petróleo. Además, también hay esperanzas de que Donald Trump -la impredecible estrella oscura- pudiera abandonar sus impulsos de mencionar al petróleo durante un tiempo evitando así que caiga su precio.

En la reunión de los días 6 y 7 de diciembre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), junto a algunos países no miembros como Rusia decidieron recortar la producción en 1,2 millones de barriles al día frente a los niveles de octubre. En total, hablaríamos de una reducción de 1,4 o 1,5 millones de barriles si se tiene en cuenta la menor producción anunciada por Canadá. Esta medida es importante por dos razones. Por un lado, la dimensión de los recortes es mayor de lo que esperaba el mercado y, por otro, frustra a los escépticos que habían dudado de la capacidad de la organización para llegar a un acuerdo que incluyera a los no miembros. Esos temores habían hecho caer los precios del petróleo antes de la reunión y todo eso ya ha pasado.

De cara a la posible reacción alcista del precio del petróleo habría varias estrategias de cara a 2019: oportunidades de arbitraje con los precios de los contratos del WTI y del Brent y oportunidades de arbitraje fruto de las divergencias entre los desequilibrios de oferta y demanda de crudo light y heavy.

El enigma de la relación EE.UU. – Golfo Pérsico

En la evolución del precio del petróleo es muy importante la relación entre Arabia Saudí y Estados Unidos. El país norteamericano ha superado a la monarquía del Golfo en términos de producción convirtiéndose en un rival formidable para su principal aliado en el mundo árabe. La monarquía del Golfo tiene un gran interés en vender petróleo más caro pero, al mismo tiempo, Riad puede tener que prestar atención a las nuevas exigencias de un petróleo más barato que hace Donald Trump, ya que en estos momentos está bajo presión.

Para 2019 esperamos que las sorpresas aparezcan en cualquier momento, como ocurre con los asteroides. Piense, por ejemplo, en el papel de Arabia Saudí como productor provisional para Irán, que se ha visto obstaculizado por las sanciones, o en la inesperada mejora de la producción petrolera libia. Además, las tensiones en el Golfo Pérsico están aumentando. Irán, ante la perspectiva de tener que cerrar los grifos de petróleo, ha planteado la posibilidad de cerrar el Estrecho de Ormuz a todos los petroleros que navegan desde los puertos del Golfo. Mientras tanto, la reciente decisión de la administración Trump de permitir temporalmente las exportaciones de petróleo iraní a ciertos países ha sorprendido a la mayoría de los observadores del mercado.

Rastro de los fuegos artificiales de Estados Unidos y China

Los astros también están en movimiento más allá del sector energético. Al igual que el humo de los fuegos artificiales chinos, la nube que envuelve a la relación comercial entre Estados Unidos y China está desapareciendo lentamente tras la tregua alcanzada a principios de diciembre.

Un posible beneficiario de este acuerdo entre las dos potencias son los metales básicos, la base de toda la actividad industrial a nivel global. Este panorama favorable está respaldado por unos inventarios de metales ajustados y unas perspectivas de suministro relativamente moderadas.

Por si fuera poco, el sector agrícola también parece estar cerca de un nuevo amanecer. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los precios se negocian alrededor de mínimos de diez años, por lo que el potencial de crecimiento desde este nivel es considerable. Según el acuerdo entre Xi Jinping y Trump, China debería comprar cantidades sustanciales de carne de cerdo y soja a los EE.UU. El acuerdo genera esperanzas de una mayor relajación de las tensiones entre los dos rivales.

Pero en este entorno hay una fuerza que no hay que dejar de tener en cuenta, la Reserva Federal de los Estados Unidos. La reciente declaración del presidente de la Fed, Jerome Powell, de que los tipos están cerca de un nivel «neutral», que no obstaculiza ni impulsa el crecimiento económico, puso en duda las perspectivas de un ajuste estable de la política monetaria de EE. UU. en 2019. Esto debería ser un buen augurio para las materias primas denominadas en dólares estadounidenses, algo que impactaría a todas ellas en forma general y al oro en particular.

Tribuna de Jon Andersson, responsable de materias primas en Vontobel AM

Un 2018 que dejó una clara lección al inversor

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Un 2018 que dejó una clara lección al inversor
Puerto Madero, Buenos Aires. Un 2018 que dejó una clara lección al inversor

Exactamente hace un año atrás no había ni una duda dentro del mundo inversor sobre cómo sería el 2018 en materia de inversiones en Argentina: optimismo generalizado y apuestas a que los rendimientos positivos superarían a los registrados en el ya muy buen 2017.

Enero parecía que confirmar ese pronóstico era cuestión en dejar correr el tiempo, con las bolsas en máximos y las acciones argentinas alcanzando un récord histórico en dólares. Sin embargo, fue el principio de un año para el olvido.

La suba de más del 100% del dólar pulverizó cualquier intento de hacerle frente con una tasa de interés en pesos que, en una primera instancia fue positiva en términos reales, pero luego perdió adeptos frente a la aceleración de la inflación y la profundización de la devaluación.

Ni los bonos soberanos en dólares actuaron de refugio. El sueño de continuidad de la compresión de spreads quedó en el olvido, el riesgo país más que se duplicó y la pérdida de más de 20% en las paridades en dólares fue un gran dolor de cabeza para el inversor.

Sólo las Letes en dólares de corto plazo, que eran depreciadas en 2017 por su “escaso” retorno, terminaron siendo activos de refugio, conservación del capital en dólares y una aceptable renta para las nuevas (y difíciles) circunstancias de nuestro país.

En cuanto a las acciones, no pudieron soportar la tempestad. El cambio abrupto de panorama económico, producto de una realidad que se impuso y obligó a corregir los desequilibrios macroeconómicos a los golpes, fue un golpe letal, llevando al Merval a perder más del 50% en dólares desde sus máximos, sin distinguir demasiado a nivel sectorial y sin importar los fundamentos de las empresas. Hubo un atisbo de reacción en las empresas con perfil exportador, aunque luego también sucumbieron ante semejante inestabilidad económica.

A esta altura, el daño fue muy grande. Hoy se respira una tensa e incierta calma entre los participantes del mercado de capitales. Nadie apuesta a qué puede ocurrir en 2019, aunque hay un sesgo demasiado negativo para lo que viene, envalentonado por el factor político de las elecciones, siempre generador de mayor ruido que de certezas.

Para poder entender qué hacer en 2019, lo primero que debemos saber es la enseñanza que dejó este desolador 2018: la diversificación es clave y no todas las estrategias son digeribles para cualquier tipo de inversor.

Sólo en 2018 salieron bien parados los que mantuvieron la disciplina de diversificar el riesgo argentino con otros riesgos globales más una posición en efectivo en moneda dura. Y eso es lo que debemos hacer para el 2019.

Apostar un 100% al carry trade es solo para inversores tiempista y profesionales, algo que no es recomendable para ninguno de los inversores de a pie. Este mercado actual sigue siendo uno de trading, de corto plazo y de guardia alta.

La apuesta a tasa en pesos alta debe ser con no más del 30% del capital y con colocaciones de corto plazo.

En materia de bonos, no preveo una fuerte compresión de spreads. El mercado se mantendrá expectante a las señales políticas y eso no tendrá certezas. Privilegio colocaciones en Letes en dólares con vencimiento antes de agosto (elecciones primarias nacionales).

En cuanto a las acciones, hay valor a precios baratos, aunque éstos podrían seguir estando condiciones por el elevado riesgo país más el riesgo político. Estas inversiones sólo son alentadoras para quienes puedan digerir la Argentina desafiante de los próximos tres a cuatro años. En caso contrario, aprovechar alguna oportunidad de trading de corto plazo y no mucho más que eso.

Desde nuestro mercado, se puede incorporar algún cedear o acciones brasileñas con fines de diversificación de riesgo más cobertura cambiaria. Petrobras Brasilluce atractiva con los lineamientos de reforme de Jair Bolsonaro.

Finalmente, “Cash is King”: posiciones de efectivo en moneda dura en el portafolio pueden ofrecernos cobertura y flexibilidad en momentos en que la cuestión se ponga aún más difícil a nivel local e internacional.

Diego Martínez Burzaco es estratega de MB INversiones

 

Small caps estadounidenses: la importancia de tener un buen pulso

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Small caps estadounidenses: la importancia de tener un buen pulso
Pixabay CC0 Public DomainFoto: elviscool001. Small caps estadounidenses: la importancia de tener un buen pulso

Seleccionar e invertir en acciones de small caps exige un conjunto de habilidades que deben estar en sintonía con sus diversas e idiosincráticas características. Con un sólido entendimiento del sector, se pueden tomar buenas decisiones tanto en el corto como en el medio plazo.

Si se comparan las inversiones en small caps con las de long cap, las diferencias son impresionantes. Las compañías small caps suelen estar dirigidas con una actitud emprendedora y se parecen más a las startups en ese sentido, ya que, por ejemplo, tienen la habilidad de asumir riesgos que pueden ayudarlas a potenciar su nivel de innovación. Normalmente, las small caps están bien financiadas, lo que reduce su necesidad de recurrir al mercado o a los bancos.

Diríamos que estos rasgos se traducen en oportunidades en multitud de industrias. El sector sanitario, por ejemplo, que ha liderado el mercado y ha tenido un desempeño por encima del índice del mercado, es muy diverso. Las industrias de servicios de biotecnología y tecnología médica son muy innovadoras, lo que genera productos defendibles con ingresos estables, y están marcadas por una gerencia sólida. Si se produce una desaceleración en los mercados, las acciones de estas industrias podrían clasificarse como defensivas y, en nuestra opinión, deberían ser parte de una canasta que pueda desempeñarse adecuadamente en el medio plazo, pero también más adelante en 2019.

Small caps de atención médica: llenar el vacío

El sector de atención médica de las small caps es muy distinto del farmacéutico, que es mucho más amplio y se caracteriza por productos “me-too” y ha sufrido las consecuencias de hacer negocios en espacios concurridos o de estar expuesto a medicamentos que son fáciles de copiar y generalizar. Esto está haciendo que el sector de la innovación biotecnológica sea cada vez más interesante, dejando un espacio para llenar un vacío en el que la demanda y los precios de los medicamentos no se ven afectados por la economía. El terreno está abierto para que las small caps de biotecnología operen en segmentos de alta gama, focalizándose en enfermedades raras. Estas áreas están caracterizadas por ventajas competitivas, oportunidades de crecimiento y el poder para marcar los precios.

Desde una perspectiva de inversión, esto abre la puerta a interesantes posibilidades. Sin embargo, para ser capaz de seleccionar acciones de forma exitosa en este ámbito, es imprescindible contar con buenos conocimientos médicos. Por ello, en BNP Paribas Asset Management, perfeccionamos nuestras habilidades asistiendo a conferencias médicas y consultando a doctores y farmacéuticos. Nuestro objetivo es convertirnos en mini-expertos y ser capaces de tomarle el pulso a la industria para obtener buenos resultados.

Small caps: un tipo de activo resistente

El desempeño de las acciones juega un papel importante en nuestra selección de activos. Después de la reciente desaceleración, estamos volviendo a analizar este y otros sectores. Por ejemplo, en el de la tecnología y el software, creemos que las valoraciones son ahora más atractivas, lo que podría favorecer a este segmento, como también lo hace la ausencia de señales de un retroceso en el gasto en informática. Mientras, en el sector energético, las compañías estadounidenses de servicios de exploración y producción son particularmente atractivas y sus perspectivas intermedias son bastante sólidas.

El segmento de small caps en su conjunto no ha sido capaz de escapar de las preocupaciones de los inversores en torno a la guerra comercial y el aumento de la volatilidad en los mercados, pero creemos que el entorno para las small caps está sesgado positivamente. Esto se debe a que están más expuestas a la economía estadounidense que al comercio internacional: se benefician más de las reformas de la administración de Donald Trump y de los gastos de consumo de ese país.

Valoradas de forma atractiva

Las correcciones del mercado también han afectado a las valoraciones de acciones en small caps, pero los niveles actuales no están estirados ni son baratos. El ratio precio-beneficios del índice Russell 2000 para las small caps de 17 está en línea con la media a largo plazo, pero todavía se encuentra un 15% por debajo de los máximos de octubre de 2017. Además, si se comparan con las large caps, las small caps están valoradas de forma atractiva.

A partir de aquí, ¿hacia dónde vamos? Somos optimistas en el largo plazo. La economía estadounidense es fuerte, el desempleo es bajo y la confianza corporativa, alta. Hay muchos elementos positivos y escasa evidencia de una recesión en el horizonte. Vemos las correcciones del mercado como algo sano –en el pasado eran algo habitual- y buscamos utilizar estas dislocaciones para aprovechar las ventajas de oportunidades potencialmente beneficiosas.

Tribuna de Eric McLaughlin, inversor especialista senior en renta variable estadounidense para BNP Paribas AM

China: hay luz al final del túnel

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China: hay luz al final del túnel
. China: hay luz al final del túnel

Después de meses de escribir sobre fatalidad y pesimismo y decirles a los inversores que se mantengan alejados de los mercados emergentes en general, y de China en particular, creemos que finalmente aparece la luz al final del túnel. Parece que los astros vuelven a alinearse.

La clave más importante es, por supuesto, la disputa comercial entre Estados Unidos y China que ha alcanzado una tregua de 90 días. Es importante enfatizar que, a pesar de lo que comúnmente se cuenta en medios, la desaceleración de la economía china este año tiene muy poco que ver con el impacto de los aranceles comerciales. En realidad, estos aranceles no han ralentizado las exportaciones de China a los EE.UU., sino que las han acelerado a medida que los distribuidores estadounidenses se han abastecido para anticiparse a la implementación de las tarifas. En cambio, la desaceleración de la economía china es una consecuencia directa de los esfuerzos de desapalancamiento del gobierno chino en los últimos dos años.

Los mercados han estado descontando el peor de los escenarios, que incluye aranceles del 10% que se impondrán en el tercer y último lote de importaciones chinas a los Estados Unidos por valor de 270.000 millones de dólares, y el segundo lote de aranceles, que aumentarán a partir del 1 de enero de 2019 del 10% al 25% (Fuente: Bloomberg). Cualquier evento positivo, como la tregua alcanzada en Buenos Aires en la cumbre del G20, solo puede ser visto por los mercados como una buena noticia.

La segunda clave son los tipos de interés de EE.UU. y su impacto en el dólar estadounidense. Un dólar fuerte siempre ha sido el enemigo de los mercados emergentes, ya que muchas compañías en estos países tienen una exposición significativa a la deuda en dólares estadounidenses y la mayoría de ellos resuelven sus importaciones de petróleo en esta divisa. El hecho de que más y más economistas estén anticipando una desaceleración de la economía estadounidense en 2019 y una recesión en 2020 no ha pasado desapercibido. El presidente de la Fed, Jerome Powell, dejó claro en un discurso reciente que los tipos de interés actuales de los EE.UU. no estaban lejos de su «nivel neutral», por lo que redujo las expectativas de alzas hasta el final del próximo año a dos subidas. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se ha reducido tras alcanzar su máximo del 3,23% al 2,99% (Fuente: Bloomberg A pesar de que el dólar no ha reaccionado todavía, sería lógico que se debilitara, dando un respiro a las bolsas emergentes.

La siguiente clave es el precio del petróleo. Con algunas excepciones, los países emergentes son grandes importadores de petróleo, China e India lideran el grupo. El precio del petróleo se redujo de manera espectacular (-31%) en los últimos dos meses, vimos que las monedas de los países emergentes registraron un buen repunte (liderado en Asia por la rupia india y la rupia de Indonesia), y el RMB se estabilizó. Esta es una muy buena noticia, mientras dure.

La clave final son las medidas de estímulo del gobierno chino que están ganando terreno. Se implementó una gran reforma impositiva, y ahora China está a punto de llevar a cabo su último paso para acabar con las plataformas de préstamos P2P (“peers to peers” o «préstamos online entre particulares») después de haber cerrado el 80% de las 6.200 plataformas que el país llegó a tener. Ahora que los préstamos P2P totales se han reducido a 176.000 millones de dólares (Fuente: Bloomberg), 30% por debajo del nivel máximo, el banco central aleccionó a los supervivientes para que limiten su exposición a créditos pendientes de cobro a su nivel actual y lo reduzcan gradualmente. En la ciudad de Hangzhou, la cuna del sector P2P de China, los reguladores han ordenado a todos los operadores con un préstamo inferior a 100 millones de renminbis cerrar su negocio.

En un informe reciente, Citi estimó que solo 50 de los 1.200 prestamistas P2P que quedan podrán operar en el futuro. P2P ha sido la última encarnación de la banca en la sombra. Podemos esperar que siga el camino de los fondos fiduciarios y que ya no sea un problema para el sistema financiero. Esto le da más margen de maniobra al gobierno chino a la hora de estimular la economía, ya que los estímulos generalmente significan más deuda. Gracias a que los problemas de la banca en la sombra están en proceso de ser resueltos y los esfuerzos de desapalancamiento mostraron resultados durante el año pasado, el gobierno ahora tiene más flexibilidad de la que solía tener. Por ejemplo, la relajación de las restricciones de compra de viviendas y la eliminación de los límites de los precios de las propiedades ya han comenzado en el sur de China. Es muy probable que se extiendan a otras zonas, sabiendo que se estima que el sector inmobiliario es directa o indirectamente responsable de casi el 20% de la economía (Fuente: Bloomberg y Citi). Por todo ello, creemos que las aguas poco a poco están volviendo a su cauce.

Tribuna de Fabrice Jacob, CEO de JK Capital Management Ltd., (filial de La Française).

La situación actual de los bonos corporativos: ¿cómo obtener rentabilidad?

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La situación actual de los bonos corporativos: ¿cómo obtener rentabilidad?
Foto: Stewf, Flickr, Creative Commons.. La situación actual de los bonos corporativos: ¿cómo obtener rentabilidad?

A la vista del final del Quantitative Easing en la zona euro, los focos están puestos en la tasa de interés, que muy probablemente aumentará en Europa. En este contexto, ¿qué factores deberían considerarse al seleccionar una cartera de bonos corporativos? Hay que tener en cuenta que, durante la última década, las políticas monetarias acomodaticias han diseñado una correlación estable entre las tasas de interés bajas y los precios inflados en los activos de riesgo.

Los fondos de renta fija se han beneficiado de esta correlación, pues la construcción de sus carteras se ha basado en la asignación macro a las clases de activos (bolsa, crédito con grado de inversión, high yield, bonos emergentes y soberanos), que paralelamente tuvieron un desempeño positivo. Históricamente, este modelo de asignación macro generó buenos resultados a la vez que limitaba los descensos en los mercados más volátiles. Sin embargo, en los últimos trimestres, estos fondos de renta fija no están obteniendo el mismo rendimiento.

El entorno de mercado actual se ve influenciado por la actividad de los bancos centrales, haciendo que el proceso de asignación de renta fija sea inefectivo. Hay dos factores que explican esta situación: la Reserva Federal fue la primera en normalizar su política monetaria de manera progresiva, y ahora la mayoría de los bancos centrales están siguiendo su ejemplo, pasando página del QE. Por lo tanto, el rendimiento de la mayoría de productos de renta fija ha aumentado. Curiosamente, dentro de la categoría de renta fija, y adicionalmente de renta variable, se ha observado un retorno de prioridad en la evaluación del riesgo, haciendo que las economías que se encuentran apalancadas en mercados emergentes y en Europa, hayan visto cómo su coste de financiación ha aumentado drásticamente. Estos acontecimientos, combinados con una prima de riesgo en aumento, y el comienzo de una desaceleración del crecimiento económico mundial (excepto en Estados Unidos), está desencadenando un descarrilamiento de esta correlación estable, haciendo que la posesión de betas sea más arriesgada.

Asimismo, en segundo lugar hay que tener en cuenta que cuando la liquidez suministrada por los bancos centrales es amplia, los precios de los activos aumentan, incluyendo aquellos activos considerados como refugio seguro. Simétricamente, cuando se reduce la liquidez, todas las clases de activos registran descensos, o no desempeñan su papel de compensación de pérdidas en la parte de riesgo de las carteras (como ocurrió en 2015 y desde el 23 de enero de 2018). En un entorno así, la correlación entre todas las clases de activos tiene una tendencia más alta.

Actualmente los gestores de carteras están buscando desesperadamente la descorrelación en mercados altamente correlacionados. Además, se espera que esta situación continúe ya que la economía de Estados Unidos seguirá siendo fuerte, aunque la economía del resto del mundo se esté desacelerando. Es probable que la Reserva Federal continúe el proceso de normalización de su política monetaria, anunciando una subida de tipos por trimestre hasta el final de 2019. Se espera que continúen las salidas en los mercados periféricos al dólar (mercados emergentes) y los productos de renta fija.

Mediante una selección de crédito prudente se pueden generar rendimientos y beneficiarse de del movimiento ascendente de la tasa de interés, en renta fija, así como optar por una madurez media de una cartera muy reducida manteniendo un rendimiento relevante gracias al uso estratégico de derivados called y callable. El fondo flexible Tikehau Income Cross Asset (InCA), por ejemplo, ofrece un rendimiento fuerte ante los ciclos de mercado. Así, invierte en compañías en Estados Unidos y Europa, en ciclos tardíos cuando los precios son elevados, protegiendo los fondos con derivados ante posibles caídas del mercado.

En el universo de bonos corporativos, durante los últimos episodios de volatilidad, se puede observar que el mercado crediticio asiático ha sido fuertemente penalizado (-5,5% YTD), seguido por el mercado de high yield europeo (-3% YTD). Para poner las cosas en perspectiva, las pérdidas en lo que va de año son más altas que las de todo 2011.

Ante el aumento de la tasa de interés de la Fed, hay que destacar la resistencia del mercado high yield estadounidense (-0,35%), lo que lo hace muy caro. Sin embargo, en el espacio de grado de inversión, el mercado estadounidense se ve fuertemente afectado (-3,6%), debido a una combinación de la normalización de la política monetaria llevada a cabo por la Fed, y el deterioro de los elementos fundamentales (GE). Cabe añadir que el mercado de grado de inversión europeo ha sido más resistente al registrar una reducción del -1,5% en lo que va de año.

Tribuna de Etienne Gorgeon, responsable de estrategias líquidas de Tikehau Capital.

Pánico e irracionalidad, o de cómo el mundo se ha acabado demasiadas veces

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Pánico e irracionalidad, o de cómo el mundo se ha acabado demasiadas veces
Foto: Pixabay CC0. Pánico e irracionalidad, o de cómo el mundo se ha acabado demasiadas veces

La irracionalidad es una parte medular del comportamiento humano que puede ser desencadenada por sentimientos extremos como el miedo. La encargada de esto es la amígdala (una de las múltiples partes que componen nuestro sistema límbico) que, ante manifestaciones externas que atenten a nuestra integridad o seguridad, tiende a sobre exagerar el estímulo, y la reacción resultante para detener la amenaza suele ser violenta y contundente. En dicha reacción no existe un proceso de análisis costo-beneficio. Solo se desea neutralizar el peligro y la búsqueda de protección suele ser la reacción más común. Nuestra parte más primitiva es la que reacciona, no nuestra parte lógica. Es por eso que no es coincidencia que las analogías animales abunden en la cultura financiera: el oso, el toro; la paloma o el águila.

Pero ¿Por qué la búsqueda de protección puede llegar a ser contraproducente en un ambiente de alto pánico? En esencia, porque, ante una alta incertidumbre, las decisiones se empiezan a tomar con el estómago, y no con la cabeza. La lógica no pinta en este proceso de toma de decisiones.
Es común ver ejemplos de lo que trato expresar usando indicadores como la bolsa de valores, sin embargo, no es tan común verlos usando tasas de interés. Intentemos abordar el problema usando esta perspectiva. Para concentrar la atención usemos como indicador el Bono Gubernamental Mexicano de 10 años (M10). En la tabla 1 podemos ver que desde el año 2001 han existido 13 episodios en donde el rendimiento del M10 ha sido negativo por 4% o más (incluyendo movimiento de tasas e intereses devengados).

En esos 13 episodios, muchas veces se han caído en momentos de pánico, por ejemplo 2009, cuando se pensaba que era “el fin del capitalismo”, o bien, en las elecciones de Trump en 2016, cuando muchos veían una guerra abierta en contra de México. La idea del “fin del mundo” tiende a volverse una idea “atractiva” ante momentos de alta incertidumbre, y el episodio actual que empezó con los rumores de la cancelación del NAICM (alrededor del 1 de octubre), no es una excepción.

Desde esta fecha hasta el 7 de diciembre (67 días), el M10 ha perdido 4,14%. Sin embargo, históricamente sigue siendo un periodo corto en comparación a otros episodios. En promedio, los episodios de pánico duran 93 días (para llegar al momento de máximo pesimismo), y 95 días en recuperarse por completo (desde el punto de máximo pesimismo hasta llegar al nivel inicial de tasas cuando empezó el pánico). En este sentido, la pérdida máxima promedio ha sido de 6,65% (Tabla 1).

Generalmente, lo que hemos visto a lo largo de los años es que, alrededor del momento de máximo pánico, la gente tiende a desinvertirse de instrumentos de largo plazo (como el M10) en busca de la seguridad (menor volatilidad) que los instrumentos de corto plazo puedan llegar a tener, en el caso de este ejemplo, venden M10 y compran CETES, y una vez que pasa el pánico regresan a la estrategia normal (venden CETES y compran M10).

En la tabla 1, podemos ver que esta estrategia nunca ha pagado bien. En cada periodo de análisis, la recuperación al mantenerse invertido en M10 es mayor a la inversión, en el mismo periodo, en CETES. De hecho, en promedio, se ha tenido una recuperación de 7,50% contra la inversión en CETES de 1,51%. Se puede ver gráficamente también. En la siguiente hoja, la gráfica 1 muestra ambas estrategias.

Mantener la inversión en M10 ha rendido 8,92% anualizado desde 2000, mientras que la inversión que busca seguridad ha rendido casi la mitad de eso (4,77%). Asimismo, tampoco sirve para atenuar el riesgo de un portafolio. Mientras que la inversión continua en M10 genera un 8,04% de riesgo, la inversión eventual en CETES reduce el riesgo ligeramente a 7,27%. Dicha reducción es muy pequeña para justificar una reducción de rendimiento de casi la mitad.

Resumiendo, en los últimos 17 años el mundo no se ha acabado, aunque el mercado de deuda lo ha dado por muerto en 13 ocasiones, y la recuperación eventualmente llega. Aprender a dominar el miedo a perder dinero en el mercado es un paso importante para poder tomar decisiones racionales y consientes. Si la estrategia de un fondo es de largo plazo, en periodos de pánico no hay razones que justifiquen una desinversión masiva para buscar seguridad, pues, cuando llegue la recuperación (e históricamente se ha demostrado que siempre llega) las pérdidas se habrán cristalizado, y la oportunidad de rehacerse de buenos rendimientos se habrá perdido.

Columna de Franklin Templeton escrita por Luis Gonzali, CFA

NEWGEMS, un fondo multitemático y sostenible de Degroof Petercam AM

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NEWGEMS, un fondo multitemático y sostenible de Degroof Petercam AM
. NEWGEMS, un fondo multitemático y sostenible de Degroof Petercam AM

La disruptiva etapa tecnológica que estamos atravesando nos está llevando a un futuro que traerá consigo grandes cambios en nuestras vidas. Cambios que nos ayudarán a prevenir, combatir y curar enfermedades o lesiones que ahora nos pueden limitar las actividades cotidianas; o que aumentarán nuestra seguridad; o que nos ayudarán a mantener una vida social más rica; o que nos permitirán trabajar en condiciones más de acuerdo con nuestras necesidades de conciliación; o viajar de forma más cómoda, segura y rápida. Son sólo algunos ejemplos, la enumeración podría continuar.

En paralelo con los cambios tecnológicos, la intensidad en el consumo de los recursos naturales de los últimos años ha generado una alerta sobre la importancia de la sostenibilidad, dando paso al compromiso para la protección y conservación del medio ambiente y los recursos naturales y la utilización de energías limpias. Nos hemos hecho más exigentes también con las normas de comportamiento ético de las compañías y del sector financiero, con la sostenibilidad y respeto ambiental de sus modelos de negocio, con su responsabilidad social y con su gobernanza (criterios ASG).

¿Es posible aunar ambos conceptos en una cartera de inversión? El equipo de Degroof Petercam Asset Management (DPAM) cree que es posible y lo prueba con el fondo DPAM Invest B Equities NEWGEMS Sustainable uno de los fondos sectoriales más rentables en lo que va de año, con una revalorización del 15,93% en su clase F.

Gestionado activamente y con un enfoque multitemático, el fondo permite a sus inversores ganar exposición a compañías disruptivas de una manera sostenible. Toma como referencia el índice MSCI World Net Return, invirtiendo globalmente en las compañías que darán forma a la sociedad del futuro a través de las tendencias y temáticas que la gestora ha identificado como de gran potencial presente y futuro. Son los nombres en inglés de estas temáticas los que forman el acrónimo NEWGEMS: Nanotechnology, Ecology, Wellness, Generation Z, E- Society, Manufacturing 4.0 y Security.

La temática nanotecnología incluye fabricantes de chips semiconductores, smartphones, maquinaria industrial, tecnología médica y otros dispositivos que cada vez son más pequeños u operan con niveles de precisión cada vez mayores. Ecología engloba todo lo relacionado con el medio ambiente. La sociedad del futuro también es una sociedad verde. El fondo invierte en compañías que permiten un entorno más limpio, desde vehículos eléctricos y baterías hasta energías renovables. También el bienestar es importante para la sociedad futura; desde soluciones para la salud, que tienen en cuenta el envejecimiento de la población, hasta tecnología de los alimentos y todo lo relacionado con el bienestar de los seres humanos y los animales.

La Generación Z se refiere a la generación posterior a los millennials. Una generación para la que todo es móvil, social y online. La inversión se centra en compañías que facilitan el modo de vida de esta generación: videojuegos, contenidos digitales o redes sociales. Por su parte, la sociedad electrónica se basa en el futuro digital respecto a la interacción entre compañías y consumidores: comercio digital, digitalización y compañías de pagos online. La industria 4.0 se refiere a la nueva revolución industrial: robótica, atomatización, big data, internet de las cosas e inteligencia artificial son fundamentales. En un mundo cada vez más conectado, otro aspecto que será cada vez más importante es la seguridad; en esta temática, la gestora selecciona compañías tanto en el sector de la ciberseguridad como en el de la seguridad física.

Su gestión corre a cargo de un experimentado equipo formado por Alexander Roose, Quirien Lemey y Dries Duri, junto con un equipo de 11 analistas sectoriales y cuatro expertos en inversión socialmente responsable (ISR). Inicialmente el gestor del fondo fue Alexandre Roose, director de Renta Variable Internacional de DPAM desde 2015. Con anterioridad, fue gestor de Renta Variable Internacional en PIAM, gestor de Estrategias Long/Short en Joalco y Analista en Strategus. Alexandre es master en Economía Aplicada por la EHSAL Management School de Bélgica.

A partir del 1 de octubre de 2017, el fondo está gestionado por Dries Dury, gestor de Renta Variable de DPAM desde 2016. Fue anteriormente gestor del EMU high dividend yield Equity en Degroof FMC, analista de inmobiliarias cotizadas de Bank Degroof y analista del Banco Nacional de Bélgica. Es máster en Ciencias Económicas por la Universidad de Gante, en Bélgica.

El proceso inversor comienza con una primera fase de filtrado cuantitativo, a partir de un universo de unas 30.000 compañías cotizadas. Son empresas con una capitalización de mercado de más de 300 millones de euros, con una ratio de flujos de caja libre sobre enterprise value (FCF/EV) superior al 4% y que han de cumplir con los criterios de Exclusión ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), excluyendo empresas cuyo negocio sea el juego, el tabaco o la defensa).

En una segunda fase, se lleva a cabo la selección de compañías, primero en base a un análisis top-down, que ayuda a identificar los temas, y a continuación con un análisis bottom- up o de stock picking, para identificar las compañías que serán las futuras ganadoras, tanto cuantitativa como cualitativamente.

Tras analizar su cadena de valor, identifican e incorporan a la cartera las empresas que demuestran ser líderes en innovación, con actividades relacionadas con tecnologías disruptivas, generadoras de caja en el corto plazo y con un fuerte crecimiento. Han de contar con modelos de negocio robustos y ventajas competitivas y han de cumplir con los criterios ASG marcados.

El resultado es una cartera de entre 70 y 80 acciones, con ponderaciones diferentes en cada caso, diversificada por sectores, capitalización de mercado y temas de inversión. Es una cartera invertida prácticamente en su totalidad, sin cobertura y con un máximo del 5% de liquidez. Un tercio del fondo está posicionado en compañías medianas y pequeñas, donde a menudo existe mayor innovación y disrupción y donde el equipo gestor obtiene mayor alpha en relación al índice MSCI World.

Las mayores posiciones en la cartera del fondo incluyen acciones de Abbott Laboratories Ltd (2,6%), Abiomed Inc (2,27%), Accenture – SHS Class A (2,22%), Activision Blizzard (2,08%) y Addus Homecore Corp (2,06%). Por sector, tecnologías de la información (31,7%), salud (22,5%), consumo discrecional (11,8%), industrial (11,1%) y financiero (10,8%) representan las mayores ponderaciones. Por país, los mayores pesos corresponden a Norteamérica (54,1%), Europa ex-Unión Monetaria Europea (14%), Japón (11,7%), Unión Monetaria Europea (8,7%) y resto del mundo (8,3%).

La historia de rentabilidades del fondo lo posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2014 y 2018, batiendo al índice de su categoría durante 2015, 2016 y 2017. A tres años, registra un controlado dato de volatilidad del 9,91% y del 12,11% a un año. También a un año, su Sharpe es de 1,37 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 4%. La suscripción de la clase F del fondo requiere una aportación mínima de 25.000 euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija del 0,75% y de depósito del 0,045%. Cuenta también con clases A y B dirigidas a inversores individuales.

El equipo gestor cree que la guerra comercial entre EE.UU. y China está centrando la atención global de forma más notable. Les preocupa que pueda haber un posibilidad real de que no se llegue a un acuerdo pronto y que los temas relacionados con esta guerra estén más profundamente arraigados y sean más estructurales de lo que los inversores creen. El escenario global ha cambiado de forma significativa desde comienzos de año y no sólo por la guerra comercial, sino también por la subida de tipos, la forma en que se está desarrollando el Brexit o los problemas con el presupuesto italiano, al mismo tiempo que las valoraciones han escalado durante la primera mitad del año. A pesar de todo ello, estiman que hay todavía pocos indicios de que la economía global vaya a entrar en recesión, más bien lo contrario.

En general, desde una perspectiva a alto nivel, son positivos sobre la mayor parte de energías alternativas, al menos a largo plazo. En cualquier caso, el equipo actualmente evita subsectores como el de energías alternativas, debido a los fundamentales actuales, las dinámicas competitivas y las perspectivas de mercado. En este momento invierten en ciertos sectores nicho de menor tamaño, que atraen escaso interés entre los analistas, y en compañías poco conocidas como Nibe (bombas de calor) y Spirax Sarco (sistemas de vapor).

Artículo de opinión de Paula Mercado.