Foto: clinker. México tendrá un menor crecimiento en 2019
El crecimiento de la economía mexicana en 2019 será menor al registrado en 2018 debido a que existen muchos elementos de incertidumbre que lo inhiben.
Por un lado, falta la aprobación del acuerdo T-MEC por parte de los congresos y en el caso de los Estados Unidos la relación entre el ejecutivo y el Congreso es muy tirante por lo que la aprobación no va a ser rápida. Incluso, existe el riesgo que se lo rechacen y en ese escenario es difícil prever la reacción del presidente Trump, quien podría llegar a salirse del TLCAN. Otra interrogante que afecta a la inversión es la forma en que instrumentará la nueva administración su programa económico. Este contexto provoca que se pospongan decisiones de inversión hasta que esas incertidumbres se disipen.
Por otra parte, es el inicio de una nueva administración y existe una curva de aprendizaje en cuanto a la forma de ejercer el presupuesto. Además de ser un proceso normal, en esta ocasión varios de los funcionarios nunca habían tenido posiciones en el ejecutivo federal por lo que desconocen muchos de los procesos presupuestales. Adicionalmente, la decisión de centralizar todas las contrataciones de personal y las adquisiciones en la Secretaría de Hacienda seguramente va a provocar cuellos de botella en dichos procesos y retrasará las compras del gobierno federal. También se debe de considerar que el gasto total del gobierno federal como proporción del PIB quedó muy similar al del año pasado por lo que tampoco será un elemento que aumente la demanda agregada.
La reducción del personal que se está registrando en el gobierno federal aunado a la incertidumbre laboral resultado del traslado de dependencias federales a otras ciudades va a provocar que la personas también pospongan su consumo y de esa manera afecten negativamente las ventas, generando un círculo vicioso relacionado con la incertidumbre laboral y el consumo.
El contexto externo tampoco resulta nada favorable, a pesar de que la economía norteamericana continúa creciendo, se espera un menor nivel de dinamismo, y en Europa también se espera menor crecimiento económico. Ante una menor actividad económica mundial el mercado petrolero también estará afectado y la menor demanda provocará una reducción del precio de crudo para 2019. Por lo tanto, las exportaciones tampoco crecerán a un ritmo mayor al del año pasado.
En consecuencia, la demanda agregada crecerá a un menor ritmo en 2019 y por lo tanto el PIB crecerá alrededor del 1,5%, por debajo del 2,3% estimado para 2018 y muy similar al primer año de gobierno de EPN (1,35%). En la medida en que el crecimiento del PIB sea menor, permitirá reducir más la inflación, la cual se estima que se pueda disminuir de 4,85% en 2018 a 3,9% en 2019.
Pixabay CC0 Public DomainPhoto: MichaelGaida. Worldwide M&A Activity Totaled 4 Trillion Dollars During 2018
La actividad de fusiones y adquisiciones en todo el mundo alcanzó los cuatro billones de dólares (trillion en inglés) durante 2018, un aumento del 19% en comparación con 2017. Sólo en tres ocasiones se ha alcanzado esa marca. El crecimiento global ha sido un tema de la actual ola de fusiones y adquisiciones, y la actividad de acuerdos transfronterizos representó 1,6 billones de dólares durante el año, un 32% más que en 2017 y el año más fuerte para las fusiones y adquisiciones transfronterizas desde 2007. El total en Europa fue de 1 billón de dólares, el más alto en 11 años.
El universo del arbitraje de fusiones tuvo una serie de desarrollos positivos que ayudaron a aliviar los vientos en contra de la expansión de los diferenciales. Específicamente:
Tribune Media (TRCO-NYSE), una compañía de medios que posee estaciones de transmisión de televisión así como otros activos de medios, acordó ser adquirida por Nexstar Media Group por 46,50 dólares en efectivo por acción, o aproximadamente 7.000 millones de dólares. Anteriormente, en mayo de 2017, Tribune aceptó ser adquirido por Sinclair Broadcast. Se espera que el acuerdo de Tribune con Nexstar se cierre en el tercer trimestre de 2019, y los accionistas reciban un pago de 0,30 dólares por mes si la transacción no se cierra antes del 31 de agosto de 2019.
Shire plc (SHPG-NASDAQ) superó su último obstáculo en diciembre cuando los accionistas de la adquirente Takeda votaron para aprobar la adquisición de la compañía por parte de Takeda por 80.000 millones de dólares. La transacción cerró en enero de 2019.
Express Scripts (ESRX-NASDAQ) recibió todas las aprobaciones reglamentarias estatales restantes en diciembre y la adquisición por parte de Cigna se completó el 21 de diciembre. Los accionistas de Express Scripts recibieron 48,75 dólares en efectivo y 0,2434 acciones ordinarias de Cigna por acción de Express Scripts, que valoraron la transacción en alrededor de 70.000 millones de dólares.
Además, algunas ofertas notables anunciadas en diciembre incluyen:
Tesaro, Inc. (TSRO-NASDAQ), una compañía biofarmacéutica centrada en la oncología, aceptó ser adquirida por la farmacéutica británica GlaxoSmithKline por 75 dólares en efectivo por acción, o alrededor de 4.500 millones de dólares.
Belmond Ltd. (BEL-NYSE), propietario y operador de hoteles de lujo, trenes turísticos y restaurantes, aceptó ser adquirido por el grupo de productos de lujo LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton por 25 dólares en efectivo por acción, o aproximadamente 4.000 millones de dólares.
MINDBODY, Inc. (MB-NASDAQ), un software de administración de negocios basado en la nube y una plataforma de pagos para la industria de servicios de bienestar, acordó ser adquirido por la firma de inversión en tecnología Vista Equity Partners por 36,50 dólares en efectivo por acción, o aproximadamente 2.000 millones de dólares.
Estamos entusiasmados con nuestras perspectivas de generar rendimientos no correlacionados con el mercado en 2019. Históricamente, los períodos de volatilidad del mercado han sido terreno fértil para la inversión en arbitraje de fusiones, porque podemos comprar acciones de compañías objetivo a precios más baratos.
Columna de Gabelli Funds, escrita por Michael Gabelli
Para acceder nuestra metodología de inversión y cartera de arbitraje de fusión dedicada, ofrecemos los siguientes fondos UCITS en cada disciplina:
GAMCO ARBITRAJE DE FUSIÓN
GAMCO Merger Arbitrage UCITS Fund, lanzado en octubre de 2011, es un fondo abierto incorporado en Luxemburgo y que cumple con la regulación UCITS. El equipo, la estrategia dedicada y el registro datan de 1985. El objetivo del Fondo de Arbitraje de Fusión GAMCO es lograr un crecimiento de capital a largo plazo invirtiendo principalmente en transacciones anunciadas de fusiones y adquisiciones de acciones manteniendo una cartera diversificada. El Fondo utiliza un enfoque de inversión altamente especializado diseñado principalmente para beneficiarse de la finalización con éxito de las fusiones, adquisiciones, ofertas públicas, adquisiciones apalancadas y otros tipos de reorganizaciones corporativas propuestas. Analiza y supervisa continuamente cada transacción pendiente por posibles riesgos, incluidos: reglamentación, términos, financiación y aprobación de los accionistas.
Las inversiones de fusión son una alternativa altamente líquida, no correlacionada con el mercado, probada y consistente con los valores de renta fija y de renta variable tradicionales. Los retornos de fusión dependen de los diferenciales de oferta. Los diferenciales de oferta son una función del tiempo, la prima de riesgo de transacción y las tasas de interés. Por lo tanto, los rendimientos están correlacionados con los cambios en las tasas de interés a mediano plazo y no con el mercado de valores en general. La perspectiva de un aumento de las tasas implicaría un mayor rendimiento de las fusiones a medida que los diferenciales se amplíen para compensar a los arbitrajistas. A medida que disminuyen los mercados de bonos (aumentan las tasas de interés), los rendimientos de las fusiones deberían mejorar a medida que las decisiones de asignación de capital se ajustan a los cambios en los costos del capital.
La volatilidad del amplio mercado puede conducir a la ampliación de los diferenciales en las posiciones de fusión, que, junto con nuestras carteras de fusiones bien documentadas, ofrecen el potencial de TIR mejoradas. Las fluctuaciones diarias de la volatilidad de los precios junto con un capital menos propietario (la regla de Volcker) en los Estados Unidos han contribuido a mejorar los diferenciales de las fusiones y, por lo tanto, los rendimientos generales. Por lo tanto, nuestro fondo está bien posicionado como alternativa de sustitución de efectivo o renta fija.
Nuestros objetivos son acumular y preservar la riqueza a lo largo del tiempo, sin dejar de estar correlacionados con los amplios mercados globales. Creamos nuestro primer fondo de fusión dedicado hace 32 años. Desde entonces, nuestro rendimiento de fusión ha aumentado los activos de los clientes a una tasa anual de aproximadamente 10,7% bruto y 7,6% neto desde 1985. Actualmente, administramos activos en nombre de clientes institucionales y de alto patrimonio global en una variedad de estructuras de fondos y mandatos.
GAMCO ALL CAP VALUE
El Fondo UCITS GAMCO All Cap Value, lanzado en mayo de 2015, utiliza el PMV patentado de Gabelli con una metodología de inversión Catalyst ™, que funciona desde 1977. El Fondo busca rendimientos absolutos a través de la inversión de valores impulsada por eventos. Nuestra metodología se centra en la inversión con un enfoque fundamental y bien investigado para conseguir las mejores oportunidades, con un enfoque en valores de activos, flujos de efectivo y catalizadores identificables para maximizar los rendimientos independientemente de la dirección del mercado. El fondo se basa en la experiencia de su equipo de cartera global y más de 35 analistas value.
GAMCO es un inversor activo de valores con enfoque bottom-up que busca lograr una apreciación real del capital (en relación con la inflación) a largo plazo, independientemente de los ciclos del mercado. Nuestro proceso de selección de valores orientado al valor se basa en los principios fundamentales de inversión articulados en 1934 por Graham y Dodd, los fundadores del análisis moderno, y aumentados por Mario Gabelli en 1977 con su introducción de los conceptos de Private Market Value (PMV ) con un Catalyst ™ en el análisis de la renta variable. PMV con Catalyst ™ es nuestra metodología de investigación única que se enfoca en la selección de acciones individuales identificando empresas que se venden por debajo del valor intrínseco con una probabilidad razonable de realizar sus PMV, que definimos como el precio que un comprador estratégico o financiero estaría dispuesto a pagar por la totalidad empresa. Los factores de valoración fundamentales es utilizada para evaluar valores antes de la inclusión / exclusión en la cartera, nuestro enfoque, impulsado por la investigación, considera el análisis fundamental como un enfoque de tres frentes: flujo de efectivo libre (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, o EBITDA, menos los gastos de capital necesarios para crecer / mantener el negocio); tendencias de ganancias por acción; y el valor de mercado privado (PMV), que abarca los activos y pasivos dentro y fuera del balance. Nuestro equipo llega a una valoración PMV mediante una evaluación rigurosa de los fundamentales de la información disponible al público y el juicio obtenido de la gestión de reuniones, que abarca empresas de todos los tamaños a nivel mundial y nuestro amplio conocimiento acumulado de una variedad de sectores. Luego identificamos negocios para la cartera con un margen adecuado de seguridad y respaldado por nuestra investigación profunda.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: geralt. El hombre y la máquina
Los mercados financieros han experimentado turbulencias durante las últimas semanas. Los datos macroeconómicos decepcionantes, las correcciones a la baja en las expectativas de beneficios de las empresas, las crecientes tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, el cierre del Gobierno de este último y una posible suavización de la postura de la Fed han sido algunos de los catalizadores clave de esta montaña rusa. Al mismo tiempo, parece que la propia estructura del mercado, con baja liquidez y la concentración de inversores, empujó ese salto en la volatilidad del mercado desde mediados de diciembre.
Pese a que muchos niveles del mercado no son muy diferentes de lo que eran hace un mes, han ocurrido muchas cosas desde entonces. En las semanas previas a la Navidad, las bolsas corrigieron fuertemente a la baja y después se recuperaron a niveles de sobrecompra, ayudados parcialmente por las últimas observaciones favorables del presidente de la Fed, Jerome Powell. A lo largo del camino, el índice de volatilidad VIX saltó por encima de 35, acercándose a su nivel más alto del último año. Otros índices sufrieron cambios drásticos diarios, como el S&P 500, que ganó 116,6 puntos el pasado 26 de diciembre.
Hasta cierto punto, estos hechos no deberían ser sorprendentes. El fenómeno frecuente de eventos inesperados en los mercados financieros ofrece una pista de la propia naturaleza del sistema. Los mercados pueden ser arriesgados, irracionales e impredecibles, ya que están repletos de irregularidad, retroalimentación y fricción. Los componen participantes que están constantemente explorando, aprendiendo y adaptándose, pero que también se encuentran subordinados a sesgos de comportamiento; tienen distintos objetivos, habilidades y racionalidad; y cuentan con una influencia en la conducta del mercado que varía con el tiempo. Como resultado, los mercados consisten en sistemas complejos adaptables que muestran este tipo de comportamiento con frecuencia, pero no de una forma regular o predecible. Además, su complejidad no está reduciéndose, sino que más bien está aumentando con las nuevas tecnologías, los flujos de información acelerados y unos participantes que cambian constantemente.
Por ello, cada vez más administradores de fondos se están centrando en las oportunidades de las nuevas tecnologías y están explorando la Inteligencia Artificial (IA) y el Big Data para comprender mejor el entorno del mercado y progresar en sus decisiones de inversión. Dado el drástico aumento de la digitalización en nuestras comunicaciones sociales y de negocios, es natural que las decisiones de inversión dependan cada vez más de la información que puede ser extraída del espacio digital.
Hacen falta unos pasos básicos para poder tomar cualquier decisión de inversión: un análisis de la información relevante, una predicción de lo que (muy probablemente) ocurrirá en el futuro y una compra de valores que saldrá beneficiada. Obviamente, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente con esta cantidad de información relevante en crecimiento exponencial.
Durante los dos últimos siglos, ha aumentado significativamente el uso de “máquinas” para captar datos de forma sistemática y extraer ideas imparciales de ellos. Hasta hace algunos años, la mayor parte de la información que se recolectaba de esa manera eran, sobre todo, datos económicos y/o de los precios y el volumen del mercado. Con la erupción de la revolución digital en los últimos años, el tipo de información que puede ser capturada a través de los nuevos canales de Big Data se ha expandido enormemente. Las estadísticas tradicionales de los fundamentales, como los ingresos, el PIB o la inflación, pueden enriquecerse con datos de cosas como el volumen de compras online y los precios, imágenes por satélite, flujos de tráfico, gastos de publicidad o el uso de tarjetas de crédito.
Además, hemos ganado mucho más conocimiento sobre cómo pensamos y cómo nos sentimos; qué opiniones tenemos (y cuáles compartimos) a través de los canales digitales, las redes sociales o los medios de comunicación online; qué sentimientos expresamos en relación a la actividad empresarial o a las decisiones de gestión; y cuánto nos fiamos de los gobiernos y los actores políticos. Dejamos rastros de estas opiniones y emociones en todos los medios digitales que utilizamos y los patrones que generan pueden ayudarnos a captar el ánimo de los inversores, identificar las fuerzas de comportamiento que empujan a los mercados hacia arriba o hacia abajo y agudizar nuestra evaluación de los riesgos a corto plazo de nuestras inversiones.
La disponibilidad de todas estas nuevas fuentes de datos, sin embargo, también fuerza a los inversores a adaptar su enfoque de inversión. Además de mejorar la precisión del análisis y la previsión de los fundamentales subyacentes, ahora podemos realizar una evaluación en profundidad de las fuerzas de comportamiento que empujan a los mercados hacia delante. Las especies de cualquier tipo de ambiente deben entender el entorno en el que operan y adaptarse a él más rápido que sus pares. Esto también se aplica al universo dinámico y competitivo de los mercados financieros globales, lo que significa que es más crucial que nunca incorporar previsiones de comportamiento y de fundamentales en tu método de inversión.
Asimismo, el aumento exponencial de datos disponibles significa que debemos utilizar técnicas más sofisticadas, diversas y adaptables para poder recopilar toda la información importante que pueda encontrarse. El análisis estadístico tradicional requiere un complemento con la mejor IA y las mejores técnicas de aprendizaje automático, como el deep learning, redes neuronales o procesamiento del lenguaje natural. Esto no sirve solo para mejorar las previsiones, sino también para crear un proceso continuo de mejoras en los pronósticos – igual que nuestros cerebros aprenden de los errores que cometemos (al menos de vez en cuando). Además, el Big Data y la IA pueden empoderar la gestión de riesgos: ayudan a identificar patrones, conexiones y dependencias en los factores de riesgo que son difíciles de identificar con herramientas de un solo factor (volatilidad). Por ende, para adaptarse del todo, los inversores deben explorar formas de moverse hacia diagnósticos de riesgo más multi-dimensionales.
Con la explosión de datos, los humanos serán cada vez menos capaces de extraer información relevante de manera oportuna. Con el aumento de la complejidad del mercado y los cambios de régimen ocurriendo con mayor frecuencia, la adaptabilidad o habilidad limitada de aplicar perspectivas históricas en distintos contextos generará cada vez más dificultades para las estrategias cuantitativas. Los problemas que atravesaron las estrategias de renta variable de bajo volumen en 2018 son un ejemplo de esto.
Por ello, ahora más que nunca, el hombre y la máquina deben jugar juntos. La Inteligencia Artificial y el Big Data aumentan las fortalezas y la creatividad del ser humano para analizar lo extraño, lo distinto, lo nuevo o lo inédito. La diversidad de ideas fortalece el razonamiento y la toma de decisiones en los equipos humanos y la diversidad de habilidades tiene el mismo efecto en equipos de inversiones tecnológicos. Hacer que estos equipos se complementen bien requiere una mentalidad y una cultura diferentes, y todos tendremos que adaptarnos para llegar hasta allí, pero aquellos que avancen más en 2019 tendrán más probabilidades de ganar en el complejo futuro que nos espera.
Tribuna de Valentijn van Nieuwenhuijzen, jefe de inversiones en NN Investment Partners
Pixabay CC0 Public DomainFoto: clarenceford. La renta variable recorta su distancia con el crédito a finales de 2018
Los mercados de capitales implican una parte de ciencia social, lo que significa que nunca se puede determinar qué está moviendo el mercado en cortos periodos de tiempo con precisión. Con esta restricción, en términos simples, creo que la nueva narrativa del mercado cuenta que los inversores están descontando una disminución en los beneficios empresariales que es mayor de lo esperada.
Un incremento en los gastos operativos, tanto por unas condiciones financieras más ajustadas como por un mercado laboral más ajustado junto con la escalada de las tensiones comerciales han generado incertidumbre sobre cómo serán los beneficios en 2019. Como resultado, la renta variable se ha rebajado en todas las regiones. Si bien los ajustes realizados por los fondos de pensiones, las ventas con pérdidas fiscales y el bajo volumen al cierre del año pueden haber añadido volatilidad, sospecho que los múltiplos de la renta variable han estado en última instancia tratando de alcanzar las señales enviadas por los inversores de bonos desde principios de 2018. Los diferenciales en todo el espectro crediticio, desde el grado de inversión europeo a la deuda high yield estadounidense, han puesto fin a su peor año en el calendario desde 2008.
En nuestra plataforma global de research, hemos incrementado la preocupación por la complacencia del mercado que rodea la sostenibilidad de los márgenes y el apalancamiento financiero. A raíz de la crisis financiera mundial, las empresas aumentaron el flujo de caja libre emitiendo deuda en anticipación de un mayor crecimiento en las ventas y unos menores costes en los insumos. En términos generales, ninguno de los dos terminó cumpliendo con las expectativas. Mientras el apalancamiento a día de hoy es gestionable cuando se ve a través de la lente de la cobertura de intereses tradicional, puede que deje de serlo a medida que los costes de los insumos se aceleren contra un crecimiento de los ingresos menor de lo esperado, una disminución del apetito por el riesgo de los inversores en deuda corporativa, o ambos.
El tipo de empresas más adecuadas para navegar el que creemos que será un entorno operativo más complicado serán aquellas cuyo producto o servicio es único. Empresas que se diferencian de la competencia, permitiendo traspasar unos costes más altos, ya sean de aranceles, laborales y otros factores, destacaran sobre el resto del mercado, que podría verse obligado a digerir un perfil menor de margen. Esta propuesta de valor difícil de convertir en una ‘commodity’ hace que estas empresas sean menos dependientes de la economía para crecer en sus ingresos. También hace que sean menos dependientes del mercado de deuda. Unas franquicias de mayor calidad, con un flujo de caja sostenible y por encima de la media, debería obtener en última instancia una prima de escasez en comparación con el grueso del mercado, mientras que aquellas empresas con unos mayores costes en sus insumos y sin capacidad para pasar esos costes al consumidor probablemente tendrán un descuento.
Columna de Robert M. Almeida, estratega global de inversiones de MFS Investment Management.
. La propuesta de AllianceBernstein en el sector salud
El sector salud no es sólo un sector defensivo al que los inversores recurren en etapas de mercado difíciles, sino que mantiene la fortaleza de los principales impulsores de su crecimiento: cambios demográficos, globalización e innovación en todos sus subsectores.
Las oportunidades de inversión a largo plazo abundan en este sector, particularmente en el área de terapias génicas, una nueva clase de medicamentos biotecnológicos. Pero también en los dispositivos médicos que facilitan o posibilitan intervenciones quirúrgicas o en las diversas tecnologías aplicables a la cadena de valor del sector sanitario, como puede ser el diagnóstico y prescripción remota desde el móvil del paciente.
Durante 2018, la categoría sectorial VDOS de Salud, de fondos de inversión que invierten en este sector consigue la mayor revalorización de todas las categorías, con un 7,55%. De esta categoría, uno de los fondos de mayor calificación con mayor rentabilidad durante el pasado año es la clase S1 en euros de AB Sicav I-International Health Care Portfolio, que obtiene una rentabilidad del 9,25%.
Con el objetivo de buscar el crecimiento del capital, invierte al menos el 80% de sus activos totales en títulos emitidos por empresas relacionadas principalmente con las industrias de la salud y la atención médica.
Sigue un estilo de inversión bottom-up puro, de selección individual de compañías. El equipo gestor cree que no es posible predecir los resultados de ensayos científicos y desarrollar un proceso de inversión que sea repetible a lo largo del tiempo, por lo que se focalizan en los negocios de las compañías en las que invierten. La mayor parte de los inversores utilizan el crecimiento de beneficios por acción (BPA) como referencia, pero el equipo gestor del fondo cree que el Retorno sobre Capital Invertido (ROIC) es un indicador más veraz del valor que una compañía está creando para sus accionistas. Cuando se mira al sector salud a través de esta lente, se pueden identificar muchas empresas interesantes de dispositivos médicos, de tecnologías de la salud e incluso de desarrollo de medicamentos.
El gestor del fondo es Vinay Thapar, vicepresidente senior y gestor de los fondos de renta variable de crecimiento de Estados Unidos. Es también analista senior, responsable del sector de salud a nivel global. Antes de su incorporación a AllianceBernstein en 2011, Thapar fue analista senior de inversiones del sector de salud en American Century Investments durante tres años. Con anterioridad, trabajó en el equipo de Análisis de Biotecnología de Bear Stearns. Es licenciado en Biotecnología por la Universidad de Nueva York y cuenta con la certificación CFA.
Referenciado al MSCI World Health Care Index, el proceso inversor se apoya en un proceso riguroso de análisis fundamental bottom-up para identificar compañías con potencial de crecimiento a largo plazo, en diferentes condiciones de mercado. Se focaliza en empresas que muestran retornos históricos elevados sobre capital invertido, fortaleza de flujos de caja y valoraciones atractivas.
Muestra un especial interés por compañías con expectativas de atraer el interés de los consumidores del sector sanitario, generalmente a través de la introducción de nuevos tratamientos y terapias o bien ofreciendo oportunidades de reducción de costes a sus consumidores.
La cartera del fondo incluye entre sus mayores posiciones acciones de UnitedHealth Group (7,32%), Pfizer (7,31%), Roche (6,93%), GlaxoSmithKline (4,84%) y Medtronic (4,62%). Por subsector, las mayores ponderaciones en la cartera del fondo corresponden a farmaceúticas (40,42%), equipos y suministros sanitarios (23,57%), biotecnología (18,86%), proveedores de cuidados y servicios de salud (12,35%) y alimentación y consumo básico (2,46%). Estados Unidos (72,40%), Suiza (9,68%), Reino Unido (8,87%), Japón (2,62%) y Australia (2,09%) representan los mayores pesos por país.
La historia de rentabilidades del fondo lo posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2017 y 2018. A tres años, registra un dato de volatilidad del 14,14% y del 15,85% a un año. En este último periodo, su sharpe es de 0,69 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 3,02%. La suscripción del fondo requiere una aportación mínima de 20 millones de euros, adecuado para inversores institucionales, aplicando a sus suscriptores una comisión fija del 0,90%. Cuenta también con la clase A, más adecuada para inversores individuales, por la aportación mínima de 2.000 euros requerida para su inversión, y una comisión de gestión del 1,80%.
El equipo gestor estima que el sector de salud está pasando por una etapa difícil, en cuanto a que está sometido a una tremenda inflación en los precios pero a muy poca transparencia. En general, la gente no es consciente del coste real de los ensayos, las pruebas y los procedimientos que llevan a poner un medicamento o un tratamiento en el mercado. Y esto debería de cambiar.
Hay un par de subsectores que presentan algunos retos. El primero es el hospitalario, porque no hay transparencia de precios y el equipo gestor cree que, en última instancia, los protocolos saldrán del hospital a medida que las tecnologías progresan y los pacientes podrán ser atendidos en centros ambulatorios.
En el caso de los distribuidores de medicamentos, su modelo de precios es diferente de un distribuidor típico, como puede ser UPS o FedEx, que facturan en base a la distancia y al peso del paquete, sino que facturan en base al valor. Por eso, el equipo gestor cree que hay algunas áreas en la distribución de medicamentos que presentan también un reto y son aquellas compañías que han alcanzado importantes aumentos de precio en medicamentos antiguos y no han innovado. Algo que no parece sostenible en el tiempo.
Por lo tanto, creen que las compañías mejor posicionadas son las que sean capaces de manejar la tensión entre innovación y reducción de costes para el sistema sanitario. Creen que estas compañías existen y que se las puede identificar trabajando duramente.
Por su evolución por rentabilidad en el último periodo de tres años, respecto a la volatilidad en el mismo periodo, el fondo obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS y quefondos.com
Es un tópico generalmente aceptado que América Latina es una región expuesta a una multitud de realidades complejas que a través de algunos parámetros transversales dan forma a la región: los más positivos, como el idioma, la relativa juventud de su población y el avance en la mejora de las instituciones, generan una sensación de unidad y de enorme potencial, que lamentablemente quedan neutralizados por los elevados niveles de desigualdad social y pobreza, la percepción de inseguridad, violencia y corrupción.
A Latinoamérica se la reconoce por mantener unos desafíos, perennes, de la misma manera que se valoran sus atributos y oportunidades. Pero esta óptica, que circunscribe los retos y desafíos a las fronteras de una región y se aíslan del resto del mundo, es una visión limitada de la realidad. El mundo se ha abierto y la globalización es un fenómeno imparable, por mucho que algunos líderes políticos se empeñen en frenar su avance. El comercio internacional, la conexión económica y social entre países y el avance tecnológico están dando lugar a unas tendencias económicas de las que América Latina no se puede sustraer.
En concreto, se están configurando algunas tendencias que condicionarán el futuro de esta región en los próximos años. Quizá, la más relevante sea el resurgir de Asia, pero también la demografía, la urbanización, el cambio climático, la disrupción digital, la escasez de los recursos naturales y el ímpetu de una nueva clase media, son y serán algunas tendencias que tendrán un fuerte impacto sobre la región. El impacto de estas tendencias será diverso y el cruce entre ellas conformará un espacio complejo que tenderá a girar alrededor de las economías emergentes más dinámicas, entre las que América Latina debiera aparecer con nombre propio.
Sin embargo, desde un punto de vista económico y, a pesar de algunos avances sociales de gran relevancia en estos últimos años, la región sigue defraudando a los inversores y a su propia población que ve con desánimo como la confianza en las instituciones públicas y en el futuro de la región se desvanece. Latinoamérica está llegando al final de su quinto año consecutivo de crecimiento económico anémico y desigual. Aunque desde 2014 al 2018, el crecimiento anual del PIB ha promediado sólo el 0,5%, la región cerraba el año 2017 con un crecimiento económico del 1,3% y un aumento de los flujos de la inversión extranjera directa del 8,3%, con lo que se sentaban las bases para que éste y los próximos años la economía latinoamericana pudiese registrar un crecimiento económico estable de alrededor del 2,5%. Sin embargo, la incertidumbre provocada por la deriva proteccionista estadounidense, la fortaleza del dólar frente a las principales monedas latinoamericanas, la firme decisión de la Reserva Federal de continuar con las alzas de los tipos de interés, así como el intenso ciclo electoral en la región durante el año 2018, ha propiciado que, en tan sólo seis meses, el crecimiento de la región se haya revisado a la baja hasta el 1,2% de acuerdo con las últimas estimaciones del FMI. Aun así, las previsiones económicas planteadas por el FMI tienden a mostrar un escenario razonablemente optimista.
A pesar de los disturbios sociales en Nicaragua y la victoria de López Obrador en México, el área que engloba a México y Centroamérica seguirá liderando la región con un crecimiento económico previsto para 2018 del 2,5%, las islas del Caribe crecerán a una tasa media del 1,5% y América del Sur se quedará por debajo de la media regional con un incremento del PIB del 0,6%, lastrado fundamentalmente por la grave crisis económica y humanitaria de Venezuela y por la desconfianza generada por la crisis de deuda de Argentina, así como por el incierto futuro de Brasil, si bien la ayuda del FMI al Gobierno del Presidente Macri y la victoria de Bolsonaro en Brasil, pueden sentar las bases para un crecimiento más sólido y dinámico en los próximos años. Por su parte, Argentina está superando con esfuerzo los efectos de la sequía más violenta de las últimas décadas, así como la tormenta cambiaria iniciada a finales de abril que, en aquel momento, propició una devaluación del 65% del peso frente al dólar. Venezuela seguirá siendo el principal lastre de la región.
Ahora bien, más allá de entrar en el detalle y análisis de cada país, puede resultar más interesante caracterizar a América Latina como un espacio en el que se entrecruzan en el tiempo y en la geografía tres rasgos fundamentales: la vulnerabilidad de la región a impactos desfavorables o negativos, sean internos o procedan del exterior; el complejo espacio político, que dificulta la coordinación y el acuerdo entre países, y la carencia de una idea clara de cómo abrazar el futuro.
América Latina no puede seguir dependiendo de que se produzca un nuevo boom de commodities para resolver los problemas sociales que presenta la región, perdiendo competitividad y quedándose rezagada frente a otras regiones del mundo. Latinoamérica tiene un enorme potencial derivado de una fuerte identidad común, aún no explotada ni desarrollada, de una base educativa que ha mejorado en estos últimos años y de un notable tamaño representado por más de 600 millones de personas, ávidas de acercarse al bienestar obtenido por una creciente clase media.
Por ello, la región tiene la oportunidad de volver a ser atractiva y ocupar un espacio relevante en el mundo. Una mirada lateral hacia Asia y, en particular, hacia China, es una excelente oportunidad para la región a la vista del giro que el mundo va a dar en los próximos años. En este sentido, debería fortalecerse la Alianza del Pacífico. De la misma manera, la falta de interés del presidente Trump por América Latina abre una magnífica oportunidad para que la región vuelva a girar hacia Occidente y comience a construir, con la connivencia de la Unión Europea, el vínculo atlántico. Así, América Latina tiene la enorme ventaja de poder convertirse en el eje de estas relaciones. Es decir, la región estará en unas condiciones extraordinarias para capitalizar sus bondades y pasar de una unión aspiracional a otra real, en la que América Latina se articule como un sólido bloque frente al resto del mundo.
Adicionalmente, América Latina cuenta con cuatro activos fundamentales que debería explotar con determinación para volver a ser una región relevante: primero, la posibilidad de construir un bloque regional con la integración de MERCOSUR y la Alianza del Pacífico; segundo, el crecimiento de una clase media que tenderá a concentrarse, aún más, en grandes ciudades y demandará un creciente conjunto de servicios (financieros, salud, educación y ocio, fundamentalmente); tercero, la opción de capitalizar los esfuerzos que se han hecho hasta ahora por mejorar los niveles de educación y, cuarto, una elevada tasa de penetración tecnológica (América Latina está preparada para beneficiarse de la creciente cobertura de banda ancha y alfabetización digital por cuanto 9 de cada 10 latinoamericanos tiene, al menos, un teléfono móvil y el 44% un smartphone, es decir, el grado de penetración tecnológica es superior al 50%).
Esta base proporciona una idea clara de en qué dirección deben accionarse las palancas de valor y las políticas públicas para que Latinoamérica pueda reinventarse y volver, así, a convertirse en un actor relevante y atractivo en el tablero internacional. Ahora bien, será necesario que los líderes políticos y empresariales en América Latina vuelvan a alcanzar un pacto con una orientación estratégica encaminada a reducir la extrema sensibilidad de la región a shocks negativos, a minimizar las consecuencias de un complejo espacio político, siempre dividido, que dificulta la coordinación y el acuerdo entre países, y a elaborar una agenda sólida y creíble sobre cómo se debe abrazar el futuro.
(*) Este artículo es una versión reducida del artículo “América Latina debe prepararse para recibir el futuro”, el cual está pendiente de publicarse en el primer número de Geoeconomía.
Pixabay CC0 Public DomainPexels. Renta variable de mercados emergentes: confianza en el cambio técnico
El repunte de la renta variable emergente continúa, pero ¿por cuánto tiempo? Esto es lo que muchos inversores en estos mercados se están preguntando actualmente. Las acciones de los mercados emergentes han estado al alza durante 20 meses y superaron la bolsa estadounidense el año pasado: con un aumento de valor del 32%, han superado considerablemente a las estadounidenses.
En general, la renta variable de mercados emergentes han ganado alrededor del 70% en valor desde su nivel más bajo, a principios de 2016. Por lo tanto, no es de extrañar que las dudas estén creciendo en cuanto a si este repunte continuará. Los expertos de Capital Group están seguros de que la recuperación de los emergentes acaba de comenzar.
Las acciones de los mercados emergentes se valoran de forma atractiva
El entorno actual es positivo: El repunte sincronizado de la economía mundial, la apreciación de la moneda y la gran demanda de componentes técnicos están apoyando a los mercados emergentes. Sin embargo, sus acciones están valoradas de manera atractiva en comparación con los países industrializados y con respecto al pasado. Las acciones chinas, así como las taiwanesas y brasileñas se están negociando actualmente a 13 veces los beneficios esperados para 2018.
A modo de comparación, el MSCI World Index tiene actualmente un ratio precio/beneficio de 17, y es probable que la recuperación en los mercados emergentes continúe. Esto se ve respaldado por la creciente clase media, el aumento del consumo y la automatización industrial. Además, los flujos de caja de las empresas de los mercados emergentes están aumentando, lo que a su vez podría dar lugar a mejores revisiones de los beneficios. Según las previsiones, se espera que los beneficios empresariales aumenten un 13% este año. Esto debería tener un impacto positivo en las acciones de los mercados emergentes, ya que el aumento de los beneficios siempre ha sido bueno para la rentabilidad de las acciones.
Innovación en los mercados emergentes
Chris Thomson, gestor de cartera de Capital Group, ve muchas oportunidades de inversión en los mercados emergentes: «La estabilidad y las reformas, por ejemplo en China y la India, están creando nuevas oportunidades de inversión. Con eso no me refiero sólo a cosas tan obvias como los bancos indios y empresas chinas relacionadas con Internet. También me interesan las industrias nacionales como el cemento y el suministro de electricidad, así como las minoristas y otras firmas de bienes de consumo». Sin embargo, en general, las empresas de tecnología de los mercados emergentes están adquiriendo cada vez más importancia.
Las empresas asiáticas Taiwan Semiconductor y Samsung Electronics, por ejemplo, ocupan posiciones clave en la cadena de suministro de tecnología, ya que han adquirido conocimientos técnicos especializados en el campo de los semiconductores. «Hoy en día, hay muchas empresas de tecnología de éxito en los mercados emergentes, que son extremadamente eficientes en la oferta de comercio electrónico y el uso de nuevas tecnologías. En la actualidad, las empresas chinas de Internet se encuentran a la vanguardia de la innovación en el sector financiero, pero también en otras industrias», afirma Shaw Wagner, gestor de cartera de Capital Group.
Esto también es evidente si se observa el índice MSCI Emerging Markets Index, en el que el peso del sector de tecnologías de la información es del 28%. Hace diez años, las cosas parecían diferentes: en ese momento, las acciones de energía y materiales seguían dominando el índice con un 38 por ciento. La razón del cambio en los patrones de consumo en los mercados emergentes es el crecimiento de la clase media. Cada vez más personas en los mercados emergentes utilizan Internet y hacen llamadas por teléfono móvil. Una ventaja de este cambio técnico es la disminución de la volatilidad.
Muchas de las acciones de energía y materiales del Índice MSCI de Mercados Emergentes eran empresas estatales que dependían de la inversión en infraestructura y, por lo tanto, eran volátiles. Pero al pasar de las materias primas a la tecnología, ya no son los pesos pesados del Índice MSCI de Mercados Emergentes.
Tribuna de Kent Chan, especialista de inversiones de Capital Group.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: raulmorales. La economía japonesa se sitúa en la senda de un fuerte crecimiento económico a largo plazo
Aunque las noticias políticas y macroeconómicas mundiales hicieron mella en los mercados de renta variable en 2018, los fundamentales económicos y de mercado de Japón siguen la senda correcta hacia la normalización. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) ha sido estable en general, la inflación subyacente de los productos al consumo (que excluye los alimentos frescos) permaneció en torno al 1% a finales de octubre y –sobre todo para los inversores en renta variable– la reforma del gobierno corporativo ha progresado de forma sostenida. De cara a 2019, aunque somos conscientes del aumento de las incertidumbres macroeconómicas y de mercado en el exterior, puede que la recuperación sostenida de Japón no se frustre teniendo en cuenta los diversos cambios estructurales en curso.
La ‘Abenómica’ ha dado impulso al crecimiento económico
El pasado mes de septiembre se cumplieron las expectativas y el primer ministro Shinzo Abe ganó las elecciones para seguir presidiendo el Partido Demócrata Liberal japonés. Se convierte así en el primer ministro de Japón con más años en el cargo de la historia, lo que garantiza un avance constante de sus mandatos de política económica. En el plano doméstico, el principal riesgo macroeconómico para 2019 podría ser la subida del impuesto al consumo del 8% al 10% prevista para octubre, cuyo objetivo es restablecer la credibilidad financiera de la nación. Aunque la anterior subida de impuestos del 5% al 8% en 2014 lastró el consumo de los hogares y la inversión privada en bienes de equipo, no se prevé que el incremento de 2019 frustre el crecimiento económico, ya que la administración de Abe tiene previsto poner en marcha paquetes de estímulo para amortiguar el impacto.
El Banco de Japón también sigue mostrando su compromiso con las actuales políticas de relajación monetaria, consciente de las incertidumbres en torno a los efectos del inminente incremento del impuesto al consumo, por ejemplo. Aunque algunos inversores se preocupan por la desaceleración de las compras de activos del banco central, pensamos que esta medida permite a la institución prolongar la duración de las medidas de expansión monetaria. La estabilidad política y la promesa de apoyo mediante estímulos propician un crecimiento estructural saludable de la economía y los beneficios empresarialesjaponeses, lo que favorece la tan necesaria recuperación de la inversión en bienes de equipo. Las empresas japonesas con abundante efectivo tienen previsto incrementar su inversión en bienes de equipo para modernizar las instalaciones deficitarias en inversiones en los últimos veinte años, así como para agilizar la automatización a fin de afrontar la escasez de mano de obra. Dicha escasez también ha propiciado un incremento de los salarios que a menudo impulsa la confianza de los consumidores. La inversión en bienes de equipo y el gasto de los hogares han sido los motores del reciente crecimiento del PIB, creando finalmente un muy esperado círculo virtuoso en Japón.
La reforma del gobierno corporativo progresa de forma lenta pero segura
El gobierno corporativo se considera el elemento con mayor éxito de la agenda de la Abenómica. En 2018, la Bolsa de Tokio y la Agencia de Servicios Financieros de Japón revisaron el Código de Gobierno Corporativo para abordar temas fundamentales como las participaciones cruzadas entre empresas no financieras (en torno al 20%) y la baja eficiencia del capital. El código revisado ha establecido principios más rigurosos relativos a la información, por parte de las empresas cotizadas, de sus políticas de participaciones cruzadas, así como a la publicación de una evaluación anual que determine si el riesgo y la rentabilidad de cada participación compensan el coste del capital. Las empresas cotizadas ahora deben elaborar y comunicar estrategias de negocio con objetivos de rentabilidad y eficiencia del capital basados en estimaciones de coste del capital razonables. La rentabilidad de los recursos propios de las empresas japonesas ha repuntado, pero todavía hay margen para alcanzar los niveles estándar globales. Se espera que estas directrices más rigurosas provoquen una reestructuración de las carteras de negocios mediante desinversiones y adquisiciones, lo que reduce aún más esa brecha.
Avances en la mejora de la productividad
Las reformas para reducir las famosas largas jornadas de trabajo en Japón, apostar por estilos de trabajo flexibles y cerrar la brecha entre los trabajadores fijos y los temporales son un elemento destacado de la política de Abe que seduce a los electores. Además de la inversión privada en bienes de equipo, el incremento de la productividad ha garantizado una recuperación sostenida del reciente crecimiento del PIB japonés. De hecho, según datos de la OCDE, Japón registró el mayor crecimiento de la productividad total de los factores del G7 desde 2012 hasta 2016. Cabe prever que la reforma del estilo de trabajo contribuya a reforzar esa tendencia al alza. Asimismo, aunque la población de trabajadores inmigrantes en el sector manufacturero sigue siendo baja en términos porcentuales (en torno al 2%), el número total de inmigrantes es el más alto de los últimos años gracias al apoyo de las políticas, concretamente, la introducción de un programa de formación en prácticas para profesiones técnicas. Para abordar ese problema concreto del empleo, el gobierno ha prometido que en abril de 2019 aceptará trabajadores extranjeros en aquellas áreas que han sufrido el mayor déficit de mano de obra, como la construcción, la agricultura y los cuidados.
El aumento de la incertidumbre política y macroeconómica a escala mundial ha supuesto una alteración de los mercados globales, y Japón no es una excepción. De hecho, el crecimiento económico irregular ha moderado su recuperación económica a medio plazo. No obstante, a largo plazo, la economía japonesa mantiene su trayectoria al alza. Estas tendencias positivas, una recuperación de la inversión en bienes de equipo y del gasto en consumo, el avance en la reforma del gobierno corporativo y la mejora de la productividad deben descontarse todavía en las valoraciones de las acciones, pero creemos que podrían generar oportunidades para reconstruir las asignaciones estratégicas en Japón.
Tribuna de Daiji Ozawa, director de inversiones y gestor de carteras en Japanese Value Equity de Invesco
Pixabay CC0 Public DomainFoto: skeeze. Renta fija emergente: los rendimientos heterogéneos confirman las tendencias a largo plazo
Los mercados emergentes enfrentaron numerosos obstáculos en 2018, que fueron desde la subida de tipos en Estados Unidos, un dólar más fuerte y la intensificación de tensiones comerciales hasta la debilitación de los precios de materias primas y el deterioro de los fundamentales en varios países emergentes, como Turquía y Argentina. En consecuencia, los mercados de deuda emergente registraron desempeños negativos a lo largo del año pasado.
Sin embargo, una vez más, el comportamiento de los distintos tipos de subactivos de estos mercados fue diverso. En concreto, a los bonos corporativos de los emergentes (-1,7% en 2018) les fue mucho mejor que a la deuda soberana (-4,3%) o a los bonos locales (-6,2%). Como hemos ido afirmando durante un tiempo, esta resiliencia puede explicarse por varios factores: una mayor diversificación, mejor calidad crediticia, una base de inversores más estable y, de manera importante, tipos de interés de menor duración.
Los bonos corporativos de emergentes con grado de inversión (IG), en particular, solo perdieron un 0,7% a lo largo del periodo, desempeñándose mejor que la deuda soberana IG (-2,4%) y que el crédito estadounidense IG (-2,3%), gracias a su duración más corta de solo unos cinco años, frente a los alrededor de siete de los otros dos.
La deuda local, en cambio, rindió por debajo de lo esperado, debido a la fuerte depreciación de las divisas locales de los emergentes frente al dólar, así como a la falta de oportunidades de diversificación de solo 19 países ante los cerca de 150 emisores que componen el índice de los títulos de deuda de emergentes y los 640 del índice de bonos corporativos de estos mercados.
Los mercados locales emergentes continúan demostrando un pobre rendimiento ajustado al riesgo con más volatilidad y detracciones que la deuda en divisas. Por eso seguimos creyendo que este tipo de subactivo es más adecuado para aquellos inversores con apetito al riesgo y la habilidad de comerciar táctica y selectivamente para aprovechar las oportunidades de inversión cuando surjan que para los inversores que buscan una asignación de activos más estratégica a largo plazo.
Pensamos que los mercados emergentes han superado algunas de sus dificultades económicas de 2018, lo que debería hacer que 2019 sea un año más fructífero para los inversores en renta fija emergente. Lo peor de la incertidumbre política en Argentina y Brasil ya quedó atrás. Los riesgos en Turquía sí parecen más cuantificables. En general, el crecimiento del PIB de los emergentes debería seguir mejor que la media de los mercados desarrollados. Los factores técnicos de los primeros se han arreglado y ahora son más favorables que lo que lo eran hace un año. Por último, la rentabilidad de la deuda en divisas de los mercados emergentes es actualmente mucho más atractiva, con un 5,95% para los bonos corporativos y un 6,63% para los soberanos.
Tribuna de Karine Jesiolowski, Investment Specialists senior de renta fija emergente en UBP AM
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: VitorBarao. Los criterios ESG se convierten en norma para los inversores europeos
Prácticamente, siete de cada diez inversores institucionales europeos aumentarán sus asignaciones a estrategias ESG en 2019, por lo que Europa es, de lejos, la región del mundo en la que más va a aumentar el peso de las inversiones en productos que tienen en cuenta factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Este dato, que se desprende de la Encuesta a Inversores Institucionales elaborada recientemente por Natixis IM, refleja que los inversores del Viejo Continente se toman cada vez más en serio la inversión socialmente responsable.
Este estudio evidencia una tendencia cada vez más consistente en la industria europea de gestión de activos. Pero, realmente, ¿a qué responde esta tendencia? ¿A la búsqueda de más rentabilidad? ¿Al objetivo de reducir el riesgo? ¿A su intención de alinear la actividad de las organizaciones con los principios que abandera?
La respuesta es sencilla: responde a todo lo anterior al mismo tiempo. Los inversores institucionales europeos quieren poner en marcha estrategias que se alinean con sus principios, al mismo tiempo que consiguen un mayor control del riesgo y que obtienen beneficios como una mejora de su reputación, una mayor diversificación o un retorno más elevado de las inversiones.
Este dato, que demuestra el sólido compromiso de Europa -y de las firmas europeas- con expandir las ventajas de la inversión socialmente responsable, contrasta con la intención de los inversores institucionales norteamericanos. Y es que la historia es muy diferente al otro lado del Atlántico, en donde menos de un 40% de los inversores institucionales están dispuestos a aumentar sus asignaciones en estrategias ESG, mientras que prácticamente el 60% restante no tiene en mente hacer ningún cambio en la cantidad de dinero que destina actualmente a este tipo de estrategias.
El resultado de esta encuesta nos permite decir que vamos por el buen camino, ya que el aumento del interés por las inversiones socialmente responsables en Europa también responde al cada vez mayor convencimiento de que estas estrategias ofrecen fuentes adicionales de alfa. Sin embargo, no se puede bajar la guardia y los líderes europeos de la industria tenemos que aumentar nuestro compromiso con el desarrollo de estas estrategias.
En este contexto, las grandes compañías de gestión de activos tenemos que liderar iniciativas que lleven a los inversores a tener la misma consideración por los principios ESG que por los fundamentales financieros. Al igual que tenemos la responsabilidad de realizar las acciones necesarias para difuminar las nubes que ensombrecen la documentación y la transparencia de las empresas. Tenemos que aprovechar nuestra posición como inversores para conseguir que la información sea clara y transparente y que, entre otras cosas, los inversores institucionales europeos dejen de considerar que existe un problema a la hora de analizar el comportamiento histórico de una compañía.
Para conseguirlo, tenemos que aprovechar toda la luz que nos arrojan las encuestas que realizamos y que nos permiten entender en qué punto se encuentra la industria. Estos estudios, que nos acercan a los inversores, se convierten en las balizas que trazan el camino a seguir y que nos permiten aunar en una misma estrategia nuestras mejores capacidades de gestión de activos con la aplicación de los criterios ESG.
Columna de Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latinoamérica y EE. UU. Offshore.