¿Perfil defensivo?: estos sectores pueden mantener los dividendos

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¿Perfil defensivo?: estos sectores pueden mantener los dividendos
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Que las correcciones son inevitables es una perogrullada del mundo de la inversión. Pero, aunque estos movimientos pueden ser desconcertantes, un análisis más detallado de siete grandes caídas muestra que los índices de mercados globales no dan una imagen fiel de qué es lo que ocurre.

En cada una de las correcciones algunos sectores se mantienen mejor que otros. Incluso cuando el S&P 500 cayó un 55,3% entre 2007-2009 durante el desplome producido tras el estallido de la Gran Crisis Financiera, el sector de consumo de productos básicos (staples), perdió alrededor de un 29% y el de salud un 38%.

Caer menos tampoco alivia demasiado pero, aunque la historia no predice retornos futuros, los datos muestran que la selección y la diversificación puede ayudarnos al fortalecer una cartera cuando los mercados están cayendo. Muchas de las áreas que mejor se han comportado durante caídas anteriores están compuestas por empresas que se caracterizan por pagar dividendos. Se trata de un factor que ofrece un potencial de retorno estable cuando los precios de las acciones muestran volatilidad y también es un sello que distingue a un equipo directivo disciplinado y conservador. Pero no todas las compañías que pagan dividendos son iguales. La clave está en identificar empresas con un fuerte balance, buenos cash flows y la disciplina de mantener la retribución durante las caídas.

En Estados Unidos existe una amplia gama de compañías en todos los sectores e industrias que pagan dividendos sustanciales. Entre ellos se encuentran: Home Depot (en el sector del consumo minorista), Microsoft, Broadcom e Intel, dentro del sector tecnológico, la empresa de servicios sanitarios UnitedHeald, el fabricante de maquinaria médica, Abbot Laboratories, y las farmacéuticas Merck, Abbvie y Gilead Services y, por último, ConocoPhillips y Exxon Mobil dentro de la industria petrolera.

Tribuna de Alan Berro, gestor de Capital Group.

¿Qué se necesita para realmente fortalecer las finanzas de Pemex? El programa actual es insuficiente

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¿Qué se necesita para realmente fortalecer las finanzas de Pemex? El programa actual es insuficiente
Foto: Eduadrdo Otubo. ¿Qué se necesita para realmente fortalecer las finanzas de Pemex? El programa actual es insuficiente

Pemex se encuentra en una situación de pérdidas y deuda elevada y el gobierno ha establecido un programa de apoyo para resolver dicha problemática.  Sin embargo, las medidas que se anunciaron no son una solución integral ni van a la raíz del problema.  Cuando una empresa enfrenta pérdidas y deuda elevada debe instrumentar acciones que le permitan renegociar su deuda, reducir impuestos, aumentar ingresos, vía ventas y deshaciéndose de activos no productivos, y reducir gastos.  Las medidas tienen que estar orientadas a generar utilidades, o reducir pérdidas, para aumentar la capacidad de pago.

El gobierno va a asumir un pasivo laboral de Pemex por 35.000 millones de pesos, lo cual le ayuda a disminuir la deuda, le va a reducir la carga fiscal por 15.000 millones de pesos y estima que como resultado de la lucha contra el robo de hidrocarburos habrá ingresos adicionales por 32.000 millones de pesos, estas medidas van en el sentido correcto y contribuyen a resolver la problemática. Aunque en el caso de los ingresos adicionales habrá que analizar bien las cifras porque se están instrumentando mecánicas de distribución de gasolina que son mucho más costosas y afectan los costos y por lo tanto no ayudan a reducir las pérdidas.

Pero hay otras medidas que son incorrectas.  Se le va a capitalizar con 25.000 millones de pesos, sin embargo, esta decisión no ayuda debido a que esos recursos se van a destinar a construir una refinería y no le va a generar ganancias a Pemex, al contrario, le va a costar más producir gasolina que importarla, por lo que las pérdidas en lugar de reducirse se van a aumentar. Solamente en la medida en que los recursos que se le otorguen a Pemex se canalicen a proyectos rentables la medida irá en el sentido adecuado.

Un elemento que hace falta y es muy necesario es modificar los procesos de producción para reducir costos e incrementar la productividad.  En el caso de Pemex, a pesar de que la producción de petróleo se ha reducido, el tamaño de su planta productiva apenas se redujo a partir de 2014.  En 2000 Pemex tenía 132.728 plazas ocupadas y producía 3,0 millones de barriles diarios, lo que significa que cada empleado generaba 22,7 barriles diarios.  El personal se incrementó hasta 2013, cuando llegaron a tener 154.774 plazas con una producción de 2,55 millones de barriles diarios lo que implica que cada empleado producía en promedio 16,2 barriles diarios. A partir de la reforma energética que realizó el gobierno anterior, el personal de Pemex empezó a descender y para 2017 el número de plazas ocupadas era de 124.660 y la producción de 1,95 millones de barriles diarios, por lo que el promedio de producción por trabajador disminuyó hasta 15,6 barriles por día.  Estas cifras lo que muestran es que, si realmente se desea fortalecer las finanzas de Pemex, se tienen que revisar los procesos de producción para incrementar la productividad de la empresa, no se puede estar incrementando el personal cuando la producción disminuye, como sucedió desde 2000 hasta 2013. Si con la producción actual se quisiera tener la misma productividad por empleado que existía en 2000 Pemex debería tener 86.000 plazas ocupadas, lo que significa un recorte de alrededor de 30% de personal.

Mientras al programa de apoyo le falten acciones orientadas a disminuir los costos e incrementar la eficiencia y rentabilidad de Pemex, será solamente un paliativo y distará mucho de contribuir a la solución real de los problemas de la entidad.

Columna de Francisco Padilla Catalán

 

Entre el temor y la esperanza

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Entre el temor y la esperanza
Foto: ColiN00B. Entre el temor y la esperanza

Tras un 2018 para olvidar, cabe señalar que, de momento, la recuperación espectacular de los activos de riesgo no ha venido acompañada de una mejora de los indicadores económicos. De hecho, la Comisión Europea acaba de revisar sus previsiones de crecimiento europeo del 1,9% al 1,3% para 2019.

La desaceleración del crecimiento del comercio mundial y la incertidumbre provocada por el pulso entre Donald Trump y Xi Jinping ha frenado a la locomotora alemana, que a punto ha estado de entrar en recesión. Por su parte, China aún no ha adoptado medidas que puedan tranquilizar al mercado sobre la evolución de crecimiento y el impacto del cierre del Gobierno Federal siembra la confusión en la economía estadounidense.

En Estados Unidos, una de las principales conclusiones es que, si bien el impacto de las medidas fiscales de Trump se está desvaneciendo, el mercado laboral sigue igual de dinámico. En este sentido, los datos de enero han sido dispares, con un excelente informe de empleo, pero unos indicadores de confianza del consumo a la baja, afectados probablemente por el cierre del Gobierno federal. Además, la Fed dio un giro sorprendente al tomarse una pausa y mantenerse a la espera, lo que calmó los temores de los mercados sobre una inminente subida de tipos.

No obstante, las subidas salariales de más del 3% podrían ser el factor de estímulo en el segundo semestre para una nueva subida de tipos. Por lo que respecta a las empresas, la temporada de resultados está sorprendiendo por la calidad y la magnitud de los beneficios.

En la zona euro, todos los países, excepto España, se han vuelto a debilitar: en enero el índice PMI compuesto de la zona euro (51) sitúa en el mejor de los casos el crecimiento anualizado en el 1%. Los índices de Francia e Italia, 48,2 y 48,8 respectivamente, muestran una contracción de la actividad durante el periodo. En Alemania, preocupan el alcance y la duración de la ralentización. La economía aún no ha empezado a estabilizarse, pero confiamos en la capacidad de la región para recuperarse.

En este sentido, es probable que la actividad repunte, ya que la mayoría de los efectos no recurrentes están desapareciendo. Además, el conjunto de las políticas ha mejorado, con medidas expansivas que deberían incrementar en casi un 1% el poder adquisitivo de las familias francesas e italianas. Por su parte, el BCE perdió la oportunidad para subir los tipos y probablemente no modificará su política monetaria, lo que contribuye a la estabilidad de los mercados.

Por último, la actividad económica ha seguido cayendo en China durante el mes de enero y el último índice PMI de fabricación chino siguió decepcionando con un dato del 48,3. El sector de la construcción da escasas muestras de recuperación, si bien es cierto que tampoco empeora. En cuanto a las valoraciones de los mercados emergentes, se mantienen en mínimos históricos, con un perfil de riesgo-rentabilidad especialmente atractivo en un contexto de estabilización macroeconómica. Además, la moderación de la Fed, el atractivo relativo y los flujos positivos dieron un impulso a todos los segmentos de los mercados emergentes globales.

¿Qué hacer en este contexto?

En el universo de renta variable, seguimos siendo prudentes, ya que después de estos choques sísmicos suele haber nuevas sacudidas. Así pues, mantenemos un posicionamiento neutral en nuestras asignaciones a renta variable, con una sobreponderación de los sectores cíclicos, como los valores tecnológicos o algunos valores petroleros, y una infraponderación del sector químico.

Los niveles de las valoraciones no justifican una recogida de beneficios, sin embargo, la magnitud del repunte y la reducción de la volatilidad reactivan la adopción de medidas protectoras mediante opciones (puts). Además, apostamos por los mercados emergentes, siendo la única sobreponderación geográfica en nuestras carteras. Rusia, Turquía, Brasil… ¡Oportunidades no faltan! Solo prevemos una vuelta a la temática value si los tipos suben, pero de momento es un poco pronto para ello.

En el crédito, hemos detectado dos ejes, dependiendo del apetito de riesgo: los bonos de alto rendimiento a corto plazo con un tipo de rentabilidad superior al 2% y los fondos con fecha de vencimiento de bonos high yield con un rendimiento de casi el 6%.

Por último, el perfil de los convertibles refleja nuestro estado de ánimo del momento, es decir, poder beneficiarnos de las subidas del mercado, limitando el riesgo. Sus valoraciones son razonables, con una volatilidad implícita inferior al 30%, y el rendimiento actual, salvo el perfil de la acción, ha vuelto a casi cero. Por ese motivo, pensamos que es el momento de reforzar esta clase de activo.

Tribuna de Laurent Denize, director de inversiones adjunto global de ODDO BHF AM

Cómo gestionar la llegada inminente de la revolución sostenible

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Cómo gestionar la llegada inminente de la revolución sostenible
. Cómo gestionar la llegada inminente de la revolución sostenible

El mundo ha alcanzado un punto de inflexión. Está cambiando y tenemos que cambiar con él. Nuestro modelo global actual no es sostenible y el desafío al que nos referimos va más allá del cambio climático. Esta es una de las cinco megatendencias que se asegura que van a tener efecto en el mundo en el que vivimos.

Existen algunos efectos que ya se están haciendo notar: nuestra población ha aumentado un 70% en los últimos 70 años y aumentará en otro billón de personas a lo largo de la próxima década. Además, utilizamos los recursos 1.7 veces más rápido de lo que el mundo es capaz de regenerar en un año. El cambio climático está exacerbando todo lo anterior, creando riesgos tanto físicos como de transición, y la tecnología está cambiando nuestras vidas a un ritmo extraordinario. De acuerdo con el World Economic Forum, el ritmo de la revolución digital es tal que el 65% de los niños de hoy en día tendrán trabajos que aún no existen.

Estas fuerzas tendrán un efecto transformador en nuestras economías y las compañías tendrán que encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Muchas tendrán incluso que cambiar lo que producen, encontrar nuevas soluciones más innovadoras y adaptarse rápidamente a los cambios que exigen los reguladores y consumidores. La transición significa riesgo, pero también presenta oportunidades sustanciales. Es necesario decir que las compañías que estén preparadas y bien posicionadas para un mundo más sostenible tienen más probabilidades de prosperar.

Desde el punto de vista de los inversores, esto también requiere un cambio ya que deben mirar a las empresas de una manera mucho más amplia que antes para localizar rendimientos sostenibles a largo plazo.

El cambio es inminente y afectará a cada compañía de casa sector en cada rincón del globo. Tendremos que interrumpir muchos de nuestros sistemas y procesos de manera profunda, cambiando fundamentalmente la manera en la que hacemos muchas tareas a diario.

Estamos en un punto de inflexión porque ya no hay opción de adaptarnos o no. Las fuerzas del cambio son cada vez mayores. Además, la transparencia y la responsabilidad que conllevan el aumento de la información y la facilidad con la que se dispone de ella, ya están cambiando el comportamiento de los consumidores y lo que compran. La forma en la que votan los ciudadanos también está cambiando y, consecuentemente, la agenda política está evolucionando.

En un ecosistema complejo como el de nuestra economía global, todos toman parte en el juego de desarrollar un sistema más sostenible. Las compañías son las responsables de adaptarse de una forma suave y ordenada. Esto será esencial si quieren continuar creciendo y atrayendo capital. También significa proveerse de más transparencia para permitir a los inversores tomar decisiones más informadas.

Los gestores de capital también deben adaptarse e innovar. Es esencial encontrar mejores formas de descubrir cómo son realmente las empresas y los países sostenibles, y dónde se encuentran sus fortalezas y debilidades. Tendrán también un rol crítico a la hora de incentivar a las compañías a la hora de llevar a cabo un proceso de adaptación ordenado.

Los propietarios de activos son también jugadores importantes. La demanda es tal vez la mayor fuerza para el cambio. Si exigen lo correcto a sus managers y compañías y dirigen más patrimonio hacia empresas sostenibles, sus voces rápidamente se transformarán en un rugido que será muy difícil, sino imposible, de ignorar por parte de las empresas.

Los empresarios pueden llevar esto a cabo definiendo sus creencias a largo plazo, valores y objetivos. ¿Qué nivel de emisiones de carbón o consumo de agua quieren lograr? ¿Cómo de importante son los objetivos del desarrollo sostenible? Cada vez más, vemos inversores centrándose no solo en lo que crea dinero, sino en cómo se hace el dinero. Este es un ingrediente vital para la sostenibilidad de nuestro futuro.

En este contexto, las exclusiones fueron un primer paso. Si bien son una forma muy eficiente de expresar los valores de los inversores, no necesariamente apoyan ni impulsan el cambio dentro de un sector. El siguiente paso es mirar la sostenibilidad a través de la lente de la mitigación del riesgo. Así, los criterios no financieros ambientales, sociales y de gobierno (ESG) se pueden utilizar para mitigar el riesgo de manera efectiva. Una solución a considerar es evitar un enfoque de exclusión y diferenciar entre lo mejor y lo peor, esencialmente promoviendo a los mejores estudiantes de una clase y limitando la exposición a aquellos que se muestran menos dispuestos o capaces de adaptarse.

Dada la escala y el ritmo de la revolución de la sostenibilidad, es probable que este sea el mayor impulsor de los rendimientos de las inversiones en el futuro. Por lo tanto, es clave identificar los modelos de negocios que están mejor ubicados para beneficiarse a medida que nuestras economías continúan transformándose.

A modo de resumen, la sostenibilidad es el mayor impulsor de los rendimientos de las inversiones en la historia moderna. Requerirá que repensemos fundamentalmente la sustentabilidad, la inversión y, de hecho, que lo repensemos todo.

Artículo de opinión de Patrick Odier, senior managing partner de Lombard Odier.

Cambio climático y retos medioambientales, con Nordea

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Cambio climático y retos medioambientales, con Nordea
Foto: Ryyta, Flickr, Creative Commons.. Cambio climático y retos medioambientales, con Nordea

No parece haber duda alguna sobre los cambios ambientales que se están produciendo en todo el mundo. La creciente concentración de la población en las grandes ciudades, la masiva producción de objetos de consumo o el uso de combustibles fósiles, entre otros, están causando un deterioro en nuestro entorno que, de no frenarse, puede llevarnos a una situación crítica para la continuidad de la vida sobre la Tierra, tal como la conocemos.

Durante la 24 Conferencia de las Partes, organizada el pasado diciembre en Katowice por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP24 por sus siglas en inglés), Polonia se mostró de acuerdo en unirse a las disposiciones sobre cambio climático, de la anterior conferencia en París, solicitando a los países que contribuyeran con informes de transparencia y de los daños y pérdidas que supuestamente puede ocasionar el cambio climático. Informes que incluirían las emisiones de gases de efecto invernadero del país, más los esfuerzos para reducirlos y el grado de éxito alcanzado. Por ejemplo, el caso de una fuerte tormenta que destruyera las infraestructuras existentes o la pérdida de las cosechas debido a una sequía.

Las nuevas disposiciones firmadas en esta conferencia dan a los países integrantes del Acuerdo Climático de París hasta 2024 para que envíen sus primeros informes bianuales de transparencia e inventario nacional, incluyendo informes de cualquier daño que afirmen que haya sido causado por un cambio climático causado por el hombre, o antropogénico.

Aunque es bien conocido que no todos los países han tomado una postura colaboradora en cuanto a protección ambiental y cambio climático se refiere, la región nórdica se percibe como un modelo a seguir respecto a cuidado ambiental y cambio climático. Tal vez por ser una región con una larga tradición de cooperación política entre países. Los retos a los que hemos de hacer frente en este asunto continúan aumentando, tanto en tamaño como en número, lo que hace que la cooperación cobre mayor importancia hacia delante.

No resulta por tanto sorprendente que sea una gestora nórdica la que posiciona a su fondo Nordea 1-Global Climate and Environment Fund en la primera posición por rentabilidad durante el año, dentro del grupo de fondos con la mayor calificación VDOS que invierten en esta temática, con un 15,93% de revalorización en su clase BI en euros.

Su objetivo de inversión es generar retornos atractivos a largo plazo, ajustados por riesgo, respecto al mercado global de renta variable, invirtiendo en compañías que se benefician de la megatendencia medioambiente y cambio climático. El equipo gestor cree que el mercado no es capaz de considerar e incorporar en su totalidad el impacto que el medio ambiente y el cambio climático pueden tener en los futuros flujos de caja de una compañía.

El universo de inversión del fondo incluye tres grandes grupos: eficiencia de recursos, protección medioambiental y energías alternativas. La estrategia se focaliza en identificar  líderes globales, tanto actuales como potenciales, en segmentos de baja penetración, que aporten soluciones para una sociedad sostenible y que generen retornos atractivos para los inversores.

La filosofía de inversión se basa en un proceso de toma de decisiones disciplinado y repetible, capaz de reducir el riesgo de sesgos no intencionados. Para tomar estas decisiones se apoyan en análisis fundamental, en la creencia de que los flujos de caja libre son en última instancia los mejores impulsores del valor de la acción. Utilizan análisis propietario y focalizan su inversión en el largo plazo, dejando de lado el ruido del corto plazo de lado. Un proceso de inversión disciplinado y repetible que permite al equipo gestor alcanzar su objetivo de inversión.

El fondo está gestionado por dos gestores, Thomas Sørensen y Henning Padberg, que forman también parte del resto del equipo de Fundamentales de Renta Variable, que a su vez les presta apoyo a ellos. Los gestores cuentan con total discreción para tomar sus decisiones de inversión con respecto a la estrategia de inversión y deciden conjuntamente los activos a incluir en la cartera y sus ponderaciones. El equipo contribuye de forma significativa a la decisión final de inversión, proporcionando información de valor añadido como análisis de compañías, visitas a las empresas y preparación de modelos de valoración.

Thomas Sørensen ha sido gestor del Nordea 1-Global Climate and Environment Fund desde su lanzamiento en 2008. Se incorporó a la división de Gestión de Activos de la compañía en 1999, llegando a tomar un buen número de responsabilidades de análisis y de gestión. Hoy es responsable de análisis global del super sector de materias primas y forma parte del equipo de renta variable European Focus. Thomas comenzó su carrera en 1997 con Nordea. Thomas es licenciado en Finanzas por la Copenhagen Business School.

El fondo sigue un proceso de inversión estructurado y disciplinado, centrado en el largo plazo y basado en análisis fundamental bottom-up y modelos propietarios. El proceso de generación de ideas se concentra en identificar compañías cotizadas globales que deriven sus flujos de caja futuros a partir de su exposición a la megatendencia medioambiente y cambio climático. Para que esté incluido en el universo de inversión debe tener al menos un 20% de sus ingresos procedentes de esta megatendencia, aunque típicamente supone un 50%. En esta etapa participan gestores y analistas globales, de emergentes, de small/midcaps y de ASG. De forma general el universo de inversión se distribuye entre energías alternativas (5%), eficiencia de recursos (70%) y protección ambiental (25%).

En la siguiente etapa del proceso inversor, el universo se pasa por un filtro de liquidez. Se establece un umbral de liquidez objetivo de 10 días de negociación para cada valor, sin que se exceda el 20% del volumen medio diario de negociación. Esto asegura que la cartera sea lo suficientemente liquida, ya que gran parte del universo incluye compañías de pequeña y mediana capitalización.

El análisis fundamental, a continuación, se focaliza en identificar casos de inversión en los que el equipo gestor tiene una visión diferenciada sobre factores fundamentales clave reflejados en su análisis, diferenciándose inicialmente los casos estratégicos y a continuación su atractivo por valoración. En esta etapa se trata de identificar el valor de la compañía, sus expectativas de mercado en el segmento en que opera, los fundamentales del negocio, su evolución financiera (la forma en que está capitalizando sus estrategias sobre cambio climático) y la cultura corporativa y su alineación con los principios de sostenibilidad a todos los niveles.

En el proceso de construcción de la cartera, el equipo gestor cuantifica constantemente la relación entre los aspectos positivos y el riesgo de cada inversión potencial. Las ponderaciones en la cartera se refuerzan hacia nombres de gran convicción, con la obligada disciplina de venta, utilizándose las herramientas de gestión de riesgo para crear la cartera óptima. El equipo gestor cuantifica la relación entre ventajas y riesgo, evaluando la recompensa respecto al riesgo (Ratio Sharpe) de cada valor. El resultado de este análisis se utiliza entonces como herramienta guía para seleccionar compañías que ofrecen las oportunidades más atractivas de retorno respecto al riesgo incurrido.

La observación de la disciplina de venta significa que cualquiera de las siguientes consideraciones puede provocar la venta de las acciones de una empresa: 1) que se haya alcanzado el precio objetivo; 2) que los fundamentales de inversión se hayan deteriorado; 3) que la compañía ya no se beneficie de la tendencia medioambiente y cambio climático; 4) que un cambio en la dirección o en la estrategia incapacite a la empresa para capitalizar su estrategia y 5) que se identifique una oportunidad de inversión más atractiva.

La cartera final del fondo incluye, entre sus mayores posiciones, acciones de American Water Works (3,39%), Linde (3,28%), Waters (2,91%), Eversource Energy (2,86) y LKQ (2,7%). Por sectores, las mayores ponderaciones en la cartera del fondo corresponden a Industriales (27,27%), tecnologías de la información (23,03%), materiales (20,17%), utilities (10,95%) y salud (5,33%). Estados Unidos (56,81%), Alemania (10,65%), Reino Unido (5,84%), Francia (5,46%) y Holanda (5,32%) representan los mayores pesos por país.

Con un patrimonio total bajo gestión de 495 millones de euros, la evolución por rentabilidad lo posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2016, 2017 y 2019, batiendo al índice de su categoría en el año 2015. A tres años, registra un dato de volatilidad del 13,35% y del 16,13% en el último año, con una ratio Sharpe de -0,24 en el último periodo anual y un tracking error, respecto al índice de su categoría, del 4,23%. La suscripción de Nordea 1-Global Climate and Environment Fund requiere una inversión mínima inicial de 75.000 euros, aplicando a sus suscriptores una comisión fija del 0,85% y de depósito de hasta el 0,125% mensual. El fondo tiene también disponible una clase E en euros más adecuada para inversores individuales, con una comisión fija del 1,50% y de depósito del 0,12%.

El equipo gestor cree que las expectativas son en general sólidas, impulsadas por factores subyacentes. Muchas soluciones son económicamente viables, generan retornos atractivos y pueden ofrecer rentabilidades a corto plazo, razón por la que reciben cada vez mayor atención. Continúan encontrando excelentes oportunidades de inversión bottom-up en compañías capaces de capitalizar en base a soluciones climáticas globales que añadan valor económico y medioambiental a sus usuarios finales.

En su opinión, las compañías de mediano tamaño están frecuentemente mejor posicionadas para capitalizar soluciones medioambientales y de cambio climático. Estas compañías son frecuentemente innovadoras en su categoría, tienen un fuerte posicionamiento en su sector u ofrecen servicios especializados a sus clientes. Las empresas con soluciones climáticas inteligentes, que son líderes globales en los mercados de nicho, son las que ofrecen las mejores oportunidades desde el punto de vista del equipo gestor.

Consideran que el cambio climático y los retos ambientales son un fenómeno global que no está limitado a ciertas regiones o países. La asignación de activos por región o país está basada en análisis bottom-up. Actualmente encuentran las mejores oportunidades en el mundo desarrollado, en cuanto a retorno generado respecto al riesgo incurrido.

Por su notable evolución por rentabilidad, respecto al riesgo asumido, en el último periodo de tres años, Nordea 1-Global Climate and Environment Fund obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS, en su clase BI en euros.

Análisis de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS y quefondos.com

Mercados emergentes: la ocasión la pintan calva

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Mercados emergentes: la ocasión la pintan calva
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Stephen Hanafin . Mercados emergentes: la ocasión la pintan calva

Los mercados emergentes se encuentran en un momento dulce que no se suele presentar a menudo. Aunque no se pueden obviar los riesgos, existen varias razones por las que los inversores están regresando a esta clase de activo después de un 2018 nefasto.

Los mercados emergentes han comenzado 2019 con muy buen pie

El arranque del año ha sido fulgurante en los mercados emergentes. Tras un 2018 para olvidar, de pronto esta clase de activo vuelve a gozar del favor de los inversores. El nerviosismo del año pasado ante la reducción de la liquidez internacional, la excepcionalidad estadounidense y las salidas de capitales parecen ahora un recuerdo lejano.

Indudablemente, la coyuntura externa se ha vuelto más favorable para los mercados emergentes. En un contexto marcado por la ralentización de las previsiones de crecimiento, tanto dentro como fuera de sus fronteras, la Reserva Federal de EE.UU. se ha apresurado a cambiar de discurso a pesar de las tensiones del mercado laboral y las presiones salariales al alza. Al reconocer la posibilidad de que los tipos de interés podrían permanecer estables en el futuro inmediato, apuntando al mismo tiempo a una ralentización del adelgazamiento de su balance, la Fed ha dado luz verde a la tolerancia al riesgo.

Mucho se ha hablado sobre los riesgos de recesión en EE.UU. a la vista de las dinámicas típicas de final de ciclo, como son el endeudamiento empresarial elevado y la curva de tipos plana. Para los mercados emergentes, la clave es ahora si la Fed puede guiar el vuelo de la economía hacia un aterrizaje ideal que la aproxime al crecimiento tendencial: ni demasiado ni demasiado poco.

La rebaja de las expectativas de crecimiento de EE.UU. y la consiguiente revisión a la baja de la trayectoria prevista de los fondos de la Fed ha perjudicado al dólar frente a las monedas emergentes, que siguen recuperándose de sus mínimos de 2018 después de vivir su particular calvario el pasado mes de septiembre. El billete verde, lastrado ya por el doble déficit mientras cotiza en máximos históricos ponderado por intercambios comerciales, parece cada vez más vulnerable.

Paralelismos con 2016

Se han establecido muchos paralelismos entre el balance actual de los riesgos en los mercados emergentes y la recuperación de éstos a comienzos de 2016. Se observan varias similitudes sorprendentes: la visión negativa global, una Fed menos dispuesta a subir tipos, el giro a la baja del dólar, el hundimiento de los precios del petróleo, las bajas valoraciones de la deuda emergente y la política monetaria más laxa en China. Sin embargo, también existen notables diferencias: el umbral político para que se active otra ronda de relajación cuantitativa se ha elevado mucho, mientras que los niveles de deuda de las empresas estadounidenses y las bolsas se encuentran en una situación menos favorable. Además, debido fundamentalmente a China, el que una vez fue un saludable superávit por cuenta corriente total en los mercados emergentes ahora se ha reducido, a pesar de los sonados ajustes de países deficitarios como Turquía y Brasil a causa de la recesión.

Después del buen comportamiento de los mercados de activos en enero y de que hayan quedado atrás gran cantidad de buenas noticias, algunos actores del mercado de deuda emergente, tal vez incómodos con el posicionamiento o doloridos por la experiencia de 2018, están cuestionando en estos momentos la solidez de la recuperación. Ciertamente, no estamos ante la clásica racha alcista de los mercados emergentes. El crecimiento y los intercambios comerciales siguen decepcionando en el mundo en desarrollo y los últimos datos de los PMI manufactureros y los nuevos pedidos sugieren una mayor atonía de la actividad.

Un factor determinante para el desfallecimiento del crecimiento emergente ha sido el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales durante los últimos doce meses y la posterior salida en tromba de flujos de inversión y capitales de esta clase de activos de los no residentes. Otro factor clave es la moderación económica que está viviendo China, afectada por la debilidad del consumo y la desaceleración del impulso al crédito. Hasta ahora, la respuesta que han dado las autoridades chinas, tanto en el plano monetario como en el fiscal, se ha orientado a la economía interna y ha ido de menos a más. Esperamos que la intensidad de la respuesta aumente a mediados de año a medida que el presidente Xi se centre en cumplir su promesa de duplicar el PIB per cápita de China entre 2010 y 2020, lo que hará que los planes de reducción del endeudamiento sean temporalmente menos prioritarios. Cualquier contratiempo en las negociaciones comerciales en marcha entre EE.UU. y China probablemente acelere este proceso.

Obstáculos en el horizonte

Un posible acicate para el crecimiento emergente este año y que concitará mucha mayor atención son las políticas monetarias más expansivas de los bancos centrales. Varios países emergentes presentan ahora tipos de referencia elevados, expectativas de inflación a la baja y brechas de producción amplias. Si nuestra tesis en torno a la depreciación del dólar se confirma, países como Turquía, México, Indonesia y Sudáfrica, entre otros, podrían tratar de dar marcha atrás a las subidas de tipos del año pasado y flexibilizar las condiciones financieras. Tras un difícil 2018, creemos que el crecimiento emergente va a recuperarse y que el diferencial con los mercados desarrollados va a divergir otra vez, lo que estimulará las rentabilidades sobre el capital.

Obviamente, el resto del año no va a ser una travesía tranquila. Rara vez es así para los inversores en los mercados emergentes y debajo de la superficie acechan gran cantidad de riesgos potenciales. Podrían materializarse fácilmente obstáculos de índole interna en forma de sanciones sobre Rusia, decepciones en la reforma fiscal en Brasil, conflictos civiles en Venezuela o temor a una restructuración de deuda en El Líbano. La política es otro posible foco de problemas que nunca se apaga del todo en el mundo emergente. Se van a celebrar gran cantidad de elecciones nacionales en territorios volátiles como la India, Indonesia, Argentina, Ucrania, Israel, Sudáfrica y Nigeria, que podrían volver a poner nerviosos a los inversores inquietos y aumentar la volatilidad en los mercados.

Continuidad política

El año pasado destacó por las significativas transiciones políticas que se vivieron en una gran variedad de países como Brasil, México, Pakistán y Zimbabue. Sin embargo, si en 2018 todo giró en torno a los cambios de régimen, pensamos que 2019 se caracterizará por la continuidad política y que los gobernantes actuales ampliarán sus mandatos y mantendrán el rumbo político actual. Tras los traumáticos descensos de 2018, parece que los mercados emergentes vuelven a estar en un buen momento. Los inversores están regresando atraídos por las bajas valoraciones de los diferenciales y las monedas, junto con las ventajas de diversificación que brinda una clase de activos que a menudo no se comprende bien.

“La ocasión la pintan calva”, reza el dicho, y los observadores con experiencia en los mercados emergentes son conscientes de que las buenas oportunidades no duran para siempre. Sin embargo, en un momento en el que probablemente el dólar estadounidense y los rendimientos reales de EE.UU. han tocado máximos de este ciclo, creemos que las rentabilidades para los inversores en los mercados emergentes podrían mantenerse durante los próximos meses.

Columna de Paul Greer, gestor de fondos de renta fija emergente en Fidelity International.

 

Automatización: tema clave en la estrategia para renta variable global

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Automatización: tema clave en la estrategia para renta variable global
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Free-Photos. Automatización: tema clave en la estrategia para renta variable global

Uno de los puntos diferenciadores del equipo de renta variable global de Mirabaud Asset Management radica en que, apostando siempre por una gestión activa, utiliza el marco temático como punto de partida para seleccionar aquellas compañías que tienen las mejores perspectivas a largo plazo. Compañías cuyos beneficios crecen a un ritmo más rápido que el del PIB y que se ven favorecidas por un viento de cola sostenible que les proporcione capacidad para crecer en un ciclo de bajo crecimiento como el actual.

A diferencia de las estrategias temáticas que pueden afrontar otras entidades, nuestro enfoque identifica 10 temas globales que, a partir de su definición, pueden ir desgranándose en múltiples subtemas que se aplican a todos los sectores de la industria. Uno de los 10 temas globales con el que trabajamos es el de “automatización” que, como explica Anu Narula, máximo responsable del equipo de gestión de renta variable global de Mirabaud Asset Management y gestor principal de la cartera de los fondos Mirabaud Equities Global Focus y Mirabaud Global Equity High Income, incluye a algunas de las compañías que son, hoy, los principales “agentes del cambio”.

La utilización de un marco temático como factor de selección de valores le ha dado excelentes resultados a Narula, de quien Citywire destaca los rendimientos positivos que ha generado en 2018, 8,61% (Clase I, euros) pese a lo extremadamente difícil del clima de inversión que se vivió durante el ejercicio-, ubicando al experto en el decimotercer puesto entre 1.982 gestores de gestión activa a nivel mundial. Mirabaud Global Focus (clase I, euros) acumula una rentabilidad del 12% en 2019, a 25 de febrero. El fondo cuenta con 5 estrellas Morningstar.

Personalmente, y centrándonos en el tema “automatización”, coincido al cien por cien con Anu Narula, al igual que comparto con él la certeza de que innovaciones como la inteligencia artificial o la robótica están cambiando radicalmente y a gran velocidad la forma en que vivimos y trabajamos. Para las empresas, la automatización presenta infinitas oportunidades para generar más eficiencia y productividad y llevar a soluciones más personalizadas al mercado.

Sería ingenuo, y muy temerario, no ver que esta tendencia apenas está comenzando. En Mirabaud lo tenemos claro: vendrán cambios significativos vinculados al tema de la automatización en todos los sectores de actividad, generando buenas oportunidades de inversión en múltiples industrias, incluyendo a las compañías que desarrollan tecnologías relacionadas con tendencias “hot” como la del coche sin conductor, o también a las consultoras especializadas en proporcionar asesoría para impulsar el cambio en las empresas y administraciones públicas a través de la digitalización.

En este contexto, en nuestra estrategia Global Equity High Income mantenemos exposición a la automatización a través de Accenture e Infosys, ya que ambas compañías forman parte de ese grupo de empresas que consideramos «agentes de cambio» al que antes me refería. Tienen la base de conocimientos necesarios para guiar a las empresas en la implementación de soluciones automatizadas, y están viendo como resultado una importante aceleración de sus ingresos.

También invertimos en automatización en nuestra estrategia Global Focus a través de Google, especialmente por su apuesta por la iniciativa de coche autónomo Waymo bajo la que este año está comenzando a comercializar un servicio de uso compartido de automóviles. Creemos que la oportunidad potencial de generar negocio para Google con este proyecto en el medio-largo plazo es significativa.

La actualización de sus aproximaciones temáticas, incorporando las más candentes en cada momento, y la calidad de los análisis que hace Mirabaud para la selección de valores son dos de sus grandes valores. La máxima: una contundente apuesta por una gestión activa, de convicción, flexible y que aproveche las mejores oportunidades del mercado en cada momento

Tribuna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica

No estamos fuera de peligro

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No estamos fuera de peligro
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Stefano Maule. No estamos fuera de peligro

El mercado repuntó en enero, con una subida del índice MSCI World de casi un 8%, y es justo afirmar que la recuperación respondió definitivamente a noticias positivas. Podría decirse que los tres “lobos” principales que acecharon a los mercados en el cuarto trimestre —las guerras comerciales, China y la Reserva Federal de Estados Unidos— tuvieron motivos para mostrar optimismo durante el mes. El tono de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China pareció mejorar, y China comenzó a activar seriamente sus medidas de estímulo en un intento de potenciar el crecimiento. De forma más espectacular, Jerome Powell hizo el papel del leñador y rescató a Caperucita Roja de los lobos, ya que la Reserva Federal sorprendió al mercado, incluso a experimentados analistas de la autoridad monetaria, con su tono moderado en enero, a pesar del impresionante informe del mercado laboral estadounidense, que registró un aumento de 300.000 empleos (1).

Si bien reconocemos las mejoras, mantenemos la prudencia en las tres áreas y sugerimos que los lobos aún no han desaparecido, por lo que Caperucita Roja no está todavía fuera de peligro. Los últimos dos años nos han enseñado que no hay nada predecible sobre la evolución de la política comercial estadounidense y que queda mucho camino por recorrer para avanzar lo suficiente como para desactivar la “bomba” de la imposición de nuevos aranceles sobre China que se prevé entrarán en vigor el 1 de marzo. También afirmamos que la principal amenaza comercial a largo plazo está relacionada con el sector tecnológico más que con los aranceles sobre productos industriales o agrícolas. Un acuerdo sobre los aranceles es claramente posible, pero un tratado de paz en el ámbito tecnológico es mucho más difícil. Cada vez más, en todo el espectro político de Estados Unidos, el sector tecnológico se considera como el campo de batalla entre el poseedor del título (Estados Unidos) y el aspirante al trono (China). El arresto de la CFO de Huawei en Canadá es una señal de este aumento de la tensión, que podría terminar con la división de las cadenas de valor de la tecnología global en dos sistemas separados, con implicaciones importantes para el sector de hardware tecnológico.

Igualmente, el éxito de las medidas de estímulo de China no puede darse por hecho. Si bien el gobierno chino siempre ha llevado a cabo sus reflaciones en el pasado y ha arrastrado la economía mundial en consecuencia —especialmente después de la crisis financiera mundial—, el tamaño, la complejidad y el endeudamiento crecientes de la economía china lo hacen cada vez más difícil. Además, el enfoque de las iniciativas de este año hacia la economía interna y el consumo puede minorar el efecto de los beneficios en el extranjero.

Finalmente, aunque el tono moderado de la Reserva Federal es naturalmente positivo para los mercados, al desvanecerse la amenaza de endurecimiento automático, la autoridad monetaria puede verse obligada a ajustar sus políticas significativamente a medida que el mercado laboral presente restricciones. El desempleo ahora se ha reducido al 4% y el crecimiento de los salarios está aumentando, especialmente entre los niveles de menor remuneración (2).

Nuestra prudencia sobre el repunte de enero —y sobre la seguridad de Caperucita Roja— no solo está relacionado con las tres preocupaciones (o “lobos”) mencionados anteriormente. Otra amenaza subyace en que la economía global se está desacelerando de manera sincronizada. Las consecuencias favorables de los recortes de impuestos en Estados Unidos se están desvaneciendo, Europa está experimentando un crecimiento mínimo (con las perspectivas de PMIs en los niveles más bajos desde julio de 2013) (3) y China aún debe concretar los resultados de los estímulos. La preocupación radica en las consecuencias que esta desaceleración en curso tendrá sobre los beneficios de las compañías. Se agrava por las presiones en los márgenes que se sienten en Estados Unidos, donde se espera que los beneficios del primer trimestre se reduzcan en términos interanuales por la presión de los costes. Es posible que el saludable crecimiento previsto de los beneficios para este año —con ganancias del índice MSCI World del 6% en 2019 y crecimiento superior al 10% de los beneficios en Estados Unidos en el cuarto trimestre— no se materialice.

Dado que las estimaciones de beneficios se redujeron en enero, particularmente en Estados Unidos, el repunte de mercado durante el mes se debió en su totalidad al incremento de los múltiplos. El índice MSCI World pasó de 13,4 a 14,5 veces en el caso de los beneficios a 12 meses. No es una cifra particularmente elevada según los datos históricos, siempre que las previsiones de beneficios se cumplan, lo cual está lejos de ser cierto dada la desaceleración de la economía mundial. Ciertamente, los mercados no están descontando nada peor que una ligera desaceleración y tampoco los balances de las empresas altamente apalancadas están preparados para que suceda algo más grave. Dada nuestra inquietud acerca de las perspectivas de beneficios, continuaríamos abogando por mantener compounders en la cartera. La combinación de ingresos recurrentes y poder de fijación de precios debería proteger los ingresos y los márgenes, respectivamente, preservando sus beneficios. También es probable que queden relativamente inmunes ante cualquier dificultad financiera si los mercados de crédito sufren una convulsión.

Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

 

(1) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(2) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(3) Fuente: IHS Markit. Datos a 31 de enero de 2019.
 

IMPORTANT INFORMATION

The views and opinions are those of the author as of the date of publication and are subject to change at any time due to market or economic conditions and may not necessarily come to pass. The information presented represents how the investment team generally applies their investment processes under normal market conditions. This general communication, which is not impartial, is for informational and educational purposes only, not a recommendation. Information does not address financial objectives, situation or specific needs of individual investors. Investing involves risks, including the possible loss of principal.

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Stefano Maule. No estamos fuera de peligro

El mercado repuntó en enero, con una subida del índice MSCI World de casi un 8%, y es justo afirmar que la recuperación respondió definitivamente a noticias positivas. Podría decirse que los tres “lobos” principales que acecharon a los mercados en el cuarto trimestre —las guerras comerciales, China y la Reserva Federal de Estados Unidos— tuvieron motivos para mostrar optimismo durante el mes. El tono de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China pareció mejorar, y China comenzó a activar seriamente sus medidas de estímulo en un intento de potenciar el crecimiento. De forma más espectacular, Jerome Powell hizo el papel del leñador y rescató a Caperucita Roja de los lobos, ya que la Reserva Federal sorprendió al mercado, incluso a experimentados analistas de la autoridad monetaria, con su tono moderado en enero, a pesar del impresionante informe del mercado laboral estadounidense, que registró un aumento de 300.000 empleos (1).

Si bien reconocemos las mejoras, mantenemos la prudencia en las tres áreas y sugerimos que los lobos aún no han desaparecido, por lo que Caperucita Roja no está todavía fuera de peligro. Los últimos dos años nos han enseñado que no hay nada predecible sobre la evolución de la política comercial estadounidense y que queda mucho camino por recorrer para avanzar lo suficiente como para desactivar la “bomba” de la imposición de nuevos aranceles sobre China que se prevé entrarán en vigor el 1 de marzo. También afirmamos que la principal amenaza comercial a largo plazo está relacionada con el sector tecnológico más que con los aranceles sobre productos industriales o agrícolas. Un acuerdo sobre los aranceles es claramente posible, pero un tratado de paz en el ámbito tecnológico es mucho más difícil. Cada vez más, en todo el espectro político de Estados Unidos, el sector tecnológico se considera como el campo de batalla entre el poseedor del título (Estados Unidos) y el aspirante al trono (China). El arresto de la CFO de Huawei en Canadá es una señal de este aumento de la tensión, que podría terminar con la división de las cadenas de valor de la tecnología global en dos sistemas separados, con implicaciones importantes para el sector de hardware tecnológico.

Igualmente, el éxito de las medidas de estímulo de China no puede darse por hecho. Si bien el gobierno chino siempre ha llevado a cabo sus reflaciones en el pasado y ha arrastrado la economía mundial en consecuencia —especialmente después de la crisis financiera mundial—, el tamaño, la complejidad y el endeudamiento crecientes de la economía china lo hacen cada vez más difícil. Además, el enfoque de las iniciativas de este año hacia la economía interna y el consumo puede minorar el efecto de los beneficios en el extranjero.

Finalmente, aunque el tono moderado de la Reserva Federal es naturalmente positivo para los mercados, al desvanecerse la amenaza de endurecimiento automático, la autoridad monetaria puede verse obligada a ajustar sus políticas significativamente a medida que el mercado laboral presente restricciones. El desempleo ahora se ha reducido al 4% y el crecimiento de los salarios está aumentando, especialmente entre los niveles de menor remuneración (2).

Nuestra prudencia sobre el repunte de enero —y sobre la seguridad de Caperucita Roja— no solo está relacionado con las tres preocupaciones (o “lobos”) mencionados anteriormente. Otra amenaza subyace en que la economía global se está desacelerando de manera sincronizada. Las consecuencias favorables de los recortes de impuestos en Estados Unidos se están desvaneciendo, Europa está experimentando un crecimiento mínimo (con las perspectivas de PMIs en los niveles más bajos desde julio de 2013) (3) y China aún debe concretar los resultados de los estímulos. La preocupación radica en las consecuencias que esta desaceleración en curso tendrá sobre los beneficios de las compañías. Se agrava por las presiones en los márgenes que se sienten en Estados Unidos, donde se espera que los beneficios del primer trimestre se reduzcan en términos interanuales por la presión de los costes. Es posible que el saludable crecimiento previsto de los beneficios para este año —con ganancias del índice MSCI World del 6% en 2019 y crecimiento superior al 10% de los beneficios en Estados Unidos en el cuarto trimestre— no se materialice.

Dado que las estimaciones de beneficios se redujeron en enero, particularmente en Estados Unidos, el repunte de mercado durante el mes se debió en su totalidad al incremento de los múltiplos. El índice MSCI World pasó de 13,4 a 14,5 veces en el caso de los beneficios a 12 meses. No es una cifra particularmente elevada según los datos históricos, siempre que las previsiones de beneficios se cumplan, lo cual está lejos de ser cierto dada la desaceleración de la economía mundial. Ciertamente, los mercados no están descontando nada peor que una ligera desaceleración y tampoco los balances de las empresas altamente apalancadas están preparados para que suceda algo más grave. Dada nuestra inquietud acerca de las perspectivas de beneficios, continuaríamos abogando por mantener compounders en la cartera. La combinación de ingresos recurrentes y poder de fijación de precios debería proteger los ingresos y los márgenes, respectivamente, preservando sus beneficios. También es probable que queden relativamente inmunes ante cualquier dificultad financiera si los mercados de crédito sufren una convulsión.

Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

 

(1) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(2) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(3) Fuente: IHS Markit. Datos a 31 de enero de 2019.

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Adiós al Club de Tobi

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Adiós al Club de Tobi
. Adiós al Club de Tobi

La igualdad de género cada día está cobrando un espacio más relevante en las políticas de los países. Esta realidad que está cobrando por fin un protagonismo, avanza también en Chile, las empresas y las autoridades están tomando conciencia, y no se trata sólo de mejorar o igualar condiciones, sino que a nuestro juicio, también de provocar un cambio socio cultural profundo desde las bases, la educación.

En este contexto, SommerGroup quiso conocer entre más de 200 ejecutivos, cuáles son las principales acciones que podrían impactar en una mayor igualdad de género.

En la oportunidad incorporamos la variable, “Mayor desarrollo en la educación científico matemática”, la cual obtuvo un significativo 26% de apoyo. En este tema nos detendremos más adelante, porque merece un análisis aparte.

Por otro lado, la tendencia se inclinó mayoritariamente por la opción “Disminución de la brecha salarial”, un tema cultural que históricamente ha estado presente en el mundo laboral, promoviendo la desigualdad de género. Finalmente, la alternativa “Mejora de las condiciones que fomentan la compatibilidad familiar”, obtuvo el 33% de los votos, lo que muestra un interés por que las empresas apoyen la maternidad y el equilibrio con que necesitan contar las ejecutivas.

Las ejecutivas en cifras, participación laboral

Para analizar los resultados de nuestro sondeo, revisemos nuestra realidad con datos duros. Chile es el sexto país con menor participación laboral de mujeres entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La tasa de participación femenina en Latinoamérica bordea el 60%, mientras que en nuestro país, aun cuando ha habido un avance importante en los últimos años, llega apenas a un 48% (INE).

Junto a lo anterior, y basándonos en un ranking 2017 de Iniciativa de Paridad de Género (IPG), se constata el escaso acceso de las mujeres a puestos de decisión en las organizaciones laborales. En el año 2017 el 47,5% de las firmas IPSA no tenía mujeres en puestos gerenciales. Asimismo, en el 2016, un 2,4% de la gerencia general estaba en manos de una mujer, y el 2017 no se consignó a ninguna en ese cargo.

La brecha salarial que se mantiene

Otro tema relacionado con lo anterior, y que evidencia la desigualdad de género en el mundo laboral, es la brecha salarial. En el mundo, de acuerdo a cifras de la OCDE, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres en puestos similares, mientras que en Chile la cifra alcanza un 31,7%. Esta realidad coincide con la tendencia de nuestra encuesta, donde un 41% quiere un cambio en este sentido.

La educación, el origen de la desigualdad

Otro tema clave para contrarrestar este fenómeno de desigualdad, es disminuir la brecha desde sus bases estructurales y eso es desde las bases de la educación, tal como se menciona en nuestro sondeo.

Veamos lo que está sucediendo en el mundo académico científico. Hoy sólo el 20% de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile son mujeres. Algo similar a lo que sucede con las académicas titulares quienes no exceden el 15% del total (Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile).

Estos datos hablan por sí solos, y reflejan una realidad que aún no se cambia desde sus estructuras, desde la formación de mujeres y de presentar oportunidades en el campo laboral como la tecnología, ingeniería, campos usualmente asociadas a los hombres. Respecto al área educacional, históricamente las mujeres han optado en mayor medida por carreras humanistas y esto tiene su germen en la educación escolar, e incide también variables sociales, prejuicios y desincentivos, que debemos romper para las generaciones actuales y futuras que se están formando desde los colegios.

Primeros pasos
En el país se están impulsando diversas iniciativas para responder a los cambios que se demandan. Tanto el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, como organizaciones de la sociedad civil han desarrollado campañas para romper con los estereotipos de género y mostrar que las niñas pueden y deben desarrollarse en todo su potencial.

Por su parte, varias universidades han impulsado programas para atraer mujeres y retenerlas en carreras de ciencias y tecnologías. Asimismo, diversas empresas han asumido el desafío de contar con más mujeres en puestos de decisión.

Finalmente, estamos en deuda, hay un tremendo desafío de transformar el mundo académico, para revertir esta realidad, la baja participación femenina en carreras científico matemáticas. Pero el cambio profundo debe partir desde nosotros mismos, erradicar prejuicios y creencias equívocas arraigadas, respecto al futuro desempeño laboral de la mujer. Porque las mujeres ejecutivas con el tiempo han ido ganando espacios y a una velocidad exponencial.

Sabemos que transformar la cultura es lo más difícil, porque es allí donde se tejen las diferencias e inequidades más profundas, que se van traspasando generación tras generación”, concluye Ximena Rodríguez.