Mirabaud lanza otra estrategia de private equity en lujo y “lifestyle” con uno de los equipos más exclusivos y experimentados

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Pixabay CC0 Public Domain. Mirabaud lanza otro Private Equity en lujo y “lifestyle” de la mano de uno de los equipos más exclusivos y experimentados

El rápido desarrollo de una clase media global conectada está transformando los hábitos de consumo y produciendo un fuerte impacto en los negocios. Pero, si hay un área en la que estamos asistiendo a verdaderos cambios disruptivos, esa es la del “lujo y estilo de vida”. Unos cambios que están modificando profundamente cómo las marcas y empresas se definen, actúan y preparan sus propuestas al mercado, y que vienen impulsados, al menos mayoritariamente, por la generación millennial, un colectivo de nativos digitales muy conectado, culto, sensible, consciente del planeta y con sus propios códigos de consumo. 

En este contexto, el exitoso fondo temático dedicado a las “sociedades de patrimonio vivo” dentro del sector lujo y estilo de vida de Mirabaud cerró en diciembre de 2018 con 155 millones de euros en activos bajo gestión. Ahora, la entidad ha decidido dar un paso más poniendo en el mercado el Mirabaud Lifestyle Impact and Innovation, que combina capital de desarrollo y private equity. La nueva estrategia se enfoca a la inversión en bienes “lifestyle” de alta gama, alineados con los estándares del lujo y abordando al mismo tiempo las expectativas de los millennial de alto poder adquisitivo con valores sólidos.

Presentado en el mercado el pasado 14 de enero, el fondo tendrá su primer cierre en marzo de 2020, y permitirá a los inversores participar en tecnologías y marcas jóvenes con potentes e innovadoras empresas del sector “lifestyle”. En este marco, la estrategia proporciona capital a las empresas cuyo foco está en la transformación digital e invierte en capital riesgo para participar en startups de alto potencial.

La estrategia trabaja con disruptores en la creación de productos nicho, escasos, de alta calidad, muy creativos y capaces de llegar al cliente a través de las emociones. Productos que, además, requieren un marketing distintivo y una distribución experiencial, multicanal y muy condicionada por el alto valor añadido (grandes almacenes insignia, pop-up de alto nivel en ubicaciones privilegiadas, e-commerce, m-commerce, influencers, plataformas online, etc.)

Una de las piezas clave de la nueva estrategia ha sido el fichaje por parte de Mirabaud Asset Management de David Wertheimer -quinta generación de la familia Wertheimer, imprescindible en el mercado del lujo desde hace décadas- como nuevo socio en el área de private equity. Wertheimer, Renaud Dutreil y Luc-Alban Chermette, director y subdirector de private equity en Mirabaud Asset Management respectivamente, forman uno de los pocos equipos en todo el mundo capaces de identificar y crear sinergias con los creadores más innovadores y rompedores del nuevo universo del lujo y el estilo de vida.

Mirabaud Lifestyle Impact and Innovation tiene como misión identificar y acompañar a los emprendedores europeos, asiáticos y estadounidenses que se convertirán en los futuros actores principales de la esfera digital, el mundo de la moda y el universo de la innovación. En este contexto, Mirabaud apoyará el desarrollo de empresas disruptivas en el sector “lifestyle”, incluyendo a pioneros digitales y tecnológicos y a empresas globales innovadoras en las que el talento humano sea la clave del éxito.

La relación con estos perfiles se basa en las alianzas a largo plazo, ayudando a las empresas a ser más globales, más digitales y con un sesgo específico que les permita diferenciarse. También se aportará experiencia en recursos humanos, innovación de producto, marketing y distribución, y se acompañará a las empresas en las diferentes etapas de su desarrollo para avanzar hacia el siguiente nivel a través de capital inicial, capital riesgo y capital de desarrollo.

Todo ello, siempre, con la sostenibilidad como valor fundamental, centrándose en aquellas empresas que desean darle una nueva forma a la sociedad e incluir los criterios ASG tanto en sus modelos de negocio como de gobierno. La nueva estrategia de inversión garantiza así que las preocupaciones sobre el futuro de nuestro planeta y la condición humana de los inversores y la sociedad se vean atendidos.  Porque la verdadera misión de Mirabaud es lograr un impacto positivo a todos los niveles: con nuestra participación en la economía globalizada y, por supuesto, para nuestros clientes e inversores.

Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para la Península Ibérica y Latinoamérica

Entre CKDs y CERPIs llegó el capital comprometido a 2.394 millones de dólares en 2019

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Foto: Pixnio CC0. Entre CKDs y CERPIs llegó el capital comprometido a 2.394 millones de dólares en 2019

El año 2019 terminó con una emisión de 13 CERPIs y 5 CKDs en México. El capital comprometido colocado en 2019 ascendió a 2.394 millones de dólares  de los cuales ha sido llamado el 28% (659 millones de dólares).  El monto colocado en CERPIs fue el 84%, mientras que en CKDs fue 16% haciendo patente el interés por diversificarse globalmente los inversionistas institucionales de México. Este apetito de CERPIs podría continuar en 2020. Estimaciones propias proyectan que en 2020 podrían colocarse compromisos por 2.000 millones de dólares.

La colocación de 18 CKDs y CERPIs en 2019 está dentro del rango de emisiones que se hicieron en 2015, 2016 y 2017 donde se colocaron 19-14 y 15 respectivamente, aunque significa casi la mitad de las emisiones que se hicieron en 2018 donde surgieron 20 CKDs y 18 CERPIs para dar un total de 38 nuevas emisiones. Hay que reconocer que 2018 fue un año récord por el cambio que se dio en los CERPIs que permite la inversión global en capital privado.

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En CERPIs el capital comprometido fue de 2.011 millones de dólares a través de 13 nuevos fondos. Se colocaron 11 fondos de fondos, donde los emisores fueron en orden de importancia: Harbourvest, Blackstone, Actis Gestor, Lexington Partners y Blackrock; también hubo uno de capital privado (Spruceview) y otro de energía (México Infraestructure Partners).

Por lo que respecta a los CKDs el capital comprometido fue de 383 millones de dólares a través de 5 nuevos fondos en 2019. Se colocaron dos de crédito (ambos de Altum Capital), uno de bienes raíces (Walton Street Capital), uno de capital privado (ACON) y otro de energía (Thermion Energy).

El principal emisor fue Harbourvest Partners con un CERPI de 870 millones de dólares en recursos comprometidos, mientras que en número de emisiones Blackrock colocó 7 CERPIs en diciembre que en su conjunto suman compromisos por 199 millones de dólares.

A nivel agregado los CKDs y CERPIs significan compromisos por 25.525 millones de dólares de los cuales 76% corresponde a emisiones de 112 CKDs y 24% a 32 CERPIs. De este monto el 54% ha sido llamado.

En 2018 se colocaron 18 CERPIS que significaron compromisos por 3.917 millones de dólares, mientras que en 2019 fueron 13 y el monto comprometido fue de 2.011 millones de dólares.

Actualmente la inversión en estructurados (CKDs y CERPIs) es el 6% de los activos en administración de las Afores al cierre de diciembre y en recursos por llamar es 5%.

Dados los montos colocados en 2018 (3.917 millones de dólares) y 2019 (2.011 millones de dólares) llegar a 2.000 millones de dólares en 2020 es alcanzable. Este monto estaría llamando 400 millones de dólares (20%) que para los 211.917 millones de dólares que administran las AFOREs al cierre de diciembre significarían 0,2%.

Columna de Arturo Hanono

¿Habrá recesión en 2020? Dependerá del consumo

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Habrá recesión en 2020? Dependerá del consumo

El conflicto comercial entre China y Estados Unidos ha afectado a la actividad manufacturera en todo el mundo, y Europa se ha visto atrapada en medio. La actividad de las fábricas se ha ido ralentizando en las principales economías, lo que ha provocado dudas en las compañías a la hora de invertir.

Esta situación se ha sentido especialmente en Europa, que se muestra muy dependiente del comercio internacional. El sector automovilístico alemán, por ejemplo, se ha visto particularmente afectado. Irónicamente, en Estados Unidos, donde las exportaciones y la actividad manufacturera representan en torno al 12% de la producción económica (1), el impacto ha sido menor.

¿Tendremos entonces una recesión? En Estados Unidos estamos viendo dos economías. A pesar de la debilidad de la actividad manufacturera, los fundamentales de consumo se han mostrado sólidos. Si la situación se mantiene como hasta ahora, no creo que entremos en recesión el año que viene.

La tasa de desempleo estadounidense se mantiene por debajo del 4% (2), el crecimiento salarial continúa siendo sólido y el consumo es positivo. La demanda interna también se ha mantenido razonablemente sólida en Europa y China. Aun en el caso de que el comercio continúe afectando a la economía, los inversores deben recordar que las buenas compañías son flexibles y pueden adaptarse a las nuevas circunstancias.

Gráfico complementario

Fuente: FactSet, Markit, Refinitiv Datastream. Índice de gerentes de compras (PMI) a 30 noviembre 2019. Ventas minoristas a 30 septiembre 2019.
1. Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos y Banco de la Reserva Federal de San Luis, a 30 septiembre 2019.
2. Oficina de Estadísticas del Mercado Laboral de Estados Unidos, octubre 2019.

Tribuna de Darrell Spence, economista de Capital Group, y Alan Berro, gestor de Capital Group.

El yield está en el detalle

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Pixabay CC0 Public Domain. El yield está en el detalle

La renta fija tuvo un excelente 2019 incluso con la incertidumbre y las preocupaciones que persistieron a lo largo de todo el año. Esta situación podría prolongarse en 2020. El panorama macroeconómico y el mercado nos han hecho mantenernos cautelosos. El crecimiento global es más débil, pero aún se mantiene positivo pese a que nos encontramos en el final de ciclo. Los tipos de interés en Europa están en mínimos históricos, los diferenciales de crédito están en un nivel bajo y los mercados de renta variable continúan marcando máximos.

La situación geopolítica todavía continúa siendo incierta antes de las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre de 2020 y el Brexit todavía no ha terminado. No obstante, la volatilidad, que normalmente debería reflejar estas incertidumbres, se encuentra en mínimos históricos. Tal vez el año 2020 no sea tan complicado como habíamos esperado. 

Es cierto que las rentabilidades de la deuda corporativa son generalmente bajas, pero las apariencias engañan un poco con las rentabilidades de la deuda soberana en territorio negativo. La Fed y el BCE están aplicando políticas monetarias acomodaticias y no están dispuestos a actuar sobre los tipos de interés en 2020, aunque no lo hayan dicho abiertamente. Por lo tanto, podemos asumir que las rentabilidades de la deuda soberana en Europa deberían mantenerse bajas, e incluso negativas. Los diferenciales de crédito se han estrechado de media, pero están muy lejos de sus mínimos históricos. Las medias pueden ser engañosas y la calidad está en el detalle.

Toca poner el foco en las calificaciones crediticias más bajas

En el universo de la renta fija, podemos obtener un rendimiento extra invirtiendo en crédito con una calidad crediticia menor. Con un crecimiento bajo que probablemente dure algún tiempo y sin recesión en el horizonte, los bonos subordinados se adaptan perfectamente a la situación actual. Los productos financieros subordinados o los corporativos híbridos tienen generalmente buenas calificaciones -entre BBB y BB- y ofrecen una mejor rentabilidad que los bonos soberanos, con vencimientos relativamente cortos, especialmente porque sus fundamentales son todavía muy positivos.

Al mismo tiempo, si observamos los diferenciales por calificaciones (A, BBB, BB y B), podemos concluir que la compresión del diferencial observado en 2019 afectaba a las mejores calificaciones, en concreto, a las calificaciones A y BBB, y en menor medida a los bonos BB y muy poco a los bonos con calificación B. La ligera compresión en los bonos BB y B también estuvo acompañada de una reducción automática de los vencimientos, ya que la mayoría de los bonos tienen calls de corto plazo. Los bonos con calificación BB ofrecen hoy en día rentabilidades del 2% de media, pero con vencimientos medios en 2021 y rentabilidades medias del 4% para vencimientos medios en 2022. 

La consecuencia más reseñable del rally de fin de año fue la reducción del vencimiento medio de los bonos corporativos de alto rendimiento y, finalmente, la posibilidad de que las compañías con rating B se aseguren la refinanciación de su deuda. La compresión se derivará de todas esas emisiones tan anticipadas derivadas de la refinanciación de las compañías con calificación crediticia B que deberían ofrecer unas rentabilidades de alrededor del 5%. Sin duda habrá compradores para esas rentabilidades tan atractivas para que algunos disfruten de una contracción de las yields, lo que permitirá ese tipo de comportamiento que parece tan difícil de alcanzar. Por ese motivo esperamos una rotación en el universo de la renta fija.

Los bonos convertibles presentan un perfil atractivo

Paradójicamente, los máximos actuales de ciertos mercados y una volatilidad históricamente baja -en medio del temor a que el ciclo llegue a su fin- constituyen en realidad oportunidades de compra que pueden ser aprovechadas de diferentes maneras, especialmente a través de convertibles. 

Si hoy tenemos que arriesgarnos, las estrategias asimétricas pueden ayudar a encontrar y a asegurar esos beneficios. 

La naturaleza híbrida de los bonos convertibles, y su convexidad o perfil específico de rentabilidad/riesgo, ayuda a que los beneficios de los mercados de renta variable en alza superen las pérdidas cuando los mercados van hacia abajo. Esta convexidad mejora significativamente el perfil de rentabilidad/riesgo cuando la volatilidad del precio de los convertibles es tan baja como lo es hoy en día en Europa, EE.UU. y Asia. 

La convexidad de los convertibles ha mejorado recientemente, con un delta medio en torno al 50% y algunos bonos que ofrecen rendimientos positivos. Más del 40% del universo europeo sigue ofreciendo rentabilidades positivas. Los inversores están en busca de yield, pero también lo están las empresas, ya que se enfrentan a un entorno de menor crecimiento. Por ello, el reciente impulso de la actividad de fusiones y adquisiciones debería persistir, manteniendo un escenario favorable para los convertibles con cláusulas poison-put, que garantizan el valor del bono cuando cambia el control de la firma emisora.

Entonces, ¿será 2020 un año complicado?

En 2020 el consenso será bajo, lo que quiere decir que con lo que los mercados no pueden descontar adecuadamente los riesgos futuros. Debemos ser prudentes, pero tener fe en 2020, monitorizando muy de cerca los riesgos, difíciles de valorar, pero estudiando con detalle las clases y subclases de activos dentro del universo de la renta fija que todavía generan rentabilidad.

Tribuna de  Alain Krief, jefe de Renta Fija Edmond de Rothschild Asset Management. 

Riesgo en Inversiones Privadas (parte 3): “¿Deberíamos asignar a fondos privados de mercados emergentes?”

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Photo: PxFuel CC0. Riesgo en Inversiones Privadas, Parte 3: “¿Deberíamos alocar a fondos privados de mercados emergentes?”

 ¡No me mal entiendan! Tener una exposición a renta fija y variable en mercados emergentes es probablemente una buena decisión; pero en inversiones privadas, ilíquidos, es una historia totalmente distinta considerando riesgo y retorno en mercados emergentes.

Personas muy inteligentes han construido portafolios con exposición a mercados emergentes en inversiones privadas que asemejen sus posiciones en mercados emergentes con instrumentos líquidos (renta fija/variable). Estas dos exposiciones se deberían de ver de forma distinta por la naturaleza ilíquida de las inversiones privadas. La evaluación del riesgo no debe de ser descuidada tanto como sucede con decisiones de inversiones en mercados emergentes. Por el riesgo adicional que se toma, deberíamos de ser compensados con retornos relativos muy grandes.

El problema es que en el espacio privado, donde los retornos relativos grandes han sido muy escasos, los perfiles de riesgo asociados son claramente mas elevados casi en cada dirección que uno ve. Solo vean el caso de Abraaj y como el fraude los hizo colapsar, o el gobierno chino haciendo desaparecer a conocidos gerentes de inversión y luego ser reemplazados por allegados al gobierno, o la volatilidad en monedas Latinoamericanas generada por la incertidumbre política.

¿Si supieras por adelantado que estos eventos iban a suceder todavía invertirías en estas oportunidades? Claro que no, ¿verdad? Como no tenemos el don de predecir el futuro cuando vemos oportunidades de inversión, solo podemos evaluar que puede ir mal y determinar nuestro nivel de confort con esa lista de factores potenciales.

Por lo general, los fondos privados de mercados desarrollados no tienen el mismo nivel de riesgo elevado y entregan un nivel de retorno similar. ¿Entonces por que familias inteligentes e instituciones continúan alocando a inversiones privadas en mercados emergentes? Claramente ellos ven este perfil de riesgo tolerable y los retornos, aunque sean promedios, aceptables. Al parecer es mas importante asegurarse de checar una caja y colocar la misma proporción de su cartera en esta área. Este comportamiento es basado en una teoría de portafolio que en practica no asigna el peso adecuado a la mayoría de los riesgos asociados.

Nosotros tenemos una perspectiva distinta. Pensamos que hay una mejor manera de alocar a inversiones privadas.  Las exposiciones deberían de ser principalmente basadas en mitigar riesgo, seleccionando inversiones de alta calidad y con el perfil de riesgo relativamente menor. Si una inversión privada es estable y ofrece un potencial de retorno decente, no se debería de alocar a la inversión más riesgosa de mercados emergentes que no provee un potencial de retorno significativamente mayor. Pesa más un entorno de inversión más seguro con una estrategia sensata, que un ejercicio de exposición basado en checar una caja.

Columna de Alex Gregory

Oportunidades en 2020: ¿qué nos dicen los datos de los inversores?

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Pixabay CC0 Public Domain. Oportunidades en 2020: ¿Qué nos dicen los datos de los inversores?

Nuestras perspectivas para el año 2020 reflejan la complejidad del entorno de inversión global actual. Para los inversores, creemos que la única forma de salir de este panorama desafiante es atravesarlo, confiando en los principales focos de reisliencia y oportunidad. En ausencia de una marea ascendente uniforme, elegir dónde invertir es más importante que nunca. Sugerimos las siguientes opciones:

Buscar oportunidades en deuda emergente

Creemos que la deuda emergente seguirá ofreciendo oportunidades para generar tanto ingresos como retornos totales en 2020. Es probable que las políticas más moderadas de la Fed y el BCE proporcionen flexibilidad a los responsables de la política económica de los mercados emergentes, tanto en el frente monetario como en el fiscal, dadas las mejoras que han registrado sus balances fiscales y de cuenta corriente en los últimos años.

Las valoraciones de los bonos favorecen a la deuda de mercados emergentes frente a la de los desarrollados: actualmente, las rentabilidades reales de los bonos gubernamentales en los primeros son positivas y atractivas y en los segundos, negativas.

La inflación de los emergentes ha tendido a la baja en los últimos años, lo que justifica una menor prima de riesgo de inflación. Además, sus divisas están relativamente infravaloradas, creando un buen punto de entrada para los inversores.

Los bonos chinos merecen ser considerados porque su continua inclusión en los índices de bonos, también los de EM en 2020, podría potenciar el enfoque inversor y resultar en un incremento de los flujos. Además, ofrecen tanto rendimiento como diversificación.

Para acceder a deuda emergente en divisa localm, también con cobertura en euros a través de vehículos transparentes y líquidos, contamos con el SPDR Bloomberg Barclays Emerging Markets Local Bond UCITS ETF y el SPDR Bloomberg Barclays Emerging Markets Local Bond Base CCY Hdg to EUR UCITS ETF (Acc).

Mantener la cautela

Este año, creemos que el apoyo de los bancos centrales garantizará una sobreponderación de la renta variable, en concreto de la norteamericana. Pero la posibilidad de un resultado económico menos favorable sigue siendo un riesgo. A nivel general, la cautela de los inversores dependerá de su punto de vista sobre la geopolítica, la resistencia económica, la reforma estructural y las elecciones en EE.UU. 

Aunque creemos que la recuperación económica mundial continuará en 2020, será necesario evitar riesgos importantes para mantener el momentum. En 2018 y 2019, la economía mundial logró expandirse a pesar de las preocupaciones de final de ciclo. A medida que este largo ciclo madura y se acumulan los riesgos para la recuperación, la siguiente fase se vuelve menos clara.

Recomendamos el SPDR Thomson Reuters Global Convertible Bond EUR Hdg UCITS ETF, que permite obtener una posición que aproveche las oportunidades de crecimiento de la renta variable al tiempo que retiene la capacidad amortiguadora de riesgos de la renta fija. 

Vigilar la volatilidad

La volatilidad en varios tipos de activos ha sido relativamente baja desde la crisis financiera, pero recientemente se ha disparado. Aunque la de la renta variable se está normalizando a niveles históricos, creemos que los principales impulsores de la volatilidad -la incertidumbre geopolítica, los riesgos comerciales y la brecha entre los fundamentales y los retornos- probablemente perduren en 2020.

Las acciones son vulnerables porque sus precios se desconectan de las ganancias y afrontan el riesgo de una posible escalada de las tensiones comerciales. La volatilidad implícita en los precios, medida por los índices VIX y VSTOXX, se ha disparado recientemente en comparación con los mínimos de 2018.

Teniendo esto en cuenta, en 2020, los inversores deberán aprovechar las subidas del mercado mientras adoptan un posicionamiento defensivo. Además de considerar coberturas tácticas como el oro, la construcción de defensas adecuadas y rentables requerirá una cuidadosa ponderación de las opciones de cobertura.

Para gestionar la volatilidad centrándose en la calidad, los inversores pueden apostar por nuestro SPDR S&P U.S. Dividend Aristocrats UCITS ETF.

Cubrir el riesgo divisa

En 2020, las divergencias en las perspectivas económicas llevarán a los inversores a mirar más allá de sus fronteras en busca de oportunidades y diversificación. En ese sentido, la gestión de la exposición al riesgo divisa desempeñará un papel crucial.

El riesgo geopolítico impulsará a las divisas. Su volatilidad actual es relativamente moderada, pero los inversores deberían tener cuidado de no dejarse llevar por la baja volatilidad; las valoraciones estiradas de las divisas señalan el potencial de grandes movimientos en el futuro.

Con el fin de mantener una amplia exposición a la renta variable al tiempo que cubren el riesgo divisa, los inversores pueden optar por nuestro SPDR S&P 500 EUR Hdg UCITS ETF.

¿Hora de considerar el ASG?

Consideramos que el cambio climático es uno de los mayores riesgos en las carteras de inversión de hoy en día y no se limitan a los contaminantes obvios, sino que están en prácticamente todos los segmentos del mercado. Al más alto nivel, supone un riesgo sistémico para los mercados financieros, ya que tratan de digerir su impacto en el crecimiento económico, la sociedad y la mezcla energética global.

A nivel país, los petro-Estados están bajo presión para reinventarse a sí mismos. Para las corporaciones individuales, el cambio climático y la regulación relacionada con el clima impactarán en los modelos de negocios y las cadenas de suministro, a veces de manera inesperada e impredecible.

Con el fin de centrarnos en integrar aspectos ASG al tiempo que mantenemos características de riesgo-retorno similares a los índices de referencia, ofrecemos el SPDR S&P 500 ESG Screened UCITS ETF y el SPDR STOXX Europe 600 ESG Screened UCITS ETF.

Tribuna de Rick Lacaille, CIO global de State Street Global Advisors

 

Read our Global Market Outlook for 2020 here.

Join our team of experts for an in-depth, data-based analysis of short and long-term trends affecting markets moving forward at our annual Global Market Outlook event on 11 February 2020 in Madrid. Contact your local SPDR salesperson for further details.

 

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¿Qué esperar en 2020?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Starlights. madrid

Dejamos atrás un año marcado por las actuaciones preventivas de los bancos centrales para hacer frente a las incertidumbres geopolíticas (guerra comercial, Brexit, etc) y a la desaceleración de las manufacturas a nivel global. El resultado de estas actuaciones ha sido una economía creciendo más o menos a su nivel “potencial”, soportada por la demanda interna, y algunos mercados financieros cerrando en máximos históricos.

Desde la crisis de 2009, los episodios de desaceleración que podían acabar en un ajuste más serio fueron en 2012 y 2015 (2012 por la crisis bancaria en la Eurozona y 2015 por desaceleración de los emergentes). Los bancos centrales a nivel global actuaron de la misma forma mediante un incremento de estímulos, como bajadas de tipos y aumentos de balance, generando mejoras en las encuestas de actividad y en los activos de riesgo.

Los estímulos empezaron en el segundo trimestre de 2019 en algunos países y se extendieron a nivel global en la segunda parte del año, bajando tipos 51 bancos centrales (a día de hoy sólo en los países emergentes encontramos tipos reales positivos), y expandiéndose otra vez los balances de los principales bancos, como EE.UU, China, la Eurozona y Japón, creciendo por primera vez desde 2018. El Banco Central de China se ha mantenido reticente a iniciar los estímulos debido a los niveles de inflación (los precios de los alimentos en China están subiendo un 20%) y el miedo a seguir inflando la burbuja que tienen en algunas áreas de su economía. Si China decidiese aumentar el tamaño del balance, tendríamos crecimientos de dos dígitos otra vez.

El problema derivado de la introducción de los estímulos es que la efectividad de la política monetaria es cada vez menor: en el corto plazo suele generar una mejora en las encuestas de actividad (PMI, IFO etc.…) y una subida en los activos de riesgo apoyados en las mejores expectativas de crecimiento etc, pero en el medio plazo hemos visto que no se pueden retirar por los desajustes que provoca. Como en otras ocasiones, esperamos que esta mejora sea global y genere otro período de “sincronización”, de crecimiento global con efectos positivos para los activos de riesgo y no tanto para los activos refugio.

La duración de este impulso macroeconómico y microeconómico es lo que genera más dudas, ya que estamos empezando a ver cómo los efectos colaterales negativos de las políticas monetarias empiezan a ser superiores a los efectos positivos. Para que pueda ser sostenible, tendremos que ver mejoras en las perspectivas de inversión de las compañías, ya que las expansiones sostenidas únicamente con demanda interna son más frágiles frente a cualquier cambio leve de las expectativas.

Los principales riesgos en el corto plazo estarían en Estados Unidos, si hubiese cambios en los acuerdos arancelarios con China que fuesen sensiblemente peores que los anunciados inicialmente, o si se produjese un drenaje de la liquidez inyectada en este final de año por parte de la Reserva Federal. A lo largo del año, las noticias relativas a la inversión de las compañías determinarán la sostenibilidad de los repuntes en las encuestas de actividad.

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Los activos más beneficiados por el entorno actual en el que los bancos centrales están tratando de impulsar el crecimientos son los de mayor riesgo como la renta variable y la renta fija corporativa. La renta fija corporativa y de países emergentes supone la mayor parte del posicionamiento de nuestras carteras. Los diferenciales de crédito se han reducido sensiblemente, pero todavía queda margen hasta llegar a los niveles vistos en otros picos del ciclo favoreciendo los bonos BB (high yield de mayor calidad). Los bonos de mejor grado de inversión (Investment grade, IG), con unos spreads menores, están cada vez más correlacionados con los bonos de gobierno y, a los niveles de precios actuales, no ofrecen prácticamente rentabilidad.

La recuperación vista en las encuestas de actividad a corto plazo incrementan el riesgo para los bonos de vencimientos más largos, en especial de los bonos de gobierno que han funcionado como activo refugio en los momentos de mayor volatilidad, y sólo nos parecen interesantes aquellos que tengan un carry positivo (bonos américanos y emergentes).

Los años electores en Estados Unidos tienen todos una caracerística en común, y es que la volatilidad aumenta. Estos repuntes de volatilidad han sido especialmente exagerados en los dos últimos años, al popularizarse las estrategías que vendían volatilidad. Estos aumentos de la volatilidad en la renta fija se reflejan en un aumento de los diferenciales de crédito.

Entendemos que la renta variable es el principal beneficiado de este escenario, no obstante, seremos prudentes ya que parte del movimiento que hemos visto desde la vuelta de verano ya refleja las mejoras que esperamos ver a nivel macro. Pero al igual que en los bonos de mayor riesgo, creemos que hay recorrido.

Favorecemos en las carteras a las compañías de pequeña capitalización y que están más expuestas al ciclo, que deberían comportarse mejor que los índices, siguiendo el repunte de las pendientes de tipos que esperamos en las próximas semanas. Las pequeñas compañías en España y Francia todavía están a más del 20% de sus máximos históricos.

La renta variable ya ha adelantado parte de la mejora en la actividad, pero ha sido sin un incremento en los beneficios. En los próximos trimestres, esperamos ver una mejora de los beneficios favorecidos por un mejor entorno y una comparativa favorable.

Por activos preferimos la renta variable a la renta fija ya que vemos especial riesgo en los bonos de gobierno a medio y largo plazo por una mejora de la actividad y de las expectativas de inflación. Un repunte de las tires en los bonos de gobierno con valoraciones por encima de la media a nivel histórico en la renta variable y spreads de crédito en mínimos, será uno de los detonantes que vemos para repuntes en la volatilidad y correcciones en el mercado. La forma aprovechar este escenario es mantener niveles de caja en en las carteras para tomar posiciones en renta variable. Por áreas geográficas Emergentes y EE.UU. nos parecen los más interesantes en bonos de riesgo bajo y los corporativos europeos de rating bajo para asumir riesgo. En renta variable EE.UU., emergentes e Iberia es donde vemos más recorrido.

Como conclusión esperamos un año complicado en que los estímulos deberán seguir siendo necesarios para poder mantener el crecimiento. A nivel macro habrá que estar muy atentos a la creación de empleo, cualquier empeoramiento será señal que estaremos empezando una fase de ajuste.

Columna de Ricardo Gil, jefe de Asset Allocation en Trea AM.

 

¿Cuánto le cuesta a Francia la huelga contra la reforma de las pensiones?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cuánto cuesta a Francia la huelga contra la reforma de las pensiones?

Los más de 40 días de protestas y huelgas de transporte en Francia contra la reforma de las pensiones que plantea el gobierno galo son un hecho sin precedentes en la historia reciente de Francia. 

No es la primera vez que el país queda paralizado por un bloqueo del sistema nacional de transporte. Las recientes protestas son un eco de las de finales de 1995, que también se vieron impulsadas por las reformas de las pensiones propuestas. En aquel entonces, la oficina nacional de estadística francesa (INSEE) estimó que los disturbios tuvieron un impacto que redujo el PIB del último trimestre en alrededor del 0,2%. En ese momento, la región de París se vio especialmente afectada, al igual que varios sectores: telecomunicaciones, energía, educación y salud. Las huelgas de 1995 dieron lugar a una disminución del gasto de los consumidores y a la interrupción de la producción.

La preocupación actual por el riesgo de deterioro de la economía francesa es legítima. París ha soportado la mayor parte de la desaceleración económica, siendo los restaurantes, el turismo y las tiendas minoristas los que más han sufrido, especialmente en el crítico período navideño. Las huelgas son, sin duda, una carga para la confianza de los consumidores. Sin embargo, la población se ha adaptado a la situación gracias al comercio electrónico, al trabajo a distancia, al carpooling y al car sharing, que son todos los servicios o alternativas que ahora están ampliamente aceptados y disponibles. 

Las estadísticas de las empresas y otros indicadores avanzados de la economía francesa se mantienen, sobre todo si se comparan con otras economías europeas. A pesar de la ralentización de la industria manufacturera mundial, los datos económicos franceses no apuntan a grandes consecuencias en el sector industrial. Sin embargo, Alemania se está resintiendo. Además, el último barómetro industrial de Ernst & Young ha calificado a Francia como el país más atractivo de Europa.

El ministro de Economía, Bruno Le Maire, ha comentado recientemente que la huelga de transporte podría tener un pequeño impacto en el crecimiento económico y el empleo, un análisis que compartimos. En general, esperamos que el PIB del cuarto trimestre de 2019 crezca aproximadamente +0,3%. La semana pasada se llegó a un acuerdo entre el Gobierno francés y los sindicatos reformistas. Este último movimiento podría suponer un paso positivo y allana el camino para poner fin a las huelgas. Sin embargo, si ambas partes no llegan a un acuerdo y continúan las protestas, el crecimiento podría seguir inclinándose a la baja.

Tribuna de Jean-François Jolivalt, gestor de fondos multiactivos de La Française AM.

Un año con dos partes: lo técnico es temporal, la calidad es permanente

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En 2019, el riesgo de recesión se redujo (Godot no llegó), la demanda de crédito aumentó (factor técnico sólido) y la selección de acciones aportó valor (no comprar deuda solo porque está en el índice).

De cara a 2020, en Morgan Stanley IM identificamos un contexto favorable para el crédito que respalda el rendimiento crediticio:

  • Las condiciones financieras globales son expansivas
  • Los datos macroeconómicos parecen estar tocando fondo
  • Los riesgos políticos, aunque sensibles a un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, parecen estabilizarse
  • Los beneficios de las empresas no se han desplomado
  • La demanda de crédito es fuerte
  • Las valoraciones en el ámbito del crédito, aunque no son baratas, tienen el potencial de contraerse

A medida que avancemos hacia la segunda mitad de 2020, esperamos que se repita la incertidumbre experimentada en los últimos años, lo que afectará a la confianza en la recuperación de la economía.

Ya sea la causa el miedo a una recesión, la volatilidad política o un contexto técnico débil derivado de la liquidación de posiciones de crédito, creemos que el resultado será un año dividido en dos partes que justifica una gestión activa del crédito y la reducción del riesgo tras períodos de ajuste de los diferenciales mediante la rotación a crédito de mayor calidad y menor vencimiento.

2019 ha sido un año estable para el crédito, que se ha beneficiado de rentabilidades libres de riesgo más bajas y diferenciales de crédito más ajustados.El mercado esperaba una recesión que no llegó, los beneficios no cayeron significativamente y el contexto técnico mostró debilidad por la liquidación forzada.El año termina con los mercados discutiendo si el crédito europeo con grado de inversión es el nuevo «activo libre de riesgo» dadas las rentabilidades negativas de la deuda pública.La opinión consensuada de que los datos económicos a escala mundial están «tocando fondo» sugiere que probablemente nos recuperemos de una desaceleración de mitad de ciclo, lo que genera una fuerte demanda de todas las formas de crédito.

Creemos que el consenso del mercado de mejora del crecimiento global desde niveles bajos parece razonable.Si bien la confianza sigue siendo frágil, los indicadores macroeconómicos parecen estar tocando fondo, y las perspectivas de crecimiento están mejorando de cara a 2020 respaldadas por la política monetaria acomodaticia de los bancos centrales.Se espera que la rentabilidad empresarial se consolide gracias a la reducción de costes impulsada por la sustitución de tecnología, las eficiencias y los menores costes de intereses, y que el apalancamiento se estabilice a medida que los equipos directivos identifican el aumento de la deuda como un riesgo para las valoraciones de los accionistas.La demanda de crédito es sólida, sin descartar la necesidad de rentabilidad dado el exceso de liquidez en el sistema.Somos optimistas con respecto a los activos de riesgo a corto plazo y los diferenciales de crédito en general.

De cara a la segunda mitad de 2020, percibimos riesgos para el contexto de inversión.Aunque el riesgo puede materializarse por una caída de la confianza en la economía (mercado laboral/debilitamiento del consumo) o por un aumento de la incertidumbre política (elecciones en Estados Unidos en el cuarto trimestre, situación comercial global, política populista), esperamos cierta volatilidad que justifique la venta de crédito en un contexto favorable dada las valoraciones actuales por debajo del promedio a largo plazo.

Los temas principales que afectan a los mercados de crédito pueden resumirse como una preferencia por el consumo frente al ámbito industrial.El consumo está respaldado por un bajo nivel de desempleo, los bajos costes de la energía y los reducidos tipos de interés que respaldan el poder adquisitivo.Nos inclinamos por el sector financiero, sin cambios con respecto a años anteriores, lo que refleja la demanda regulatoria de reducción de riesgos.También descartamos los valores no financieros, ya que la actividad favorable para los accionistas sigue siendo un riesgo negativo.Además, muchos de los emisores son «viejos valores industriales» que están más expuestos a la tecnología y al cambio social, convirtiéndose en los principales candidatos a sufrir disrupción.

En grado de inversión, la gestión activa en el seno de sector con calificación A/BBB ofrece oportunidades.Esperamos que continúe la tendencia de mayor cuota de mercado de los valores con calificación BBB (gráfico 1) a medida que los equipos directivos optimizan los balances para maximizar las rentabilidades de los accionistas (evitar los valores con calificación A en tránsito a BBB).El tipo de deuda corporativa que queremos tener es de compañías con calificación BBB que demuestran flexibilidad de negocio a través de recortes de dividendos, ventas de activos y reducción de costes para proteger su calificación.Este fue un tema de 2019.

Morgan Stanley IM

En alta rentabilidad, 2019 fue notable por la dispersión/bifurcación en el mercado.Las buenas empresas están caras, lo que refleja el contexto positivo de los pocos impagos y la demanda de rentabilidad, aunque, si se produce cualquier mala noticia, los precios caen con una función escalonada.Si bien esto puede convertirse en la norma y supone un argumento a favor de la selección activa de crédito, nuestra expectativa es que el bajo nivel de impagos continúe haciendo de la alta rentabilidad una clase de activos atractiva (gráfico 2).Por regiones, la economía de Estados Unidos continúa superando a la europea: los bonos corporativos nacionales estadounidenses continúan evolucionando bien, mientras que Europa cuenta con el respaldo de la falta de activos de rendimiento positivo.

Morgan Stanley IM

Los préstamos registraron una rentabilidad relativa negativa en 2019 debido a que las salidas de flujos minoristas, el crecimiento económico más débil y la falta de revalorización de los precios derivada de la duración libre de riesgo afectaron a los rendimientos.En 2020, vemos oportunidades en préstamos, ya que la mejora del crecimiento económico y los factores técnicos (respaldada por la demanda de obligaciones de deuda garantizadas [CLO]) impulsan la rentabilidad.Dado que la deuda corporativa estadounidense parece evolucionar bien, no vemos un catalizador inminente que haga aumentar los impagos en el primer semestre de 2020.

El crédito emergente continúa ofreciendo valor a medida que las compañías ejecutan estrategias conservadoras respaldadas por la disciplina fiscal dados los riesgos idiosincrásicos asociados con el contexto soberano.Esperamos una fuerte demanda continua de bonos corporativos de mercados emergentes de alta rentabilidad en el primer semestre de 2020 y también vemos valor en emisiones de infraestructuras de alta calidad con vencimientos más cortos en un entorno libre de riesgos.Por regiones, vemos valor en Asia.Aunque China continuará dominando la oferta, percibimos valor en el sector inmobiliario de este país, mientras que Indonesia debería beneficiarse del estímulo monetario global.En Oriente Medio, consideramos oportunidades en el creciente sector híbrido bancario y, en América Latina, miramos a México y (en menor medida) a Brasil.

Los convertibles ofrecen oportunidades en 2020 en el contexto de un repunte de las acciones de fase tardía y de una volatilidad descontada en niveles bajos.Por regiones, preferimos los convertibles de Estados Unidos, ya que las expectativas de crecimiento son más altas en ese país y las valoraciones a escala de emisor parecen más atractivas para los inversores en bonos.

Conclusión

A principios de 2020, el mercado confía en que los bancos centrales extiendan el ciclo económico, los políticos no hagan descarrilar el proceso, la demanda de crédito siga siendo fuerte y la liquidez continúe siendo abundante.A medida que avance el año, esperamos períodos de volatilidad del mercado y una menor demanda de crédito provocada por la fatiga de la política monetaria junto con las turbulencias políticas.Para preservar el capital y la rentabilidad, abogamos por la reducción del riesgo tras períodos de ajuste de los diferenciales mediante una rotación hacia crédito de mayor calidad y menor vencimiento.

 

Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.

 

 

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La baja de comisiones del SAR es irrelevante: no significa ahorro, ni motiva a un cambio de afore

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Foto: CONSAR. La baja de comisiones del SAR es irrelevante. No significa ahorro ni motiva cambio de Afore

Lo interesante de las “comisiones” a aplicar en 2020 no es la reducción porcentual, ni el supuesto ahorro por lo que muestro enseguida, sino el cometido que estipula el regulador, de que “…disminuyan a niveles internacionales hacia el cierre de la presente administración”.

Efecto de rendimientos y comisiones

La diferencia (erróneamente, Consar la llama “dispersión”) entre Azteca, Coppel e Invercap, con 0,98%, y PensionISSSTE, con 0,79%, será de 0,19%, apenas 0,03% menos que en 2019. Así tenemos que, para un saldo promedio de 300.000 pesos (considere el saldo personal)

  • El ahorro anual por cambiarse de una cara a la barata será de 570 pesos
  • Quien decida quedarse en una de aquellas tres, pagará 180 pesos menos
  • El que siga en PensionISSSTE ahorrará 90 pesos.

En 2019, mientras operaron las Siefores Básicas (SB) 4 a 1, la diferencia entre una gestora cara y la barata fue de 604 pesos. Véase la tabla. Al repasar, las cifras de la columna “Cargo por Comisión” parecen similares. El motivador principal, si no el único, que tienen los trabajadores para cambiar de Afore, son los rendimientos. Con ese mismo saldo se habrían generado 52.000 pesos en la SB4 de Citibanamex; 49.600 pesos en PensionISSSTE y 32.800 pesos en Inbursa. Montos cerrados, antes de comisiones. Estas diferencias sí que pesan y se aprecian.

Columna de Arturo Rueda

¿Hay que considerar el servicio para cambiarse? Sí, aunque no es fácil monetizarlo de modo generalizado. Por ejemplo, hubo quien gastó 400 pesos en idas y vueltas para moverse de Afore, más que el beneficio anual de una comisión menor; hubo a quien le costó mucho o el que no erogó un peso. Y luego el tiempo perdido y el desgaste por corajes. Saque cada uno sus cuentas.

¿Cuáles son los “niveles internacionales” que se pretenden?

La reducción de comisiones en el sexenio va en 0,09%. De 1,01% a 0,92%. A tal ritmo, con las cuatro bajas restantes (tentativas), el cargo promedio quedaría en 0,74%. Si la pretensión es recortarlas cada año lo que en 2020, bajarían a 0,68%. Si la disminución fuera superior en cada una de las ocasiones, el promedio bajaría a 0,60% para el último año del sexenio.

¿En qué países o modelos fijarse?

  • El sistema chileno no es en esto referente. No por la base de cobro (aportaciones directas) sino por los porcentajes: 1,17% de promedio simple; 1,45% la más alta (PROVIDA) y 0,69% la barata (UNO, que comenzó en octubre). La brecha de 0,76% es casi lo que cargará aquí PensionISSSTE
  • Los porcentajes de comisión en México, inducidos por el regulador, han sido y son homogéneos, sin ser alicientes para cambiar de Afore
  • En Chile, sueltas al libre mercado, son dispares, en tanto que los homogéneos son los rendimientos: el Fondos “A” líder en retorno fue PROVIDA, 18,49%; el último, HABITAT, 16,71%. Y como el empleador sufraga los cargos, tampoco inciden para el cambio.

Hay referentes que sí cuentan para los trabajadores. ¿Cuánto cobran los Target Date Funds que inspiraron a los “Generacionales”?

  • En Estados Unidos, donde los ofrecen operadores tradicionales, el cargo puede ser de 0,15%, con cuota anual de 25 dólares evitable para planes de retiro 401(k), bajo ciertos mecanismos. Eso aplica, sobre saldos de 10.000 dólares, Vanguard Target Retirement 2055 Fund (VFFVX), el fondo para quienes se jubilarán dentro de 35 años
  • En Reino Unido los trabajadores pagan en el TDF equivalente, sumando cinco conceptos, hasta 0,48%
  • Por ser tan bajos ¿serían referencias a considerar ese 0,15% o ese 0,48%?

Con todo, a los niveles nuestros, la baja de comisiones es irrelevante. Así llegaran a mínimos. No beneficia a los afiliados. Modera, eso sí, los ingresos de las Afores. A elegir, es preferible alto potencial de retornos y comisiones de 1,0% que potencial limitado con comisiones de 0,50%.

El debate debiera enfocarse a favorecer rentabilidad, es decir, en aumentar proporciones y poner “pisos” al régimen de inversión y, como en Chile, Francia, España y todas partes: en replantear fundamentos que repercuten en la pensión.

Columna de Arturo Rueda