Un mundo de cambio profundo

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: StockPick. Foto: StockPick

Nos encontramos en un mundo de cambio profundo. La economía global se ha visto afectada por una serie de sacudidas intensas e interrelacionadas: el COVID-19 y las medidas de política asociadas han ocasionado un hundimiento récord de la demanda, mientras que la capitulación de los precios del petróleo ha afectado a los países productores con el consiguiente beneficio para las regiones consumidoras.

El rápido desapalancamiento inicial y las grandes perturbaciones en los mercados financieros se vieron en cierta medida aliviados por las extraordinarias medidas tomadas por los bancos centrales —políticas fiscales e inyecciones de capital ingentes—, si bien fue una tormenta perfecta.

Los mercados desarrollados —Estados Unidos y, en especial, Europa— han sido el epicentro de las crisis sanitaria y económica. Las tasas de mortalidad han sido muy superiores a las de Asia y la esfera en vías de desarrollo, aunque con importantes diferencias entre países. Ha habido diferencias significativas en los enfoques hacia el control de la propagación del virus y la mortalidad entre Asia, Europa y Estados Unidos y, de manera significativa, entre países europeos.

Es posible que esta evolución se traduzca en diferenciales sustanciales en la recuperación económica de esos países y entre sectores y valores. Las economías de mercados emergentes aportan casi tantos ingresos a la renta variable europea como los países europeos; más del 50 % de los ingresos proceden de fuera de Europa y Asia como región, en particular, se está recuperando con fuerza desde la reapertura de las economías. Algunas empresas de la Unión Europea (UE) son, por tanto, capaces de ofrecer un crecimiento sólido en mercados emergentes, pero con un gobierno corporativo y un coste de capital propios de la esfera desarrollada.

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Existe un amplio debate en torno a la forma que podría trazar la recuperación económica —V, U o W— y la probabilidad de que los daños sean permanentes. Sin embargo, no estamos convencidos de que esta sea la pregunta adecuada. Consideramos que la crisis acentúa y acelera en gran medida diversas tendencias estructurales clave.

Hemos identificado cinco de estas tendencias, que los acontecimientos de este año han sobrecargado.

  • Viraje de crecimiento relativo del consumo a mercados emergentes / Asia y auge de la clase media asiática. La región se ha visto mucho menos afectada por el COVID-19 (hasta ahora) y existen evidencias de una recuperación en forma de V en Asia y de la aceleración del crecimiento relativo. Asia va camino de centrar dos terceras partes de la clase media mundial para 20301 , por lo que su importancia es enorme.
  • Cambio de comercio físico a comercio electrónico. Se trata de una tendencia visible en todos los sectores y es probable que siga adelante incluso después del confinamiento por la combinación de precaución de los consumidores acerca de las tiendas físicas y las virtudes de la nueva experiencia digital.
  • Cambio de pagos en efectivo a pagos digitales. El ámbito de los pagos digitales es uno de los beneficiarios del auge del comercio electrónico. También existe cierta «revulsión» de los consumidores hacia el efectivo físico.
  • El teletrabajo y el cambio digital han impulsado la demanda de computación y procesos en la nube, así como de infraestructuras digitales. Según afirma Satya Nadella, CEO de Microsoft, «la arquitectura en la nube actual nos ha ayudado en gran medida a todos como economía a virar hacia esta nueva manera de trabajar». Es probable que asistamos a cambios permanentes en los patrones de trabajo globales.
  • Descarbonización y plan de ecologización / revolución eléctrica. Europa es líder en descarbonización de los sectores público y privado. Es probable que las empresas de este ámbito sean beneficiarias de ayudas fiscales públicas, por ejemplo, mediante programas para la renovación del parque automovilístico.

El auge del consumidor de clase media de Asia está incidiendo especialmente en temas como el lujo, la urbanización y el crecimiento de las «megaciudades», la salud y el bienestar y la movilidad eléctrica. En el ámbito del lujo, China sigue siendo clave, pues los consumidores de dicho país suponen la tercera parte del gasto en lujo global. Europa es líder mundial en marcas de lujo, por ser lugar de origen de marcas consolidadas como LVMH y Pernod Ricard. Por su parte, existen diversas empresas que pueden beneficiarse, por ejemplo, del giro hacia la venta de prendas de ropa por Internet, la aceleración de la banca electrónica, el crecimiento de las apuestas y el juego por Internet, el auge de la instalación de ascensores en edificios de viviendas y el desarrollo de la «fábrica inteligente».
Ante un entorno cambiante como este, consideramos que lo que procede es una gestión activa, pues permite a los gestores activos buscar oportunidades que podrían generar alfa, evitando al mismo tiempo aquellos ámbitos del mercado afectados negativamente y que podrían seguir viéndose lastrados.

 

Columna de Niall Gallagher, director de inversiones y responsable de la gestión de los fondos de renta variable europea en GAM Investments.

 

Anotaciones: 

(1) Fuente: “The Geography of the Global Middle Class. Where they Live, How they Spend”, Visa, agosto de 2019. El estudio sobre el consumo de la clase media global es fruto de la colaboración de Visa y Oxford Economics. El estudio se basa en previsiones de Visa y Oxford Economics hasta 2030.
Información legal importante

Fuente: GAM, salvo que se indique otra cosa.

 

Información importante: 

La información reflejada en este documento se ofrece únicamente a efectos ilustrativos y no reúne las condiciones para definirse como asesoramiento de inversión. Las opiniones y las valoraciones recogidas en este documento pueden registrar cambios y reflejan el punto de vista del gestor en el entorno económico actual. No se asume responsabilidad alguna por las posibles inexactitud o insuficiencia de la información. La rentabilidad pasada no es un indicador de la evolución actual o futura. Las menciones a instrumentos financieros se realizan exclusivamente a efectos ilustrativos y no deberán considerarse una oferta directa ni una recomendación o asesoramiento de inversión. Las referencias a valores no constituyen una recomendación para comprar o vender el valor en cuestión. Junio de 2020

El salvaje oeste

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Cloud Sheperd. Foto: Cloud Sheperd

Desde principios de año, los mercados de valores han atravesado un período turbulento. Incluso antes de la COVID-19, los mercados estaban en alza, con el growth y la tecnología en cabeza. Después, llegó la crisis del COVID y asistimos al colapso más rápido de la historia de los mercados, seguido a su vez de la recuperación más vertiginosa.

Gran parte de este último movimiento se ha explicado como consecuencia de las extraordinarias medidas adoptadas por los bancos centrales, quienes se lanzaron a ofrecer liquidez con una intensidadsin precedentes. Pese a que esto explica la recuperación general de los mercados, no explica las distintas rotaciones que se han venido produciendo. Goldman Sachs monitoriza una serie de cestas de compañías expuestas a factor risks clave y, en el gráfico siguiente, se recogen las compañías que perdieron más momentum en los últimos 12 meses.

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Desde los niveles mínimos de la caída, esta cesta repuntó un 140% con el pico de hace tres días (en la fecha en que se redactó el presente documento), y un +80% desde la corrección de mediados de mayo. Se trata de compañías que todo inversor con un enfoque fundamental rechazaría tener en cartera, mientras que los gestores de estrategias long-short posiblemente las tuvieran presentes entre sus posiciones cortas.

En menor medida, otras cestas registraron una evolución similar, como el value, y cestas con exposición al “healthcare risk”, formada por empresas que se beneficiarían de una recuperación del COVID-19 (aunque se estableció hace solo tres meses como una cesta que reflejara los riesgos ligados al COVID).

El análisis de estos cambios insólitos nos ha llevado al excepcional resurgir del inversor retail. A raíz del confinamiento, muchas personas han estado aburridas y buscando cosas que hacer en casa, ¿y qué mejor forma de conseguir una dosis de dopamina que realizar transacciones en los mercados?

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Ha tenido lugar un gran aumento de aperturas de cuentas y de los niveles de transacciones bursátiles, como se refleja en estos dos gráficos. Con un promedio razonablemente constante de dos millones de transacciones al día a lo largo de los últimos cuatro años, las operaciones diarias se multiplicaron por más de tres hasta alcanzar los siete millones.

En las grandes plataformas online de EE. UU., subieron de manera considerable las aperturas de cuentas nuevas. Fidelity registró 1,2 millones de aperturas de cuentas nuevas en el período comprendido entre marzo y mayo de 2020, un +77% en términos interanuales. En el primer trimestre, TD Ameritrade tuvo un crecimiento del +249% en cuentas nuevas.

No obstante, quizás los datos más reveladores sean los de la plataforma Robinhood. A finales de 2019, Robinhood contaba con 10 millones de cuentas activas y, en el primer trimestre de 2020, registró un incremento interanual del 30% en aperturas de cuentas nuevas. La edad media de sus usuarios es de 31 años y este es un parámetro clave, ya que está emergiendo un nuevo estrato de la sociedad que, tradicionalmente, rehuía el mercado de valores, y sus integrantes tienen una forma muy distinta de invertir y realizar transacciones. Se guían por la amplificación que generan las redes sociales. Ya no se confía en personas trajeadas que debaten sobre las valoraciones en la CNBC; se trata, en cambio, de quién genera más ruido mediático y quién tiene el mayor número de seguidores.

A la cabeza de todas estas voces se encuentra el fundador de Barstool Sports, que ahora administra una cuenta de Twitter sobre inversiones intradía con más de 1,5 millones de seguidores: Davey the Day Trader, también conocido como Dave Portnoy. Su mensaje no contiene ni un dato haciendo referencia a las valoraciones bursatiles.

Estas nuevas voces del mercado se centran en ser la antítesis de los inversores tradicionales. En su opinión, si Warren Buffett ha vendido sus acciones de aerolíneas, entonces debe ser el momento de comprarlas. Este grupo de inversores ha pasado de concentrar sus adquisiciones en los ganadores del “quédate en casa” durante la caída del mercado a optar por oportunidades de recuperación denostadas, como las aerolíneas en dificultades o grupos en bancarrota , como por ejemplo, Hertz y Chesapeake Energy.

Parece que el desempleo, las tensiones comerciales, el malestar social, el riesgo ligado al COVID y las próximas elecciones estadounidenses no merecen ninguna atención y, desde luego, tampoco ningún descuento. Cuando Hertz se declaró en quiebra a finales de mayo y Carl Icahn se deshizo de su participación en la empresa a 72 centavos por acción, el rebaño de inversores intradía se apuró a adquirir acciones que, a continuación, superaron los 6 dólares en cuestión de días antes de asentarse en los 3 dólares.

El megáfono social era tan alto que, a principios de esta semana, los inversores se abalanzaron sobre la empresa china Fangdd debido a la creencia errónea de que era algún tipo de sociedad FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Alphabet) con apalancamiento, para descubrir después que, en realidad, era una sociedad inmobiliaria de China. Las acciones se dispararon de 10 dólares a 40 dólares en un día, antes de caer bruscamente.

Esto nos recuerda al frenesí que supuso la burbuja puntocom en el año 2000. La situación está empezando a tener muchas de aquellas marcas distintivas, aunque hay una cantidad significativa de empresas growth de buena calidad que no son caras, de modo que el entorno es claramente diferente.

Además, la avalancha de dinero en sí constituye un argumento convincente para la compra continuada de renta variable. Independientemente de si se basa o no en los fundamentales (¿ha quedado obsoleta quizá la inversión fundamental?), ¿es esta la nueva era de la inversión social, más parecida a Las Vegas que a los mercados tradicionales?

Cabe recordar que los valores de renta variable son solo instrumentos de segunda mano y se pueden negociar a cualquier precio que alguien esté dispuesto a pagar. Hay muchos inversores más jóvenes hoy en día que valoran mucho el concepto o la temática que hay detrás de una compañía, como el caso de Tesla, que representa el paradigma del cambio a la electricidad y al transporte como servicio. Dado que el precio de las acciones de Tesla alcanzó los 1000 dólares esta semana y su valor de mercado, de 180 000 millones de dólares, se acerca al de Toyota (la mayor marca de automóviles del mundo), procuremos pasar por alto que Tesla fabricó solo 367.000 vehículos en 2019, en comparación con los 10,7 millones de Toyota.

Con el tiempo, y a medida que la avalancha de dinero se desvanezca, creemos que los fundamentales volverán a recuperar su sitio. Pero mientras tanto, para las estrategias que se rigen por un enfoque fundamental, debemos ser conscientes de esta fuerza nueva en juego. Esta semana, en un solo día, Apple negoció 1,2 millones de opciones, pero el open interest al final del día fue solo de 135.000. Esto supone una actividad intradía de 35.000 millones de dólares en un único nombre. Se trata de un factor de riesgo nuevo que se deberá tomar en consideración a la hora de crear carteras mientras estas fuerzas mantengan su solidez.

Mientras tanto, esperaré para abrir mi propia cuenta de Robinhood. Cuando trataba de recabar datos para este artículo, descubrí que tenía que registrarme para tener una cuenta. Esta es una captura de pantalla de Robinhood, del sitio web del Reino Unido. En la fecha de redacción del presente documento, soy el número 225 247 de la lista de espera, y ésta es solo del Reino Unido. Si esta no es la definición de burbuja, entonces no sé cuál es.

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Columna de Mark Hawtin, director de inversiones en GAM Investments.

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La información que figura en el presente documento se ofrece a título informativo únicamente y no constituye un asesoramiento en materia de inversiones. Las opiniones y evaluaciones contenidas en este documento pueden cambiar y reflejar el punto de vista del GAM en el actual entorno económico. No se aceptará ninguna responsabilidad por la exactitud e integridad de la información. El rendimiento pasado no es un indicador de la evolución actual o futura. Las empresas que figuran en la lista fueron seleccionadas del universo de empresas cubiertas por los gestores de la cartera para ayudar al lector a comprender mejor los temas presentados. Las empresas incluidas no son necesariamente propiedad de ninguna cartera ni representan recomendaciones de los gestores de la cartera. Los instrumentos financieros mencionados se proporcionan únicamente con fines ilustrativos y no se considerarán como una oferta directa, una recomendación de inversión o un asesoramiento de inversión.

 

El futuro en el sector inmobiliario post COVID-19

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En plena crisis del coronavirus y cuando aún existe el riesgo de nuevos rebrotes y futuribles confinamientos, los observatorios asistenciales, multilaterales y económicos parecen indicar, cada uno desde su perspectiva, que los efectos se pueden extender más de dos semestres consecutivos y sin duda mientras dure la inseguridad sanitaria que supone la incertidumbre de la evolución y la falta de tratamiento efectivo de la COVID-19.

Hoy, al contrario que en la crisis de 2008, el sector inmobiliario no será el más dañado. Este está hoy más diversificado, especializado por productos y profesionalizado, además de tener muy poco apalancamiento y ser menos dependiente de la deuda bancaria. A pesar de que la demanda se ha visto abruptamente frenada en la mayoría de los subsectores del inmobiliario, cada uno de ellos evolucionará de manera distinta: retail y hotelero han tenido un impacto tremendo y coyuntural, y logístico, oficinas y residencial dependerán de la evolución del PIB, desempleo y consumo fundamentalmente.

No obstante, lo que es seguro es que el sector se encuentra ante un nuevo reto de adaptación sin precedentes, donde debe aprender a moverse en términos de incertidumbre temporal y operativa y además hacerlo de manera rápida y eficaz.

Centrándonos en el sector residencial, existe un discurso común sobre la posición de las promotoras, actualmente definiendo esta como cómoda: tienen balances saneados, poca deuda, niveles de preventas elevados y no tienen stock. Podemos concluir a priori que podrán evitar las tremendas situaciones de insolvencia vividas en la crisis del 2008.

El sector residencial es clave en la evolución del PIB y del empleo y a la vez depende directamente de la evolución de estos. La construcción de viviendas de obra nueva genera una media de 2,4 puestos de trabajo por vivienda, con una duración promedio de 2 años. Pero, la generación o no de viviendas nuevas ha dependido siempre y dependerá en exclusiva de la demanda, los ratios de accesibilidad a la vivienda así como el acceso al crédito de los potenciales compradores serán la clave en los próximos años.

Por tanto, ante la posible falta de liquidez y/o financiación de los compradores, los planes de negocio que antes del Estado de Alarma eran sólidos y creíbles pueden alejarse hoy de la nueva realidad de mercado. Dejan de tener sentido planes de negocio que no asuman la nueva situación del sector y de la vida de la mayoría de potenciales compradores.

No es difícil prever, por tanto, que, con un buen análisis de la situación, las compañías del residencial deberán considerar sus modelos con un horizonte temporal a medio-largo plazo y modificar si fuera el caso su perspectiva estratégica, redirigiendo parte de su negocio a promover para alquilar o built to rent, tendencia en alza ya antes de la crisis COVID, y que esta sólo ha acelerado de manera exponencial.

Un activo alternativo de inversión “Affordable rental Housing” se abre camino por fin en España en respuesta a una necesidad, la de cubrir una crisis de acceso a la vivienda por parte de un amplio segmento de la sociedad. El apetito inversor por estos activos crecerá de manera significativa en los próximos meses.

Esta realidad no supone un cambio de paradigma, dado que esta tendencia ya se veía antes de la COVID-19 y lo ocurrido no ha hecho más que acelerarla. Y, como en cualquier sector, toda actividad que cubre una demanda insatisfecha ayuda a que el tejido productivo del país se vea favorecido.

El principal problema para que el desarrollo de este tipo de activos fuese óptimo es la falta de suelo adecuado, o mejor dicho, la falta de suelo con un precio ajustado a las rentas que el grueso de la demanda podría pagar. Para ello existen dos posibles soluciones. La primera posible solución y no necesariamente por orden de preferencia, es que los grandes tenedores de suelo con planes de negocio pre-crisis ajusten sus números y retornos prometidos a sus inversores, y la segunda que las Administraciones Públicas pusieran en el mercado todo el suelo posible, agilizando y digitalizando procedimientos administrativos y adaptando el “viejo y estrecho” urbanismo.

La colaboración público-privada y una política firme y continuista de vivienda, así como un gran programa estratégico estatal para la creación de un parque público-privado de vivienda en alquiler asequible a semejanza de otros países de nuestro entorno, es la piedra angular del sector residencial para los próximos años en España. Es un trabajo que supondrá inversión pública durante al menos 10 años; para ello hemos de aprovechar la posibilidad que nos dan los fondos de la Unión Europea a través de Next Generation UE, actualmente en negociación con los distintos estados miembros.

La creación de este parque probablemente acabaría con muchos de los problemas endémicos que tiene el sector residencial.

Los gestores de inversiones especializados en este sector, como Tectum, debemos llevar a cabo una misión importante explicando al capital privado nacional e internacional las bondades de la inversión en este tipo de activo alternativo. La vivienda en alquiler asequible de nueva construcción genera retornos recurrentes y anticíclicos muy interesantes. Tenemos que evolucionar hacia nuevas formas de promover vivienda asequible en alquiler, fórmulas concesionales habituales en otros países europeos se abrirán camino de manera sostenida en España desde hoy. Tectum lleva tiempo trabajando en ellas, y seguiremos apostando por la creación de lo que llamamos una “Red de Infraestructura Habitacional” en la que el capital institucional está llamado a tener un papel fundamental.

Tribuna de Alejandra Mora, directora de Negocio e Inversiones de Tectum

Reconstruir mejor: el COVID-19 trae la «S» de los criterios ESG al foco de atención

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Reconstruir mejor: el COVID-19 trae la "S" de ESG al foco de atención
Pixabay CC0 Public Domain. Reconstruir mejor: el COVID-19 trae la "S" de ESG al foco de atención

Todavía nos encontramos en las primeras etapas para comprender el impacto a largo plazo de la pandemia de COVID-19 en la economía real, pero el impacto inmediato en la vida de las personas y la dislocación de los mercados es evidente. Si bien la crisis ha puesto de relieve lo crítica que es ahora la capacidad de recuperación de los balances para las empresas y su viabilidad a largo plazo, también ha acelerado una serie de temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) que existían antes del brote.

Muchos inversores y ejecutivos sostienen que ha llegado el momento de «reconstruir mejor» y crear un mundo empresarial más sostenible. En este contexto, vemos tres implicaciones a corto plazo para los inversores que creemos que se mantendrán a largo plazo.

Enfoque en la administración: ¿lujo o necesidad?

La crisis ha subrayado e intensificado una serie de cuestiones sociales, como la creciente desigualdad y la fragilidad de los clientes y los empleados, especialmente en segmentos de la economía que han quedado desprotegidos. También ha puesto de relieve la interconexión de las personas, el planeta y los beneficios. Estos motores requerirán que reformulemos la noción de un negocio bien gestionado, al reflejar la presión a la que se enfrentan las empresas para gestionar un mayor número de partes interesadas.

En ese sentido, la crisis arroja luz sobre la creciente relevancia que tienen para las compañías los modelos más amplios -que proporcionan rendimientos equitativos no solo a los accionistas sino también a empleados, clientes y proveedores-, así como la gestión eficaz de las externalidades ambientales. Todas estas consideraciones se ganan en última instancia la licencia social de una empresa.

Esto implica un enfoque en la administración y en el compromiso activo de los inversores. Como inversores, somos administradores responsables del capital de nuestros clientes: cuidamos los activos que nos han confiado con el fin de devolverlos en mejores condiciones que en las que los adquirimos. La información ESG se convierte en una herramienta para distinguir mejor las empresas bien gestionadas de las rezagadas e identificar aquellas que están teniendo un impacto social positivo.

Somos conscientes de que hoy las compañías se enfrentan a importantes presiones de costes en lo que respecta a la asignación de capital para el bienestar del personal, los clientes y los proveedores. Las conversaciones que hemos mantenido con ellas durante este período incierto han girado en torno a la solidez de los balances, los flujos de caja y la liquidez, lo cual nos sirve para evaluar si pueden seguir operando a largo plazo. Hemos recomendado que la dirección revise la idoneidad de los programas de dividendos y recompras, examinando si estas políticas podrían debilitar la viabilidad operativa de la empresa.

El capital humano importa

La pandemia ha puesto el capital humano en el punto de mira: cuestiones como los contratos y los derechos de los empleados han pasado a un primer plano a medida que los inversores y la sociedad civil examinan la forma en que las empresas actúan durante la crisis, incluida la forma en la que tratan a sus trabajadores.

Se ha puesto de manifiesto la fragilidad de los trabajadores independientes dentro de la “gig economy” y de los que tienen contratos de cero horas en sectores muy afectados por la crisis, como el del entretenimiento. Muchos de ellos se han quedado con poca protección, tanto financiera como sanitaria. Después de la crisis del COVID-19, es razonable esperar una presión sobre las empresas para mejorar los derechos laborales y las remuneraciones. Esto representa mayores costes e implica que es poco probable que los niveles de distribución de flujos de caja a los accionistas vuelvan a los niveles anteriores, al menos a corto plazo.

La cultura corporativa también ha llegado a un punto de inflexión y percibimos un cambio de mentalidad. Las reuniones virtuales y los horarios de trabajo flexibles se hacen más aceptables a medida que los líderes empresariales consideran cómo crear un entorno propicio para las necesidades de los empleados. Hemos observado soluciones creativas en algunas compañías, incluyendo el uso de nuevas tecnologías.

La “S” no eclipsará a la “E”

El crecimiento sostenido de la demanda de los clientes de capacidades centradas en el medioambiente, junto con el impulso político y reglamentario en varios países, probablemente garantizará que las cuestiones ambientales no se vean eclipsadas por el enfoque a corto plazo en los factores sociales.

La creciente relevancia de las problemáticas medioambientales relacionadas con el cambio climático, la escasez de recursos naturales y la eficiencia está impulsando, sin duda, un mayor interés por las soluciones ESG. Las presiones regulatorias también están acelerando estos temas. Las conclusiones de un estudio que realizamos a principios de año muestran que los asesores están respondiendo a la mayor demanda de estrategias ESG por parte de los clientes, lo que debería ayudar a profundizar en la innovación de la industria en este espacio.

La pandemia ha reforzado nuestra convicción de que las empresas que consideran las cuestiones medioambientales y sociales y cuentan con buenas normas de gobernanza probablemente serán las más resistentes y mejor preparadas para afrontar los períodos de crisis. El tiempo invertido en la comprensión e integración de estos factores en el proceso de inversión, además de nuestro compromiso empresarial, nos hace estar mejor informados como inversores.

Tribuna de Julie Moret, responsable global de ESG en Franklin Templeton

Respuestas innovadoras y disruptivas a la conquista del futuro

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Respuestas innovadoras y disruptivas a la conquista del futuro
Pixabay CC0 Public Domain. Respuestas innovadoras y disruptivas a la conquista del futuro

Si hubiera que definir con una palabra lo que ha supuesto la crisis del coronavirus, «disrupción» podría ser la opción más adecuada. El brote ha afectado a la manera en la que trabajamos, socializamos, compramos, gestionamos nuestra salud, educamos a nuestros hijos, y cuidamos a nuestras familias. Pocos eventos en la historia de la humanidad pueden alegar este potencial disruptivo.

La cuestión es cómo debemos responder a esta disrupción sin precedentes. ¿Ponemos nuestras vidas en stand by y esperamos volver a la normalidad una vez que la disrupción disminuya? ¿O nos adaptamos, innovamos y encontramos nuevas formas de abordar la situación actual? Aquí radica la paradoja: para conquistar la disrupción, debemos ser disruptivos.

En el mundo de los negocios, las empresas disruptivas son aquellas que pueden innovar y crear nuevos mercados desafiando los modelos existentes. Actualmente, estas cualidades son más importantes que nunca, y algunas compañías y sectores están respondiendo a estos desafíos con nuevas formas altamente creativas.

El primer lugar para buscar dicha disrupción es la economía digital, que, durante la crisis, ha sido moldeada por una tendencia en particular: “Working From Home” (el teletrabajo). Durante la pandemia, el Reino Unido ha multiplicado por diez el número de personas que trabajan desde casa, y las compañías capaces de adaptarse y dar forma a nuevos patrones de consumo están ganando la partida.

Zoom es quizá el caso de éxito más conocido. De la noche a la mañana, se convirtió en la plataforma de comunicación por vídeo para millones de usuarios nuevos, incluidos estudiantes, asistentes a conciertos, feligreses, y familias y amigos que buscaban conectarse mientras estaban sujetos a las medidas de distanciamiento.

Las empresas de videollamadas no son las únicas que se benefician de esta tendencia. El mercado de la ciberseguridad ha crecido significativamente en medio de una rápida migración a las redes digitales provocada por el trabajo desde casa. CrowdStrike es una de las empresas que mejor comportamiento ha tenido recientemente. La compañía ha adoptado un enfoque nuevo en ciberseguridad, que aprovecha el efecto de red de los datos de crowdsourcing aplicados a la seguridad moderna a través de tecnologías como la inteligencia artificial, el cloud computing y las bases de datos gráficas.

Junto al “Work from Home”, se encuentra otra tendencia independiente- aunque relacionada-, conocida como “Play At Home”. Durante el confinamiento, la mayor parte del tiempo libre adicional se ha pasado consumiendo contenido digital. Esto se refleja en las cifras recientes que muestran que el consumo de datos en las zonas residenciales urbanas de EE.UU. aumentó un 98% en la semana del 16 de marzo. En este segmento, vemos compañías de videojuegos con funcionalidades de monetización en el juego, así como plataformas de música y televisión por suscripción, que funcionan especialmente bien.

Pero el trabajo y el juego no son las únicas cosas que se practican de forma remota. El coronavirus también ha aumentado la necesidad de tele asistencia médica y telemedicina, que se utilizan para ayudar a medir los indicadores de diagnóstico, como la temperatura, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial de una persona mientras está aislada.

Esta disrupción en la atención médica ordinaria ha llevado a la innovación en todo el sector. En China, el brote propició que los ciudadanos recurrieran a plataformas como The Good Doctor, Baidu Inc’s Wenyisheng y Alibaba Health Information Technology Ltd. Además, en el área de tratamientos, en la carrera por desarrollar una vacuna se ha visto una disrupción sorprendente: la nueva colaboración entre Pfizer y BioNTech, por ejemplo, reúne a una de las compañías más importantes y consolidadas del sector farmacéutico con una empresa joven que trabaja en la vanguardia de las inmunoterapias basadas en el ARN.

Otra área donde estamos viendo disrupción es en las cadenas de suministro. Los fabricantes de los sectores del automóvil, el aeroespacial, los electrodomésticos y el textil han remodelado sus cadenas para ayudar a contrarrestar la escasez mundial de suministros médicos. Ford ha utilizado piezas generalmente instaladas en vehículos, como ventiladores y baterías, para producir respiradores y ventiladores modificados. Dyson está trabajando junto con la Asociación de Tecnología, un grupo de científicos e ingenieros británicos cuyo propósito es impulsar la innovación, para desarrollar un nuevo sistema de ventilación, llamado CoVent.

Estas son solo algunas de las innovaciones que están impulsando la disrupción en un mundo Covid y post-Covid. Debemos seguir mirando al futuro para comprender cómo la crisis continuará dando forma a nuestras vidas y aprovechar las oportunidades que esta tendencia nos ofrece. CPR Invest Global Disruptive Opportunities supone un punto de entrada único a aquellos inversores que busquen aprovechar esta tendencia a largo plazo con un enfoque diversificado; dando acceso a diversos subtemas agrupados en cuatro grandes dimensiones: economía digital, ciencias de la vida y la salud, industria 4.0 y tierra; para aprovechar diversas fuentes de alfa potencial. Solo siendo disruptivos podemos esperar sobrevivir a esta disrupción sin precedentes.

Tribuna de Wesley Lebeau, gestor de renta variable temática y responsable de la estrategia Global Disruptive Opportunities de CPR AM, Grupo Amundi

 

Dirigido a inversores profesionales. No constituye asesoramiento ni recomendación de inversión; ni constituye oferta de compra ni venta en ningún país donde pudiera ser considerado ilegal. Sin garantía de capital ni de rentabilidad. Rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros. Material promocional a la atención del público general salvo de “US Persons”. Los comentarios reflejan la visión de CPR AM en un momento dado y pueden estar sujetos a cambio. Información a abril 2020. Ver Folleto y DFI. Subfondo de CPR INVEST; registrado en CNMV nº1564. Amundi Iberia SGIIC registrada en CNMV nº 31 www.amundi.es. CPR Asset Management, sociedad gestora de carteras autorizada por la AMF, n° GP 01-056 – 90 bd Pasteur, 75015 París – Francia.

¿Están yendo, y deberían ir, los mercados por delante de la economía? (Parte II)

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Una vez formulada nuestra hipótesis de recuperación económica/sanitaria, podemos compararla con el ritmo real de recuperación económica y, en consecuencia, determinar las expectativas implícitas que incorpora el mercado estadounidense de renta variable. Si utilizamos el índice S&P 500 como indicador del mercado bursátil estadounidense, los inversores parecen adquirir cada vez más confianza en uno de los dos escenarios económicos (recuperación en forma de «V» o en forma de «U») y las principales proyecciones sobre el sector de atención sanitaria conexas.

En Columbia Threadneedle, asignamos la mayor probabilidad a una recuperación estilizada en forma de «U» de la economía estadounidense (gráfico 4), aunque la probabilidad asignada a una recuperación más lenta en forma de «L» también es significativa.

Columbia Threadneedle Investments

No obstante, albergamos menos optimismo con respecto a Europa, donde asignamos la mayor probabilidad a una recuperación en forma de «L» (gráfico 5).

Columbia Threadneedle Investments

Habida cuenta de estas proyecciones probabilísticas relativamente modestas sobre la trayectoria de la recuperación económica en Estados Unidos y Europa, Ed Al Hussainy, director de Análisis Macroeconómico, prevé que solo se registrarán modestos aumentos en los tipos de interés y los rendimientos de los bonos en ambas regiones.

Con independencia de la trayectoria de la recuperación económica y de los mercados financieros tras la COVID-19, no debemos olvidar que, antes del estallido de la pandemia, las economías desarrolladas se hallaban inmersas en una tendencia a largo plazo de crecimiento relativamente reducido provocada por varios años de desfavorables condiciones demográficas, elevados niveles de la deuda, etc. La pandemia podría repercutir en algunas tendencias vinculadas al gasto en consumo, la globalización empresarial, los mayores niveles de endeudamiento y las iniciativas de política pública, si bien parece poco probable que se traduzca en una aceleración de la demanda agregada si partimos de la tendencia de las últimas décadas.

Si combinamos las perspectivas económicas a largo plazo con un punto de partida relativamente elevado para las valoraciones de renta variable, sobre la base del ratio PER corregido por ciclicidad (CAPE), una medida creada por John Campbell y Robert Shiller, entonces las rentabilidades de mercado previstas podrían ser modestas en términos históricos. En el gráfico 6 se observa que el CAPE ascendía a 27,6 a principios de mayo. Partiendo de este valor, las rentabilidades previstas a 10 años del S&P 500 han sido, por lo general, inferiores al 10% y negativas en algunos casos. En el horizonte de los 10 próximos años, prevemos unas rentabilidades medias del 4%-6%, dentro de un rango del -2%-8%.

Columbia Threadneedle Investments

Sin embargo, las valoraciones del mercado en general pueden resultar engañosas. Según Empirical Research, «las grandes empresas de crecimiento, las 75 firmas de gran capitalización con las mejores credenciales de crecimiento en general, cotizan ahora a casi cinco veces el PER histórico del mercado sobre una base equiponderada, una valoración que no se veía desde diciembre de 1999. Durante la pandemia, estas compañías han registrado un comportamiento extraordinario, con rentabilidades de dos dígitos por encima del mercado durante la caída y también durante el repunte». Por lo tanto, las percepciones sobre la valoración y la rentabilidad del mercado podrían estar sesgadas por la admiración que muestran los inversores por las compañías con unas perspectivas de crecimiento visibles en un mundo ávido de crecimiento, en lugar de por un notorio optimismo con respecto a la recuperación de la COVID-19. En consecuencia, en una recuperación en forma de «U», las distorsiones creadas por este sesgo podrían generar mayores oportunidades para la selección de valores fuera de estos pocos valores de gran capitalización.

El gráfico 7 muestra que los inversores presentan opiniones divergentes sobre el futuro de los diferentes sectores. A todas luces, los inversores han formado sus propias opiniones sobre cómo la recuperación económica de la paralización inducida por la pandemia incidirá en la recuperación de los beneficios de los diferentes sectores, que clasifican en los diferentes escenarios con forma de «U», «V» o «L». Cuando se desglosa de este modo, los inversores parecen actuar de forma más racional que algunos observadores que se centran en lo que las medias del mercado están indicando.

Columbia Threadneedle Investments

Los inversores podrían pecar de optimistas cuando determinan qué sectores experimentarán una recuperación más rápida, pero parece que existe tanta oportunidad para reajustar las expectativas dentro del mercado como necesidad de que las medias del mercado caigan de forma sustancial.

Conclusión

El futuro es caprichoso, motivo por el que resulta muy complicado formular previsiones y, en cierto modo, por el que existen los mercados financieros en primer lugar. Deberíamos esperar que los mercados intenten anticipar futuros acontecimientos complejos, y que experimenten una volatilidad adicional conforme esas expectativas cambian en función de los acontecimientos. Un mercado que no intenta descontar el futuro es un mercado irracional.

 

Columna de Colin Moore, director mundial de inversiones en Columbia Threadneedle Investments.

 

Información importante:

Información importante: Exclusivamente para uso de inversores profesionales y/o cualificados (no debe entregarse a clientes particulares ni emplearse con ellos).
Las rentabilidades pasadas no son indicativas de los resultados futuros. Su capital está sujeto a riesgos. El valor de las inversiones y de los ingresos no está garantizado y puede tanto aumentar como disminuir; dicho valor puede verse afectado por las fluctuaciones de los tipos de cambio. Esto significa que un inversor podría no recuperar el importe invertido. Este documento no constituye asesoramiento sobre inversiones de tipo jurídico, fiscal o contable. Se recomienda a los inversores que consulten a sus propios asesores profesionales sobre cuestiones relacionadas con las inversiones o de tipo jurídico, fiscal o contable por lo que respecta a la inversión con Columbia Threadneedle Investments. El análisis incluido en este documento ha sido elaborado por Columbia Threadneedle Investments para sus propias actividades de gestión de inversiones, puede haber servido de base para la toma de decisiones antes de su publicación y su disponibilidad tiene carácter accesorio. Todas las opiniones formuladas en el presente documento son válidas en la fecha de publicación, pueden sufrir cambios sin previo aviso y no deben ser consideradas como asesoramiento de inversión. Este documento incluye declaraciones sobre perspectivas futuras, incluidas previsiones de las condiciones financieras y económicas futuras. Ni Columbia Threadneedle Investments ni sus consejeros, directivos o empleados ofrecen garantía alguna de que dichas declaraciones sobre perspectivas futuras vayan a resultar acertadas. La información obtenida de fuentes externas se estima fidedigna, si bien su precisión o integridad no pueden garantizarse. Publicado por Threadneedle Asset Management Limited. Sociedad registrada en Inglaterra y Gales con el n.º 573204, Cannon Place, 78 Cannon Street, Londres EC4N 6AG, Reino Unido. Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). Este material lo distribuye Columbia Threadneedle Investments (ME) Limited, sociedad regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái (DFSA). Para distribuidores: Este documento ha sido concebido para ofrecer a los distribuidores información sobre los productos y servicios del Grupo y no está destinado a su posterior divulgación. Para clientes institucionales: La información contenida en este documento no constituye asesoramiento financiero alguno, y está dirigida exclusivamente a personas con el conocimiento adecuado en materia de inversión, que satisfagan los criterios normativos para ser considerados Clientes Profesionales o Contrapartes de Mercado; ninguna otra persona deberá actuar sobre la base de esta información.

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Las grandes tecnológicas no se comerán la tarta de los bancos en un futuro previsible

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Las grandes tecnológicas no se comerán la tarta de los bancos en un futuro previsible
Pixabay CC0 Public Domain. Las grandes tecnológicas no se comerán la tarta de los bancos en un futuro previsible

«La banca es necesaria, los bancos no». La declaración de Bill Gates anunciando el amanecer de las finanzas por Internet tiene ahora un cuarto de siglo de antigüedad; sin embargo, los bancos siguen siendo muy importantes. Siguen dominando la intermediación financiera en las economías europeas, aunque la descentralización de las tecnologías financieras amenace cada vez más los modelos de negocio tradicionales. Ni las fintechs ni los grandes nombres de la tecnología como Google, Amazon, Facebook o Apple (GAFA) están a punto de tirar por la borda a los bancos establecidos. Ni ahora ni en un futuro previsible.

De hecho, las fintechs más exitosas pueden acabar siendo adquiridas por grandes grupos bancarios que adopten el cambio digital transformador: cooperación en lugar de competir. A diferencia de China o de otras regiones del mundo, el sector europeo de la tecnología financiera es intrínsecamente dinámico, pero sigue estando relativamente fragmentado, con una posición de mercado más marginal.

En cuanto a las grandes tecnológicas, el reciente anuncio de la criptomoneda de Facebook, Libra, reavivó los viejos temores de que los bancos europeos algún día tengan que rendirse ante los GAFA. Sin embargo, hay varias razones por las que estos temores pueden estar fuera de lugar, que se centran en la arraigada posición de mercado del sector bancario, en la imagen de marca cambiante de las grandes tecnológicas (no para mejor) y, sobre todo, en la evolución de la dinámica reguladora y de las políticas públicas en Europa.

La posición de los bancos europeos en el mercado interior es más sólida que la de China y Estados Unidos

Los ejemplos del resto del mundo -China y otros países de Asia oriental, África oriental o América Latina- no son relevantes para Europa. El grado de penetración financiera (sobre todo por parte de los bancos) es muy alto, entre el 94% y el 99% en Europa Occidental (donde se encuentran los grandes grupos bancarios). Es menor, a veces muy inferior, en los mercados emergentes.

Esto hará mucho más difícil la tarea de una plataforma de comercio electrónico o de redes sociales interesada en hacerse con la cuota de mercado de los grandes bancos en servicios financieros europeos. No se trata de empoderar a un segmento significativo de la población no bancarizado (como en los mercados emergentes), que ayudó a empresas como Alibaba, Tencent, M-Pesa o Mercado Libre. Se trata del desafío mucho mayor de obtener una parte significativa de los productos financieros de los bancos.

Los bancos europeos también pueden estar en una mejor posición competitiva que los bancos de EE.UU. en lo que respecta a su defensa contra los grandes tecnológicas. En EE.UU., el papel de intermediación de los bancos ha ido disminuyendo desde principios de los años ochenta, suavizado por el crecimiento de la desregulación y la existencia de mucha más especialización (por ejemplo, bancos de inversión, gestores de activos, etc). Alrededor del 94%, el grado de penetración financiera está en línea con el de Europa Occidental, pero una parte mucho mayor se mantiene alejada de los bancos. Por lo tanto, una gran tecnológica ambiciosa (por ejemplo, Amazon) podría encontrar mejores oportunidades en el mercado estadounidense que en los principales mercados europeos.

En términos generales, el modelo de negocio de las «grandes tecnológicas ganando en servicios financieros» puede tener más éxito en los mercados emergentes, que están experimentando un rápido crecimiento de la clase media. Los países de Europa Oriental encajarían en este modelo, pero los bancos de Europa Occidental llenaron el espacio hace décadas mediante la adquisición de bancos nacionales, la creación de otros nuevos y el crecimiento de los mercados locales de servicios financieros. M-Pesa (sistema de pago por móvil) de Kenia intentó hace unos años construir una franquicia en Rumanía, pero la empresa fracasó.

La imagen pública de las grandes tecnológicas está empeorando

Hace unos años, la imagen de marca de las GAFA era estelar, especialmente entre los millennials. Sin embargo, la creciente preocupación por las normas de privacidad, el uso indebido de los datos personales, las prácticas comerciales o los aspectos sociopolíticos específicos han desviado la atención de esta imagen. Esto se aplica principalmente a Facebook o Amazon, que se definen menos como tecnológicas puras que Apple o Microsoft (con Google a medio camino). En esta situación en evolución, no está claro el éxito que tendría una estrategia de desplazamiento de bancos para cualquiera de estos grandes tecnológicas estadounidenses en Europa, incluso entre los millennials.

El aumento de las vibraciones negativas procedentes de los reguladores y políticos europeos no está ayudando. En cuanto a las grandes plataformas de comercio electrónico chinas, serían aún menos bienvenidas si consideraran la posibilidad de expandirse en los servicios financieros europeos (cosa que actualmente no hacen).

Aumentan los obstáculos normativos y de formulación de políticas para las grandes tecnologías de EE.UU.

Hay varios niveles de estos obstáculos que provienen de los reguladores y responsables políticos europeos. El primero se refiere al creciente malestar general por el aumento de la participación de “los bancos en la sombra” -grandes tecnológicas o no- en el mercado financiero. Se teme la falta de una regulación adecuada, tanto prudencial como de conducta, de estas actividades en un momento en que la arquitectura regulatoria del propio sistema bancario se ha endurecido considerablemente. De hecho, es muy probable que, en caso de que surja una futura crisis financiera en Europa, no se desencadene desde dentro del sistema bancario, como ocurrió la última vez. Existe un claro elemento de prociclicidad en la forma en que los organismos no bancarios conceden créditos, tanto a las pymes como a los particulares.

Esto no es inexistente, pero es menos amenazante en el caso de los bancos regulados, con sus reservas de capital y sus políticas de provisión para pérdidas en préstamos. La segunda capa de inquietud regulatoria es la amenaza de reposicionar los servicios financieros no sólo fuera de los bancos regulados, sino también dentro de los grandes proveedores de infraestructuras de tecnología financiera como la nube blockchain. El riesgo de suceso extremo para la estabilidad financiera podría aumentar.

El tercer nivel de consideración es el de las plataformas tecnológicas, en gran medida no reguladas, construidas y desarrolladas en los EE.UU., que desvían el negocio de las instituciones financieras reguladas europeas. Existe un claro elemento de buena voluntad entre los responsables políticos de la UE para fomentar el crecimiento con éxito de las fintechs (finanzas), regtechs (regulación), insurtechs (seguros) locales, etc. En lugar de expulsarlas del mercado por falta de regulación (por ejemplo, por mala conducta), están tratando de integrarlas en el marco reglamentario existente. No es probable que tal buena voluntad se extienda fácilmente a las grandes tecnológicas estadounidenses debido a consideraciones políticas, fiscales, competitivas y culturales.

Esto sería así para el proyecto Libra de Facebook, a pesar de que la Asociación Libra se está instalando en Ginebra. La perspectiva en los mercados minoristas y mayoristas de una criptomoneda del sector privado, regulada de manera poco precisa y respaldada por depósitos bancarios y valores gubernamentales (lo que permite influir en la política monetaria), no es probable que se convierta en un problema para las autoridades políticas.

El escenario, potencialmente favorecido por los responsables políticos y reguladores europeos, de que un banco con recursos adquiera una fintech local, no sería aplicable en el caso de las grandes tecnológicas de fuera de Europa. Por otra parte, también es dudoso que una gran tecnológica estadounidense esté tan ansiosa por llevar a cabo actividades de servicios financieros en Europa que impliquen que esté regulada y supervisada como institución financiera.

Tribuna de Sam Theodore, analista de Scope Insights

¿Están yendo, y deberían ir, los mercados por delante de la economía? (Parte I)

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Jarrett Fifield sailing boat Unsplash
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jarrett Fifield . Foto: Jarrett Fifield

El índice S&P 500 ha repuntado más de un 35% desde el mínimo marcado en marzo. En vista de los actuales datos económicos que reflejan los estragos de la paralización económica provocada por la pandemia de coronavirus, algunos analistas consideran que este repunte desafía toda lógica. Así pues, muchos observadores se están preguntando si los mercados van, y deberían ir, por delante de la economía. Puede que esté desvelando el final, pero la respuesta a ambas preguntas es: ¡sí! La siguiente pregunta debería ser: ¿qué escenario económico están anticipando o descontando los mercados en los futuros flujos de efectivo?

Se acepta generalmente que los inversores descuentan, o tienen en cuenta, toda la información disponible, incluidos los acontecimientos presentes o potenciales. Esto significa que los precios de los títulos (de renta fija y variable) incorporan un significativo volumen de expectativas sobre los beneficios empresariales, los impagos, la inflación y las políticas monetarias y fiscales. Una consecuencia del nivel ultrabajo de los tipos de interés y los rendimientos de los bonos es que las expectativas a largo plazo influyen en los actuales precios de los valores en una proporción potencialmente más elevada de lo que lo harían tradicionalmente en un entorno de mayores tipos de interés.

Aunque resulta aritméticamente correcto que los actuales precios de los valores incorporen ampliamente las expectativas sobre el futuro, también reflejan las opiniones sobre la actual solidez de la liquidez y los balances corporativos, o la estabilidad del sistema financiero en general. Admirar un edificio sin comprender la fortaleza de sus cimientos no tiene sentido.

Las valoraciones de las compañías que cotizan en las bolsas del mundo suelen ser múltiplos de los beneficios anuales previstos de esas firmas. El gráfico 1 muestra el rango de los ratios precio/beneficios (PER) que los inversores han estado dispuestos a abonar en varios mercados a lo largo de varios años. Puesto que el ratio PER nunca es igual a 1, los inversores parecen dispuestos a considerar varios años en el futuro.

Columbia Threadneedle Investments

Cuando un importante acontecimiento ocurre de forma imprevista, los inversores suelen actuar con rapidez e intentan incorporar la nueva información en los precios de los valores. La hipótesis de la eficiencia del mercado supone que los inversores en su conjunto (el mercado) constituyen un «mecanismo de descuento» muy eficiente. Si la eficiencia se define como la rápida consideración de toda la información nueva, pública y exacta, entonces comparto la opinión de que los mercados son eficientes.

A título de ejemplo, cuando una compañía anuncia públicamente sus previsiones de beneficios, el posible rango de interpretaciones por parte de los inversores es relativamente reducido, de ahí que el ajuste de valoración de los títulos en cuestión sea rápido y preciso. No obstante, en una situación más compleja, como una pandemia a escala mundial o una crisis financiera que afecte a todo el planeta, los inversores actúan con celeridad, pero existe un amplio rango de interpretaciones, tanto a corto plazo como a largo plazo. Las redes sociales han contribuido al enorme aumento de la velocidad y la cantidad de opiniones y teorías que circulan (aunque no sean necesariamente fehacientes). Por consiguiente, no parece tan claro que la reacción inicial del mercado refleje de manera precisa las posibles consecuencias.

La velocidad de la reacción es evidente. El rápido repunte de la volatilidad, que coincide con la aparición de importantes acontecimientos imprevistos, se puede observar claramente en los siguientes gráficos (gráfico 2). Desde un punto de vista técnico, la volatilidad es una medida estadística de la dispersión de las rentabilidades de un título o un índice de mercado a lo largo del tiempo. En términos prácticos, se trata de un barómetro de la incertidumbre de los inversores sobre las repercusiones inmediatas y a más largo plazo.

Columbia Threadneedle Investments

Como mi compañero Toby Nangle, Director Mundial de Asignación de Activos, comenta: «En la crisis actual, ¿en qué medida el descenso de los mercados de renta variable o la subida de los rendimientos de los bonos corporativos guardaba relación con un aumento fundado de las expectativas de los inversores sobre el futuro (empeoramiento de las condiciones económicas, deterioro de los parámetros crediticios e incremento de las tasas de impago), y en qué medida se vinculaba con la actual restricción de liquidez en los mercados financieros que los bancos centrales han tratado de contrarrestar? Los dos supuestos están interrelacionados y la dirección de la causalidad no puede establecerse fácilmente. No obstante, si las primas de riesgo se sitúan en cotas elevadas porque descuentan un futuro colapso de la actividad económica que provocará declaraciones de bancarrota masivas, los precios de los títulos podrían ser caros. En cambio, si las primas de riesgo reflejan sencillamente la «avería» del sistema financiero, entonces podrían existir oportunidades para los inversores a medio plazo. En efecto, los bancos centrales no pueden impedir el riesgo de impago, pero sí pueden arreglar un sistema financiero averiado, ya que esto forma parte de sus mandatos y tienen ilimitada munición a su disposición».

Obsérvese la velocidad del aumento de la volatilidad y de su posterior descenso en el anterior gráfico izquierdo. La rápida respuesta inicial parece reflejar el nivel de sorpresa y la percepción inicial de la magnitud del asunto conforme emerge. La caída más lenta de la volatilidad parece reflejar el tiempo que tarda en alcanzarse un consenso acerca del posible desenlace.

Los índices del mercado de renta variable no reflejan plenamente el rango de actividades en la economía global, pero, con el tiempo, esperamos que los mercados evolucionen por lo general en la misma dirección que los datos económicos. Al fin y al cabo, las compañías (y sus ingresos) no existen en un vacío. Cuando las economías mundiales crecen, se venden más bienes y servicios, lo que impulsa los ingresos corporativos y genera las condiciones necesarias para la apreciación de las acciones y los bonos corporativos. En cambio, si la economía presenta una tendencia bajista, cabe la posibilidad de que el mercado bursátil siga el mismo camino.

No obstante, con arreglo al concepto de descuento, los mercados financieros pueden repuntar cuando existe una expectativa de crecimiento económico en el futuro, incluso si la situación vigente es nefasta. Los inversores experimentaron este fenómeno cuando el mercado bursátil se desplomó como consecuencia de la crisis financiera mundial en 2008, aunque comenzó a recuperarse en 2009 antes que la economía.

Como hemos mencionado, los inversores suelen tener una capacidad de previsión imperfecta cuando el rango de resultados futuros está rodeado de incertidumbre. El gráfico 3 desvela nuestras proyecciones sobre la gran probabilidad de que la economía estadounidense se recupere de la recesión económica provocada por la COVID-19. Un elemento esencial del gráfico consiste en nuestras proyecciones, elaboradas por nuestro equipo de investigación en atención sanitaria, sobre los avances sanitarios que permitirán la normalización de la actividad económica en general. La línea roja ilustra cómo creemos que el mercado bursátil evolucionará en anticipación de esas transformaciones económicas y sanitarias. La cuestión fundamental estriba en que el mercado se mueve con antelación a los progresos económicos y sanitarios, y no en paralelo.

Los mercados financieros están pronosticando, como debería ser, el tamaño y la tasa de crecimiento de las economías mundiales en 2021 y 2022, en lugar de hacer hincapié en los funestos informes económicos actuales con carácter retrospectivo. Con el fin de desarrollar y poner a prueba nuestra hipótesis de recuperación, además de nuestras proyecciones económicas generales, Columbia Threadneedle Investments centrará su análisis macroeconómico en las perspectivas sobre otros factores específicos, entre los que se incluyen la inflación y las preferencias de los consumidores. Si bien la demanda agregada podría recuperarse, resulta vital comprender si se producirán cambios permanentes en los patrones de consumo. Asimismo, unas previsiones relevantes también deben incluir un profundo conocimiento de la actual capacidad financiera corporativa, así como del futuro crecimiento de los ingresos y los beneficios, y la solidez de las autoridades locales.

 

Columna de Colin Moore, director mundial de inversiones en Columbia Threadneedle Investments.

 

 

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Las rentabilidades pasadas no son indicativas de los resultados futuros. Su capital está sujeto a riesgos. El valor de las inversiones y de los ingresos no está garantizado y puede tanto aumentar como disminuir; dicho valor puede verse afectado por las fluctuaciones de los tipos de cambio. Esto significa que un inversor podría no recuperar el importe invertido. Este documento no constituye asesoramiento sobre inversiones de tipo jurídico, fiscal o contable. Se recomienda a los inversores que consulten a sus propios asesores profesionales sobre cuestiones relacionadas con las inversiones o de tipo jurídico, fiscal o contable por lo que respecta a la inversión con Columbia Threadneedle Investments. El análisis incluido en este documento ha sido elaborado por Columbia Threadneedle Investments para sus propias actividades de gestión de inversiones, puede haber servido de base para la toma de decisiones antes de su publicación y su disponibilidad tiene carácter accesorio. Todas las opiniones formuladas en el presente documento son válidas en la fecha de publicación, pueden sufrir cambios sin previo aviso y no deben ser consideradas como asesoramiento de inversión. Este documento incluye declaraciones sobre perspectivas futuras, incluidas previsiones de las condiciones financieras y económicas futuras. Ni Columbia Threadneedle Investments ni sus consejeros, directivos o empleados ofrecen garantía alguna de que dichas declaraciones sobre perspectivas futuras vayan a resultar acertadas. La información obtenida de fuentes externas se estima fidedigna, si bien su precisión o integridad no pueden garantizarse. Publicado por Threadneedle Asset Management Limited. Sociedad registrada en Inglaterra y Gales con el n.º 573204, Cannon Place, 78 Cannon Street, Londres EC4N 6AG, Reino Unido. Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). Este material lo distribuye Columbia Threadneedle Investments (ME) Limited, sociedad regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái (DFSA). Para distribuidores: Este documento ha sido concebido para ofrecer a los distribuidores información sobre los productos y servicios del Grupo y no está destinado a su posterior divulgación. Para clientes institucionales: La información contenida en este documento no constituye asesoramiento financiero alguno, y está dirigida exclusivamente a personas con el conocimiento adecuado en materia de inversión, que satisfagan los criterios normativos para ser considerados Clientes Profesionales o Contrapartes de Mercado; ninguna otra persona deberá actuar sobre la base de esta información.

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Financial Resilience

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Pixabay CC0 Public Domain. ,,

Dependiendo del rincón de nuestra aldea global donde estemos viviendo, podremos estar aún en pleno ciclo de pandemia o quizás ya en un anticipo de postpandemia. Dadas las muy especiales circunstancias por la que transitamos, con semanas de encierro y cuarentena, aún es un tanto precipitado lograr una evaluación ajustada de consecuencias económicas y financieras, tanto en la macro, como en la micro, en cada uno de los países afectados. Hay estimaciones y proyecciones de caída de actividad, de caída de empleo, de caída de PIB, hay por ello una enorme expansión monetaria por parte de los Bancos Centrales, procurando establecer un piso y una recuperación económica, ¿será en U, será en W, será en V?

Bienvenidos a la era de la incertidumbre. Es muy natural que tengamos una enorme necesidad de encontrar certezas, tanto en nuestra vida personal, como en nuestra vida profesional, también en nuestros afectos y obviamente en nuestras finanzas personales. Este período que nos tocó vivir en cuarentena nos puso de frente al espejo de nuestra muy especial arquitectura individual de finanzas personales, seguramente pudimos haber llegado con excedentes ahorrados, con deudas controladas, con merma de ingresos, con caída de ingresos, sin ningún tipo de ahorros…. Bajo la circunstancia que sea para cada uno, todos hemos sentido la necesidad de poner foco en nuestro particular modo de gestionar nuestras finanzas personales, con el impacto familiar que representa de acuerdo a cada situación en particular.

Según estudios en psicología, para muchas personas es más sencillo hablar de sexo, que, de su muy íntima relación con el dinero, no es sencillo expresar nuestro modelo decisorio emocional y reactivo respecto a consumos y gastos, tampoco es sencillo poner palabras a cierto desapego respecto a tomar decisiones hoy para anticiparnos a nuestra etapa de retiro, incluso a las razones culturales y sesgos para postergar decisiones de protección, como un seguro de vida, sea con o sin ahorro.

Sin embargo, haber estado en cuarentena nos expuso y nos dispuso a entender nuestra realidad personal en lo financiero. Hubo que hacer cuentas, hubo que buscar alternativas, hubo que repensar y resignificar…. Y preguntarnos, ¿cómo llegamos?, ¿cómo seguimos?

Si hay un valor que aprendimos sin la menor duda en la crisis por COVID-19, es el de la capacidad de resiliencia, que según una definición muy simple podríamos decir, refiere a la capacidad de las personas para adaptarse con actitud positiva, frente a situaciones adversas. No se trata sólo de “aguantar” la adversidad, sino de gestionarla con aprendizajes generativos que permiten construir nuevos caminos.

Entendemos entonces que, iniciamos una etapa con clara necesidad de desarrollar nuestra capacidad de financial resilience, que nos requiere revisar nuestros muy especiales, individuales e íntimos paradigmas respecto a consumos, gastos, endeudamientos, créditos, ingresos y ahorros. Un ejemplo: si tenemos un auto, sabemos claramente, el costo de adquirirlo, el costo de mantenerlo, parking, seguro, combustible, impuestos, multas de tránsito, peajes. ¿Cuánto lo usamos? Si no es herramienta de trabajo, podemos analizar si lo vendemos y construimos un capital. Cambiamos creciente generación de costos y gastos por ahorro. Toda vez que necesitemos un auto (fines de semana, vacaciones) lo alquilamos. Es sólo un ejemplo, un ejercicio “think out of the box”.

Vivir en pandemia, nos puso a todos en el mismo lugar, quizás fácil de entender, por razones sanitarias, pero difícil de transitar. Si bien es cierto que vivimos tiempos de cambios acelerados y exponenciales, es necesario advertir que también hay transiciones, hasta que los cambios se consoliden.

Vivimos todos un acelerado proceso de adaptación a un muy creciente ecosistema digital, a través de instituciones centenarias como los bancos, las más modernas e innovadoras como fintech, las insurtech. Resulta muy importante la inclusión financiera, como condición necesaria, pero no suficiente para una mejor gestión de finanzas personales, sin antes acompañarla con un proceso masivo de alfabetización financiera.

Mientras todos aprendemos y nos adaptamos al creciente entorno digital podemos repasar conceptos aprendidos en otro tiempo y momento. Repensarnos a nosotros mismos gestionando nuestras finanzas personales nos requiere y de modo indispensable, asumir:

-El valor del ahorro individual, para la construcción de un capital, para la protección familiar/individual y para lograr una etapa de retiro con calidad de vida.

-El significado del sentido de liquidez, de seguridad/solvencia y rentabilidad de las inversiones.

-Entender el impacto de cuestiones impositivas.

-Nuestro rol activo y complementario al sistema jubilatorio estatal vigente. Ya no se trata sólo de acumular derechos a percibir.

-Respecto a inversiones y seguros de vida, conviviremos con sistemas híbridos de asesoramiento entre lo digital y personal.

-Los crecientes costos de coberturas de sistema de salud privados, directamente proporcional a nuestra también creciente edad.

-El valor de las cifras y datos concretos y no sólo de las opiniones propias y ajenas, sin las primeras.

A esta altura creo que todos entendemos que los algoritmos, como una de las expresiones de nuestro entorno digital, llegaron para quedarse, al mismo tiempo podemos afirmar que los algoritmos no tienen emociones, que es nuestra característica distintiva. En el libro “Economía emocional” de Matteo Motterlini, publicado en 2006, el autor expresa: “aceptar los errores para cometer menos errores significa, por tanto, reconocer honestamente las propias limitaciones sin asumir que se tienen capacidades cognitivas que los seres de este mundo no poseen. Significa estudiar los casos en que nuestra emotividad cotidiana parece haber tenido las de ganar, aprender a identificar sus trampas y poner a punto elecciones económicas y sociales que la tengan responsablemente en cuenta”.

Sea que estemos en pandemia, en postpandemia, necesitamos ya desarrollar nuestra capacidad de financial resilience ya que:

“Si quieres conocer el pasado, entonces mira tu presente, que es el resultado. Si quieres conocer el futuro, entonces mira tu presente, que es la causa” Buda.

 

Ernesto Scardigno

Life Insurance-Retirement Coach

Asesor   matriculado SSN Seguros de personas

Magíster en Políticas Públicas.

Miembro ICF

Miembro Cámara Internacional de Conferencistas

Tecnología y techlash: ¿qué significa para los inversores?

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Tecnología y techlash: ¿qué significa para los inversores?
Foto cedida. Tecnología y techlash: ¿qué significa para los inversores?

¿Héroes o villanos, socios estimados o fuerzas invasivas? Ahora que el papel que juegan los gigantes tecnológicos en nuestra sociedad se halla en pleno cambio, es prudente no perder de vista a estas empresas desde una perspectiva de inversión.

En los últimos años, los aspectos legales, económicos y medioambientales asociados con las grandes compañías tecnológicas han suscitado una hostilidad potente y generalizada. Este sentimiento ha sido tan intenso que incluso ha inspirado una nueva palabra en lengua inglesa: el término “techlash” apareció en The Economist en 2013 y fue nominado en 2018 como palabra del año por Oxford Dictionaries.

Últimamente, no obstante, la necesidad global de trabajar y reunirse virtualmente ha reavivado la apreciación de la tecnología, y las grandes empresas se están comprometiendo a mejores valores y políticas. ¿Qué podría significar esto para los inversores?

Grandes complementos para nuestras vidas

Imaginemos cómo sería nuestra vida sin la tecnología. Su papel en nuestra rutina cotidiana es impresionante y va mucho más allá de los buscadores de internet y las redes sociales. Las plataformas digitales nos permiten comprar y gestionar nuestro dinero de forma más barata y rápida, sin sacrificar un buen servicio. La emisión en continuo ha cambiado la forma en que consumimos entretenimiento, y ahora parece ser un motor de innovación a medida que nuevas empresas, grandes y pequeñas, entran en el mercado.

Trabajar y aprender también dependen en gran medida de las herramientas más novedosas e inteligentes. Las videoconferencias y los cursos en línea están transformando nuestra noción de comunidad, sobre todo ahora debido al brote de coronavirus. Somos plenamente conscientes de las ventajas, pero ¿cuál es su coste real?

El lado negativo de las cookies

La adopción creciente de la tecnología nos obliga a revelar más y más datos personales. Esto tiene consecuencias claramente visibles en internet, cuando los sitios web y los buscadores “adivinan” nuestros pensamientos y necesidades: una funcionalidad útil, pero intrusiva e incluso siniestra en ciertos casos.

La información es la moneda en la que se basa la prosperidad de muchos sectores, con lo que algunas de sus repercusiones van más allá de nuestra experiencia directa. La posesión de una cantidad ingente de datos puede permitir su abuso, la interferencia en procesos políticos y la propagación maliciosa de noticias falsas.

¿Un programa maligno para el mundo?

En lo que respecta a la contribución de los gigantes tecnológicos a la sociedad, una fuente de crítica es el hecho de que, debido a ciertas lagunas jurídicas, no pagan los impuestos que deberían en los países en los que operan. Otra es su impacto negativo en el cambio climático: además de su frecuente falta de políticas ecológicas activas, estas empresas almacenan una cantidad enorme de información en centros de datos masivos, lo cual contribuye en gran medida al calentamiento global. También se teme que el dominio de algunas tecnológicas superestrella en sus respectivos mercados pueda obstaculizar la competencia.

Investigaciones gubernamentales

El Congreso, el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos están investigando la presunta conducta anticompetitiva de Amazon y Google. Las autoridades italianas están cuestionando los algoritmos de Amazon por el hecho de favorecer a los vendedores afiliados con el servicio de logística de la empresa. Y, en la UE, después de que Google pagara una multa de 2.400 millones de euros por abusar de su posición de dominio en el mercado, la comisaria de Competencia anunció su intención de adoptar medidas más duras.

No obstante, la intervención de las autoridades podría ser limitada. Trump suele defender los intereses de algunos de estos gigantes tecnológicos que tienen miles de millones invertidos en todo el mundo, más de la mitad en deuda pública. ¿Cuán lejos van a ir los gobiernos a la hora de implementar medidas capaces de poner en peligro el valor de estas reservas y de afectar negativamente a sus economías?

¿Resistirse o reiniciar?

Por último, vale la pena abordar la respuesta del sector tecnológico frente a la hostilidad suscitada por estos gigantes. Si comparamos el valor de las multas y de los acuerdos extrajudiciales de pagos de las grandes tecnológicas con la enormidad de sus balances, resulta difícil verlas como medidas disuasorias potentes ante prácticas poco éticas. No obstante, estas empresas parecen estar despertando ante la necesidad de ser mejores “ciudadanas”.

En BNP Paribas Asset Management, contemplamos la inversión desde todos los ángulos. Sabemos que los colosos tecnológicos no están exentos de defectos. Algunos se muestran dispuestos a adoptar prácticas de negocio más éticas, mientras que otros permanecen rezagados.

Sin embargo, la creciente concentración en el teletrabajo en el marco de la pandemia de coronavirus podría respaldar a las empresas tecnológicas, tanto consagradas como recién llegadas al mercado. Es importante que los inversores evalúen a cada una de ellas individualmente y que decidan dónde pueden encontrarse rentabilidades sostenibles en el largo plazo.

Tribuna de Ramón Esteruelas, especialista sénior de inversiones en renta variable global y temática de BNP Paribas AM

La mención de valores específicos en el presente artículo se realiza únicamente con fines ilustrativos. Así, no constituye incitación alguna a la compra de dichos valores, ni ningún tipo de recomendación o asesoramiento de inversión.

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