Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa (filial de Cesde), el volumen de patrimonio gestionado en el mercado de banca privada en España se situó en diciembre de 2020 en 528.000 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 1,8% respecto a la cifra contabilizada en 2019, año en el que la variación fue del 11,7%.
De este modo, tras acusar en la primera mitad del año la alta volatilidad de los mercados financieros y los movimientos de desinversión acometidos por algunos clientes en el contexto de la pandemia de la COVID-19, el sector cerró el ejercicio con rentabilidades positivas y una revaloración de los activos, si bien el crecimiento fue mucho menor que el año anterior.
Esta evolución fue posible gracias a un escenario de actuación más favorable durante el segundo semestre, marcado por la moderación de las tensiones financieras, el incremento de la tasa de ahorro y el anuncio de la campaña de vacunación.
Las entidades especializadas ganan terreno
Una pauta notable en 2020 fue el mayor peso en el negocio de las entidades especializadas, frente a la gran banca. Así, al contrario de lo ocurrido en años anteriores, en 2020 las entidades de banca universal perdieron peso específico en la cifra de patrimonio gestionado en banca privada, concentrando a finales de año el 73,3% del total, cerca de un punto porcentual menos que en 2019.
Por su parte, la participación de las entidades especializadas se elevó al 26,7%, reflejando la creciente cuota de negocio reunida por los operadores de reciente incorporación.
Se estima que en esa fecha alrededor de 490.000 clientes recibían servicios de banca privada, correspondiendo el 42% del total al segmento con patrimonios situados entre los 600.000 euros y los 2 millones de euros.
Un crecimiento del 5% previsto para 2021
La mejora de las expectativas bursátiles y la acumulación de liquidez permiten prever una aceleración del ritmo de crecimiento del patrimonio gestionado en banca privada durante el ejercicio 2021, según DBK, que estima una variación de alrededor del 5%.
Además, el mantenimiento de los bajos tipos de interés y las incertidumbres fiscales tenderán a incrementar las necesidades de asesoramiento y gestión patrimonial entre los inversores con altos patrimonios, prevén desde la entidad.
Banca personal
Por otro lado, los servicios de banca personal atendían en 2020 a alrededor de 7,2 millones de clientes, de los cuales el 68% contaba con patrimonios inferiores a los 120.000 euros, El patrimonio bajo gestión en este mercado cerró el último ejercicio con 621.000 millones de euros.
Pixabay CC0 Public Domain. Los dividendos a escala mundial comienzan su recuperación gracias a la aceleración del crecimiento económico
Tras el primer trimestre, existen claros indicios de una próxima reactivación de los dividendos a escala mundial, según el último Janus Henderson Global Dividend Index. En comparación con los niveles pre-pandémicos del primer trimestre de 2020, los repartos solo cayeron un 2,9% en términos interanuales, hasta 275.800 millones de dólares.
Según se desprende del análisis de este índice, en base subyacente, los dividendos descendieron tan solo un 1,7% frente al mismo periodo del año pasado, una caída mucho más modesta que en cualquiera de los tres trimestres previos, en los que las distribuciones acusaron bajadas de dos dígitos. El índice de dividendos de Janus Henderson cerró el trimestre en 171,3 puntos, su nivel más bajo desde 2017, aunque la gestora considera que es probable que este nivel aumente.
En este sentido, afirma que para el conjunto de 2021, la mayor solidez del primer trimestre y las mejores perspectivas para el resto del año le permiten mejorar sus proyecciones de dividendos a escala mundial. Su nueva previsión central asciende a 1,36 billones de dólares, con un aumento interanual del 8,4% en tasa general, que equivale a una subida subyacente del 7,3%. Esto contrasta con la previsión más optimista formulada en enero, que contemplaba 1,32 billones de dólares.
Según explica, en los últimos cuatro trimestres de pandemia hasta la fecha, las empresas recortaron sus dividendos 247.000 millones de dólares, lo que equivale a una reducción interanual del 14%, anulando así casi cuatro años de crecimiento. Con todo, se trata de una caída más leve que la que se produjo tras la crisis financiera mundial, y los patrones sectoriales coinciden con una recesión convencional, aunque grave.
“A pesar de la incertidumbre, los claros signos de mejora en el primer trimestre nos invitan a ser más optimistas y, en este momento, confiamos más en la predisposición y capacidad de las empresas para distribuir dividendos. Para el conjunto de 2021, las mejores perspectivas nos permiten mejorar las proyecciones de dividendos a escala mundial. La nueva previsión central asciende a 1,36 billones de dólares, un aumento interanual del 8,4% en tasa general, que equivale a una subida subyacente del 7,3%. Esto contrasta con la previsión formulada en enero, que contemplaba 1,32 billones de dólares. Centrándonos en Europa, hemos detectado señales interesantes de lo que nos puede deparar el segundo trimestre por lo que será decisivo buscar de manera activa las oportunidades que el ecosistema empresarial europeo puede ofrecer a los inversores”, explica Juan Fierro, Associate Director para Iberia en Janus Henderson.
Primer trimestre: una recuperación heterogénea
En todo el mundo, solo una de cada cinco empresas (18%) recortó su reparto en tasa interanual en el primer trimestre, muy por debajo del tercio (34%) que lo hizo durante el último año en general. A la hora de ver cómo se están comportando las compañías de diversas partes del mundo, la conclusión es que esta recuperación en los dividendos será bastante heterogéneo.
El primer trimestre está estacionalmente dominado por Norteamérica, cuyos dividendos han caído mucho menos que en otras partes del mundo. Los repartos en EE.UU. por valor de 139.300 millones de dólares cayeron un 8,1% interanual en base general, aunque el descenso se debió casi por completo a que no se repitieron los inusuales dividendos extraordinarios registrados en Estados Unidos el año pasado. Desde Janus Henderson puntualiza que, en tasa subyacente, la caída del 0,3% de las distribuciones norteamericanas fue más positiva que la media mundial, en un -1,7%.
Respecto a Europa (excluyendo el Reino Unido), estos tres primeros meses del año suelen ser relativamente tranquilos para los dividendos europeos, pero este año existen algunos indicios positivos de cara al segundo trimestre, con un peso considerable en términos estacionales. “La remuneración al accionista en Europa (excluyendo el Reino Unido) aumentó en tasa interanual un 10,8% en base general, hasta 42.500 millones de dólares, impulsada por los pagos realizados por los bancos escandinavos para compensar los recortes previos. Del mismo modo, Suiza supuso una contribución desproporcionada en el primer trimestre y las empresas de este país también demostraron su resiliencia. Un tercio de las empresas europeas que suelen realizar distribuciones en el primer trimestre recortó sus dividendos en tasa interanual, aunque esta cifra contrasta con algo más del 50% en los tres trimestres anteriores”, apuntan desde la gestora.
En el caso de Reino Unido, los dividendos cayeron con respecto a hace un año, un 26,7% en base subyacente, dado que el país siguió acusando los efectos de los recortes de las compañías petroleras. No obstante, menos del 50% de las empresas británicas de nuestro índice recortó sus dividendos en el primer trimestre, un dato mucho más positivo que en el último año. Asimismo, existen indicios de una recuperación en la cifra general total de los dividendos británicos, que aumentaron un 8,1% en el primer trimestre gracias a distintos repartos extraordinarios. En los últimos doce meses, el 57% de las empresas británicas de nuestro índice realizaron recortes.
Por último, los dividendos de Asia-Pacífico (excl. Japón) cayeron un 6,0% en base subyacente, con un descenso del 16,9% en Hong Kong que ejerció un efecto considerable. Esto implica que nuestro índice de dividendos para Asia-Pacífico descendió hasta 190,6 puntos. En términos generales, los mercados emergentes se vieron impulsados por los restablecimientos de dividendos en Brasil, la India y Malasia.
Sectores con mayor protagonismo
La gestora también ha analizado el significado de la evolución de su índices en términos sectoriales, llegando a una clara conclusión: “Las compañías mineras lideraron la recuperación, pero los sectores de consumo discrecional y energía acusan descensos en los repartos”. En este sentido, explica que las empresas mineras destacaron especialmente en el primer trimestre, “dado que el resurgimiento de los precios de las materias primas ha impulsado un importante crecimiento de los dividendos, canalizado a través de abultados dividendos extraordinarios”.
De hecho, las empresas mineras aumentaron sus dividendos un 85% en base general (58% en tasa subyacente) y han señalado que lo seguirán haciendo durante el año. Las empresas de suministros públicos y de atención sanitaria también protagonizaron repartos superiores.
Los dividendos de las empresas financieras se vieron especialmente impulsados por una serie de firmas que reanudaron sus distribuciones —si bien, por lo general, a niveles inferiores— interrumpidas por la pandemia, en muchos casos debido a restricciones normativas. “Esto brindó un impulso no estacional al sector en el primer trimestre que esperamos que continúe en los próximos meses”, apuntan desde la gestora.
Los sectores de consumo discrecional (que abarcan el comercio minorista general, los bienes de consumo duradero, los vehículos y los viajes), que se ven directamente afectados por las restricciones continuadas en forma de confinamientos, registraron la mayor caída —un -36% en tasa subyacente en el primer trimestre—, mientras que los valores energéticos los siguieron de cerca con un -26%. Sorprende que los dividendos tecnológicos cedieran terreno, un -1,5% en tasa subyacente.
“El éxito del despliegue de la campaña de vacunación en Estados Unidos, y especialmente en el Reino Unido, está permitiendo que la sociedad y las economías de estos países comiencen a retomar cierta normalidad y ofrece esperanzas a otros países que les siguen de cerca con sus propios programas de vacunación. Con todo, ante unas tasas de contagio todavía descontroladas en Brasil y la India y una tercera ola en Europa que aún restringe la actividad económica y social en paralelo a la administración de las vacunas, todavía hay mucha incertidumbre acerca de los beneficios empresariales y, por ende, sobre los dividendos. Además, siguen existiendo susceptibilidades políticas en torno a la remuneración al accionista, y el calendario y el alcance de la eliminación de las restricciones normativas sobre los dividendos bancarios, especialmente en Europa y el Reino Unido, aún no están claros. También esperamos que las recompras de acciones vuelvan a utilizarse para canalizar el excedente de liquidez, lo que también influirá en la cantidad que se destine a los dividendos (sobre todo en Estados Unidos). Todos estos factores añaden cierto grado de imprevisibilidad a las distribuciones”, añade Jane Shoemake, gestor de carteras de clientes en Janus Henderson.
Según destaca Shoemake, a pesar de la incertidumbre, la gestora es más más optimistas, dado que el primer trimestre fue mejor de lo previsto, y confían más en la predisposición y capacidad de las empresas para distribuir dividendos, especialmente las que han mostrado buena orientación. “Ciertamente, este año hay mucho menos riesgo de caídas en los repartos del que se preveía, aunque el calendario y la magnitud de los pagos individuales de las empresas van a ser inusualmente heterogéneos y esto añadirá volatilidad a las cifras trimestrales. Los dividendos extraordinarios también desempeñarán un papel importante. Desde el año pasado, hemos reforzado nuestra exposición a los segmentos del mercado que se beneficiarán de la reapertura de las economías y donde existe una mayor confianza sobre la capacidad de las empresas para generar flujos de efectivo y distribuir dividendos. A medida que nos adentramos en el segundo trimestre, las comparaciones interanuales serán muy positivas, porque este fue el peor periodo en términos de recortes de dividendos el año pasado”. Concluye el gestor de Janus Henderson.
Es probable que los principales impulsores de la compresión de tarifas, clases de acciones de menor costo, demanda de estrategias de menor costo y recortes de tarifas de administradores de activos, sigan siendo fuerzas predominantes en el mercado, según el último informe U.S. Asset and Wealth Management Editionde Cerulli.
Según la investigación, un cambio en la preferencia de clase de acciones y los activos que se mueven hacia estrategias de inversión de menor costo son los factores más importantes que impulsan la compresión de las tarifas.
Las acciones institucionales y las R6 han visto aumentar su participación de mercado de un 43% en 2015 a un 53,8% a partir del segundo trimestre del 2020. Además, la investigación de Cerulli encuentra que los 10 principales administradores activos en términos de participación de mercado vieron su participación de mercado colectiva subir 7,3 puntos porcentuales desde 2015 hasta la fecha mencionada.
El cambio en la participación de mercado se correlaciona no solo con flujos netos positivos, sino también con productos de menor costo.
La tarifa de administración promedio ponderada por activos de los 10 principales recolectores de participación de mercado es de poco menos de 31 puntos básicos, mientras que los 10 últimos son 52,6 puntos básicos, y todos los demás managers es 57.6.
“Los ganadores de mayor participación en el mercado, que han acumulado la mayor cantidad de flujos netos, tienen productos de bajo costo al menos en relación con sus otros pares activos”, dice Brendan Powers, director asociado de Cerulli.
Los recortes han sido otro impulsor de la compresión de tarifas en los fondos mutuos, especialmente cuando los asset managers buscan recortar las tarifas, ya sea temporalmente a través de exenciones de gastos / limitaciones o permanentemente.
Según los datos de Cerulli en 2020, la mayoría de los managers (73%) prefieren utilizar exenciones temporales de tarifas, en lugar de recortes permanentes de tarifas de administración (32%). Las exenciones temporales pueden expirar, mientras que es mucho más difícil aumentar las tarifas de administración si el fondo lo requiere.
“En última instancia, esperamos que continúen los muchos impulsores de la compresión de tarifas, en particular a medida que más inversores busquen utilizar acciones y estrategias de fondos mutuos de menor costo donde puedan, mientras que los managers continuarán recortando las tarifas cuando sea posible para hacer las estrategias más competitivas, ya sea entre sus pares activos o los indexadores ”, agrega Powers.
Con base en las tendencias históricas, Cerulli estima que las tarifas de administración promedio ponderadas por activos se redujeron a 45 puntos básicos para las estrategias activas para fines de 2020.
Si bien es probable que estos factores se mantengan en un futuro previsible, Powers indica que los managers pueden compensar tarifas más bajas con mayor escala, apreciación del mercado o participación en nichos donde hay aislamiento de la compresión de tarifas.
Foto cedidaEl precio del cobre ronda los 10 mil dólares en la Bolsa de Metales de Londres.. El precio del cobre ronda los 10 mil dólares en la Bolsa de Metales de Londres.
El mercado de metales ha vivido tiempos de bonanza en los últimos meses, con un viento a favor que ha llevado los precios de los commodities a subir fuertemente y perspectivas positivas que cada vez se ven más sólidas en las distintas casas de estudios. Pero eso no significa que no haya riesgos.
Según señaló el estratega de Robeco Peter van der Welle en un informe reciente, aunque en la firma internacional consideran que los riesgos para esta clase de activos están sesgados al alza, existen riesgos a la baja. Y uno de ellos es precisamente el uno de los principales actores del mercado global de materias primas: China.
El riesgo más prevalente para el precio de los metales, señala el ejecutivo, “es que la postura restrictiva de la política monetaria en China para forzar el desapalancamiento en ciertos sectores recalentados podría inhibir la demanda de materias primas”.
Si bien en Robeco prevén que la demanda marginal de metales para la segunda mitad de 2021 no provenga de China, considerando que hay un “enorme estímulo” en otros países, el gigante asiático sigue jugando un rol importante en el mercado internacional.
“Una desaceleración del crecimiento de la oferta monetaria china ha ido seguida normalmente de una menor apreciación de los precios de las materias primas unos trimestres después”, recalca Van der Welle.
El buen momento de los commodities ha afectado a casi todos los principales metales industriales, en diferentes magnitudes, iniciando un período de auge en febrero de este año que ha traído fuertes rentabilidades desde entonces.
Datos de la Bolsa de Metales de Londres muestran que el cobre, por ejemplo, empezó el año levemente por debajo de los 8 mil dólares por tonelada, y actualmente ronda los 10 mil dólares.
Otros metales industriales han tenido subidas más contenidas. El aluminio ha subido de 2 mil dólares por tonelada al inicio de enero de este año a 2.300 esta semana; el zinc ha subido de alrededor de 2.800 dólares por tonelada a 2.945 dólares; y el plomo se ha apreciado de 2 mil dólares a 2.100 dólares en ese mismo período.
De todos modos, pese a los riesgos que supone la trayectoria de la política monetaria china a futuro, en Robeco tienen una perspectiva positiva para los metales, con el viento a favor de la recuperación global, el momentum que traen, la recuperación económica posterior a la pandemia y el auge de las inversiones verdes.
“En definitiva, mientras que los precios de la renta variable corren un mayor riesgo de agotamiento en la segunda etapa de la reflación, ya que se ha descontado gran parte del alza de los beneficios futuros, los precios de las materias primas deben equilibrar la oferta y la demanda actuales”, explica Van der Welle.
Esto, agrega, hace que las materias primas actúen como un “equivalente de riesgo” incluso más adecuado para las carteras en la segunda mitad de 2021, “dada la continua tensión en los mercados físicos a medida que avanza la reapertura económica”.
Meredith Chiampa fue confirmada como la nueva Head de ESG para América del Norte de Citi, según un comunicado interno de la firma al que accedió Funds Society.
“Meredith liderará la participación de los clientes de ESG, el desarrollo de productos y la estrategia de monetización de ESG en el mercado norteamericano. Trabajará estrechamente con los socios de productos para desarrollar y ofrecer productos y servicios de ESG para ayudar a nuestros clientes a alcanzar sus objetivos individuales de ESG”, publicó en su cuenta de LinkedIn, la Head de ESG para mercados y Securities Services de Citi, Elree Winnet Seeling.
Chiampa se incorporó a Citi en 2004 como analista, y en 2007 pasó al área de Americas Retail Structuring, donde fue directora por más de 14 años. En este rol, supervisó el desarrollo y crecimiento del negocio de estructuración de inversores y se centró en la creación de soluciones para clientes privados.
Según Winnet, “con 17 años de experiencia en estructuración multiactivo, Meredith aporta una gran experiencia al papel”.
“Estoy muy emocionada por esta oportunidad y no puedo esperar para ayudar a impulsar nuestra estrategia de mercados ESG en el futuro!”, escribió Chiampa en LinkedIn.
Reemplaza a Jayme Colosimo, quien ha estado desarrollando la oferta de ESG de mercado de Citi durante los últimos ocho meses. Colosimo ha asumido un nuevo rol como director de servicios de asesoría empresarial en Norteamérica.
La compañía ha manifestado que su reorganización en criterios ESG se produce como parte de una serie de nombramientos realizados con el fin de mantenerse al día con la creciente demanda y regulación en torno a la inversión sostenible.
Aerolíneas y empresas de aeropuertos de México registraron estos miércoles fuertes caídas en la bolsa después de una decisión de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos que implica que las aerolíneas mexicanas tendrán prohibida la apertura de nuevas rutas hacia su vecino.
“La Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) anunció a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) que rebajó la calificación de seguridad de categoría 1 a 2 al país y a la aviación mexicana – no a las aerolíneas – debido al incumplimiento por parte del Gobierno de México de cumplir los estándares de aviación internacional”, clarificó Intercam Banco en una nota sobre renta variable firmada por Alejandra Marcos y Alejandro González.
La consecuencia directa será que la FAA implementará una mayor rigurosidad a los vuelos que lleguen de México y que las aerolíneas mexicanas tendrán dificultades para desarrollar nuevos negocios en Estados Unidos. Sin embargo, la medida no tendrá repercusiones sobre los vuelos actuales.
“Consideramos que la baja de categoría puede tener efectos contraproducentes para el crecimiento de los vuelos de las aerolíneas mexicanas hacia Estados Unidos, pero también creemos que hay aerolíneas mejor posicionadas para este nuevo reto y, que este cambio también podría implicar que los esfuerzos de crecimiento se enfoquen en el mercado doméstico, así como hacia Centroamérica y Sudamérica”, señala el documento.
“Será de suma importancia la duración de esta baja en categoría. Podemos ver el ejemplo de Costa Rica que en mayo 2019 fue bajado a categoría 2, para recuperar la categoría 1 en febrero 2021. México tendrá que esforzarse en implementar las medidas apropiadas con la rigurosidad requerida por los estándares internacionales. La efectividad será clave para regresar a la categoría 1 con la mayor prontitud posible para apoyar a un sector que fue severamente impactado por la pandemia”, añaden los analistas de Intercam Banco.
Los vuelos de código compartido con una aerolínea sí se verán afectados por la rebaja de la calificación de seguridad. En este contexto, Aeroméxico, que mantiene un acuerdo con Delta, sufrió una bajada de su cotización en bolsa.
La aerolínea mexicana publicó un comunicado señalando que “los vuelos actuales hacia y desde EE. UU. no se verán afectados ni restringidos, mientras que todos los boletos, reservas, cupones electrónicos, Premier Points y beneficios y beneficios del programa de lealtad seguirán siendo válidos”.
En su informe, Intercam Banco resume algunas consecuencias: “Consideramos que las aeronaves que serán recibidas durante el 2021 podrán ser utilizadas para incrementar la oferta dentro del país y hacia Costa Rica e inclusive Colombia; consideramos que estos mercados presentan una oportunidad interesante de crecimiento. Para Aeroméxico el impacto pudiera ser mayor al tener códigos compartidos principalmente con Delta y por su mayor exposición a vuelos y rutas internacionales».
En el caso de los aeropuertos, la noticia es neutral: «Si bien es cierto la imposibilidad de abrir nuevas rutas para vuelos entre Estados Unidos y México la realidad es que con la pandemia los pasajeros internacionales han caído de manera considerable (cerca del 50% a la fecha), y no se espera una recuperación en los niveles pre pandemia sino hasta el 2023 o 2024, lo que le da espacio suficiente a los aeropuertos a recuperar ese tráfico sin la necesidad de abrir nuevas rutas. No obstante, es importante mencionar que de más plazo, el crecimiento del tráfico internacional se ve comprometido en tanto no regresemos a la calificación anterior”, concluyen.
Los primeros datos de 2021 indican que la economía mexicana registrará un superávit en 2021 y que el país está en fase de recuperación. Sin embargo, la inversión directa se está reduciendo, a tenor de los resultados de los primeros meses del año. Los analistas de BBVA México Arnulfo Rodríguez y Carlos Serrano publicaron sus perspectivas.
Después de haber registrado un déficit de 3.800 millones de dólares en 2019, la cuenta corriente se revirtió significativamente y mostró un superávit de 26.000 millones de dólares en 2020. En términos de PIB, el superávit de cuenta corriente se ubicó en 2.4%.
La información correspondiente al primer trimestre de 2021 indica que la cuenta corriente registró un déficit de 5.100 millones de dólares, cuya cifra anualizada equivaldría a 1.7% del PIB. Para 2021, BBVA prevé que la cuenta corriente muestre un superávit de aproximadamente 7.300 millones de dólares (0.6% del PIB).
Al analizar el comportamiento de la cuenta corriente correspondiente al primer trimestre de 2021, esta registró un déficit en contraste con el superávit observado en el cuarto trimestre de 2020. Ello se explica principalmente por el menor superávit en la balanza de mercancías no petroleras. Cuando se compara el comportamiento del déficit de cuenta corriente durante el primer trimestre de 2021 vs. el mismo lapso del año previo, la disminución en dicho déficit por 2.400 millones de dólares se debe principalmente al menor déficit en la balanza del ingreso primario y, en menor medida, al mayor superávit en la balanza del ingreso secundario.
Al analizar el comportamiento de la cuenta corriente correspondiente al primer trimestre de 2021, esta registró un déficit en contraste con el superávit observado en el cuarto trimestre de 2020. Ello se explica principalmente por el menor superávit en la balanza de mercancías no petroleras. Cuando comparamos el comportamiento del déficit de cuenta corriente durante el primer trimestre de 2021 vs. el mismo lapso del año previo, podemos notar que la disminución en dicho déficit por 2.400 millones de dólares se debe principalmente al menor déficit en la balanza del ingreso primario y, en menor medida, al mayor superávit en la balanza del ingreso secundario.
En relación con la Inversión Extranjera Directa Neta (IEDN), este indicador registró 10.468 millones de dólares en el primer trimestre de 2021 (dato preliminar) vs. 16.159 millones de dólares en el mismo trimestre del año previo (dato definitivo).
Es decir, la IEDN mostró una contracción anual de 35.2% al comparar esos datos; la cifra definitiva podría implicar una contracción menor o incluso un incremento. Al analizar la información histórica (a partir de 2006) de la IEDN correspondiente al primer trimestre, es importante mencionar que dicha contracción ha sido la segunda mayor registrada. La anterior mayor contracción para un primer trimestre del año ocurrió en 2009 cuando la IEDN mostró una variación anual de -77.0%.
Si bien la recuperación económica continuó en el primer trimestre del año, el menor déficit de cuenta corriente en el primer trimestre de 2021 vs. el mismo lapso de 2020, así como la significativa contracción anual en la Inversión Extranjera Directa Neta son reflejo de cierta debilidad económica. Asimismo, la mayor incertidumbre asociada a las políticas públicas será un obstáculo para la recuperación de la IEDN a pesar del impulso que pudiera provenir del T-MEC y la potencial reconfiguración de las cadenas globales de valor.
Los analistas de BBVA México anuncian una previsión de un superávit de cuenta corriente de 0.6% del PIB para 2021 que sugiere que tendrá que pasar un año más antes de que esta vuelva a ser deficitaria. Para el mediano, el déficit de cuenta corriente podría estabilizarse en alrededor de 1,3% del PIB a medida que el mercado interno gradualmente recupere los niveles de actividad económica previos a la pandemia.
Este nivel de déficit no representaría un problema estructural para el financiamiento de la cuenta corriente. En un contexto de una política energética que ha estado atentando en contra de los principios de libre competencia y libre concurrencia, la recepción de flujos de inversión extranjera directa podría perder intensidad inclusive en otros sectores distintos al energético.
Considerando que la cuenta financiera es el espejo de la cuenta corriente, el superávit de la cuenta corriente de 2020 y los relativos menores déficits anticipados para los próximos años son también un reflejo del menor financiamiento externo que había comenzado a observarse desde hace algunos años y que se intensificó con la crisis económica derivada de la pandemia.
Pixabay CC0 Public Domain. Arcano Private Debt cierra tres operaciones en tres meses y logra alcanzar cerca de 60 millones
Arcano Private Debt I, el fondo lanzado en 2020 por Arcano Capital, con un espectro de inversión flexible para invertir en toda la estructura de capital en compañías sólidas del mid-market principalmente español, ha alcanzado cerca de 60 millones de euros de compromisos. La cifra supone aproximadamente el 50% del objetivo de 100 a 150 millones de euros.
El fondo invierte en compañías con sólido perfil de generación de caja, diversificando entre activos y estructuras (corporativos, LBOs, asset-based, co-inversiones), con deuda mayoritariamente Senior Secured (>65%), y con una relación riesgo-retorno atractiva (objetivo de retorno neto del 7,5% para los inversores).
Hasta la fecha, el fondo ya ha realizado tres inversiones: dos LBOs y una operación de tipo Asset Based. El retorno medio de las tres operaciones es del 8%. Los esfuerzos de originación hacen que el pipeline sea sólido. En este sentido, se han estudiado más de 35 operaciones en lo que llevamos de año y actualmente cinco de ellas están en fase de análisis. La firma prevé que las condiciones del mercado de Private Debt a lo largo de 2021 y 2022 permitan cerrar entre 12 y 15 transacciones.
Alexandre Bruyelle, Head Portfolio Manager delArcano Private Debt I, ha señalado: “Nos hemos beneficiado de empezar a invertir el fondo en el entorno post-COVID-19, enfocándonos en sectores con visibilidad tras el shock de la pandemia. El hecho de tener un mandato más flexible de inversión y que cubra el segmento de Mid-market (financiación entre 5M€ y 15M€), siendo más amplio y menos competitivo, nos permite tener un deal flow muy fluido, lo que nos da la oportunidad de seleccionar las operaciones más interesantes”.
Por su parte, Manuel Mendívil, Socio y CIO de Arcano Capital, ha comentado: «El contexto de mercado actual es muy favorable para invertir en deuda privada por razones como la concentración bancaria, el crecimiento del private equity en el segmento de Mid-market y la necesidad de las compañías de buscar financiación más flexible para su crecimiento. Todo esto nos posiciona en una situación óptima para capitalizar el momentum y generar valor a largo plazo a nuestros inversores».
Bankinter da un paso más en su estrategia de reforzar su gama de fondos de inversión. El banco ha firmado un acuerdo con Morgan Stanley en virtud del cual se ha apoyado en la estructura de la reconocida entidad estadounidense para diseñar el primer fondo de renta fija mixta internacional propio de Bankinter.
El banco se distinguió hace más de una década por colocarse en cabeza de la comercialización de fondos de inversión de terceros, pero ahora, por primera vez, se asocia a una entidad financiera internacional para crear un nuevo fondo de inversión. Gracias al acuerdo con Morgan Stanley, Bankinter sumará un nuevo fondo de renta fija mixta internacional: Bankinter Flexible Bond.
Bajo el marco de este contrato, Bankinter Gestión de Activos ha diseñado junto con la gestora de Morgan Stanley el nuevo fondo y será esta última entidad la que lo gestione en exclusiva para Bankinter, que será el único comercializador.
Dentro de las opciones para inversores, el fondo tendrá tres clases con diferentes mínimos de inversión: a partir de 1 euro, la denominada Clase C o «clase limpia»; a partir de 10 euros, Clase R y a partir de 500.000 euros, Clase B, dirigida a clientes de Banca Privada.
El proceso de inversión del fondo tiene en cuenta riesgos de sostenibilidad y está basado en análisis de terceras partes independientes.
Foto cedida. Fainé: “Ante la situación de emergencia del COVID-19, se hace más necesaria la colaboración público-privada”
La irrupción del COVID-19 ha puesto de manifiesto la vocación de servicio de las entidades de crédito en la búsqueda de soluciones y su afán de colaboración con las entidades públicas para superar el impacto de la crisis del coronavirus.
Medidas como las moratorias legales y sectoriales, el anticipo de las prestaciones de desempleo y pensiones o las “líneas ICO” muestran la importancia de definir marcos de colaboración público-privados para la recuperación del bienestareconómico y social.
Isidro Fainé, presidente de CECA, destacó en la 114ª Asamblea General de la firma que “el sistema bancario está llamado a jugar, sin duda, un papel fundamental en la recuperación por varios motivos: el elevado conocimiento del tejido productivo, gracias a su cercanía con los clientes (sobre todo pymes) y su extensa capilaridad en el territorio nacional; la experiencia en análisis y gestión de riesgos; y las posibilidades que brinda la cofinanciación, que puede ayudar a aumentar el alcance de las medidas impulsadas por el gobierno”.
Este partenariado público-privado debe extenderse también al ámbito social en el que las entidades CECA y sus fundaciones son especialmente activas. Así, el presidente de CECA ha manifestado que “la tradicional colaboración público-privada se abre cada vez más a espacios de cooperación con entidades del tercer sector que ejercen un efecto multiplicador de nuestra actividad, en defensa de los más desfavorecidos y con el objetivo de reducir la brecha económica y social”.
De hecho, la principal inversión social privada de España es la Obra Social de las entidades adheridas a CECA, que alcanzó en 2020 los 772 millones de euros, que han permitido mantener proyectos críticos en un contexto de crisis provocado por la pandemia.
Algunos de los ámbitos en los que se han realizado las acciones más reseñables han sido la lucha contra la pobreza infantil, la promoción del desarrollo local y la creación de empleo, el apoyo a colectivos con necesidades especiales o en riesgo de exclusión, la asistencia especializada a nuestros mayores, la educación y la investigación.
En la Asamblea también se ha destacado que, en este año tan atípico, el sector ha demostrado una gran flexibilidad, adaptando los programas de Obra Social, cultural, investigación y educación financiera a las necesidades reales que demandaban los ciudadanos en ese momento, fortaleciendo así su compromiso con la sociedad.
En un año marcado por la crisis sanitaria, con un brusco deterioro de la actividad económica, una elevada volatilidad en los mercados y unos tipos de interés en mínimos históricos, las entidades asociadas a CECA han obtenido en su conjunto un resultado atribuido de 2.155 millones de euros en 2020, un 37,1% menos que en el ejercicio anterior.
Esta caída de los resultados se explica, en gran medida, por el fuerte aumento de las provisiones realizadas para anticipar el impacto de la crisis sobre las carteras.
Por su parte, el margen de explotación se incrementó en un 20% gracias a la ligera mejora del margen bruto, impulsada por el incremento de las comisiones y los ingresos de explotación, y a la reducción de los gastos de explotación. Todo ello ha permitido mejorar la eficiencia del sector CECA en casi 7 p.p.