Los inversores extranjeros siguen invirtiendo en España: además de poseer el 43% del valor de todas las acciones que cotizan en la bolsa española, también son inversores mayoritarios en la deuda pública del país. En concreto, poseen más de 400.000 millones de euros en este activo, el 53% del total según los datos del Tesoro recogidos por Europa Press, a pesar de haber reducido ligeramente en junio su participación en unos 584 millones de euros. En este grupo se incluyen tanto personas físicas como entidades o vehículos no residentes en España, es decir, inversores particulares pero también entidades financieras foráneas que compran deuda española o vehículos como fondos de inversión.
Con la crisis, fue la banca española la que asumió el papel de principal inversor en deuda española, pero tras las caídas, los inversores foráneos volvieron a invertir a partir de agosto de 2012, recuperando su condición de inversores principales con sus inversiones en 2013, 2014 y también este año. Y están aprovechando las caídas de las rentabilidades, que en algunos tramos se sitúa por debajo del 1%.
La banca española es el segundo gran inversor: posee 192.230 millones en deuda española, el 25,24% del total. Tras la banca se sitúan las entidades de seguros, con el 7,19% del total (54.756 millones) y las administraciones públicas, que acumulan el 5,93% (45.182 millones). Por detrás quedan los fondos de inversión, con el 3,41% (29.892 millones) y los fondos de pensiones con el 2,22% (16.897 millones).
Los que menos deuda acumularon en el sexto mes del año fueron las empresas no financieras, con el 1,49% (11.371 millones); las personas físicas, con el 0,77% (5.877 millones) y otras instituciones financieras, con el 0,66% (5.027 millones). Y es que las bajas rentabilidades han espantado a los particulares, a los pequeños inversores, que redujeron su tenencia de deuda en un 18% en 2014 y solo poseen algo más de 5.800 millones de euros en el activo, de forma directa.