El IEB celebró recientemente el encuentro “Los desafíos financieros y económicos de España en 2026”, una jornada dedicada a analizar las perspectivas económicas del país y los retos que marcarán el futuro inmediato del sistema financiero.
Tras la bienvenida de Álvaro Martínez-Echevarría, director general del IEB, quien destacó los 36 años de trayectoria en formación financiera de la institución, el acto fue inaugurado por el presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, quien destacó los factores a tener en cuenta en los mercados para el próximo año “valoraciones de empresas, sobre todo de IA, endeudamiento público y privado, criptomonedas y stablecoins, interrelación entre los distintos mercados, así como los retos de la supervisión para 2026, como la simplificación y la integración de los mercados europeos”.
San Basilio hizo balance del año 2025, un año de muy buenos resultados en los mercados financieros. En renta variable es difícil encontrar mercados o índices que no hayan subido un 10%, un 15%, un 20% durante el año. En renta fija, lo mismo, pero en sentido contrario: los precios suben, las rentabilidades bajan, los spreads se comprimen.
Otro componente de los mercados que ya no se puede obviar es el mundo cripto. Durante el año 2025 se ha visto una consolidación de algunos de los instrumentos más relevantes, básicamente el bitcoin, pero algunas de las otras stablecoins más estabilizadas, con correcciones las últimas semanas, pero con una tendencia positiva durante todo el año, destacó el regulador.
Asimismo, San Basilio destacó que ha sido un año continuado de impulso del private equity, que lleva entre 5 y 10 años creciendo a doble dígito, con 50.000 millones de euros, que es la décima parte de lo que inversores tradicionales invierten en fondos tradicionales, pero empieza a pesar y además es compatible con fondos. Por último, la agenda regulatoria para 2026 centró el cierre de la ponencia. San Basilio subrayó que va a ser un año muy interesante al que prestar atención en materia de regulación.
Con la lentitud en la toma de decisiones en la UE, finalmente se ha optado por una reorientación de objetivo último de regulación financiera, que antes se centró en la protección del inversor y que ha dado lugar a un entorno sobre regulado con dificultades para la competitividad de las empresas. Exceso de regulación y fragmentación de mercados en la UE. En los próximos años, 2026-2027, se va a redefinir completamente el marco regulatorio de los mercados financieros en Europa. Los mercados financieros no son una burbuja al margen de la economía real, sino que las interacciones son constantes y agresivas. El desafío es lograr unos mercados financieros más líquidos, más eficientes y seguros. La jornada tuvo lugar en el nuevo campus del IEB, un espacio concebido como punto de encuentro entre profesionales, académicos y estudiantes, que combina tradición arquitectónica e innovación institucional.

España ante los desafíos económicos y políticos actuales
Moderado por Aurelio García del Barrio, director del Global MBA con especialización en Finanzas del IEB, el primer panel abordó los principales retos económicos de España en un contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas, cambios en las cadenas globales de valor, moderación de la productividad y presiones sobre las cuentas públicas.
García del Barrio contextualizó el debate destacando el dinamismo reciente de la economía española, que creció un 3,1% en 2024, superando ampliamente a la media de la eurozona. Subrayó que este avance se sustentó en “el fuerte comportamiento del consumo, la fortaleza del sector servicios y el impulso derivado de la diversificación turística y la mejora de la infraestructura digital”. Asimismo, recordó que en 2025 la actividad mantiene un tono robusto, aunque en un entorno internacional de elevada incertidumbre y riesgos a la baja. De cara a 2026, señaló que “el crecimiento convergerá hacia tasas más moderadas, en torno al 1,8%, en un momento en el que España deberá afrontar retos estructurales como la productividad, la sostenibilidad fiscal, el mercado laboral y el acceso a la vivienda”.
Los economistas, José Carlos Díez, Javier Santacruz y Mario Weitz, analizaron estos desafíos desde diferentes perspectivas.
Para José Carlos Díez, “la economía española tiene una enorme capacidad de crecimiento, pero seguimos atrapados en un modelo de baja productividad y rigideces que generan volatilidad y precariedad. Aun así, la revolución energética, con la mejor combinación de sol y viento de Europa y un coste de energía históricamente bajo, nos coloca en una posición extraordinariamente favorable para los próximos años. El reto no es el potencial, sino nuestra capacidad de gestionarlo y de incorporarnos a la revolución del dato que Europa está desaprovechando». Para Weitz, “España está creciendo gracias a la llegada de población, no por productividad, y eso no es sostenible a largo plazo. Tenemos sectores de bajo valor añadido, salarios bajos y un mercado laboral que no impulsa suficiente eficiencia. Asimismo, destacó que la inteligencia artificial puede ser el mayor catalizador de productividad en décadas: destruirá algo de empleo, sí, pero permitirá producir más y mejor, mejorar los salarios y transformar nuestra estructura económica. La clave será apostar por educación, inversión y por un modelo que deje atrás el crecimiento por inercia demográfica».
Por su parte, Javier Santacruz resaltó que “la energía es uno de los grandes nudos gordianos de la economía española: desaprovechamos nuestra ventaja competitiva en renovables por decisiones políticas mal coordinadas, cierres de nucleares mal planteados, infraestructuras eléctricas insuficientes y una planificación que ignora la realidad de la demanda industrial. A nivel macro las cosas van bien, pero las familias no lo sienten: más de un 20% de inflación desde 2018 y un traslado insuficiente de productividad a salarios y calidad de vida. El verdadero desafío no es el crecimiento, sino que llegue a todos».
El futuro de las inversiones: mercados y geografías
El segundo panel estuvo moderado por Javier Amo, director del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB y socio fundador de REEM Partners. Durante su intervención, Amo introdujo el debate destacando “los grandes retos de las inversiones y las oportunidades de las megatendencias”, y ofreció una visión global sobre cómo los cambios estructurales están redefiniendo la toma de decisiones financieras. Amo señaló que la inversión actual se desarrolla “en un escenario marcado por la incertidumbre geopolítica, la transición tecnológica acelerada y la presión regulatoria”, factores que exigen estrategias más flexibles y un análisis de riesgo más preciso.
Asimismo, puso de relieve que las megatendencias —inteligencia artificial, digitalización, transición energética, envejecimiento demográfico o nuevas infraestructuras— “abrirán espacios para inversiones más resilientes y sostenibles, capaces de transformar sectores completos”.
¿Oportunidad en rentabilidad/riesgo?
El panel contó con la participación de Alejandra Hernández, directora general de atl Capital, quien destacó: “Vemos oportunidades en tres tipos de activos: en renta fija en Investment Grade europeo con duración 3 – 4 años, los spread están muy estrechos y la alta calidad crediticia en Europa nos hace sentir bastante cómodos. En renta variable, vemos que están sobrevaloradas compañías muy concretas, estamos en posición neutral, pero hay oportunidades en EE.UU. y Europa y, por último, en mercados privados, el private equity ha venido para quedarse”. Asimismo, Hernández destacó que “el regulador ha hecho un esfuerzo por facilitar la inversión y se ha demostrado que es un activo que aporta diversificación y aunque pase por el peaje de la liquidez permite no pulsar el botón del pánico”.
¿Gestión activa o pasiva?
Rodrigo Utrera, subdirector del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, subrayó que en los últimos años el auge de gestión pasiva ha sido enorme, con efectos positivos que se traducen en “optimización, mayor acceso universal a gestión pasiva con coste bajo que le pone las pilas a la gestión activa, porque el gestor debe justificar que la prima que cobra contra gestión pasiva está justificada. Esto pone de manifiesto y aprieta en costes, lo que al final beneficia al consumidor”. No obstante, puntualizó que un mercado no puede vivir solo con gestión activa o pasiva. “Si todo fuera gestión activa, tendríamos un mercado extremadamente eficiente imposible de batir. Eso generaría movimientos a favor de la pasiva”.
Por último, a nivel de geografías, Carlos de Vega, portfolio manager de Alpinum IM, destacó que en el escenario actual “los países del Golfo, especialmente Emiratos Árabes Unidos son los claros ganadores en la atracción de patrimonio y empresas, gracias a un sistema jurídico fuerte, ventajas impositivas y alta seguridad jurídica. Además, señaló que Suiza sigue siendo el centro transfronterizo más grande para la gestión de altos patrimonios”.
Innovación, regulación y disrupción tecnológica: nuevos modelos de negocio
El tercer panel, moderado por Miguel Ángel Barrio, director del Máster en Finanzas Digitales e Innovación del IEB, profundizó en el impacto de la tecnología —desde la tokenización y la IA hasta la automatización regulatoria— sobre los modelos económicos y la evolución de los marcos regulatorios. Barrio subrayó que el actual ciclo económico está marcado por un cambio estructural, impulsado por un crecimiento robusto en 2024 (+3,1%), un mercado laboral dinámico, el avance de sectores de alto valor añadido y la aplicación de fondos europeos. No obstante, advirtió de riesgos significativos vinculados a la desaceleración global, las tensiones comerciales y los retos persistentes de productividad y sostenibilidad fiscal.
Por su parte, Juan Alberto Sánchez, director del Máster en Blockchain e Inversión en Activos Digitales del IEB y partner en V4 Financial Partners, destacó que “el verdadero motor no es la tecnología en sí, sino la búsqueda de mejores retornos ajustados a riesgo; la tecnología es el catalizador que el inversor utiliza para conseguirlos”. Explicó que las decisiones de inversión actuales se articulan en un triángulo formado por tecnología, regulación y capital, con el inversor en el centro. Subrayó que el capital se orienta hacia compañías donde la tecnología es estrategia y ventaja competitiva real, no mero acompañamiento. Sánchez señaló que la tokenización está entrando en la “fontanería” del sistema financiero —tesorería, deuda, colateral— y que los ámbitos con mayor impacto real incluyen private markets, real estate, infraestructuras, private credit y activos climáticos.
También advirtió sobre las barreras que frenan la adopción masiva de nuevos modelos digitales —integración tecnológica, escalabilidad, regulación, cultura corporativa y talento híbrido— y compartió los criterios que utiliza un inversor para distinguir proyectos serios de los meramente especulativos: negocio antes que tecnología, evidencia económica y encaje regulatorio.
El panel contó también con la participación de Juan Jiménez Zaballos, presidente del consejo asesor de Alastria, quien señaló que “la disrupción en los modelos financieros nos traerán apetito por la tokenización financiera en el régimen piloto en Europa, con esta nueva ola de digital asset. El buy side ve que hay eficiencia y abaratamiento de costes. En cuanto seamos capaces de tokenizar lo ilíquido, con una norma adecuada de securitización, veremos un mayor crecimiento. Aunque necesitamos otro régimen piloto, el actual se queda corto”.
Por su parte, Virginia García-Trevijano, cofundadora de Abbaco Markets, subrayó que uno de los grandes retos de la regulación y la disrupción tecnológica es afinar la clasificación de los tokens —distinguir con mayor precisión entre security y utility tokens—, así como acompañar a más promotores en sus proyectos y procesos de obtención de licencias. Todo ello, señaló, buscando ofrecer mayor transparencia y autonomía al inversor, sin perder de vista que el objetivo último de la regulación sigue siendo su protección.”
El encuentro fue clausurado por Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de la Comisión de Economía y Fiscalidad de la CEOE, quien ofreció una reflexión final sobre la competitividad de la economía española y los retos asociados al déficit público. A su juicio, “España atraviesa un buen momento para aprovechar las oportunidades que vienen, creciendo en torno al 3%, fundamentalmente por el aumento de la población. Sin embargo, la renta per cápita se ha mantenido estancada y persisten varios problemas por resolver: la productividad no ha mejorado y seguimos sin avances en renta por habitante. Otro desafío relevante es la falta de inversión: tenemos inversiones paralizadas en carreteras, agua o puertos, y también la inversión privada se ha visto muy limitada. El principal beneficiario de esta situación ha sido el sector público, donde el gasto se ha disparado y el IRPF no se ha deflactado».
Finalmente, añadió que “el siguiente gran reto es el déficit público, especialmente a la luz de los fondos Next Generation. El déficit estructural podría situarse en torno al 4%. La gestión del gasto y una reducción selectiva de impuestos serán claves, junto con la capacidad para atraer talento, en un país donde contratar se ha vuelto extraordinariamente costoso. Es necesario abordar una reforma fiscal que incentive la llegada de profesionales cualificados y repensar el problema de la vivienda para poder aprovechar un entorno favorable, con energía barata y muy diversificada».



