Tras fusionar hace unos meses la unidad de gestión de inversiones de la aseguradora Santalucía con la gestora de activos del grupo -gestada en 2017 tras la compra de la gestora de Aviva en España y su fusión con Alpha Plus, adquirida también en 2015-, Santalucía Asset Management emprende un camino de crecimiento y apertura al exterior que busca dar servicio tanto a clientes internos como externos. Con Carlos Babiano, su director general, al frente, la estructura unificada busca dar continuidad a un camino que ya se ha ido recorriendo en los últimos años, e impulsar su crecimiento -en principio de forma orgánica aunque tampoco se cierran a oportunidades de compra, si surgen las adecuadas- hasta acercar sus activos a los 20.000 millones de euros de aquí al periodo 2028-2030.
Según explica Babiano a Funds Society, la idea es alcanzar los 17.000 millones a corto plazo en 2026 -pasando de los 12.000 millones con que cuenta la gestora actualmente-: “Analizando potenciales bolsas de recursos que hay en el grupo pero que todavía no están en la gestora, podremos incrementar esa cifra hasta 17.000 millones a largo de 2026, sujeto a ciertas variables. A esto habría que sumarle el crecimiento orgánico que tenga la gestora”, explica. De este modo, con ese vector adicional de crecimiento, se marca alcanzar la meta de los 20.000 millones a medio plazo, con un máxima muy clara: la de la alineación de intereses con los inversores de forma que solo lo que se hace en el grupo se abra a nuevos clientes.
Y en esta línea se sitúan los planes de Santalucía AM, que busca transformar su negocio y abrirlo al exterior, con planes sobre la mesa centrados en la potenciación de sus servicios de gestión discrecional de carteras, el lanzamiento de nuevos vehículos de inversión y la apertura de sus capacidades en alternativos; planes todos ellos que requerirán también de la incorporación de nuevos recursos, especialmente en el ámbito comercial.
En asesoramiento y GDC, el grupo da servicio a los clientes a través de dos vías: por un lado, el servicio a los HWI (inversores de altos patrimonios) derivados del contacto de la gestora, para los que se ofrece “el traje a medida” a partir de 250.000 euros; y por otro lado una gestión discrecional de carteras “algo menos artesanal y un poco más estructurada por perfiles que se va a abrir a la red de Santalucía probablemente en el segundo trimestre del año, a partir de 50.000 euros”. Esa segunda pata cuenta ya con unos 50 millones.
Acceso a alternativos a través de dos vehículos
Otro de los pilares de su crecimiento, y que escenifica muy bien esa apertura al cliente externo, con total alineación de intereses, son sus planes en alternativos. El grupo, que tiene fuertes capacidades internas de gestión tanto de mercados privados (infraestructuras, real estate, venture capital, deuda privada y capital privado) como alternativos líquidos (hedge funds) -de hecho, lleva invirtiendo en estos mercados más de 15 años y cuenta con activos en el balance de la aseguradora de 800 millones, sin contar inmobiliario-, se dispone a dar acceso externo a las mismas a través de dos vehículos.
Por un lado, dará acceso a su vehículo de capital riesgo, en formato evergreen (Santalucía Inversiones Alternativas), que el grupo gestiona desde hace una década -junto con Altamar-, con 500 millones en activos, y que aglutina las capacidades de gestión de la casa en los cinco principales activos de mercados privados y hedge funds -es mayoritariamente un fondo de fondos aunque también cuenta con coinversiones directas (principalmente en deuda y crédito)-. La entidad estudia a qué clientes lo abrirá, en su intento de ofrecer una “democratización tutelada” a estos activos. Por otro lado, separará sus estrategias alternativas líquidas en un FIL que podría ver la luz en el primer trimestre de 2026 y que estará centrado en crédito (con múltiples estrategias como estructurado, infraestructuras, situaciones especiales, etc.) En este vehículo, el balance de la aseguradora prevé participar con aproximadamente 100 millones de euros.
Nuevos fondos, contrataciones y más actividad
Son dos de los cuatro-cinco nuevos vehículos que Santalucía AM prevé lanzar próximamente. El tercero se situará en el ámbito de los metales preciosos, para dar acceso a la oportunidad del oro especialmente, y el resto podrían situarse en el ámbito de la renta fija, aunque Babiano no ofrece, de momento, más detalles. “Lanzaremos cuatro-cinco productos tanto en mercados públicos como privados, con comisiones de gestión competitivas, utilizando los recursos del grupo y siempre con esa filosofía de alineación de intereses”, explica.
Ese camino de transformar el negocio y abrirlo al exterior pasa también por potenciar la actividad y el equipo comercial de la gestora y del grupo, y por diseñar estrategias en redes sociales. “Buscamos hacer una revisión completa de customer journey, onboarding, web, transaccionabilidad, soluciones de IA como soporte de la relación con los clientes, estrategia de posicionamiento en medios y especialmente en redes sociales, crecimiento del equipo de negocio e institucional, o mayor cobertura a la red de Santalucía. Es decir, una potenciación plena de todo el negocio”, explica Babiano a Funds Society.
Sobre ese crecimiento de equipo comercial, prevé que se incorporen un mínimo de cinco o seis personas, solo a la gestora, mientras el grueso del grupo tiene previsto duplicar su red de gestores de ahorro, que también comercializan fondos, junto a otros vehículos. “Nuestro leiv motiv es que Santalucía tenía dos equipos de gestión, el de balance, poco conocido y el que más volumen de inversión tenía, y el de la gestora, y con la suma de ambos ya hemos alcanzado una dimensión que supera los 25 gestores y queremos poner eso al servicio del cliente y en el mismo barco que nosotros”, con la alineación de intereses, el largo plazo y la preservación de capital como banderas. «Será el año de lanzamiento de la nueva Santalucía AM, con todas nuestras capacidades al servicio de clientes institucionales e individuales, con una clara vocación de largo plazo, generación de valor y competitividad”, resume el director general.
Un 2026 con foco en la selección y en la calidad
La gestora, que presentó esta mañana sus perspectivas de inversión, vaticina un 2026 menos volátil, con un crecimiento global en el entorno de la media de largo plazo -con un dispersión más estrecha entre países-, y con cuatro motores de crecimiento, más allá del consumo que lo ha sostenido en el pasado: la inversión en tecnología, la relocalización de las infraestructuras energéticas, las políticas industriales y la reconfiguración de las cadenas de suministro. Es decir, un entorno con una economía más orientada a la inversión en el que la inflación ha dejado de ser el principal foco de incertidumbre, aunque en EE.UU. hay todavía dudas: “La reciente actualización macroeconómica del Fondo Monetario Internacional (+3% global 2025) muestra cierta sorpresa por la resistencia de la economía norteamericana a la guerra comercial y nuestro escenario central sigue siendo de desaceleración, pero no de recesión, lo que permite el tono positivo en los mercados tanto de renta fija como de renta variable”, comenta Agustín Bircher, director de Inversiones de Santalucía AM.
En un contexto en los mercados públicos «con valoraciones exigentes y riesgo de decepción», apuestan por la selección en deuda pública, una visión cauta en crédito (no paga por los riesgos asumidos), y una aproximación también selectiva en renta variable, centrada en la calidad y en la distinción de las inversiones productivas de aquellas donde el gasto -por ejemplo en tecnología- no resulta rentable. En mercados privados, que continuarán ganando peso, ven factores positivos como un escenario en el que las inversiones aumentan en un entorno que demanda infraestructuras de energía, digitalización y activos reales, recuperación tras años de sequía de salidas y una tendencia a la democratización y presencia de la bancas privadas, con la racionalización en número de gestoras y un menor fund raising como luces rojas.
Por activos, en renta fija, en 2026 “continuarán las tendencias de mercado de este año, aunque con menor intensidad: empinamiento de las curvas de tipos, convergencia de periferia a core, destacando el estrechamiento de Italia, mayor tensión en países con peor ejecución fiscal, como Francia y Reino Unido y menor emisión de tramos largos de Tesoros en Estados Unidos, que logran estabilizar, de momento, los tipos a largo”, según Luis Merino, responsable de Renta Fija, Mixtos y Fondos de Fondos en la gestora. El experto se muestra «moderadamente positivo» en el activo, neutralizando duración y aprovechando de forma táctica oportunidades en tipos: así, sigue cauto en la curva americana a 10 años, pero todavía positivo en Italia frente a Francia, una apuesta ya con menos recorrido que en el pasado, con una visión de tipos en Europa mantenidos en el 2% y alta posibilidad de que la Fed siga bajando tasas, para empezar en su próxima reunión del día 10. Pese a las dudas de politización de la Fed y posible aumento de la inflación, prevé cifras del 2% en la eurozona y el 2,4% en EE.UU. En crédito, la convergencia de diferenciales entre deuda de distintas calificaciones ha dejado un margen muy estrecho, por lo que manda la cautela sobre todo en segmentos como el high yield, por lo que apuesta por una cartera de calidad, con mayor rating medio y bonos más líquidos, sin opción a meter más riesgo.
En bolsa, para generar alfa en 2026 será clave lo que no tienes en cartera, en opinión de Antonio Manzano, responsable de Renta Variable: «Se podrá generar alfa evitando compañías perdedoras de la disrupción de la IA y partes del mercado que han descontado expectativas exageradas«, indica. El experto, que descarta una burbuja en torno a la IA (la demanda es real, dice, y el capex se realiza para tapar cuellos de botella en segmentos donde hacen falta inversiones y ello se traduce en beneficios y márgenes holgados, con oportunidades visibles para sectores como los hiperescaladores), habla de la necesidad de ser selectivos en EE.UU. y de riesgo de decepción en Europa, pero sobre todo pone de relieve las oportunidades en el quality investing, castigado en 2025, en sectores estables con menor riesgo de disrupción, sectores de investigación, compañías dueñas del dato, empresas con capacidad de fijación de precios y compañías con soluciones críticas, difícilmente reemplazables.
Así, un entorno marcado por una macro sostenida, bolsas cotizando a valoraciones exigentes y riesgo elevado de decepción en mercados cotizados, pide ser más defensivo y selectivo e invita a la inversión en calidad. «Será un lago en el que pescar el 2026», dice. Los riesgos a tener presentes en 2026 son cuatro: geopolítica, aranceles, IA y riesgo de liquidez.


Por Alicia Miguel Serrano
