En una extensa carta dirigida a los accionistas de Berkshire Hathaway publicada este lunes, Warren Buffett anunció que acelerará sus donaciones filantrópicas a fundaciones familiares y confirmó que cede el liderazgo de la empresa a Greg Abel, a quien describió como “un gran gestor, un trabajador incansable y un comunicador honesto”.
Dijo también que “mantendrá una cantidad significativa de acciones de clase A hasta que los accionistas de Berkshire tengan plena confianza en su sucesor”. En mayo, había indicado que dejaría su cargo como director ejecutivo de Berkshire Hathaway a finales de este año.
En ocho hojas escritas en un tono íntimo y reflexivo, pero fiel a su estilo, con anécdotas personales que reflejan su filosofía de inversión y un estilo de vida austero, el legendario inversor multimillonario de 95 años de edad habló de una serie de pasos que marcan el inicio de su retiro efectivo como figura pública de la compañía. Comunicó que convertirá 1.800 acciones clase A en 2,7 millones de acciones clase B, destinadas a donaciones a cuatro fundaciones familiares:
- 1,5 millones de acciones a The Susan Thompson Buffett Foundation
- 400.000 acciones a The Sherwood Foundation
- 400.000 acciones a The Howard G. Buffett Foundation
- 400.000 acciones a NoVo Foundation
Las donaciones implican unos 1.300 millones de dólares. Según Buffett, sus hijos, de 72, 70 y 67 años, “han superado la edad normal de jubilación” y tienen tres fideicomisarios suplentes en caso de fallecimiento prematuro o discapacidad.
Warren Buffett expresó en su carta que necesitaba “acelerar el ritmo de las donaciones en vida” a las tres fundaciones de sus hijos para “aumentar la probabilidad de que distribuyan lo que esencialmente será la totalidad de mi patrimonio antes de que los nuevos fideicomisarios los reemplacen”.
Transición de liderazgo
Buffett confirmó que Greg Abel asumirá oficialmente como CEO de Berkshire Hathaway a fin de año. “Le deseo una larga y exitosa gestión”, afirmó el magnate.
Reiterando su plena confianza en Abel y en el futuro de Berkshire Hathaway, señaló: “Greg entiende nuestras empresas y nuestro personal mejor que yo. No puedo pensar en nadie más capaz para manejar los ahorros de ustedes y los míos”, expresó.
«Greg entiende, por ejemplo, mucho más sobre el potencial y los riesgos de nuestro negocio de seguros de propiedad y accidentes (P/C) que muchos ejecutivos veteranos del sector», puntualizó. «Mi esperanza es que su salud se mantenga buena durante varias décadas», agregó.
Agregó luego que, pese a su salida gradual, no cambia su visión sobre las perspectivas del conglomerado: “Berkshire tiene menos riesgo de desastre que cualquier negocio que conozca. Y su dirección siempre actuará en beneficio de los accionistas”, dijo en el escrito.
Reflexiones personales y legado
En su extenso escrito, el inversor repasó pasajes de su infancia en Omaha, recordó que su médico familiar lo llamaba «Skipper», habló de su vínculo con Charlie Munger —su socio y amigo de más de seis décadas— y otras figuras clave de su vida empresarial, como Don Keough, ex presidente de Coca-Cola y director de Berkshire Hathaway.
“Tardé en envejecer —su aparición varía considerablemente—, pero una vez que aparece, no se puede negar”, reflexionó. “En general me siento bien. Aunque me muevo lentamente y me cuesta cada vez más leer”, agregó. “A medida que se acerca el Día de Acción de Gracias, me siento agradecido y sorprendido por la suerte que tengo de estar vivo a los 95 años”, dejó por escrito también.
En su última carta de Acción de Gracias al frente del conglomerado de empresas, Warren Buffett reflexionó además sobre la desigualdad, la suerte, el comportamiento humano, la envidia y la codicia. Y dejó reflexiones morales, como “la grandeza no se mide por el dinero, la fama o el poder. Cuando ayudas a alguien, ayudas al mundo. La amabilidad no cuesta nada, pero vale mucho”.
El inversor recordó que en el año 1958 compró su primera y única casa, y que sus hijos siempre asistieron a escuelas públicas. Aseguró sentirse “muy afortunado” de haber recibido él mismo una «excelente educación» en la escuela pública. En su despedida, también dejó otra frase: “Decide lo que quieres que diga tu obituario y vive para merecerlo”, aconsejó, evocando la historia de Alfred Nobel, quien cambió su vida después de leer por error su propio obituario.
Quienes alcanzan la vejez necesitan una gran dosis de buena suerte -continuó-, pero «la Dama Suerte es voluble y —no hay otro término— profundamente injusta. En muchos casos, nuestros líderes y los ricos han recibido más de su parte de suerte, algo que con demasiada frecuencia prefieren no reconocer. Los herederos dinásticos alcanzan la independencia financiera de por vida en el mismo momento en que nacen, mientras que otros llegan al mundo enfrentando un infierno desde sus primeros días», describió.
Buffett seguró que continuará comunicándose con los accionistas mediante su mensaje anual de Acción de Gracias, pero dio por cerrada su participación en el informe anual y en las largas sesiones de preguntas y respuestas que caracterizaban las reuniones del conglomerado. La carta de este lunes marca el cierre de un ciclo para uno de los inversores más influyentes, cuyas palabras guiaron a generaciones de analistas y ahorradores.


