Goldman Sachs ha publicado la tercera edición de su informe global Family Office Investment Insights, titulado «Adapting to the Terrain”. El trabajo, realizado por One Goldman Sachs Family Office, ha recogido la opinión de un total de 245 responsables de la toma de decisiones en family offices’de todo el mundo sobre cómo están abordando el complejo panorama inversor actual.
«Los family offices han mostrado una coherencia extraordinaria en su enfoque de inversión, pese a su preocupación por las tensiones geopolíticas y las políticas comerciales proteccionistas. Los resultados de 2025 subrayan hasta qué punto la orientación a largo plazo y la flexibilidad permiten a los grupos familiares gestionar la volatilidad y aprovechar las oportunidades”, apunta Meena Flynn, Co-Head de Global Private Wealth Management y Co-Head de One Goldman Sachs , ante las conclusiones del informe.
Principales conclusiones
El documento muestra que las carteras se mantuvieron en línea con las de 2023, con leves movimientos en las asignaciones de renta variable cotizada (suben del 28 % al 31 %) y ligero descenso de activos alternativos (del 44 % al 42 %). Los aumentos moderados en inversiones en crédito privado, renta fija, inmobiliario e infraestructuras privadas compensaron en parte el ligero descenso en el capital privado. Mientras que a la hora de hablar de riesgos, la geopolítica sigue siendo la principal inquietud. De hecho, el 61% de los encuestados citó los conflictos geopolíticos como el mayor riesgo para la inversión, seguido de la inestabilidad política (39%) y la recesión económica (38%).
Al igual que en 2023, los conflictos geopolíticos siguen siendo el riesgo de inversión más citado, con un 61 % de los encuestados que lo incluyen entre sus tres principales preocupaciones (75 % en APAC) y un 66 % que espera que los riesgos geopolíticos aumenten durante el próximo año. Le siguen la inestabilidad política (39 %) y la recesión económica (38 %), con los aranceles globales muy cerca (35 %). Según el documento, la mayoría considera ahora que los aranceles más altos son la nueva normalidad, con un 77 % que espera un mayor proteccionismo económico y un 70 % que prevé que los tipos arancelarios se mantengan estables o aumenten durante los próximos 12 meses. Aun así, los encuestados consideran en general que los motores fundamentales del crecimiento global y los temas de inversión tradicionales siguen intactos.
Entre las conclusiones destaca que los family offices se muestran dispuestas a distribuir capital. En este sentido, más de un tercio de los encuestados tiene previsto reducir sus saldos de efectivo (actualmente del 12%) e invertir en activos de riesgo. Llama la atención que la mayor parte de las family offices planea aumentar su exposición al capital privado (39%), seguido de la renta variable (38%) y el crédito privado (26%).
Por último, destaca como tendencia que los family offices comienzan a estar más abiertos a invertir en tecnología, en especial en IA. «El 58% espera que sus carteras sobreponderen el sector en los próximos 12 meses. Inversiones generalizadas en inteligencia artificial (IA): El 86 % tiene exposición a la IA, en gran parte a través de acciones cotizadas, aunque muchos señalan preocupaciones en cuanto a la valoración», apunta el informe en sus conclusiones. Además de la IA, se ha detectado un creciente interés por las criptomonedas: el 33 % invierte en criptomonedas frente al 26 % en 2023. Un matiz relevante es que la región APAC muestra el mayor interés en futuras inversiones.
Asignación de activos
Los family offices mantienen un fuerte peso en activos de riesgo, con la renta variable pública en 31% y las alternativas en 42% (destacando el capital privado con 21 %). Se observan ligeros aumentos en inmobiliario, infraestructuras y crédito privado, este último en auge por su atractivo rendimiento. La exposición a fondos de cobertura permanece estable, aunque con mayor interés en EMEA y APAC. De cara al futuro, planean mantener la estabilidad general con ajustes selectivos: más asignaciones a capital privado (39 %), renta variable pública (38 %) y crédito privado (26 %), junto a una reducción de efectivo (34 %).
Por otro lado, la innovación emerge como motor central. La mayoría ya invierte en inteligencia artificial y muchos la integran en sus procesos de inversión, con expectativas de que la tecnología gane más peso en las carteras. También crece el interés en activos digitales, especialmente en Asia-Pacífico, así como en los mercados secundarios por su mayor transparencia. Otro ámbito en auge es el deporte, donde un número creciente de family offices busca oportunidades vinculadas tanto a equipos como a medios y contenidos.