A lo largo del mes de agosto, los mercados han asistido a diversas reuniones entre Estados Unidos con Rusia y la UE para intentar poner fin a la guerra de Ucrania. Este proceso para negociar la paz en el frente ucraniano tendrá consecuencias económicas y financieras.
Kim Catechis, estratega jefe del Franklin Templeton Institute, explica que estas negociaciones, para Europa, sean posiblemente “la última oportunidad de evitar una guerra por la supervivencia del modelo europeo”, mientras que para Estados Unidos, “parece que la dirección de la política está únicamente en manos del presidente y, como tal, no está claramente definida para el observador externo”.
En relación con este punto, a Catechis le da la impresión de que que para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “conseguir un acuerdo de paz es más importante que la estructura de dicho acuerdo, lo que implica que la sostenibilidad de cualquier paz puede no ser una prioridad”. Es más, considera que “podría ser que el presidente de los Estados Unidos pierda interés y decida retirarse”.
Eso sí, observa unas cuantas consideraciones claras. Primero, que probablemente no habrá una resolución clara a corto plazo -6 meses- si no que considera más probable «una tregua inestable”, además de “poca claridad sobre el resultado de este proceso”.
Además, en el plano económico, Catechis el sector de defensa europeo se encuentra en las primeras etapas de un auge de inversiones de varias décadas que no se verá afectado por ningún acuerdo de paz en Ucrania. Asimismo, considera que el enfoque europeo en la electrificación también continuará, “independientemente de las circunstancias, solo por razones de seguridad”. Incluso, que en un eventual escenario de paz en el que Ucrania no sea otra Bielorrusia, es probable que los europeos pongan en marcha un “mini plan Marshall para reconstruir el país”, lo que supondrá “una importante oportunidad para las empresas locales y europeas”.
En cuanto a Estados Unidos, Catechis no ve claro cómo se verán afectadas las empresas durante todo este proceso. El experto recuerda cifras ya conocidas: 600.000 millones de dólares en tres años por parte de la UE, 100.000 millones de dólares por parte de Ucrania -más los ingresos de la extracción de minerales críticos-. “Es probable que la mayor parte de estas sumas se destinen a la compra de baterías de misiles Patriot, pero existe un problema de capacidad de producción: Raytheon tiene previsto aumentar la tasa de producción a 12 al año”, asegura el experto.
Nicolás Laroche, director global de asesoramiento y asignación de activos de Union Bancaire Privée (UBP), tiene claro que un posible acuerdo de paz en Ucrania podría tener implicaciones significativas para diversas clases de activos y sectores, “aunque ello dependerá de los detalles”.
El experto pone el foco en el futuro de las sanciones a la energía rusa. Y aquí cree que cualquier alivio en las sanciones “aceleraría y ampliaría aún más” el escenario de sobreoferta global de petróleo y gas, que presionaría a la baja los precios de la energía y “beneficiaría a economías europeas como la alemana”.
Entre los efectos colaterales de un nuevo panorama energético sería una continuación de la tendencia desinflacionaria en Europa; lo que mejoraría la confianza del consumidor y los márgenes empresariales, y desencadenaría “una rotación sectorial desde los sectores defensivos hacia otros más cíclicos”. Asimismo, Laroche cree que dado que un acuerdo de paz sería también un catalizador adicional para una mayor debilidad del dólar, “las compañías domésticas y cíclicas en Europa probablemente encontrarían un catalizador para una revalorización, dadas sus valoraciones poco exigentes”.
En conjunto, “Europa puede resultar tácticamente atractiva”, pero Laroche es consciente de que los desafíos de crecimiento estructural y políticos a largo plazo persisten, lo que hace que la renta variable estadounidense le resulte más convincente para generar retornos sostenidos.
Por último, un acuerdo de paz podría inclinar al alza la curva de tipos de interés en Europa, según el experto de UBP, debido a las expectativas de un mayor gasto fiscal, “un entorno positivo para el sector financiero europeo”.
También ve oportunidades en Europa en caso de un cese de las hostilidades en Ucrania Nicolas Bickel, responsable de inversión en Edmond de Rothschild Banca Privada. “Aunque debe prevalecer la cautela, si se logra la paz actuaría como catalizador para los mercados bursátiles, en particular para las acciones europeas”, asegura el experto, que añade que un alto el fuego definitivo supondría precios energéticos más bajos, lo que apoyaría la actividad manufacturera europea y a las acciones de compañías industriales.
Eso sí, Bickel no descarta que las perspectivas de una desescalada en Ucrania puedan afectar al sector de la defensa en Europa, “ya que se prevé una reducción en las entregas de municiones y vehículos de combate a las fuerzas armadas ucranianas”. Además, un contexto geopolítico más favorable también podría ejercer presión a la baja sobre los precios del oro.
Sin embargo, cree que la corrección en ambos activos será de corta duración, debido a que se benefician de factores de apoyo a largo plazo: la defensa europea cuenta con el respaldo del programa ReArmEU, valorado en 500.000 millones de euros, mientras que el oro se ve favorecido por la mayor demanda de los bancos centrales de mercados emergentes, que están reduciendo su exposición a la divisa estadounidense en favor del metal precioso.
“Desde Edmond de Rothschild creemos que las negociaciones en curso podrían actuar como un catalizador adicional para las acciones europeas, junto con factores ya existentes como los tipos de interés más bajos del BCE, el plan de infraestructuras de Alemania y la estabilización de la confianza en Europa”, asegura Bickel que, sin embargo, prefiere ser cauto. Aconseja no sacar “conclusiones precipitadas, especialmente en lo que respecta a la reconstrucción de Ucrania”.
Algo más cauteloso se muestra Thomas Hempell, responsable de análisis macro y de mercados en Generali AM (parte de Generali Investments). Es consciente de que las esperanzas de un alto el fuego o un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania podrían proporcionar un apoyo moderado al cambio euro/dólar, “ya que la caída de los precios del petróleo y el gas reduciría la factura de las importaciones energéticas europeas”.
Sin embargo, matiza que los costes energéticos ya se han moderado y el suministro no se ha visto interrumpido, por lo que ve “poco probable que las negociaciones tengan un impacto significativo en el mercado de divisas, ya que quedarán eclipsadas por la política monetaria de la Reserva Federal.
Por otra parte, considera que las perspectivas de los esfuerzos de reconstrucción, que se llevarán a cabo en caso de que se alcance un acuerdo de paz, podrían beneficiar en cierta medida a la economía de la eurozona, lo que reforzaría los activos de riesgo europeos. Sin embargo, observa que el camino hacia un acuerdo de paz “sigue plagado de obstáculos importantes” y dado que el presidente ruso Vladímir Putin sigue teniendo la ventaja en el campo de batalla, “tiene muchos incentivos para seguir ganando tiempo”.
El euro protagoniza las perspectivas de François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, en el caso de que se llegue a un acuerdo de paz en Ucrania. El experto espera que el euro se aprecie. Aquí recuerda que en el momento de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, el euro cotizaba en torno a 1,15 dólares, antes de caer por debajo de la paridad en octubre del mismo año. “Un movimiento inverso, probablemente no de la misma magnitud, parece ser el escenario más probable”, augura el experto, que también contempla la posibilidad de que la perspectiva de paz haya contribuido en parte al repunte de la moneda única en los últimos seis meses.