Ante el reto de afrontar la segunda mitad de 2025, HSBC AM considera que el régimen económico global está en transición, con las antiguas suposiciones macroeconómicas y el típico manual de juego del mercado de inversión siendo trastocados. En su opinión, los inversores necesitan seguir estas “nuevas reglas” y aceptar sus implicaciones para los mercados.
“Nuestra perspectiva para los próximos seis meses está marcada por cinco temas interconectados que reflejan este escenario en evolución: la economía G-zero, narrativas de mercado volátiles, el fin del excepcionalismo estadounidense, un cambio de lo global a lo local, y nuevas clases de activos para diversificar las carteras”, indican.
Su principal idea es que, de cara al futuro, es probable que el terreno de inversión siga siendo volátil, incierto y marcado por cambios estructurales. Los inversores que se adapten a las “nuevas reglas”, abrazando el cambio de lo global a lo local, apuntando a exposiciones diferenciadas dentro de los mercados emergentes y diversificando a través de nuevas clases de activos, estarán mejor preparados para los meses venideros.
Economía G-zero
El punto de partida es que el crecimiento económico global está entrando en una nueva fase. Según explican, el impulso cíclico se está desacelerando y las tasas de crecimiento en las economías occidentales están convergiendo. “Las oportunidades de crecimiento premium a nivel mundial ahora se encuentran en Asia y los mercados emergentes mientras que el crecimiento de Estados Unidos parece estar ‘ajustándose a la baja’ respecto a otras economías desarrolladas. Del mismo modo, se está produciendo un cambio más fundamental, ya que las filosofías económicas globales divergen cada vez más”, argumentan.
Su conclusión es que estamos presenciando el auge de un orden mundial multipolar, moldeado por un resurgimiento del nacionalismo económico, ya sea en las nuevas estrategias industriales de Estados Unidos y Europa, la persistencia del modelo capitalista de Estado de China, o el Sur Global, más económicamente asertivo y no alineado.
“Los días de liderazgo económico unipolar, antes dominado por Estados Unidos o el G10, están siendo reemplazados por un nuevo entorno G-zero, en el que ninguna potencia económica única tiene la voluntad o la capacidad de liderar el orden económico global. Es un régimen económico donde los choques de oferta son más importantes, el crecimiento está más restringido, y la inflación es más alta y volátil”, añaden.
Narrativas de mercado volátiles
Un segundo punto relevante es que la volatilidad del mercado se ha convertido en una característica definitoria del panorama de inversión actual. En su opinión, los niveles más altos de incertidumbre, impulsados por señales de política impredecibles y la naturaleza intermitente de la escalada de aranceles en la primera mitad del año, han mantenido a los mercados en alerta. A esto se suma una Reserva Federal reactiva y dependiente de los datos, que ha incrementado la sensibilidad de los inversores ante las noticias y los datos económicos.
Según explican, esta volatilidad no es una anomalía, sino una característica estructural del escenario actual. “A medida que la presión sobre los rendimientos ajustados al riesgo aumenta, es importante que los inversores estén preparados para adaptarse. Mantenerse ágiles y adoptar asignaciones tácticas de activos será clave para navegar en mercados que se han vuelto inherentemente más inestables”, afirman.
En opinión de Xavier Baraton, Global Chief Investment Officer en HSBC Asset Management, estamos navegando en una economía global que está experimentando una transformación profunda. “A medida que el crecimiento en los mercados desarrollados converge y el impulso cíclico se desvanece, las oportunidades más dinámicas se encuentran cada vez más en Asia y los mercados emergentes. Pero bajo la superficie, se está produciendo un cambio aún más profundo, de un mundo de liderazgo económico unipolar a un entorno ‘G-zero’, donde ninguna nación tiene dominio sobre el orden global. Esto está remodelando las condiciones de inversión de manera fundamental, con la volatilidad convirtiéndose en una característica definitoria del régimen macroeconómico actual. En este entorno, los inversores deben estar preparados para adaptarse tácticamente y apostar por la diversificación para impulsar los rendimientos y gestionar el riesgo”, comenta Baraton.
Fin del excepcionalismo estadounidense
La gestora es de la opinión de que la era del excepcionalismo estadounidense está comenzando a desvanecerse. Coincide en que, durante años, el liderazgo de Estados Unidos se ha definido por un fuerte crecimiento del PIB en comparación con el resto del G10, rendimientos sobresalientes en el mercado de acciones y la fortaleza del dólar estadounidense, siendo ahora cada uno de estos pilares desafiado o invertido por eventos recientes y el cambio en el régimen económico.
“A medida que el crecimiento de las ganancias en EE.UU. se estabiliza, estamos viendo un aumento del impulso en las ganancias en Europa, Australasia y el Lejano Oriente (EAFE). Los mercados de acciones del EAFE siguen siendo atractivamente valorados, con fundamentos en mejora y un fuerte apoyo político, especialmente en China y Europa. Mientras tanto, un dólar más débil permite a los bancos centrales de los mercados emergentes ser proactivos y apoya los rendimientos en acciones y bonos en moneda local, que durante mucho tiempo han estado poco representados en la era del excepcionalismo estadounidense”, argumenta.
De lo global a lo local
Otro cambio que identifica es que las filosofías económicas divergentes y una nueva “era de incertidumbre” están sacudiendo el panorama global de inversiones. “Estos cambios ejercen presión sobre el crecimiento global y la inflación al mismo tiempo que desafían las suposiciones arraigadas sobre el desempeño de los activos. Los inversores deben ahora navegar en un contexto de perfiles más débiles para los rendimientos de inversión, posibles revisiones a la baja en ciertas clases de activos, mayor volatilidad y creciente ambigüedad respecto a los activos tradicionalmente considerados seguros”, advierte.
Según la gestora, a medida que las correlaciones entre países comienzan a disminuir, existe un argumento creciente para una exposición más focalizada a los mercados emergentes en la asignación de activos. “Las dinámicas locales probablemente jugarán un papel más significativo, especialmente entre mercados emergentes como China e India. Los mercados fronterizos también resultan particularmente interesantes en la actualidad, ofreciendo un potencial superior de crecimiento y ganancias, pero con menor volatilidad y valoraciones menos exigentes”, argumenta.
Por su parte, Joseph Little, Global Chief Strategist en HSBC Asset Management, añade “Estamos presenciando una recalibración en los mercados globales, ya que los pilares del excepcionalismo estadounidense están bajo presión. Al mismo tiempo, el liderazgo global se está fragmentando y las dinámicas específicas de cada país están cobrando mayor influencia en la determinación de los resultados de inversión. Con mercados en Europa, Australasia y el Lejano Oriente mostrando fundamentos en mejora, y los mercados emergentes beneficiándose de un dólar más débil y trayectorias de crecimiento diferenciadas, los inversores deben PÚBLICO mirar más allá de los índices tradicionales. En esta nueva era, el éxito dependerá de reconocer el cambio de la convergencia global a la divergencia local y posicionar las carteras en consecuencia”.
Nuevas clases de activos para diversificar carteras
Otra convicción que comparten es que los inversores tendrán que acostumbrarse a que la incertidumbre sea una característica del sistema, más que un error. Según su visión, esto mantiene la volatilidad elevada y afecta los rendimientos ajustados al riesgo. Consideran que la actividad reciente del mercado también ha mostrado que las correlaciones entre los rendimientos de los bonos estadounidenses, las acciones y el dólar se vuelven cada vez más erráticas.
“Está claro que la incertidumbre en la política y las crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda están comenzando a sacudir las suposiciones de los inversores respecto a las propiedades consideradas refugio de los activos estadounidenses. Esto resalta la necesidad de añadir otros activos que puedan ayudar a construir resiliencia en la cartera. Estos pueden incluir otras partes de la renta fija global, como la duración europea y créditos públicos y privados selectivos de alta calidad. Otros mitigadores de riesgo líquidos, como los fondos de cobertura macro y el oro, también pueden proporcionar diversificación. Y para los inversores globales en activos estadounidenses, las estrategias de cobertura cambiaria pueden jugar un papel cada vez más importante en su proceso de toma de decisiones”, comentan desde HSBC AM.
Diversificación a través de Alternativos
Por último, la gestora defiende que los activos alternativos juegan un papel clave en proporcionar diversificación y fuentes diferenciadas de rendimiento. “Las estrategias de hedge fund ofrecen una baja correlación con los índices de mercado más amplios y pueden beneficiarse directamente de la volatilidad. La infraestructura continúa ofreciendo estabilidad, dada su relativa independencia del ciclo económico, con oportunidades de crecimiento en la energía de Estados Unidos y la expansión de energías renovables en Europa y el Norte de Asia. El crédito privado sigue siendo atractivo en medio de la retirada de los bancos y los mayores requisitos de capital, ofreciendo diversificación, rendimientos atractivos e ingresos estables a pesar de las recientes presiones macroeconómicas. Mientras tanto, la actividad en capital privado ha demostrado ser resiliente, con gestores bien posicionados para capitalizar sectores temáticos de crecimiento como tecnología, salud y energía”, concluye.