Las stablecoins, criptomonedas vinculadas generalmente al dólar estadounidense y diseñadas para mantener un valor estable, están consolidándose como un actor clave en el sistema financiero global. Según un análisis del economista jefe de Payden&Rygel, Jeffrey Cleveland, este tipo de activos digitales podría convertirse en el mayor mercado offshore del mundo, superando incluso al histórico mercado del eurodólar.
En su último informe, Cleveland establece un paralelismo entre el auge de las stablecoins en el siglo XXI y la expansión de los eurodólares tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras que los eurodólares (depósitos extraterritoriales en dólares) contribuyeron a consolidar el dominio del dólar a nivel internacional, las stablecoins podrían amplificar esa hegemonía en el entorno digital. “¿Podrían las stablecoins reforzar aún más el estatus del dólar como moneda líder mundial? La historia sugiere que sí”, plantea el economista.
Evolución de los dólares offshore
Según explica, el fenómeno de los eurodólares se remonta a mediados del siglo XX, cuando diversas condiciones regulatorias y geopolíticas llevaron a una creciente acumulación de dólares fuera de EE.UU. En la década de 1970, el mercado se quintuplicó, y para finales de los años 80 ya sumaba 1,7 billones de dólares en depósitos en el extranjero. Actualmente, se estima que el mercado del eurodólar alcanza los 16 billones de dólares.
En su opinión, las stablecoins siguen una lógica similar, aunque con una infraestructura radicalmente distinta. En lugar de ser gestionadas por bancos fuera de EE.UU., se almacenan y transfieren a través de blockchains públicas. Su valor de mercado se aproxima ya a los 250.000 millones de dólares, con un volumen diario de operaciones que supera los 24.000 millones, acercándose al bitcoin y superando al ether.
«A diferencia de las criptomonedas tradicionales, las stablecoins buscan minimizar la volatilidad y están, en su mayoría, respaldadas por activos reales. Actualmente, más del 95% de ellas están garantizadas por instrumentos financieros como efectivo, letras del Tesoro o activos del mercado monetario. Empresas emisoras como Tether y USD Coin ya figuran entre los principales tenedores de deuda del Tesoro de EE.UU., con más de 120.000 millones de dólares en bonos soberanos», señala Cleveland.
Transformar el sistema global de pagos
El análisis de Cleveland destaca que las stablecoins no solo replican muchas de las funcionalidades de los eurodólares, sino que además ofrecen ventajas competitivas que podrían acelerar su adopción a nivel global. Entre estas ventajas se encuentra la posibilidad de realizar operaciones con liquidación inmediata, disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, sin depender de horarios bancarios tradicionales. También ofrecen costos de transferencia considerablemente más bajos, con tarifas que suelen estar por debajo del tres por ciento y, en algunos casos, incluso por debajo del uno por ciento del monto enviado.
A esto se suma un alto nivel de transparencia, ya que todas las transacciones quedan registradas en tiempo real en la blockchain, lo que permite su trazabilidad tanto para usuarios como para autoridades regulatorias. Además, su accesibilidad es mucho mayor que la de los sistemas financieros tradicionales: cualquier persona con acceso a internet puede utilizar stablecoins sin necesidad de intermediarios ni cuentas bancarias, lo que abre la puerta a una inclusión financiera más amplia y global.
Estas características ya han sido adoptadas por el sector privado. La empresa SpaceX, por ejemplo, utiliza stablecoins para el cobro de servicios de su red satelital Starlink. En el último año, el volumen promedio mensual de transacciones con stablecoins superó los 100.000 millones de dólares, rebasando incluso el volumen procesado por la red de pagos de Visa.
Además, las stablecoins están siendo utilizadas en el mercado de finanzas descentralizadas (DeFi) para generar intereses, muchas veces superiores a los que ofrecen los bancos tradicionales.
Hacia lo desconocido
Cleveland advierte que, al igual que el eurodólar, las stablecoins podrían plantear desafíos macroeconómicos en caso de tensiones de liquidez o crisis de confianza. En 2008, el sistema de eurodólares fue uno de los focos de la crisis financiera global, ante la presión de convertir rápidamente depósitos offshore en dólares “onshore”.
Sin embargo, el auge de las stablecoins también representa una oportunidad histórica para fortalecer el dominio del dólar en la economía digital. A pesar de intentos pasados por parte de gobiernos de reducir la influencia global del dólar, Cleveland sostiene que estas monedas digitales podrían profundizar aún más su presencia global.
“Ya hemos visto esta película antes. Los eurodólares consolidaron al dólar como moneda hegemónica en el siglo XX. Hoy, las stablecoins podrían estar escribiendo un nuevo capítulo en esa misma historia”, concluye el economista.